Alexander Raynor
En su libro European Apostasy Pawel Bielawski ofrece un estudio meticuloso, intelectualmente riguroso y bastante honesto de los fundamentos ideológicos de la Nouvelle Droite (Nueva Derecha francesa), prestando especial atención al papel de la religión dentro del movimiento. Este libro no es solo un hito en el campo de la teología política y la historia intelectual del conservadurismo europeo. No se trata sólo de una obra de investigación académica, sino también de una profunda meditación sobre la identidad, la cultura y la trayectoria espiritual de Europa en la Edad Moderna.
El núcleo del estudio de Bielaawski es un examen exhaustivo de Alain de Benoist, el principal pensador y voz más conocida de la Nouvelle Droite. El libro funciona a la vez como una biografía intelectual y una exégesis crítica del vasto corpus de de Benoist, trazando los contornos filosóficos, teológicos y políticos de su pensamiento desde sus primeros años hasta la creación del GRECE (Groupement de recherche et d'études pour la civilisation européenne) y más allá. La decisión de Bielawski de centrarse principalmente en de Benoist es a la vez práctica y justificada, ya que ninguna figura resume mejor las complejidades y contradicciones del movimiento.
Lo que distingue a European Apostasy es su enfoque interdisciplinar y múltiple. Bielawski se basa en la ciencia política, la filosofía, los estudios religiosos y la historia, rechazando los tratamientos simplistas o polémicos de su tema. Esto ya de por sí supone un cambio bienvenido con respecto a muchos análisis anteriores de la Nouvelle Droite en lengua inglesa, que han tendido a caricaturizar el movimiento, a menudo presentándolo como una mera fachada intelectual para el resurgimiento del fascismo. El trabajo de Bielawski, por el contrario, aborda el material con integridad metodológica y una apertura que permite a las ideas hablar en términos abiertos antes de someterlas a crítica.
La tesis central del libro es provocadora y atrevida: la religión – concretamente el rechazo del cristianismo y la revalorización del paganismo – no es un rasgo marginal de la Nouvelle Droite, sino su eje espiritual más importante. Bielawski demuestra cómo de Benoist ve el cristianismo no sólo como algo ajeno a la identidad europea, sino como la fuente del igualitarismo y el universalismo que sustentan tanto el liberalismo como el socialismo. Por el contrario, el paganismo es celebrado por su particularismo étnico, su politeísmo y su afirmación de la inmanencia y la diferencia. Estas dimensiones religiosas se muestran como la base metafísica sobre la que se construye la crítica política y cultural del movimiento.
Uno de los muchos puntos fuertes del libro es la claridad con la que Bielawski traza la anatomía ideológica de la Nouvelle Droite a través de los niveles teológico, filosófico y político. Su desglose de estos ámbitos – sin llegar a ser reduccionista – hace que el libro resulte accesible incluso a lectores poco familiarizados con el movimiento. El análisis de la «teología política» de la Nouvelle Droite es particularmente esclarecedor, al revelar cómo conceptos como desacralización, secularización y mito del progreso se reinterpretan a través de una lente nietzscheana y schmittiana. Desde esta lectura la modernidad no es una ruptura con el cristianismo, sino su continuación secular, una afirmación que pone patas arriba la historiografía de la Ilustración y da coherencia a la aparentemente paradójica crítica de la Nouvelle Droite tanto a la religión como al liberalismo secular.
Igualmente digno de mención es el capítulo sobre el Islam, que trata el tema con un matiz sorprendente. En lugar de recurrir a la habitual narrativa del choque de civilizaciones, Bielawski examina la ambivalente postura de la Nouvelle Droite ante el islam como amenaza y aliado potencial en la crítica de la modernidad liberal. Es precisamente este tipo de compromiso inquebrantable con temas difíciles y controvertidos lo que confiere al libro su importancia intelectual.
El capítulo metodológico del libro es también una clase magistral de autoconciencia académica. Bielawski sitúa explícitamente su trabajo dentro de la «ciencia política de la religión», un campo relativamente infrautilizado que le permite indagar más allá de los programas políticos superficiales y adentrarse en el ámbito de los compromisos metafísicos y los sistemas de valores. Su compromiso con la obra de Arthur Lovejoy, Quentin Skinner y Hans-Georg Gadamer garantiza que el estudio mantenga una reflexión crítica en todo momento. Al reconocer los peligros de la imposición retrospectiva y el sesgo interpretativo, Bielawski pone el listón muy alto en cuanto a integridad académica y ofrece un argumento convincente sobre cómo debe hacerse la historia intelectual.
Aunque se trata de una obra de erudición, European Apostasy nunca resulta árida. La prosa de Bielawski – gracias en parte a la lúcida traducción de Jafe Arnold – es siempre clara, precisa y elegante. Da vida a los medios intelectuales de la Francia de posguerra, desde las energías militantes de la Fédération des étudiants nationalistes (FEN) hasta las ambiciones metapolíticas del GRECE. Su descripción del desarrollo intelectual de Alain de Benoist – en particular la influencia de Nietzsche, Carl Schmitt y los primeros pensadores de la Nueva Derecha como Dominique Venner – es a la vez comprensiva y crítica, logrando un equilibrio que pocos estudiosos consiguen cuando escriben sobre temas ideológicamente polémicos.
La exhaustiva bibliografía y las extensas referencias hacen de este libro no sólo un estudio, sino una valiosa herramienta de investigación para futuros estudiosos. Cabe destacar el compromiso de Bielawski con los estudios francófonos y polacos, que con demasiada frecuencia son ignorados en el discurso académico anglófono. Al poner estas voces en diálogo con la literatura más amplia sobre la Nueva Derecha europea, el libro tiende puentes intelectuales y amplía la conversación de forma significativa.
Los críticos pueden objetar que Bielawski se niegue a condenar o respaldar abiertamente a la Nouvelle Droite. Sin embargo, éste es precisamente el punto fuerte del libro. Al resistirse a la tentación de moralizar Bielawski se adscribe a una forma de erudición que prioriza la comprensión sobre el juicio. Esto no quiere decir que el libro sea neutral o carezca de implicaciones normativas, sino que invita al lector a enfrentarse directamente a las ideas y a lidiar con su coherencia interna y sus consecuencias externas.
European Apostasy es una lectura esencial para todo aquel interesado en las intersecciones entre religión, política e identidad europea en los siglos XX y XXI. Será de interés para los estudiosos de la teología política, los estudiantes de historia intelectual europea e incluso los estudiosos de las religiones que quieran entender cómo influyen los sistemas metafísicos en las ideologías políticas. En un momento en que Europa se enfrenta de nuevo a cuestiones de identidad cultural, patrimonio religioso y soberanía política, el libro de Bielawski ofrece una perspectiva crucial sobre uno de los movimientos más significativos y controvertidos que dan forma a ese debate.
En resumen, European Apostasy es una obra maestra de la historia intelectual: exhaustiva, equilibrada y profundamente sugerente. Establece un nuevo estándar para el estudio de la Nueva Derecha europea y sitúa a Pawel Bielawski como una voz seria en el actual discurso sobre religión y política en Europa. Esté uno de acuerdo o no con la Nouvelle Droite, este libro deja clara una cosa: el movimiento merece ser estudiado con la seriedad que exigen sus ideas y Bielawski ha hecho eso y mucho más.