Dr. Mohammad Ali Senobari
Bajo el dinámico liderazgo del recién elegido Presidente Masoud Pezeshkian, el vínculo entre Irán y Rusia está a punto de mejorar sustancialmente. Partiendo de los sólidos cimientos establecidos por el difunto Presidente Ebrahim Raisi, la administración de Pezeshkian se ha comprometido a profundizar esta alianza estratégica.
Este renovado vigor en las relaciones diplomáticas no sólo promete fortalecer los lazos económicos y políticos, sino que también señala una trayectoria continuada de colaboración fructífera y apoyo mutuo en la escena mundial. A medida que ambas naciones navegan por las complejidades de los asuntos internacionales, su asociación está llamada a convertirse en una fuerza fundamental en la configuración de la estabilidad regional y la geopolítica mundial.
De Teherán a Moscú
Como testimonio de esta alianza cada vez más profunda, el Presidente ruso Vladimir Putin felicitó rápidamente a Pezeshkian por su éxito electoral y expresó su optimismo sobre el florecimiento de las estrechas relaciones entre ambos países. Los líderes subrayaron sus intereses comunes y la cooperación en curso en el seno de influyentes organizaciones internacionales y regionales, como la Organización de Cooperación de Shanghai y los BRICS. La invitación de Putin a Pezeshkian para asistir a la próxima cumbre de los BRICS en Kazán consolida aún más este vínculo.
Hay gran expectación ante la firma de un acuerdo de cooperación global entre Irán y Rusia, que marcará un paso fundamental en la consolidación de su asociación. Durante una llamada telefónica con Putin, el Presidente electo Pezeshkian reiteró el compromiso de Teherán de reforzar las relaciones con Moscú. Destacando el acuerdo de asociación de 20 años entre Irán y Rusia, que se lleva negociando desde finales de 2021, Pezeshkian expresó su disposición a finalizar el acuerdo en la próxima cumbre de los BRICS en Kazán.
La cumbre reunirá a los miembros del grupo BRICS, fundado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y que ahora incluye a varios miembros nuevos. Este bloque mundial emergente se está transformando en una entidad formidable y competitiva, gracias en gran parte a los esfuerzos combinados de Rusia, Irán y China. Se espera que la cooperación entre estos países reconfigure el panorama geopolítico, ya que la presidencia de Pezeshkian anuncia una nueva era de cooperación irano-rusa.
Alianza inquebrantable: El fortalecimiento de la duradera asociación de Irán con el bloque oriental
Desde la victoria electoral del presidente Pezeshkian, los medios de comunicación occidentales han sugerido que Irán debe elegir entre fortalecer sus relaciones con Occidente o mantener sus antiguas alianzas con Rusia y China. Esta narrativa implica una compensación inevitable, sugiriendo que una estrecha cooperación con Europa y Estados Unidos conducirá automáticamente a unas relaciones tensas con Moscú y Pekín.
Sin embargo, un análisis más profundo revela contradicciones en las motivaciones que impulsan las alianzas de Irán con estas potencias mundiales. Afirmar que estrechar los lazos con Occidente y Rusia simultáneamente es poco práctico ignora la dinámica llena de matices de la política exterior iraní.
El presidente Pezeshkian ha establecido un marco claro para la política exterior iraní, especialmente en lo que respecta a sus alianzas orientales. En un destacado artículo para el Tehran Times, subrayó el apoyo y la amistad duraderos que Irán ha recibido de Rusia y China en tiempos difíciles, destacando el profundo valor que se concede a estas relaciones.
Los 25 años de asociación estratégica integral con China ejemplifican el enfoque de Irán respecto a la diplomacia mundial, cuyo objetivo es fomentar relaciones mutuamente beneficiosas en medio de circunstancias geopolíticas cambiantes. Esta visión estratégica se extiende más allá de las relaciones bilaterales, reflejando la disposición de Irán a implicarse más profundamente en un orden mundial cambiante que avanza rápidamente hacia un mundo multipolar, señalando así el fin de la unipolaridad estadounidense.
En cuanto a Rusia, el Presidente Pezeshkian reafirmó el compromiso de Irán de reforzar la cooperación con su vecino estratégico. Este compromiso se extiende a diversos marcos, como los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái y la Unión Económica Euroasiática, lo que refleja los intereses estratégicos de Irán en la estabilidad regional y la integración económica, al igual que persiguió con éxito su predecesor, Ebrahim Raisi.
