En China se construye una red de Internet de 3.000 kilómetros que une Pekín con el sur del país y que se promociona como el último avance tecnológico, siendo la primera red del mundo que alcanza un ancho de banda "estable y fiable" de 1,2 terabytes por segundo (Tbit/s), varias veces más rápido que las velocidades habituales.
Las dos empresas chinas, Huawei Technologies y China Mobile, se juntaron con la Universidad de Tsinghua y el proveedor de investigación CERNET Corporation para llevar a cabo ese proyecto que es considerado como una novedad industrial basada íntegramente en tecnología nacional.
"La red funciona con tecnologías clave de producción china, como el router central de Internet de nueva generación de 1,2 terabytes [1.200 gigabytes], la interfaz IPv6 y la agregación multitrayecto de velocidades ultrarrápidas (...) Tanto el software como el hardware de la red troncal son de fabricación doméstica, precisa el informe publicado en el sitio web de la Universidad de Tsinghua.
De acuerdo con la fuente citada, desde su puesta en marcha en 31 de julio de 2023, la red troncal "ha funcionado de forma estable y fiable, superando con éxito diversas pruebas".
La red ultrarrápida "es un importante logro tecnológico" del proyecto chino 'Infraestructura Tecnológica de Internet del Futuro' (FITI, por sus siglas en inglés). La FITI, diseñada por 40 universidades chinas, entre ellas la de Tsinghua, se basa en la tecnología IPv6. Los nodos centrales de esa red troncal de alto rendimiento están distribuidos en 40 universidades de 35 ciudades de todo el país.
En abril de 2021, la infraestructura de red de la FITI empezó a funcionar, logrando la interconexión con instalaciones de prueba IPv4/IPv6 tanto nacionales como extranjeras,
agregó el organismo.
Aquel acontecimiento también desató un debate en Washington sobre si el Gobierno de Biden ha sido suficientemente eficaz en sus intentos de contener los logros tecnológicos chinos,
destacó el medio.
Las restricciones al sector tecnológico de China, implementadas por EEUU como parte de
la guerra comercial contra Pekín, buscan dificultarle al país asiático el desarrollo de tecnología con posibles usos militares, como inteligencia artificial, modelaje de armas nucleares y desarrollo de armamento hipersónico.