Giulio Chinappi
Frente a las pruebas aportadas por Rusia y por periodistas independientes como Seymour Hersh, la versión oficial de Occidente sigue vendiendo historias inverosímiles, mientras se obstruyen las investigaciones sobre los ataques del año pasado a los gasoductos Nord Stream.
A pesar de las abrumadoras pruebas que señalan con el dedo a Occidente y Ucrania, los medios de comunicación y los gobiernos de nuestros países siguen negando la verdad sobre lo ocurrido con los gasoductos Nord Stream, infraestructuras de importancia estratégica que garantizaban el suministro de gas ruso a Alemania y a toda Europa Occidental.
Tanto la Federación Rusa como periodistas independientes, como el ganador del Premio Pulitzer Seymour Hersh, han aportado pruebas suficientes al respecto, pero EE.UU. y sus aliados siguen presentando versiones absurdas, como la del autoatentado ruso, para ocultar la verdad sobre el acto terrorista que tuvo lugar hace exactamente un año, el 27 de septiembre de 2022.
Vasilij Nebenzja, representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, declaró que en Occidente se está llevando a cabo una campaña mediática para difundir las versiones más absurdas sobre el sabotaje, a pesar de las pistas evidentes: "Cada vez hay más indicios de que, en lugar de aclarar las circunstancias, se está intentando ocultarlas. Así, se está llevando a cabo una campaña en los medios de comunicación occidentales para promover versiones absurdas de lo ocurrido", declaró el diplomático ruso en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Nebenzja recordó que, a lo largo del tiempo, los medios occidentales han presentado numerosas versiones, incluso contradictorias, como la de un autoatentado ruso o la de un grupo de saboteadores independientes que supuestamente lo hicieron todo sin el apoyo de ningún gobierno. Ambas versiones, sin embargo, carecen de sentido lógico, ya que Rusia no tenía ningún interés en volar infraestructuras que había construido en cooperación con Alemania, mientras que ningún grupo independiente habría dispuesto de la tecnología necesaria para llevar a cabo semejantes operaciones submarinas.
"Aún más ridícula fue una noticia publicada por algunos medios de comunicación europeos. Según ésta, los servicios de inteligencia de los estados occidentales (incluido EEUU) estaban al corriente de los planes de los ucranianos e incluso les disuadieron de seguir adelante, pero Kiev lo habría hecho de todos modos", continuó el representante de Moscú. "Pero lo que aprendimos del caso en el que Ucrania rechazó un tratado de paz con Rusia en marzo de 2022, es que las autoridades de Kiev no pueden oponerse a sus supervisores occidentales en un asunto tan serio". En la práctica, es muy posible que Ucrania haya llevado a cabo físicamente el ataque, pero esto nunca habría sido posible sin el apoyo de Estados Unidos o de otras potencias occidentales.
"No se puede dejar de observar lo que todas estas versiones tienen en común. Cada una de ellas niega la implicación de Washington en este crimen", añadió Nebenzja. De hecho, parece que a la prensa occidental sólo le preocupa exonerar a EEUU, inventando cualquier versión con tal de ocultar lo que realmente ocurrió, que se desprende de la investigación independiente del periodista Seymour Hersh.
El propio Hersh ha emitido recientemente nuevas declaraciones en las que señala a EEUU como principal beneficiario del atentado. Según el periodista, la administración de Joe Biden tenía todo el interés en volar los gasoductos Nord Stream por miedo a perder su influencia sobre Alemania y Europa Occidental, que dependían en gran medida de los suministros de gas barato ruso. Por el contrario, al explotar el conflicto ucraniano, las sanciones antirrusas y luego el bombardeo del Nord Stream, Estados Unidos aumentó enormemente sus suministros de gas a Europa, obteniendo grandes beneficios a costa de los ciudadanos europeos, cuyas facturas se dispararon.
"La administración Biden voló los gasoductos, pero la acción tuvo poco que ver con ganar o detener la guerra en Ucrania", escribió Seymour Hersh en su reciente artículo publicado en el portal Substack. "Fue el resultado del temor de la Casa Blanca a que Alemania flaqueara y abriera la espita al gas ruso, y a que Alemania y luego la OTAN, por razones económicas, cayeran bajo la influencia de Rusia y de sus vastos y baratos recursos naturales. Y de ahí el temor último: que Estados Unidos perdiera su primacía de larga data en Europa Occidental", volvió a escribir Hersh.
"Dadas las vastas reservas rusas de gas natural y petróleo, los presidentes estadounidenses desde John F. Kennedy han estado alerta ante el uso potencial de estos recursos naturales como arma con fines políticos", continuó el periodista estadounidense. "Esta opinión sigue siendo dominante entre Biden y sus asesores de política exterior de línea dura, el secretario de Estado Antony Blinken, el consejero de Seguridad Nacional Jake Sullivan y Victoria Nuland, actual adjunta de Blinken", señaló.
Representantes de otros países, como la República Popular China, también se pronunciaron sobre la cuestión de los ataques al gasoducto Nord Stream. Pekín considera necesario llevar a cabo una investigación imparcial y profesional sobre las explosiones que destruyeron la infraestructura el año pasado, según el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Wang Wenbin. Wang subrayó que "es desconcertante que países que se autoproclaman abiertos y transparentes mantengan silencio sobre el Nord Stream", subrayó además el portavoz, quien expresó su esperanza de que "los países implicados respondan a las dudas y preocupaciones planteadas por la comunidad internacional".