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El Gran Engaño Demográfico: de Malthus a la Manipulación Estadística en el Siglo XX y XXI

El Gran Engaño Demográfico: de Malthus a la Manipulación Estadística en el Siglo XX y XXI

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
martes 24 de junio de 2025, 22:00h
M.A. Rozas Pashley
Introducción: La Crisis de Confianza en las Fuentes Oficiales
Vivimos en una época sin precedentes de desconfianza hacia las instituciones que durante décadas consideramos fuentes incuestionables de información y análisis. La operación COVID-19 de 2020, la ausencia sistemática del "Dividendo de Paz" tras la Guerra Fría, la nebulosa "Guerra Global contra las Drogas” (GWoD) y la abstracta "Guerra Global contra el Terror"(GwoT) han puesto fin irremediablemente a nuestra ingenuidad colectiva.
Asi llegamos a 2025 con el obsesivo avance OTAN hacia el Este, el conflicto ucraniano soterrado desde 2014 y declarado desde 2022 y el complejo militar-industrial occidental con la vista puesta en Rusia, empleando un sofisticado, y a la vez burdo, aparato propagandístico y una elaborada burbuja mediática (psyop) sobre la población civil occidental. Surge una pregunta: ¿Todos esos árboles nos dejan ver realmente el bosque humano?
Fuentes del conocimiento otrora confiables han demostrado ser todo menos dignas de esa confianza. Una total bancarrota ética y moral. Y allí en las alturas de esta mendacidad patológica la Agenda 2030, marcando la ruta ineludible de la Humanidad.
Sin embargo, este contexto de sospecha justificada nos obliga a revisitar las raíces ideológicas de este trampantojo. Hace más de dos siglos, el economista inglés Thomas Robert Malthus propuso que el crecimiento de la población superaría inevitablemente la capacidad de producción de alimentos, condenando a la humanidad a ciclos perpetuos de hambruna y miseria. La historia inicialmente pareció mostrar su error cuando la humanidad desarrolló sistemas agrícolas sostenibles basados en ciclos naturales cerrados de pastos y fertilizantes organicos, rotación de cultivos y barbecho o la perfecta simbiosis entre ganadería y agricultura.
Sin embargo, las élites globalistas tenian un plan y no consistía en permitir que la humanidad descubriera su verdadero potencial de prosperidad y autosuficiencia. Destruyeron deliberadamente estos sistemas naturales con la fraudulenta 'Revolución Verde', envenenando suelos con fertilizantes sintéticos de hidrocarburos, matando la biota terrestre, creando dependencia química corporativa, y reemplazando la abundancia natural con escasez manufacturada. Si la naturaleza no cooperaba con las predicciones malthusianas, habría que forzar la cooperación.
Así nació el neo-malthusianismo moderno: si la escasez natural no existía, habría que manufacturarla. Si la población no se colapsaba por sí sola, habría que manipular las cifras para justificar el control autoritario. La clave era la demografía humana.
Surgen una pregunta fundamental: ¿Son acaso estos globalistas, los eugenistas, los tecnócratas y los malthusianos, representados por organizaciones como el Club de Roma, el WEF, la Bill Gates Foundation o el Population Council de John D Rockefeller III las caras intercambiables de una misma moneda? ¿Cómo llegaron a hacer realidad uno de sus dogmas estrella: la cifra actual de la crisis demográfica con los más de 8 mil millones de personas, y sobre el que descansa su gran Agenda 2030, cuando todo parece indicar que nuestro planeta está casi deshabitado, ¿salvo áreas costeras muy específicas?
Resultaría fácil engañar a una amplia población urbana (urbanícolas) que jamás han pisado o experimentado la inmensa soledad de la Pampa Argentina, la Estepa (Taiga) Siberiana, el Altiplano Andino, la Amazonia, la selva Congoleña, las cordilleras de Irán, las Grandes Praderas y las montañas Rocosas norteamericanas o el interior (Outback) Australiano entre otras tantas extensiones terrestres sin apenas huella humana.
Este ensayo propone recalcular de modo radical nuestra población global, un análisis de abajo arriba, sin recurrir a los embudos estadísticos controlados tradicionalmente por las agencias de Naciones Unidas.
Demostrar esta falacia tras años de veneración académica, mediática, eugénica y globalista tendría un efecto dominó devastador sobre la susodicha Agenda 2030 y sus encarnaciones previas que se remontan a la conferencia de Río de 1992.
El autor fue testigo presencial del COP3 (Jakarta) y del COP27 (Madrid), y puede atestiguar que estas conferencias representan una estafa suprema: Realmente nos toman por idiotas.
