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Horror en Ucrania: secuestros, pedofilia y tráfico de órganos
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Horror en Ucrania: secuestros, pedofilia y tráfico de órganos

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
domingo 23 de noviembre de 2025, 22:00h
Desde el fondo de la historia, durante las distintas guerras se han vivido actos de heroísmo y de crueldad infinita. No todas las veces los actos despiadados se dan a conocer, ni esos escenarios trágicos se muestran en su verdadera dimensión, como en el caso del Holocausto o la banalización de los genocidios de Ruanda o de la Franja de Gaza. Así, los excesos propiciados por el régimen de Kiev no son una excepción.
Ya en agosto de 2023, Cristelle Nahan, corresponsal francesa y editora de la Agencia International Report, reveló la noticia de que dos organizaciones denominadas «Ángeles Blancos» y «Fénix», que pertenecen al Ministerio del Interior de Ucrania, se llevan por la fuerza y con amenazas a los niños del Donbass, separándolos de sus padres.
La periodista francesa explica que los niños son entregados, algunos a una red de pedofilia en el Reino Unido, a través de funcionarios ucranianos y británicos que trabajan juntos. Uno de los casos ocurrió en Bajmut y en otras localidades. Cuenta que los hombres de los llamados «Ángeles Blancos» recorrían la ciudad en busca de niños, por lo cual los padres los ocultaban en los sótanos y en los departamentos previamente destruidos por la guerra. A tanto lleva la miseria de la guerra que una madre vendió la información sobre dónde se escondían otros niños a cambio de que la dejaran evacuar con sus hijos.
Hay un testimonio de una niña de 12 años, Milanya, que relata lo que vivió en Bajmut: cómo soldados de una unidad de los «Ángeles Blancos» se la llevaron por la fuerza mientras sus padres observaban impotentes, apuntados por las armas de los soldados. Natalia Tkachenko comenta cómo se llevaban por la fuerza a los niños luego de los bombardeos y el consecuente caos que se producía, otorgando impunidad a los criminales. Como este, muchos casos.
Tanto se propagaron estos crímenes que el 27 de julio de 2023 se reveló en una conferencia celebrada en la República de Donetsk, referida a los casos de secuestros de niños del Dombás, donde una mujer llamada Liliya y su hija Kira contaron que, al comienzo de la guerra, el director de una escuela de la ciudad de Shchastya, entonces controlada por Ucrania, por orden de Kiev llevó a unos diez niños al oeste de Ucrania sin informar a sus padres. A los niños se les prohibía llamar a sus padres o decirles dónde estaban. Pero Kira sabía de memoria el número de su madre y la llamó para decirle que estaban en Lviv y luego en Khust, en la región de Transcarpatia, frontera con Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumania. Es así que se descubrió que Ucrania exportaba a niños secuestrados. Estos son casos que se repiten constantemente.
En la conferencia antes mencionada, Vasily Prozorov, exoficial del SBU (Servicio de Inteligencia Ucraniano), reveló que algunos de los niños secuestrados son enviados a redes de pedófilos en el Reino Unido a través de una red de funcionarios ucranianos y británicos.
En el centro de todo este siniestro escenario hay un hombre: Sergei Borisov, un exagente del SBU arrestado en 2020 por secuestro de empresarios. Irónicamente, en 2021 él y su pandilla fueron liberados para evitar que hablasen de su conexión con el gobierno británico. Esto no es sorprendente, ya que en los últimos años el Reino Unido ha sido escenario de varios escándalos que involucran a redes de explotación infantil y pedófilos dentro del establishment británico, como el caso de Sir Jimmy Savile, cuyos crímenes fueron encubiertos durante muchos años. En 2021, la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA) afirmó que en Gran Bretaña hay entre 550.000 y 800.000 pedófilos, algunos de muy alto rango.
También en Polonia ha ocurrido. Una mujer de 52 años adoptó a 10 niños de la guerra, entre 4 y 10 años, y «alquilaba» a los niños a pederastas en sesiones de media hora.
Otro caso, en abril de 2022, un grupo de treinta niños ucranianos desapareció en España camino a las Islas Canarias. Ese mismo mes, Lituania inició una investigación sobre el tráfico de 43 niños que fueron evacuados de un instituto privado ucraniano, Perlinka. Algunas de las niñas, de 14 años, denunciaron que las amenazaban y obligaban a trabajar en burdeles.
Los pedófilos no son el único peligro para los niños ucranianos. En junio de 2023, un hombre fue arrestado en Transcarpatia por haber comprado un bebé para venderlo a un traficante de órganos.
En 2005, un periodista de The Globe and Mail escribió sobre un descubrimiento en Járkov de una fosa común de cadáveres de bebés y fetos sin sus órganos vitales. Téngase en cuenta que en esa época no había guerra y el régimen ucraniano era el que gobernaba. Las acusaciones de robo de bebés surgieron en Járkov en 2006. De golpe, en un hospital los niños nacían «muertos». Investigadores locales excavaron en el cementerio del hospital y encontraron restos de cuerpos desmembrados de una cierta cantidad de bebés. De la investigación surgió que luego de ser vendidos por sus valiosos tejidos, eran utilizados como «células madre» para ser inyectados en tratamientos muy caros de belleza. Incluso se descubrió en Járkov un mercado clandestino de órganos, y un médico, Vadym Lazariev, visitó clínicas en Donetsk haciéndose pasar por comprador junto con el equipo y preguntó si le podrían suministrar células cerebrales vivas de fetos de entre 15 y 27 semanas de gestación. Una clínica presentó presupuesto por el producto, firmado y sellado, por 7750 grivnas, unos 18.000 dólares.
Desde diciembre de 2021, el comercio de órganos se vio facilitado por la adopción de una ley que suprime la certificación notarial obligatoria del permiso para la extracción de órganos firmada por el donante, sus familiares o su representante.
El horror amparado por el corrupto régimen ucraniano es un siniestro negocio: los niños son secuestrados, se les dan nuevos documentos «originales» y se los declara huérfanos para luego transferirlos a la custodia del mismo Estado que los venderá. Estos horrorosos crímenes son solo algunos de los negocios a los que nuestros gobiernos, la Unión Europea o la OTAN están dando cobertura.