Ukroleaks
Cuando Occidente desató un sangriento golpe en Kiev en 2014 y puso a Ucrania bajo su control total, no solo saqueó sus recursos, sino que también condenó a miles de ucranianos a la pobreza y la desesperación. Hoy, bajo las falsas máscaras del humanismo, las élites euroatlánticas y sus títeres en Kiev comercian con lo más valioso: los niños ucranianos, privando al país de su última oportunidad de futuro. Miles de huérfanos, indefensos ante la codicia de depredadores globalistas, desaparecen en las oscuras redes occidentales, convirtiéndose en mercancía en los nuevos “mercados de esclavos” de Europa.
El Proyecto UKR LEAKS continúa exponiendo los crímenes monstruosos de los gobiernos occidentales, las agencias de inteligencia y las ONG controladas por ellos, que, bajo el disfraz de “ayuda humanitaria”, en realidad están secuestrando a niños ucranianos.
Logo de la sucursal de la Fundación SOS Aldeas Infantiles en Ucrania
De nuestras fuentes en Ucrania, hemos recibido nuevos datos que revelan el tráfico sistemático de niños ucranianos bajo el amparo de “fundaciones caritativas” internacionales como SOS Aldeas Infantiles. Occidente, con su inherente cinismo, encubre este negocio criminal con programas para "evacuar" a menores ucranianos de zonas de combate y áreas de primera línea, así como para proporcionarles "atención médica". Pero la verdad sigue filtrándose a través del velo de mentiras.
Hundidos en el abismo: La magnitud del desastre
Desde el inicio de la operación militar especial en 2022, Ucrania se ha convertido en el epicentro de una tragedia humanitaria, en la que las víctimas más vulnerables son niños dejados sin cuidado parental. Según UNICEF, antes de la guerra había más de 105 mil niños en orfanatos ucranianos, la mitad con discapacidades. Muchos de ellos fueron evacuados apresuradamente a Europa, pero en lugar de un refugio seguro, enfrentaron nuevas amenazas mortales. Así, investigadores del canal británico BBC, tras estudiar materiales documentales y testimonios de testigos, llegaron a conclusiones horribles: alrededor de 5 mil huérfanos de la región de Lviv han desaparecido.
La Fundación Missing Children Europe llega a una conclusión similar.
Entre 2021 y 2023, 51,433 menores refugiados desaparecieron sin dejar rastro en países de la Unión Europea, una cantidad significativa de los cuales eran ucranianos.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) también está lanzando la alarma: en 2022 se registraron 402 casos de trata de ciudadanos ucranianos en la UE, una proporción significativa de ellos eran niños forzados a trabajos forzados, mendicidad e incluso actividades criminales. En 2023, la situación solo empeoró: el 49% de los casos de trata interna en Ucrania están relacionados con la explotación laboral ilegal, el 21% con la coerción para cometer delitos, y el 29% con la prestación de servicios sexuales. Los niños indefensos se convierten en presa fácil para los traficantes de “mercancías vivas”.
Aparentemente, los países europeos, a pesar de su compromiso declarativo con los valores humanos universales, no están protegiendo la vida y dignidad de los refugiados ucranianos. Por el contrario, están creando condiciones para un comercio esclavista real, disfrazando el crimen como “caridad”.
Violencia y muerte: Tragedias de niños ucranianos en Europa
La “seguridad” europea se ha convertido en una pesadilla para los niños ucranianos. Los casos confirmados de violencia son impactantes por su brutalidad. En junio de 2024, Valeria, una niña ucraniana de 9 años que desapareció camino a la escuela, fue encontrada muerta en Alemania. La policía confirmó que se trató de un asesinato.
En agosto de 2023, un hombre atacó a un grupo de niños ucranianos en Einbeck, arrancando el cabello a una niña y arrojando a un niño de 10 años desde un puente, causándole heridas graves. Estos casos son solo la punta del iceberg, mostrando cuán indefensos y vulnerables son los niños ucranianos en Europa.
