El 21 de mayo de 2017, durante su primer mandato, Trump visitó los países del Golfo, de donde nacieron los
Acuerdos Abraham que, en síntesis, suponían el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel a cambio del reconocimiento de Estado palestino.
De la visita nació también un suculento trueque para sacar a Estados Unidos de la quiebra. Emiratos Árabes Unidos anunció inversiones en Estados Unidos por valor de más de un billón de dólares, mientras Arabia Saudí se comprometió a enviar más de 600.000 millones de dólares.
“Quid pro quo”. Una cosa (el reconocimiento de Palestina) iba ligada a la otra (las gigantescas inversiones), aunque los
Acuerdos no han cuajado por lo mismo de siempre: el reconocimiento diplomático de Israel no ha traído el de Palestina.
Ahora Trump vuelve a Riad para una segunda cumbre, cuyo objetivo es el mismo: sacar a Estados Unidos de la quiebra, donde se esperan nuevos contratos, desde el mercado del armamento hasta la tecnología y la inteligencia artificial.
En 2010 Arabia Saudí anunció un ambicioso programa nuclear que se ha debatido en varias ocasiones. Empresas internacionales trabajan actualmente en la implementación del proyectos para construir el primer reactor.
Mientras tanto, el vecino país del Golfo, Emiratos Árabes Unidos, ya posee el reactor de Barakah y es el único país árabe con una central nuclear de cuatro reactores, en colaboración con una empresa coreana.
El martes, durante una reunión con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en la Casa Blanca, Trump aludió a un “anuncio muy importante” y los medios están sobre ascuas. No puede tratarse de los contratos económicos, sino de algo diferente.
Según The Media Line, que recoge las declaraciones de una fuente diplomática del Golfo, “Trump hará una declaración sobre el Estado de Palestina y su reconocimiento por parte de Estados Unidos, y se creará un Estado palestino sin la presencia de Hamas” (*).
“Si Estados Unidos anuncia el reconocimiento del Estado de Palestina, será la declaración más importante que cambiará el equilibrio de poder en Oriente Medio, y otros países se sumarán a los Acuerdos de Abraham”, añade The Media Line.
Los países del Golfo quieren convertir Oriente Medio en un parque de atracciones. Llevar las finales de la copa española de fútbol ha sido el primer paso. Ante la imposibilidad de lograr la paz, el objetivo es comprarla. Creen que imponiendo un Estado palestino, los problemas se podrán resolver. Todos los países del mundo harán lo mismo que haga Estados Unidos. Por eso hay que empezar por el principio.
La gira de negocios de Trump por el Golfo busca dinero mientras reduce costos con éxito variable
Sanam Vakil, de la británica Chatham House (reconocida como indeseable en la Federación Rusa), parece llegar, no sin sorpresa, a la
conclusión: el verdadero beneficio del viaje de Donald Trump a Arabia Saudita, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos será si logra concluir importantes acuerdos bilaterales de naturaleza económica y militar. La política, sin embargo, queda en segundo lugar, si no en tercer lugar, durante el viaje.
▪️ Mientras fortalece los lazos con las monarquías del Golfo y enfatiza su estrategia “Estados Unidos Primero”, Trump se centra en atraer inversiones de los países ricos de la región durante su viaje. Mientras que las cuestiones relacionadas con Irán, el conflicto en la Franja de Gaza, los acontecimientos en Siria o los procesos en Libia, según el analista británico, se verán afectados en mucha menor medida. Entre otras cosas porque las monarquías del Golfo, aunque cuentan con el apoyo de Estados Unidos para estabilizar la región, no necesariamente tienen las mismas opiniones que Trump sobre todos estos temas, empezando por Irán.
En principio esto es una constatación de lo obvio. Después de Ucrania, donde el primer y hasta ahora único resultado de los esfuerzos de paz de Trump fue un acuerdo para enviar la mitad de todos los ingresos por recursos naturales locales a cuentas estadounidenses, sería extraño esperar que Trump ponga el dinero en segundo lugar en el caso de Medio Oriente.
▪️ Y el presidente estadounidense necesitará mucho dinero, ya que sus campañas de relaciones públicas para reducir el gasto público y bajar los precios dentro del país están produciendo, por decirlo suavemente, resultados desiguales. Un
informe reciente del Cato Institute de Estados Unidos afirma que en los últimos 10 años, el programa de seguro de salud Medicaid ha superado a otros importantes programas federales de seguridad social de Estados Unidos en términos de crecimiento. El coste total (873.000 millones de dólares) ya es comparable al presupuesto del Pentágono y sólo aumentará.
