Inmediatamente después de la muerte de Alexej Navalny,
Bild reveló que el opositor del Kremlin estaba a punto de ser liberado a cambio de algunos rusos detenidos en Occidente, pero la noticia fue rápidamente desmentida. Sin embargo, poco después, María Pevchikh, presidenta de la Fundación Anticorrupción de Navalny, la confirmó. Y eso lo cambia todo, dado su papel y los detalles revelados.
Navalny: el trato estaba cerrado
Primero en un
comunicado , luego en un
vídeo , Pevchikh explicó que, tras el arresto de su líder, su organización había iniciado una feroz búsqueda de espías rusos para utilizarlos como moneda de cambio con Moscú. Luego, comenzaron a instar a las autoridades alemanas y estadounidenses a abrir negociaciones al respecto, pero "no hicieron nada".
Entonces, continúa, recurrieron a las altas esferas, a personas que tenían "influencia sobre los políticos", y entre ellos menciona sólo a Henry Kissinger porque no puede nombrar a los demás. Y esta vez las cosas habían cambiado, hasta tal punto que en septiembre el Wall Street Journal informó que existía la posibilidad de un intercambio, nombrando explícitamente a Navalny.
El hombre clave en la negociación fue Roman Abramovich, ex facilitador de las negociaciones ruso-ucranianas en Estambul y todavía en relaciones con Moscú. Su papel fue informado a Pevchikh después de la muerte de Navalny y la mujer inmediatamente se puso en contacto con él para confirmarlo, lo que obviamente ya no se podía hacer (después de lo sucedido...).
Pero Abramovich ni siquiera lo negó: un consentimiento silencioso, como acertadamente lo definió Pevchikh, quien también recordó cómo, en la entrevista concedida a Tucker Carlson, Putin accedió a hablar de un intercambio de prisioneros, evocando a un prisionero ruso que quería repatriarse, lo que Pevchikh se identifica como Vadim Krasikov, es decir, el hombre que iba a ser liberado a cambio de Navalny.
Cui prodest?
Además de las revelaciones de Pevchikh, plantea dudas el hecho de que, el día antes de su muerte, Navalny, recluido en una prisión de máxima seguridad, habló en línea con Hillary Clinton. Definitivamente inusual... ¿fue quizás el sello del intercambio? Imposible saberlo, dada la ambigüedad de la exsecretaria de Estado.
En resumen, según Pevchikh, todo estaba listo para la liberación de Navalny, pero luego llegó el trágico final. Según la mujer, Navalny fue asesinado por orden de Putin. ¿Razón? El zar está loco... una motivación bastante tonta.
Además, según Pevchikh, un Navalny libre podría haber revelado expedientes embarazosos para el zar. ¿Pero Putin no lo sabía incluso cuando decidió liberarlo? Además, ese material, si lo hubiera, está a disposición de su Fundación, que puede utilizarlo independientemente del destino de Navalny.
Llegamos así a lo obvio, es decir, estaba claro que la muerte del disidente incendiaría Occidente, reviviendo la rusofobia que languidecía, como de hecho ocurrió. Puede que Putin esté loco, y no lo está, pero no es idiota: ¿habría dado una orden tan masoquista?
¿Qué consiguió "la magistral operación de inteligencia de Putin" en Alemania?
Rusia ha conseguido sembrar la división entre sus enemigos, "sin envenenar ni asesinar a una sola persona", indica el diario 'Político' al comentar la grabación filtrada de una conversación entre militares alemanes sobre un posible ataque al puente de Crimea.
El artículo titulado La magistral operación de inteligencia de Putin dejó a Scholz mal parado señala también que con esta acción Moscú desacreditó al canciller de Alemania, Olaf Scholz, e "impidió que Ucrania obtenga un arma clave".
"Scholz se convierte cada vez más en una amenaza para la seguridad de Europa",
indica la publicación, citando a Roderich Kiesewetter, diputado de la Unión Demócrata Cristiana.
El 1 de marzo, la editora jefe de la agencia matriz de Sputnik,
Margarita Simonián publicó la transcripción de una conversación de cuatro altos mandos de la Bundeswehr que debatían la posibilidad de atacar el puente de Crimea con misiles Taurus. Al discutir estos planes, analizaron en detalle la posibilidad de suministrar los proyectiles a Kiev y señalaron que, de optar por enviarlos ahora, solo estarían operativos en un plazo de ocho meses.
Además, contemplaron proporcionar a Kiev coordenadas de objetivos rusos con una precisión de tres metros como parte de la planificación. En este contexto, también se evaluó solicitar asistencia al Reino Unido para coordinar ataques con misiles contra objetivos en Rusia.
Pocos días antes, Olaf Scholz, volvió a pronunciarse en contra del suministro de misiles de crucero Taurus a Ucrania, explicando la negativa a enviarlos por el peligro de que su país se vea arrastrado al
conflicto.
"Me sorprende que a algunas personas ni siquiera les importe, que ni siquiera piensen en el hecho de que, en cierta medida, esto podría conducir a la participación en una guerra debido a lo que estamos haciendo", expresó el canciller.
A principios de 2023, el canciller también aseguró que Berlín no suministraría tanques Leopard 2 a Kiev, porque "la OTAN quiere evitar un enfrentamiento directo con Rusia". No obstante, pocos días después
Alemania confirmó que daría a Ucrania 14 tanques Leopard 2 y permitiría su reexportación desde otros países.