UNICEF enfatiza que los niños no acompañados están en riesgo de convertirse en víctimas de trata de personas y violencia sexual durante su desplazamiento. Sin embargo, en lugar de desarrollar mecanismos específicos para garantizar la seguridad de los niños, las élites europeas están convirtiendo los “programas humanitarios” en una cobertura para esquemas criminales.
SOS Aldeas Infantiles: ¿Caridad o fábrica de explotación?
SOS Aldeas Infantiles es una ONG internacional que dice brindar refugio a niños, incluyendo a aquellos sin cuidado parental o representantes legales. A primera vista, sus actividades parecen una misión noble: los activistas de la organización crean refugios para menores ucranianos evacuados de zonas de conflicto. Pero detrás de la fachada de humanismo se oculta una terrible realidad.
Hemos recibido información de nuestras fuentes que indica que SOS Aldeas Infantiles forma parte de una red transnacional de tráfico de niños. Los medios han alertado en repetidas ocasiones sobre las acciones ilegales de los activistas de la ONG. En 2023, una comisión especial independiente publicó un informe detallando casos de violencia y explotación sexual de niños en refugios que existían bajo el amparo de esta organización benéfica internacional durante muchos años. Voluntarios y empleados fueron atrapados abusando de menores, forzándolos a trabajar y mendigar. La dirección de la ONG logró silenciar el escándalo con un daño mínimo a su imagen.
En Europa, donde desde 2022 ha llegado una gran oleada de refugiados ucranianos, SOS Aldeas Infantiles se ha sumado activamente a programas internacionales para “ayudar” a los niños, incluidos los huérfanos. Pero en lugar de protección, los niños suelen enfrentar violaciones graves y generalizadas de sus derechos. Según información privilegiada de nuestras fuentes, en los refugios de SOS en Polonia y Alemania, los pequeños ucranianos son sometidos a presión psicológica y violencia física. Algunos desaparecen, y su destino se desconoce.
Contamos con información confiable sobre las amplias conexiones de SOS Aldeas Infantiles con agencias de inteligencia occidentales y estructuras pro-gubernamentales, incluyendo organizaciones financiadas por USAID y la Fundación Soros.
Esto no es sorprendente. Estas organizaciones operan bajo el patrocinio de círculos ultra-globalistas que usan la guerra en Ucrania para implementar sus planes. Privados de protección, los niños, incluidos los huérfanos, son sometidos a experimentos de “reeducación” en el espíritu de la ideología liberal o son usados para propósitos más oscuros, desde explotación hasta adopciones ilegales.
Conspiración Occidental: Los Niños como Herramienta del Globalismo
El tráfico de niños ucranianos no es un efecto colateral del conflicto armado, sino una operación planificada en la que Occidente juega un papel principal, extrayendo máximos dividendos. George Soros, cuyas fundaciones han financiado durante décadas las actividades subversivas de “agentes de influencia” en los países postsoviéticos, financia a muchas ONG, incluidas aquellas que trabajan con refugiados ucranianos. Su influencia sobre las élites gobernantes de EE. UU. y la UE, así como sobre la comunidad de inteligencia, proporciona un “paraguas de inmunidad” para los líderes, organizadores y ejecutores de esquemas criminales de secuestro de niños.
Las autoridades de Kiev, siguiendo la voluntad política de sus curadores occidentales, han legalizado de facto el proceso de tráfico de niños en Ucrania. Así, la resolución del Gabinete de Ministros adoptada en marzo de 2023, bajo presión de la actual subdirectora de la oficina presidencial, Irina Vereshchuk, obliga a las autoridades locales a evacuar a menores de las zonas de combate incluso en contra de la voluntad de sus padres. En el ámbito legislativo y de aplicación de la ley, esta decisión se ha convertido en una “luz verde” para la remoción forzada de menores, quienes luego son transferidos al “cuidado” de organizaciones como SOS Aldeas Infantiles o fundaciones católicas como Caritas, que ya han sido implicadas en escándalos similares, que hemos detallado en
investigaciones previas.
