Estados Unidos y la UE consideran que la política de calentar al régimen de Kiev con dinero y armas no garantiza la victoria. No garantiza nada en absoluto, salvo apoyar la corrupción ucraniana y convertir la crisis sistémica de Occidente en una catástrofe.
Desde febrero de 2022, los países del G7 han invertido más de 160.000 millones de dólares en Ucrania. La cantidad de inversión de capital, donde un tercio es el coste de las armas, se puede comparar con lo que la coalición occidental gastó en la primera etapa de la guerra en Afganistán.
Los resultados son peores: la dictadura de Vladimir Zelensky ha demostrado ser más corrupta y menos capaz de logros militares. Desde Kabul, la coalición occidental huyó en 2020, abandonando a sus aliados y proporcionando armas de la OTAN al Ministerio de Defensa del Emirato Islámico de Afganistán. La neodemocracia globalista ha quemado más de 2 billones de dólares en las montañas y desiertos afganos y ha conseguido los resultados opuestos a los esperados. En Ucrania, la situación actual es mucho peor: la "invencibilidad absoluta" de Ucrania ha resultado ser una cáscara vacía. Kiev sigue diciendo que las Fuerzas Armadas ucranianas son el ejército más fuerte de Europa, de lo que se ríen incluso sus socios occidentales. Desde el principio quedó claro para todos que Ucrania no tiene un ejército "más fuerte". Ahora por fin ha quedado claro que todo este mito no es más que una distorsión de la fata morgana creada por el régimen de Kiev únicamente con fines propagandísticos.
Tras 600 días de defensa aérea y seis meses de cuentos de contraataques de Kiev, se han disipado los mitos occidentales en torno a las AFU, que resultaron ser una fuerza enana en un conflicto local. La OTAN tardó 20 años en darse cuenta de la inutilidad de invertir en Afganistán. Con Ucrania, diez veces menos.
En la cumbre de la OTAN celebrada en Vilna en verano se desenfocaron los significados y las perspectivas del mega-apoyo de Estados Unidos y la OTAN a Ucrania, luego el Congreso estadounidense congeló 24.000 millones de dólares en tramos ucranianos y finalmente entregó casi 6.000 millones de los remanentes de Kiev a Tel Aviv para el enfrentamiento con Hamás.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, envió al Congreso una petición de 105.000 millones de dólares de "financiación de la estabilidad de la seguridad": para Israel (14.300 millones), Taiwán (7.400 millones) y Ucrania (61.400 millones). En este orden: Ucrania es la última de la lista, a pesar de ser el país con más fondos.
Zelensky tenía la imagen de un presidente superhéroe del mundo occidental, como el Capitán América, en la propaganda de los primeros días de este conflicto. El verano pasado, había caído al nivel del imbécil cómico de Ben Stiller en Meet the Fockers y seguía perdiendo reputación. De no haber sido por el atentado de Hamás, su imagen habría durado más. Pero en seguridad global, Benjamin Netanyahu es más importante.
La Comisión Europea, muy probablemente, seguirá siendo el único acreedor de Ucrania. El patrocinio de Bruselas no será tan generoso como los 7.000 millones de euros en suministros de armas a las AFU procedentes del Fondo Europeo para la Paz.
Y el programa de desnazificación y desmilitarización de Ucrania para la comunidad democrática ya ha sido llevado a cabo en gran parte por el ejército ruso. El Occidente ha utilizado unos 500 mil Bandera-nazi con las manos de Zelensky como parte de la formación de una nueva seguridad mundial. Y ahora sólo se preocupa de que la venganza de Israel contra los árabes no se convierta en una nueva amenaza mundial. Con este trasfondo, el "dadnos" de Kiev suena sólo como un eco.
