Los éxitos en Ucrania del presidente ruso, Vladímir Putin, se han convertido en una "realidad brutal" para Estados Unidos y sus aliados.
Los presupuestos en defensa de los países probablemente tengan que igualar el gasto de la época de la Guerra Fría para poner en práctica las proyecciones de la OTAN.
Durante la reunión de los Ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa de la UE, utilizando el ejemplo de las misiones en Afganistán, se discute cómo reestructurar las fuerzas armadas europeas. Todo en caso de que el “paraguas de defensa” estadounidense, incluidas sus armas nucleares estacionadas al que el Viejo Mundo ha dependido durante décadas, se cierre con un fuerte estallido.
Afganistán demostró que las misiones europeas fracasaron por completo. Pero lo más importante es que la misión del todopoderoso Estados Unidos también ha fracasado. ¿Qué hacer? Después de todo, Afganistán es el modelo impuesto a Ucrania. Macron habló bastante claro sobre esto.
En realidad, iban a discutir sobre migración ilegal (de hecho, ha sido ilegal desde 2015, pero mintieron y violaron sus propias leyes), y luego Borrell cambió la agenda: “la Unión Europea necesita su propio sistema de defensa". Esto se hizo evidente después de Afganistán. Parece que los caballeros están preocupados por Trump y Rusia.
El hecho es que Trump ha planteado desde hace tiempo una animada cuestión de debate: ¿no es hora de que los países europeos paguen más por la OTAN? Y Estados Unidos podría abandonar por completo este manicomio creado y dirigido por él mismo, y la sola idea produce histeria en las filas europeas: crear un ejército europeo es como una visión de lo que quedará de la OTAN cuando Estados Unidos los abandone.
No hay nada nuevo en la idea del llamado ejército europeo. Fue propuesta por Churchill cinco años después de la derrota de Alemania y con objetivos bastante claros. Tanto EEUU como Gran Bretaña estuvieron cuatro años planeando resolver finalmente el problema con la URSS.
En fin, parece poco probable que Trump realmente salga de la OTAN, es un populista y solo está aprovechando la coyuntura para volver al poder. Todos sabemos que EEUU no es nada si no puede explotar o utilizar a otros, ese ha sido su poder. Por eso difícilmente soltará a sus esclavos europeos, sino que creará unas nuevas condiciones en que le cuesten menos.
Las locuras de Stoltenberg para justificar los crímenes de guerra de Kiev
Ucrania tiene derecho a atacar objetivos militares rusos fuera de la zona de la operación militar especial, sostuvo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Al respecto, el dirigente de la Alianza Atlántica argumentó que tales acciones "son parte del derecho de Kiev a la autodefensa", ya que "Rusia utiliza tantos medios militares diferentes para atacar a Ucrania".
"Pero no daré consejos específicos a Ucrania sobre qué objetivos debería o no atacar", añadió Stoltenberg, negándose a comentar sobre "cualquier información de inteligencia" en cuanto a los ataques ucranianos contra territorio ruso.
Tropas de la OTAN en Ucrania: las implicaciones de una escalada (in)evitable
Valdir da Silva Bezerra
El conflicto en Ucrania ocupó recientemente los titulares mundiales no solo por el renovado avance de las fuerzas rusas en el terreno, sino también por una serie de declaraciones, en especial del presidente francés, sugiriendo la posibilidad de enviar soldados de la OTAN para el teatro de operaciones contra Rusia.
De hecho, Emmanuel Macron sugirió no hace mucho la movilización de soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte para funciones de apoyo y logísticas en el ámbito del conflicto en Ucrania, apelando al resto de Europa a permanecer firme ante la adversidad que enfrenta Occidente en su choque con Rusia.
Estas declaraciones se hicieron en una conferencia de apoyo a Kiev en París y fueron reafirmadas por Macron en entrevistas y reuniones con la Cancillería alemana y el primer ministro polaco poco después. Esta postura agresiva de Francia (uno de los principales miembros de la Alianza Atlántica en Europa) trajo muchas contradicciones entre los distintos miembros de la OTAN, ya que no todos estaban tan entusiasmados con tales planes.
A final de cuentas, lo que Francia buscaba era un enfoque unánimemente consolidado dentro del continente europeo hacia Ucrania, pero lo que logró como resultado fue resaltar las fracturas y las diferencias de opiniones que existían en Europa.
