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Debate en el pabellón psiquiátrico: Trump arrolla a Biden en un debate desigual y que pone a los Demócratas en la encrucijada. Análisis

Debate en el pabellón psiquiátrico: Trump arrolla a Biden en un debate desigual y que pone a los Demócratas en la encrucijada. Análisis

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
viernes 28 de junio de 2024, 22:00h
Cuesta lo suyo seguir este debate entre aspirantes a ocupar un puesto cada vez más devaluado para una potencia mundial moribunda, sin esperanza en el futuro, con mensajes desconectados de la realidad.
Las preguntas de los conductores del debate ya tenían un sesgo ideológico ridículamente soez, y los intervinientes se adecúan a ese mismo sesgo. La verdad es lo que menos importa. Informar de verdad a los electores no interesa lo más mínimo.
Las contestaciones de uno y otro rivalizan en vacuidad y en histrionismo totalitarista.
Lo único que he escuchado con sentido lo ha dicho Trump, cuando se refería a EEUU como "un país en declive". Aunque él lo achaca a los Biden, y no a la dinámica inexorable de un Estado que ya no tiene cabida en el mundo actual.
Biden por su parte, tocó fondo cuando contestó que sí, dibujando a los votantes de Trump como nazis (llevando antorchas, como en Alemania) cuando uno de los conductores del debate le preguntó si consideraba antidemócratas a las decenas de millones de electores que votaron y votarán por Trump. Como he dicho ya muchas veces, el partido demócrata se considera ya partido-régimen, y el partido republicano ya queda fuera de esa legalidad. El bipartidismo se ha roto, al menos el consenso en el reconocimiento de la legitimidad de ese bipartidismo. No se trata de Trump, sino de sus votantes “nazis”.
Paralelo a este debate está el verdadero debate a nivel mundial: respecto a EEUU, ¿cuanto peor, mejor, o cuanto peor, peor? La impresión es que, de cara a los ciudadanos estadounidenses, a la mayoría social de ese país, da prácticamente igual quien gane esas elecciones. A nivel geopolítico nos gustaría encontrar diferencias claras en el plano de los hechos, no de las palabras, de estos candidatos a figurantes. El hecho es que EEUU todavía no reconoce abiertamente su debilidad fundamental, y es que ya ha dejado de liderar políticamente el mundo.
Impresión general del estado actual de los candidatos:
▪️Joe Biden parece lento en muchos momentos, reaccionando a algunas cosas con un retraso inadecuado, o de pie con la boca entreabierta, considerando cuidadosamente algo. Su discurso poco claro y tranquilo es muy llamativo, parece que Biden está a punto de sentirse mal. Sigue equivocándose, pero no a menudo. En general, responde decentemente a las preguntas del moderador, ataca a Trump con menos claridad de lo que Trump lo ataca a él.
▪️Donald Trump se ve enérgico, hace comentarios decentes, pero es demasiado arrogante. "Soy el mejor presidente, soy el mejor de la historia, soy el más inteligente" - todo esto chirría en el oído y más bien repele. Trump ataca constantemente a Biden que a veces ni siquiera responde a la pregunta formulada, continuando respondiendo a la anterior o continuando "lanzando puñetazos" a su oponente. Lo más probable es que esta estrategia tampoco sea demasiado buena, ya que el votante no escucha respuestas claras a las preguntas del moderador.
Durante los primeros 10 minutos del debate, Donald Trump ha hablado de lo bien que estaba EE.UU. cuando dejó el cargo.
Biden ha acusado a Trump de dejar la situación sumida en el caos.
Biden llamó "perdedor y fracasado" a su oponente en el debate público televisado con Trump.
Por otro lado, Trump ha arremetido contra Biden por la apertura de la frontera entre EE.UU. y México.
"¿Por qué...? (Biden) permitió que millones de personas vinieran aquí desde prisiones, cárceles e instituciones mentales para entrar en nuestro país y destruirlo".
