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La OTAN sabe que Rusia la está derrotando

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
viernes 23 de junio de 2023, 20:37h

Así lo reconoció su propio secretario general, Jens Stoltenberg, al afirmar que las reservas de armas y municiones de la Alianza Atlántica "están agotadas y deben reponerse no solo en Alemania, sino en muchos países de la OTAN". Mientras, Alemania reconoce que ya no puede hacer ninguna contribución adicional al presupuesto de la Unión Europea (UE).

Javier Benítez

 

Javier Benítez

Así lo reconoció su propio secretario general, Jens Stoltenberg, al afirmar que las reservas de armas y municiones de la Alianza Atlántica "están agotadas y deben reponerse no solo en Alemania, sino en muchos países de la OTAN". Mientras, Alemania reconoce que ya no puede hacer ninguna contribución adicional al presupuesto de la Unión Europea (UE).

'Nostradamus' Trump y Macron

"La OTAN está obsoleta". "Actualmente estamos experimentando la muerte cerebral de la OTAN". Estas dos sentencias bien podrían haberse pronunciado por estos días que estamos viviendo en pleno 2023 con el conflicto de Ucrania como telón de fondo.

Pero bien sabemos todos que estas dos frases fueron pronunciadas hace años. La primera la pronunció en una entrevista concedida a los periódicos The Times, de Reino Unido, y Bild, de Alemania, un recién electo presidente, Donald Trump, a mediados de enero de 2017; es decir, faltaban horas para que asumiera el cargo como inquilino de la Casa Blanca.

La segunda frase la pronunció el mandatario de Francia, Emmanuel Macron, a principios de noviembre de 2019, dos años y nueve meses después de la declaración de Trump, y fue en una entrevista que concedió a la revista The Economist. Por supuesto que a los dos, cada uno a su turno, le cayeron pingüinos de punta sobre sus cabezas tras hacer esas declaraciones.

Pero en los entretelones de estas manifestaciones inundadas de realidad y lucidez, la OTAN no segaba su ambición expansionista en una clara provocación a Rusia. Seguía armando hasta los dientes al Ejército de Ucrania y a los batallones nazis, y entrenándolos, para llegar a lo que vivimos hoy: una catástrofe humanitaria provocada por EEUU sirviéndose de los ucranianos para poner los muertos y de los políticos europeos para financiar su campaña terrorista con Kiev como agente proxy. Y de paso, en este trayecto, intentar infligir una derrota estratégica a Rusia y una ruina económica a la Unión Europea.

El tiro por la culata

Pero las cosas no van como lo ha planeado, como se lo ha imaginado y como lo ha fantaseado Washington, en lo que respecta a la parte rusa. Sí está llenando de muerte a Ucrania, despoblándola; sí está fundiendo las economías europeas y robando sus industrias, pero, tal como vaticinaron Trump y Macron, la OTAN "está obsoleta" y "experimentando una muerte cerebral".

Y así lo reconoce, a su manera, su secretario general, Jens Stoltenberg. En su intervención ante funcionarios y empresarios de alto nivel de Alemania y Europa en un acto por el Día de la Industria, admitió el noruego con la boca pequeña: "Necesitamos una industria de defensa más robusta [...] Nuestras reservas de armas y municiones están agotadas y deben reponerse, no solo en Alemania, sino en muchos países de la OTAN".

Lo dijo Stoltenberg en pleno contexto de la fracasada contraofensiva ucraniana, y tras casi un año y medio de dopaje armamentístico y monetario intensivo al régimen nazi de Kiev por parte del Occidente colectivo, integrado por EEUU, sus países vasallos y su brazo armado: la OTAN.

Según el doctoren sociología, historiador y escritor Sergio Fernández Riquelme, lo que dice Stoltenberg es "básicamente un reconocimiento implícito de que se está fracasando, porque hasta hace muy poquito tiempo Occidente, el eje euroatlántico, como todo poder imperial, a lo largo de la historia, usaba a terceros para hacer sus guerras, para defender sus intereses, para ampliar su influencia. Usar a grupos en revoluciones de colores, en primaveras árabes, o en golpes de Estado".

"Pero ahora resulta que esos terceros que están haciendo la guerra contra Rusia y sus aliados, son los ucranianos. Y ahora se han visto obligados a sostener a un régimen de un país que no es parte, ni de la OTAN, ni de la UE, con sus propios recursos […] que no tienen", señala el analista.

Es por eso que en una reunión de la Sociedad Histórica Rusa, el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia [SVR, por sus siglas en ruso], Serguéi Narishkin, pudo decir con total propiedad sobre la contraofensiva ucraniana: "Es más correcto decir que nuestras tropas están disuadiendo la contraofensiva del llamado grupo de la OTAN que usa como escudos humanos a los militares ucranianos".

