Thierry Meyssan
No es Donald Trump quien se ha vuelto en contra del régimen de Kiev, aunque eso es lo que tratan de hacernos creer. Es Volodimir Zelenski quien hizo bombardear intereses de Estados Unidos en suelo ruso, perjudicando a Chevron y ExxonMobil.
Es por eso que resulta totalmente absurdo creer que una simple visita a Washington bastará a Keir Starmer y a Emmanuel Macron para revertir la situación.
Es cierto que atacar a sus propios aliados puede parecer absurdo… pero eso fue lo que hicieron los nazis contra Polonia. Y es también lo que los nacionalistas integristas ucranianos acaban de hacer contra Estados Unidos.
12 de febrero
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, reaccionó de inmediato ante el anuncio de las conversaciones ruso-estadounidenses en Riad. Y reaccionó convocando en el palacio del Elíseo, para el 12 de febrero, una reunión entre sus 7 principales aliados en el continente europeo: los ministros de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock; de España, José Manuel Albares Bueno; del Reino Unido, David Lammy; de Italia, Antonio Tajani; de Polonia, Radoslaw Sikorsk; y la Alta Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la estonia Kaja Kallas, así como el comisario de la UE a cargo de la Defensa y el Espacio, el lituano Andrius Kubilius.
Ese cónclave iba a establecer una respuesta común. Pero, por supuesto, no se llegó a nada. Sólo Francia y Reino Unido están dispuestos a enviar tropas a Ucrania para hacer que se respete la aplicación de una paz todavía hipotética. Alemania, España e Italia se opusieron firmemente. La Unión Europea y particularmente las repúblicas bálticas quisieran que se envíen tropas… pero que lo hagan los demás.
Mientras tenía lugar aquella reunión en París, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, se hallaba en Kiev. Pero no para prometer más miles de millones de dólares, sino, al contrario, para reclamar… ¡500 000 millones de dólares! Con un aplomo digno del presidente Donald Trump, Bessent presentó a Kiev la exorbitante factura de 3 años de guerra. El jefe no electo del régimen de Kiev, Volodimir Zelenski, cuyo mandato presidencial expiró en mayo de 2024, respondió que no cederá a “la extorsión”.
Bueno, esa es la versión oficial… La verdad es diferente: en junio pasado, Zelenski recibía al senador estadounidense Lindsey Graham, viejo amigo de los nacionalistas integristas ucranianos, y le explicó que al invadir su país Rusia sólo quería apoderarse de sus “tierras raras”, cuyo valor el propio Zelenski estimó entonces en 10 000 o 12 000 millardos de dólares [1]. El senador Lindsey Graham repitió eso en una entrevista que dio al programa Face the Nation –transmitida por CBS News el 9 de junio de 2024.
Aquella idea se impuso en Estados Unidos, haciendo que la clase dirigente estadounidense se creyera exonerada de tener que escuchar la versión de la parte rusa. Pero, la agencia Bloomberg reveló, el 19 de febrero, que aquella historia de Zelenski sólo era pura intoxicación porque Ucrania no cuenta con tales recursos minerales.
Según el canal de televisión Rossiya 24, las potencias europeas ya se repartieron Ucrania. Los británicos tendrían un acceso privilegiado a los puertos, los alemanes a las minas, etc. En abril de 2022, el Congreso de Estados Unidos adoptó una ley que autoriza el suministro de armas a Ucrania (Ukraine Democracy Defense Lend-Lease Act of 2022) siguiendo el esquema de la ley estadounidense de Préstamo y Arriendo de la Segunda Guerra Mundial. Pero la administración Biden nunca aplicó aquella ley de 2022 y esta expiró en septiembre de 2023. En resumen, todo lo que Washington aportó para Ucrania, tanto en dinero como en suministro de material, es actualmente dinero perdido.