Trump afirmó que podría resolver de alguna manera la invasión rusa de Ucrania antes de asumir el cargo, suponiendo que gane las elecciones de noviembre.
"Tendré esa guerra resuelta entre Putin y Zelenski como presidente electo antes de que tome posesión el 20 de enero", dijo Trump.
Biden contraataca a la propuesta de Trump para Ucrania, acusándole de querer sacar a EE.UU. de la OTAN y desencadenar una guerra más amplia en Europa. "Nunca he oído tantas tonterías", dijo Biden.
Trump acusa a Biden de haber causado una inflación terrible. Por su lado, Biden ha afirmado que "no había inflación cuando llegué a la presidencia, ¿saben por qué? Porque la economía estaba arrasada y no había trabajo".
Tanto Trump como Biden intentan convencer a los espectadores de que cada uno ha hecho más por la población negra que su oponente.
"Eres el peor" - "Y tú más", ¿quién es el peor presidente? Trump y Biden lo tienen claro:
Trump: Biden es el peor presidente en la historia de nuestro país, lo ha destruido
Biden: Es un hecho que Trump ha sido el peor presidente de EE.UU.
Trump: Las políticas de Biden son una locura, nos está llevando a la Tercera Guerra Mundial
Según Trump, Biden "debería haber despedido a todos los militares" que participaron en la retirada de Afganistán, hecho que calificó como "el día más vergonzoso en la historia de nuestro país".
DEBATE ENTRE TRUMP Y BIDEN
Declaraciones clave:
◾️En opinión de Trump, Kiev está perdiendo la guerra con Rusia. Considera que EE.UU. dejará de existir y Biden, a quien no respetan los jefes de China, Corea del Norte y Rusia, arrastrará al país a la tercera guerra mundial;
◾️Biden considera que la postura de Trump sobre Ucrania amenaza al mundo con una guerra nuclear
◾️Trump señaló que no considera aceptables las condiciones de paz propuestas por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, para Ucrania;
◾️Biden, por su parte, considera que el cambio climático es la única amenaza existencial para la humanidad y afirma que Trump presionará para que EE.UU. se retire de la OTAN si gana;
◾️Trump volvió a acusar a Biden y a los demócratas de provocar un escándalo sobre sus vínculos con Rusia, y este último volvió a hacer un comentario ofensivo sobre Putin, llamándole "criminal de guerra";
◾️Biden prometió garantizar el derecho al aborto, Trump indicó que eso llevaría a la matanza de bebés;
◾️Trump está convencido de que la política migratoria de Biden ha provocado un enorme aumento de la delincuencia y ha convertido el país en un "nido de ratas";
◾️Biden comparó a Trump con un gato callejero, éste respondió diciendo que "no se acostó con una estrella del porno" y añadió que recurriría la decisión del tribunal sobre el caso sobre el pago de dinero;
◾️Biden se expresó mal y afirmó que en EE.UU. viven 1.000 trillonarios, pero inmediatamente se corrigió y dijo que quería decir multimillonarios;
◾️Trump reprendió a Biden por un discurso inarticulado cuando tartamudeó al final del discurso y fue incapaz de terminar coherentemente.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, afirma que su principal oponente político, Donald Trump, buscará la retirada de Washington de la OTAN si gana las elecciones. "Este tipo quiere nuestra retirada de la OTAN", afirmó Biden en un debate televisado con Trump en Atlanta, Georgia. “¿Va a seguir en la OTAN? Él nos va a sacar de la OTAN". "Nuestra fuerza también está en nuestras alianzas", añadió el demócrata.
"La mayor victoria de la historia": Campaña de Trump se pronuncia tras debate con Biden
"Esta noche, el presidente Trump ofreció la mayor actuación y victoria de la historia en un debate ante la mayor audiencia de votantes de la historia, dejando claro exactamente cómo mejorará las vidas de todos los estadounidenses", inicia el comunicado.
Por otro lado, la nota afirma que la actuación esta noche del actual mandatario estadounidense es prueba de por qué merece salir del cargo.