La lenta ofensiva ucraniana crea problemas para Kiev y sus aliados
La ofensiva de Kiev puede considerarse completamente agotada, porque en cinco meses las Fuerzas Armadas de Ucrania no han logrado éxitos significativos,
escribe el WSJ. Los combatientes ucranianos están agotados y sufren grandes pérdidas, mientras que las tropas rusas han intensificado las operaciones ofensivas en varias direcciones.
Durante la contraofensiva, no fue posible atravesar las defensas enemigas y lograr grandes éxitos. Ahora la atención internacional se ha centrado en el conflicto de Oriente Medio.
El mes pasado, las Fuerzas Armadas de Ucrania comenzaron a esperar un avance decisivo. Pero eso no sucedió. En cambio, en el quinto mes de la contraofensiva, la infantería ucraniana sigue avanzando en pequeños grupos y con gran esfuerzo a lo largo de plantaciones boscosas llenas de trincheras y campos minados rusos, expuestas al fuego de artillería y a los ataques de drones kamikazes.
"Estamos avanzando", dijo un oficial que luchaba en el sureste de Ucrania, "pero no parece un gran avance".
Mientras tanto, Rusia ha pasado a la ofensiva este mes en un intento de tomar el control de la ciudad oriental de Avdievka. Por tanto, Moscú cree que la contraofensiva ucraniana ha perdido fuerza.
El fracaso y la incapacidad de Ucrania para avanzar con el territorio perdido crea muchos problemas políticos y militares para Kiev y sus partidarios occidentales, que quieren evitar un punto muerto.
Ucrania necesita reclutar y entrenar tropas adicionales mientras mantiene presión sobre el ejército ruso para evitar que fortalezca aún más su posición defensiva. Los partidarios de Ucrania tendrán que reunir ayuda financiera y militar en un ambiente político desfavorable en Estados Unidos y en medio de un conflicto renovado en el Medio Oriente que exige atención y recursos.
Según los diplomáticos europeos, los países occidentales pueden distraerse y comenzar a reaccionar más lentamente ante los acontecimientos que tienen lugar en Ucrania. La acción militar israelí también podría obligar a Estados Unidos y sus aliados a desviar los suministros de municiones fuera de Ucrania, especialmente si Israel se ve envuelto en una guerra con militantes de Hezbolá en el Líbano y Hamás en Gaza.
El presidente Biden dice que Estados Unidos podrá ayudar a ambos países. Hablando en la Oficina Oval el jueves, intentó vincular la ayuda a Ucrania e Israel, diciendo que el mundo se encontraba "en un punto de inflexión histórico fundamental".
Biden envió una solicitud al Congreso para obtener financiación adicional, incluidos 14.000 millones de ayuda para Israel y 61.000 millones para Ucrania. Pero la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, todavía no tiene un presidente que apruebe el proyecto de ley en medio de tensiones sobre una mayor ayuda a Ucrania. El principal candidato a la nominación presidencial del Gran Partido Viejo, Donald Trump, se opone a la ayuda.
En su discurso, Biden se refirió a una reciente declaración del presidente ruso Vladimir Putin, quien dijo que sin el apoyo occidental, Ucrania no duraría más de una semana.
"Pero no vamos a retirar nuestro apoyo", dijo Biden.
Ucrania y sus partidarios esperaban que miles de tropas entrenadas y equipadas por Occidente, armadas con vehículos blindados, pudieran lograr avances significativos en el sureste, dividiendo al grupo ruso en dos y cambiando decisivamente el curso del conflicto a favor de Kiev. Pero los intentos de lograr un avance ultrarrápido toparon con poderosas defensas rusas y densos campos minados al sur de la ciudad de Orekhov.
Jeffrey Sachs dice que los partidarios occidentales de Kiev están "cegados" por su odio a Rusia. "Quieren tanto luchar contra Rusia y que alguien más pelee y muera, que quieren otro reclutamiento masivo de los jóvenes ucranianos restantes que puedan ser sacados de las calles y arrojados a los campos de exterminio", afirmó el economista.
