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El mundo libre: El Gobierno español monta un chiringuito para “para combatir la desinformación”
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El mundo libre: El Gobierno español monta un chiringuito para “para combatir la desinformación”

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
martes 04 de noviembre de 2025, 22:05h
Según publica Vozpopuli, se ha montado un nuevo chiringuito para perseguir a los ciudadanos disidentes con el discurso oficial. ‘Arenques podridos’, ‘mangueras de falsedades’, ‘factoides’ o ‘marionetas de calcetín’, son técnicas de desinformación sobre las que alerta el Departamento de Seguridad Nacional de la Presidencia del Gobierno dirigido por la general de brigada Loreto Gutiérrez Hurtado. Ese organismo lleva cinco años preparando una Estrategia Nacional contra supuestas Campañas de Desinformación y, mientras tanto, ha recopilado sus trabajos en un documento, en parte ‘manual del buen periodista’ y en parte guía para detectar campañas manipuladoras desde el exterior. Entre sus propuestas destacan la “alfabetización mediática” de los ciudadanos y la creación de un cuerpo oficial de Técnicos de Comunicación del Estado.

El diseño de la batalla en la opinión pública que Pedro Sánchez comenzó a exponer en términos genéricos durante 2020 y que desde 2022 la centra en la llamada conjura mediático-judicial, está encomendada a un Foro contra las Campañas de Desinformación, dentro del Departamento de Seguridad Nacional, que ha elaborado un volumen de 174 páginas dedicadas a la labor de los periodistas y a las amenazas de manipulación por parte de algunos estados. Es decir, se va a “dirigir” a los periodistas en la dirección que el poder determine. Dicho foro, que hasta marzo pasado no ha sabido cómo diseñar la estrategia contra esas campañas, lleva un camino paralelo a las iniciativas legales de Sánchez sobre el secreto profesional de los periodistas y el control societario de los medios de comunicación, a raíz de las causas judiciales que lo envuelven.
Los ‘factoides’ y los ‘arenques podridos’ forman parte de un glosario de 125 términos relacionados con el fenómeno de la desinformación que incluyen algunos usados por el sanchismo, como ‘lawfare’ y ‘pseudomedio’. Vamos, un neolenguaje para esconder las auténticas intenciones: censura y represión. Los trabajos del Foro se presentan como propuestas para combatir campañas que amenazan a la seguridad nacional en un contexto de “narrativas antioccidentales”. Al parecer, va a estar prohibido ser “antioccidental”, sea lo que signifique eso. Junto a ese objetivo, que incluye referencias a las injerencias extranjeras, los trabajos coordinados por la general Gutiérrez, del Ejército del Aire, advierten sobre situaciones que se entienden en clave española. Se ve para lo que sirve el Ejército del Aire, además de para patrullar en el Báltico haciendo el ridículo.
La semejanza de las amenazas descritas por ese organismo de la Seguridad Nacional con las descalificaciones de los medios de comunicación desde las filas sanchistas, son evidentes en conclusiones y propuestas del documento editado por la Presidencia del Gobierno, como estas:
  • “Impulsar la alfabetización mediática, la informacional y la concienciación”.
  • “Mantener relaciones estables con las administraciones públicas es vital para abordar cualquier duda sobre la información que se recibe o se distribuye”.
  • “Para la gestión de la desinformación (…) es importante considerar la creación de un cuerpo profesional de técnicos de comunicación del Estado”.
La propuesta de “un cuerpo del Estado especializado en comunicación” es de las más llamativas pues, tal como se define, dicha figura puede llegar a ser un controlador o filtrador del trabajo de los periodistas. Aquí lo tenemos: El Ministerio de la Propaganda… El Foro explica que dichos técnicos del Estado “formados en técnicas avanzadas de comunicación” desempeñarían un “papel crucial” tanto en la comunicación exterior como “en la Administración pública a nivel estatal y local, abarcando ministerios, diputaciones y corporaciones locales”, permitiendo “una gestión más eficaz de los contenidos comunicativos” ante amenazas en el sector de la información.
La asociación de lo que se propone para esta Estrategia Nacional con las tensas relaciones del Ejecutivo respecto a buena parte de los medios de comunicación y periodistas españoles, también asoma en la previsión de que el cuerpo oficial de técnicos de comunicación se integraría en una red de comunicadores del sector privado y “del tercer sector”, creando una “malla de profesionales capaz de frenar eficazmente bulos, manipulación informativa y otras formas de desinformación” y “contribuyendo significativamente a la estabilidad y la confianza en las instituciones públicas y privadas”.
La sugerencia de un nuevo cuerpo funcionarial de Técnicos de Comunicación del Estado va precedida en el documento del Departamento de Seguridad Nacional (DSN) de más de un centenar de líneas sobre la necesidad de que los periodistas mantengan una intensa y fluida relación con los directores de comunicación de organismos públicos y privados. “Los directores de comunicación deben priorizar el fortalecimiento de sus vínculos con los medios de comunicación (…) la confianza mutua es esencial para garantizar que la información distribuida cumple con los controles de calidad”, dice la propuesta.
Habrá que volver a emitir clandestinamente en onda corta desde el Pirineo…