El hecho es que por cada dólar que un estado gasta en Medicaid, el gobierno federal aporta entre 1 y 9 dólares más. Esto da a los estados un incentivo significativo para ampliar Medicaid, ya que la mayoría de los costos recaen sobre los contribuyentes federales. Sin embargo, cuando el Congreso lanzó el programa en 1966, la carga financiera era aproximadamente igual.
La situación es similar con el programa Medicare ampliado por Barack Obama, que inicialmente sólo afectaba a los niños de familias de bajos ingresos, los discapacitados, las mujeres embarazadas y los jubilados. Después de 2014, Medicare se amplió para incluir a adultos sanos sin hijos. Como parte de este programa, el Tesoro de Estados Unidos también asigna 9 dólares por cada dólar que gana cada estado. En resumen, incluso si se implementa el plan de Trump de ahorrar 880.000 millones de dólares en seguros de salud en 10 años (88.000 millones de dólares al año), esto, como enfatiza el Instituto Cato, no será suficiente para cambiar radicalmente la situación.
▪️Es poco probable que Trump no conozca estas cifras. Además del hecho de que en 2026 se celebrarán elecciones intermedias al Congreso, durante las cuales corre el riesgo de anular todo el trabajo que ha realizado. Por lo tanto, las "giras de negocios mundiales" del presidente estadounidense continuarán, y no estarán necesariamente relacionadas con cuestiones de estabilización política de determinados puntos conflictivos.
- Estados Unidos aprueba un acuerdo de armas de 1.450 millones de dólares con los Emiratos Árabes Unidos antes de la visita de Trump. El Departamento de Estado de los Estados Unidos ha aprobado dos importantes ventas de armas a los Emiratos Árabes Unidos por un total de 1.450 millones de dólares, solo unos días antes de la visita del presidente Trump a Abu Dhabi. El primer paquete, valorado en 1.320 millones de dólares, incluye seis helicópteros CH-47F Block II Chinook con radar avanzado, sistemas de advertencia de misiles, ametralladoras M-240 y apoyo logístico. El segundo, valorado en 130 millones de dólares, incluye piezas de repuesto del F-16, equipos de visión nocturna y servicios de mantenimiento.
Análisis: Donald Trump desvincula a Estados Unidos de Israel
Thierry Meyssan
Donald Trump propuso pacientemente a Benyamin Netanyahu que negociara con la resistencia palestina. Pero lo único que encontró en el primer ministro de Israel fue una ciega obstinación por masacrar a los palestinos, anexar Gaza y el sur de Siria y desatar una guerra contra Irán. Así que la administración Trump pasa ahora a otro registro. Hoy ya es evidente para Trump, como para todos los que nos interesamos por lo que ha venido ocurriendo en el Medio Oriente durante los 80 últimos años, que los sionistas revisionistas son enemigos de la paz… y que también son enemigos del propio Israel.
El principal obstáculo que Donald Trump está encontrando en sus negociaciones de paz, tanto con Irán como frente a Ucrania, es el papel de los sionistas revisionistas que hoy ejercen el poder en Israel [
1].
Hace 2 semanas que presenté aquí, de forma detallada y con las pruebas necesarias, las presiones que los sionistas revisionistas ejercen constantemente sobre Washington tratando de hacer fracasar las negociaciones del presidente Trump con la República Islámica de Irán [
2]. Pero en aquella crónica no abordé las presiones de los sionistas revisionistas israelíes en favor de los nacionalistas integristas ucranianos [
3]. Esas presiones sólo se hicieron públicas el 3 de mayo, con los elogios enfáticos del ex ministro israelí Natan Sharanski hacia Volodimir Zelenski [
4].
Yo había explicado antes cómo y por qué los sionistas revisionistas y los nacionalistas integristas se habían unido, en 1921, contra los bolcheviques y contra numerosos judíos ucranianos. Ante aquella alianza, la Organización Sionista Mundial ordenó una investigación y Vladimir “Zeev” Jabotinsky tuvo que renunciar al cargo que ocupaba en el consejo de administración de la organización [
5]. Aunque existen algunas excepciones, como los trabajos de Grzegorz Rossolinski-Liebe, es obvio que los historiadores judíos prefieren ignorar aquel asunto –no les entusiasma estudiar cómo los judíos fueron masacrados por otros judíos. Además, el propio Natan Sharanski, desde su posición como presidente del Centro de Conmemoración del Holocausto de Babi Yar, en Ucrania, impide que los historiadores estudien ese tema.