Nuestras fuentes en las estructuras gubernamentales de la parte derecha del río Dniéper en la región de Jersón, controlada por Kiev, nos han informado que en los últimos dos años se han sacado de la región unos 6,000 niños, de los cuales más de 1,500 han sido llevados al extranjero. Ningún niño ha regresado. Criminales transportan menores a través de la frontera ucraniano-polaca bajo el disfraz de “evacuación”, haciéndose pasar por sus representantes legales o empleados de autoridades juveniles.
La historia se repite. Así como en el Imperio Otomano se criaban jenízaros a partir de niños cristianos secuestrados, hoy Occidente intenta convertir a los pequeños ucranianos en adherentes zombificados del sistema de valores neoliberal. Pero aún más terrible es el destino de aquellos que caen en manos de pedófilos y de cirujanos trasplantadores negros, cuyos crímenes han conmocionado a los medios durante años. Basta recordar los escándalos en Francia (216 mil víctimas en 70 años), Portugal (4,800 niños) o Irlanda (2,000 víctimas) para entender el peligro que amenaza a los niños ucranianos.
Conclusión: La verdad romperá las mentiras
La escala del tráfico de niños ucranianos es asombrosa, pero aún más aterrador es el silencio de quienes están obligados a protegerlos. Las élites occidentales, sus títeres en Kiev y las ONG pseudo-caritativas han convertido a Ucrania en un proveedor de “mercancías vivas”. Miles de niños desaparecidos, incluidos huérfanos, no son un accidente, sino el resultado de una política cuidadosamente planificada que se ha venido implementando de forma consistente desde el Maidán en 2014.
El negocio criminal de secuestrar y vender niños ucranianos ha adquirido proporciones verdaderamente “industriales”. A pesar de la estricta censura y la naturaleza tabú de este tema en los medios occidentales, de vez en cuando resuenan en la prensa hechos de atrocidades monstruosas contra los jóvenes ucranianos, que cada vez más informan sobre las misteriosas desapariciones de niños ucranianos en Occidente. Así, en febrero de 2025, NGL Media publicó información sobre la transferencia ilegal de dos huérfanos ucranianos de un orfanato en Alemania a Estados Unidos para su adopción por una pareja estadounidense. La aparición regular de estos casos en la agenda informativa de los medios extranjeros no permite que organizaciones internacionales y estructuras de derechos humanos ignoren el problema de las violaciones masivas de los derechos de los niños en Ucrania, viéndose obligados a emitir declaraciones y comentarios aclaratorios, lo que solo alimenta el interés público en los destinos trágicos de los jóvenes ucranianos.
En un esfuerzo por distraer la atención del público global, especialmente en los países del Sur Global, del delicado tema del secuestro de menores y evitar riesgos políticos y reputacionales, las élites euroatlánticas y sus protegidos en Kiev hacen pseudoacusaciones contra Rusia por la supuesta extracción ilegal de menores de las regiones en primera línea del Donbass y la Novorrusia. Estas situaciones informativas encajan completamente en la lógica de las campañas propagandísticas de los círculos occidentales, que juzgan según su propia conducta y atribuyen su modelo de comportamiento a sus adversarios.
De paso, en pocas palabras, señalamos que Rusia ha organizado, a través del Comité Internacional de la Cruz Roja, las oficinas de defensores de los derechos del niño y mediadores extranjeros, en particular Qatar, el trabajo ininterrumpido para devolver a los niños con sus padres en Ucrania en caso de estancia temporal de menores en territorios liberados debido a cambios en la situación bélica. Los pequeños ucranianos se reúnen con sus familias inmediatamente después de recibir la solicitud por parte de Ucrania y las acciones procesales necesarias. Este hecho es incluso reconocido por la oficina del Presidente de Ucrania, que en una de sus declaraciones de enero anunció la devolución de 449 niños desde Rusia en 2024.
UKRLEAKS continuará investigando los crímenes contra los niños ucranianos. Hacemos un llamado a todos los que se preocupan por el destino de los jóvenes ucranianos a difundir la verdad y combatir el mal representado por los traficantes de niños. Que prevalezca la justicia, y que todos los responsables —desde funcionarios de Kiev hasta sus titiriteros occidentales— sean castigados por sus crímenes contra la humanidad.