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Gracias a la insensatez de Sánchez, queda en evidencia la guerra entre PRISA y La Sexta… y la esencia antidemocrática del Régimen

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
viernes 04 de noviembre de 2016, 12:06h

El pasado domingo los ciudadanos asistieron al penúltimo episodio que nos ha ofrecido la ambición de poder en el sistema de partidos que domina la política española. El derrocado secretario general del PSOE, Pedro Sánchez ofreció una entrevista televisiva con declaraciones que saltaron inmediatamente a todos los medios de comunicación.

¿Dónde reside la importancia de las palabras de Pedro Sánchez? Al fin y al cabo, no deja de ser un político más, que para más inri, se encuentra en sus horas más bajas. Pues que Sánchez ha sido capaz, el solito, de dejar en evidencia la estafa democrática que representa el Régimen del 78, ahora ya en plena decadencia. Detrás de las actuaciones de Sánchez, vendidas como si fuera un adalid del pueblo y de la honradez recompensada siempre en España, podemos encontrar tres fenómenos. En primer lugar, la ambición de poder de un personaje que ha llevado a su partido de derrota en derrota; en segundo lugar, ha dejado en evidencia la lucha entre los poderes oligárquicos –en este caso, mediáticos- dentro del régimen de partidos, con intereses ajenos a los expresados democráticamente por la ciudadanía; y en tercer lugar, hacer visible lo que para muchos queda velado por la propaganda: la naturaleza oligárquica y antidemocrática del Régimen.

Pongamos los hechos en contexto para que el lector contemple el escenario completo. La comentada entrevista a Sánchez se emitió en La Sexta, una cadena que forma parte de la larga lista de enemigos del grupo PRISA desde que el pasado mes de abril aireara el vínculo de la exmujer de Cebrián, Teresa Aranda, con los Papeles de Panamá, en aquella oscura filtración que parece ya pasada al olvido una vez cumplidos los primeros objetivos mediáticos. Entonces, la empresa dueña de  El País, la Cadena SER y Santillana anunció su intención de querellarse contra Atresmedia (dueña de La Sexta) "por las informaciones y comentarios difamatorios difundidos” contra su presidente ejecutivo. Se iniciaba una guerra, cuya última escaramuza –por el momento- ha sido la entrevista emitida a Pedro Sánchez.

El entrevistado

Quien haya seguido a Pedro Sánchez habrá observado que es un político bastante dado a los bandazos. Primero con Podemos, luego contra ellos. Más tarde con Ciudadanos, al final contra Susana Díaz y, finalmente, contra casi todos. Un personaje sin principios  dispuesto a todo a cambio de una sola cosa: poder.

En la guerra abierta entre PRISA y La Sexta, esta última buscó dar un golpe contra el consorcio de Cebrián acordando la conocida entrevista el miércoles anterior a su emisión, cuando Sánchez aceptó la propuesta de ser entrevistado por Jordi Evole. Para la productora y para La Sexta, esto suponía anotarse un tanto importante.

Algunas fuentes presentan los hechos de forma tan explícita que dejan entrever las motivaciones de los protagonistas:

“Pese a que Sánchez había dado su consentimiento, la hora de la entrevista no se fijó hasta el viernes por la noche, cuando llamó a un miembro del equipo de Salvados para confirmarle su disponibilidad para el domingo por la mañana. Es decir, para después de que tuviera lugar la investidura de Mariano Rajoy y de que aireara la renuncia a su escaño. Eso obligó al equipo de Évole, por un lado, a realizar el montaje del programa desde la habitación de un hotel y en un tiempo mucho menor al que sus miembros están acostumbrados. También a buscar un emplazamiento casi de forma improvisada. ¿Cómo consiguieron esto último? Primero, buscando en 'San Google' locales que abrieran los domingos por la mañana y, una vez seleccionada la Cafetería HD, en Madrid, enviando a una emisaria a negociar con sus dueños con el lógico temor a que un "no" rotundo les pusiera en serios aprietos. Finalmente, accedieron a acoger la entrevista y a retrasar una hora el inicio de su actividad a cambio de la promoción gratuita que les otorgaba el servir como emplazamiento del programa”.

Como plan B, ante el imprevisible Sánchez, la productora había previsto emitir un coloquio trufado entre militantes del PSOE, pero la esperada entrevista apareció en las pantallas de los españoles tan sólo 12 horas después de que terminara su grabación y, como se esperaba, dio suficientes titulares como para llenar las tertulias televisivas y radiofónicas.

