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El grupo de geólogos que desliga los incendios del calentamiento global: los datos que aportan. Noticias y entrevista

El grupo de geólogos que desliga los incendios del calentamiento global: los datos que aportan. Noticias y entrevista

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
lunes 01 de septiembre de 2025, 22:00h
Luis Ángel Vega
Los responsables del Gobierno han culpado al cambio climático de la virulencia de los incendios que han arrasado España durante el mes de agosto, elevando el área de superficie quemada a unas 400.000 hectáreas. Sin embargo, hay quien discrepa, como la Asociación de Realistas Climáticos. Uno de sus socios fundadores, el geólogo asturiano José Antonio Sáenz de Santa María, considera que, "desde los grandes incendios de los setenta a los noventa, la tendencia ha sido claramente descendente", como muestra el gráfico que se reproduce sobre estas líneas.
"La temperatura media global ha aumentado desde los años 70 unos 0,4°C ( 0,1°C/decada). Sin embargo el número de incendios ha bajado a la mitad, hasta ahora", añade. "Puesto que la tendencia es opuesta al calentamiento, está claro que el cambio climático no ha podido tener un efecto destacado. Ha sido la mejora en la gestión del monte y en la extinción de incendios la responsable de medio siglo de tendencia negativa en los incendios", considera.
"Si esta tendencia descendente se rompe con el mal dato de 2022 y el horrible dato de 2025, la causa no hay que buscarla en el cambio climático, sino en un acusado empeoramiento en la gestión del monte y en la extinción", añade.
"No es admisible que los responsables de dicho empeoramiento pretendan culpar al cambio climático", sentencia. "Un estado que recauda muchísimo más está abandonando a los ciudadanos a su suerte ante tragedias prevenibles y evitables, de las que después culpa al cambio climático. No lo vamos a aceptar y debemos exigir responsabilidades", cree.
Un colectivo de geólogos
El asturiano, junto a otros dos geólogos, Enrique Ortega Gironés y Stefan Uhlig, es autor del libro "Cambios Climáticos", que aborda de forma sistemática una serie de evidencias geológicas, astronómicas, arqueológicas e históricas, "indicativas de que el proceso de calentamiento actual no es diferente de otros muchos procesos similares registrados en épocas anteriores, como se encarga la propia Tierra de hacernos llegar a través de la información registrada en el hielo, rocas y sedimentos". Los geólogos rechazan que el cambio climático pueda atribuirse al hombre y rechazan que pueda revertirse el calentamiento global.
Los tres denuncian la estrategia informativa relativa al cambio climático y al calentamiento global, que hace que "la inmensa mayoría de noticias climáticas, de forma convergente, tiende a ocultar y resaltar exactamente los mismos datos, independientemente de la ideología del medio".
Estiman que "la difusión sistemática y repetida de noticias climáticas catastrofistas, que de forma periódica se intensifica durante la temporada estival, ha conseguido instalar el miedo hacia el calentamiento global en la conciencia colectiva". Añaden que "las tesis oficiales sobre el cambio climático han ganado el relato, porque una gran mayoría de la población está convencida de que el clima se está comportando de forma anómala, que el planeta está experimentando un calentamiento que no tiene precedentes como consecuencia de las actividades humanas y que la Tierra está en peligro".
Los tres estiman que "el calentamiento actual del Planeta no tiene nada de extraño, sino más bien al contrario, lo anómalo sería que se estuviese enfriando, como por ejemplo ocurría entre los siglos XVI y XIX. Porque, dentro de las oscilaciones climáticas que la Tierra viene experimentando desde hace miles de millones de años, nos encontramos en una etapa de aumento de temperatura, que se inició hace 20.000 años, al final de la última glaciación". Y "la reconstrucción de la historia del planeta permite afirmar que no estamos atravesando un periodo anómalamente cálido".
