Una teoría conspirativa que afirma que el 5G puede propagar el coronavirus está rondando por los medios sociales. El mito supuestamente cobró fuerza cuando un médico belga relacionó los "peligros" de la nueva red con el virus. Sputnik te cuenta qué hay de cierto en esto.
Los temores a que el nuevo estándar contribuya a los contagios de coronavirus, alimentados por algunos grupos de Facebook, han provocado actos vandálicos contra antenas de telefonía móvil en el Reino Unido. Veamos cómo funciona el 5G y si los miedos están fundamentados.
La diferencia entre la nueva red y las generaciones anteriores de servicios móviles (4G y 3G) reside en que estas últimas utilizan frecuencias de radio más bajas, en el rango de 6 gigahercios (GHz), mientras que el nuevo estándar utiliza frecuencias en el rango de 30-300 GHz, definidas como radiación electromagnética no ionizante.
La Agencia Australiana para la Seguridad Nuclear y Protección contra la Radiación ha aclarado que la nueva red no tiene los efectos negativos para la salud de una radiación más intensa, ya que el contacto directo de la piel con esta radiación está muy por debajo del nivel de seguridad recomendado. Esto también muestra que no hay evidencia de que las radiofrecuencias del 5G causen o exacerben la propagación del coronavirus.
Los aparatos móviles sí pueden propagar el coronavirus
Los expertos advierten de que más que la conexión 5G, lo que puede resultar peligroso y ser una vía de contagio es el propio teléfono móvil, ya que es un instrumento que utilizamos constantemente y en el que es muy probable que aterricen partículas de coronavirus que entrarían en nuestro cuerpo con gran facilidad.
Por su parte, YouTube también se ha comprometido a luchar contra los bulos que relacionan el 5G con una mayor propagación del virus. La plataforma ha anunciado que dedicará recursos para eliminar el contenido que relaciona la nueva tecnología con COVID-19.
El anuncio se produjo después de la polémica que causó un vídeo publicado el 18 de marzo, en el que un médico estadounidense afirmaba incorrectamente que África está menos afectada por COVID-19 porque no es una región que utilice la tecnología de 5G.