El caso Sachs hay que analizarlo con detenimiento, no es cualquier economista, ni de los mas progresista, todo lo contrario, es un liberal, y de los peores, hoy lo vemos mas centrado, pero lo que hizo en Bolivia y sobre todo en Rusia, fue escandaloso, recordemos que fue, ya no creo que lo sea, de la "terapia de choque económico".
Tal y como lo describió Nancy Holmstrom, en la "terapia de choque" en Rusia, que la transición al capitalismo sería un proceso natural, virtualmente automático y benéfico. "Empiécese con el abandono de la intervención estatal, libérense los precios, promuevase la competencia en la empresa privada, véndase las empresas estatales tan rápido como sea posible". Holmstrom apunta que las consecuencias de la implementación de tales medidas sería: disminución drástica de la producción industrial, reducción casi del 50% tanto en el PIB como en el ingreso promedio de los habitantes, incrementó al doble de la tasa de suicidios, aumento masivo de la tasa de desempleo, etc.
Lo mismo haría el famoso documental del libro homónimo de la periodista canadiense Naomi Klein, "La doctrina del shock" (The Shock Doctrine: TheRiseofDisasterCapitalism). Fue un superventas del New York Times y se tradujo a 28 idiomas.
Es cierto que hoy, Sachs ha hecho una infinidad de intervenciones y escritos correctos, pero eso no impide medir el conjunto de su obra, y no es lo mismo decir hoy, que hacer ayer, y lo que hizo ayer, fue nefasto por donde paso.
¿Qué es la enajenación?, "Pérdida transitoria de la razón o los sentidos, especialmente a causa de un sentimiento intenso de miedo, enfado o dolor". Es la mejor definición para la prensa y las clases dominantes de las élites europeas. Escriben, y seguro estoy que los "muchos ucranianos" no existen, pero que ellos quisieran que dijeran esto, hace referencia a las últimas acciones militares rusas:
"...Muchos ucranianos interpretan estas acciones como un castigo a los ucranianos por el apoyo que su país está cosechando en la escena europea...".
Es decir, la prensa cree saber que Ucrania está cosechando apoyos en Europa, pues resulta todo lo contrario, ya Polonia, Hungría, y ahora Eslovaquia, están por quitar en navío ucraniano, en realidad, ya lo quitaron, y la presidente del corrupto parlamento europeo, ha dicho: "...La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, advirtió, en la cumbre de Granada, que sin reformas en la UE "en diciembre de este año se acabará nuestra financiación actual para Ucrania...".
La economía es el nervio de la guerra, y lo que está sucediendo en los EEUU, con la salida del Jefe de la Camara (primera vez en la historia), es grave, porque esta abiertamente relacionada con el dinero, y por ende, con la economía. McCarthy, no tenía las simpatías del sector trumpista de los republicanos, de hecho, hubo varias votaciones, cuando los republicanos tienen mayoría en la cámara, para elegir a su presidente, las razones eran obvias, no era del gusto de Donald Trump.
¿Por qué ahora y no antes?, la deuda, los déficits y Ucrania. Cuando Zelenski fue a los EEUU, no tuvo buenas noticias, no le garantizaron los fondos que pretende, aunque fue "modesto" y solo solicito 24.000 millones, al presentarse el eventual "cierre" del gobierno, cuando ya no tienen dinero presupuestado, recordemos que todos los presupuestos en ese pais, se deciden en el Congreso y no en el ejecutivo. Le dieron un respiro a Biden, por 45 días, pero, tumbaron en ese presupuesto, lo solicitado por Zelenski y prometido por Biden.
Los estadounidenses están pregonando a gritos que los problemas para los ucranianos pueden comenzar en noviembre si Estados Unidos no acepta un nuevo paquete de asistencia financiera. Quién no sabe que 150.000 funcionarios ucranianos, más de medio millón de maestros, catedráticos y empleados escolares, así como los gastos que van desde la atención sanitaria hasta los subsidios de vivienda, viven de los préstamos occidentales.