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Alemania será la próxima en caer. Es decir, en vencer

Alemania será la próxima en caer. Es decir, en vencer

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
domingo 17 de diciembre de 2023, 21:00h
Lionel Baland
Ello será así (no nos precipitemos, no vendamos la piel del oso) siempre que se consoliden las actuales tendencias transversales entre los patriotas de derechas y de izquierdas que, desde Alemania, analiza en este artículo Lionel Baland.
Ttraspuesto a escala de España, lo que está sucediendo en Alemania es como si una importante escisión de Podemos defendiera una política social, patriótica, antimigratoria, anti-OTAN y antiwoke (es, en realidad, lo que está haciendo Frente Obrero), permitiendo de tal modo plantearse la posibilidad de una alianza entre Vox y el nuevo partido surgido de la izquierda. Lo cual también implicaría, por supuesto, que Vox abandonara, por su parte, su sumisión a la política belicista de Estados Unidos, la UE y la OTAN en Ucrania.
Con vistas a las próximas elecciones europeas, la máxima figura del izquierdismo alemán, Sahra Wagenknecht, ha anunciado la creación de un nuevo partido populista. ¿Qué consecuencias tendrá ello, a corto y medio plazo, en el paisaje político alemán y para las fuerzas en juego, en particular la AfD (el partido identitario de derechas), el cual podría verse debilitado en el este del país?
Desde que el lunes 23 de octubre de 2023 la máxima figura del izquierdismo alemán, Sahra Wagenknecht, hiciera público en Berlín el nacimiento de una plataforma, la Bündnis Sahra Wagenknecht (Alianza Sahra Wagenknecht), con el fin de fundar un nuevo partido político a principios de 2024, las encuestas muestran que el nuevo partido cosechará un gran éxito en las elecciones regionales de los estados del este del país, e incluso superará el umbral electoral del 5% en los del oeste. Sahra Wagenknecht rompe de esta manera con Die Linke [La izquierda], partido del que es diputada federal, y al que critica por seguir las ideas del partido ecologista Bündnis 90/Die Grünen sobre el cambio climático, los derechos de las minorías sexuales y la inmigración. Quiere que su nuevo partido vuelva a centrarse en las cuestiones sociales, en el aumento de los salarios y la defensa del estado del bienestar, al tiempo que adopta una postura contraria a la inmigración.
¿El fin de Die Linke?
Este anuncio es un acontecimiento de enorme relevancia en el panorama político alemán. El nacimiento de la nueva formación política supondrá muy probablemente el fin de Die Linke en las próximas elecciones a nivel federal y en los distintos estados alemanes, ya que es probable que caiga por debajo del umbral electoral del 5%. Además, la posible futura deserción de diputados de Die Linke —actualmente diez— al partido de Sahra Wagenknecht podría conducir rápidamente al fin del grupo parlamentario de Die Linke, privándolo de millones de euros en subvenciones públicas y salarios del Congreso de Diputados. Por otra parte, la nueva formación política compite con el partido patriótico alemán Alternativa para Alemania (AfD), sobre todo en el este del país, que en su día estuvo bajo dominio comunista y donde dicha formación está dominada por sus tendencias nacionalistas y socialistas.
El nacimiento de este nuevo movimiento se esperaba desde hace meses, y es en parte el resultado de las disensiones en el seno de Die Linke sobre la postura a adoptar respecto a Rusia y las sanciones contra ese país tras la invasión de Ucrania, que han sido el catalizador de la escisión. Sahra Wagenknecht se opone a las sanciones contra Rusia y al envío de armas a Ucrania, quiere que se importe gas ruso y hace campaña por la paz. Dado lo cercanas que son las posiciones de Bündnis Sahra Wagenknecht (BSW) y de Alternativa para Alemania (AfD), ¿pueden cooperar ambas organizaciones para intentar cambiar la postura de Alemania sobre la guerra?
¿Puede salvar a Alemania un frente transversal entre nacionalistas y poscomunistas?
En un momento en que Alemania, al igual que otros países europeos, se desliza cada vez más hacia la guerra con Rusia, ¿pueden los partidos del sistema, favorables a la implicación de Alemania en el conflicto Ucrania-Rusia, verse superados por un frente transversal formado en torno a Alternativa para Alemania (AfD) y el nuevo partido Bündnis Sahra Wagenknecht (BSW)?
