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Tras el fracaso del plan golpista de la oposición, Nicolás Maduro se juramentó como presidente de Venezuela

Tras el fracaso del plan golpista de la oposición, Nicolás Maduro se juramentó como presidente de Venezuela

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
domingo 12 de enero de 2025, 22:00h
Este viernes, el mandatario reelecto de Venezuela, Nicolás Maduro, tomó posesión del cargo, casi 6 meses después de ganar las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Tras su triunfo, el panorama político venezolano se vio sacudido por el desconocimiento de los resultados por parte de un grupo de la oposición, lo que desató hechos de violencia, tensiones diplomáticas y desarticulaciones de planes golpistas.
Maduro, quien comienza su tercer mandato este 10 de enero, fue juramentado en Caracas por Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional (AN), en el Palacio Federal Legislativo, en cuyos alrededores, desde tempranas horas, se concentran sus simpatizantes.
En la ceremonia de investidura, el mandatario recibió de manos de Rodríguez la banda presidencial, que lleva los colores de la bandera venezolana, y que fue bordada por un grupo de hombres y mujeres, que lo acompañaron, y el collar con la llave del arca que resguarda el Acta de la Independencia de 1811.
Al acto solemne asistieron diputados, miembros del Gabinete, del alto mando militar, cabezas de los cinco poderes públicos, mandatarios, altos representantes internacionales y cuerpo diplomático.
Poco más de 5 meses han pasado desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó a Maduro presidente electo. En este lapso, hubo una sucesión de eventos cuyo eje central ha sido la correlación de fuerzas entre el sector más derechista de la oposición venezolana —que ha buscado a toda costa evitar la asunción del mandatario— y las autoridades venezolanas, que han desarticulado planes desestabilizadores de toda índole.
En la Constitución de 1999 se estableció el 10 de enero como la fecha para que el mandatario electo asuma oficialmente el cargo. Sin embargo, en las semanas previas, el excandidato presidencial Edmundo González, prófugo de la Justicia venezolana, afirmó desde el exterior que se autojuramentaría ese día, a pesar de no haber sido proclamado por el máximo órgano electoral ni encontrarse en Venezuela desde septiembre pasado, cuando salió rumbo a España, que le concedió asilo político.
González inicialmente dijo que se trasladaría a Venezuela para asumir la primera magistratura, sin embargo, desde República Dominicana, envió un ambiguo mensaje que decía: "Nos veremos todos muy pronto en Caracas, el libertad".
González, antes de abandonar su país, firmó un acuerdo con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, y el presidente de la AN, Jorge Rodríguez, donde reconocía el fallo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que convalidó la reelección de Maduro, y se comprometía a limitar su aparición pública. Ninguno de estos aspectos fue cumplido, por lo que la Fiscalía venezolana, que había cerrado la investigación en su contra, decidió reabrirla en noviembre pasado y formularle cargos por los delitos de conspiración, usurpación de funciones, forjamiento de documentos, legitimación de capitales, desconocimiento de las instituciones del Estado, entre otros.
Planes violentos
Hasta pocos días antes de su juramentación, Maduro se refirió a la captura en territorio venezolano de mercenarios extranjeros, cuya misión era la de cometer asesinatos selectivos para generar violencia y desestabilización. Solo entre noviembre y diciembre del 2024, según cifras que aportó, fueron detenidas 125 personas por estas razones.
Venezuela ha denunciado este tipo de planes desde que el fallecido Hugo Chávez ocupaba la Presidencia y ha mostrado pruebas que respaldan sus señalamientos. Hasta el momento, ninguna administración ha presentado argumentos probatorios para refutarlas que no vayan más allá de exigir su salida.
La violencia y la política no son un tema ajeno a la vida nacional venezolana. En los años 2014, 2017, 2019 y 2024 se presentaron hechos que alteraron la convivencia pacífica y que causaron víctimas mayoritariamente dentro de las filas chavistas. En todas las oportunidades, estuvieron liderados por sectores extremistas de la oposición que reiteradamente han desconocido la legitimidad de las instituciones.
