Aleksandr Duguin
Para que la Inteligencia Artificial (IA) se vuelva todo poderosa primero es necesario convertir a toda la humanidad en un gran ordenador cuyos elementos no necesariamente funcionen perfectamente. El materialismo, el nominalismo, el evolucionismo, la filosofía analítica (basada en el positivismo lógico) y la tecnocracia son los prerrequisitos teóricos de este proceso (todos los cuales han sido desarrollados e implementados por medio de la ciencia, la educación y la cultura). En cierto sentido, la humanidad, tal y como es representada por la ciencia y la filosofía moderna, es considerada como una especie de proto-IA o red neuronal. La humanidad es una IA en la medida en que el pensamiento humano es artificial, una especie de emulación de las epistemologías de la Modernidad y la Postmodernidad. Los pasos serían los siguientes:
- El Estado burgués es la IA de primera generación.
- La sociedad civil es la segunda generación.
- El Gobierno mundial es la tercera generación.
- La IA fuerte sería la cuarta y última etapa de este proceso de alienación total.
La historia del capitalismo esta subordinada a la creación de este Superordenador y resulta imposible detenerse a mitad de camino. Todo el proceso de la Modernidad culminará necesariamente en la creación de la IA. La única forma de evitar este proceso es rechazar a la Modernidad en su totalidad, empezando por la misma imagen científica del mundo que aborrece tanto a Dios como al hombre. La filosofía de género es solo un paso en este proceso: las personas transgénero son únicamente la transición de los individuos humanos hacia los individuos transhumanos, donde ser humano se convierte en algo opcional. Occidente, una vez que rechazó el cristianismo y la Edad Media, comenzó a actuar como lo cerdos del Evangelio de Lucas que se precipitaron al vacío. Entonces, ¿por qué deberíamos sorprendernos de que hoy absolutamente todo se precipite hacia abajo?
La IA es la culminación de un proceso que había comenzado hace 500 años. Nos subimos a este tren en ese momento y la única manera de cambiar su rumbo es descarrilarlo ahora. De lo contraria veremos cómo llega el Dragón. La filosofía orientada hacia los objetos es la ontología más perfecta para desarrollar este mundo posthumano. Será el asesinato del sujeto en nombre del Gran Afuera (Grand Dehors) donde habitan esos dioses idiotas (que es la metáfora usada por ellos, no nosotros). Para el Gran Afuera que gobierna actualmente el mundo Novorrusia es un estorbo y la filosofía que representa la Operación Militar Especial también. La tarea de los rusos es superar la ciber-realidad que hoy domina todo. Para superarla tendremos que cabalgar el tigre y convertir el veneno en medicina. La idea rusa debe derrotar y subyugar no solo a Ucrania, sino también a la Inteligencia Artificial. Esa es nuestra misión.
La ideología de los drones administrativos
El campo ideológico de Rusia puede dividirse de la siguiente manera:
- Primero están los liberales radicales que el Estado ha ido marginado por diferentes medios. Este proceso comenzó en el año 2000 y, a pesar de que se han sucedido diferentes administraciones, continua hasta el día de hoy. La influencia de los liberales en la formación ideológica del Estado ruso ha disminuido constantemente, pero sigue siendo significativa en la cultura, la educación y la ciencia. Únicamente aquellos que han recibido instrucciones claras o precisas han continuado luchando contra el liberalismo de forma incierta y prolongada durante estos 24 años.
- En segundo lugar, están los patriotas cuya influencia ha ido creciendo constantemente, pero de manera lenta e incluso se puede decir que ha habido años en que se han estancado. No obstante, la defensa de Crimea y el Distrito Especial del Norte lo han exigido. Las autoridades actúan frente a los patriotas con la misma cautela e incertidumbre que con respecto a los liberales radicales.
- Finalmente, están los nuevos cuadros y todos aquellos que han ingresado en el servicio del Estado, entre los que podemos contar a voluntarios, zánganos y drones. Esto dio nacimiento a una clase ideológicamente neutral que únicamente tiene como objetivo administrar el poder y obedecer a quienes están arriba. En un primer momento se intentó introducir un simulacro ideológico bastante gaseoso en esta formación, pero pronto se abandonaron tales planes. La necesidad de formar en masa jóvenes y ancianos rápidamente dio origen a una nueva clase administrativa que funcionan como drones o una especie de Inteligencia Artificial sin contenido. No importa que clase de datos o programas cargue el operador en ellos actuaran según sus órdenes. Los ordenadores no razonan, solo se encargan de que el algoritmo funcione correctamente. El problema es que este principio se traslado a la ideología y le resulta extraño operar con él. Ya no son liberales (desideologizados), pero tampoco son patriotas (ideologizados).
Estos voluntarios desideologizados hoy son producidos a escala industrial. En parte resulta positivo (porque no son liberales), aunque tiene efectos negativos (no son patriotas). La Operación Militar Especial y la guerra contra Occidente (que durará mucho tiempo y que tal vez se prolongue eternamente) requerirán de un nuevo y rápido desplazamiento del centro de gravedad a favor de una ideología patriótica. Los representantes de esta clase administrativa desideologizada son drones administrativos perfectamente afinados y adecuados para convertirse en los portadores de las ideas patrióticas, pero es necesario que el operador de la maquina oprima “enter”. Algo que las autoridades no hacen porque temen sus consecuencias. Por lo tanto, los administradores del gobierno únicamente actúan siguiendo algunas instrucciones. Por ahora… se trata de un campo de pruebas o laboratorio donde podría lanzarse el programa…
Paralelamente, se han ido formando otras redes neuronales al interior de la sociedad y el pueblo que tienen un claro contenido patriótico. No se trata de cuadros administrativos sino de voluntarios y héroes que luchan tanto en la vanguardia como en la retaguardia. El Estado los apoya porque creen en la Victoria y el sentido de la historia. Todos ellos son regidos por el espíritu. Los administradores del gobierno no tienen nada en contra de los patriotas, pero tampoco es que se relacionen con ellos, debido a que funcionan con algoritmos diferentes. Sin embargo, ha llegado la hora de unir ambas redes. Espero que después de las próximas elecciones las autoridades presionen el botón de “enter” y comiencen a cargar al interior de toda la sociedad el programa patriótico. Las líneas fundamentales de este programa ya han sido esbozadas por el Presidente en sus decretos sobre la defensa de los valores tradicionales, la política exterior, etc. Además, la ideología patriótica ya ha comenzado a ser asumida por las autoridades, por lo que resulta lógico que comiencen a aplicar con toda su fuerza tal programa una vez electos. Al fin y al cabo, ya es hora de que empecemos a ganar.