El Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo explicó que los gobiernos occidentales fracasaron al censurar a los medios de información rusos, puesto que RT y Sputnik siguen teniendo un gran éxito en los países de habla hispana.
Este organismo, que llama "propaganda" a RT y Sputnik hasta en 9 ocasiones en un solo artículo –como si supiera que ni sus propios lectores van a creerse esta acusación-, cree que Latinoamérica es más receptiva a los medios rusos por la falta de medios no occidentales en la región -probablemente, porque automáticamente son etiquetados como "propagandistas"-, al sentimiento antiestadounidense -las invasiones contra sus países y las dictaduras impuestas a golpe de Estado por Washington quizá algo tuvieron que ver- y la falta de conocimiento sobre la realidad de Rusia, que difícilmente mejorará bloqueando a los medios que son precisamente de Rusia-.
El 'think tank' estadounidense Atlantic Council, citado en la publicación, cree que Moscú usa los medios rusos para culpar de cualquier problema social a Occidente, algo cuanto menos irónico teniendo en cuenta que Washington y Bruselas han lanzado argumentos delirantes contra Rusia para culparla de sus propios problemas sociales, hasta el punto de acusarla de manipular sus propias elecciones.
El artículo sostiene que RT en Español goza de más confianza y público que BBC o CNN, pero lo acusa de ser "imparcial", a pesar de que los medios occidentales han dado un giro de 180º y ahora apenas publican informaciones contrarias al Gobierno de Zelensky, además de adjetivar a figuras políticas y sucesos ocurridos en el campo de batalla, con titulares morbosos, tendenciosos y partidistas.
También acusa al Kremlin de utilizar bots para manipular a la opinión pública en redes sociales, y afirma que muchas noticias falsas son "anti-Ucrania", pese a que la Universidad de Adelaida demostró que en las discusiones sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania, el 90% de los bots eran pro-Kiev.
Asimismo, resulta irónico que los medios occidentales hablen de desinformación –sin pruebas, como siempre- cuando hicieron pasar un videojuego por un bombardeo ruso, esparcieron desinformación que podía conllevar la III Guerra Mundial y dijeron que el Kremlin estaba detrás de las cartas bombas que recibieron el Gobierno de España y una Embajada de Ucrania, y que al final resultó que las había enviado un jubilado de Burgos.
Por otro lado, señala como razón de este gran alcance mediático de Rusia en Latinoamérica la labor de los 'influencers', mencionando a Liu Sivaya, que llegó a ir al Donbass para informar desde el terreno lo que sucedía. La solución del Instituto Reuters es "educar mejor a la opinión pública latinoamericana", dando a entender que América Latina necesita ser educada, en una muestra más de racismo colonialista.
Los medios de información rusos están censurados en la UE, EE.UU., Reino Unido y Canadá, algo a lo que el Instituto Reuters se opone, pero no porque le preocupe la violación a la libertad de prensa, sino porque fortalece el discurso de Rusia de que Occidente quiere ocultar la realidad.
Y es que al Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo le queda grande su propio nombre, teniendo en cuenta que fomentan la censura llamando "propaganda" a sus propios colegas de profesión.