El plan de la oposición proyanqui
Debemos aclarar que el pronóstico-deseo de la dirigencia era uno; y el de la militancia, otro, aunque tuviesen un final parecido. La dirigencia pronosticaba (y, en realidad, deseaba) que la militancia colmara las calles como en aquellos años de principios de siglo. Y también deseaba que esa gente saliera dispuesta a todo, incluso a dejar el pellejo en el trayecto, y que buena parte de ella se presentara armada, como lo recomendaba Iván Simonovis. Pero nada de eso ocurrió. Ni se colmaron las calles ni los pocos asistentes estaban en la onda de morir por María Corina o por Edmundo. Por ello, en sus rincones secretos, los líderes se quejaron de la cobardía y la falta de arrojo de las masas, a las que calificaron como gente pusilánime y medrosa.
Mientras tanto, el pronóstico-deseo de muchos militantes era que el trabajo rudo de caerse a plomo y tomar el poder a sangre y fuego lo hicieran los gringos, que son expertos en eso, ya sea con sus marines o con los sicarios y mercenarios contratados por empresas made in USA especializadas en matar gente. Pronosticaban (y, sobre todo, deseaban) que llegaran las referidas fuerzas, capturaran o asesinaran al presidente Maduro y a todo el alto mando político y militar y pusieran en la silla a González Urrutia, quien de inmediato nombraría vicepresidenta a Machado y se iría a su pent-house a regar las matas y alimentar a las guacamayas. Ya con la oligarca en el poder, empezarían a rodar cabezas a diestra y siniestra hasta que el chavismo estuviese erradicado, cual mala yerba.
Pero, como tampoco nada de eso ocurrió, quienes abrigaban esos anhelos tan humanísticos y misericordiosos, cayeron en las garras de la depresión y el desconsuelo o bien les dio por despotricar de unos líderes tan incapaces y caricaturescos.
En resumen, la dirigencia terminó culpando y maldiciendo a la militancia y a la gente: un resultado nada alentador para empezar el año.
El final compartido de los pronósticos-deseo de dirigencia y militancia era que, de una forma u otra, se iba a impedir la juramentación del presidente reelecto, Nicolás Maduro, ante la Asamblea Nacional; y que se iba a lograr, también de alguna manera, que el juramentado fuera González Urrutia. Pero si no llegaron a tiempo los marines ni los asesinos a sueldo; si no se llenaron las calles de manifestantes antichavistas furibundos, ¿cómo iban a impedir que asumiera Maduro? ¿Cómo iban a conseguir que asumiera González Urrutia? El pronóstico, que no era tal, sino un deseo, quedó chocado y abandonado a la vera del camino.
Los pseudoacontecimientos no cuajaron
La falla de origen de los pronósticos-deseo de los dirigentes les obligó a dejar a un lado el pseudoacontecimiento que habían planificado, su plan A. ¿Cuál era éste? Pues, el mismo de siempre (por eso es fácil profetizar sus acciones): llevar a su propia gente a una situación de confrontación con la masa chavista o con los cuerpos de seguridad del Estado, momento en el cual los seguidores de las instrucciones del plan Simonovis harían su tarea de derramar suficiente sangre como para justificar una intervención “humanitaria” internacional o bien, un levantamiento militar, sueños húmedos de la derecha, desde que perdió el poder, en 1998.
Como el grupo de asistentes no era suficiente para montar un pseudoacontecimiento de esa dimensión apocalíptica, optaron por el plan B, a cargo de la histriónica lideresa principal, la señora Machado, quien —dicho sea de paso— ese día debió haber tenido la más apoteósica de las reapariciones en las calles, otro pronóstico-deseo que se desinfló por completo.
Luego de dar uno de sus discursos estridentes e intrascendentes que la caracterizan, ante unos cientos de personas (la cifra estimada la expuso el mismísimo Donald Trump, en un post de X), se dispuso a volver a su concha de valiente comandanta en la clandestinidad cuando (aquí comienza la parte cumbre del pseudoacontecimiento) fue perseguida por los esbirros del rrrégimen, tiroteadas y derribadas las unidades de su “caravana” de motos, herido un conductor y secuestrada y desparecida ella.