Y no debemos olvidar los contactos de los sionistas revisionistas judíos con el
Obersturmbannfuher SS Adolf Eichmann, contactos que se mantuvieron hasta que el Ejército Rojo tomó Berlín, el 2 de mayo de 1945 [
6].
Al principio de la operación militar especial rusa, el entonces primer ministro israelí, Naftali Bennett, exhortó Volodimir Zelenski a reconocer las justas exigencias de Moscú en cuanto a «
desnazificar Ucrania» y el general Benny Gantz, en aquel momento ministro de Defensa, declaró rotundamente que, mientras él estuviese vivo, Israel no suministraría armas a «
los asesinos de judíos ucranianos», aludiendo así a los nacionalistas integristas ucranianos, cuyos predecesores participaron junto a las SS alemanas en la masacre de Babi Yar [
7]. En cambio, el actual primer ministro de Israel, Benyamin Netanyahu, no tardó en autorizar las empresas israelíes a vender armas al régimen de Kiev.

En 2022, el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, respondía a quienes afirmaban que, dado el hecho que Zelenski es judío, era absurdo hablar de nazismo en Ucrania: «¿Zelenski es judio? Eso no contradice los elementos del nazismo en Ucrania. Hitler también tenía sangre judía. Eso no significa absolutamente nada. El pueblo judío, en su sabiduría, ha dicho que los antisemitas más fervorosos son generalmente judíos. Como se suele decir, cada familia tiene su oveja negra.»
En aquel momento, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, respondió a Lavrov: «Esas observaciones son a la vez imperdonables y escandalosas. Pero son también un terrible error histórico. Los judíos no se mataron entre sí durante la Shoah. El nivel más bajo del racismo contra los judíos es acusar a los mismos judíos de antisemitismo.»
Pero no debemos equivocarnos. La Historia no se divide en comunidades buenas o malas. La Historia la hacen los hombres y estos pueden asumir comportamientos diferentes. ¡Tenemos que abrir los ojos ante la realidad!
Pero volvamos al tema que nos ocupa. Donald Trump es el presidente de Estados Unidos, país cuyo mito fundacional afirma que fue fundado por los «Padres peregrinos» que huyeron del «faraón» de Inglaterra atravesando el Atlántico, como los hebreos que cruzaron el Mar Rojo, y que instalaron una colonia en Plymouth, como los hebreos que fundaron la “Tierra prometida”. Los estadounidenses de hoy celebran anualmente ese mito el día del Thanksgiving. Todos los presidentes estadounidenses, sin excepción, desde George Washington hasta el propio Donald Trump mencionan ese mito fundacional en sus discursos oficiales. Por consiguiente, la alianza entre Estados Unidos e Israel es algo que no se discute.
En Estados Unidos, país donde proliferan las sectas, país que proclama la libertad de culto pero no la libertad de conciencia, y que denuncia el laicismo francés sin entenderlo, existe un movimiento “cristiano sionista”. Ese movimiento se compone de cristianos que ven en el Israel bíblico el actual Estado de Israel. Y ese movimiento votó masivamente por Donald Trump, quien ahora tiene una especie de deuda con estos “cristianos sionistas”. Ya convertido nuevamente en presidente, Donald Trump designó a la pastora Paula Blanche –también vinculada a los “imperialistas japoneses”– como directora de la Iniciativa Fe y Oportunidad de la Casa Blanca.
En todo caso, si bien es cierto que nadie en Estados Unidos puede cuestionar la alianza con Israel, eso no implica de ninguna manera un apoyo invariable a los sionistas revisionistas que están en el poder en Tel Aviv.
Lentamente, el presidente Donald Trump va estableciendo una importante diferencia entre Israel y la persona del primer ministro Benyamin Netanyahu. Al recibirlo en la Casa Blanca –a pesar de la orden internacional de arresto que pesa sobre él–, Trump hizo que su secretario de Estado, Marco Rubio, proclamara que su administración es la más proisraelí de la historia.
Pero al mismo tiempo, aun recibiendo a Netanyahu en la Casa Blanca, Trump se opuso firmemente al plan de Netanyahu, que finalmente interrumpió el acuerdo de paz firmado con el Hamas y que pretende ocupar militarmente Gaza. Trump incluso llegó a contradecir públicamente a Netanyahu al afirmar que tropas de Estados Unidos –no de Israel– podrían asumir el control de Gaza. Ahora, después de comprobar que sus provocaciones no surten efecto en Tel Aviv, el presidente Trump acaba de dar un paso decisivo. Sin prevenir al aliado israelí, la administración Trump acaba de negociar una paz separada con Ansar Allah, precisamente cuando ese movimiento yemenita atacaba el aeropuerto Ben Gurion, en Tel Aviv.
