
Tres años después de su cierre, varios analistas discuten de nuevo sobre el proyecto de construcción en Europa del gasoducto South Stream.
Si bien el restablecimiento del proyecto aún no ha sido anunciado oficialmente, algunos especialistas opinan que este desenlace no puede ser excluido.
Las informaciones sobre una vuelta a las negociaciones para implementar el South Stream, cancelado en diciembre de 2014, han resurgido con fuerza últimamente.
De acuerdo con el medio austriaco Der Standard, la empresa gasística OMV —la más grande en Europa Central— y la compañía rusa Gazprom han abordado la posibilidad de reanudar el proyecto.
Si bien es cierto que ni las autoridades de Austria ni la propia empresa hicieron comentarios oficiales al respecto, Der Standard considera que el silencio sobre el tema puede significar que las negociaciones se están llevando a cabo de manera secreta.
El proyecto de construcción del gasoducto South Stream preveía suministrar alrededor de 67.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa por valor de 15.500 millones de euros. El South Stream debería haber atravesado los territorios de países como Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia.
El analista Serguéi Koroliov, de la agencia especializada en el mercado bursátil Alor Broker, no excluye la posibilidad de que dichos países vuelvan al proyecto del South Stream.
"Europa necesita ciertamente una alternativa al tránsito de gas a través de Ucrania. Gazprom puede garantizar esa alternativa, pero las discrepancias políticas de un tiempo a esta parte impiden el acuerdo. Cualquier proyecto de los tres —Nord Stream, Turkish Stream y South Stream— puede llegar a buen puerto. Los riesgos vinculados con el surgimiento y el levantamiento de las barreras administrativas son equivalentes. Esta es la razón por la que es lógico ocuparse de los tres a la vez".
Por su parte, Román Terejin, directivo en la firma de abogados Delovoi Farvater, también admite la posibilidad de que Rusia vuelva a la construcción del South Stream.
En su opinión, la diversificación de gasoductos podría reducir la dependencia de Rusia de las incoherentes y contradictorias posiciones de varios Estados europeos. Además, contribuiría a que Moscú actué de manera libre e independiente en la arena geopolítica.
Terejin afirma que la implementación del proyecto South Stream beneficiaría no solo a Rusia, sino también a Europa, puesto que la haría independiente de los suministros de gas por parte de Turquía.
De todas maneras, el éxito del gasoducto South Stream depende de las garantías que Europa, por el momento, se niega a conceder a Rusia. En estas circunstancias, invertir una suma millonaria en el proyecto resulta, sin duda, irracional.
Varios expertos consideran que la información sobre el resurgimiento de la construcción del South Stream no casa con el trasfondo de las sanciones y la tensa situación política que hay entre Rusia y Europa.
"Si la empresa austriaca y Gazprom están realmente negociando algo, no podrán avanzar debido a la posibilidad de la introducción de nuevas sanciones por parte de EEUU. Washington tratará de relacionarlas con las restricciones impuestas a Irán", considera Román Parshin, director general de Forum, compañía rusa especializada en inversiones.
Según su opinión, en caso de que Europa adopte un paquete parecido de medidas restrictivas, esto puede dañar seriamente a la concesión de créditos para los proyectos transfronterizos. De esa manera, quedarán estrangulados los planes de los socios europeos de Gazprom en cuanto al financiamiento.
A este respecto, Parshin considera que los gastos necesarios para las nuevas construcciones globales no encajarán en el programa de inversiones de Gazprom.
Reanudar el gasoducto South Stream, en el que Gazprom ha gastado 130.000 millones de dólares, carece de sentido. Y es todavía más absurdo si se tiene en cuenta que el proyecto Turkish Stream recibió todos los fondos originalmente destinados a South Stream una vez que este último cerró.
Además, el proyecto del South Stream y el del Nord Stream fueron inicialmente intercambiables. Es decir, nadie ha planeado construir dos gasoductos a la vez, afirma el especialista Alexandr Sobkó.
"Si el volumen principal de gas [retirado del tránsito ucraniano] se trasladara a Europa a través del Nord Stream 2, en tales circunstancias el South Stream podría contar solo con un pequeño volumen de suministros. Paralelamente, la construcción de un gasoducto de poca potencia en las condiciones de Europa del Sur, donde existen ciertos problemas de infraestructura, sería muy costosa", aclaró Sobkó, citado por el portal ruso Lenta.
EEUU anuncia una ‘guerra’ contra con el gasoducto ruso Nord Stream 2: ¿con qué objetivo?
El Senado de Estados Unidos ha hecho público un proyecto de enmiendas que introducen nuevas restricciones económicas contra Rusia. Entre otras cosas, planea oponerse a la construcción del gasoducto Nord Stream 2, informa Gazeta.ru.
En opinión del órgano legislativo estadounidense, el gas ruso es «un arma de intimidación y presión». El proyecto de ley también incluye un punto que no permite al presidente de EEUU, Donald Trump, cancelar la nueva iniciativa.
Las modificaciones implican reducir el período de préstamo para los bancos rusos sancionados (Vneshekonombank, Gazprombank, Bank Moskvi y otros) de 90 a 14 días, mientras que, para las empresas del sector energético, el plazo ascenderá a 30 días.