El Fraude Estadístico de Nuestro Tiempo
Un análisis en profundidad podría vislumbrar la manipulación estadística más trascendental de la historia humana, digna del Ministerio de la Verdad Orwelliano. La narrativa dominante de sobrepoblación mundial, escasez de recursos y crisis planetaria descansa sobre cifras demográficas que parecen sistemáticamente infladas por un factor de casi tres a uno. Cuando se somete a una verificación cruzada utilizando datos de capacidad de infraestructuras públicas, análisis de imágenes satélite, patrones históricos de transición demográfica y fuentes de datos alternativos, la supuesta población mundial de 8.2 mil millones de personas se vuelve estadísticamente insostenible.
El análisis sugiere que la población mundial real se encuentra entre 2.800 y 3.200 millones de personas. Esto vendría a significar que entre 5.0 a 5.4 mil millones de personas son fantasmas estadísticos que residen en bases de datos controladas por las mismas organizaciones que promueven narrativas de escasez de recursos y sobrepoblación. Su razón de ser sería reforzar la agenda globalista. Esto no es un mero error contable, sino evidencia de engaño sistemático desde los niveles más altos del directorio globalista.
La Verificación de Infraestructuras Reales
La prueba más demoledora contra las cifras oficiales de población mundial surge del análisis de las infraestructuras públicas. Al examinar las redes de transporte, sistemas de servicios públicos, logística de distribución alimentaria y el catastro residencial de los grandes nucleos de población, los números no cuadran con la supuesta densidad demográfica.
El sistema de transporte metropolitano de Tokyo, entre los más avanzados del mundo, maneja 40 millones de pasajeros diarios para una supuesta población de 36 millones, una tasa de utilización que sugiere un sobrecálculo masivo o una infraestructura construida para una población inexistente.
Patrones similares emergen en otros continentes. La infraestructura de transporte de Mumbai, la capacidad de suministro de agua y su estructura residencial real sugieren una población menor que los supuestos 18-20 millones de habitantes.
El Caso Africano
Un estudio sobre África realizado en 2021 por Google mediante el análisis de 100.000 imágenes satélite con una resolución de 50 cm detectó 516 millones de estructuras habitables: casas, apartamentos, tiendas, escuelas, hospitales, oficinas, iglesias, mezquitas, instalaciones militares. Los sobrevuelos se realizaron sobre el 64% del continente africano (excluyendo el Sahara, el Kalahari y otras zonas desérticas).
De las construcciones detectadas por el "Continental-Scale Building Detection from High Resolution Satellite Imagery" aproximadamente 206 millones corresponden a viviendas residenciales. Aplicando una densidad de 4 personas por hogar, la capacidad de alojamiento solo alcanza 824 millones de personas, y contrasta dramáticamente con los 1.5 mil millones oficiales. Esta discrepancia de 676 millones representa una inflación de 1.82:1, y sugiere que un 45% de la población africana censada podría tratarse de un fantasma estadístico.
Anómala Curva Demográfica del s.XX: La Transición Demográfica no miente
El análisis demográfico histórico revela inconsistencias fundamentales en la narrativa oficial del crecimientde la población. La supuesta aceleración de la población mundial de 1.6 mil millones de 1900 a 8.2 mil millones en 2025 requiere tasas y patrones de crecimiento que contradicen a la ciencia de la transición demográfica.
La transición demográfica es un modelo científico que describe el cambio histórico de patrones poblacionales que experimentan las sociedades al desarrollarse económicamente. Se divide en cuatro fases:
Etapa 1 - Tasas altas de natalidad y mortalidad (población estable) Etapa 2 – La mortalidad disminuye y la natalidad permanece alta (crecimiento rápido) Etapa 3 – La natalidad comienza a declinar (crecimiento se desacelera) Etapa 4 - Tasas bajas de natalidad y mortalidad (población estable nuevamente)
Estos son los principios científicos aceptados: La industrialización reduce la mortalidad infantil, la urbanización y educación reducen la fertilidad, y el aumento del nivel de vida conduce a familias más pequeñas. Es un patrón universal: todas las sociedades desarrolladas han seguido esta secuencia.
La tasa de máximo crecimiento de la población mundial ocurrió hacia 1962 con un 2.1% anual. Las cifras oficiales globales violan estos principios al sugerir un crecimiento de población continuado en regiones que ya completaron su transición demográfica, lo que apunta a una manipulación estadística.
Las cifras globales oficiales alegan un aumento demográfico, entre 2000 y 2025 superior a dos mil millones de personas, un patrón inconsistente con el declive observado de fertilidad, poblaciones envejecidas y transiciones demográficas completadas en los principales centros de población.