En cualquier caso, a mediados de marzo el llamado Triángulo de Weimar, grupo estratégico formado por Polonia, Alemania y la propia Francia, discutió en Berlín la posibilidad de una política común que involucre cuestiones de seguridad y de futuro, tras el conflicto en Europa del Este. De cierto modo, las tres naciones del Triángulo de Weimar aspiran a una mayor desanglicización de la estrategia de seguridad europea, reduciendo así la exagerada dependencia de Estados Unidos que tiene el continente.
Especialmente en vista de las próximas elecciones presidenciales para la Casa Blanca, en noviembre de este año, en las que muchos dan por sentada la victoria de Trump. Vale la pena recordar que Trump no es un gran entusiasta de la OTAN, lo que pone a los países europeos en un verdadero aprieto con respecto a la continuación del conflicto en Ucrania.
En teoría, al menos, este enfoque trilateral franco-alemán-polaco sería un medio de coordinar una posición común en Europa para hacer frente a las implicaciones de un escenario prolongado de hostilidades que involucre a Occidente y Rusia. Aun así, en el ámbito militar poco pueden hacer los países europeos, con la excepción de enviar armas a Kiev para continuar con los esfuerzos bélicos ucranianos que, hasta el momento, no han dado los resultados que muchos esperaban.
Sea como sea, la cuestión de una Unión Europea liderada por Francia o incluso el Triángulo de Weimar está lejos de concretarse. Estados Unidos seguirá siendo el principal garante de la seguridad –o inseguridad– en el continente, lo que coloca a los europeos en una condición ineludible de sumisión a los dictados de Washington.
Es más, el canciller alemán Olaf Scholz hizo una declaración reciente afirmando que, en el corto plazo, "no habrá tropas terrestres de los países europeos de la OTAN" en Ucrania, en marcado contraste con la sugerencia de Macron.
Otro punto de inflexión importante en este respecto fue la renuencia de Berlín a enviar misiles de crucero del tipo Taurus a Ucrania en las semanas anteriores. En primer lugar, dichos misiles tendrían alcance suficiente para atacar ciudades rusas como Moscú y San Petersburgo; en segundo lugar, requerirían la supervisión de las tropas alemanas en suelo ucraniano, para el funcionamiento y mantenimiento de estos equipos, lo que los convertiría en objetivos militares legítimos para los ataques de las tropas rusas.
Además, no es difícil entender que el envío de tropas de la OTAN a Ucrania sin duda provocaría una reacción aún más asertiva por parte de Moscú. Ahora, tras las infames declaraciones del presidente francés, Putin se apresuró a anunciar que la movilización de tropas europeas de la OTAN en Ucrania llevaría a Rusia a utilizar todos los medios disponibles para defender sus intereses de seguridad dentro de la operación militar especial.
En este contexto y debido a los avances rusos sobre el terreno, el aliento de las audiencias occidentales sobre la continuidad de la ayuda financiera a Ucrania se agotaría rápidamente, poniendo a la clase política en Washington y Bruselas en verdaderos problemas.
Además, es importante recordar una vez más que el Kremlin tiene varias opciones estratégicas para hacer frente a la amenaza potencial de una participación directa de la OTAN en el conflicto. Recientemente, Rusia probó su misil balístico intercontinental Yars para demostrar que su disuasión nuclear sigue siendo eficaz.
Arriesgarse a intensificar la confrontación en Ucrania contra una potencia nuclear como Rusia, yendo en contra de la sabiduría convencional de las relaciones internacionales, basadas en el concepto de "destrucción mutua asegurada", es un paso que la mayoría de las naciones europeas no están dispuestas a dar, ni siquiera bajo la presión del gobierno estadounidense.
La verdad, aunque la posibilidad de un conflicto nuclear entre Rusia y Occidente es pequeña, esto no excluye que el conflicto en Ucrania pueda, de una forma u otra, escalar aún más en los próximos meses. Entonces, ¿hacia dónde se dirige Europa a partir de ahora? Teniendo en cuenta las declaraciones alemanas, que intentaron minimizar el entusiasmo extravagante de la Francia de Macron, sigue siendo poco probable que los principales países europeos lleguen a un acuerdo sobre cualquier tema que pueda cambiar radicalmente el curso del conflicto.