La entrevista

Así, Pedro Sánchez apareció ante los ojos de los ciudadanos en el conocido programa Salvados de Jordi Evole. El momento no era casual, ya había renunciado a su acta de diputado y evitado votar en la investidura de Mariano Rajoy. Así, podía aparecer ante los ojos de los espectadores como un hombre honrado y sacrificado por defender sus ideas de “izquierdas”. Así, podría anunciar el comienzo de su campaña con la que aspira a volver a dirigir el partido. Sánchez, llevado por su ambición, cargó con dureza contra los poderes y acusó al periódico El País y a los sectores empresarial y financiero –de los que ha evitado dar nombres salvo el de César Alierta, expresidente de Telefónica– de trabajar para evitar su “pacto de izquierdas”.

El cinismo de Sánchez o su desfachatez para tomar el pelo a la ciudadanía llegó a la cima en dicha entrevista declarando: "Me reuní con los responsables de El País y me dijeron que o Rajoy o la línea editorial de El País no iba a ayudar para que hubiera un gobierno progresista liderado por el Partido Socialista". Suponiendo que hubiese sido como él dice… ¿Qué nos hubiera dicho Sánchez si El País le hubiera expresado su apoyo? Sin duda, el exsecretario general del PSOE no hubiera ahorrado parabienes sobre la calidad, independencia y seriedad del periódico o la emisora de PRISA. ¿Y los afiliados y votantes socialistas se merecen que les tomen el pelo de forma tan miserable? ¿El “no es no” también es válido si tiene el apoyo de la oligarquía? ¿Y esto representa a la izquierda progresista?

Pero hay más. Como si se hubiera “caído del guindo” ayer mismo, Sánchez afirmó que los poderes económicos pusieron trabas a que llegara a la Moncloa, trabajando para que hubiera un Gobierno conservador en este país. Primero… ¿qué esperaba de los poderes económicos? ¿Este hombre es tonto o nos toma el pelo? Más bien lo segundo, pues él sabe perfectamente como son los entresijos de un régimen político con el que lleva colaborando toda la vida. Sánchez conocía perfectamente cómo se mueven los poderes económicos y, en consecuencia, sus terminales mediáticas. Simplemente, se duele por las heridas de su ambición de poder, provocadas por haber sido dejado de lado por esos poderes que ahora crítica, pero que en su día dieron el visto bueno a su elección como secretario general del PSOE, sin que denunciara ninguna interferencia o presión de dichos poderes para que él fuera elegido.

Pero como es hombre de ambición desmesurada (y peligrosa),  Sánchez ha insistido en que tiene la voluntad de presentarse al próximo congreso en el que se renovará el liderazgo.  "No estoy muerto", comentó…

Quiere presentarse ahora como un damnificado por los poderes “fácticos”, los mismos que le ayudaron a auparse y casi ser Presidente del Gobierno. Para ello, no duda en arremeter contra todo y contra todos. Sobre Felipe González, dijo: "No nos reconocemos en él muchos militantes", aunque asegura que sí en quien era el presidente en 1982. "Felipe en mis zapatos hace 30 años también se hubiera mantenido en el ‘no es no’", ha apostillado. ¿Este hombre es consciente de lo que dice? ¿Se reconoce en el Felipe González de la reconversión industrial, la negociación para la entrada en la Comunidad Económica Europea, el referéndum sobre  la OTAN, la corrupción generalizada del “felipato”, los GAL, etc., etc.?

¿Y con esa visión de lo que ha sido el PSOE se puede decir alegremente que se equivocó en su primer Comité Federal, a mediados de septiembre de 2014, cuando calificó a Podemos de "populista"? "No supe entender el movimiento que había detrás de Pablo Iglesias. El PSOE tiene que mirar de tú a tú y trabajar codo con codo con Podemos". ¿Qué idea tiene este hombre de lo que es Podemos? ¿Quizás que es tan casta como lo ha sido el PSOE en todos estos años?

Para colmo, cree que también fue un "error" el haber aceptado la imposición de los barones tras el 20D de no poder gobernar con el apoyo de las fuerzas independentistas. ¿Pactar con los independentistas? Eso era ir contra las propias resoluciones del Comité Federal e imponer su santa voluntad. ¿Qué pensaba que iba a hacer el aparato del partido y las fuerzas que le apoyan?

No engañe más a los militantes y votantes socialistas, señor Sánchez.

Un detalle de cómo La Sexta trufó la entrevista y manipuló a los espectadores

Aunque pasó desapercibido para el común, tras la “espectacularidad” de la entrevista a Sánchez cuatro militantes socialistas debatieron las palabras de Sánchez y casualmente eran todos contrarios a la abstención. Raro, raro, raro…

La reacción de los militantes socialistas no se hizo esperar en las redes sociales, donde algunos llamados por el canal para participar en el programa dejaron en evidencia que fue una elección deliberada del equipo de Salvados para dar una imagen muy concreta.

