geoestrategia.eu
La revolución geopolítica de Putin

La revolución geopolítica de Putin

Por Administrator
x
directorelespiadigitales/8/8/23
lunes 24 de febrero de 2025, 22:00h
Alexander Dugin
El discurso que Vladimir Vladimirovich Putin pronunció hace dieciocho años en Munich marcó el primer desafío sistémico claramente formulado al sistema globalista unipolar. Fue el comienzo de una revolución geopolítica, inicialmente encabezada por Rusia, pero poco a poco otras potencias se unieron al club de la multipolaridad. China, India y Brasil fueron los primeros en seguirlos, y luego se les unieron otras naciones, ahora miembros del BRICS. Esto marcó la institucionalización de la multipolaridad defendida por Putin en su discurso de Munich.
Hoy hemos logrado avances considerables en este camino. Estamos librando una guerra contra el globalismo en Ucrania, específicamente luchando contra la ideología liberal-globalista. La multipolaridad se hace cada vez más sólida y visible, en particular a través de estructuras como los BRICS, mientras que el mundo unipolar avanza firmemente hacia su declive, especialmente después del inicio de la revolución conservadora de Trump en Estados Unidos. Por supuesto, Trump y los "trumpistas" intentarán preservar el mundo unipolar, pero de una forma diferente, basada en la hegemonía directa de Estados Unidos. Sin embargo, el Secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, ya ha reconocido que vivimos en un mundo multipolar. Este reconocimiento es a la vez preciso y prometedor.
En 2007, en su discurso de Munich, Putin subrayó la necesidad de adherirse a la Carta de las Naciones Unidas. Sin embargo, la ONU es una organización moldeada por los resultados de la Segunda Guerra Mundial, donde el Consejo de Seguridad, la distribución del poder y sus mecanismos quedaron formalmente anclados en los principios del orden westfaliano. La ONU reconoció únicamente a los Estados nacionales como actores soberanos.
En febrero de 2007, Vladimir Putin pronunció su famoso discurso de Munich, que puede considerarse una declaración de la trayectoria política soberana contemporánea de Rusia.
La fundación de la ONU también contenía una fórmula contradictoria: reconocer tanto el derecho de cada Estado-nación a la integridad territorial como el derecho de los pueblos a la libre determinación, principio que inherentemente pone en tela de juicio la soberanía. Esta fórmula ambigua se ha aplicado desde entonces en diversos contextos y con diferentes significados. En cualquier caso, el sistema de la ONU ha preservado la bipolaridad, así como un pequeño grupo de países no alineados.
Inicialmente, los globalistas intentaron establecer un mundo unipolar, proponiendo incluso la disolución de la ONU en favor de la creación de una "Liga de Democracias". Sin embargo, esta idea nunca tuvo éxito institucional porque la mayoría del mundo rechazó este concepto que postulaba la alineación de los estados vasallos bajo la dominación occidental.
Al final, incluso el mundo unipolar no logró institucionalizarse y pasó a ser algo del pasado.
Hoy en día es necesario construir un nuevo orden mundial sobre la base de la multipolaridad. Esta multipolaridad debe encontrar un nuevo marco de expresión. ¿Es posible reestructurar la ONU para alinearla a los principios de un mundo multipolar? Lo dudo, porque la estructura actual de la ONU refleja la combinación del sistema westfaliano y la bipolaridad ideológica establecida por la Conferencia de Yalta y los resultados de la Segunda Guerra Mundial. Pero desde entonces han tenido lugar muchas guerras que han transformado el mapa político del mundo hasta hacerlo irreconocible. Como resultado, los Estados-nación actuales poseen niveles altamente asimétricos de soberanía y poder real. Por eso creo que las Naciones Unidas son incapaces de tal transformación o evolución.
Ha llegado el momento de considerar la creación de una nueva organización internacional que refleje las condiciones emergentes del mundo multipolar, con una distribución adecuada de roles dentro de las instituciones clave. Un posible paso en esta dirección podría ser el establecimiento de un diálogo entre los países BRICS como modelo de multipolaridad, por un lado, y los Estados Unidos de Trump, por el otro. Con el tiempo, y a través de un proceso residual, Europa podría sumarse, una vez que haya despertado finalmente y emergido del delirio liberal-globalista en el que, lamentablemente, aún se encuentra.
Abstracto:
Alexander Dugin señala que el discurso de Putin en Munich en 2007 marca el inicio de una revolución multipolar que desafía el globalismo unipolar y disminuye la relevancia de la ONU.