El empeño en una interacción necesaria de los informadores con los gabinetes de comunicación de instituciones lleva a asegurar que “la defensa de la verdad pasa por una estrecha colaboración entre los profesionales de los medios y la comunicación institucional y corporativa”. Este texto oficial pergeñado en la Presidencia del Gobierno de Sánchez, que mantiene una relación singular con las verdades, las mentiras, los cambios de opinión y las querencias y antipatías hacia los medios, llega a dar una lección deontológica cuando asegura que los departamentos de comunicación “también tienen sus compromisos éticos en su relación con los grupos de interés y deben abstenerse de fomentar, financiar o primar medios, redes o perfiles que fomenten la desinformación”.
Tras referirse a unas indeterminadas “acciones de alfabetización mediática” -que serían reguladas en el BOE como contenido curricular en la enseñanza- para hacer frente a campañas de desacreditación mediante falsedades, el Foro se fija en las originadas lejos de nuestras fronteras. Llama la atención que, junto a las amenazas ya conocidas de Rusia, el DSN se detenga en intoxicaciones originarias de Irán, identificando como temas clave de las mismas el apoyo a la resistencia palestina o la crítica a la hegemonía estadounidense promoviendo “un nuevo orden multipolar” en alianza con Rusia y China. Paradójicamente, dos materias bastante coincidentes con la política exterior de Sánchez y su ministro José Manuel Albares.
En los 13 colaboradores del Foro que analizan las injerencias extranjeras no han pesado los especiales vínculos del Gobierno de Sánchez con la Venezuela de Nicolás Maduro ni las estrechas relaciones forjadas con la China de Xi Jinping, en ambos casos bajo la inspiración y asistencia del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Este último se puede sentir concernido por lo que asegura este documento sobre el fraude en las últimas elecciones venezolanas: “Los observadores electorales extranjeros estaban compuestos principalmente por aliados del régimen”. Tras detallar los centenares de emisoras de radio y periódicos cerrados por el régimen de Maduro, resalta el papel del grupo ‘Tuiteros de la Patria’ en las campañas intoxicantes “utilizando hashtags y lenguaje proporcionado por el Ministerio de Comunicación e Información”.
Bajo el epígrafe ‘La desinformación: el gran músculo de Pekín en la nueva Guerra Fría’, resalta el DSN que bajo la dirección de Jinping el Partido Comunista de China ha adoptado un enfoque “más agresivo e integral en su objetivo de extender la influencia china”. En lo que respecta a España, se traduce en la dotación de recursos a determinadas “organizaciones y think tanks mediante la organización de eventos” y, de modo general, adquiriendo participaciones en medios de comunicación y patrocinando “a personas influyentes en línea” para maximizar el alcance de “contenidos sesgados o falsos a favor del PCCh”.
El Departamento de Seguridad Nacional no ha dado cuenta de los efectos prácticos de sus análisis correspondientes al año 2024, ni las campañas de desinformación han figurado en el programa del Encuentro Internacional de Seguridad de la Información, ENISE, celebrado en León del 14 al 16 de este mes. Una próxima publicación, si la hay, de los trabajos del Foro contra las Campañas de Desinformación incidirá en el impulso a la llamada ‘alfabetización mediática’ y a la función neutral que desempeñe el periodismo ante la desinformación, cuestiones sobre las que se está ocupando a lo largo de este año.