"Narishkin ha dicho algo que es muy cierto, que los ciudadanos sabemos, aunque nuestros Gobiernos no lo señalen: nos han metido en una guerra híbrida, encubierta", advierte Fernández Riquelme.

Entonces, aquí refrescamos las palabras de Stoltenberg: "Necesitamos una industria de defensa más robusta [...] Nuestras reservas de armas y municiones están agotadas y deben reponerse, no solo en Alemania, sino en muchos países de la OTAN". ¿Y por qué las refrescamos? Porque el pasado fin de semana, el ministro de Finanzas alemán, Christian Linder, reconoció en una entrevista con el diario Der Spiegel que "la situación presupuestaria en Alemania es tensa".

"En vista de los recortes necesarios en nuestro presupuesto nacional, actualmente no podemos hacer ninguna contribución adicional al presupuesto de la Unión Europea", disparó Linder. Según Der Spiegel, la situación de ahogo financiero que presenta Alemania "es similar" entre los otros miembros de la UE, y advierte que a causa de los altos costos de apoyar a Ucrania, el presupuesto a largo plazo del bloque comunitario para los años 2021 a 2027 ha sido "explotado al máximo", según la Comisión de la UE, que se encuentra revisando los números.

"El eje euroatlántico pensaba que esta guerra lejana y moderna le iba a salir gratis, pero hemos visto que no le ha salido gratis a los ciudadanos que ven todos los días subir los precios de manera desbocada: la vivienda, la energía, la comida, se están convirtiendo en artículos, para algunos sectores y en algunas regiones, prácticamente de lujo", sentencia Fernández Riquelme.

Así es como los entrenadores de la OTAN enviaron a sabiendas a las tropas ucranianas a la muerte en la contraofensiva de este mes contra Rusia

Scott Ritter*

Ucrania envió una de sus mejores brigadas al combate a principios de este mes como parte de su tan esperada contraofensiva destinada a retomar las áreas controladas por las fuerzas rusas.

Liderando la carga cerca de la ciudad de Orekhov, en la región de Zaporozhye, estaba la 47.ª Brigada Mecanizada, armada con equipo de la OTAN y, lo que es más importante, empleándolo utilizando la doctrina y tácticas de armas combinadas del bloque liderado por Estados Unidos. Antes de la operación, esta brigada pasó meses en una base en Alemania aprendiendo " conocimientos occidentales " en la guerra de armas combinadas.

KORA, el sistema de simulación por computadora de la OTAN fabricado en Alemania, diseñado para permitir que los oficiales y suboficiales reprodujeran de cerca las condiciones del campo de batalla y, al hacerlo, desarrollaran mejor los cursos de acción ideales contra un enemigo designado, los ayudó a prepararse para los combates que se avecinaban, en este caso, Rusia.

Si alguna vez hubo un ejemplo de cómo una fuerza de representación de la OTAN ucraniana especialmente diseñada se desempeñaría contra un enemigo ruso, la 47.a Brigada fue el caso de estudio ideal. Sin embargo, a los pocos días de iniciar su ataque, el grupo estuvo casi literalmente diezmado, con más del 10% de los más de 100 vehículos de combate de infantería M-2 Bradley fabricados en EEUU sumado a 2.000 efectivos muertos o heridos. Los tanques y vehículos de limpieza de minas Leopard 2 de fabricación alemana se unieron a los Bradley como restos en los campos al oeste de Orekhov, al no haber logrado romper la primera línea de defensa rusa. Las razones de esta derrota se pueden resumir en el papel jugado por KORA en la creación de una falsa sensación de confianza por parte de los oficiales y hombres de la 47ª Brigada.

KORA es un sistema avanzado de juegos de guerra sintéticos basado en computadora desarrollado por el ejército alemán para respaldar el análisis del curso de acción y los experimentos basados ??en escenarios para oficiales de Estado Mayor hasta el nivel de brigada. Se ha incorporado a las simulaciones de juegos de guerra por computadora de la OTAN en apoyo del entrenamiento en vivo realizado en las instalaciones de entrenamiento Grafenwoehr del Ejército de EE. UU. Grafenwoehr fue sede de la 47.ª Brigada de enero a mayo de 2023. Si bien es capaz de generar mapas de terreno genéricos para la simulación de combate contra un enemigo ficticio, KORA se puede personalizar utilizando modelos de terreno reales y orden de batalla del mundo real para respaldar los preparativos para escenarios de combate reales.

