Una de las mentiras más descaradas sobre la supuesta “injerencia rusa” en la cuestión catalana, emitida desde algunos medios por los magufos de turno y a su vez citado por informes de los think tank que alimentan la infame campaña contra Rusia, ha sido la de un banco ruso que estaría financiando la oficina lobista en EEUU contratada por la Generalidad catalana para ganar influencia en EEUU.
Algo que a primera vista parece un disparate, medios presuntamente serios han dado crédito a tan patética historieta para seguir intoxicando a la opinión pública contra Rusia.
Decía uno de esos medios: “La agencia de Washington contratada por el Govern de Puigdemont para difundir la propaganda independentista recibe fondos de Sberbank, un banco del Kremlin sancionado por la Unión Europea”. La mentira tenía todos los componentes para animar a la animadversión contra Rusia: un banco estatal ruso, sancionado por la UE, es decir, sospechoso de todo y financiando a lo más detestable de la política española, el Govern golpista de Cataluña…
Decían que “la campaña que ha puesto en marcha el Gobierno de la Generalitat para tratar de recabar el apoyo de políticos y medios de comunicación internacionales encierra nuevas conexiones con Moscú”. La tesis es que el 'lobby' que contrató el pasado agosto la Delegación de Cataluña en Estados Unidos para intentar propagar su discurso en ese país al parecer estaría cobrando del mayor banco ruso, Sberbank, sancionado en 2014 por Washington y Bruselas por haber supuesta financiación de los prorusos en el este de Ucrania tras el golpe de Estado pro OTAN en Kiev.
Para montar la mentira se partía de datos ciertos y contrastables.
Primero, el representante de la Generalitat en Estados Unidos, Andrew Davis, firmó un acuerdo (ver aquí) en plena campaña del referéndum independentista con el 'lobby' SGR Government Relations para “apoyar los esfuerzos comunicativos” del Govern y “fortalecer las relaciones entre los gobiernos y círculos de negocios de Cataluña y Estados Unidos”. La firma se comprometió a mantener informados en todo momento a los legisladores y medios de comunicación norteamericanos del “contexto político y económico de Cataluña”. El contrato inicial, de tres meses, termina el próximo 28 de noviembre y asciende a un total de 51.000 euros. No obstante, tras esa fecha podría prorrogarse indefinidamente por otros 17.000 euros mensuales.
El 28 de agosto de 2017 Jim Courtovich's, director de SGR -Government Relations and lobbying- registró en el Departamento de Justicia de los EEUU el contrato, que fue renovado el 2 de octubre tras el referéndum fallido.
Por ese dinero, cuatro empleados de SGR representarían los intereses de la Generalitat, según los documentos consultados. Pero lo harán a tiempo parcial porque también llevan el portafolio del gobierno de Etiopía, uno de los muchos regímenes represivos de África. Hasta finales del año pasado, SGR tuvo también en su cartera a la Casa Real saudí, que le pagó 45.000 dólares mensuales por concienciar a los miembros del Congreso y el Ejecutivo estadounidense de la “importancia crítica que (Arabia Saudí) tiene para los intereses económicos y de seguridad de EEUU”.
Segundo, la Generalitat selló el acuerdo con SGR, beneficiándose desde entonces de todos los servicios de la empresa matriz de la firma, Sphere Consulting, un enorme 'lobby' que dirige el consultor Jim Courtovich. El directivo se ha implicado personalmente en la promoción de los argumentos de la Generalitat. Desde agosto, difunde en su cuenta de Twitter noticias favorables para la estrategia de Carles Puigdemont. El pasado 1 de octubre fue especialmente activo, enlazando vídeos, noticias e imágenes que denunciaban la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Como escribía El Confidencial, al día siguiente, el 2 de octubre, Sphere Consulting incluyó en su resumen de noticias semanales una mención a la crisis catalana. “El 90% de los catalanes que acudieron a las urnas el domingo votó a favor de separarse de España a pesar de la brutal represión del Gobierno central contra ciudadanos que intentaban ejercer su derecho a decidir su propio destino. Las imágenes de la policía española disparando balas de goma y atizando con porras a catalanes ensangrentados sacudieron el mundo. El Gobierno español dijo que se negará a reconocer el voto, pero la verdadera pregunta es si otros líderes mundiales reaccionarán ante las imágenes de Cataluña”. El mensaje fue trasladado a todos los dirigentes políticos con los que mantiene contacto la matriz de SGR.
