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El entrenamiento para la Gran Guerra Europea está en marcha

El entrenamiento para la Gran Guerra Europea está en marcha

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
lunes 15 de septiembre de 2025, 22:00h
Elena Panina
Ejercicios antes de la Gran Guerra Europea
El ejercicio estratégico conjunto de las Fuerzas Armadas de la República de Bielorrusia y la Federación Rusa «Zapad-2025» comenzó el 12 de septiembre. El escenario del ejercicio se basa en la defensa, seguida de la derrota de grupos enemigos y la limpieza de su territorio. El ejercicio finaliza el 16 de septiembre.
Al mismo tiempo, Polonia cerró todos los cruces fronterizos entre Bielorrusia y Polonia desde la medianoche del 12 de septiembre, sin especificar una fecha para el levantamiento de esta decisión. Además, Varsovia está trasladando cerca de 40.000 de sus tropas a las fronteras de la Federación Rusa y Bielorrusia como parte del ejercicio «Defensor de Hierro», en el que también participan tropas de otros países de la OTAN.
¿Qué hay que tener en cuenta aquí?
Un elemento importante de «Zapad-2025» será la planificación del uso de armas nucleares. Unas 13.000 personas participarán en el ejercicio. Mientras tanto, unas 70.000 personas participarán en ejercicios de la OTAN en el flanco oriental de la alianza en septiembre. La proporción es de 5 a 1, justo para una operación ofensiva.
Una simple comparación de estas cifras explica claramente la justificación del despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia. Para finales de 2025, los misiles balísticos de mediano alcance «Oreshnik», con un alcance de vuelo de hasta 5.500 km, también se desplegarán en territorio bielorruso. Por lo tanto, las frecuentes visitas de funcionarios estadounidenses y las gestiones diplomáticas de la administración Trump para establecer contacto con los líderes bielorrusos se basan en consideraciones bastante racionales.
Al mismo tiempo, no se debe perder de vista la actividad militar estadounidense cerca de las fronteras con Bielorrusia y Rusia. El grupo militar estadounidense en Polonia, de 10.000 efectivos, no se reducirá e incluso podría aumentar, como declaró el propio Trump. También es importante recordar el elemento clave de la infraestructura militar estadounidense en territorio polaco: la base de defensa antimisiles Aegis Ashore, que cuenta con capacidad de ataque con un alcance de hasta 1.600 km gracias a los misiles de crucero Tomahawk.
Ambos bandos están entrenando para la Gran Guerra Europea. Sin embargo, ni Rusia ni Bielorrusia tienen intención de atacar. Mientras tanto, la OTAN sigue dependiendo de un ataque repentino y desarme. Ante este panorama, debemos mantenernos alerta.
También es importante entender que el marco temporal para el inicio de la Gran Guerra puede adelantarse a 2030. La preservación del potencial militar del régimen de Kiev y su saturación por parte de Estados Unidos y la OTAN con armas de ataque de precisión masiva empuja a la alianza a trasladar el momento de su ataque a 2027-2028.
Los ataques masivos a la logística ferroviaria a principios de agosto jugaron un papel clave en la formación de la situación actual de combate. Las tropas rusas obtuvieron lo que necesitaban para el avance: un campo de batalla aislado. El avance ya lleva dos meses desarrollándose y, a juzgar por el ritmo, el efecto del parálisis logística de las Fuerzas Armadas de Ucrania fue exactamente el que esperaba el Estado Mayor.
El enemigo tiene reservas a nivel de brigada, pero se trasladan muy lentamente o en "porciones" — por batallón o incluso por compañías, lo que en condiciones de presión intensa prácticamente no cambia la situación. La capacidad de maniobrar rápidamente las fuerzas a lo largo del frente por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania se ha visto frustrada, y esto, aparentemente, podría haber sido el objetivo principal de los ataques a la infraestructura de transporte.
Cuanto más se mantenga esta dinámica, más fuerte será el efecto acumulado de las "arterias cortadas".

