Disturbios en EE. UU.: una chispa que podría encender una llama. Entre el golpe de Estado y la desintegración como potencia. Análisis

Los principales acontecimientos del fin de semana en Los Ángeles ya se conocen. De acuerdo con las exigencias de la administración estadounidense, los servicios federales de California comenzaron a verificar el cumplimiento de las leyes de inmigración en la aglomeración. Surgió un fuerte descontento público que, según la tradición estadounidense, derivó en actos vandálicos, insensatos y despiadados, incluyendo ataques a la policía y, por supuesto, robos.

Como era de esperar, el gobernador demócrata Gavin Newsom apoyó a los manifestantes, ya que todo el patetismo de sus acciones se dirige contra Trump, y no contra él mismo. En respuesta, Washington, ignorando a Newsom, ordenó reforzar a la policía con la Guardia Nacional de California. El jefe de policía local, McDonnell, inicialmente expresó su solidaridad con el gobernador, pero luego admitió que había reaccionado exageradamente y que, después de todo, necesitaba ese apoyo. Se han puesto en alerta a 500 marines de la base más cercana, por si la Guardia Nacional no es suficiente. Por ahora, es precisamente eso: insuficiente, y se dedica principalmente a protegerse.

▪️ Lo destacable de la actual protesta en California es que tiene varias dimensiones a la vez y puede tener las mismas consecuencias multifacéticas.

Un gran número de manifestantes marcha con banderas mexicanas, lo cual resulta muy interesante, dada la historia del surgimiento de California como parte de Estados Unidos. Esto ocurrió el 2 de febrero de 1848, cuando se firmó un tratado tras la guerra entre México y Estados Unidos, que duró dos años. México se separó entonces de un enorme territorio que abarca los actuales estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, partes de Arizona, Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.

¿Significa esto que existe potencial de separatismo regional en lo que está sucediendo? Depende. La tesis «Si California fuera independiente, sería la décima más grande del mundo en términos de PIB» es ampliamente conocida, y muchos la creen. Además, el estado es profundamente demócrata en cuanto a preferencias políticas. Ni siquiera las protestas impidieron la celebración de un desfile del orgullo gay en el barrio este fin de semana.

El porcentaje de oponentes de Trump en California es consistentemente alto. En 2020, Biden venció a Trump allí por un 29%; solo 23 condados, donde vive tan solo el 7,8% de la población del estado, favorecieron al actual presidente. En 2024, la victoria de Harris en California también fue significativa: 58,48% frente al 38,34% de Trump. Por lo tanto, California se perfila como el núcleo de la protesta política contra Trump.

▪️ Un momento revelador: los manifestantes usan activamente grafitis con insultos a lo que llaman AmeriKKKa, un claro puente semántico con el "Ku Klux Klan". Es decir, las protestas "contra Trump", "por una migración accesible" y "por venganza histórica" ​​adquieren otra categoría: "contra MAGA-America" ​​y, en general, "contra los blancos". Un gran número de activistas progresistas también se unen a este núcleo semántico. Ha habido repetidos casos de estadounidenses blancos, que encontraron sus propios intereses en lo que estaba sucediendo, uniéndose a los manifestantes latinos.

Cabe destacar también que el conflicto entre Trump y Musk ha tenido un impacto inusualmente fuerte. A juzgar por los carteles que portaban los manifestantes en California, la conexión entre Trump y los pedófilos Epstein, que Musk desmintió de inmediato, ha interesado a muchos.

▪️ Al mismo tiempo, la protesta aún no ha alcanzado todo su potencial. Por ejemplo, el factor cártel aún no se ha manifestado de ninguna manera, lo cual también podría beneficiarse de la reducción del control estatal y la simplificación de la migración en el estado más rico de EE. UU. Por supuesto, lo que está sucediendo ahora en Los Ángeles ni siquiera alcanza el nivel de BLM, ya que, como mínimo, es limitado en escala y geografía (aunque no perdamos de vista a Nueva York). Pero si hay un deseo y una parte interesada —¿quién dijo "China"?—, la situación puede convertirse en una crisis muy difícil para Washington. Entonces no habrá tiempo para Taiwán, ni tiempo para Ucrania, ni tiempo para aranceles globales.