Los empleados de Sphere Consulting eran James Graham Miller, Greg Lowman, Patrick Fleming, Edward Wyatt y Carla Amanduray, todos ellos con autorización para remitir información a políticos electos e incluso pasearse con libertad por la Cámara de Representantes y el Senado.
¿Quién es James Courtovich?
Jim Courtovich tiene más de veinte años de experiencia en asuntos públicos y comunicaciones de crisis y ha dirigido algunos de los debates empresariales y políticos más importantes en todo el mundo. Tiene experiencia en una amplia gama de comunicaciones, desde relaciones con los medios de comunicación hasta gestión de campañas contra competidores. Como ex banquero comercial, asesor del Senado, gerente de campaña política y jefe de una ONG, Jim aporta una perspectiva y un entendimiento únicos de cómo se cruzan los negocios, las políticas públicas y los medios de comunicación en EEUU.
Jim fundó Sphere Consulting para proporcionar campañas precisas y eficientes para que los clientes manejen problemas y reputaciones, e impacten profundamente sus marcas, nombres y capacidad de hacer negocios alrededor del mundo. Dana Milbank del Washington Post escribió que Jim es uno de los "guardianes de Washington", y el periódico Político lo ha descrito como uno de los "grandes artilleros del sector privado".
Su experiencia incluye:
Investigación y gestión de la oposición en un caso de fraude global, trabajando con Deloitte y Baach Robinson Lewis. Esta disputa de $9.200 millones con origen en el Medio Oriente y llegó a todos los principales mercados financieros del mundo.
Jim se ha desempeñado como asesor de Ted Forstmann, el socio fundador de la firma de capital de riesgo Forstmann Little & Co., así como de John Walton, quien se desempeñó como miembro de la junta directiva de Wal-Mart Corporation. Además, fue asesor principal de los senadores Phil Gramm y Warren Rudman en el Senado de los Estados Unidos.
Era uno de los directores ejecutivos más jóvenes en el Capitolio cuando trabajaba para el Senador Bob Smith. Jim fue gerente de asuntos públicos en Burson-Marsteller y Vicepresidente/GM en Ketchum Communications. También fue un prestamista comercial enfocado en pequeñas y medianas empresas en un banco líder de Nueva Inglaterra.
Es decir, una persona íntimamente relacionado con el Establishment norteamericano. ¿Alguien que no actue de mala fe puede pensar que es un intermediario de la trama rusa con Puigdemont (a) “Cipiollino”.
¿Dónde están los rusos?
La cuestión es que según cuentan los magufos, al mismo tiempo que la Generalitat se beneficiaba de ese enorme despliegue de recursos de SGR y Sphere Consulting, el 'holding' de relaciones públicas estaba cobrando del banco moscovita Sberbank, una entidad semipública con el 60% de sus acciones en manos del Banco Central de Rusia.
Pero la realidad, como demuestran los documentos, es que la entidad financiera eligió al 'lobby' de Courtovich para intentar que la Administración estadounidense levante las sanciones que le impuso en 2014.
Es decir, un banco ruso, como otras muchas empresas, contratan los servicios de SGR. La trama separatista catalana también contratan los servicios de SGR… Conclusión de los anacletos: el banco ruso paga el lobby de Puigdemont. Por la misma lógica, se podría decir que las otras empresas que tienen contrato con SGR (muchas de ellas farmacéuticas), también pagan a Puigdemont… O que como el Ministerio de Asuntos Exteriores también ha contratado a SGR en el pasado, la conclusión es que Rusia paga al Gobierno de M. Rajoy.
¿Conexión rusa? Ninguna.
Pero hay más. Como reconocen los anacletos, la Generalidad cerró el contrato el 15 de agosto pasado y por un tiempo de tres meses. Pero si consultamos el contrato de Sberbank (ver aquí), resulta que se firmó en diciembre de 2016 y su validez era para el primer trimestre de 2017, no renovándose dicho contrato. Que nos expliquen ¿CÓMO PODÍA FINANCIAR SBERBANK UN CONTRATO QUE NO EXISTIRÍA HASTA 8 MESES DESPUÉS? ¿Cómo facturaba SGR, con falsas facturas y desviando el dinero para hacer frente a las facturas de la Generalidad? Este es el absurdo al que nos quieren llevar los que nos toman a todos los demás por imbéciles.
