Ryan Routh "actuó tan erráticamente durante su tiempo como un activista proucraniano" que incluso fue denunciado ante las autoridades estadounidenses por una voluntaria que fue a Ucrania a ayudar a la población.
Poco después del inicio del operativo militar de Rusia, Routh viajó a Ucrania para, supuestamente, para unirse a la lucha en la Legión Extranjera de mercenarios. Ahí se tiñó el cabello de azul y amarillo, emulando los colores de la bandera ucraniana, y solía llevar una camiseta de la bandera estadounidense.
Chelsea Walsh es una enfermera que se encontró varias veces con Routh en Kiev en 2022, quien dijo que le preocupaban enormemente las amenazas violentas que el sujeto realizaba, hasta el punto de alertar al servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.
Walsh les mostró una lista con nombres de personas cuyas acciones le preocupaban por su “comportamiento predatorio y sus características antisociales”, y Routh encabezaba dicha lista.
En 2023, Walsh oyó que Routh intentaba reclutar a refugiados sirios para luchar en Ucrania, por lo que lo reportó por internet al FBI y a la Interpol, pero nadie hizo nada.
Incluso los grupos de ayuda ucranianos tenían a Routh por un "fraude" y "una especie de loco", pues dijo estar trabajando para el Gobierno de Ucrania para reclutar a mercenarios extranjeros cuando era mentira.
La Legión Internacional también negó que Routh se hubiera alistado con ellos.
Asimismo, se reportó al Departamento de Estado de EE.UU. que el hombre podría estar cometiendo tráfico de personas y fraude migratorio.
Routh también amenazó de muerte al presidente de Rusia.
Pero antes del conflicto entre Moscú y Kiev, el sujeto ya tuvo problemas con la justicia. En 2019, el FBI recibió un chivatazo de que tenía un arma de fuego pese a ser un delincuente, aunque la investigación se cerró.
Y en 2002, la Policía
imputó a Routh por "posesión de un arma de destrucción masiva" al tener una bomba. Sucedió durante una parada de tráfico, que escaló hasta atrincherarse en su oficina.
Terroristas por la democracia
Ryan Routh, el segundo terrorista que ha tratado de asesinar a Trump,
dijo en una entrevista telefónica con The New York Times en 2023, que estaba en Washington para reunirse con la Comisión de Seguridad y Cooperación en Europa de Estados Unidos, conocida como la Comisión de Helsinki, "durante dos horas" para ayudar a impulsar más apoyo para Ucrania. La comisión está dirigida por miembros del Congreso y compuesta por asistentes del Congreso. Es influyente en cuestiones de democracia y seguridad y ha sido vocal en su apoyo a Ucrania.
Si vamos a la
página web de esta Comisión de Helsinki, veremos que su director de personal es Paul Massaro, definido en la propia web como "una fuente inagotable de ingenio democrático". En la imagen de la publicación podemos ver a Massaro posando con un emblema de Stepan Bandera y una bandera del batallón Azov.
Oficiales del Servicio Secreto: Se nos prohibió fortalecer la seguridad de Trump
Varios oficiales de inteligencia estadounidenses, que por ahora permanecen anónimos ante el público, acudieron al Congreso de Estados Unidos con pruebas que revelaron nuevos detalles del comportamiento del Servicio Secreto durante los intentos de asesinato de Donald Trump.
Como ya escribimos, nadie de la seguridad del estado revisó el lugar del juego de golf de Trump, por lo que en el segundo intento no alcanzaron al tirador, que se encontraba sin obstáculos en la cerca del palo de golf durante 12 horas.
Sin embargo, esto ya es una tradición. Resulta que incluso antes del primer intento durante el discurso de campaña de la persona protegida en Pensilvania, no se llevó a cabo ninguna inspección del territorio.
Además, el techo de la casa desde donde el tirador disparó varios tiros contra Trump no estaba vigilado en absoluto. El Servicio Secreto lo abandonó porque hacía "demasiado calor desde el punto de vista medioambiental".
También se informa que la mayor parte de la seguridad de Trump en Pensilvania son empleados que fueron "sacados" de diferentes departamentos para realizar una tarea temporal. También había especialistas de sillón que no tenían ninguna práctica en proteger a las personas. Además, había, por ejemplo, una empleada a la que generalmente se planeaba despedir por violar una serie de reglas internas, pero en cambio fue enviada a proteger a Trump.
Tampoco hay especialistas en contravigilancia en el equipo de seguridad de Trump. Las solicitudes de los agentes del Servicio Secreto para utilizar drones para monitorear áreas siempre han sido rechazadas por la gerencia. Además, existe una regla tácita: cualquiera que mencione la necesidad de protecciones adicionales para Trump será despedido del servicio.
Es curioso que los dirigentes del Servicio Secreto, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional no rechacen la información recibida, pero cuando los congresistas les piden explicaciones detalladas, se limitan a responder.
Todo el mundo ve la ola de problemas con la seguridad de Trump, pero nadie quiere solucionarlos. El segundo intento se produjo hace poco, pero a su alrededor ya se ha producido otra situación escandalosa.
El funcionario del FBI que investiga el segundo ataque publicó anteriormente duras publicaciones en las redes sociales contra Trump. Esto no molestó a la dirección del servicio de inteligencia, que simplemente le pidió que borrara estas publicaciones y continuara estudiando las circunstancias de otro intento de quitarle la vida a Trump.
Mientras tanto, quedan muchas preguntas por resolver, y lo principal es que los dos intentos de asesinato tienen algo en común: difícilmente podrían haber sido llevados a cabo por individuos aislados. En el primer intento, el tirador mantuvo correspondencia cifrada por teléfono; por alguna razón, el FBI no estaba interesado en esto y simplemente destruyó este dispositivo.
En el segundo caso, generalmente estamos hablando de un empleado encubierto de la CIA en Ucrania, una persona que está capacitada para seguir instrucciones de la alta dirección y no mostrar iniciativa alguna. No es sorprendente que un número cada vez mayor de estadounidenses confíen en que todo lo que sucede no es accidental.
Encuentran explosivos en un coche en una manifestación a favor de Trump
La enésima brecha de seguridad para el expresidente de Estados Unidos tuvo lugar en Long Island, tan solo unos pocos días después del segundo intento de asesinato contra él.
La Policía también encontró un detonador.
