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Fantasías animadas de ayer y hoy: Pedro Sánchez sobrevive a un ataque de cazas rusos en Lituania…

Por Elespiadigital
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infoelespiadigitales/4/4/19
viernes 09 de julio de 2021, 17:27h

En España disfrutamos de un Presidente de Gobierno que o es muy mal alumno de Maquiavelo o es más tonto que Abundio.

El pasado 8 de julio, en compañía del mandamás lituano, un títere de Washington llamado Gitanas Nauseda, de los muchos que hay por las tierras bálticas, muy amigos de los separatistas catalanes y a los que tenemos que pagar la defensa ante la “inminente agresión rusa” que llevamos esperando dos décadas, montaron una astracanada ridícula, interrumpiendo abruptamente la rueda de prensa porque los aviones de la base aérea de la OTAN en Siauliai (Lituania) recibían una Alpha Scramble (hay que ser majadero para hablar con estos términos) y tenían que salir a interceptar no se sabe cuántos aviones rusos que, según un relato disparatado y enloquecido, podrían estar iniciando un ataque para liquidar al presidente español y al caradura de su anfitrión…

¿Chifladura? Completa. Pero los medios españoles no han ahorrado palabras para hablar de “ataque ruso”, “amenaza”, provocación”…

¿Es lejanamente creíble? Nadie en su sano juicio pensaría en tal cosa y se podrían haber ahorrado sacar los aviones, ahorrar el combustible y continuar con la insulta y babosa rueda de prensa que celebraban.

¿Entonces? Pues que hay que dar el espectáculo, el sainete del día para hacer creíble la amenaza rusa, lo propio de ese Patio de Monipodio que es la Unión Europea y la banda de matones de discoteca que es la OTAN, chulos de feria al que hacen coro legiones de periodistas vendidos por salarios tan míseros como el valor y el intelecto del que presumen.

 

Pedro Sánchez volvió a dejarnos en vergüenza con otros 29 segundos bochornosos que superan a su larga entrevista con Biden. ¡Qué valor! ¡Qué arrojo! ¡Qué entereza! ¡Que se preparen los aviones rusos!... ¡Mío Cid, Mío Cid! ¡Santiago y cierra España! ¡Aur, aur, desperta ferro! ¡A mí La Legión!...

Pierdan toda esperanza los ciudadanos españoles. Se pueden lograr cotas mayores de ridículo y este hombre conseguirá batir todas las marcas. Es medalla de oro en todo. ¡Qué días de gloria nos esperan!

¿Y qué hacía allí el Presidente?

No se sabe. Si es más tonto que Abundio, dejarse llevar por los que alimentan su pobre ego, siempre insatisfecho para esconder un profundo complejo de inferioridad. Pero si es un Maquiavelo de tercera, guiado por su escudero Iván Redondo, la cosa se explica mejor. Y para que el español medio pueda entenderlo, vayan unos apuntes:

  • Digámoslo claro, los señoritos bálticos nos han tomado por gilipolllas. Tenemos que mandar nuestros aviones de combate, nuestros tanques, nuestras tropas, la logística y la intendencia necesaria, que pagamos con los dineros que nos saca del bolsillo la Hacienda, para “defender” a estos caraduras de una fantasiosa “invasión rusa”.
  • Lo mismo podríamos decir de nuestros aviones en Rumanía, nuestros barcos en el Mar Negro y demás “juegos” con los que la OTAN provoca todos los días a Rusia para justificar su existencia y más de 500.000 millones de euros de gastos militares solo de países “europeos”.
  • El españolito medio no se da cuenta ni se pregunta por qué no hay barcos rusos en el golfo de Vizcaya, ni tanques rusos en el Alentejo portugués, ni cazas rusos en Túnez tocando las narices todos los días en los bordes de nuestro espacio aéreo. Raro, ¿verdad?
  • ¿A qué juega España en sus relaciones con Rusia? Deberíamos preguntarnos si queremos mantener buenas relaciones con Rusia, con un rentable balance comercial y con un turismo de mayor calidad que el que viene del estercolero europeo a Magaluf a cogerse la moña, abusar, escandalizar (violar si toca) y tirarse desde el balcón a la piscina.
  • Porque con sanciones, haciendo seguidismo lacayuno de Bruselas con sus medidas antirusas, con las habituales provocaciones siniestras de la OTAN, con insultos, ofensas y demás ignominias en la prensa contra el Presidente Putin, etc… es muy difícil que se puedan tener buenas relaciones y solo podemos perjudicarnos a nosotros mismos. Es decir, una vez más, hacemos el gilipollas…

Esa es nuestra política exterior. Lacayuna, arrastrada, mendicante, vendida, sin soberanía alguna, lastimosa, bochornosa, vomitiva… Y así llevamos años, muchos años. Porque es lo que ocurre cuando ha desaparecido toda dignidad nacional, la soberanía, la libertad y la independencia. Eso sí, desde Bruselas y Washington lograron exterminar nuestras identidades nacionales, culturales, sociales, espirituales, nos impusieron la ideología globalista de Bruselas, antieuropea por esencia, la de los “valores fundamentales” de la UE, la del capitalismo y el liberalismo, la de Occidente…

¿La solución? No la hay…

Occidente delenda est.

Por Juan A. Aguilar