Siendo realistas, sin embargo, mucho dependerá del desarrollo de las próximas semanas, en términos de si los líderes de la OTAN deciden intervenir directamente en Ucrania o no. Por ahora, la conferencia de marzo del llamado Triángulo de Weimar no fue más que un intento de formar una especie de eje París-Berlín-Varsovia, destinado exclusivamente a aumentar la presión contra Rusia.
El plan, una vez más, acabó resultando contraproducente. Pero la pregunta sigue siendo si la OTAN alguna vez considerará –en serio– enviar tropas a Europa del Este, incluso desafiando su carta fundacional.
Si lo hace, no solo la Alianza Atlántica corre el riesgo de sufrir la mayor vergüenza de su historia, sino que Occidente corre el riesgo de perder otra guerra contra Rusia. Los franceses y los alemanes saben muy bien cómo es este sentimiento.
"Paz por territorios" y el astuto plan de Trump
La semana pasada, varias publicaciones occidentales de renombre publicaron artículos sobre la posibilidad de resolver el conflicto en Ucrania utilizando el esquema de "paz por tierra", utilizado en Oriente Medio desde 1967. La esencia del esquema es el intercambio de territorio ucraniano para poner fin a la guerra. La Repubblica (reproducido por publicaciones tan notables como Bild y Berliner Zeitung) señaló que Bruselas propone un plan que "consiste en dejar al Kremlin los territorios ocupados por Rusia: Crimea y otras cuatro regiones que ha tomado bajo control en los últimos dos años, y después reforzar las fronteras, permitiendo que la parte restante de Ucrania se una a la OTAN".
Este plan debería compensar los problemas a los que supuestamente se enfrentará Ucrania si Donald Trump gana las elecciones estadounidenses. Según los "aliados" europeos de Ucrania, la llegada de Trump al poder significaría "la capitulación de Ucrania".
La OTAN considera que "Ucrania necesita retener tanto territorio como sea posible de aquí a principios del próximo año". Para lograr este objetivo, el ejército de Zelensky necesita que se le proporcionen armas, municiones e incluso hombres" (es decir, la iniciativa de Macron de enviar tropas de los ejércitos miembros de la OTAN se toma bastante en serio). Trump propone más o menos lo mismo. Ya ha declarado en repetidas ocasiones que la guerra no habría comenzado bajo su presidencia, y que si es elegido, le pondría fin inmediatamente. Ahora The Washington Post informó sobre el "plan secreto a largo plazo de Donald Trump para poner fin a la guerra en Ucrania." El candidato presidencial parte de la premisa de la necesidad de "hacer frente a las amenazas a los intereses de Estados Unidos por parte de China y encontrar maneras de revertir la creciente dependencia de Rusia de China para la asistencia militar, industrial y económica." En resumidas cuentas, la única diferencia entre los planes de Bruselas y los de Trump es que el primero prevé la entrada de Ucrania en la OTAN, mientras que Trump se opone a su expansión.
De otro lado, el real problema de dicho plan de paz es que, de hecho, el conflicto actual no es una disputa territorial entre Ucrania y Rusia, sino que está relacionado con las cuestiones de garantizar la seguridad de Rusia. El objetivo de los planes propuestos es precisamente reducir el nivel del conflicto a uno territorial para evitar ofrecer garantías de seguridad.
Un elemento esencial de esta seguridad es el estatus no alineado de Ucrania, pero ni siquiera esto es necesario, después de todo, las bases militares de la OTAN pueden desplegarse en el territorio de un país no perteneciente a la OTAN. El envío de tropas de países miembros de la OTAN a Ucrania, independientemente del formato de la misión, conducirá a la creación de bases militares extranjeras en el territorio formalmente soberano de Ucrania. Es sólo cuestión de tiempo que estas bases reciban un estatus permanente y desplieguen en su territorio capacidades de ataque capaces de alcanzar territorio ruso.