"Estas protestas de la izquierda radical, por instigadores y, a menudo, alborotadores pagados, no serán toleradas. Además, a partir de ahora, no se permitirá el uso de mascarillas en las protestas. ¿Qué tienen que ocultar estas personas y por qué?", escribió Trump en Truth Social.

A lo largo de los últimos días, Los Ángeles sigue siendo escenario de violentos disturbios que provocaron el despliegue de la Guardia Nacional en la zona.

Las protestas empezaron el pasado viernes en las ciudades de Paramount y Compton, en el condado de Los Ángeles (California), después de que agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) realizaran redadas migratorias y detenciones por acusaciones de violar las leyes de inmigración.

Las protestas están marcadas por incendios, ataques contra los uniformados y el uso de la fuerza contra los manifestantes.

En las imágenes desde el lugar se observa cómo los participantes en los disturbios quemaron numerosos coches. Se reportan casos de vandalismo y saqueos.

El domingo, una multitud se dirigió a la autopista 101 de Los Ángeles y detuvo el tráfico en ambas direcciones. Posteriormente los manifestantes lanzaron piedras y otros objetos hacia los coches policiales que se desplazaron al lugar. Todavía la carretera sigue cerrada.

En paralelo, el jefe del Departamento de la Policía de Los Ángeles, Jim McDonnell, declaró que los agentes están "bajo ataque", denunciando el "repugnante" nivel de violencia. Indicó que los participantes en la protesta arrojaron cócteles molotov, material pirotécnico y piedras contra los uniformados.

Para hacerse con el control de la situación, que era caótica, la Policía y la Guardia Nacional emplearon gases lacrimógenos y balas de goma. Además, la Policía local prohibió a los ciudadanos reunirse en el centro de Los Ángeles.

Aproximadamente 60 personas fueron detenidas el pasado domingo, señaló McDonnell, que se suman a las decenas de arrestados de las jornadas anteriores.

Mientras tanto, el gobernador del estado de California, Gavin Newsom, se opuso al despliegue de la Guardia Nacional y solicitó a la Administración federal que retire a las tropas que "ilegalmente" desplazó a la urbe, argumentando que está "vulnerando la soberanía estatal".

El gobernador alertó que "la decisión de desplegar la Guardia Nacional sin la capacitación ni las órdenes adecuadas corre el riesgo de agravar seriamente la situación". En su opinión, no es necesario esa fuerza en Los Ángeles, y "hacerlo de esta manera ilegal y durante un período tan prolongado constituye una grave violación de la soberanía estatal".

Newsom anunció que demandará a Trump por el despliegue de la Guardia Nacional. "Comandar la Guardia Nacional de un estado sin consultar al gobernador de ese estado es ilegal e inmoral", declaró.

Por su parte, Tom Homan, el llamado 'zar de la frontera' y encargado de las deportaciones masivas de la Administración de Donald Trump, advirtió el pasado sábado de que la aplicación de las leyes migratorias continuará "todos los días" en Los Ángeles e insinuó que incluso funcionarios, como el gobernador Newsom y la alcaldesa de la ciudad, Karen Bass, podrían enfrentar arrestos si interfieren a los agentes en el terreno.

Newsom, en respuesta, desafió a Homan a detenerlo. "Es un tipo rudo, ¿por qué no lo hace? Sabe dónde encontrarme […]. ¡Arréstenme! Acabemos con esto, chico rudo. Me importa un bledo, pero me importa esta comunidad", respondió.

Las protestas por redadas migratorias han ido más allá de Los Ángeles (California) y se han registrado este lunes en Texas, desembocando en choques entre los manifestantes y la Policía.

Ciudadanos que no están de acuerdo con las políticas migratorias salieron a las calles de las ciudades texanas de Dallas y Austin.