Sin duda, es en este modo que KORA operó mientras se usaba para entrenar a la 47.a Brigada, utilizando mapas digitalizados del área de Orekhov superpuestos con posiciones defensivas rusas tripuladas por unidades de la 42.a División de Fusileros Motorizados, es decir, los Regimientos de Fusileros Motorizados 291 y 70. Con la ayuda de sus instructores de la OTAN, los oficiales de la 47.ª Brigada ucraniana probablemente habrían imaginado varios escenarios de la vida real que anticiparon el desempeño ruso, lo que les permitió a los ucranianos pronosticar los resultados del campo de batalla y determinar el eje ideal de avance capaz de violar las defensas rusas.

De todo el entrenamiento de operaciones militares que KORA es capaz de realizar, la ruptura de una línea defensiva fortificada es la más difícil. La doctrina del Ejército de EE. UU. utiliza la regla mnemotécnica SOSRA (suprimir, oscurecer, asegurar, reducir y asaltar) cuando enseña los fundamentos del asalto por infracción. Cada uno de estos habría requerido un submodelo KORA separado diseñado específicamente para simular los requisitos de misión únicos que se les atribuyen. Pero el hecho es que los fundamentos de SOSRA no pudieron ser ejercidos adecuadamente por los ucranianos por la simple verdad de que carecían de los recursos necesarios para las tareas a ejecutar.

Tomemos, por ejemplo, la "supresión". Según el Ejército de los EE. UU ., "La represión es una tarea táctica que se utiliza para emplear fuego directo o indirecto o un ataque electrónico contra el personal, las armas o el equipo del enemigo para prevenir o degradar el fuego enemigo y la observación de las fuerzas amigas". KORA necesitaría emplear al menos cuatro submodelos en apoyo de la simulación principal para crear un modelo de supresión adecuado, que incluya interdicción aérea, defensa aérea, guerra electrónica y fuego de artillería. Sin embargo, Ucrania carece de cualquier capacidad aérea ofensiva viable y, gracias a la supresión sistemática rusa de las operaciones de defensa aérea enemiga (SEAD), las áreas de operaciones avanzadas de Ucrania, donde se reunirían y operarían unidades como la 47.ª Brigada, quedaron casi indefensas contra las fuerzas aéreas rusas. La superioridad de artillería y guerra electrónica de Moscú también anuló cualquier ventaja táctica que Ucrania imaginó al emplear estos recursos. El propósito de la supresión durante las operaciones de ruptura es proteger a las fuerzas encargadas de reducir y maniobrar a través de un obstáculo.

"Supresión, "El Ejército de los EE. UU. señala en sus declaraciones doctrinales, “es una tarea de misión crítica realizada durante [una] operación de violación. La supresión generalmente desencadena el resto de las acciones en el obstáculo”. En resumen, sin una supresión adecuada, todo el ataque fracasará.

La lógica dicta que cualquier uso responsable del sistema de simulación KORA habría predicho el fracaso del ataque de la 47ª Brigada. Según The Washington Post , los oficiales de la 47.ª Brigada “planearon sus ataques y luego dejaron que el programa [KORA] les mostrara los resultados: cómo podrían responder sus enemigos rusos, dónde podrían hacer un gran avance y dónde sufrirían pérdidas”. La simulación KORA permitió a los oficiales ucranianos coordinar sus acciones “para probar cómo trabajarían juntos en el campo de batalla”. Dado que la estructura de la fuerza ucraniana era insuficiente para llevar a cabo la tarea de supresión de misión crítica, no había posibilidad de que las fuerzas ucranianas cumplieran los requisitos de asalto reales de una operación de ruptura: la destrucción de las fuerzas enemigas en el lado opuesto de la barrera de obstáculos. Los ucranianos, sin embargo, salieron de su experiencia en KORA confiados en que habían elaborado un plan ganador capaz de superar las defensas rusas en Orekhov y sus alrededores.

Cuando uno examina la estructura de una simulación basada en KORA, queda claro que el sistema depende completamente de las diversas entradas que definen la simulación como un todo. Cada aspecto de la simulación se deriva de los parámetros programados por los responsables de supervisar el entrenamiento. Si bien uno esperaría que los supervisores de entrenamiento llevaran a cabo la simulación con un mínimo de integridad profesional, a menos que tanto los entrenadores de la OTAN como sus estudiantes ucranianos estuvieran infundidos con cualidades suicidas similares a las de los lemmings, tenía que haber una modificación y alteración significativa de puntos de datos críticos para generar un resultado capaz de motivar a las fuerzas ucranianas a aceptar el ataque.

