En abril de 2022, Ucrania acusó al Ejército ruso de un crimen atroz contra la población civil de Bucha en la región de Kiev. Las FFAA rusas abandonaron esta localidad el 30 de marzo y cuatro días después la parte ucraniana difundió de repente un informe sobre las "atrocidades de los ocupantes", con videos y fotos de calles llenas de muertos.
El 24 de abril de 2022, tres semanas después de los sucesos de Bucha, el diario británico The Guardian
informó que, según los primeros resultados forenses, la mayoría de los civiles murieron como consecuencia del bombardeo de artillería con fragmentos de proyectiles de 122 mm, como la que se utiliza en los obuses D-30 en servicio en las FFAA de Ucrania.
En otras palabras, las personas que fueron encontradas no murieron por disparos de armas de fuego, como intentaron acusar a los militares rusos, sino que murieron como consecuencia de los ataques de artillería del Ejército ucraniano contra Bucha.
El representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenzia, mostró a los periodistas un video del alcalde de la ciudad, Anatoli Fedoruk, del 31 de marzo, en el que éste, al día siguiente de la salida de los militares rusos, no dice ni una palabra sobre los muertos. El alcalde de Bucha
parecía feliz y sonriente.
"Es difícil pensar que se comporte así mientras hay una masacre en las calles", señaló entonces Nebenzia.
Sputnik te recuerda otros grandes ataques de falsa bandera y mentiras que se usaron para perpetrar ataques a otros países e iniciar guerras a gran escala.
El montaje en Yugoslavia
El pretexto para la agresión de la OTAN contra Yugoslavia en 1999, en la que participaron otros 18 Estados miembros de la OTAN bajo el liderazgo de EEUU, fue un incidente escenificado en el pueblo de Racak.
El suceso fue presentado por el jefe de la Misión de Verificación de la OSCE, el diplomático estadounidense William Walker, quien dirigió la misión de observadores extranjeros en Kosovo, y por los medios de comunicación mundiales como una ejecución masiva de civiles albaneses por parte del Ejército serbio.
Los exámenes de dos comisiones forenses, una bielorrusa y otra finlandesa, no pudieron concluir que los cuerpos hallados en Racak hubieran sido masacrados a quemarropa y que la totalidad de los cadáveres fuera de civiles albaneses. Se sospechó que muchos en realidad fueron militantes del grupo terrorista albanokosovar UCK caídos en combate. El incidente de Racak dio pie a la OTAN para plantear que las autoridades yugoslavas habían diseñado un plan para acometer una limpieza étnica, cuya existencia también se cuestionó.
A pesar de todas las dudas razonables frente a las acusaciones y pese a la disposición del Gobierno yugoslavo en el último momento de negociar la entrada de tropas de la OTAN en su territorio, el secretario general de la alianza atlántica, el español Javier Solana, instruyó el 23 de marzo al general estadounidense Wesley Clark para que cursara la orden de atacar a Yugoslavia al día siguiente.
El incidente de Racak ya había sido declarado como genocidio, por lo que requería una respuesta inmediata.
"Armas de destrucción masiva" en Irak
En febrero de 2003, el entonces secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, habló en la ONU sobre las "armas químicas" iraquíes y los laboratorios móviles. Mostró un tubo de ensayo, supuestamente con una muestra de una sustancia peligrosa.
"Todo lo que les presentamos son hechos y conclusiones basadas en información creíble que confirman que Irak tiene armas de destrucción masiva", declaró entonces Colin Powell.
Después de eso, los estadounidenses invadieron Irak.
Cuando empezó la guerra, el científico británico David Kelly admitió en una entrevista con The Observer que no había laboratorios móviles, que había sido un error. Y en julio de 2003, Kelly fue encontrado muerto cerca de su casa. La versión oficial fue que se trató de un suicidio.
Tampoco fueron hallados indicios de las supuestas armas químicas en un país que ha sido devastado por años del conflicto.
Un presunto ataque químico en la ciudad siria de Duma
El 7 de abril de 2018, se produjo un presunto ataque químico en la ciudad siria de Duma, a 10 kilómetros al este de Damasco. Se presentaron como pruebas imágenes de residentes de esta región, incluidos niños, a los que supuestamente los médicos intentaban salvar de la intoxicación.
Una semana después, EEUU, el Reino Unido y Francia lanzaron ataques contra instalaciones sirias sin esperar a las conclusiones de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ).
La Defensa Civil Siria, también conocida como los Cascos Blancos, se convirtió en un elemento clave de la campaña lanzada para acusar a las autoridades sirias de utilizar armas químicas. Las personas que aparecían en el video afirmaron posteriormente que no habían visto ningún ataque. Los testigos dijeron que unos desconocidos sembraron el pánico en la ciudad, tras lo cual reunieron a la gente en el hospital. Allí les echaron agua sin explicarles nada y luego dejaron ir a la gente.
El periodista sirio Jaled Asquif, testigo de los sucesos de Duma
compartió con Sputnik que la información sobre el uso de armas químicas y su difusión a través de organizaciones no gubernamentales es una herramienta para lograr varios objetivos, entre ellos los financieros.
EEUU ha utilizado tal estrategia, con la difusión de información sobre el presunto uso de armas químicas, varias veces, indicó el periodista. Asquif destacó los escenarios aplicados en Irak y Afganistán, y estimó que es "exactamente" lo que estaba ocurriendo en Siria. Washington, de acuerdo con su punto de vista, persigue no solo desprestigiar a Damasco en la escena internacional, sino también "dividir a la sociedad siria, sembrar el caos en el país y destruir su economía".
Supuestas atrocidades en Israel
En octubre de 2023, la periodista israelí Nicole Zedek informó en su reportaje que, tras el ataque de Hamás en el kibutz de Kfar Aza, en el sur de Israel, observó a unos 40 niños asesinados y decapitados, incluidos bebés. Cuando el público exigió pruebas o datos concretos de lo ocurrido, la reportera se retractó y admitió que había difundido la información pertinente sin pruebas.
La noticia no verificada de que miembros de Hamás habrían decapitado a 40 bebés israelíes se propagó rápidamente por las redes sociales y fue compartida a pesar de no estar confirmada por ninguna autoridad israelí.
Un representante del Ejército de Israel
señaló a Sputnik que el cuerpo castrense no tiene ningún dato o prueba que confirme la supuesta masacre de mujeres, ancianos y niños en Kfar Aza. El movimiento palestino Hamás también rechazó la información según la cual combatientes gazatíes habrían atacado a civiles y matado a niños durante la operación cerca de la Franja de Gaza.
"El movimiento [Hamás] rechaza categóricamente las falsas acusaciones fabricadas por ciertos medios de comunicación occidentales, las más recientes sobre la supuesta muerte de niños, sus decapitaciones y ataques a civiles", declaró entonces en su cuenta de Telegram. Hamás añadió que esas falsas afirmaciones "pretenden encubrir crímenes de guerra y el genocidio [de Israel] contra el pueblo palestino".