A continuación están las oficinas lobistas contratadas por Sberbank en 2017, y los reports generados y sus destinatarios (pueden consultar los enlaces): El Departamento de Estado, El Senado y la Cámara de Representantes.
Lobbying Expenses Reported by Subsidiary Sberbank CIB USA
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Firms Hired
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Total Reported by Filer
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Reported Contract Expenses (included in Total Reported by Filer)
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Madison Group
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$50,000
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SGR LLC
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$50,000
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Una vez realizadas las gestiones y emitidos dichos informes, en marzo de 2017 se cancelaron todos los contratos con SGR como se puede comprobar en la siguiente relación.
Report Images, 2017
Subsidiary
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Lobbying Firm Hired
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Report Type
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Amount
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Sberbank CIB USA
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Madison Group
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FIRST QUARTER TERMINATION
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$50,000
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Sberbank CIB USA
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SGR LLC
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FIRST QUARTER REPORT
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$50,000
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Sberbank CIB USA
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SGR LLC
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SECOND QUARTER (NO ACTIVITY)
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$0
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Sberbank CIB USA
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SGR LLC
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SECOND QUARTER AMENDMENT (NO ACTIVITY)
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$0
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Sberbank CIB USA
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SGR LLC
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THIRD QUARTER (NO ACTIVITY)
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$0
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Por supuesto, en todo esto no aparece, la Generalidad, ni Puigdemont ni los agentes del KGB ni ninguna de las magufadas con las que han construido tan burda mentira.
¿Conexión rusa? Ninguna.
Pero sigamos con la supuesta “trama rusa”. Los mentores de la campaña antirusa sostienen que el 'lobby' contratado por la Generalitat tiene otro vínculo moscovita que ya ha provocado que el Senado estadounidense lo incluya en el llamado Russiagate, el proceso para dilucidar si Donald Trump recibió ayuda de Putin en su carrera hacia la presidencia de Estados Unidos. SGR fue contratada por Flynn Intel Group INC, propiedad del teniente general retirado Michael T. Flynn. Si vamos a los contratos registrados por la empresa de Flynn veremos que nada tienen que ver con Rusia ni con Puigdemont. Flynn Intel Group, subcontrató en su día a SGR para que prestara servicios a Inovo BV, una compañía holandesa aparentemente vinculada a la presidencia turca.
Inicialmente, el Flynn Intel Group describió el encargo a SGR como un proyecto para promover el buen clima empresarial en Turquía, según el 'Washington Post'. Pero más tarde y bajo presión, Flynn declaró formalmente que el trabajo consistía en una campaña para concienciar a los estadounidenses sobre Fethullah Gullen, el clérigo turco exiliado en Pensilvania al que Erdogan acusa de ser responsable del fallido golpe de Estado en su país.
¿Conexión rusa? Ninguna.
En todo caso, conexión yanqui, pues Sphere Consulting ha reconocido que realizó una donación de 2.300 euros a la candidatura de Trump en la campaña de las presidenciales. También ingresó 8.511 euros a uno de los fondos de captación del Partido Republicano. Las aportaciones son modestas, pero confirman la existencia de una relación.
Otra de las fantasmales “conexiones” con Rusia se “fundamenta” en algo tan circunstancial como que el pasado 29 de marzo, Puigdemont (a) “Cipiollino” viajó a Estados Unidos para reunirse con el congresista republicano por California Dana Rohrabacher, presidente del subcomité de Europa de la Cámara de Representantes, considerado uno de los miembros de la Cámara legislativa más cercanos a Trump y compartió una cena con Putin… allá por los años noventa del siglo pasado en San Petesburgo, es decir, hace más de dos décadas.
Solo una semana después del primer encuentro en Washington, el Govern de la Generalitat volvió a informar de una nueva cita entre Puigdemont y Rohrabacher para abordar la “situación de la política catalana y europea”. Esa vez, la reunión se produjo en el Palau de la Generalitat y también acudieron Oriol Junqueras y Raül Romeva, además del ya citado Andrew Davis, el delegado autonómico en Estados Unidos que cuatro meses después terminaría contratando al 'lobby' SGR. De aquí, los anacletos deducen una “conexión rusa”… pero perfectamente podría ser una “conexión norteamericana”, de hecho, sería más razonable pensarlo, dado el puesto que ocupa Rohrabacher y su pasado como asesor del presidente Ronald Reagan,… ¡pero que la realidad no le estropee la “noticia” a los magufos!