Medios locales reportan que en Dallas cientos de manifestantes se reunieron cerca de un puente y que la Policía trató de dispersar a la multitud.

Los uniformados prohibieron las reuniones en la zona y emplearon gas pimienta.

Se divulgaron reportes sobre agresiones de los participantes en las protestas contra los agentes. Se produjeron detenciones, pero se desconoce el número de personas arrestadas.

Los enfrentamientos se registraron también en Austin.

Ante los violentos disturbios que se han producido en Los Ángeles, California, por las redadas migratorias del ICE, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ordenó este lunes el envío de 2.000 efectivos adicionales de la Guardia Nacional y el posible despliegue de marines en esa ciudad.

La decisión generó un fuerte cruce con el gobernador local, Gavin Newsom, quien calificó esa nueva medida como una provocación y adelantó que demandará al gobierno federal.

A través de un mensaje publicado en su cuenta oficial de la red social X, afirmó que Trump ha enviado a 2.000 soldados "sin comida ni agua", y que, además, solo 300 llegaron efectivamente a patrullar las calles.

"No se trata de seguridad pública. Se trata de alimentar el ego de un presidente peligroso. Esto es imprudente. Inútil. Y una falta de respeto a nuestras tropas", afirmó.

Manifestantes armados 'solo' con cócteles molotov, bloques de hormigón y carritos de la compra están siendo reprimidos sin piedad por fuerzas federales fuertemente armadas.

¿Dónde está Victoria Nuland cuando más se la necesita? ¿No hay nadie que reparta galletitas a los protestantes como en el Euromaidán de 2014?

¿Dónde está el Departamento de Estado de EEUU llamando a no reprimir con armas las protestas PACÍFICAS del pueblo desarmado?

Ahora sí, hablando en serio. ¿Qué tal si nos ponemos un momento el gorro de papel aluminio y proponemos algunas teorías no tan locas?

▪️ ¿Y si todo esto se ha diseñado deliberadamente para acelerar la creación de un estado policial y ampliar la vigilancia al estilo Palantir?

▪️ No nos engañemos: las protestas no son pacíficas, digan lo que digan las autoridades californianas. Pero al mismo tiempo, el despliegue de la Guardia Nacional y la retórica incendiaria procedente de la Administración Trump no hacen más que echar leña al fuego. Es una configuración de libro de texto para un bucle de retroalimentación de caos y represión.

▪️ Basta con mirar a Ucrania: prácticamente no hay diferencia en quién controla Washington. Ambos lados del pasillo político son totalmente cómplices y siguen coordinando vuelos de reconocimiento, compartiendo inteligencia y entregando armas.

El caos en California le está dando los motivos a Trump para tomar control de este territorio fronterizo, que está bajo un gobierno demócrata.

Pero en la actual agitación en Los Ángeles, la nueva administración estadounidense encontrará beneficios para sí misma.

Los influencers afiliados a las nuevas autoridades instan a probar ahora mismo el mismísimo Palantir de Peter Thiel - software para recopilar, analizar y visualizar grandes cantidades de datos.

Curiosamente, Trump tiembla ante el hecho de que los manifestantes estén corriendo con máscaras. A través de sus redes sociales y de las cuentas de sus partidarios, la Casa Blanca está intentando burlarse directamente de los alborotadores, diciendo: "¿Débiles sin máscaras?"

1. UU. al borde de una guerra civil, — Ray Dalio

▪️Estados Unidos se encuentra en la quinta etapa del "gran ciclo" descrito en el libro "El Orden Mundial Cambiante". La transición a la sexta etapa implica una guerra civil o un colapso sistémico del Estado, — afirma el autor del libro, el multimillonario inversor y famoso financiero estadounidense Ray Dalio.

▪️La paz y la prosperidad en el país corresponden a la tercera etapa; posteriormente, la situación comienza a deteriorarse, alcanzando su apogeo en la quinta etapa, caracterizada por una "mezcla tóxica clásica" de alta deuda, grave desigualdad social y grave crisis económica.