Fuente: lne
  • Pues resulta que no era un bulo, por mucho que todos los partidos y medios así lo dijeran. … como siempre; conspiranoicos hasta que años después lo dice la tele.

MÁS HIELO EN EL ÁRTICO A MITAD DE ESTA DÉCADA QUE EN LA PASADA

Aún faltan unas tres semanas para el mínimo anual de hielo en el Ártico, y los datos por satélite del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo (NSIDC) de la Universidad de Colorado en Boulder muestran que el hielo se está fundiendo tan poco que su extensión ya es superior a la de la media de 2011 a 2020.
Nada expresa mejor el tremendo error de los científicos climáticos que el hecho de que a mediados de esta década haya más hielo en el Ártico que en la pasada, cuando ellos habían pronosticado múltiples veces que dicho hielo estaba a punto de desaparecer.
El fracaso de esta predicción demuestra que los científicos y sus modelos no sólo no entienden la dinámica del clima polar, sino tampoco el cambio climático, puesto que siguen creyendo que el aumento del CO₂ en la atmósfera derrite el hielo de los polos, cuando los datos muestran lo contrario. El CO₂ aumenta y el hielo no se funde.
  • El hexafluoruro de azufre (SF6), que se está liberando aquí, es un gas de efecto invernadero extremadamente potente, con un impacto climático aproximadamente 23,500 veces mayor que el del CO2. Tiene una larga vida atmosférica de unos 3.200 años.
Cada vez hay menos incendios forestales en el planeta
A finales de 2021 el New York Times empleó a más de 40 personas en una campaña de intoxicación que llamaron “Postales de un mundo en llamas” para convencer a sus lectores de la emergencia climática, con historias truculentas, incluidos los incendios forestales de 2019-20 en Australia.
Los intoxicadores tuvieron muy mala suerte: al año siguiente, el último del que hay datos completos, el planeta alcanzó un nuevo mínimo histórico de 2,2 por cien de área quemada, como ha tenido que confesar el Wall Street Journal (1).
Este verano la atención se ha centrado en los incendios forestales de Canadá, cuyo humo cubrió gran parte del noreste de Estados Unidos. Naturalmente, el cambio climático tiene la culpa, y para demostrarlo hablaron las voces prestigiosas de la Casa Blanca, empezando por Biden.
Tuvieron el apoyo del climatólogo Michael Mann, uno de los más burdos estafadores de la ciencia moderna, para quien la política climática es la única manera de reducir los incendios.
Sin embargo, el IPCC no atribuye el área quemada por los incendios forestales al cambio climático. “El clima no es el factor más importante en el fuego”, dice (2), por lo que el New York Times y sus amos de la Casa Blanca son más papistas que el Papa.
Aunque los datos para el año en curso no están completos, el seguimiento realizado hasta el 29 de julio por el Sistema de información sobre incendios forestales muestra que en América se ha quemado más tierra de lo habitual, pero el resto del mundo ha tenido una superficie quemada menor que el promedio entre 2012 y 2022.
(1) https://www.wsj.com/articles/climate-change-hasnt-set-the-world-on-fire-global-warming-burn-record-low-713ad3a6
(2) https://rogerpielkejr.substack.com/p/what-the-media-wont-tell-you-about-783
Calor e incendios forestales: la canción del verano no cambia de música
Los incendios forestales son como la canción del verano y todos los años llenan las páginas de los telediarios, acompañados de la invitable copla del cambio climático. No es ninguna novedad.
La mayor parte de los incendios son consecuencia de actividades humanas, bien deliberadamente o por negligencia. En 2011, un proyecto de investigación financiado por la Comisión Forestal descubrió que más del 90 por cien de los incendios de pastizales en el sur de Gales se registraron a menos de 100 metros de una carretera o derecho de paso público. Esta cifra se elevaba al 99 por cien si se ampliaba la distancia a 500 metros (1).
