Larry Johnson
Mi último episodio trata de la guerra de inteligencia occidental contra Rusia. Como mencioné en mi artículo del martes sobre el supuesto bombardeo ruso de un hospital infantil en Kiev, la respuesta organizada de los medios de comunicación atacando y condenando a Rusia fue, en mi opinión, una operación de información, o sea, propaganda, totalmente respaldada por la CIA y el MI-6.
La CIA concebida por Harry Truman, es decir, una agencia que reclutaría espías humanos, produciría información crítica que sería examinada por analistas, quienes a su vez producirían la mejor información para el presidente que no está disponible en los medios tradicionales, está muerta. La CIA ha sido secuestrada por el sector de operaciones de la casa y se dedica, en mi opinión, a crear y ejecutar operaciones encubiertas que generalmente resultan en el derrocamiento de un gobierno extranjero. Una vez que las operaciones encubiertas toman el control, la capacidad de los analistas para hacer análisis honestos se arruina.
Vi esto de primera mano durante el tiempo que trabajé en la Sección Centroamericana (CAB). Nuestros intentos de hacer un análisis objetivo se toparon con una oposición concertada del sector de operaciones de la organización, la Fuerza de Tareas Centroamericana, para ser más precisos. Un artículo publicado en el Informe Diario Presidencial que describía las fallas de los Contras, por ejemplo, fue recibido con aullidos de indignación por parte de la gente de operaciones. Se nos acusó de “socavar” a los luchadores por la libertad.
En mi opinión, eso es exactamente lo que está sucediendo hoy. El discurso delirante de Biden en la apertura de la cumbre de la OTAN ayer significa una de dos cosas: o él y sus redactores de discursos están ignorando/rechazando el análisis de la CIA o los analistas de la CIA no están haciendo un trabajo honesto. Creo que es esto último.
¿Qué quiero decir con análisis honesto? Para empezar, hay que deshacerse de la propaganda absurda de que Putin está decidido a construir un nuevo imperio ruso y conquistar el mundo. En segundo lugar, hay que proporcionar un recuento preciso de las bajas ucranianas y rusas. Los servicios de inteligencia occidentales están restando importancia a las pérdidas ucranianas y exagerando enormemente el número de muertos y heridos rusos. En tercer lugar, hay que evaluar las perspectivas legítimas de que Ucrania reconstituya su ejército y desafíe eficazmente a Rusia. Puedo decirles, basándome únicamente en material de fuentes abiertas, que las posibilidades de Ucrania son CERO. En cuarto lugar, hay que mostrar cómo la actual política estadounidense está alejando a los aliados y fortaleciendo la alianza multinodal encabezada por Rusia y China. Las implicaciones estratégicas de eso plantean interrogantes sobre la seguridad de la economía de Estados Unidos y su actual posición hegemónica en el mundo. Lamentablemente, parece que la CIA no está haciendo nada de esto. O, si lo está haciendo, los responsables políticos están ignorando a los “analistas” (analista es un término peyorativo que escuché de boca del personal de operaciones que me acusó a mí y a mis colegas de sabotear a los Contras).