Según el relato de Laura Rojas, una militante socialista andaluza, "es totalmente incierto" que a Évole le hubiese costado mucho encontrar socialistas que defendiesen la abstención, tal y como dijo en el programa. La militante denuncia:

"Es totalmente incierto, a mí me llamaron desde un primer momento. Yo desde el primer momento acepté y se me estuvo haciendo entrevistas telefónicas y en la primera muy bien pero al día siguiente quizá por hacer declaraciones no favorables a algún partido político puede ser que dijeran 'mejor no' porque así pueden pensar otra cosa los telespectadores. Por la tarde me llamaron: que no querían un perfil joven, que querían alguien más mayor", justo lo contrario de lo que le habían dicho al principio”.

La conclusión de la socialista es clara: "Jordi Évole ha manipulado el tema y espero que pida disculpas, porque lo que ha dicho no es cierto". Otro militante, Marcos Torre, afirmó también en Twitter que "salvadostv nos grabó a varios militantes, unos 12, que defendimos la abstención libremente, pero no nos han sacado y jordievole lo sabe".

La respuesta de PRISA

Inicialmente, PRISA procedió a restar importancia a la entrevista. Ni una sola mención en la portada de la web y una sola referencia en su edición impresa, en el último párrafo de una noticia situada en la página 3 de la sección de Nacional.

Mientras las principales cabeceras dedicaban sus páginas web al desquite de Sánchez, El País silenciaba el tema… de momento.

Pero sí hay que destacar que la breve reseña de El País se centró en golpear a Sánchez donde más le duele: en las palabras disparatadas de un ambicioso que pretende volver a liderar el PSOE declarando cosas como: “Hay que entender la naturaleza de nuestro país. España es una nación de naciones y Cataluña es una nación y, como nación que es, hay que hacer para que se sienta integrada”. No es extraño que para muchos, estas palabras le trajeran nuevamente a la cabeza aquella editorial que El País al ex dirigente del PSOE pocas horas antes de su capitulación, en el que dudaba de sus formas, su talante y su honorabilidad. "Sánchez ha resultado no ser un dirigente cabal, sino un insensato sin escrúpulos que no duda en destruir el partido que con tanto desacierto ha dirigido antes que reconocer su enorme fracaso".

Pero tras el silencio inicial, dos días después de la emisión de la entrevista, El Mundo publicaba una bomba: el exlíder del PSOE, que tanto se quejaba en televisión de las presiones de los sectores empresariales, había pedido ayuda a Telefónica para someter la línea editorial del Grupo PRISA.

Era el momento para que El País respondiera a Sánchez y a la Sexta a golpe de editorial demoledor. Y fue al día siguiente de lo publicado por El Mundo. De hecho, el diario asegura que no hubiera entrado a desmentir las presiones a Sánchez para que no formara Gobierno con Podemos y los independentistas si El Mundo no hubiera revelado este martes que, en realidad, los hechos ocurrieron exactamente al revés, es decir, que fue Sánchez el que visitó al presidente de Telefónica para pedirle que presionara a su favor sobre la línea editorial de El País, de cuya empresa la compañía de telecomunicaciones posee un 13% de las acciones.

Vaya, vaya, vaya… ¿Y Sánchez es ese baluarte de la izquierda con el que pensaba formar gobierno Podemos?

En el artículo se asegura que "esta revelación pone de manifiesto la completa ausencia de cultura democrática de quien por dos veces ha encabezado, con pésimos resultados, la candidatura electoral de los socialistas" y se va más allá en un párrafo inmisericorde en el que se desvela que fue exactamente al contrario: "Ejercer presión desde el poder político sobre las empresas y accionistas de medios de comunicación, para torcer o manipular sus posiciones editoriales, es algo común en los regímenes autoritarios pero constituye un acto inaceptable que descalifica por completo a quien aspiraba nada menos que a presidir el Gobierno de España. Si desde la oposición se permitía esa clase de licencias, no queremos imaginar qué sería capaz de hacer Sánchez en este terreno si hubiera obtenido el Gobierno". Para rematar al exlíder del PSOE concluye con un "los comportamientos posteriores —en sede parlamentaria y en algunas televisiones— de los señores Sánchez, Iglesias y Rufián ponen de relieve lo acertado de nuestro análisis". Demoledor.

Ebrio de ambición y protagonismo, Pedro Sánchez ha conseguido dejar en evidencia la lucha sorda y oscura entre dos de los principales poderes mediáticos de este país. Los dos apoyando opciones de “izquierdas”. A estas alturas, no creo que el lector dude de l guerra generalizada en el mundo de los medios de comunicación. La búsqueda del beneficio y la erótica del poder explican el papel de los medios en este régimen, aunque sea a costa del derecho a la información de los ciudadanos y los principios de equidad y veracidad. Reflexione el lector lo que significa la palabra “democracia” en este contexto.