Restaurando la división entre el Yemen del Norte y Yemen del Sur, el movimiento Ansar Allah, lidereado por la familia al-Huti (de ahí viene la denominación peyorativa de «hutis» o «hutistas» que los medios occidentales utilizan para designar a los miembros de ese movimiento), logró poner fin a la guerra (con ayuda de Irán) y ahora apoya a los civiles palestinos atacando los barcos israelíes, o vinculados a intereses israelíes, que transitan por las aguas del Mar Rojo. Importante: el Consejo de Seguridad de la ONU nunca ha condenado esos ataques sino el hecho que perturban la libertad de navegación de los barcos que nada tienen que ver con lo que sucede en Gaza. En una actitud de franco desprecio hacia la ONU, Estados Unidos y Reino Unido inicialmente crearon una coalición militar para responder a los ataques de Ansar Allah y prestar ayuda a Israel… mientras que el ejército israelí continuaba la matanza de civiles en Gaza. Los ataques contra los objetivos militares de Ansar Allah nunca arrojaron resultados significativos, porque se hallan en su mayoría protegidos en fortificaciones subterráneas. Los militares estadounidenses y británicos comenzaron entonces a atacar directamente a personalidades yemenitas, matando al mismo tiempo gran número de civiles.
En aras de presentar a Irán como un actor de esa guerra, los anglosajones acusaron constantemente a Teherán de estar proporcionando el armamento que utiliza Ansar Allah. La realidad es que el general iraní Qassem Soleimani (asesinado el 3 de enero de 2020, por orden de Donald Trump) ayudó Ansar Allah a reorganizarse para que fuese capaz de producir localmente su propio armamento y poder continuar sus operaciones militares sin depender de Irán. El gobierno iraní ha señalado constantemente que ya no está implicado en la guerra en Yemen, pero los anglosajones siguen repitiendo que Ansar Allah es sólo un «proxi» de Irán, lo cual es hoy absolutamente falso.
Llegados a este punto, es muy importante tratar de entender el enfoque de Trump sobre los conflictos del «Medio Oriente ampliado» o «Gran Medio Oriente». Mediante el uso de la fuerza, Trump trata de obligar las partes implicadas en guerras, tengan o no causas justificadas para ello, a parar sus operaciones militares. Pero su objetivo no es entrar en guerra con este o con aquel actor sino obligarlos a negociar compromisos que permitan en cada caso instaurar una paz justa y duradera.
Siguiendo esa forma de razonar, Trump ordenó en 2020 el asesinato del general iraní Qassem Soleimani, justo después de haber eliminado al “califa” de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi; autorizó las operaciones de guerra contra Ansar Allah y ahora acaba de detenerlas –después de darse cuenta de que Ansar Allah no es un grupo terrorista sino una fuerza política realmente legítima que está administrando un Estado todavía no reconocido–; autorizó las entregas de armas a Israel… pero ahora ha comenzado a apoyar el movimiento pacifista surgido en el seno de las fuerzas armadas israelíes, de manera que en este momento los sionistas revisionistas comienzan a carecer de medios para continuar la masacre contra los civiles de Gaza. Es por eso que optan ahora por tratar de matarlo de hambre.
Todo eso confirma que el acuerdo separado de Estados Unidos con Ansar Allah debe interpretarse como una ruptura del alineamiento de Washington tras las posiciones de Tel Aviv y como un paso hacia el acuerdo con Teherán. A mediados de marzo, cuando el gobierno de Israel vislumbró el posible paso atrás de Estados Unidos, Netanyahu no se planteó la eventualidad de una paz separada y se lanzó de nuevo en una escalada militar, con 131 bombardeos contra Yemen.
Ron Dermer, quien tiene doble nacionalidad –es estadounidense e israelí– y está además muy vinculado al ya mencionado Natan Sharansky –escribieron un libro juntos–, fue nombrado embajador de Israel en Estados Unidos y ahora es ministro de Exteriores. Ron Dermer es, por consiguiente, el principal responsable de los planes de anexión de Gaza y de la masacre allí emprendida contra la población civil. Ante el hecho consumado de la paz separada entre Estados Unidos y Yemen, este sionista revisionista visitó la Casa Blanca el 8 de mayo. Allí fue recibido, «
a título privado», por propio Donald Trump [
8]. Y no fue precisamente una visita exitosa porque Ron Dermer trató de decirle al presidente Trump lo que tenía que hacer… y Trump no dudó en ponerlo en su lugar.