También se prohibirá proporcionar bienes, servicios o tecnologías que contribuyan a la exploración de la plataforma continental en aguas profundas y el Ártico, así como a los proyectos de esquisto.
La iniciativa legislativa hace hincapié en que Estados Unidos seguirá oponiéndose al proyecto del gasoducto ruso Nord Stream 2, dado que daña la seguridad energética de la UE, impide el desarrollo del mercado del gas de Europa Central y del Este y las reformas energéticas en Ucrania.
No es la primera vez que EEUU se opone públicamente al gasoducto. El exvicepresidente del país en la era Obama, Joe Biden, lo calificó como un «mal negocio» para Europa. También se reiteró que el proyecto no es comercial, sino político, y constituye una amenaza para la seguridad energética de Europa, recuerda el periódico ruso.
En opinión de los autores del artículo, EEUU puede tener tres posibles razones para torpedear el Nord Stream 2:
- El deseo de ‘limpiar’ el mercado europeo para su propio gas natural licuado
- Un intento de ayudar a Ucrania, para la cual este gasoducto será perjudicial
- El deseo de debilitar los lazos económicos entre Rusia y Europa.
La compañía rusa Gazprom impulsa la construcción de la tubería, que conectará a Rusia y Alemania por el fondo del mar Báltico y permitirá transportar 55.000 millones de metros cúbicos anuales de gas.
El proyecto fue concebido para diversificar las rutas de suministro de gas a Europa y elevar la seguridad energética ante la inestabilidad del tránsito por el territorio de Ucrania.
Polonia y Ucrania pierden la batalla: empieza la construcción del Nord Stream 2 en la UE
Los operadores de la Unión Europea han empezado a ampliar la red de gasoductos destinados al proyecto Nord Stream 2 antes incluso de que la Comisión Europea diera luz verde a la empresa rusa Gazprom, según acreditan varios documentos obtenidos por el portal ruso Life.
Las compañías alemanas NEL Gastransport, Fluxys Deutschland y Gasunie Deutschland han comenzado a agrandar el primero de los tres gasoductos que unirá el Nord Stream 2 con Alemania y otros países.
La asociación europea Entsong, que supervisa el sistema de trasporte de gas natural desde Europa, comunicó en sus documentos, a los que ha tenido acceso el portal ruso Life, que ha dado vía libre al proyecto medio año después de recibir la correspondiente solicitud.
Se trata de la construcción en la ciudad germana de Greifswald de un terminal, cuyo objetivo era unir el Nord Stream con el sistema de transporte de gas natural de Alemania a través de esta localidad del noreste. Actualmente, la potencia del terminal asciende a 60.000 de millones de metros cúbicos.
De acuerdo con los documentos de Entsong, los operadores ya recibieron la aprobación para la construcción por parte del regulador alemán Bundesnetzagentur. Los planes pasan por terminar de ampliar el terminal hasta finales del 2017.
Por ahora es solo uno de los tres proyectos que, según los datos de Entsong, aún están pasando la etapa relacionada con la certificación. Otros dos proyectos implican la construcción del gasoducto Eustream, que duplica el gasoducto OPAL y la ampliación del gasoducto NEL.
Precisamente, a día de hoy Europa recibe del OPAL la mayor parte del gas ruso que, debido a las restricciones impuestas con la aprobación del tercer paquete energético de la UE, opera solo a mitad de su potencia, suministrando alrededor de 36.000 de millones de metros cúbicos de gas del país eslavo.
Esta infrautilización de las instalaciones se debe a la presión de los países enemigos del Nord Stream 2: Ucrania y Polonia. Durante mucho tiempo, tanto Kiev como Varsovia han estado oponiendo resistencia a la implementación del proyecto, dado que temían quedarse sin los aranceles que cobran por el tránsito del gas ruso.
Ahora, después de que arrancara la construcción del terminal, la estrategia elegida por estos dos países parece haber fracasado, considera Chris Lafakis, analista de Moody's Analytics.
"Ahora, al recibir la aprobación oficial por parte de Alemania, Gazprom ha eludido prácticamente el veto, mientras que Ucrania y Polonia se han quedado sin sus herramientas para influir en el Nord Stream 2", comentó Lafakis a Life, a la vez que subrayó que, "si el proyecto del Nord Stream 2 es cancelado, los gasoductos que están construyéndose ahora quedarán inutilizados, y eso equivale a tirar por la borda miles de millones de euros".
En los últimos tiempos, los principales opositores a Gazprom han comenzado a emprender métodos exclusivamente diplomáticos —enviando cartas al Consejo de Europa y a la Comisión Europea— para sacar al gigante ruso de Europa.
Paralelamente, el principal aliado de Gazprom Alemania declaró oficialmente que nadie puede demandar a la compañía rusa para que cancele la construcción del gasoducto.
Dadas las circunstancias, las empresas germanas no ponen el foco en Bruselas, sino en Berlín. Por eso siguen colaborando tranquilamente con Gazprom, pues entienden perfectamente que las decisiones clave sobre el Nord Stream 2 se toman en Moscú y Berlín, opina Artiom Déev, analista de Amarkets.
"(…) La siguiente guerra con Gazprom provocará la subida de precios de la energía y de la calefacción central en Europa, y eso contribuirá a que se extienda el descontento", concluyó Déev.