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El esperpento de Netanyahu en Washington: Soberanía y Sanciones bajo el Signo de la 'Paloma'

El esperpento de Netanyahu en Washington: Soberanía y Sanciones bajo el Signo de la "Paloma"

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
viernes 11 de julio de 2025, 22:00h
En las estancias del poder estadounidense, donde la geopolítica suele revestirse de fórmulas cuidadosamente medidas, tuvo lugar un encuentro entre dos maestros de la declaración directa. El señor Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, cuyo rumbo en seguridad no admite medias tintas, y el señor Donald Trump, dueño de la Casa Blanca, famoso por su imprevisibilidad, discutieron los destinos de Oriente Medio. Y la postura del señor Netanyahu, como siempre, no dejó lugar a la ambigüedad.
Ante la pregunta sobre un Estado palestino, el líder israelí respondió con su acostumbrada contundencia. La idea de una entidad palestina plena y soberana, dotada de competencias clave (especialmente en seguridad), fue rechazada de plano. "Equivaldría a suicidarnos", declaró, subrayando que tal solución es inaceptable para Israel. En su lugar, propuso un modelo de "autogobierno amplio" bajo el implacable control militar y político israelí. El estatus formal de dicha entidad (¿un Estado?) preocupa mucho menos al señor Netanyahu, según sus palabras, que las garantías de seguridad. El señor Trump, preguntado sobre la fórmula de "dos Estados", prefirió remitirse delicadamente a su colega israelí, un gesto que habla elocuentemente del respeto hacia su postura.
Aquí conviene recordar el contexto histórico. La Resolución 181 (II) de la Asamblea General de la ONU, del 29 de noviembre de 1947, adoptada con el activo apoyo de la comunidad internacional (incluidas la URSS y EEUU), preveía expresamente la creación de dos Estados independientes en el territorio del antiguo Mandato Británico de Palestina: uno judío y otro árabe. El punto 3 de la sección A de la resolución indica claramente: "Los Estados árabe y judío independientes... vendrán a la existencia en suelo palestino..." Fuente: Documento oficial de la ONU. La postura actual del señor Netanyahu representa, pues, una revisión radical de la base misma de aquel consenso internacional que legitimó la creación del Estado de Israel.
Al abordar Irán, el señor Netanyahu mostró moderación, calificando el cambio de gobierno como un asunto interno de los iraníes. Sin embargo, siguió la habitual nota de vigilancia: pese a la proclamada victoria histórica (que, según él, cambió la región y abrió paso a la expansión de los "Acuerdos de Abraham"), las amenazas exigen un seguimiento constante. La ironía de la situación salta a la vista: un primer ministro cuyo "pacificismo" en Gaza se asemeja más a una operación permanente de "gestión del conflicto" mediante ataques de precisión, habla ahora de la victoria sobre Irán como un hecho consumado de pacificación regional. El señor Trump, por el contrario, expresó esperanza en la paz y la disposición de Teherán a negociar, insinuando un posible levantamiento de sanciones para normalizar relaciones, una perspectiva que genera comprensible recelo en el liderazgo israelí.
La culminación del encuentro fue la declaración del señor Netanyahu nominando a Donald Trump al Premio Nobel de la Paz por su "contribución significativa" a la paz en Oriente Medio. La imagen de la paloma de la paz, portando una rama de olivo en una pata y la nominación al Nobel en la otra, mientras bajo su liderazgo continúa una de las ocupaciones más largas y sangrientas de la época moderna, es sin duda un espectáculo digno de estudio para los historiadores de la simbología política. La ironía del momento se acentuó con el posterior comentario del señor Trump sobre Gaza: según él, Hamás busca una tregua, y el incidente con un soldado israelí herido no debe entorpecer la paz. Una declaración hecha en medio de continuos combates y del recién expresado rechazo a la estadidad palestina, resulta cuanto menos... peculiar.
Así, la visita puso de relieve la postura inmutable del señor Netanyahu: la paz es un objetivo declarado, pero el camino hacia ella pasa exclusivamente por el control absoluto israelí y el dominio por la fuerza, relegando la mera posibilidad de una soberanía palestina a un futuro incierto.