De los 9,3 millones de hectáreas quemadas en todo el mundo, más de la mitad corresponden a Rusia y recientemente Greenpeace informaba de que nueve de cada diez incendios forestales en Rusia fueron causados por los seres humanos (2).
Ahora bien, si los incedios son consecuencia de una acción humana, la explicación no puede estar en el famoso cambio climático. Sin embargo, en una noticia sobre un desastre natural, como un incendio, no puede faltar el cambio climático. Por ejemplo, lo introducen a través de la sequía. Asociamos mecánicamente un clima caluroso a un clima seco. Pero cuando se produce lo contrario, inundaciones, el argumento sigue funcionando igual porque hay explicaciones que valen para todo, como las rogativas y peregrinaciones. Así han fabricado el mito de los “acontecimientos meteorológicos extremos”.
La BBC asegura que en los últimos 20 años la superficie de bosque quemado casi se ha duplicado (3), lo cual es falso, según el Global Forest Watch (GFW), que utiliza información recogida por satélites en órbita para obtener datos sobre la pérdida de árboles. Este año la alerta de incendios en Rusia está siendo “normal” en comparación con años anteriores, según los datos obtenidos. El año con mayor número de incendios fue 2008 y el de mayor pérdida de cobertura arbórea a causa de ellos fue 2021 (4).
Los datos de GFW proceden de varios satélites y son procesados por el Laboratorio de Análisis y Descubrimiento General de la Tierra (Glad) de la Universidad de Maryland (5), que conviene leer despacio porque vienen acompañados de una serie de advertencias.
Hay lagunas en los registros, que tienen 20 años y sólo mejoraron a partir de 2012. Los cambios en el método cartográfico, dice Glad, pueden dar lugar a incoherencias de un año a otro. Además, los modelos se han iterado para mejorar el rendimiento para el periodo de 2012 y posteriores.
Cuando los datos satelitales mejoraron, aumentaron las pérdidas por incendios en Rusia, que hasta 2001 se habían mantenido estables durante una década. Por lo tanto, no parece que haya más incendios sino que se trata de un artificio contable.
En 2020 la Royal Society constató que no se había producido un aumento global de la superficie total quemada por el fuego en todo el mundo (6).
En 2016, dos académicos de la Universidad de Swansea, el profesor de Incendios Forestales Stefan Doerr y la doctora Christina Santin, publicaron un estudio en el que revelaban que la superficie mundial quemada “parece haber disminuido en las últimas décadas”. De hecho, señalaban que “cada vez hay más pruebas de que el paisaje mundial está menos quemado que hace siglos”.
Doerr y Santin sostenían que el fuego ha sido un factor importante en la dinámica del clima de la Tierra y en el desarrollo de la biomasa desde que se generalizó hace entre 400 y 350 millones de años. Ya dedicamos una entrada anterior a este fenómeno.
Las alarmas sobre el fuego surgieron de los grupos de presión de Estados Unidos, Australia y la Europa mediterránea. Los autores llegaron a la conclusión de que el intento de controlar todos los incendios “ha demostrado ser poco práctico, insostenible y ecológicamente perjudicial en las regiones propensas a los incendios” (7).
A pesar de lo que repitan los telediarios, en el pasado los incendios forestales fueron mucho más devastadores que en la actualidad. En los años treinta se introdujeron mejoras importantes en el control del fuego. El año pasado el National Interagency Fire Center de Estados Unidos eliminó todos los registros anteriores a 1983. Dicen que no tienen datos oficiales antes de esa fecha y así los medios de comunicación pueden afirmar que en Estados Unidos los incendios forestales han aumentado.
