El presidente de El Salvador rechaza la injerencia de Washington en los asuntos internos de su país, tras críticas de senadores estadounidenses sobre el bitcóin.
“Manténgase al margen de nuestros asuntos internos. No traten de controlar algo que no pueden controlar”, afirmó el miércoles Nayib Bukele en un mensaje emitido en la red social Twitter.
El mandatario salvadoreño reaccionó, de esta manera, a la iniciativa denominada la Ley para la Responsabilidad de las Criptomonedas en El Salvador, que impulsan los senadores estadounidenses Jim Risch, Bob Menéndez y Bill Cassidy para que el Departamento de Estado de EE.UU. analice “los riesgos para la seguridad cibernética, la estabilidad económica y la democracia” que tiene la criptomoneda bitcóin para El Salvador, así como diseñar un plan para mitigar los riesgos para el sistema financiero estadounidense.
Bukele subrayó que los senadores estadounidenses “no tienen jurisdicción sobre una nación soberana e independiente”, además de dejar claro que El Salvador no es la colonia, ni el patio trasero o patio delantero de Estados Unidos.
El jefe de Estado también publicó un vídeo de 10 segundos del presidente estadounidense, Joe Biden, hablando sobre soberanía y libertad en un discurso sobre Ucrania, y cuestionó: “¿Esto incluye a El Salvador? ¿Correcto?”.
En septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en la primera nación del mundo en adoptar el criptoactivo como moneda de curso legal, a pesar de la desaprobación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que instó a Bukele a eliminar la calidad de moneda de curso legal del bitcóin.
Una parte de los salvadoreños rechaza las medidas económicas del presidente, como el uso legal del bitcóin, los supuestos actos de corrupción del Gobierno y las alegadas negociaciones con las pandillas. También exigen la libertad para los presos políticos.
Bukele vincula todo ese rechazo al apoyo que brinda la Administración estadounidense, presidida por Joe Biden, a la oposición salvadoreña y acusa a Biden de usar el dinero del contribuyente estadounidense para financiar las marchas contra “un gobierno democráticamente electo” como el suyo.