De inmediato detonó el explosivo que debe contener todo pseudoacontecimiento: el apoyo de medios, periodistas, comunicadores e influenciadores dispuestos a difundir una fake news con máximo dramatismo y cero ética profesional o personal.
En este punto se notó claramente que cada factor de la operación de bandera falsa sabía lo que tenía que hacer en un plan B como ese. Fue evidente en el uso de palabras como secuestro (en lugar de captura), desaparición (cuando sólo habían pasado minutos del supuesto hecho), tiroteo, heridos, etcétera.
Los difusores de la especie llegaron al extremo surrealista de usar la frase “confirmado extraoficialmente” para darle algo de crédito al presunto evento. En un lugar donde, según los mismos comunicadores, había miles de personas, es decir, miles de celulares; y una gran cantidad de camarógrafos y fotógrafos profesionales, ninguno pudo captar, ni siquiera con algo de desenfoque, el hecho en sí o alguna de sus consecuencias, como por ejemplo, la caída de los motorizados o los primeros auxilios al que, según el cuento, había sido baleado.
Y aquí surge una reflexión muy pertinente para quienes abrazamos hace muchos años el oficio del periodismo y sabemos la diferencia que debería existir entre un comunicador profesional y un ciudadano con un teléfono y una cuenta en redes sociales. Porque la verdad sea dicha: quienes se portaron más irresponsablemente en este caso (y no es el primero ni será el último) fueron los que tienen el diploma enmarcado en alguna pared de su casa.
Esto tiene un correlato corporativo porque la noticia falsa, sin la más simple verificación, fue difundida por los medios de comunicación más prominentes de América y Europa, una conducta que, casi con toda seguridad, no fue producto de una ligereza, sino de la complicidad de estos diarios, radioemisoras, televisoras y portales con el plan macabro del pseudoacontecimiento en marcha.
De nuevo, no es una conducta nueva en estos medios, entre los cuales están muchos que nunca han servido para nada bueno, pero también otros que alguna vez fueron prestigiosos paradigmas de la buena praxis periodística. ¡Qué lástima!
Es obvio que el propósito concertado era generar un clima de indignación entre los seguidores de Machado que, finalmente, los llevara a salir en masa a las calles y, eventualmente, a repetir situaciones de violencia que tan terribles saldos dejaron en otros tiempos. Es decir, que el plan B condujera al plan A. El falso secuestro también podría haber servido de excusa para que los marines o los otros matones ingresaran al país a rescatar a la doncella Machado, al soldado Ryan y, de paso, al gendarme Gallo.
La mentirosa versión, difundida ya por los infames medios y comunicadores, fue lanzada por la cuenta del Comando por Venezuela, es decir, una fuente directa del maricorinismo, por tanto, oficial (aunque muy poco confiable). Para colmo, la mentira fue, además, replicada por una gran variedad de presidentes y expresidentes latinoamericanos.
Por cierto, todos ellos, incluso los “de izquierda”, utilizan la fórmula de exigir la liberación inmediata e incondicional de la persona supuestamente detenida, sin tener ni la más mínima idea de lo ocurrido. Es la manera de abonar la matriz según la cual el Estado de Venezuela es fallido y, por eso, no tiene derecho a aplicar la ley en su territorio.
En fin, lo cierto es que un hecho que nunca ocurrió pudo haber detonado una ola de disturbios, una guerra civil o un “bombardeo humanitario”, lo que demuestra que estos pseudoacontecimientos no son una inocente jugada política, sino un grave delito que a otros países les ha costado su destrucción física y el genocidio de sus pueblos.
Giro de realismo cómico
En este punto, el pseudoacontecimiento del “secuestro” de Machado dio un giro hacia el realismo mágico, o quizá sea más preciso decir al realismo cómico, cuando la señora apareció en las redes, en un video grabado con cierto matiz bucólico, en el que ella, encapuchada y con un tono de mamita-fashion, desmentía a su propio comando y decía que no había sido detenida, daba a entender que había eludido astutamente a sus perseguidores, aunque con la desdichada pérdida de su carterita azul.