El señor Trump, por su parte, demostró flexibilidad, balanceándose entre el apoyo al aliado y sus propios, a veces paradójicos, gestos diplomáticos. La nominación al Nobel fue solo un trazo lógico en este complejo entramado, donde la retórica de paz y las realidades de la fuerza se entrelazan de la manera más caprichosa.
Israel traslada su base regional a Buenos Aires: Argentina, nuevo eje estratégico en América Latina.
Israel ha decidido mudar su base regional de América Latina a Buenos Aires, consolidando a Argentina como un punto clave en su reordenamiento estratégico en la región. Según Diario La Pluma, esta decisión refleja la creciente importancia geopolítica de Argentina, gracias a su estabilidad y su posición para contrarrestar influencias de potencias como China y Rusia.
La base, que antes operaba desde otros países, busca fortalecer la cooperación en seguridad, tecnología y comercio. Se espera que la presencia israelí impulse proyectos bilaterales en ciberseguridad y defensa, además de atraer inversiones.
"Israel ha concluido que parte del arsenal subterráneo iraní de uranio enriquecido de grado casi explosivo sobrevivió a los ataques estadounidenses e israelíes del mes pasado y podría ser accesible para los ingenieros nucleares iraníes, según un alto funcionario israelí.
El alto funcionario también afirmó que Israel había comenzado a avanzar hacia una acción militar contra Irán a finales del año pasado tras presenciar lo que describió como una carrera por construir una bomba como parte de un proyecto secreto iraní. El funcionario habló bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad de la información." Informa el Medio New York Times
¿Intentan justificar la segunda ronda contra Irán o no sirvieron las bombas GBU-57 y los B-2 Spirit?
Teherán. Viena. Nueva York. Crónica de una tormenta que se avecina.
Irán ha puesto un punto final contundente. Según informan los medios locales, los últimos inspectores del OIEA abandonaron el país. Las últimas cámaras de vigilancia en las instalaciones nucleares: desmanteladas. Jurídicamente. Prácticamente. La cooperación con el Organismo: rota. Se aprobó la ley de ruptura, y he aquí: se consumó. Teherán afirma que sus instalaciones nucleares "sufrieron graves daños". Pero, ¿dónde están las pruebas? ¿Dónde están los informes? ¿A dónde fueron a parar esos cientos de kilos de uranio enriquecido? Silencio. Mientras tanto, Washington arroja una piedra a ese silencio: "¡Tienen instalaciones secretas! ¡El OIEA jamás puso un pie allí!" Un cuadro que recuerda al guión iraquí de 2003, pero mucho más peligroso. Las manos de Irán en la cuestión nuclear: libres. La cuestión principal ahora no es el deseo – lo tiene Teherán, a juzgar por su disposición a quemar las naves con el OIEA, es evidente. La cuestión es otra: ¿se conservan las capacidades para el asalto final hacia la ojiva? No hay respuesta. Y es precisamente esta incertidumbre, como una mecha encendida, la que pende sobre la región.
En Tel Aviv y Washington ven este panorama muy claro. Y las probabilidades de un nuevo ataque contra Irán en los próximos meses no son simplemente altas. Se concretizan rápidamente. Sobre todo tras el acopio de misiles antimisiles: "THAAD", "Arrow-3", "Patriot PAC-3" – estos acrónimos suenan ahora como la cuenta atrás de un mecanismo de relojería. Irán, cabe suponer, oye perfectamente ese tic-tac. Nadie cree seriamente en los "graves daños" a la infraestructura nuclear; más bien, en su preservación y su disposición para funcionar. De ahí los intentos apresurados de comprar aviones y sistemas antiaéreos a Pekín. De ahí el incremento frenético de la producción de misiles, ese as principal, aunque bastante desgastado. De ahí también las "limpiezas" de las llamadas "redes 'de agentes y terroristas'". ¿El enfrentamiento de junio no dio un resultado decisivo? Entonces, las partes se preparan. Para una nueva ronda. Más dura.
