Finian Cunningham. La democracia liberal occidental y su omnipresente “economía de austeridad” es un eufemismo para el fascismo. Y la farsa finalmente está llegando a su fin.
La austeridad no es una política reciente bajo el capitalismo neoliberal. Nació de la crisis histórica en el sistema occidental después de la Primera Guerra Mundial y durante la década de 1930, cuando el fascismo se convirtió en una forma de reducir cualquier desafío democrático al sistema capitalista prevaleciente.
Ese instrumento político de represión se esgrime hoy en todos los estados occidentales. Sorprendentemente, durante mucho tiempo, pocas personas reconocieron su estado cautivo y represivo como fascismo. Generalmente vivíamos bajo la ilusión de que éramos ciudadanos libres en “democracias liberales”.
En esta entrevista, Clara E Mattei explica cómo se utiliza la “austeridad” que suena tecnocrática para ocultar la brutal realidad de la dictadura y la represión contra la gran mayoría de los ciudadanos trabajadores en los estados occidentales.
Clara Mattei es profesora asistente en el Departamento de Economía de The New School for Social Research, Nueva York. Es autora de The Capital Order: Cómo los economistas inventaron la austeridad y pavimentaron el camino hacia el fascismo.
Su libro investiga los orígenes de la austeridad como política económica tras la crisis de la Primera Guerra Mundial. Crucialmente, ella argumenta que la austeridad no se trata simplemente de que los gobiernos equilibren los presupuestos financieros. El profesor Mattei sostiene que la política de austeridad implementada por todos los gobiernos occidentales es un instrumento político de represión masiva para evitar cualquier desafío al orden capitalista imperante.
La austeridad obliga a la gran mayoría a aceptar condiciones inaceptables que, de otro modo, serían sorprendentemente antidemocráticas. La precariedad e inseguridad del empleo, la denegación generalizada de servicios sociales, privaciones y pobreza, y el abuso implacable de impuestos y recursos que alimentan el militarismo y la guerra insanos.
Si realmente vivimos en sociedades libres y democráticas, ¿por qué se imponen tales deformidades sin ninguna alternativa? La austeridad se utiliza para aplastar la imaginación política de cualquier alternativa razonable, más humana, más pacífica.
Sin embargo, como señala Clara Mattei en esta entrevista, las condiciones antidemocráticas extremas en las sociedades occidentales inevitablemente obligan a un mayor número de personas a cuestionar las injusticias y las horribles anomalías del orden capitalista imperante.
La gente se está dando cuenta de que los gobiernos occidentales son en realidad regímenes de represión al servicio del enriquecimiento de una minoría. Esa deformidad fundamental es la razón por la que las sociedades occidentales se están derrumbando y por la que Estados Unidos y sus lacayos occidentales se ven obligados a aumentar el conflicto contra Rusia y China.
La farsa de la “democracia occidental” está llegando a su fin. Los gobernantes y sus partidos políticos de pantomima están perdiendo la autoridad moral para ostentar el poder sobre las masas.
A medida que las personas necesariamente buscan formas de reinventar sociedades que sean adecuadas para satisfacer sus necesidades democráticas, las soluciones socialistas están llamando la atención. Tenemos que deshacernos de los grilletes mentales impuestos por nuestros dictadores y darnos cuenta, como dijo elocuentemente Karl Marx, que no tenemos nada que perder excepto nuestras cadenas.