“El archivo Amarillo” es un libro realmente excepcional. Como anticipa el subtítulo de su portada, muestra de forma directa y descarnada la “cara oculta” de los Servicios de Inteligencia españoles. En esa tarea, desvela sus orígenes franquistas; muestra su evolución histórica y los obstáculos todavía no superados en su adaptación al Estado Constitucional; denuncia la praxis irregular, documentada con casos que incluso se han llegado a tipificar como delictivos; presenta en rigurosa primicia las biografías no autorizadas de quienes han sido sus máximos responsables, junto con las de otros personajes afectos también relevantes…, y, en definitiva, abruma con un sinfín de citas y anotaciones puntuales tan sorprendentes como reveladoras.
Su autor desvela con enorme precisión las claves “político-genéticas” que han condicionado la organización de los servicios secretos, incluyendo referencias previas a su creación formal en marzo de 1972, momento en el que se le reconocen oficialmente misiones, medios y prácticas estructuradas dentro de la organización político-administrativa del Estado, y ofreciendo, al mismo tiempo, un análisis informado de su funcionamiento, que a menudo ha sido discordante con los principios constitucionales y la legalidad del Estado de Derecho. Una realidad que define como “socialmente frustrante”, siendo, como son, un soporte básico de la Seguridad Nacional.
El magistrado José Luis Aulet, doctor en Derecho Comparado y prologuista del libro, ya advierte en su extensa e interesante presentación:
“El primer acierto de la obra es la original forma de exponer el tema, comenzando por el examen de tres casos de repercusión internacional en que los Servicios de Inteligencia españoles desempeñaron un papel harto discutible. El asesinato del presidente del Gobierno, almirante Carrero Blanco, el golpe de Estado del 23-F y los atentados del 11-M. Meterse casi de entrada en los laberintos donde se pierden esos acontecimientos, y exponer su opinión sobre los mismos, es un recurso que Muniesa utiliza de forma magistral para captar la atención del lector y, de paso, alarmarle sobre lo que hubo o parece que hubo tras los hechos visibles, y la falta de eficacia en las que los Servicios Secretos se desenvolvieron”…
Y es que, en efecto, al desgranar las actuaciones más controvertidas seguidas con las sucesivas nomenclaturas del SECED, CESID y CNI, en una primera parte se destacan las que el autor define como “tres hitos en la inseguridad del Estado”, directamente asociados al 20-D, al 23-F y al 11-M.
Los títulos de esos sucesos son bien llamativos. El asesinato del almirante Carrero se define como “el magnicidio anunciado que no se quiso prevenir, perseguir ni juzgar”; el golpe de Estado del 23-F es visto “con el CESID en la picota” y los atentados del 11-M son calificados como “una masacre de diseño, impune y de jaque mate político”.
Este riguroso análisis, sólidamente referenciado, introduce al lector en la historia de nuestros servicios secretos, diseccionando sus sucesivas épocas y transformaciones con aportaciones también novedosas, sin dejar de señalar las circunstancias que han generado el caldo de cultivo de sus disfunciones y comportamientos espurios. Éstos se detallan con precisión, mostrando un amplio catálogo de sucesos hasta ahora reservados a los círculos de opinión informada, sin duda sintomático y de difícil digestión social.
Por último, se incorpora un original compendio con las biografías no autorizadas de quienes han dirigido la Inteligencia del Estado durante los cuarenta años de su polémica existencia, o protagonizado hechos conexos significados, que permite otro análisis transversal no menos novedoso y descriptivo de su “cara oculta”, siempre “más real y auténtica que su apariencia visible”, como afirma el propio autor.
Éste se pregunta en el epílogo de la obra: ¿Es posible otro modelo de Servicios de Inteligencia? La respuesta, enmarcada entre lo necesario y lo improbable, sumerge de nuevo al lector en un mundo lleno de revelaciones y entramados de intereses que, en ocasiones, llegan a estremecer.