(1) https://cdn.forestresearch.gov.uk/2022/02/wildfire_in_wales_final_report.pdf
(2) https://maps.greenpeace.org/maps/research/en/
(3) https://www.bbc.co.uk/news/science-environment-62569394
(4) https://www.globalforestwatch.org/dashboards/country/RUS/
(5) https://storage.googleapis.com/earthenginepartners-hansen/GFC-2020-v1.8/download.html
(6) https://royalsociety.org/blog/2020/10/global-trends-wildfire/
(7) https://royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rstb.2015.0345
LOS DATOS NO PERMITEN CULPAR DE LOS INCENDIOS AL CAMBIO CLIMÁTICO

Desde los grandes incendios de los 70 a los 90, la tendencia ha sido claramente descendente. Puesto que la tendencia es opuesta al calentamiento, está claro que el cambio climático no ha podido tener un efecto destacado. Ha sido la mejora en la gestión del monte y en la extinción de incendios la responsable de medio siglo de tendencia negativa en los incendios.
Si esta tendencia descendente se rompe con el mal dato de 2022 y el horrible dato de 2025, la causa no hay que buscarla en el cambio climático sino en un acusado empeoramiento en la gestión del monte y en la extinción de incendios. No es admisible que los responsables de dicho empeoramiento pretendan culpar al cambio climático. Un estado que recauda muchísimo más está abandonando a los ciudadanos a su suerte ante tragedias prevenibles y evitables, de las que después culpa al cambio climático. No lo vamos a aceptar y debemos exigir responsabilidades.
El fuego no conoce sanciones, pero España sí: bosques arrasados por rigidez ideológica
Alberto García Watson
Sí, esos mismos aparatos que, oh tragedia geopolítica, podrían apagar los fuegos más rápido de lo que tarda un político en dar una rueda de prensa para culpar al cambio climático.
Lo irónico es que hablamos de los Kamov, helicópteros rusos diseñados específicamente para la lucha contra incendios y reconocidos como infinitamente superiores en capacidad de carga, maniobra y eficacia frente a otros modelos que ahora tratamos de improvisar. Sin embargo, como consecuencia directa de las sanciones a Moscú, España ha decidido dejar en tierra toda la flota, no hay repuestos, no hay certificaciones, no hay técnicos. La política internacional dicta, y el monte arde.
Porque, claro, ¿qué importa que los incendios arrasen el país si tenemos la conciencia occidental limpita y bien planchada? El fuego avanza, pero tranquilos: los principios diplomáticos no arden. Lo que se chamuscan son los pinares, las casas, la fauna y, de paso, la paciencia ciudadana. Pero todo sea por no parecer prorrusos. Imagínese la vergüenza de que en Bruselas alguien nos acusara de sofocar las llamas con tecnología de Moscú. ¡Inaceptable! Mejor que los bomberos suden, que los vecinos evacúen, que el humo nos recuerde cada verano que somos moralmente superiores.
Y así, en un acto de heroicidad absurda, España consigue lo imposible: que la ideología pese más que el agua, y que el dogma internacional sea más inflamable que el bosque mediterráneo en agosto. Pero ojo, que no todo es tragedia: al menos podremos sacar pecho en la próxima cumbre europea y decir con orgullo, “Sí, ardimos, pero no colaboramos con Putin”.
Eso sí, mientras dejamos que nuestras sierras se conviertan en carbón vegetal, nos desvivimos en ayudas, armas y solidaridad infinita con Ucrania, un país cuya élite política coquetea abiertamente con símbolos y grupos neonazis, que suspende elecciones con la misma facilidad con la que aquí se suspende un pleno municipal, que ha ilegalizado a la oposición y encarcelado a sus miembros, pero que, milagrosamente, es presentado como la encarnación de la democracia. ¡Qué ironía! En casa preferimos dejar arder los bosques antes que aceptar la ayuda de un helicóptero ruso, pero fuera nos abrazamos sin pudor a un régimen que ni siquiera cumple con los mínimos democráticos.
En conclusión, parece que el nuevo lema nacional es: “mejor carbonizados que coherentes”. Y si alguien lo duda, que mire las cenizas.