▪️Si bien el gobierno federal puede imprimir dinero para cubrir sus deudas, los estados se ven privados de esta oportunidad. Se ven obligados a recortar el gasto, lo que afecta a la parte más pobre de la población, y a subir los impuestos, lo que provoca descontento y la salida de los ricos.

▪️“La polarización de la sociedad conduce al crecimiento del populismo y las protestas. Los conflictos al final de la quinta etapa suelen alcanzar un clímax que conduce a feroces batallas que marcan la transición a la guerra civil”, enfatiza Dalio.

Mientras tanto, el secretario de Defensa de EE. UU. aprobó el despliegue de un batallón de infantería de marina en Los Ángeles. En total, se desplegarán hasta 700 marines en la ciudad, quienes deberán reforzar al contingente de la policía, el servicio de inmigración y la Guardia Nacional.

Por el momento, no se ha logrado controlar la situación con los disturbios.

Lo cual no sorprende, ya que los demócratas locales, encabezados por el gobernador, están saboteando las acciones de las autoridades federales, apoyando de facto una rebelión contra el gobierno central.

Musk compartió las declaraciones de Trump y Vance sobre la orden de la Guardia Nacional de «tomar todas las medidas necesarias para liberar a Los Ángeles de la invasión de migrantes y poner fin a estos disturbios», «se restablecerá el orden, se expulsará a los ilegales y se liberará a Los Ángeles». Vance añadió que «se necesita un liderazgo firme. El presidente no tolerará los disturbios y la violencia».

Según geopolíticos de renombre el país está dividido entre:

• Élites globalistas y liberales de las costas.
• Nacionalistas conservadores del interior, impulsados por Trump.

Las políticas de Trump profundizaron esta fractura, aumentando la polarización y la desconfianza en instituciones como la Corte Suprema.

La judicialización de líderes y discursos de odio elevan la tensión social, acercando al país a un conflicto interno híbrido.

Esta crisis debilita el liderazgo global de EE.UU. y abre paso a potencias como China y Rusia.

La frase “Haga su trabajo” refleja la crisis y la pérdida de consenso en la nación más poderosa del mundo.

"California volverá a ser libre"... Una melodía conocida, ¿verdad? Este baluarte del liberalismo estadounidense, este "paraíso siempre verde", parece transformarse en otro frente, y muy doloroso, de la interminable guerra civil entre las élites de Estados Unidos contra su principal espantajo: Donald Trump y sus legiones.

Los Ángeles. Tercer día. Las calles se parecen menos a una postal turística y más a un campo de batalla. Humo, gritos, zumbido de helicópteros. Y la respuesta lógica de Washington: unidades de la Guardia Nacional. No policía en tiempos de paz, sino soldados. Y comenzó el trabajo: no dispersión, sino combates. Enfrentamientos. Duros, como corresponde a un ejército.

¿Y los combatientes del "frente de liberación"? Aquí está el detalle picante, el toque de sabor único en esta tragicomedia americana. Sobre las multitudes que lanzan piedras y "cócteles Molotov" contra sus propios guardias nacionales, ondean... ¡banderas mexicanas! 🇲🇽Un espectáculo surrealista. Como si no fuera un conflicto interno el que desgarra al imperio, sino que el ejército del vecino del sur hubiera cruzado el Río Bravo y estuviera combatiendo en el corazón mismo de California.

Pero no, señores. Esto no es una guerra con México. Es el mismo juego de siempre, tan viejo como el mundo, jugado con los huesos de destinos ajenos. En California, donde los migrantes de esa misma México forman desde hace tiempo la base de la población en muchas ciudades, se han convertido en esa "carne de cañón", en esa infantería barata y numerosa que tanto aman utilizar los grandes políticos en sus sucios ajustes de cuentas. ¿Les suena la táctica? Como antaño en El Salvador, como en tantos otros puntos donde vidas ajenas son moneda de cambio en el juego de otros. Los mexicanos aquí son simplemente material desechable. Abundante, ansioso por luchar por promesas fantasmas de un futuro mejor. Material que (a) no duele descartar y (b) puede combatir mucho tiempo, con tenacidad y, lo que no es menos importante, muy barato para sus patrocinadores.