Al día siguiente, el 9 de mayo, Thomas Friedman, editorialista del
New York Times, escribió: «
No dudo, de manera general, que el pueblo israelí sigua considerándose un aliado inquebrantable del pueblo estadounidense– y viceversa. Pero este gobierno israelí, ultranacionalista y mesiánico, no es aliado de Estados Unidos (…) Podemos seguir ignorando el número de palestinos muertos en la franja de Gaza –son más de 52 000, incluyendo 18 000 niños–, cuestionando la credibilidad de las cifras, utilizando todos los mecanismos de represión, de denegación, de apatía, de distanciamiento, de normalización y de justificación. Pero nada de todo eso podrá cambiar el amargo hecho: los matamos, lo hicimos con nuestras propias manos. No podemos cerrar los ojos. Tenemos que despertar y gritar alto y fuerte: ¡Paren la guerra!» [
9].
Por otra parte, el presidente Donald Trump tiene previsto reunirse esta semana con los dirigentes de Arabia Saudita, de Emiratos Árabes Unidos y de Qatar. Pero no se reunirá con Benyamin Netanyahu. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, incluso anuló un viaje suyo a Israel que estaba planeado para el mismo momento. Esa anulación refuerza el mensaje de la administración Trump.
La agencia Reuters reveló el 8 de mayo que, al negociar con el heredero del trono saudita, el príncipe Mohamed ben Salman, el presidente Trump ya no plantea el reconocimiento de Israel como condición previa para cualquier acuerdo [
10]. De confirmarse, eso significaría que reconocer que el Estado hebreo se ha convertido en un Estado racista judío dejaría de ser un delito en Occidente.
A principios de marzo, supimos que el presidente Trump había autorizado Adam Boehler, su negociador para la liberación de los rehenes estadounidenses, a establecer un contacto directo con el Hamas, a pesar de que este sigue siendo considerado una «organización terrorista». El 12 de mayo, ese cambio de actitud estadounidense se vio recompensado por el anuncio de la liberación del israelo-estadounidense, Edan Alexander, que había sido apresado por los combatientes palestinos el 7 de octubre de 2023, siendo portador de armas. Además, desde principios de mayo, se rumorea que, durante su viaje a Arabia Saudita, Donald Trump podría anunciar que Estados Unidos reconoce el Estado de Palestina.
NOTAS
[
6]
« מדוע חוסל קסטנר ». Edición francesa
Pourquoi Kastner a-t-il été assassiné? [¿Por qué fue asesinado Kastner?], Nadav Kaplan, Éditions Steimatzky, 2024.
[
7] El 29 y el 30 de septiembre de 1941, precisamente dos semanas después del traslado de Stepan Bandera de Kiev a Berlín, los Einsatzgruppen de las SS alemanas y los nacionalistas integristas ucranianos de Stepan Bandera –considerado un héroe por el actual régimen de Kiev– masacraron a tiros 33 771 judíos ucranianos en Babi Yar.
¿Cómo opera el ecosistema de influencers MAGA de Netanyahu en medio del genocidio en Gaza?
David Miller
El régimen sionista está respondiendo a una creciente tendencia entre los seguidores de Make America Great Again (MAGA) de lo que se denomina ‘noticing’, un fenómeno que destaca el poder del sionismo, o, como tienden a expresarlo, el poder de los judíos.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha estado contrarrestando esta tendencia durante meses, incluyendo el famoso viaje que el magnate estadounidense Elon Musk
realizó al Kibutz Kfar Aza en noviembre de 2023, donde escenas de propaganda falsificadas lo pusieron en evidencia:
balas colocadas en una cuna, sugiriendo que los combatientes palestinos atacaban a bebés, cuando en realidad las balas provenían de un tanque sionista Merkava.
El objetivo principal de esta estrategia es contrarrestar la creciente influencia de los ‘noticers’ — o los llamados ‘Groypers’— incluyendo a figuras como Nick Fuentes, Candace Owens, Theo Von Kurnatowski, Stew Peters y Lucas Gage.
En abril de este año, durante su visita a EE.UU., Netanyahu ofreció una sesión informativa a un grupo de podcasters e influencers en la
Blair House en Washington D.C., residencia oficial de los invitados presidenciales. Se afirmó que esto formaba parte de un esfuerzo continuo para contrarrestar las tendencias antisraelíes en los medios de comunicación de derecha.