El inesperado peligro a la hora de cargar coches eléctricos
Un estudio llevado a cabo por expertos en salud pública de la Universidad de California (UCLA) ha advertido sobre la cantidad de partículas finas presentes en al aire de las estaciones de carga rápida de vehículos eléctricos en dicha ciudad y sus peligros para la salud.
Con el fin de determinar el impacto ambiental y a la salud en las estaciones de carga rápida de estos vehículos, la investigación recolectó muestras de filtros de aire integrados en 50 centros de abastecimiento eléctrico rápido de 47 poblaciones en la ciudad de Los Ángeles.
El análisis de la investigación arrojó que las concentraciones diarias de partículas finas en estos lugares estuvieron entre los 7,3 y 39,0 µg por metro cúbico, una cantidad significativamente más alta respecto de los sitios urbanos sin dichas estaciones, mismos que presentaron una concentración de partículas que iba de los 3,6 a los 12,4 µg de partículas finas por cada metro cúbico.
"Para cualquier persona, la exposición a partículas finas puede contribuir a problemas de salud, y para aquellos con afecciones existentes o mayor sensibilidad, los riesgos son aún mayores", declaró Michael Jerrett, profesor del Departamento de Ciencias de la Salud Ambiental de la UCLA y coautor del estudio.
"Debido a que estas partículas son tan pequeñas, pueden viajar profundamente a los pulmones e incluso ingresar al torrente sanguíneo, lo que podría provocar problemas graves como enfermedades cardíacas o pulmonares", añadió Jerrett.
De acuerdo a los expertos, es probable que el fenómeno provenga de la resuspensión de partículas provocada por el paso de corriente eléctrica de los gabinetes de alimentación de carga rápida. Otro de los posibles factores identificables son los ventiladores de enfriamiento que se instalan con el fin que los componentes eléctricos de las estaciones no se sobrecalienten, pues su funcionamiento podría promover la presencia de polvo y partículas provenientes de superficies internas.
José-Ramón Ferrandis argumenta a fondo por qué el Cambio Climático es la gran estafa del siglo XXI
José-Ramón Ferrandis Muñoz nació en Valencia (España) en 1951. Es Técnico Comercial y Economista del Estado y Licenciado en Ciencias Políticas por la UCM. Desde finales de 2015 es director del Centro Diego de Covarrubias.
La asociación Luz de Trento organiza la conferencia de José-Ramón Ferrandis El Cambio Climático. La gran estafa del siglo XXI, basado en su reciente libro Crimen de Estado. Tendrá lugar en el espacio Ardemans de Madrid hoy miércoles 18 de octubre a las 19:30.
Crimen de Estado. Este es un libro que intenta desenmascarar el fraude orquestado en torno al llamado cambio climático, antes calentamiento global. Las razones científicas que sustentan la teoría del calentamiento global son insostenibles, pero hay que demostrarlo. A partir de ahí, el autor decidió investigar cada uno de los elementos que intervienen en esa cosmología de andar por casa que se ha impuesto en el mundo por repetición incesante desde los medios, las instituciones universitarias y los organismos de Naciones Unidas. De ahí ha permeado a los gobiernos y a la normativa. Y esa normativa está empeorando nuestras vidas rápidamente. Lo que debía ser Ciencia ha devenido Religión. El autor trata el fenómeno analizando sus orígenes, los argumentos técnicos esgrimidos, las mediciones subyacentes, los patrocinios que existen, el respaldo que recibe y la divulgación que se realiza. Todos esos elementos y varios más son estudiados por el autor en un libro documentado y ordenado en el que no se deja de lado ninguna de las facetas de este movimiento milenarista y neomalthusiano que tiene un objetivo fundamental y varios secundarios.
¿En qué consiste la teoría canónica sobre el cambio climático?
Las emisiones de CO2 antropogénico estarían elevando notablemente la temperatura de la atmósfera terrestre y conduciendo al planeta a una situación insostenible.
¿Qué se entiende por cambio climático?
