Una investigación descubrió que varios funcionarios europeos, entre ellos el alto representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, han pasado los últimos tres años recibiendo pagos de hoteles y viajes por parte de varios gobiernos, a pesar de estar prohibido, por lo que "no deben aceptarse, a menos que estén de acuerdo con el uso diplomático o de cortesía, o a menos que el presidente lo haya autorizado de antemano".
Entre los implicados en la controversia están el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Olivér Várhelyi; la comisaria europea de Asuntos Internos, Ylva Johansson; el comisario de Presupuesto, Johannes Hahn; los vicepresidentes de la Comisión Europea, Frans Timmermans y Margaritis Schinas; y la comisaria de Energía, Kadri Simson.
Un nombre que sobresalió por encima de todos fue el del jefe de la diplomacia de la UE. Josep Borrell también se vio salpicado por este escándalo tras visitar Uzbekistán, Jordania y Catar, siendo este último destino especialmente polémico, debido a la trama de corrupción conocida como 'Catargate', en la que varios eurodiputados aceptaron sobornos a cambio de hablar bien tanto del país catarí como de Marruecos.
Aunque Bruselas sostiene que esto no supone una violación de las normas, Transparencia Internacional UE asegura que el cumplimiento del código de conducta queda en entredicho, por lo que considera que acciones como las de Borrell son “inaceptables”.