Un tercio de siglo después de la reunificación alemana, el 3 de octubre de 1990, "el Muro sigue en la cabeza de la gente". La diferencia entre Oeste y Este de Alemania está presente en todos los ámbitos de la vida, y la política no es una excepción. Mientras, según las encuestas, los partidos que integran el gobierno federal (los socialdemócratas del SPD, los ecologistas de Bündnis 90/Die Grünen y los liberales del FDP) están cada vez más a la baja; y mientras no logran avanzar los democristianos de la CDU, contaminados por las ideas difundidas en el cuerpo político por los ecologistas, los patriotas de la AfD experimentan un ascenso meteórico en el análisis de las intenciones de voto. En el este, la AfD alcanza ya el 30% en las encuestas, y en el Oeste la AfD también está logrando fuertes avances, aunque su intención de voto es mucho más modesta, en torno al 15%.
Las elecciones europeas están previstas para junio de 2024, y las elecciones a los parlamentos de Sajonia, Brandeburgo y Turingia, tres estados del este, tendrán lugar un poco más tarde, en otoño de 2024. Las elecciones parlamentarias están previstas para otoño de 2025.
Frente transversal: ¿son compatibles el patriotismo social y el social-patriotismo?
Turingia tiene la particularidad de ser el hogar de Björn Höcke, la figura de la tendencia nacionalista de la AfD, que copreside la AfD de Turingia y encabeza el grupo de representantes electos del partido en el Parlamento de Turingia. Durante un discurso pronunciado en febrero de 2023 en Dresde, Björn Höcke sugirió a Sahra Wagenknecht que se uniera a la AfD: "¡Por favor, ven y únete a nosotros!".
La AfD está vinculada a la Nueva Derecha alemana, representada en particular por la editorial Antaios, entre cuyos ensayistas se encuentra Benedikt Kaiser, autor de Patriotismo solidario. La cuestión social de la derecha] (2020), donde defiende el patriotismo social y constituye la principal teorización de la AfD sobre política social. Entre sus otras publicaciones se encuentra Querfront [Frente transversal] (2017), que es un llamamiento a la unión de las fuerzas de izquierda y derecha, lo cual también es defendido por otros autores de la Nueva Derecha, como el redactor jefe de la revista patriótica alemana Compact Jürgen Elsässer, cuyo número 4 de 2023 lleva el título “Frente transversal. Cómo la derecha y la izquierda pueden detener a los belicistas”. Jürgen Elsässer incluso pidió a Sahra Wagenknecht que fundara su propio partido y asumiera su liderazgo y, al igual que el líder de AfD en Sajonia, Jörg Urban, participó en la concentración por la paz organizada por Sahra Wagenknecht y la feminista Alice Schwarzer en febrero de 2023 en Berlín, mientras que el copresidente de la AfD, Tino Chrupalla, firmó la petición lanzada en tal ocasión y pidió a otros alemanes que hicieran lo mismo. El marido de Sahra Wagenknecht, Oskar Lafontaine, ex presidente del Partido Socialdemócrata SPD y ex copresidente de Die Linke, dijo en tal ocasión que “AfD y compañía también son bienvenidos”.
Sahra Wagenknecht
La política de SahraWagenknecht consiste en denunciar a la izquierda pijoprogre, que ha perdido el contacto con la realidad y con las cuestiones sociales; consite en oponerse a la apertura de las fronteras, a la inmigración que conduce a la precarización de los trabajadores, víctimas de la competencia de subproletarios importados para satisfacer los intereses de las grandes empresas, la falta de integración de los extranjeros —incluso de segunda y tercera generación— de la que culpa al presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. Se opone asimismo a que la Oficina para la Protección de la Constitución esté creando problemas a la AfD; ataca también la postura de la ministra de Asuntos Exteriores de los Verdes, Annalena Baerbock, sobre la guerra en Ucrania, al Black Lives Matter, a Fridaysfor Future, etc. También se niega a considerar "racistas" a los votantes de la AfD y quiere celebrar un referéndum sobre la posible salida de Alemania de la Unión Europea.
Una de las figuras históricas de Die Linke, Gregor Gysi, describe así las posiciones de Sahra Wagenknecht: "Quiere mezclar la política social de Die Linke, la economía política de Ludwig Erhard [ordoliberalismo] y la política en contra de la inmigración de la AfD".