Un incremento de temperaturas debido a la intervención del ser humano en el clima.
Hace unos años se cambió la definición de Calentamiento global a la de cambio climático y luego a la de crisis climática. ¿Por qué este cambio?
Así es. Viene de antiguo. La idea es destruir el sistema de economía de mercado. La violencia no lo ha conseguido. La astucia, la mentira y la guerra cultural puede que lo logren, con ayuda de mantras pseudocientíficos.
Se cambia respecto a un estado previo. ¿Era estable? ¿Vivimos en un período excepcional? No.
Se entiende que el cambio es a peor. ¿Era mejor antes? Nunca.
En los últimos 500.000 años ha habido cambios notables en el clima de la Tierra (4 glaciaciones). Parecen cambios según un patrón. A tenor de su representación temporal, podemos concluir, a grandes rasgos, que estos cambios son cíclicos. ¿Sabemos a qué se deben?
Hay varias hipótesis. La más conocida y aceptada es la de los ciclos de Milankovich. Son dos elementos, esencialmente Uno se refiere a los movimientos de rotación de la Tierra, concretamente a la inclinación de su eje. Las variaciones de su oblicuidad agudizan las estaciones. Son ciclos de 41.000 años. Otro versa sobre los movimientos de traslación en la órbita terrestre, concretamente los cambios en la excentricidad, que oscila entre circular y elíptica, con acercamientos y alejamientos del sol. Son ciclos de 100.000 años. También se estudia la precesión de las estaciones como tercer movimiento cíclico. En astronomía, la precesión de los equinoccios o precesión axial es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra, como una peonza.
Del mismo modo -aunque luego nos centremos en él-, ¿ha habido en el pasado concentraciones atmosféricas de CO2 superiores a las actuales? ¿qué pasó?
Mucho mayores. Estamos cerca del mínimo histórico. Ninguna catástrofe por ello.
¿Qué son el Óptimo Climático Medieval y la Pequeña Edad de Hielo?
Directas e indirectas. Anotaciones, relatos, pinturas, dibujos. Y la variación en el cultivo de especies en función de las temperaturas, grosso modo.
¿Hay que temer las consecuencias del calentamiento actual?
No, en absoluto. Llevamos prácticamente desde 1998 sin calentamiento alguno.
¿Qué nivel de acierto han tenido las previsiones de calentamiento para fechas ya pasadas? Los modelos del clima están hechos por ordenador, los cuales dependen de parámetros hechos por humanos. ¿Nos podemos fiar de las predicciones de estos modelos?
No han dado ni una. Ni una. Ni una.
¿Alguna de las catástrofes habitualmente vinculadas al cambio climático (inundaciones, sequías, terremotos…) lo ha sido en base a datos?
Ni una. Y cada vez hay menos huracanes, de menos energía, menos sequías y las mismas lluvias torrenciales.
¿Hay cada vez más muertes vinculadas al clima?
No, al contrario.
¿En qué consiste el llamado efecto invernadero?
La energía solar de onda corta genera calor. Éste quedaría atrapado por los cristales del invernadero. En el caso de la Tierra, por los gases de efecto invernadero.
¿En qué proporción es responsable de ese efecto el CO2? 3%
¿Por qué centrarnos en el CO2 y no en el vapor de agua, proporcionalmente mucho más presente?
Porque éste no es gravable y el ser humano no lo emite. No importa que sea el 95% del total de los GEI.
¿Cuál es el papel del Sol? ¿se me escapa alguna razón fundamental, o hay aquí de nuevo una deformación de la perspectiva descomunal?
No pueden culpabilizar, gravar ni destruir el Sol ni los océanos.
¿Existen pruebas que responsabilicen al CO2 del calentamiento global?
No.
Se ha criminalizado al CO2 como agente del calentamiento global. ¿Es el CO2 realmente el causante del calentamiento global? ¿Es el CO2 un contaminante? ¿Es beneficioso el CO2? ¿Sabemos qué parte del CO2 atmosférico es de origen humano?