Pool expresó su preocupación por el aumento del antisemitismo y el anti-sionismo en el espacio de podcasts pro-Trump... Pool tuvo a Kanye West en su podcast, y el rapero
se levantó en medio de la entrevista después de que Pool rechazara sus comentarios antisemitas. Al responder a Pool, Netanyahu dijo que esa era la razón por la que invitó al grupo a reunirse con él.
El plan de Netanyahu consiste en crear un ecosistema paralelo a los ‘Noticers’ para marginarlos de internet. Y aquí entra Joe Rogan. Rogan es crucial debido a su gran alcance, y Pool ha sido un regular en su programa.
Convertir la plataforma de Rogan en un bastión ideológico sionista es clave para silenciar a los “noticers”.
Rogan debe mantenerse en línea. Esta es la función de Douglas Murray, quien fue ampliamente ridiculizado por su debate con el comediante Dave Smith en el programa de Rogan. Murray
criticó a Rogan por dar plataforma a quienes difunden teorías conspirativas:
“Mira, solo siento que deberíamos dejarlo claro, siento que has abierto la puerta a mucha gente que ahora tiene una gran plataforma y que ha estado difundiendo cosas contra la historia muy peligrosas”,
dijo Murray.
Murray es un sionista de línea dura que ha recibido amplios recursos del régimen, incluyendo un viaje con las fuerzas de ocupación israelíes a Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, donde se sentó en la silla en la que el exlíder del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Yahya Sinwar, fue martirizado.
Murray fue seguido por un estallido del activo sionista Jordan Peterson. El 7 de octubre de 2023, tuiteó a Netanyahu: “¡Dales duro!... Ya basta”, aunque luego afirmó haber lamentado ese mensaje.
Aquí lo vemos criticando a Rogan y a quienes critican el régimen de ocupación israelí como psicópatas (2.30-2.45):
“Y entonces la pregunta es, ¿cómo marcas la línea? Y eso es lo que estaba diciendo, he estado viendo a estos tipos de derecha, no son de derecha, son tipos psicópatas que manipulan el borde del movimiento conservador para su propio beneficio. Y mucho de eso está cubierto con una apariencia antisemita”.
Continuó preguntando:
“¿Cómo sabes que, cómo te aseguras de que las personas con las que hablas no están, qué dirías, incitando o alimentando una subcultura, sí, eso es, que no tiene los objetivos adecuados?”
Peterson fue, por supuesto, reclutado por Netanyahu durante una famosa cena organizada por el propagandista de los medios proisraelíes Ben Shapiro en noviembre de 2022.
Los llamados “noticers” y los “groypers” de la derecha estadounidense son un objetivo clave para el régimen sionista. La rápida difusión de ideas antisionistas y/o judeofóbicas en estas plataformas conservadoras preocupa enormemente a los sionistas. Tanto la
Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés) como el
Instituto para el Diálogo Estratégico atacan a los Groypers, y la ADL proporciona perfiles alarmados de
Candace Owens y el líder de los Groypers,
Nick Fuentes.
No solo “notan” el poder sionista, o incluso lo que ellos llaman el “poder judío”, sino que también atacan regularmente elementos clave del movimiento sionista, como el Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel (AIPAC, por sus siglas en inglés) y la ADL.
Se enfrentan
cara a cara con ideólogos sionistas como Murray y Peterson. Nunca se cansan de recordar a su audiencia el
ataque sionista asesino contra el USS
Liberty en 1967 o se refieren a la infiltración de sionistas en el aparato de seguridad nacional de EE.UU. y la evasión de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros.
Rogan es importante por su alcance. Tiene más de 19 millones de seguidores en
YouTube e
Instagram y más de 15 millones en
X. Eso es más que casi todos los demás juntos. Así que, hacer que su plataforma sea ideológicamente sionista es importante para Netanyahu a fin de ahogar a los “noticers” y los “groypers”.
El plan de Netanyahu es utilizar a Rogan, Tim Pool y algunos otros para contrarrestar a los “noticers”. El objetivo es manipular el ecosistema de los podcasts e influencers, que se compone de comentaristas/ideólogos por un lado y plataformas por el otro. Quiere crear un ecosistema paralelo a los “Noticers” para eliminarlos de internet.
Idealmente, los anfitriones de las plataformas también serían ideólogos. De ahí
la importancia de Pool. Fue invitado al programa de Rogan por primera vez en 2019.
Se reporta que fue invitado a la reunión con Netanyahu debido a su historial de difundir líneas sionistas.
Pool comenzó en el periodismo
transmitiendo en vivo las protestas de Ocupa Wall Street en 2011 y ha llegado a ser una voz importante en el universo de los podcasts de derecha.