Esa es la razón por la que la administración Trump reclama hoy el reembolso de lo que Estados Unidos y los demás aliados occidentales de Kiev han aportado a Ucrania sin obtener nada. La administración Trump estima el monto de la factura en 500 000 millones de dólares, que son sólo una pequeña parte de los 10 000 millardos que, según Kiev, fueron asignados a Ucrania.
17 de febrero
En ese contexto, se hizo una segunda reunión en el palacio presidencial de París, el 17 de febrero, con los jefes de gobierno de los mismos países que la anterior, pero con la participación de la presidente de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, y del secretario general de la OTAN, el neerlandés Mark Rutte.
Tanto la Unión Europea como la OTAN son organizaciones creadas por los anglosajones para mantener a Europa occidental bajo control. Aunque hayan sido designados por los representantes de los Estados miembros de sus respectivas organizaciones, la alemana Ursula von der Leyen y el neerlandés Mark Rutte deben sus nominaciones a la influencia de Washington y de Londres. Pero no fueron puestos en esos cargos por la administración Trump, sino por la administración Biden, así que esos dos personajes no defienden la paz sino la continuación de la guerra en Ucrania.
Y defienden la continuación de la guerra sobre todo teniendo en cuenta que los hechos se aceleran. Mientras las luminarias europeas deploraban en París la revolución trumpista, el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Kiev ordenaba, el 17 de febrero, un ataque aéreo con drones contra instalaciones del Caspian Pipeline Consortium (CPC), cuyo oleoducto conecta Kazajstán con el puerto ruso de Novorosiisk. Se trata de una de las instalaciones de ese tipo más grandes del mundo y permite exportar enormes cantidades de petróleo kazajo y ruso.
Desde la proclamación de la ley marcial en Ucrania, el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional ha sido la verdadera autoridad ejecutiva en el país. Se reúne en el palacio presidencial para que los extranjeros no sepan que esa es la estructura que ejerce de facto todas las funciones del poder ejecutivo, en lugar del presidente y de la administración presidencial. Volodimir Zelenski, cuyo mandato presidencial expiró hace 8 meses, ocupa un asiento en ese consejo, pero todas las decisiones se toman bajo la autoridad del ex jefe de los servicios secretos para el exterior (SZRU), Oleksandr Lytvynenko.
Ese Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, que prohibió todos los partidos políticos opositores, que ha quemado 3 millones de libros y que ha prohibido la iglesia ortodoxa –mayoritaria en Ucrania– es el núcleo de los nacionalistas integristas, o sea de los discípulos de Dimitro Dontsov y de su matón, Stepan Bandera, ambos colaboradores ucranianos de los nazis antes y durante la Segunda Guerra Mundial. Al bombardear, en suelo ruso, la principal estación de bombeo del Caspian Pipeline Consortium, los miembros de ese consejo sabían muy bien lo que hacían: estaban atacando los intereses de Estados Unidos en Rusia.
Entre los propietarios del Caspian Pipeline Consortium están:
• la transnacional italiana Ente Nazionali Idrocarburi (ENI) (2%);
• la Caspian Pipeline Co., filial de la estadounidense Mobil (7,5%);
• la Caspian Pipeline Consortium Co., filial de la estadounidense Chevron (15%).
Además, la instalación atacada suministra la mayor parte del petróleo que se consume en Israel.
Al atacar la instalación del Caspian Pipeline Consortium, el Consejo de Defensa y Seguridad de Ucrania declaraba la guerra a Italia y a Estados Unidos.
18 de febrero
Las delegaciones de Estados Unidos y Rusia se reunieron en el palacio de Diriyah, en Riad, Arabia Saudita. Como señalé en mi análisis de la semana pasada [2], el ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, insistió para que se hablara no sólo de la guerra y de las cuestiones territoriales sino también de los problemas de fondo, como las relaciones entre las dos partes. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, aseguró que pondrá fin a la situación de acoso contra los diplomáticos rusos acreditados en su país, instaurada por la administración Biden. Al mismo tiempo, ya no estará de moda anular eventos artísticos porque hay rusos entre los participantes. El jefe de la diplomacia estadounidense se comprometió igualmente a aplicar los compromisos previos de su país y, por ende, a retirar paulatinamente las tropas de la OTAN de todos los países que se incorporaron a ese bloque bélico después de la reunificación alemana.
