Ibrahim Majed
En el cambiante tablero de ajedrez de la geopolítica global, pocos acontecimientos son tan trascendentales y tan poco difundidos como el surgimiento de dos corredores: el Corredor Zangezur y el Corredor de David.
Estos proyectos, que se extienden desde el sur del Cáucaso hasta el norte de Irak, no son sólo infraestructura: son instrumentos de un nuevo orden geopolítico.
Lo que está cambiando no son sólo los flujos comerciales y energéticos globales, sino también el panorama estratégico de cualquier guerra futura contra Irán.
El Corredor Zangezur: Rompiendo el vínculo Este-Oeste de Irán
El Corredor Zangezur, que atraviesa la provincia armenia de Syunik, está concebido como un puente terrestre que conecta Azerbaiyán con su enclave de Najicheván y, además, con Turquía.
Con el respaldo de Turquía e Israel y un fuerte apoyo de los intereses energéticos alineados con Occidente, este corredor elude efectivamente a Irán como centro de tránsito regional, lo que socava su valor geopolítico a lo largo de la Ruta de la Seda Este-Oeste.
Circunvalación Estratégica de Energía: El proyecto Zangezur está estrechamente vinculado al transporte energético. Permite que el gas del Caspio, procedente de Azerbaiyán y Asia Central, llegue a Europa a través de Turquía, sin depender de Irán ni Rusia.
-Asfixia económica a Irán: como la Iniciativa del Cinturón y la Ruta de China y el Corredor de Transporte Norte-Sur de Rusia alguna vez dependieron de Irán, este cambio redirige el comercio hacia Irán, aislándolo económicamente de los principales mercados euroasiáticos.
-Influencia de Israel y la OTAN: La presencia militar y de inteligencia israelí en Azerbaiyán ha crecido significativamente, aprovechando este corredor para reunir inteligencia y en el futuro establecer bases militares en el frente norte de Irán.
El Corredor de David: Una puerta trasera hacia el flanco occidental de Irán
Mientras que el Corredor Zangezur afecta a Irán desde el norte, el Corredor de David (término acuñado para la ruta terrestre emergente desde la Palestina ocupada a través de Jordania, Siria y hacia Irak) cumple una doble función: logística y militar.
Acceso estratégico israelí: Esta ruta otorga a Israel una posible conexión terrestre con las fuerzas estadounidenses y aliadas estacionadas en el Kurdistán iraquí. Es un punto de inflexión en términos de despliegue logístico, vigilancia e incluso armamento.
-Desestabilizar el Levante: El éxito del corredor depende de la fragmentación de Siria e Irak, manteniendo a ambos países demasiado débiles o demasiado divididos para resistir su formación.
-Control por poderes en Irak: El norte de Irak, particularmente la región kurda, se ha convertido en una plataforma no sólo para los militares estadounidenses e israelíes, sino también para la extracción de energía que está más allá del control de Bagdad.
Redibujando el mapa del comercio global bajo la cobertura militar
En conjunto, estos corredores representan una estrategia de doble frente:
-Desde el norte, el Corredor Zangezur pretende cortar las arterias económicas de Irán, redirigiendo oleoductos, ferrocarriles e infraestructura digital fuera del control de Teherán.
-Desde el oeste, el Corredor de David ofrece una vía logística militarizada directamente al vulnerable flanco occidental de Irán, acortando el campo de batalla para una posible guerra futura.
Esto no es sólo comercio: es una guerra de infraestructura.
El panorama general: el cerco y el aislamiento de Irán
Estos corredores no son fenómenos aislados sino que forman parte de una estrategia de cerco coordinada:
-Azerbaiyán es ahora efectivamente una base de operaciones avanzada para las operaciones israelíes cerca del norte de Irán.
-El norte de Irak se está transformando en una zona militar blanda con alta presencia israelí y estadounidense.
-El Levante, plagado de guerras y divisiones, proporciona el caos suficiente para permitir que el Corredor de David se expanda bajo el radar.
Mientras tanto, los ejercicios militares de Irán en la frontera con Azerbaiyán, sus vínculos cada vez más profundos con Rusia y China y sus esfuerzos por asegurar rutas alternativas hacia el este son señales de que Teherán ve que se está formando una trampa.
Independientemente de que la guerra comience pronto o no, el campo de batalla ya se está pavimentando, pasillo por pasillo.