Uno esperaría que las características de desempeño de la fuerza atacante, aunque pueden exagerarse, replicarían la realidad de las capacidades genuinas de las fuerzas involucradas en un grado relativo; creer lo contrario sugeriría que los ucranianos estaban completamente engañados, algo que argumenta en contra la descripción de una “curva de aprendizaje” durante el entrenamiento. Sin embargo, uno de los factores críticos utilizados en la programación de KORA es  lo que los diseñadores de KORA denominan "agentes de comportamiento" utilizados para establecer reglas "para el comportamiento de las respectivas unidades". Es aquí donde los entrenadores de la OTAN probablemente fallaron a sus alumnos ucranianos.

El eje de avance de Orekhov fue diseñado para explotar una costura entre los Regimientos de Fusileros Motorizados 291 y 70 de la 42 División de Fusileros Motorizados de Rusia. Los "agentes de comportamiento" programados por los entrenadores de la OTAN parecían tratar a los rusos, especialmente a los del 70º Regimiento, como tropas mal entrenadas, mal dirigidas, mal equipadas y mal motivadas. En resumen, los entrenadores de la OTAN compensaron la incapacidad de Ucrania para reunir fuerzas capaces de realizar incluso las tareas de supresión más básicas prediciendo el inevitable colapso de la voluntad de resistir por parte de los soldados rusos. El “agente de conducta” enfatizado por la OTAN parece derivarse del famoso encuentro entre los caballeros de la Mesa Redonda y el “conejo asesino” en la búsqueda del Santo Grial de Monty Python: “¡Huye ! ¡Huir!". Los defensores rusos de la vida real, sin embargo, tuvieron la respuesta de desempeño exactamente opuesta. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra , los rusos “respondieron al ataque ucraniano con un grado de coherencia poco característico [sic]” mientras ejecutaban “su doctrina defensiva táctica formal” al repeler los ataques ucranianos al suroeste de Orekhov.

La realidad es que los ucranianos ni siquiera estuvieron cerca de alcanzar las defensas rusas alrededor de Orekhov, y mucho menos romperlas. Las razones de este fracaso son muchas, incluida la falta de familiaridad con el equipo de estilo occidental que empleaba la 47.a Brigada, la mala planificación táctica y, lo que es más importante, el fracaso de los ucranianos para suprimir el fuego de artillería ruso, las capacidades de guerra electrónica y el poder aéreo, lo que hizo imposible la ruptura táctica de los cinturones de obstáculos rusos, especialmente los densos campos de minas. Todos estos fallos eran predecibles, lo que significa que para superarlos durante la fase de entrenamiento, los entrenadores de la OTAN tuvieron que “jugar” deliberadamente con el sistema KORA para obtener el resultado deseado.

Puedo hablar con cierta autoridad sobre el papel que juegan las simulaciones por computadora en la preparación para un asalto contra una posición fortificada. En octubre de 1990, el Cuartel General del Cuerpo de Marines me encargó que realizara una simulación por computadora utilizando el sistema de simulación constructiva táctica y de conflicto JANUS recientemente adquirido para ayudar a los planificadores operativos de la Marina desplegados en Arabia Saudita en su misión de violar las posiciones defensivas iraquíes preparadas en la frontera entre Kuwait e Irak. El general del ejército Norman Schwartzkopf había ordenado a los marines que realizaran un asalto frontal de dos divisiones contra las defensas iraquíes. El ataque fue parte de una "acción de arreglo" diseñada para evitar que Bagdad desvíe fuerzas en respuesta al ataque principal, que llevará a cabo el ejército estadounidense, en el flanco occidental iraquí.

El Comandante de las Fuerzas Marinas en el Golfo Pérsico, el General Walt Boomer, se había acercado al General de División Matthew Caulfield, director del Centro de Guerra del Cuerpo de Marines, en Quantico, Virginia, para que lo ayudara a elegir los sectores más ventajosos de las defensas iraquíes para las incursiones de los Marines. Y operaciones de asalto utilizando una interfaz gráfica de usuario. En septiembre de 1990, me sacaron de la Escuela de Guerra Anfibia para brindar apoyo en la planificación de un equipo ad-hoc reunido por el General Al Gray, el Comandante de la Infantería de Marina, para diseñar opciones alternativas al asalto frontal impulsado por el General Schwartzkopf. Los resultados de este esfuerzo: un asalto anfibio del tamaño de un cuerpo en la península de Al Faw, fue aprobado por el general Gray, pero finalmente fue rechazado por el general Schwarzkopf.