Desde la reunión con Netanyahu, Pool ha sido promocionado por la administración Trump.
A finales de abril, Pool fue
el primer ocupante de una nueva silla de medios en la Sala de Prensa de la Casa Blanca y se le permitió hacer la primera pregunta en la rueda de prensa, que utilizó para atacar a los “medios tradicionales”.
Análisis: La hipocresía de EE. UU. contra el terrorismo alcanza nuevas cotas, mientras Trump señala un cambio bienvenido en la política exterior estadounidense.
Larry C. Johnson
El Alzheimer parece ser el estándar de la política exterior estadounidense, especialmente en materia de terrorismo, en las relaciones de Washington con los países de Oriente Medio y Asia Occidental. Trump tuvo un día de gran éxito en Arabia Saudí, codeándose con entusiasmo con el príncipe heredero Mohammed bin Salaman, alias MBS. Un ejemplo más del poder de un billón de dólares para borrar la memoria de un crimen atroz: MBS se comprometió hoy a invertir esa suma en Estados Unidos… además, se comprometió a comprar toneladas de armas estadounidenses. Ni el presidente ni ningún miembro de su séquito mostraron incomodidad al convivir con un hombre que presuntamente ordenó el asesinato de Jamal Khashoggi, reportero del Washington Post , hace unos años.
Si bien MBS ha negado haber ordenado el asesinato de Jamal Khashoggi, múltiples investigaciones creíbles, incluidas las de la comunidad de inteligencia estadounidense y la ONU, concluyen que probablemente autorizó o aprobó la operación. El asesinato fue visto ampliamente como parte de una campaña más amplia para silenciar la disidencia dentro y fuera de Arabia Saudita. En febrero de 2021 , la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) publicó un informe desclasificado que concluía:
Evaluamos que el príncipe heredero de Arabia Saudita, Muhammad bin Salman, aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi.
Así que MBS se salva y sigue siendo considerado una compañía aceptable para los líderes políticos y empresariales mundiales. Pero esa no fue la mayor muestra de audacia… Donald Trump redobló la apuesta al anunciar su intención de levantar todas las sanciones contra el nuevo régimen sirio —liderado por un auténtico terrorista islámico— y su plan de reunirse con Ahmed al-Sharaa, antes conocido como Abu Mohammad al-Jawlani . Jawlani era una figura prominente de la oposición siria y lideraba el grupo rebelde Hay'at Tahrir al-Sham (HTS) , identificado por el Departamento de Estado de EE. UU. como una de las diez organizaciones terroristas internacionales más activas desde 2017.
En el último mes, Jawlani y su equipo han masacrado a alauitas y cristianos en Siria. Jawlani afirma ser un "hombre nuevo". Supongo que es el San Pablo del mundo salafista musulmán. Hamás, presten atención... si se cortan el pelo, se recortan la barba y se ponen un elegante traje de Brooks Brothers, junto con una corbata roja, quizás Donald Trump los considere dignos de una visita y una charla. Este fue un momento absurdo y perverso en el discurso de Trump ante funcionarios saudíes y líderes empresariales internacionales... lo peor de todo es que la multitud aplaudió como focas amaestradas pidiendo que les dieran de comer una rica anchoa.
Además de esto, Trump planteó algunos puntos importantes. Por ejemplo, afirmó que la política exterior estadounidense debería centrarse en la cooperación económica en lugar de la intervención y la construcción nacional, distanciándose implícitamente de las administraciones anteriores. Destacó la importancia de la transformación regional, instando a los países a priorizar el desarrollo económico sobre el conflicto. ¿Se trata de un cliché , o Trump habla en serio sobre romper con los neoconservadores? En cualquier caso, esta parte de su discurso tuvo una acogida favorable.
Trump también brindó un atisbo de esperanza con respecto a Irán al reiterar el deseo de Estados Unidos de dialogar con Irán sobre su programa nuclear, sugiriendo una posible flexibilización de las sanciones económicas a cambio de restringir el desarrollo nuclear, al tiempo que enfatizaba que la oportunidad no permanecería abierta indefinidamente. Esto tiene a los sionistas arrancándose los pelos de raíz . No están contentos en Tel Aviv.
El esfuerzo de Trump por reavivar las conversaciones entre Arabia Saudita e Israel fracasó. Después de que el presidente Trump instara a Arabia Saudita a unirse a los Acuerdos de Abraham —una serie de acuerdos destinados a normalizar las relaciones entre Israel y varias naciones árabes—, el público se quedó de brazos cruzados... sin aplausos.