Por el contrario, el presidente electo iraní ha evaluado críticamente las políticas occidentales, en particular a la luz de su incumplimiento de los compromisos contraídos en el marco del JCPOA. Ha criticado las expectativas unilaterales impuestas a Irán y ha destacado las políticas coercitivas estadounidenses que no respetan la soberanía iraní.
En esencia, los fundamentos, objetivos y motivaciones que guían las relaciones de Irán con estas potencias mundiales son fundamentalmente diferentes. El enfoque del Presidente Pezeshkian trata de aprovechar los puntos fuertes de cada asociación para promover los intereses nacionales de Irán en la escena mundial, navegando por el complejo terreno de la diplomacia con perspicacia y realismo.
Soberanía estratégica iraní: Orgullo, sabiduría y beneficio
La franca postura del Presidente Masoud Pezeshkian respecto a las políticas estadounidenses no es una iniciativa independiente, sino una respuesta a las declaraciones poco constructivas de la administración norteamericana respecto a las negociaciones. Incluso con la nueva administración Pezeshkian tendiendo la mano a todos los países para la cooperación, el Presidente ha concluido firmemente que las políticas americanas no se basan en el respeto a la soberanía de los estados, sino en la «hostilidad».
Para entender las tendencias de Pezeshkian en política exterior, debemos considerar su base electoral. La victoria de Pezeshkian en las elecciones se atribuye a su carácter conservador y a su firme adhesión a los principios de la República Islámica, que subrayó repetidamente en sus apariciones en los medios de comunicación durante la campaña. Su adhesión a estos principios, que resuenan profundamente entre los votantes iraníes, refleja los valores fundamentales de la política exterior iraní: «orgullo, sabiduría y conveniencia». Estos principios guiarán el enfoque de Pezeshkian en política exterior, reforzando su dedicación a las creencias fundamentales de la nación.
¿Cómo puede Irán relacionarse con Occidente, que pretende etiquetar a la Guardia Revolucionaria Iraní -una institución militar clave que defendió las tierras iraníes durante los ocho años de guerra santa con Irak, en la que participó el propio Pezeshkian- como organización terrorista? ¿Cómo puede uno comprometerse sin los tres principios destacados por Pezeshkian, «orgullo, sabiduría y beneficio», con Estados Unidos, que asesinó a traición al heroico comandante de la Fuerza Quds y figura de la seguridad nacional, Qassem Soleimani? El presidente electo Pezeshkian calificó este acto de «terrorismo de Estado».
Las exigencias de Occidente a Irán equivalen a sumisión. Sus exigencias aumentan a medida que crece el poder de Irán. Tras el acuerdo nuclear, exigieron el abandono del programa de misiles iraní, luego las industrias de defensa, en particular los drones. También exigieron romper los lazos con el eje de resistencia, y ahora insisten en que Irán abandone sus relaciones constructivas con Rusia y China. Sin embargo, estas expectativas se topan con la resistencia de los dirigentes iraníes, que consideran estas alianzas cruciales para la soberanía y la seguridad del país.
A pesar de las esperanzas de algunos reformistas que admiran a Occidente y Estados Unidos de que se produzca un cambio en la política exterior iraní después de Raisi, el planteamiento de Pezeshkian se basa en una perspectiva práctica e históricamente fundamentada. El fortalecimiento de las relaciones con Rusia sigue siendo una piedra angular de la estrategia exterior iraní y refleja el compromiso de Pezeshkian con una postura diplomática equilibrada y flexible.
La relación entre Irán y Rusia se basa en una historia de reconocimiento mutuo y cooperación estratégica. Es importante recordar que la Unión Soviética fue el primer país en reconocer a la República Islámica de Irán, sentando un precedente para una asociación permanente y estratégica entre Teherán y Moscú.
En conclusión, el fortalecimiento de las relaciones entre Irán y Rusia bajo la presidencia de Pezeshkian no es sólo una opción política, sino una necesidad dictada por las alianzas históricas y las realidades geopolíticas contemporáneas. Mientras Irán navega por el complejo panorama de las relaciones internacionales, su firmeza a la hora de mantener fuertes lazos con Rusia es un testimonio de su compromiso duradero con el orgullo nacional, la sabiduría y la conveniencia.