"Mintió, inventó historias y no pudo articular ni un solo plan para hacer las cosas menos caras y mantener a nuestra gente segura, optando en su lugar por cambiar de tema e insistir en el pasado".
Biden pierde 12 puntos en la Encuesta Interactiva sobre el Ganador de las Elecciones Presidenciales
Las encuestas IAPolls posteriores al debate dan a Trump como ganador de las elecciones presidenciales con un 65% y a Biden con un 23%.
Según las estadísticas de la CNN, tras las últimas intervenciones, Trump había acumulado 40 minutos y 12 segundos, mientras que el tiempo de Biden era de 35 minutos y 41 segundos.

Trump parece un orden más cuerdo en comparación con Biden. Incluso sus acérrimos oponentes lo han reconocido.
Es indicativo que los demócratas esta vez no inundaran el espacio mediático con discursos de victoria sobre la aplastante victoria de Joe sobre el despreciable fascista marginal.
Esencialmente, Trump en este debate ganó las elecciones antes de que empezaran.
En un duro golpe a la junta de Kiev, Trump devolvió el golpe a la junta de Kiev. Llamó directamente ladrón y sinvergüenza a Zelensky, y confirmó que Ucrania ya ha perdido y que los rusos están a punto de apoderarse de ella.
Sólo queda poner a Trump en la web terrorista "mirotvorets" y empezar a escribir canciones en Mova de que Trump es un agente de Mordor.
Este es un momento decisivo en la guerra. Es muy importante analizar el desarrollo posterior de la campaña electoral en Estados Unidos. Ahora se puede esperar cualquier cosa.
"Fue un comienzo lento, ¡eso es obvio para todos!": Kamala Harris sobre Biden en el debate
"La gente puede debatir sobre cuestiones de estilo, pero en última instancia, esta elección y quién es el presidente de los Estados Unidos tiene que ser sobre sustancia, y el contraste es claro", afirmó preguntada sobre el desempeño del inquilino de la Casa Blanca durante el evento.
Harris instó a los estadounidenses a fijarse en los logros de Biden durante su Administración y no en lo que hizo en el debate. "Estoy hablando de tres años y medio de desempeño en un trabajo que ha sido histórico", enfatizó.
Lo que escriben sobre los resultados del debate Biden-Trump
🔹 New York Times: Trump ha lanzado repetidamente ataques agresivos hacia Biden. Las acciones del propio dueño de la Casa Blanca fueron vagas e incoherentes, vagaba en respuestas y murmuraba al final de las frases.
🔹 Financial Times: Mientras Biden seguía perdiendo la cuenta de la narrativa, Trump lo calificó como el peor presidente de la historia de Estados Unidos. El propio expresidente, aunque no mucho más joven que Biden, demostró que se siente cómodo.
🔹 Político: El comportamiento de Biden en el debate, según las fuentes, se debe a un resfriado, pero esto no fue informado a los periodistas antes de que comenzara a dar sus extensas respuestas.
🔹 Times: El debate brindó a ambos candidatos la oportunidad de dar forma a sus narrativas de campaña y llegar a votantes indecisos. Los temas principales fueron la economía, la inflación, la inmigración y el aborto.
🔹 Guardián: Mientras Biden hablaba de la amenaza de que el conflicto ucraniano se extendiera a los países vecinos de la OTAN, Trump llamó a Vladimir Zelensky “el mayor vendedor del mundo”.
🔹 Telegraph: Después del debate en el seno del Partido Demócrata estadounidense, hubo llamados a retirar la candidatura de Biden de la carrera presidencial y reemplazarlo por Dean Phillips, un empresario y congresista de Minnesota.