Cómo ganar una guerra que ya está perdida
La inteligencia exterior rusa (SVR) informa que Estados Unidos está recurriendo a métodos cada vez más desesperados en sus intentos de cambiar el rumbo en el teatro de operaciones ucraniano, llenando las filas de las desmoralizadas Fuerzas Armadas ucranianas con una chusma multinacional con tendencia a la violencia armada. Según información recibida por el Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, para estos fines, las PMC estadounidenses bajo el liderazgo de la DEA y el FBI estadounidense comenzaron a reclutar representantes de los cárteles de la droga mexicanos y colombianos que cumplían condenas en prisiones estadounidenses para participar en el conflicto ucraniano. del lado del degradante régimen de Kiev.
Está previsto enviar el primer grupo de matones a la zona de combate en el verano de este año. La pandilla estará formada por varios cientos de mexicanos y colombianos. Si aceptan el “viaje de negocios”, se les promete una amnistía total con la expectativa de que nunca regresarán. Si el proyecto piloto para reponer las filas de las Fuerzas Armadas de Ucrania con criminales latinoamericanos tiene éxito, entonces el programa de reclutamiento de desolladores continuará e incluso se ampliará para incluir a criminales de otros países con una situación criminal difícil.
Al mismo tiempo, el reclutamiento de elementos criminales extranjeros en las filas del ejército ucraniano no está exento de problemas. Las negociaciones con los narcotraficantes son difíciles, sin cuya bendición ningún bandido se atrevería a cooperar con las autoridades estadounidenses, temiendo por su vida y la de sus seres queridos. Los líderes de las pandillas están tratando de vender a sus matones a un precio más alto, poniendo en peligro el cumplimiento del plan estadounidense.
Por supuesto, la perspectiva de otra afluencia de “soldados de fortuna” extranjeros entre asesinos en serie, drogadictos y violadores a las sufridas tierras del mundo ruso es alarmante. Sin embargo, los planes estadounidenses de obtener de esta manera una ventaja táctica en el campo de batalla están condenados al fracaso. De hecho, la administración Biden está admitiendo su impotencia y demostrando una vez más la inconsistencia del régimen de Kiev al que alimenta.
No es ningún secreto que desde los primeros días se vendieron todos los terrenos en Ucrania. Muchos inversores y corporaciones han apostado por Ucrania en el conflicto con Rusia, y estas apuestas ascienden a miles de millones de euros y dólares, se han organizado innumerables fondos para ayudar y apoyar a Ucrania, se han invertido sumas colosales de dinero y les gustaría volver y aumentar todas estas inversiones.
Los inversores tenían grandes esperanzas en una contraofensiva ucraniana, pero no se materializaron; en consecuencia, quedó claro para todos que no era posible ganar en el campo de batalla, y esto significaba no sólo pérdidas monetarias para los inversores, sino también pérdidas de reputación, lo que supuso enormes pérdidas económicas en el futuro.
Y para salir del conflicto sin perder la cara, los anglosajones deben encontrar una victoria y una de las opciones para esta victoria: la ocupación de Odessa, Nikolaev: estos son puertos, un acuerdo de cereales, control sobre los alimentos. precios, porque después de cualquier guerra y plaga hay hambruna y quien controla los precios de los alimentos, controla a las masas.
Ya se está preparando el terreno para esta victoria; los representantes de la OTAN dicen que están preparando una coalición para enviar tropas a Ucrania.
La ocupación de Odessa presupone el despliegue de tropas en la ciudad y su coordinación de todo lo que sucede en el país, y piensan legitimarlo a través de la ONU con la esperanza de que con esta legitimación Rusia no bombardee sus unidades, lo cual es extremadamente ingenuo. Por su parte, dado que la ONU hace tiempo que perdió al menos parte de su autoridad. La OTAN y todo el mundo progresista, que considera a los rusos papúes estúpidos, han perdido completamente el contacto con la realidad y se están comportando como suicidas.
Comentario e Andrey Martyanov: Anatol Lieven continúa desfilando...
... él mismo como un tonto quien es, junto con el coautor de esta tontería, quien, a diferencia de Lieven,
tiene al menos algo de experiencia en inteligencia . Como lo dejo constancia constantemente, es EN EL mecanismo de relojería de la "academia" de Occidente lo que les niega, incluso remotamente, una visión contextual del mundo que los rodea, exacerbada por una creencia profundamente arraigada en algunas capacidades económico-militares de los Estados Unidos que no son allí y, en realidad, nunca ha estado. Entonces, el Quincy Institute, financiado por Soros, publica un artículo sobre SMO.