El desmentido de un pseudoacontecimiento como este no podía pasar sin dejar mal parados a los integrantes del batallón de pintores que se habían apresurado a decorarlo con espeluznantes colores. Todos quedaron colgando de la brocha. Entre los descolocados estuvieron las figuras, figurines y figurantes de la derecha (y algunos de la “izquierda”) latinoamericana que ya se habían lanzado con la cantaleta de la liberación incondicional. También, por supuesto, la pandilla de periodistas e influenciadores que habían sacudido a sus audiencias con la noticia falsa.
Fue penoso ver cómo algunos de esos comunicadores intentaron buscarle y rebuscarle explicaciones a la extraña “aparición” de Machado. Se atrevieron a lanzar hipótesis como que el video era falso, hecho con IA, que detrás del camarógrafo había un malvado agente de la dictadura apuntándola con un fusil AK o que la habían drogado, porque esa vocecita tierna y esa preocupación por la cartera perdida no cuadraban para nada con quien pretende ser una imitación de la Dama de Hierro o de la Mujer Maravilla.
El desenlace del pseudoacontecimiento tuvo el efecto de golpe de gracia para la militancia y el resto de la dirigencia opositora, que ya venía espichada por la ausencia de los marines o de los otros matones y por la escasa asistencia a las movilizaciones. Ese día, el jueves 9, sólo les quedó la opción de poner sus esperanzas en el otro propósito-deseo: que el viernes arribaría al país González Urrutia, acompañado por una cáfila de expresidentes latinoamericanos (corruptos, ineptos y hasta un pedófilo, pero eso no importaba tanto) y sería juramentado no se sabe por quién (eso tampoco importaba), en lugar de Maduro.
O sea, que el propósito-deseo estaba centrado en otro pseudoacontecimiento y se estrelló contra la realidad de los cinco poderes públicos venezolanos funcionando armónicamente en un acto realizado con la solemnidad que amerita y en un Palacio Federal Legislativo rodeado de pueblo.
Ese otro esperado pseudoacontecimiento (la juramentación falsa) no llegó a ocurrir. González Urrutia y sus compinches de dudosa catadura moral no volaron a Venezuela, su avión no fue interceptado por unos Sukoi artillados ni se desató la guerra aérea sobre el mar Caribe. En la tarde, la señora que no fue secuestrada apareció —sin cartera— asegurando que la dictadura está boqueando, contra las cuerdas, a punto de caer y que Edmundo vendrá pronto y, entonces, seremos libres y felices. ¿Qué alguien me diga si no son predecibles?
Comunicado del Ejército Venezolano
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) emitió un comunicado oficial en el que manifiesta su rechazo a la nueva ola de sanciones por parte del Gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) en contra de funcionarios del Estado venezolano.
La entidad castrense denunció que estas acciones fueron orientadas por instituciones norteamericanas, en consonancia con el bloque europeo, para arremeter contra 11 funcionarios venezolanos, entre los que destacan el presidente de la República y comandante en jefe de la FANB, Nicolás Maduro, el ministro del Poder Popular para la Defensa, G/J. Vladimir Padrino López, e integrantes del alto mando militar.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana expresa su más enérgico y categórico rechazo a las nuevas sanciones impuestas por la infausta cofradía imperial, hoy representada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de Norteamérica, junto con la Unión Europea y el Reino Unido; arremetiendo en esta ocasión contra once funcionarios del Estado venezolano, incluidos nuestro comandante en jefe, el ministro del Poder Popular para la Defensa e integrantes del Estado Mayor Superior», subraya parte de la misiva.
Además, el documento resaltó que dichas medidas coercitivas fueron impuestas justamente durante la toma de posesión del presidente Maduro para su nuevo mandato constitucional, al tiempo que expresa que las mismas forman parte de un plan golpista para alterar la paz y estabilidad de un país.
«Vaya la más sincera solidaridad a todos los servidores públicos, y muy especialmente a quienes hoy son víctimas de la arrogancia imperial. ¡Ninguna sanción vulnerará la dignidad de los hijos e hijas del Ejército Unido Libertador!», finaliza la carta.