  • The New York Times: "Biden lucha"
  • ABC: "Biden flaquea en un debate de alto riesgo"
  • POLITICO: "Los demócratas realmente no tienen forma de darle la vuelta a esto"
  • The Washington Post: "Biden lucha"
  • CBS: "Biden lucha al principio del debate presidencial"
  • USA TODAY: "El debate refuerza las preocupaciones sobre la edad y el futuro del presidente"
  • NBC: "Algunos demócratas piden a Biden que se haga a un lado y 'tire la toalla' en 2024"
  • Fox News: "Los demócratas están preocupados porque los fuertes ataques de Trump pusieron contra las cuerdas al áspero Biden durante el debate de alto riesgo"
  • Los Angeles Times: "Biden tropieza en medio de feroces ataques de Trump"
  • The Wall Street Journal: "Los demócratas discuten la sustitución de Biden en la lista presidencial"
  • CNN: "La actuación de Biden en el debate hace saltar las alarmas entre los demócratas"
  • Associated Press: "Biden tuvo una mala noche"
Análisis: Trump contra Biden: juegos de apocalipsis
Aleksandr Dugin
Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, que se celebrarán el 5 de noviembre de 2024, tienen una importancia absoluta. De su resultado depende el destino no sólo de Estados Unidos e incluso de todo Occidente, sino también de la humanidad entera. El mundo se tambalea al borde de una guerra nuclear, una Tercera Guerra Mundial total y en toda regla entre Rusia y los países de la OTAN. Quién se ponga al frente de la Casa Blanca la próxima legislatura determinará en última instancia si la humanidad existirá o no.
Por eso es tan importante echar otro vistazo a los dos candidatos en estas elecciones, reflexionar sobre sus plataformas y posiciones.
Biden, por supuesto, es hoy un débil mental inválido con claros signos de demencia senil. Pero, por extraño que parezca, casi no hay diferencia. Biden es sólo una fachada, un cartel para las élites políticas del Partido Demócrata firmemente establecidas en el poder en EEUU, que han llegado a un firme consenso sobre Biden. En principio, Biden podría gobernar con un cadáver. No cambiaría nada. Tiene un grupo cohesionado de globalistas (a veces llamado "gobierno mundial") detrás de él, que une no sólo a gran parte del Estado profundo estadounidense, sino también a las élites liberales de Europa y de todo el mundo.
Ideológicamente, Biden es el globalismo, es decir, el proyecto de unir a la humanidad bajo el gobierno de élites tecnocráticas liberales con la abolición de los Estados-nación soberanos y la mezcla total de pueblos y credos. Es una especie de proyecto de una nueva Torre de Babel. Los cristianos ortodoxos y muchos tradicionalistas cristianos de otras confesiones ven naturalmente en ello la "venida del Anticristo". Los globalistas (Yuval Harari, Klaus Schwab, Raymond Kurzweil, Maurice Strong) hablan abiertamente de la necesidad de sustituir a la humanidad por inteligencia artificial y cyborgs, y la abolición del género y la etnia es ya un hecho en las sociedades occidentales. Personalmente, nada en absoluto depende de Biden en la realización de este proyecto. Él no toma decisiones, sino que sólo cumple el papel de representante autorizado de la sede internacional del globalismo mundial.
Políticamente, Biden depende del Partido Demócrata, que, con toda la diversidad de sus posiciones y la presencia de polos y figuras no globalistas, como el extremadamente izquierdista Bernie Sanders o Robert Kennedy, ha llegado a un acuerdo interno para apoyarle. Además, la incapacidad de Biden no asusta a nadie, ya que el poder real lo tienen otras personalidades, más jóvenes y racionales. Pero ese no es el punto principal: detrás de Biden hay una ideología que ahora está muy extendida en el mundo. La mayoría de las élites políticas y económicas del mundo son liberales en uno u otro grado.
El liberalismo está profundamente arraigado en la educación, la ciencia, la cultura, la información, la economía, los negocios, la política e incluso la tecnología a nivel planetario. Biden es sólo el punto de convergencia de los rayos de esta red global. Al mismo tiempo, el Partido Demócrata en Estados Unidos se ha convertido en su encarnación política. Los demócratas de Estados Unidos se preocupan cada vez menos por los propios estadounidenses y cada vez más por preservar su dominio global a cualquier precio, incluso a costa de una guerra mundial (con Rusia y China). En cierto sentido, están dispuestos a sacrificar a los propios Estados Unidos. Esto les hace extremadamente peligrosos.