La entrevista de Evole a Sánchez ha sido simplemente un episodio donde el espectador puede tomar conciencia del “nivel” de la clase política española y sus preocupaciones. También ha sido un episodio de cómo la democracia en España está “mediatizada”, nunca mejor dicho. Pero todavía podemos subir más peldaños y llegar al escenario final de cómo se mueve el poder y se toman las decisiones en un sistema de partidos oligárquicos como el español (o el de cualquier país occidental).

Los que derrocaron a Sánchez son… los que le pusieron

A nadie bien informado escapa que la operación de Susana Díaz y un grupo de barones socialistas para provocar la caída de Pedro Sánchez de la secretaría general del PSOE fue solo el último paso de una maniobra en la que participaron diversos actores: empresarios, servicios de Inteligencia, expolíticos y un gran grupo de comunicación propietario del diario más leído de España (PRISA).

Según publicó el diario La Información, dos fuentes diferentes confirmaron al medio que en las jornadas anteriores a la acción de los barones socialistas se celebró una reunión en Madrid en la que participaron destacados protagonistas del mundo político, periodístico y empresarial.

En concreto, se reunieron el expresidente del Gobierno Felipe González; el presidente del Grupo PRISA Juan Luis Cebrián; y tres importantes empresarios del Ibex. Sobre la identidad de los empresarios que participaron en esta reunión, una fuente sitúa en la misma a César Alierta, el expresidente de Telefónica. También sitúan en este encuentro al expresidente de La Caixa (también accionista de Prisa), Isidro Fainé, y al actual máximo mandatario de una eléctrica, cuyo nombre no ha sido precisado por las fuentes consultadas por La Información.

Al parecer, el plato fuerte de la reunión fue la posibilidad de consultar y manejar información procedente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI). ¿Quién llevó esa información a la reunión? No se sabe, pero algún periodista ya había publicado la posibilidad de que el CNI estuviera implicado colateralmente en la operación de derribo de Sánchez. Incluso Carlos Herrera habló el viernes 25 de octubre de ello en antena. El periodista dijo en COPE que los servicios de Inteligencia pudieron alertar a Rajoy y a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, de los intentos de Pedro Sánchez de conformar Gobierno con Podemos y de cómo en el PSOE se estaban registrando altas de militantes que venían de Podemos. Rajoy, contó Herrera, se lo hizo saber a Felipe González y a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Igualmente, otro periodista generalmente muy bien informado desde las cloacas del Estado, Luis María Anson, desveló en su columna de El Mundo la existencia de un informe de los servicios de Inteligencia contra Pablo Iglesias: "Me aseguran que el CNI dispone de un arsenal de irregularidades y vergüenzas del líder podemita". Además, el diario El Mundo, como expusimos anteriormente, publicó que el propio Sánchez pidió ayuda a José María Álvarez-Pallete, actual presidente de Telefónica, para que El País y la Cadena SER se sometieran a los deseos del exlíder socialista.

En definitiva, tan exclusiva y secreta reunión se celebró en el contexto de la posibilidad de que Pedro Sánchez intentara formar un Gobierno con Podemos y formaciones independentistas. Los números le salían al exsecretario general del PSOE, que incluso había iniciado contactos con PNV y otras formaciones secesionistas. Solo le faltaba el 'sí' de ERC.

El CNI habría detectado estos movimientos y habría informado a varios actores, entre los que se encuentra lógicamente Moncloa.

El peligro de esta hoja de ruta radicaba en qué podría ofrecer ese hipotético Gobierno presidido por Sánchez a las formaciones independentistas. Se hablaba entonces de un referéndum secesionista o, incluso, del peligro de que Cataluña se encaminara unilateralmente hacia la independencia. Estos informes unidos a la cerrazón de Sánchez, que ha cosechado los peores resultados del PSOE en su historia reciente, la "podemización" creciente del PSOE y la ausencia de un debate interno, con un secretario general encastillado, es lo que habría provocado la revuelta interna. Nadie bien informado cree que Sánchez sea un mártir.

Tras esta reunión en Madrid, en el PSOE se inició la operación para 'derrocar' a Sánchez. La señal para el “alzamiento” la daría Felipe González, como voz autorizada del PSOE, en  una entrevista preparada para la Cadena SER donde explicaría que Sánchez le dijo que se abstendría para dejar gobernar al PP. La entrevista, que se emitió enlatada (fue grabada unos días antes y emitida el día 28 de septiembre), se difundió y se desencadenó entonces toda la revuelta contra Pedro Sánchez.

¿Y la democracia?... Ni está ni se la espera.

Juan A. Aguilar