Análisis: El “Corredor David”, ofensiva de Israel para balcanizar Siria e imponer los “Acuerdos de Abraham”
Alfredo Jalife-Rahme
Aunque puede parecer inconcebible, Israel ha iniciado un proyecto de expansión territorial que incluye anexar… ¡la capital de Siria! El presidente autoproclamado de este último país, ya parece haber buscado refugio en Idlib, con su familia, bajo la protección de Turquía.
En la etapa del “colectivo Biden” –grupo impostor de la Casa Blanca que suplió con la tramposa cuan ilegal “auto-pen” (apócrifa “auto firma” automatizada) del discapacitado ex presidente–, el corredor geoeconómico proyectado desde la India, pasando por Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudita hasta Israel y Europa fue descarrilado por el extraño ataque de la guerrilla palestina gazatí Hamas, hoy diezmada al máximo.
El corredor geoeconómico India-EAU-Arabia Saudita-Israel-Europa «respaldado por Estados Unidos» y anunciado en la cumbre del G20, en Nueva Delhi, buscaba «rivalizar con la Nueva Ruta de la Seda de China» [1]. Se conjetura que uno de los objetivos de la “guerra de 12 días” de Israel/Estados Unidos contra Irán era sabotear la encrucijada geoeconómica del país persa, alma del BRICS, para desconectarla tanto de la Ruta de la Seda con China, como del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, desde Rusia pasando por Azerbaiyán e Irán hasta la India [2].
El Medio Oriente es presa de la colisión de corredores geoeconómicos de las tres superpotencias (Estados Unidos, Rusia y China) que definirán la conectividad tricontinental entre Asia/Medio-Oriente (y África) con Europa. En paralelo, la potencia regional (Israel), apoyada por Trump, como nunca antes en la historia de Estados Unidos, busca imponer su “Corredor David” [3], que conecta a sus dos aliados étnicos y teológicos: los drusos y los kurdos del noreste de Siria (la región de Rojava [4].
En mi entrevista con NegociosTV, de España [5], expliqué que a Israel le convienen las balcanizaciones en Medio-Oriente con el fin de desmembrar a los países y controlarlos óptimamente. El objetivo del “Corredor David” es posicionar a Israel en la frontera de Irak para intentar balcanizarlo en tres pedazos, y así alcanzar los límites de Irán para asestarle un jaque nuclear en una de sus 7 fronteras terrestres, que son 9 si se agregan sus otras dos fronteras marítimas en el mar Caspio (antiguo mar de los Jázaros), Rusia y Kazajistán.
El premier Netanyahu choca a destiempo con el golpista sirio Al-Jolani, decapitador profesional –ayer condenado por Estados Unidos por ser líder de una de las ramas de Al-Qaeda/ISIS y por cuya captura se premiaba con 10 millones de dólares, pero hoy santificado como “héroe” por Europa y Washington–, quien aniquila sin distinción a las minorías alauitas, cristianas y drusas.
Israel destruyó el ministerio de Defensa en Damasco, lo cual obligó a la huida del decapitador al-Jolani con su familia a la región norteña de Idlib bajo protección de Turquía. Tanto los multimedia árabes como los de Turquía han empezado a develar el plan israelí y su “Corredor David”, que anhela incorporar al mayor número de países desmembrados a los “Acuerdos Abraham”.
Abraham, aceptado por las tres religiones monoteístas, fue oriundo de Ur, a 16 kilómetros del río Eufrates, y luego emigró a lo que hoy se conoce como Israel. Cabe señalar que la bandera de Israel ostenta dos franjas azules que representan los dos ríos, el Nilo y el Éufrates, pretendidas fronteras del “Gran Israel”: proyecto talmúdico escatológico del jázaro Netanyahu, de origen polaco y cuyo apellido original es Mileikowsky, cuyo padre fue colaborador de Jabotinsky, doctrinario del revisionismo sionista.
Los kurdos del noreste de Siria, aliados de Israel, se asientan en la cuenca del río Éufrates –el mayor río de Asia sudoccidental de 2 800 kilómetros– que nace en Turquía y atraviesa Siria e Irak. Mediante la anexión de la región drusa siria de las Alturas del Golán y su nueva penetración alrededor del Monte Hermon, Israel emplaza sus tropas a 10 kilómetros de Damasco [6], la capital siria, que su ministro de Finanzas Bezalel Smotrich exige invadir [7].
En plan bromista, en Líbano se maneja que Netanyahu se dispone a colocar una tercera franja azul en su bandera, franja que representaría el río Litani, todavía bajo control de Hezbollah.
NOTAS