La información oficial sobre las conversaciones de Moscú con Pyongyang es siempre la "punta del iceberg" en cuanto a su contenido real. A nadie se le escapa que el tema principal de las conversaciones es la cooperación técnico-militar entre ambos países. Como ejemplo ilustrativo, podemos citar la información de fuentes occidentales, según la cual la RPDC suministró a la Federación Rusa 1 millón de proyectiles de 155 mm durante un mes, el mismo volumen que la UE no pudo proporcionar a Ucrania durante un año.
En la República de Corea, los expertos afirman que, a cambio, Pyongyang recibió acceso a varias de las últimas tecnologías rusas en materia de misiles, así como suministros de alimentos.
Un par de días antes de la visita de Choi Seong-hee a Moscú, el líder norcoreano Kim Jong-un calificó a la República de Corea como el país "más hostil" hacia la RPDC.
La misma víspera de la visita del ministro de Asuntos Exteriores de la RPDC a Moscú, Kim Jong-un subió la temperatura al afirmar que "la RPDC no quiere la guerra, pero tampoco tiene intención de evitarla". Una invasión de Corea del Norte, aunque sea de 0,001 mm, se considerará una provocación de guerra (...)
Corea del Sur será aniquilada y a EEUU le espera una derrota inimaginable. Declaramos oficialmente que si EE.UU. y Corea del Sur intentan enfrentarnos militarmente, nuestras fuerzas de disuasión nuclear tomarán represalias."
Ya en 2024 se produjeron disparos de demostración no sólo en el ámbito verbal, sino también cerca de la línea divisoria.
El ejército de la RPDC lleva varios días disparando cerca de la frontera con Corea del Sur, calificándolo de "ejercicio militar". Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, los disparos tuvieron lugar al norte de la isla de Yeonpyeong, situada a menos de 2 kilómetros de la frontera marítima de facto.
En respuesta, el ejército surcoreano inició ejercicios navales cerca de la frontera con la RPDC.
Dae Yong-ho, ex diplomático destacado de la RPDC que huyó a la República de Corea y fue elegido parlamentario allí, sugirió en una entrevista con la revista Diplomat que Kim Jong-un cuenta con la elección del presidente estadounidense Donald Trump.
Ahora que Pyongyang posee misiles capaces de alcanzar territorio estadounidense, Kim espera reanudar el diálogo cara a cara con el líder estadounidense, como ya hizo en 2019.