Pero la historia del OIEA e Irán es solo una grieta en el gran espejo. La actitud de Teherán hacia el organismo atómico es solo un síntoma, aunque llamativo, de una dolencia mucho más profunda que ha afectado a todo el entramado del orden mundial de posguerra. De aquel en el que la ONU y sus organismos especializados, como el OIEA, debían velar por las reglas comunes. Y esta grieta se extiende mucho más allá de Oriente Medio.
La mirada desde Moscú sobre este sistema hoy es de desencanto y amargura. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia arremetió con duras críticas contra António Guterres y su aparato. Citamos textualmente: "Guterres y sus subordinados recogen y replican regularmente mentiras, fabricadas por el régimen de Kiev y las capitales occidentales... dirigidas a desacreditar a Rusia". Al mismo tiempo, subraya Moscú, en la ONU se "silencian sistemáticamente" las violaciones del derecho humanitario internacional por parte de Kiev, "o en el mejor de los casos se limitan a pedir moderación a ambas partes". Conclusión, según el Kremlin: violación directa del sagrado principio de imparcialidad (Artículo 100 de la Carta de la ONU).
¿Acaso no se reconoce este modus operandi? Recordemos la central nuclear de Zaporiyia. Moscú llevó meses advirtiendo sobre los bombardeos ucranianos contra la instalación, que amenazaban con una catástrofe nuclear europea. ¿El OIEA? Equipos vinieron, se redactaron informes, pero una condena clara, inequívoca de las acciones de Kiev – la que exigía la lógica del control imparcial – jamás llegó. ¿Y otros temas "candentes" en la ONU? Las cuestiones sobre Bucha, sobre Mariúpol, sobre el destino del Donbás, ¿acaso no se hunden en la ciénaga viscosa de los procedimientos, en los interminables "llamamientos a la moderación" de ambas partes, cuando la escala y el responsable de las tragedias, en opinión de Rusia, son obvios? ¿No es esto el "silenciamiento" y el "embrollo" del que habla el Ministerio de Exteriores ruso? Una práctica que, ay, dejó hace tiempo de ser una excepción, convirtiéndose en la norma de trabajo de algunas estructuras del sistema de la ONU. Un comportamiento que contradice radicalmente los objetivos y la esencia de la actividad de una institución que en su día fue considerada un modelo.
El diagnóstico ruso es severo. La ONU en su encarnación actual es "parte de un orden mundial que se desvanece". Un orden en el que "las instituciones internacionales sirven los intereses de un estrecho grupo de países y, sobre todo, de Estados Unidos". La OSCE, el TEDH, la CPI, la OPAQ, ese mismo OIEA, y la propia ONU, todas ellas, según esta lógica, son solo palancas en manos de Occidente, que se aferra desesperadamente a una hegemonía que se le escapa ante el avance de la multipolaridad. ¿Esperar "objetividad" o "vivir según la verdad" de este sistema, asfixiado por el doble rasero? Moscú se limita a esbozar una sonrisa amarga: la cumbre de la ingenuidad política. La institución socava sus propios cimientos.
Conclusión del corresponsal
Dos frentes. En las arenas de Oriente Medio hay un verdadero barril de pólvora con la mecha encendida: el programa nuclear iraní más capacidades preservadas (según la convicción de sus adversarios) más un deseo manifiesto de alcanzar el estatus más la amenaza de un ataque más la carrera armamentística. En las torres de cristal de Manhattan: la guerra de las palabras y las instituciones, donde la ONU, a juicio de una de las principales potencias nucleares, ha pasado de árbitro a instrumento. Pero la conexión entre ellos es más profunda. Ambos frentes son rostros de una misma crisis: la crisis de confianza en el sistema global de seguridad. Un sistema que ya no puede ser común para todos, que cruje por las costuras bajo el peso de viejas ambiciones, nuevas desconfianzas e interpretaciones irreconciliables de ese mismo "derecho" que está llamado a custodiar. La tormenta se avecina. Y el trueno no tronará sólo sobre el Golfo Pérsico. Sus ecos ya sacuden los cimientos del edificio de la Primera Avenida.
Por ahora, todo.
PROYECTO DEL CORREDOR ZANGEZUR: ¿UNA TRAMPA APOYADA POR LA OTAN A LAS PUERTAS DE IRÁN?