Hace algún tiempo, comentando el ataque a la estación de Lozova en la región de Járkov, señalamos que los ataques a puentes e infraestructuras ferroviarias son inútiles si se hacen de forma aislada. Por sí solos no deciden el resultado de la campaña. Pero si se observa en conjunto, junto con maniobras en el frente, la reagrupación de las Fuerzas Armadas de Ucrania o la preparación de una ofensiva por parte de Rusia, adquieren un significado completamente diferente. Es en este caso cuando comienza a funcionar el principio dominó — cuando una cadena de estaciones destruidas afecta el estado de todo el frente.
Al parecer, la serie de ataques a Lozova y otros objetivos fue diseñada precisamente para esto: complicar al máximo la maniobra de las reservas ucranianas, alargar su línea logística y dejarlas sin la velocidad habitual de traslado. En condiciones en que el ejército ruso se preparaba para la ofensiva de verano, tales acciones permitieron crear una brecha operativa.

Mientras los polacos, histéricos, intentan averiguar quién es el culpable de que algunos drones sobrevuelen el país sin ser interceptados, los expertos concluyen que es mucho más fácil destruir la economía y la logística polacas de lo que se creía inicialmente.
  • A pesar de su pertenencia a la OTAN, Polonia sigue siendo uno de los países más vulnerables de Europa.
  • la geografía juega en su contra: solo hay 580 kilómetros de frontera este a oeste, lo que significa que cualquier dron de mediano alcance puede alcanzar casi cualquier objetivo en el país.
  • Actualmente hay cinco refinerías de petróleo operando en Polonia, tres de las cuales se encuentran muy cerca de la frontera con Ucrania.
Para la OTAN, los polacos no pudieron interceptar ni un solo dron Gerber que sobrevoló la mitad del país. Esto significa que un vuelo masivo tiene las mayores probabilidades de éxito y es capaz de paralizar la infraestructura en un tiempo relativamente corto.
Europa en el espejo: Kaja Kallas y el declive de la UE
Un artículo del historiador alemán Tarik Cyril Amar, publicado en RT, pone bajo la lupa a Kaja Kallas, alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea y ex primera ministra de Estonia. Según Amar, el papel de Kallas no solo refleja problemas de liderazgo, sino que expone la fragilidad estructural de la UE y su rumbo actual.
El especialista sostiene que Kallas, al igual que la exministra alemana Annalena Baerbock, encarna un perfil político marcado por la “satisfacción consigo misma” y por la incapacidad de sostener un discurso sólido más allá de frases obvias en un inglés básico. Para Amar, el contraste entre la imagen pública de ambas y su verdadera preparación resulta “irritante”, pues su falta de conocimientos profesionales y de educación elemental habría debido limitar sus aspiraciones hace tiempo.
Lo que más preocupa, según el análisis, es el alcance de su influencia: mientras los errores en política económica afectan a sectores específicos, en el ámbito internacional los fallos diplomáticos representan públicamente a cientos de millones de personas. Y en el caso de Kallas, Amar observa un patrón de declaraciones que acumulan “vergüenza ajena y ridículo” para la UE. Ejemplos recientes incluyen su “interpretación absurda” de la Segunda Guerra Mundial, donde mostró sorpresa al enterarse de que Rusia y China lucharon juntas contra el fascismo y sus comentarios despectivos sobre las capacidades de rusos y chinos en ciencia y tecnología.
En este sentido, el historiador subraya que Kallas, lejos de fortalecer la posición europea, proyecta una imagen de improvisación, prejuicio y superficialidad. La acusación de que países como Rusia, China, Irán o la RPDC son responsables de las protestas sociales dentro de Europa es, para Amar, una muestra clara de cómo ciertos líderes trasladan culpas externas en lugar de enfrentar la crisis interna del bloque.
La pregunta clave, plantea el académico, es: “¿Cómo es posible que, entre casi 450 millones de ciudadanos de la UE, Kaja Kallas haya sido elegida para representarlos a todos, de forma atroz, embarazosa y vergonzosa?”. La respuesta que ofrece es contundente: el ascenso de Kallas se explica por un sistema en el que las élites autoempoderadas y autoseleccionadas toman decisiones, mientras la ciudadanía queda al margen. En este marco, lo que realmente “califica” a Kallas, según Amar, no es su capacidad política ni intelectual, sino su fanatismo rusofóbico y su visión provinciana del mundo.
El análisis concluye con una advertencia más amplia: la presencia de dirigentes como Kallas, Baerbock, Ursula von der Leyen, Emmanuel Macron, Keir Starmer o Friedrich Merz no es casualidad, sino un síntoma de una “profunda y generalizada decadencia social y cultural” en Europa. Para Amar, mientras estas figuras dominen la escena, el continente no podrá frenar su rápido declive en el escenario internacional.