El presidente catalán, Carles Puigdemont (centro), con los congresistas estadounidenses Dana Rohrabacher (i) y Brian Higgins (d) y el conseller de Asuntos Exteriores en el Palacio de la Generalitat durante la reunión que han mantenido y con quienes ha analizado la situación catalana y europea, hoy en Barcelona. Los congresistas fueron recibidos por el propio Puigdemont, así como por el conseller de Asuntos Exteriores, Raül Romeva, con el himno estadounidense sonando en el carillón del Palau de la Generalitat, música que los políticos norteamericanos escucharon con la mano sobre el pecho. Tras la reunión, Puigdemont ofreció una cena a Rohrabacher -republicano- y Higgins -demócrata-, a la que han asistido el vicepresidente del gobierno catalán, Oriol Junqueras, Romeva, el secretario del Govern, Joan Vidal, y el delegado de la Generalitat en Estados Unidos, Adrew S. Davis.
Es necesario decir que el pasado 16 de agosto, Rohrabacher se reunió durante más de tres horas con el fundador de Wikileaks en la embajada de Ecuador en Londres. El congresista admitió la reunión y que su objetivo era preguntarle a Assange si Rusia había tenido algo que ver en el robo de los correos del Partido Demócrata durante la campaña presidencial, una filtración difundida por la plataforma del 'hacker' australiano que se supone favoreció a Trump. Curiosamente, solo unos días después de ese encuentro, Assange comenzó a trasladar a sus más de 500.000 seguidores en Twitter todo tipo de contenidos contra el Ejecutivo de Mariano Rajoy y a favor del Govern de Puigdemont.
Dado que ya sabemos que salieron fondos económicos de la Generalidad para financiar la campaña internacional con Assange, Yoko Ono y otros, sería razonable pensar que el congresista norteamericano “contrató” a Assange por encargo de Puigdemont, que es el que pagaba al lobby SGR. Recordemos que Sberbank ya no tenía ningún contrato con SGR desde el primer trimestre del año.
Aplicando las mismas “técnicas” de desinformación de los magufos de la “injerencia rusa”, sería más creíble un esquema que conectara a Assange con Rohrabacher y a este, con el presidente Trump, salvo que las conclusiones serían muy distintas… y no cuadraría con los disparates escritos por el Instituto Elcano y los magufos de los medios atlantistas.
Por tanto, ¿conexión rusa? Ninguna. En todo caso… “conexión yanqui”.
La embajada de España en EEUU sí sabe quién paga a SGR
El propio Gobierno español confirma indirectamente lo que decimos cuando el embajador de España en Washington envió una carta al lobista de la Generalitat en Estados Unidos, SGR, para advertirle de que su trabajo se estaba pagando con fondos malversados de la Generalidad, no de ningún banco ruso.
La embajada advierte al despacho de Jim Courtovich de que «el único tema en el contexto político de Cataluña es el referéndum sobre la independencia que el gobierno catalán quiere organizar el 1 de octubre». A continuación le informa de que «el Tribunal Constitucional español ha declarado que el referéndum es ilegal» y que «los tribunales españoles han reiterado que el gobierno regional de Cataluña (y su sucursal estadounidense que firmó el contrato) no pueden realizar ninguna actividad ni gastar fondos públicos para promover en España, o fuera de España, la secesión de la región del resto del país».
La advertencia más seria llega a continuación: «Es muy probable que el gobierno catalán haya violado las leyes españolas al contratar sus servicios». Pedro Morenés añade que el Gobierno de España ya ha contactado con el Departamento de Justicia y con el Departamento de Asuntos Exteriores del Gobierno de Estados Unidos «para compartir nuestras preocupaciones».
La carta va dirigida a James Miller, un subordinado de Courtovich, que fue quien firmó el contrato con la delegación catalana en Washington en nombre de SGR. El FBI y la Fiscalía están investigando a Jim Courtovich en el marco de una gran trama de fraude y sobornos alrededor de la empresa Genentech, cuyo «cerebro», Evan Morris, se suicidó en 2015. El FBI indaga si el lobista de la Generalitat ayudó a Morris a ocultar pagos ilícitos y sobornos de la industria farmacéutica.
Carta de la Embajada de España en Washington enviada al despacho que hace lobby a favor del 1-O
Como señalábamos anteriormente, SGR Government Relations Lobbing registró el contrato el 28 de agosto en el Departamento de Justicia para cumplir con la obligación legal de informar de las actividades de lobby. Como advierte el embajador de España, el lobista Jim Courtovich se ha dedicado a «impulsar» la independencia de Cataluña en Estados Unidos. El relaciones públicas ha colgado fotografías en su cuenta de Facebook para apoyar la secesión, aunque ya las ha eliminado.