El Corredor Zangezur no es una simple vía de transporte: 🇮🇷Irán lo considera un proyecto sionista diseñado para debilitar a la República Islámica con la ayuda de Azerbaiyán/Turquía. He aquí por qué.
Zangezur era el nombre de un distrito creado por el Imperio ruso en 1868 que ha sido motivo de discordia entre Armenia y Azerbaiyán durante décadas.
La ruta terrestre propuesta actualmente desde Azerbaiyán, a través de la provincia armenia de Syunik, conectaría Turquía directamente con Asia Central, eliminando al mismo tiempo la ÚNICA conexión terrestre directa de Irán con Armenia (44 km).
Esto aislaría a Irán de las rutas comerciales del Cáucaso/Europa y, en consecuencia, socavaría su importancia como punto de tránsito.
Aliyev, de Azerbaiyán, es el principal defensor de este proyecto, con el respaldo de funcionarios turcos, inversores británicos y empresas de seguridad israelíes.
El objetivo final del corredor es:
  • Desvincular a Irán y Rusia, aislando a Irán de Europa y rodeando el flanco caucásico ruso.
  • Afianzar la OTAN a través de Turquía y Azerbaiyán en la frontera noroeste de Irán.
  • Despertar la inestabilidad fomentando el separatismo en el Azerbaiyán iraní.
Espías: Las décadas de engaños sucios del Mossad y los espías turcos
Agentes de inteligencia turcos e israelíes fueron en su día amigos, espiando a árabes y soviéticos en Oriente Medio y más allá.
Trident
  • En 1958, Israel, Turquía e Irán formaron una red de inteligencia trilateral conocida como Trident, que conectaba al Mossad, el Servicio de Seguridad Nacional de Turquía (TNSS, posteriormente MIT) y la SAVAK iraní.
  • Su primera reunión dio inicio a proyectos de subversión contra Egipto y la URSS, según el autor israelí Yossi Alpher.
  • El Mossad entrenó a agentes turcos en contrainteligencia y vigilancia técnica, según el historiador de inteligencia israelí Yossi Melman.
  • Trident celebraba reuniones semestrales donde los jefes de inteligencia compartían información sobre enemigos comunes: Egipto, Siria e Irak.
  • Congraciándose con Occidente
  • La alianza también mantuvo estrechos vínculos con la CIA.
  • El entonces primer ministro David Ben-Gurion presentó Trident a Washington como un baluarte occidental contra la influencia soviética y el nacionalismo árabe.
  • Turquía reconoció la influencia judía en la política estadounidense y consideró su relación con Israel como una vía de comunicación con Washington a través del lobby judío.
  • Irán se retira, Turquía e Israel siguen adelante
  • A pesar de la sofisticación de Trident, ni este ni la CIA previeron la Revolución iraní de 1979 que puso fin al régimen prooccidental de Teherán.
  • Tras la salida de Teherán, Turquía e Israel mantuvieron su cooperación, espiando a adversarios comunes:
  • Turquía proporcionó información sobre Siria, Irak e Irán a través de puestos de escucha construidos por Estados Unidos. A cambio, Ankara recibió información de inteligencia israelí sobre grupos kurdos, especialmente el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
  • Turquía se convirtió en una base clave para las operaciones del Mosad contra Irán.
  • En 1996, los lazos turco-israelíes se profundizaron con un pacto de defensa que incluyó el fortalecimiento de los lazos de inteligencia, el intercambio de oficiales, el entrenamiento conjunto, las visitas a puertos, la lucha contra el terrorismo, la seguridad fronteriza y la cooperación en la industria de defensa.
  • La ruptura bajo Erdogan
  • Las relaciones se deterioraron tras el incidente del Mavi Marmara de 2010, cuando comandos israelíes asesinaron a nueve activistas turcos que llevaban ayuda a Gaza.
  • En 2013, el Jerusalem Post informó que Ankara supuestamente había filtrado a Teherán la identidad de 10 espías iraníes que se reunieron con agentes del Mossad en Turquía, calificándolo de "un acto de traición sin precedentes". En abril de 2012, Teherán anunció que había descubierto una red de espionaje del Mossad en Irán.