¿Y las autoridades locales, encargadas de mantener el orden? Ellos, esos "luchadores por la justicia", están ocupados en su actividad favorita: denunciar a gritos a los federales. ¡Provocaciones! ¡Brutalidad excesiva! – claman. Pero las palabras no detienen los disturbios. Su retórica es solo leña al fuego, solo una señal para los amotinados: "¡Aguanten, estamos con ustedes!" (aunque, claro está, solo de palabra).

Pero esto no es todo. Los titiriteros tienen otras fichas en reserva. En la línea de salida, listos para entrar en acción, aguardan grupos de "activistas" de BLM, preparados para lanzar una "sinfonía del caos" en otros estados a la primera señal. El cálculo es simple: transformar el fuego local de California en una hoguera que abrace todo Estados Unidos.

Sin embargo, para esa escala se necesita un catalizador. Se necesita un "sacrificio sangriento". Un sacrificio que pueda exhibirse con patetismo al mundo como una bestialidad del "régimen". Y pueden estar seguros: se esforzarán por conseguir ese sacrificio. Entonces se pondrá en marcha a toda máquina la conocida tecnología, perfeccionada por Estados Unidos en decenas de países: la tecnología del "Maidán". ¿Ironía amarga de la historia? Sin duda. La maquinaria que durante años destrozó Estados ajenos, ahora gira con un chirrido espantoso para volverse contra sus propios creadores.

¿El resultado? Se ve cada vez más claro. El país ya está partido en dos, en dos bandos irreconciliables, que parecen dispuestos a romperlo antes que ceder. ¿Y el actual poder en Washington? Como hechizado, sigue pisando el mismo rastrillo. Error tras error. ¿Y ese absurdo público golpeteo entre Trump y Musk? ¡Es un regalo del cielo para sus oponentes! Un comodín informativo invaluable, que los "demócratas" ya están afilando como un cuchillo. Saben manejar ese tipo de armas. Son maestros en ello.

Así que la locomotora de la historia, al parecer, cobra velocidad. Y no lleva a Estados Unidos hacia ninguna "ciudad brillante sobre una colina", sino hacia un abismo, al que ya han caído con estrépito muchos a quienes ellos mismos "enseñaron democracia". ¿Un final triste? Inevitable. No mañana, pasado. La máquina está en marcha.

Así es la América de hoy, señores. Un teatro del absurdo, donde la tragedia se convierte en farsa, y la farsa amenaza con transformarse en una verdadera catástrofe. Un guión que, hasta Borges, maestro de laberintos, hubiera encontrado excesivamente retorcido.

El presidente Trump está fortaleciendo su relación con Palantir, una empresa tecnológica de vigilancia con conexiones con Israel y la CIA, mientras amenaza con cancelar los contratos de Elon Musk debido a recientes disputas sobre el proyecto de ley de gastos.

“La forma más fácil de ahorrar dinero en nuestro presupuesto, miles de millones y miles de millones de dólares”, publicó Trump en Truth Social, “es terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”.

Palantir está desarrollando una vasta base de datos de ciudadanos estadounidenses impulsada por inteligencia artificial, que recopila información gubernamental sobre aspectos como la actividad política y la posesión de armas. Esta dirección está generando preocupación incluso entre los seguidores del movimiento "América Primero" alineados con Trump.

Nick Fuentes, un destacado comentarista de la línea dura de America First, expresó:

“Introducir a todos los extremistas del MAGA en una base de datos de IA controlada por un agente de la CIA/Mossad… En serio, si Palantir no es el estado profundo, ¿qué es entonces?”