“El Archivo Amarillo” ofrece, pues, una visión inédita, distinta y desmitificadora de los Servicios de Inteligencia, y de alguna forma también demoledora. El propio autor advierte en una nota introductoria que “ponerla en negro sobre blanco no ha sido tarea grata, sino más bien todo lo contrario, sabiendo que recuperará malos recuerdos del pasado, reabrirá no pocas heridas mal cicatrizadas y conllevará incomprensiones inevitables”… En esa misma nota, se señala:
“La enorme capacidad que tienen los Servicios de Inteligencia para obtener y filtrar información de gran valor en la toma de decisiones tácticas o estratégicas, tanto en el ámbito político como en el económico, e incluso en el plano de la vida ciudadana más corriente, profesional, social o personal, hace que frecuentemente planeen sobre ellos intereses no legítimos. De hecho, la ligereza con la que se han utilizado de forma bastarda, con la correspondiente repercusión en los medios informativos, siempre escandalosa, realimenta esa percepción pública con cierta periodicidad.
Asumir esta realidad desde una perspectiva crítica o de denuncia constructiva, con todo lo que tenga de inconveniente para algunos o pueda ser malinterpretada por otros, es, además de legítimo, indispensable para que se puedan imponer a continuación las oportunas medidas correctoras.
Ese es precisamente el enfoque del libro que tiene en sus manos: un análisis objetivo de los fracasos, despropósitos y tropelías que han venido protagonizando los Servicios de Inteligencia, mucho más allá de la mera anécdota. Y, por supuesto, con la intención de reconducir todas sus posibles desviaciones o conculcaciones del Estado de Derecho hacia un modelo acorde con los principios y valores democráticos, socialmente irrenunciables”…
Con independencia del mensaje de alerta social que contiene, el libro también pretende ofrecer a la clase política una versión de los Servicios de Inteligencia no oficialista, y sin duda de reprobación, tratando de remover la dejación histórica en la responsabilidad parlamentaria de controlarlos. “El juego de permitir que, frente a su exclusivo servicio al Estado, se supediten a la servidumbre política, e incluso al servilismo gubernamental y partidista, es impropio de la grandeza que conlleva la representación pública de los ciudadanos”, afirma Muniesa. Y añade: “Los políticos de altura lo saben y, legitimados como están por la soberanía popular, deben exigirles como mínimo la misma rectitud en su comportamiento que, por ejemplo, se exige a los militares depositarios de la fuerza armada o a los magistrados que imparten justicia”.
En resumen, “El Archivo Amarillo” es un libro especialmente recomendable. Aporta nuevos datos y vías de análisis sobre los Servicios de Inteligencia, imprescindibles para, desde el acuerdo o desde la discrepancia con sus contenidos, poder formular teorías y conformar criterios más fundamentados en una materia tan sustancial y controvertida como la Seguridad Nacional.
Manuel Rey
Perfil del autor:
Fernando J. Muniesa (Madrid, 1945) inició su actividad en el campo de la comunicación social de forma temprana, compaginando los estudios de Ciencias Económicas con su titulación en la primera promoción de técnicos de la Escuela Oficial de Publicidad y con la incorporación a su cuadro de profesores de forma inmediata.
Tras una dilatada experiencia en el mundo publicitario, iniciada en McCann-Erickson, que fue la primera agencia norteamericana instalada en España, creo y dirigió algunas de las empresas de comunicación integral más reconocidas del momento, desarrollando multitud de campañas de relaciones públicas sofisticadas, marketing político, imagen corporativa, actuaciones de lobby… En ese contexto innovador y de nuevas técnicas de creación de opinión pública, trabajó desde el inicio de la Transición en gran número de confrontaciones electorales y en un extenso abanico de sectores estratégicos con proyección internacional (industria aeroespacial, sistemas de armas y equipos de seguridad, energía nuclear, inteligencia económica…), así como en actividades de naturaleza “sensible” y confidencial para la Defensa Nacional y la Seguridad del Estado.
Parte de esa singular experiencia profesional, quedó reflejada en un primer libro titulado “Los espías de madera” (Ediciones Foca, 1999). En él, narraba, en clave de humor, una serie de sucesos vividos personalmente en el mundo del espionaje que parecían casi imaginarios o increíbles, debido sobre todo al azar y a la propia inconsecuencia de lo acontecido. Aquel bautismo literario anticipaba un ensayo crítico más profundo sobre los Servicios de Inteligencia y el Estado de Derecho, titulado “La España Otorgada” y escrito en colaboración con Diego Camacho (Anroart Ediciones, 2005).
A continuación publicó “La venganza de la Mukhabarat” (Anroart Ediciones, 2006), obra que el propio autor presenta como una “novela de la realidad”, inspirada en un suceso sin parangón en la historia mundial de los Servicios Secretos: el asesinato de ocho agentes del CNI en Irak.
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“El Archivo Amarillo”