Perfil de Facebook de Jim Courtovich
Una de ellas fue una foto de la celebración de la pasada Diada junto con un texto que decía «ayer más de un millón de personas conmemoraron en Barcelona el 302 aniversario del Día Nacional de Cataluña».
La Generalidad a la búsqueda de los lobbies americanos
Pero esta situación viene de lejos sin que Sberbank haya aparecido nunca relacionado con los separatistas catalanes. No tenemos noticia de si la firma SGR tomaba el relevo a Independent Diplomat, empresa con la que Puigdemont trabajaba desde 2013 en los EEUU gastándose 1,3 millones de euros de las arcas públicas catalanas. Este grupo está especializado en procesos de autodeterminación y resolución de conflictos internacionales. Es decir, ¿qué necesidad tenía Cipiollino y sus cómplices de que un banco ruso les pusiera 50.000 dólares? Todo es absurdo. Es una mentira tan mal construida que solo hay que ir al citado registro del Departamento de Justicia para que los intoxicadores queden en evidencia.
Los independentistas llevan mucho tiempo gastándose dinero en agasajar a corresponsales y atrayéndoselos a su causa; pagando profesores de universidad, think tanks, lobbies.... Desde 2014 se vienen registrando en el Departamento de Justicia de EEUU contratos con oficinas de lobbies (ver aquí, aquí, aquí, aquí y aquí). Basta con glosar el presupuesto del Departamento de Asuntos y Relaciones Institucionales, Exteriores y de la Transparencia que dirigía Romeva. Desde 2015, la partida anual destinada a relaciones exteriores se elevaba hasta los 18,3 millones de euros.
El propio Ministerio de Asuntos Exteriores confirmaba recientemente que el activismo independentista no se limita a las redes sociales. Pocas comunidades hay tan activas en Bruselas como la catalana. Tienen que amortizar el millón que cuesta la sede de la delegación de la Generalitat. No es ningún secreto que una de sus prioridades es atraer a la causa a los corresponsales en Bruselas. «Organizan viajes a Cataluña, reuniones con Romeva, Puigdemont y Junqueras...», se gastaron desde 2014 vía Diplocat 214.000 euros en su programa de visitantes internacionales.
Solo entre el 26 y el 30 de agosto pasado, Puigdemont y Romeva gastaron 88.214 euros en un periplo por EEUU. En esos viajes, la actividad de los políticos nacionalistas es frenética.
Tampoco la universidad escapa a los tentáculos de la propaganda separatista. Las conferencias de Puigdemont y Mas en Harvard y Oxford son de sobra conocidas, pero se organizan charlas independentistas en universidades de todo el mundo. Desde Londres a Tokio.
Pero en toda esta vorágine internacional, los separatistas catalanes nunca contaron con Rusia. Fuentes cercanas al aparato diplomático montando por la Generalitat apuntaron en su día que todo lo que vinculara el ‘procés’ con Vladimir Putin resultaba contraproducente. Cataluña estaba demasiado interesada en seguir siendo miembro de la UE y de la OTAN para ni tan siquiera coquetear con el gobierno ruso.
Otro detalle. Fuentes de la Conselleria de Asuntos Exteriores, que encabezaba Raül Romeva, explicaron que se rechazaron ofrecimientos como el de Enric Folch, del partido Solidaritat Catalana, una escisión de ERC de la época del tripartito. Folch participó como representante catalán en los encuentros que se celebraron en septiembre de 2015 y de 2016 en el Ritz-Carlton de Moscú para agrupar a minorías secesionistas de todo el mundo, desde Texas o California hasta Irlanda del Norte o la Liga Norte italiana. Folch ofreció sus contactos con los rusos a la Generalitat, pero estos fueron rechazados.
Es más, era público y notorio que la denominada ‘diplomacia catalana’ apostaba por Israel como principal apoyo internacional para una futura Cataluña independiente y no quería ni oír hablar del ‘oso ruso’.
¿Conexión rusa? ¿Dónde?
Solo en un sitio: en los planes de intoxicación contra Rusia y Putin de los poderes atlantistas y sus fieles servidores… esperemos que a estos últimos, al menos, les paguen bien.