Sigo esperando, quizás en vano, que los líderes árabes que se reúnan con Trump esta semana defiendan la causa del pueblo palestino y presionen a Trump para que deje de apoyar el genocidio. Si eso sucede, perdonaré a Trump por juntarse con terroristas.
Una semana crítica para Donald Trump y el mundo
Aunque Trump no se inclina a admitir su error, ahora tenemos dos ejemplos de cómo Trump se retracta al declarar la victoria… y parece que le está funcionando. El primer caso fue la «
capitulación » de los hutíes. Trump la presentó como una victoria del poderío militar estadounidense, pero el New York Times ha publicado un artículo que confirma mi opinión inicial de que fue una
victoria solo nominal :
Cuando aprobó una campaña para reabrir el transporte marítimo en el Mar Rojo bombardeando al grupo militante Houthi hasta someterlo, el presidente Trump quería ver resultados dentro de los 30 días de los ataques iniciales de hace dos meses.
Para el día 31, el Sr. Trump, siempre receloso de los prolongados enredos militares en el Medio Oriente, exigió un informe de progreso, según funcionarios de la administración.
Pero los resultados no estaban ahí. Estados Unidos ni siquiera había establecido su superioridad aérea sobre los hutíes. En cambio, tras 30 días de una campaña intensificada contra el grupo yemení, lo que estaba surgiendo era otra costosa pero inconclusa intervención militar estadounidense en la región.
No ayudó el hecho de que dos Super Hornets F/A-18 valorados en 67 millones de dólares, del portaaviones insignia de Estados Unidos, encargado de realizar ataques contra los hutíes, cayeran accidentalmente del portaaviones al mar.
Para entonces, el señor Trump ya estaba harto.
Steve Witkoff, su enviado para Oriente Medio, quien ya participaba en las conversaciones nucleares con Irán, mediadas por Omán, informó que funcionarios omaníes habían sugerido lo que podría ser una vía de escape ideal para el Sr. Trump en el asunto de los hutíes, según funcionarios estadounidenses y árabes. Estados Unidos detendría la campaña de bombardeos y la milicia dejaría de atacar a buques estadounidenses en el Mar Rojo, pero sin ningún acuerdo para dejar de interrumpir la navegación que el grupo consideraba beneficiosa para Israel.
El 5 de mayo, los funcionarios del Comando Central de Estados Unidos recibieron una orden repentina de la Casa Blanca para “pausar” las operaciones ofensivas.
En pocas palabras, Trump priorizó los intereses de Estados Unidos sobre los de Israel. Pero había otro mensaje para el resto del mundo: el ejército estadounidense no es invencible. Este no es el primer fracaso del uso del poder militar estadounidense; la debacle en Afganistán y el fracaso en pacificar Irak también son recordatorios recientes y incómodos de la impotencia de Washington. Sin embargo, la imagen del pequeño Yemen defendiéndose de repetidos bombardeos y ataques con misiles no tiene precedentes en la época moderna.
Luego está China y los aranceles. Trump y su equipo económico celebran el acuerdo que se negocia en Suiza y fingen que se trata de una rendición china. Esto es solo otro ejemplo de capitulación hutí . Lo que no se enfatiza es que el avance se produjo cuando Estados Unidos llamó a los chinos y les pidió dialogar. Trump, como hizo con los hutíes, cedió y se apartó del abismo del desastre económico. El mercado bursátil estadounidense reaccionó con júbilo.
Finalmente, les animo a leer la última recopilación de artículos de Alastair y Aisling Crooke en la prensa hebrea. Estos titulares indican que las divisiones internas en Israel siguen ampliándose y que Estados Unidos está optando por ignorar a Israel en una serie de cuestiones que los
sionistas consideran existenciales :
Witkoff: “Queremos recuperar a los rehenes, pero Israel no quiere terminar la guerra”
Ronen Bergman: “Durante la guerra, los rehenes nunca estuvieron en lo más alto de la lista de prioridades”
¿Un pueblo de sobrevivientes del Holocausto cómplices de la hambruna de otros?
' Smotrich no es marginal, no es una excepción al consenso israelí: es su reflejo '
Trump deja de lado a Netanyahu en la política de Medio Oriente mientras las relaciones se deterioran
“LOS REHENES MUERTOS CUESTAN MENOS”
TRUMP MARCA A NETANYAHU MIENTRAS LAS RELACIONES SE DETERIORAN
ISRAEL DESCENDIENDO LENTAMENTE AL FONDO DEL ABISMO