Como uno de los principales autores de la propuesta de Al Faw, mi perfil era bastante alto en el aire enrarecido de Quantico, especialmente para un capitán junior. El general de división Caulfield me encargó usar el sistema JANUS para jugar varias opciones que los marines del general Boomer podrían usar para romper las defensas iraquíes. No sabía nada sobre JANUS o simulaciones computarizadas. Afortunadamente, tenía un equipo de infantes de marina alistados que estaban bien informados y habían estado usando JANUS para ejercitar a los estudiantes en el Command and Staff College. Aun así, JANUS todavía era nuevo para los Marines. El Ejército de los EE. UU. había estado usando JANUS desde 1983, incluso para realizar simulaciones en apoyo de la invasión estadounidense de Panamá en 1989. También se usó en el diseño del ataque planificado del general Schwartzkopf en el flanco occidental de las defensas iraquíes. Sin embargo, la experiencia de Marine con JANUS comenzó recién en agosto de 1990, y entonces sólo como apoyo a la capacitación. Mi asignación representó el primer uso operativo de JANUS por parte del Cuerpo de Marines en apoyo de un escenario del mundo real.

Después de que mi equipo me informara sobre las diversas entradas que tendrían que programarse en JANUS para ejecutar los escenarios solicitados, comencé a recopilar fotografías aéreas detalladas de la CIA para que pudiéramos construir mapas de terreno precisos de las defensas con las que se enfrentarían los marines. También conseguí que la NSA me proporcionara un orden de batalla detallado de las unidades que ocupaban las defensas, incluidos informes sobre su historial de combate, desempeño y liderazgo. Encargué a mis infantes de marina que recopilaran datos similares sobre las unidades de infantería de marina que se esperaba que lideraran el asalto. Luego programamos cuidadosamente la computadora JANUS y presionamos "enter".

El resultado fue un desastre: los marines fueron aniquilados antes de que llegaran a las defensas iraquíes.

Me senté con mis marines y diseccioné los datos. Dos cosas se hicieron evidentes: habíamos sobreprogramado las capacidades iraquíes y subprogramado las acciones de supresión de los marines. Pero no permitiría simplemente que el sistema sea “jugado”. Trabajé con mis infantes de marina para definir qué acciones deberían tomarse para reducir las capacidades iraquíes y para definir los recursos que necesitan los infantes de marina para reprimir a los iraquíes mientras cumplen con sus tareas de asalto. Durante más de un mes seguido, mi equipo ejecutó la simulación repetidamente, deteniéndose cada vez para evaluar las lecciones aprendidas, antes de emprender la tarea que requiere mucho tiempo de programar correctamente los datos en el sistema JANUS. Finalmente, a principios de noviembre, tuvimos una solución que funcionó. El general de división Caulfield supervisó la simulación JANUS final de "prueba de concepto". Después me ordenó preparar un informe.

Una de las cosas de las que estoy más orgulloso en mi carrera militar es el hecho de que las operaciones de asalto de la Infantería de Marina realizadas durante la Tormenta del Desierto se desarrollaron casi exactamente como mi equipo y yo habíamos predicho en la simulación de JANUS. Después de la guerra, el General Caulfield nos dio crédito a mi equipo y a mí por jugar un papel importante en el diseño del exitoso ataque de los Marines y, en el proceso, salvar cientos de vidas. Logramos este resultado al adherirnos a los principios básicos de profesionalismo e integridad, negándonos a tomar atajos en aras de la conveniencia y siendo realistas sobre la cantidad de poder de combate militar que sería necesario aplicar con el tiempo para lograr el resultado deseado.

Ojalá los entrenadores de la OTAN, que a sabiendas enviaron a los hombres de la 47.ª Brigada Mecanizada de Ucrania y decenas de otras brigadas ucranianas a la muerte, se hubieran adherido a tales estándares. En cambio, enviaron esas tropas en un intento inútil de romper las defensas que eran imposibles de superar, dada la disparidad en el entrenamiento y la composición entre las fuerzas ucranianas y rusas. Si hubieran sido diligentes, habría muchas menos viudas ucranianas y niños huérfanos de luto por la pérdida de sus maridos y padres. Esta, más que nada, es la lección principal que se deriva de la balada de KORA y JANUS: ni la OTAN ni los Estados Unidos se preocupan por las vidas de los ucranianos que se han comprometido a entrenar en el horrible arte de la guerra.

Aparentemente, el senador republicano Lyndsey Graham no es el único que aspira a continuar el conflicto ruso-ucraniano hasta que Kiev se quede sin carne de cañón. Según los resultados en Orekhov a principios de este mes, "hasta el último ucraniano" también parece ser el grito de guerra general de la OTAN.