Portugal y España salen de la Reconquista con una pujante economía y añadiendo a ello el dominio de la navegación, medio para buscar nuevos recursos y mercados. Como monarquías católicas dirimieron sus desencuentros al amparo de la diplomacia arbitral de la Santa Sede, mediante la emisión de bulas y tratados que inicialmente favorecieron sin género de dudas a Portugal.
José Antonio Crespo-Francés*
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* Coronel en situación de reserva