Cuando se consideran los factores sistemáticos de reducción demográfica del siglo XX, la curva resultante si comienza a tener sentido; Dos guerras mundiales y 200 conflictos regionales de baja intensidad durante la Guerra Fría eliminaron aproximadamente 247 millones de personas por muerte en combate, bajas civiles, enfermedades y tasas de natalidad reducidas durante períodos de conflicto. La torticeramente llamada pandemia de la Gripe Española de 1918-1920 mató a unos 50 millones y redujo el número de nacimientos en otros 30 millones. Las crisis económicas, como la Gran Depresión, retrasaron matrimonios, redujeron la tasa de fertilidad y supuso unos 55 millones de nacimientos menos que en condiciones económicas normales.
La Campaña Sistemática de Eliminación
Quizás el factor más significativo de la realidad demográfica humana consista en lo que solo puede describirse como una campaña sistemática y continuada de reducción de la población bajo diversos pretextos humanitarios, sociológicos y médicos. La introducción de tecnología anticonceptiva, o el feminismo radical, promovido por organizaciones como la Fundación Rockefeller desde 1960, o la agencia pro abortista de Planned Parenthood cofundada por el padre de Bill Gates, previno globalmente unos 800 millones de nacimientos. Esta campaña vino acompañada de agresivos programas de esterilización, con énfasis sobre poblaciones de países en desarrollo, sin consentimiento informado, bajo engaño o coercitivamente.
El envenenamiento a escala industrial por contaminación química creó un genocidio ambiental y humano a cámara lenta: Plásticos disruptores endocrinos, pesticidas agrícolas que arrasan la tierra y la biota y compuestos químicos industriales han reducido alarmantemente la tasa humana de fertilidad mientras aumenta el cáncer, se deprime el sistema inmunológico humano y se multiplican las enfermedades crónicas.
Las corporaciones sabían perfectamente que los vertidos químicos eran altamente tóxicos pero durante décadas se aseguraron de que los legisladores eludieran hacerles responsables del coste de sus residuos, conscientes del devastador efecto que tenían sobre la población local o río abajo. Estimaciones conservadoras sugieren que este envenenamiento medioambiental eliminó aproximadamente unos 450 millones de personas durante varias décadas y previno cientos de millones de nacimientos adicionales gracias a su disrupción de la fertilidad. Las mismas corporaciones que luego se subieron al carro de la sostenibilidad eco...o solo borrando las huellas.
Para colmo, el establecimiento médico se convirtió en un factor de mortalidad que solo puede denominarse genocidio iatrogénico: muerte causada por el mismo tratamiento médico. Según datos de aseguradoras estadounidenses, el diagnóstico o intervención médica fallida es el tercer responsable de muerte detrás de enfermedades cardíacas y cáncer, guadañas de nuestra sociedad moderna. Las infecciones en hospitales, efectos secundarios farmacéuticos, procedimientos quirúrgicos innecesarios y protocolos que priorizan el lucro han eliminado en décadas recientes a unos 225 millones de personas. Esta cifra excluye los impactos de los ensayos experimentales en masa durante el COVID-19. (30 millones de sobremuertes desde 2020 y en aumento)
La Realidad de la Abundancia de Recursos
Cuando se recalculan las cifras de la población mundial, el análisis de la capacidad de carga terrestre revela un planeta lejos de estar sobrepoblado. La superficie terrestre global es aproximadamente 149 millones de kilómetros cuadrados, donde un 40 por ciento es terreno adecuado para el asentamiento humano sostenible. Una densidad de población de 300 personas por kilómetro cuadrado es sostenible, permite una vida cómoda y mantiene el equilibrio medio ambiental. La Tierra podría albergar hasta 17.9 mil millones de personas.
Si la población global real está entre 2.8 a 3.2 mil millones de personas, el planeta estaría al 16 o 18% de su máxima capacidad sostenible. Dicho de otra forma, la Tierra está entre un 84 y un 82% vacío y disponible para la actividad humana. La narrativa de la escasez de recursos que promueve restricciones en el uso de energía, el desarrollo agrícola y el crecimiento económico son una contradicción directa a esta realidad matemática.
La capacidad de producción de alimentos podría sustentar poblaciones mucho mayores. Los excedentes agrícolas existen en todas las regiones productoras, con enormes cantidades redirigidas a biocombustibles ineficientes o destruidos para mantener los precios de mercado. Los recursos energéticos desarrollados eficientemente podrían proporcionar estándares de vida superiores.
El Mecanismo de Control Revelado
El engaño demográfico es la justificación fundamental y el pilar sobre el que descansa toda una arquitectura de control social. La política de cambio climático, racionamiento de recursos, restricción energética y medidas de austeridad económica dependen que la sociedad humana asuma como cierta la existencia de una presión demográfica insostenible pero que en realidad no existe.