Las agitadas aguas internacionales
Los eventos electorales venezolanos suelen tener un impacto internacional que trasciende el ámbito interno. Mientras que en el país suramericano la reelección de Maduro se asumió de manera pacífica, independientemente de la postura política de los electores, en el exterior algunos gobiernos y actores políticos adversos al chavismo buscaron reeditar el reconocimiento que le dieron al exdiputado Juan Guaidó, quien en el 2019 se autoproclamó "presidente encargado", lo que desató una compleja crisis política.
Las naciones y gobiernos que han apoyado tradicionalmente a Machado, y a otros sectores de la oposición, expresaron sus dudas sobre la transparencia del proceso comicial y finalmente desconocieron el triunfo de Maduro. Esto causó que Caracas retirara a su personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, la República Dominicana y Uruguay y rompiera relaciones con Paraguay.
Otra arista de estas tensiones internacionales ha quedado al descubierto entre los mandatarios con los que Venezuela ha tenido cercanía territorial, diplomática o ideológica. Tras las votaciones, los Gobiernos de Brasil, Colombia y México expresaron sus dudas sobre el desarrollo del proceso electoral, pero apelaron a la resolución de los conflictos de manera interna, sin injerencia exterior.
Aunque México se mantuvo constante en esta política de respeto a la soberanía, Brasil y Colombia expresaron sus reparos y hubo un distanciamiento con Caracas, que se vio expresado en declaraciones de los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, quien incluso votó en contra de que Venezuela ingresara a los BRICS, y Gustavo Petro.
Con relación a EE.UU., que desconoció la presidencia de Maduro desde su segundo periodo, las autoridades venezolanas han señalado que Washington ha brindado apoyo y financiamiento a opositores que buscan derrocar al mandatario. En esta oportunidad, las expectativas apuntan al tipo de relación que tendrá Caracas con Donald Trump, cuya primera presidencia estuvo marcada por una dura relación con Venezuela, caracterizada por el recrudecimiento de las medidas coercitivas y las acciones para deponerlo.
Maduro en su tercer mandato en Venezuela: "A mí no me ha colocado como presidente el Gobierno de EE.UU."
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asumió este viernes su tercer mandato consecutivo, tras ser juramentado como jefe de Estado por la Asamblea Nacional. El acto oficial de toma de posesión se realizó en el Salón Elíptico del Palacio Federal Legislativo, en Caracas.
Una vez investido como presidente para el periodo 2025-2031, Maduro se dirigió a los presentes y manifestó que cuando le colocaron la banda presidencial sintió "el peso del compromiso" ante el poder que le otorga la Constitución.
"Este poder no me lo ha dado un Gobierno extranjero, ni un Gobierno 'gringo', ni de la oligarquía de los apellidos, del supremacismo, del imperialismo. A mí no me ha colocado como presidente el Gobierno de EE.UU. Soy del pueblo, el poder le pertenece al pueblo y al pueblo me debo", expresó y añadió. "Tengo un solo dueño, mi corazón está entregado a la fuerza histórica del pueblo".
El presidente recién investido dijo que "el pueblo le ganó al imperialismo y a su diplomacia del engaño", quienes, a su juicio, no saben "cómo vengarse" por no haber impuesto a un mandatario en el país suramericano.
Una toma de posesión venezolana
"Esta toma de posesión venezolana no la pudieron impedir y es una gran victoria", sentenció.
Por otro lado, advirtió que los gobiernos foráneos no podrán con el pueblo. "No es un hombre, es un pueblo. Si Maduro tiene sentido, lo tiene porque es pueblo, porque es Bolívar, porque es Chávez. Ellos pretendieron convertir la elección de un país en una elección mundial. ¡El fascismo está derrotado, la oligarquía está derrotada!", enfatizó.
Dijo que nunca había visto una conspiración de tal magnitud como la ocurrida contra el país suramericano, "siempre adornada con la diplomacia del engaño, la de la zanahoria o la del garrote". Por ello, advirtió que los venezolanos tienen la "diplomacia bolivariana de paz" para "hacer respetar la paz".