El 3%. Lo dice el IPCC.
No se ve la correlación CO2-temperatura, pero en Geología, primero llega el calor y luego el CO2. ¿No es al revés?
Es muy técnico. Se refiere al intercambio de CO2 entre la atmósfera y los océanos. Habría tres vías. La primera es que el viento, al barrer una tierra desprovista de vegetación por ser el clima frío más árido, depositaba en el mar polvo rico en hierro. Eso aumentaba la actividad fitoplanctónica y por tanto fijaba el CO2 atmosférico, disminuyendo su concentración en el aire. La segunda es la ralentización de la desnitrificación, es decir, el trasvase de nitrógenos desde el agua a la atmósfera. El descenso de la desnitrificación aumenta el plancton y su fijación de CO2, que inversamente, disminuye en la atmósfera. Y el tercero es la congelación del mar, donde el hielo actúa de barrera al paso del aire a la atmósfera. Bueno, pues con los cambios de Milankovich, al calentarse la Tierra, se invierten los procesos: primero llega el calor y luego se incrementa el CO2.
El CO2 pierde efectividad para calentar la atmósfera según aumenta su concentración, se dice. Es así. En el libro lo indico con claridad. Es una función logarítmica. A título de ejemplo, cuando alcancemos (si lo hacemos) las 820 ppm, la temperatura se elevará sólo 0,35°C. Al ritmo actual, eso será dentro de 150 años.
¿Cuál es el gas de efecto invernadero más capaz de calentar la atmósfera terrestre?
El forzamiento es por el vapor de agua, sin duda. Es el ciclo del agua. A su vez, este está condicionado (pero no determinado) por el sol.
¿Es la ciencia la que explica el cambio climático?
No, es lo de siempre, la lucha contra el capitalismo, que en puridad es la economía de mercado. El Malthusianismo es anterior y el neomalthusianismo es ridículamente actual.
¿Se ha politizado la ciencia del clima? ¿Son científicas las políticas climáticas? ¿Es científico apelar al consenso?
Consenso y Ciencia son términos antitéticos.
¿Se ha convertido la ciencia del clima en una especie de “religión”, en la cual se ha abandonado el debate científico? ¿Existe una especie de “dogma” climático, del cual no se debe disentir?
¿Qué es el IPCC? ¿Qué busca?
El IPCC es una institución estable y de composición cambiante, auspiciada por la ONU, constituida por 2 personas por gobierno (unos 120). Publicita cómo cambia el clima por la acción del hombre. Alerta sobre el calentamiento global.
¿Cuándo aparece el IPCC?
El IPCC nace en 1988, integrada por el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas (UNEP) y la Organización Meteorológica Mundial (WMO).
¿Es un organismo científico?
Es político, utilizando informes elaborados por científicos.
¿Qué clases de informes elabora?
El IPCC realiza un informe científico para científicos y otro para políticos, creadores de opinión, lobbies y ONGs. Éste segundo se halla sesgado y manipulado. En ninguno de ellos recoge aspectos distintos del CO2. El IPCC ha realizado por el momento 8 informes: 1990/1995/2001/2007/2014/2019/2021/2023. Técnicamente son 6, pero hay dos extra.
¿Para qué se hacen esos informes?
La creación del IPCC está relacionada con el activismo medioambiental, la política y el oportunismo, pero no con la ciencia. Es fundamentalismo pseudorreligioso. En los análisis del IPCC, la ideología prima sobre las evidencias. El IPCC está comisionado para tratar única y exclusivamente con la influencia humana sobre el clima. No busca explicaciones naturales.