‘Política de derechas’ en Alemania
Alexander Gauland
No hace falta estar de acuerdo con cada frase que escribe el autor del libro-manifiesto así titulado para encontrar meritorio lo que intenta hacer aquí: nada menos que explicar la razón de ser de la AfD. En Politikvonrechts [Política de derechas], Maximilian Krah —líder de Alternativa para Alemania (AfD) y cabeza de lista en las próximas elecciones europeas— describe la situación de Alemania, sus actuales políticas y lo que debería hacerse al respecto.
El hecho de que algunos de sus puntos de vista coincidan con los de Sahra Wagenknecht [la dirigente del partido de la izquierda patriótica que se ha separado de Die Linke] sólo hace que el conjunto resulte más apasionante. Ambos, en efecto, comparten el mismo análisis: para la mayor parte de la sociedad actual, el enemigo de una vida buena no es el socialismo marxista, sino el liberalismo de la izquierda woke. La cuestión de si el polo opuesto en Alemania debería llamarse "derecha" sigue siendo una objeción fundamental al título del libro, porque desgraciadamente en Alemania "derecha" se asocia a menudo con "fascismo", y por esa razón es difícil de vender. Lo que une a Maximilian Krah y Sahra Wagenknecht es un conservadurismo social que el término "derecha" describe de forma muy imprecisa y equívoca. Pero ésta es la única objeción a un programa por lo demás inteligente y razonable para la preservación de la humanidad en unidades y contextos tradicionales y manejables. Éste es el ceterumcenseo[1] de ambos autores: la ideología del mundo único promovida por las élites liberales está destruyendo las tradiciones y las condiciones de vida de las comunidades establecidas y, por tanto, en última instancia, a la propia humanidad. Y esto se aplica no sólo a las sociedades del llamado Occidente, sino también al orden internacional que las protege. Desde que el socialismo, como adversario, pertenece a la historia, el capitalismo woke es la nueva izquierda, y los “anywheres" (los de cualquier lugar) deciden por los “somewheres” (los de algún lugar). Puesto que la libertad organizada por el sector privado ya no se siente amenazada por nadie, las fuerzas conservadoras han perdido su utilidad. Se convierten en un obstáculo para el consumo ilimitado y el éxito económico.
Los conceptos, tan vacíos y tan de moda, como "modernización", "flexibilización", "innovación" y "desregulación" tienen un contenido común, a saber, la destrucción de todo lo heredado, de todo lo que obstaculiza la eficacia del sujeto económico: las convicciones religiosas, las inquietudes éticas, los tabúes y las tradiciones culturales.
Desde el giro de 1989, la economía ya no es conservadora, sino ilustrada, igualitaria y de izquierdas. Se vuelve contra las ventajas nacionales y los límites éticos, contra los mundos tradicionales y los tabúes religiosos. Lo que antes era necesario para apoyar al Estado es ahora, en el mejor de los casos, superfluo y, en el peor, un obstáculo para el triunfo del mercado. En este contexto, la economía sirve al deseo de emancipación de los más fuertes que, como sujetos económicos, creen que pueden prescindir de los tabúes religiosos y otras inconvenientes prescripciones.
Les trae sin cuidado que la sociedad se vuelva más fría e inhumana
La conformidad del mercado en el interior se corresponde con la creencia en un mundo mejor basado en los derechos humanos en el exterior; un mundo que cree que puede disolver los diferentes espacios y tradiciones del multilateralismo basado en normas, pero que ya no acepta que nadie se desvíe de los valores canónicos occidentales. El hecho de que un campesino indio o un comerciante de especias árabe puedan desear vivir de forma diferente —y, por tanto, ver este mundo de forma distinta a un informático estadounidense— no significa nada para las élites urbanas de Occidente, por lo que la más mínima desviación de la "democracia de Westminster" cae bajo la acusación de populismo.
Pero es precisamente este populismo el que garantizará la diversidad de modelos de vida y de sociedad tantas veces descrita, y pondrá fin al sueño de un solo mundo de los Soros y los Schwabs.
[1] “Ceterumcenseo Carthaginemesse delendam” ("Pienso, por lo demás, que Cartago tiene que ser destruida"): famosa frase con la que Catón el Viejo concluía todos sus discursos. Hasta que Roma efectivamente la destruyó. [N. del T.]