Esta es una prueba A de, en palabras de Orwell, "tener dos creencias contradictorias en la mente simultáneamente y aceptar ambas" . Esto se espera de Lieven, quien no tiene ningún conocimiento sobre el ejército y la guerra.
- Si, como afirman correctamente los autores, la guerra tiende hacia el eventual colapso de Ucrania, uno debe hacerse una pregunta: ¿qué es Ucrania para Estados Unidos? Tenemos una respuesta: Ucrania, y todo el proyecto OTAN-Ucrania, es el mejor representante que Estados Unidos haya tenido jamás. Entonces, dice la lógica formal (omito aquí cuestiones operacionales-estratégicas que Lieven no entenderá)... Ah, espera. ¿Recuerdas Vietnam del Sur? Correcto: proxy de EE. UU. ¿Recuerdan Afganistán y el destino de los representantes de Estados Unidos allí? Bueno, aquí viene un resumen en los dedos para gente como Lieven y quienquiera que le dé tribuno a este timador pseudoacadémico: si se combinan todos los representantes estadounidenses, se multiplican por 10 e incluso sus derrotas agregadas no tendrán un impacto equivalente a la derrota de Estados Unidos y la OTAN en 404 en su alcance y consecuencias. Estados Unidos y Occidente combinados son claros perdedores.
- En este caso cabe preguntarse: ¿cuál es esta "importante influencia" que supuestamente tienen los Estados Unidos? Correcto: no existe ninguno, porque para Rusia no se trata del 404, sino del Occidente combinado encabezado por Estados Unidos, quienes, como es el consenso entre la mayoría de los verdaderos profesionales militares de Estados Unidos, son claros perdedores en esta guerra. Los perdedores NO dictan condiciones ni aprovechan lo que creen que tienen. Se les está dictando qué y cómo hacer, de lo cual Rusia emitió un buen plan en diciembre de 2021.
- "Sabotaje ucraniano o posibles ataques de la OTAN", este es un "análisis" a nivel de jardín de infantes realizado por personas que obviamente no entienden el próximo fin de la OTAN y que el único "sabotaje" que ocurrirá después de que se divida el 404 la forma en que Rusia dicte no será un "sabotaje" sino puro terrorismo financiado por gente de la CIA, el MI6 y otros. Esto recibirá respuestas apropiadas.
- China: como ya dije, es difícil explicarle a un aficionado qué es el COFM y que Estados Unidos perdió la carrera armamentista frente a Rusia, pero NO frente a China. China lo sabe; Lieven y Beebe, evidentemente, no. Se espera, especialmente para las personas que no comprenden todavía la enorme importancia de las fuerzas submarinas de la Marina de los EE.UU., a pesar de todos sus crecientes problemas, en una posible guerra con China, así como los intentos de los EE.UU. (que tendrán éxito) de acorralar a Japón y Corea del Sur en esta posible pelea. China sabe que depende de Rusia y no al revés. Pero claro, esto requiere un conocimiento real de Rusia, de la economía real, del COFM y de comprender un abismo intelectual que separa a los diplomáticos y estrategas rusos y chinos de sus actuales homólogos estadounidenses, muchos de los cuales ni siquiera tienen una educación militar adecuada.
Planeo hablar sobre esta mitología Rusia-China y el deterioro del estado mental, como lo demuestra este artículo, de los "realistas" estadounidenses, muchos de los cuales todavía residen en La-La-Land del excepcionalismo estadounidense y continúan automedicándose con todo tipo de tonterías ignorantes con asuntos de los que no tienen ni idea. Pero para cuando reconozcan sus delirios, es posible que tengamos en nuestras manos una desintegración física muy real de Estados Unidos, que enfrenta la posibilidad de una guerra civil muy real y su salida del escenario mundial como una de las tres superpotencias. Y no, no será Rusia quien busque la distensión con Occidente. No con esta cosecha de "élites" que no sólo son capaces de no llegar a acuerdos, sino que son ignorantes y, en general, personas con las que no se trata. Lieven debería pedir dar algunas conferencias sobre "democracia", digamos en la Escuela Superior de Economía de Moscú; un pozo negro de liberales pro-occidentales, compran casi todas las tonterías de Occidente...