Lo que más llama la atención son las predicciones sobre el futuro del clima. Sí, en los informes (de centenares de páginas) para científicos aparecen verdades como puños, que luego desaparecen en los informes (de apenas 20 páginas) para los medios, los burócratas y los políticos. Aquí, el IPCC se desentiende de la metodología para entrar de lleno en el marketing político. Resume todo en estimaciones probabilísticas, que son imprecisas, asimétricas, incompletas y subjetivas.
¿Sirven los modelos del clima para predecir el clima del futuro?
No. Se construyen sesgados y nunca dan resultados, siquiera aproximados, sobre las temperaturas que van a tener lugar. Todos los modelos yerran al alza, por cierto.
¿Coinciden todos?
Todos se equivocan al prever temperaturas que se sitúan por encima de la realidad. Eso es estadísticamente imposible, pues hablamos de centenares, si no miles, así que…
¿Qué es el “palo de hockey”? ¿Qué papel ha jugado?
La gráfica de Mann, Bradley y Hughes (1988, Nature) mimetiza un palo de hockey sobre hielo. La base es recta y el extremo asciende fuertemente. Según ellos, mimetiza lo ocurrido desde hace mil años hasta la Revolución Industrial y su incremento en la emisión de CO2. Se basa en un análisis de indicadores indirectos (proxy data) analizando los anillos del Bristlecone Pine, Pinus Longaeva). Si fuera cierto, mostraría una correlación (no una causación, pero no les hagamos pensar más de la cuenta) entre emisiones de CO2 y ascenso de las temperaturas. Pero es falso.
¿Representa el pasado? No.
¿Qué influencia ha tenido en la opinión dominante?
Yo diría que toda: es sencillo, intuitivo y rotundo.
¿Contiene errores?
Muchos. Sólo considera crecimientos estacionales, zonas templadas y zonas locales. Desconsidera otras variables (H2O, CO2, fuego, pluviometría). Tiene problemas de interpretación. Presenta errores de cotejo. Realiza truncamientos de series no justificados. No tiene en cuenta intervenciones humanas fertilizando esos árboles. Efectúa extrapolaciones de datos de origen. Adolece de errores de situación geográfica. Calcula erróneamente los datos principales. Ejecuta erróneamente el control de calidad. Falsea datos: en 1940 no asciende, sino desciende la temperatura.
¿Qué es el Climategate?
Es la manipulación de la información científica para hacer aparecer un inexistente calentamiento global antropogénico. Tuvo lugar en la Climate Research Unit de la East Anglia University. Se supo por un hacker que lo divulgó el 17/11/2009.
¿Se manipulan los datos?
Se realizan ajustes por las razones más sorprendentes. Todas son al alza, curiosamente. Y afectan a las series pasadas, que se deprimen para que el tramo actual sea más alto. También se retocan las mediciones de satélites.
¿Es más peligroso para el ser humano el calentamiento o las prohibiciones y el intervencionismo?
Por supuesto, las medidas. Sirva de ejemplo la suicida decisión del Parlamento Europeo de 14 de febrero de 2023 sobre prohibición de venta de vehículos de motor de explosión en el ámbito que quede de la Unión Europea. Opera contra la gente de a pie, es criminal. Les importa cero.
La llamada transición energética en al UE, ¿qué va a conseguir?
No, no es posible. No salen los números, pero eso importa poco. Nunca han hecho los cálculos. Se trata de aplicar la Agenda 2030, para la que tienen gigantescos incentivos. Son élites procedentes de muchos años de selección inversa, ajenas a los valores de la excelencia, el cristianismo y la verdad.
¿Es el caso de Alemania un anticipo de lo que nos espera, acabar emitiendo más CO2 que antes?
Cuando se alcanza ese nivel de estupidez institucional y respaldo popular vía votos, cualquier cosa es posible. Alemania está especialmente indicada para mostrar que a veces no hay límites a la sinrazón. En este caso de nuestros días, el decomisionado de las centrales de generación de energía atómica y la dependencia de Moscú en materia de gas natural han mostrado su verdadera cara en cosa de pocos años.