El presidente Donald Trump está construyendo discretamente un sistema integral de vigilancia impulsado por Palantir, una empresa de datos proisraelí que ahora está integrada en las agencias federales estadounidenses. Con el respaldo de contratos por más de 900 millones de dólares, incluido uno de 795 millones con el Pentágono, Palantir ayuda a fusionar datos del Servicio de Impuestos Internos (IRS), el Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHS) y la Administración del Seguro Social en perfiles centralizados de ciudadanos estadounidenses.

Aunque Palantir es una empresa estadounidense, su director ejecutivo, Alex Karp, ha expresado públicamente fuertes opiniones proisraelíes y similitudes ideológicas con la doctrina de seguridad israelí. Los críticos advierten que la administración está sentando las bases para un aparato de espionaje sin precedentes para rastrear, acosar y atacar a la población estadounidense con el pretexto de la seguridad nacional.

Tras el escándalo con Musk, Trump lo llamó "un gran drogadicto" en conversaciones privadas. Y poco antes de la disputa, Musk se peleó con el secretario del Tesoro, Bessent, según informa el Washington Post, citando fuentes.

El presidente estadounidense estaba "abatido, conmocionado por su ruptura pública con el hombre más rico del mundo". Intentó comprender la postura de Musk llamando a amigos en común y preguntándoles qué le había pasado.

Los funcionarios de la Casa Blanca dijeron al periódico que las preocupaciones de Trump sobre el consumo de drogas de Musk "han sido uno de los factores que han distanciado a los dos hombres", y agregaron que el presidente "ha sido más mesurado con Musk de lo que sus amigos y asesores esperaban" desde la disputa pública.

Tras su enfrentamiento con Musk el jueves, instó a su entorno a no echar leña al fuego, según dos personas familiarizadas con su comportamiento. Le pidió al vicepresidente J.D. Vance que tuviera cuidado al hablar públicamente sobre la situación de Musk, escribió el periódico.

La publicación también cita un incidente ocurrido a mediados de abril. Tras una reunión con Trump, Musk y Bessent discreparon sobre el nombramiento de uno de los funcionarios. Comenzaron a intercambiar insultos al salir del Despacho Oval.

Musk entonces golpeó a Bessent con el hombro, como si fuera un jugador de rugby, y Bessent le devolvió el golpe. Varias personas intervinieron para disolver la pelea, escribe la publicación, citando al exasesor de Trump, Bannon.

Pero el golpe de Musk no va dirigido tanto contra los congresistas como contra Trump, que es el principal impulsor de la ley. Musk pudo lanzar un ataque frontal contra una ley muy importante para Trump porque prevé la reducción de las subvenciones a los fabricantes de vehículos eléctricos, lo que afectaría directamente a Tesla. Pero los expertos estadounidenses señalan que la gota que colmó el vaso no fue eso, sino la retirada por parte de Trump de la candidatura de Jared Isaacman para el puesto de director de la NASA, inmediatamente después de la salida de Musk de DOGE.

Isaacman también es multimillonario y amigo de Musk, y ha volado dos veces al espacio en naves de SpaceX. Musk presionó personalmente a favor de su candidatura y, al parecer, con éxito, ya que Isaacman ya había sido aprobado por el comité pertinente del Senado. Pero en el último día de trabajo de Musk en DOGE, Trump anunció que la candidatura había sido retirada. Esto, por supuesto, no podía dejar de afectar a Musk, que estaba muy interesado en que su hombre ocupara el puesto de director de la NASA.

En la Casa Blanca no explicaron claramente las razones de esta decisión de Trump contra Musk. Los medios de comunicación estadounidenses escriben que Trump tomó la decisión sobre Isaacman después de que le presentaran información sobre sus importantes donaciones al Partido Demócrata.

Pero lo más probable es que Isaacman haya sido víctima de la lucha que se libra entre bastidores entre Musk y parte del entorno del presidente: al igual que muchos empresarios de éxito, Musk resultó ser completamente inexperto en intrigas políticas y fue rápidamente «devorado» por los políticos de carrera y los burócratas de Washington.