"Aquellos que nos subestimaron han cometido un gran error en política y geopolítica", aseveró.
"Venezuela está en paz"
Recordó el juramento ante el Legislativo en su primer periodo presidencial, tras la muerte del expresidente Hugo Chávez, en abril de 2013. Asimismo, hizo un repaso de su desempeño como constituyente que participó en la elaboración y aprobación de la Carta Magna de 1999, actualmente vigente.
"Este acto es posible porque Venezuela está en paz, en pleno ejercicio de su independencia", manifestó y agregó: "Somos guerreros de la historia y garantizaremos la paz y la soberanía nacional. Es un momento de muchas emociones y recuerdos de tantas luchas", dijo.
Las 7T
Durante el discurso se refirió al plan de las Siete Transformaciones o 7T, que ha catalogado de "multiforme", que corresponde a modelo de mejoramiento del desarrollo nacional basado en las propuestas recogidas de distintos sectores de la sociedad frente a retos como "sanciones, persecución y bloqueo".
Maduro anunció que llamará nuevamente al diálogo multisectorial y dijo que en esta jornada firmará un decreto para crear "una amplia comisión nacional e internacional" que se encargará de trabajar en "una gran reforma constitucional" para ir a un proceso de "democratización" del Estado. Posteriormente, le entregará a la AN su propuesta de reforma.
De 62 años de edad, Maduro ganó sus terceras elecciones presidenciales, en julio de 2024, con más de 51 % de los votos. Sin embargo, como él mismo lo ha reiterado, el sector extremista opositor referenciado en el excandidato Edmundo González "cantó fraude", esto luego de negarse a firmar un compromiso previo de reconocimiento de resultados ante el Consejo Nacional Electoral (CNE).
Ante esa situación, Maduro solicitó al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) hacer una revisión de los resultados y emitir una sentencia con respecto al proceso electoral. Así, el máximo tribunal confirmó los datos del CNE, cuya plataforma sufrió un "ciberataque" que le impidió publicar en su sitio web las cifras detalladas de la contienda.
Para efectuar su análisis, el TSJ pidió a las distintas candidaturas participantes en los comicios que entregaran sus actas de votación, a fin de compararlas con las del CNE y determinar si hubo o no irregularidades en el proceso. Sin embargo, González, quien propició la denuncia de supuesto fraude, se negó a entregar su documentación ante el órgano de justicia, a pesar que ser el más interesado por haber quedado en el segundo lugar.
Por tal motivo, Maduro acusó a González de propiciar acciones inconstitucionales e intentar un golpe de Estado con apoyo de la derecha internacional, ya que, dijo, su interés no era ganar las elecciones sino deslegitimar el proceso comicial para alegar que los resultados eran fraudulentos, postura que aún mantiene y que reedita la asumida por la oposición radical desde 2019.
EE.UU. eleva a 25 millones de dólares la recompensa por capturar a Maduro
La administración saliente de EE.UU. anunció este viernes un nuevo paquete de sanciones contra el Gobierno de Venezuela, que incluye recompensas contra altos funcionarios, en respuesta a la toma de posesión de Nicolás Maduro que consideran "ilegítima".
Por el presidente venezolano, quien esta mañana juró el cargo para un tercer mandato, el Departamento de Estado ofreció 25 millones de dólares por información que lleve a su "arresto y/o condena". En marzo de 2020, la cifra establecida era de 15 millones por una serie de cargos, como narcoterrorismo.
Sobre el ministro de Relaciones Interiores, Diosdado Cabello, pesaba una recompensa de 15 millones de dólares, pero ahora la elevaron a 25. Mientras que añadieron una nueva de 15 millones de dólares por el titular de Defensa, Vladimir Padrino López.
Por su parte, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por su sigla en inglés) sancionó a ocho funcionarios que "encabezan agencias económicas y de seguridad clave que facilitan la represión y la subversión de la democracia" en Venezuela.
Entre las autoridades sobresalen las cabezas de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Héctor Obregón; del Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), Ramón Velásquez; y del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), Douglas Rico.