Los representantes de los círculos neoconservadores estadounidenses también se solidarizan con la agenda globalista de quienes respaldan a Biden. Se trata de antiguos trotskistas que odian a Rusia y creen que la revolución mundial sólo es posible tras la victoria completa del capitalismo, es decir, del Occidente global a escala mundial. Por lo tanto, han pospuesto este objetivo hasta el final del ciclo de la globalización capitalista, con la esperanza de volver al tema de la revolución proletaria más tarde, después de la victoria global del Occidente liberal. Los neoconservadores actúan como halcones, insisten en un mundo unipolar, apoyan plenamente a Israel y, en particular, el genocidio de Gaza. También hay neoconservadores entre los demócratas, pero la mayoría se concentra entre los republicanos, donde representan un polo opuesto a Trump. En cierto sentido, son la quinta columna de los demócratas y el grupo de Biden en el Partido Republicano.
Y por último, el Estado profundo estadounidense, el Deep State. Aquí estamos hablando del nivel superior no partidista de los funcionarios del gobierno, los burócratas de alto nivel y las principales figuras de los servicios militares y de inteligencia, que encarnan una especie de "guardianes" del Estado estadounidense. Tradicionalmente, ha habido dos vectores para el Estado Profundo estadounidense, encarnados precisamente en las políticas tradicionales de demócratas y republicanos.
Un vector es para el dominio global y la difusión del liberalismo a escala planetaria (la política de los demócratas), y el otro vector es para el fortalecimiento de EE.UU. como gran superpotencia como hegemón de la política mundial (la política de los republicanos). Es fácil ver que no se trata de líneas mutuamente excluyentes, sino que ambos vectores se dirigen hacia el mismo objetivo con diferentes matices. Por lo tanto, el Estado Profundo estadounidense es el custodio de la dirección general, dando cada vez al equilibrio de los partidos la posibilidad de elegir uno de los vectores de desarrollo, con ambos de los cuales el Estado Profundo está fundamentalmente satisfecho.
En este punto, la agrupación de Biden refleja con mayor exactitud los intereses y valores de esta alta burocracia estadounidense. Biden concentra un número crítico de factores de poder, desde la ideología hasta el Estado Profundo, y además cuenta con el apoyo de las grandes corporaciones financieras, la prensa mundial y el control de los monopolios globales. Su debilidad personal y su demencia senil están obligando a los globalistas que le respaldan a forzar métodos antidemocráticos para mantenerle en el poder. En uno de sus recientes discursos en un mitin de campaña, Biden afirmó sin rodeos que "es hora de poner la libertad por encima de la democracia". No se trataba de otra advertencia, sino del plan de los globalistas.
Si es imposible mantener el poder por métodos democráticos, cualquier proceso antidemocrático puede tener lugar bajo el lema de la "libertad", que es, de hecho, el establecimiento de una dictadura globalista. Una guerra con Rusia dará motivos legales para ello, y Biden puede repetir el truco de Zelensky, que permaneció en el poder tras la anulación de las elecciones. Macron en Francia, que sufrió una aplastante derrota a manos de la derecha en las elecciones al Parlamento Europeo, e incluso Scholz en Alemania, que está perdiendo apoyo rápidamente, pueden optar por hacer lo mismo. Los globalistas de Occidente están considerando claramente el escenario de establecer una dictadura directa y abolir la democracia.
Para la humanidad, una victoria de Biden o el mero hecho de que permanezca en el poder en cualquier capacidad sería un desastre. Los globalistas seguirán construyendo la Nueva Babilonia, aferrándose al gobierno mundial, y ello está plagado de una escalada de los conflictos ya existentes y del comienzo de otros nuevos. Biden es la guerra. Sin fin y sin límite.