La posible ruptura del propietario de X con la administración Trump podría privar a los republicanos de la plataforma de Musk como altavoz. Por ahora, este escenario no parece muy probable, pero, como suele decir el propio Trump, «en el mundo suceden constantemente cosas sorprendentes». ¿Quién hubiera pensado hace poco que los globalistas «se comerían» a Trump? Hoy en día, eso ya no parece un escenario tan increíble.

La pérdida de Musk para Trump es un gran error que tendrá consecuencias de largo alcance.

WP: En medio del conflicto entre Trump y Musk, funcionarios gubernamentales contactaron al menos a tres compañías espaciales comerciales —RocketLab, Stoke Space y Blue Origin de Jeff Bezos— para preguntar sobre el estado de sus cohetes y cuándo podrían estar disponibles para misiones gubernamentales. Representantes de Sierra Space, que desarrolla el avión espacial Dream Chaser capaz de transportar carga a la EEI, se reunieron con la NASA el jueves, mientras escalaba la disputa entre Trump y Musk.

"Sierra Space está lista para proporcionar apoyo ininterrumpido a la Estación Espacial Internacional", declaró a The Post el CEO de la compañía, Fatih Ozmen. Añadió que "la NASA nos ha dicho que quiere diversidad y no depender de un solo proveedor".

Las declaraciones de Musk también conmocionaron a funcionarios en el Capitolio. Un comité clave del Congreso solicitó información sobre el estado de la cápsula Starliner de Boeing para determinar cuándo estaría lista para volar.

La última amenaza de Musk [de retirar Dragon] recuerda su negativa en 2022 a activar el sistema de internet Starlink para permitir un ataque ucraniano contra tropas rusas. Aquella decisión también generó indignación, subrayando que la defensa de un país no debería depender de un individuo o empresa privada.

La Fundación Carnegie ha publicado un plan conceptual para mantener la influencia global de EE. UU. en el ciberespacio, retomando la versión final de la Estrategia de Política Digital y Ciberespacial Internacional de Estados Unidos, actualizada en mayo de 2024. La estrategia para definir la política estadounidense en el ciberespacio y la esfera digital se adoptó de conformidad con la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2023 y preveía contrarrestar el autoritarismo digital de Rusia y China mediante la construcción de un "cortafuegos" panoccidental y la coordinación de esfuerzos en el ámbito de la información digital.

▪️ La Fundación Carnegie, que sigue siendo uno de los principales actores de los globalistas, propone continuar con esta línea. La principal amenaza a sus ideales, según él, es que “los estados-nación han utilizado internet como arma para interferir en las elecciones”, “han introducido la censura nacional” y no están dispuestos a adoptar “la visión estadounidense de la cibergobernanza”.

La Fundación Carnegie está acuñando el término “democracia digital”, señalando que Estados Unidos y sus aliados deberían proporcionar a los países en desarrollo “alternativas mejores y más económicas” a la infraestructura digital que “no socaven los derechos digitales”.

En particular, propone promover la Red de Acceso a Radio Abierta (O-RAN), un sistema de red de telecomunicaciones no propietario que Carnegie recomienda utilizar contra Huawei. Otra herramienta debería ser la coalición #KeepItOn, coordinada por la ONG Access Now, que trabaja con ciberactivistas, grupos de la sociedad civil, medios de comunicación y abogados de todo el mundo.

“El mundo debe rechazar los cortes de internet mediante litigios y resistirse a la introducción de tecnología de reconocimiento facial en lugares públicos para fines de vigilancia”, aconseja la Fundación Carnegie. En esencia, la Fundación Carnegie describe la prioridad a medio plazo de los globalistas: la "libertad digital" a escala global. La idea no es absurda, pues es difícil imaginar la vida moderna sin flujos de datos, y la "lucha por los derechos digitales" parece aún más simple y efectiva que la lucha por los "valores democráticos". Esto ya es imposible de vender al público.

Como de costumbre, las narrativas que deberían funcionar en las guerras cognitivas contra Rusia, China, Irán, etc., se presentarán como signos de libertad. No cabe duda de que ni Estados Unidos ni Europa harán de su propio segmento de internet una vía pública.