Ucrania ha sido durante años un polígono biológico de las grandes farmacéuticas estadounidenses, atestiguan documentos hallados y publicados por el Ministerio de Defensa de Rusia. Los papeles exponen un círculo de intereses mutuos entre el poder político, militar y la 'big pharma'.
"Especialistas estadounidenses llevan a cabo pruebas de nuevos fármacos eludiendo los protocolos de seguridad internacionales", aseguró ante la prensa el jefe de las fuerzas rusas de protección radiactiva, química y biológica, general Ígor Kirílov, subrayando que en los controvertidos ensayos estaban implicadas varias farmacéuticas, entre ellas Pfizer, Moderna, Merck y Gilead.
El Ministerio de Defensa ruso denunció también la complicidad del Gobierno ucraniano en el programa biológico, impulsado y asesorado por Washington y grandes fundaciones, entre las cuales se encuentra la del hijo del actual mandatario estadounidense, Joe Bieden. Según el organismo, las fuerzas de Rusia capturaron en Ucrania documentos comprometedores sobre el programa de armas bacteriológicas que Estados Unidos realizaba en ese país en más de 30 laboratorios secretos.
Como consecuencia de esas investigaciones, Kirílov apuntó al inusualmente alto índice de contagios con enfermedades raras a lo largo y ancho de toda Ucrania.