Al mantener la ilusión de una crisis de sobrepoblación, una pequeña élite controla la narrativa, justifica sus acciones e impone limitaciones extraordinarias sobre la libertad humana, el desarrollo económico y la autonomía individual, ergo la Agenda 2030
Las organizaciones responsables del control demográfico, primariamente agencias de las Naciones Unidas e instituciones asociadas, son a su vez los promotores de políticas de escasez de recursos y medidas de control poblacional. Esto crea un sistema circular donde las entidades que alegan crisis de sobrepoblación son también las entidades que proponen soluciones que solo concentran más poder antidemocrático, no electo, en sus manos.
La Estafa de la Densidad Urbana
La manipulación demográfica revela una estafa aún más profunda: la obsesión globalista con las megaciudades no es sostenibilidad sino control social. Mientras promueven un hacinamiento urbano de 11,000 Hab/km2 como "progreso verde", la densidad humana óptima de 300 Hab/km2 permite comunidades donde restaurar el equilibrio entre comunidad e individualidad y el florecimiento genuino de nuestra humanidad. Los asentamientos dispersos fomentan independencia, pensamiento crítico y conexión con la naturaleza. Las megalópolis concentran poblaciones dependientes y monitoreables, encastradas en torres de hormigón. Esta ingeniería social deliberada es otra muerte por mil cuchilladas, transforma ciudadanos autosuficientes en consumidores urbanos, y justifica la falsa narrativa de escasez mediante el hacinamiento artificial.
El engaño demográfico no solo expone la manipulación de cifras poblacionales, sino que revela el fraude de calidad de vida que subyace en toda la agenda globalista. La verdadera sostenibilidad no requiere sacrificar la dignidad humana en colmenas urbanas,
La Conexión de Inteligencia Artificial
El autor no pretende en este ensayo darle la vuelta a dos siglos de narrativa globalista sino provocar una reflexión entre académicos y estadísticos despiertos que sí puedan ahondar en ello. Quizás ahora sea el momento tras el reciente despliegue público de sistemas avanzados de IA. Y aunque representen tanto una amenaza como una oportunidad, poseen la capacidad de computación para analizar datos demográficos masivos con una precisión sin precedentes, potencialmente exponiendo las manipulaciones estadísticas descritas.
La revelación de otra realidad demográfica socavaría la narrativa sobre la que descansa el relato oficial de la élite globalista tecnocrática.
Implicaciones para la Humanidad
El engaño demográfico revela que la humanidad no se enfrenta a una crisis de sobrepoblación y escasez de recursos alimentarios y energéticos, sino a una crisis de control de información y manipulación estadística diseñada para justificar restricciones en la libertad y desarrollo humano. El desafío real no es manejar demasiadas personas en un planeta estresado, sino exponer y desmantelar sistemas de control que mantienen una escasez artificial en un mundo de abundancia.
Con la Tierra operando a menos del 20 por ciento de capacidad sostenible, la principal limitación para el florecimiento humano no son los recursos planetarios sino las estructuras institucionales financieras y corporativas que previenen su desarrollo y distribución idónea.
La abundancia energética, seguridad alimentaria y condiciones de vida dignas para todos los habitantes son fácilmente alcanzables con la tecnología y recursos existentes.
El dilema al que se enfrenta la humanidad no es entre una vida sostenible o la destrucción planetaria, sino entre aceptar nuestro propio declive sobre premisas falsas o exigir transparencia sobre las condiciones globales reales.
No obstante, la breve ventana para abordar este engaño puede estar cerrándose a medida que los sistemas “Agent2Agent” de IA se vuelven más sofisticados a marchas forzadas y su filtrado de información ya comienza a preceder los resultados de nuestras búsquedas personales en Internet (i.e. Google Gemini).
Habitamos un mundo de abundancia que ha sido disfrazado como de escasez para justificar sistemas de control que solo sirven el interés de una élite psicótica en lugar del progreso humano.
El engaño demográfico representa quizás el fraude más audaz en la historia humana, transformando un planeta con vasta capacidad no utilizada en un mundo aparentemente sobrepoblado que requiere manejo autoritario.
La pregunta no es si podemos exponer esta gran mentira, sino si podemos continuar viviendo dentro de ella. La distopía de Soylent Green solo reside en las mentes desencajadas del globalismo eugenista y en su gran mentira estadística y genocida.
La única verdad es que vivimos en un paraíso donde solo tenemos que escuchar nuestra voz interior, asumir la responsabilidad de esas palabras y no delegar nuestras vidas y felicidad en élites corruptas y listas cerradas. Aprendamos a soñar de nuevo. La verdad nos hará libres.