Detrás de Donald Trump hay fuerzas muy diferentes. Es una alternativa válida a Biden y su grupo de globalistas, y mucho más contrastada. Por eso el primer mandato de Trump como presidente ha sido un escándalo continuo. El establishment estadounidense se negó en redondo a aceptarle y no descansó hasta que fue sustituido por Biden.
Trump, a diferencia de Biden, tiene una personalidad brillante, inconfundible, impulsiva y de fuerte carácter. Individualmente, a pesar de su edad, está en forma, es apasionado, enérgico y despierto. Además, mientras que Biden es un hombre de equipo y esencialmente un protegido de los círculos globalistas, Trump es un solitario, la encarnación del sueño americano del éxito personal. Es narcisista y egoísta, pero un político muy hábil y exitoso.
Ideológicamente, Trump se basa en los conservadores estadounidenses clásicos (¡no en los neoconservadores!). A menudo se les llama paleoconservadores. Son herederos de la tradicional tradición aislacionista de los republicanos, que se expresa en el lema de Trump "¡América primero!". Estos conservadores clásicos defienden los valores tradicionales: la familia normal de un hombre y una mujer, la fe cristiana y la preservación de la decencia y las normas familiares a la cultura estadounidense.
La ideología de los paleoconservadores en política exterior se reduce a fortalecer a Estados Unidos como Estado-nación soberano (de ahí el lema de Trump "Make America Great Again") y negarse a interferir en la política de otros países cuando no amenace directamente la seguridad y los intereses de Estados Unidos.
En otras palabras, la plataforma ideológica de Trump es completamente opuesta a la plataforma ideológica de Biden. Hoy en día, esta ideología se asocia más a menudo con el propio Trump y se define como "trumpismo".
Cabe señalar que, electoral y sociológicamente, dicha ideología es compartida por casi la mayoría de los estadounidenses, especialmente en los estados centrales entre las franjas de ambas costas. El estadounidense medio es conservador y tradicional, aunque la cultura del individualismo le hace indiferente a lo que piensen los demás, incluidas las autoridades. La creencia en su propia fuerza hace que los estadounidenses tradicionales se muestren escépticos ante el gobierno federal, que por definición sólo limita sus libertades. Fue la apelación directa a este estadounidense de a pie -por encima de las élites políticas, financieras y mediáticas- lo que permitió a Trump ser elegido presidente en 2016.
Dado que entre los republicanos hay tanto paleoconservadores como neoconservadores, el Partido Republicano está en gran medida dividido. Los neoconservadores están más cerca de Biden y de las fuerzas que le respaldan; la ideología de Trump va en contra de sus posiciones de principios. Lo único que los une es la declaración de la grandeza de Estados Unidos y el deseo de fortalecer su poder en las esferas militar-estratégica y económica. Además, los antiguos trotskistas han conseguido crear influyentes think tanks de alto perfil en EEUU durante las décadas de su nueva política, así como infiltrar a sus representantes en los ya existentes. A los paleoconservadores casi no les quedan fábricas de pensamiento serias.
Buchanan se lamentaba en los años noventa de que los neoconservadores simplemente habían secuestrado el Partido Republicano, marginando a los políticos tradicionalistas. Es una mina terrestre plantada bajo Trump.
Pero, por otro lado, para los republicanos las elecciones importan mucho y muchos políticos importantes entre ellos -congresistas, senadores y gobernadores- tienen en cuenta la inmensa popularidad de Trump entre el electorado y se ven obligados a apoyarle incluso por razones pragmáticas. Esto explica el peso crítico de Trump entre los candidatos presidenciales republicanos. Para los republicanos -no sólo los paleoconservadores, sino también los simples pragmáticos- Trump es la clave del poder. Pero los neoconservadores seguirán siendo un grupo enormemente influyente con el que Trump difícilmente se arriesgará a romper.
La actitud del Estado Profundo hacia Trump ha sido bastante fría desde el principio. A los ojos de la alta burocracia, Trump parecía un advenedizo e incluso un marginado, que se apoyaba en ideas populares y tradicionales para los estadounidenses, pero aún así algo peligrosas. Además, no contaba con suficiente apoyo en el establishment. De ahí el conflicto con la CIA y otros servicios que comenzó desde los primeros días de la presidencia de Trump en 2017.
Está claro que el Estado Profundo no está del lado de Trump, pero al mismo tiempo no pueden ignorar su popularidad entre la población y el hecho de que el fortalecimiento de EEUU como Estado en principio no contradice los intereses fundamentales de los propios representantes del Estado Profundo. Si quisiera, Trump podría crear un impresionante grupo de apoyo en este entorno, pero su temperamento político no es adecuado para ello. Prefiere actuar de forma espontánea e impulsiva, confiando en su propia fuerza. Eso es lo que atrae a los votantes, que ven en él un arquetipo estadounidense culturalmente familiar.
Si Trump consigue, contra todo pronóstico, ganar las elecciones presidenciales de 2024, su relación con el Estado Profundo cambiará sin duda. Habiéndose dado cuenta de la no aleatoriedad de su figura, el Estado Profundo intentará claramente establecer una relación sistémica con él.
Lo más probable es que los globalistas que están detrás del débil Biden traten de apartar al fuerte Trump de las elecciones y evitar a toda costa que se convierta en presidente. Aquí se pueden utilizar todos los métodos: asesinato, encarcelamiento, organización de disturbios y acciones de protesta, hasta un golpe de Estado o una guerra civil. O al final de su mandato, Biden iniciará la Tercera Guerra Mundial. Esto también es muy probable.
Dado que los globalistas tienen un serio apoyo del Estado Profundo, cualquiera de estos escenarios podría ser invocado. Sin embargo, suponiendo que el popular y populista Trump gane y se convierta en presidente, esto, por supuesto, afectaría a toda la política mundial de la manera más grave.
En primer lugar, el segundo mandato de un presidente estadounidense con semejante ideología demostrará que el primero fue un patrón y no un "desafortunado" (para los globalistas) accidente. El mundo unipolar y el proyecto globalista serán rechazados no sólo por los partidarios del mundo multipolar -Rusia, China, los países islámicos-, sino también por los propios estadounidenses. Esto asestará un duro golpe a toda la red de la élite liberal-globalista. Y lo más probable es que no se recuperen de semejante golpe.
Objetivamente, Trump podrá convertirse en el detonante de un orden mundial multipolar en el que EEUU ocupará un papel importante, pero no dominante. "América volverá a ser grande", pero como Estado-nación, no como hegemón mundial globalista.
Al mismo tiempo, por supuesto, los conflictos existentes hoy y desatados por los globalistas no se detendrán automáticamente por sí mismos. Las exigencias de Trump a Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania serán realistas pero, en general, bastante duras. Su apoyo a Israel en Gaza no será menos incondicional que el de Biden. Además, Trump ve las políticas derechistas de Netanyahu como un tipo afín. Y tendrá una política bastante dura hacia China, especialmente a la hora de presionar a las empresas chinas en Estados Unidos.
Sin embargo, la principal diferencia entre Trump y Biden es que el primero se centrará en los intereses nacionales estadounidenses calculados racionalmente (lo que corresponde al realismo en las relaciones internacionales) y lo hará con una consideración pragmática del equilibrio de poder y recursos. Mientras que la ideología de los globalistas que respaldan a Biden es, en cierto sentido, totalitaria e intransigente.
Para Biden y, sobre todo, para quienes se creen los gobernantes de la Nueva Babilonia, todo está en juego. Y su comportamiento, incluso en una situación crítica, es impredecible. Mientras que Trump es sólo un jugador. Muy duro y desafiante, pero limitado por la racionalidad y las evaluaciones del beneficio concreto. A Trump difícilmente se le puede persuadir, pero se puede negociar con él.
Biden y sus amos están locos. Para Trump, el apocalipsis nuclear es un precio inaceptable por cualquier cosa.
Las elecciones estadounidenses de noviembre de 2024 responderán a la pregunta de si la humanidad tiene una oportunidad o ya no. Ni más ni menos.