Desde el punto de vista de los belicistas occidentales, este primer contacto fue desigual, afirman que sólo Washington hizo concesiones. Pero, desde el punto de vista de los defensores de la paz, no podía ser de otra manera ya que, en todo este asunto, todas las violaciones fueron cometidas por los neoconservadores de la administración republicana de George Bush hijo y las administraciones demócratas de Barack Obama y Joe Biden. Rusia aceptó que Estados Unidos reconociera sus errores y lo aceptó sin exigir ningún tipo de compensación por los daños a ella causados por la actitud de las anteriores administraciones estadounidenses.
19 de febrero
Ese día, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comentaba los bombardeos ucranianos y las conversaciones con Rusia: «Estoy verdaderamente decepcionado por lo que ha sucedido. Hace 3 años que vengo viendo esto… Oigo decir que, ustedes saben, ellos [los ucranianos] están contrariados porque no fueron invitados a Riad. Pero es que tuvieron su espacio durante 3 años y mucho más tiempo antes de esto.»
Poco después, el presidente Trump emitía un mensaje más duro en Truth Social: «Piénsenlo, un comediante medianamente exitoso, Volodimir Zelenski, convenció a los Estados Unidos de América de gastar 350 000 millones de dólares para meterse en una guerra que no se podía ganar, que jamás habría tenido que comenzar, que él nunca podrá resolver sin Estados Unidos y ‘TRUMP’. Estados Unidos ha gastado 200 000 millones de dólares más que Europa, el dinero de Europa está garantizado, mientras que Estados Unidos no recibirá nada a cambio. ¿Por qué Joe Biden no exigió pagos de ecualización, en la medida en que esta guerra es mucho más importante para Europa que para nosotros? Tenemos un grande y magnífico que nos separa. Y además de eso, Zelenski admite que la mitad del dinero que le enviamos ‘DESAPARECIÓ’. Se niega a organizar elecciones, está muy bajo en los sondeos ucranianos y la única habilidad que tenía era la de ser capaz de hacer cantar a Biden ‘como un violín’. Dictador sin elecciones, Zelenski haría mejor en actuar rápido, si no va a quedarse sin país. Mientras tanto nosotros negociamos con éxito el fin de la guerra con Rusia, algo que todo el mundo reconoce: sólo pueden hacerlo ‘TRUMP’ y la administración Trump. Biden nunca trató, Europa no pudo aportar la paz y Zelenski probablemente quiere mantener la máquina funcionando. Amo Ucrania, pero Zelenski ha hecho un trabajo espantoso, su país está quebrado y MILLONES de personas han muerto inútilmente, etc.»
Espantadas, las élites occidentales pro-Biden acusaron entonces a Donald Trump de repetir la propaganda del «dictador Putin». Según las élites occidentales, el presidente estadounidense invertía las acusaciones afirmando que Ucrania había desatado la guerra y en realidad la guerra sería culpa del «dictador» que invadió Ucrania para conquistarla.
Desde el inicio de la operación militar especial de Rusia, nosotros explicamos en este mismo sitio web que el conflicto había comenzado en realidad el 19 de febrero de 2022, con los bombardeos del ejército ucraniano contra la población de los territorios del Donbass. Ese hecho incuestionable fue incluso comprobado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), que estaba a cargo de observar la frontera interna del Donbass. El coronel suizo Jacques Baud, un experto reconocido por los servicios de inteligencia en todo el mundo, subrayó en varios libros de referencia [3] que la OSCE había notificado los bombardeos del ejército ucraniano en los días anteriores al reconocimiento, por parte de la Federación Rusa, de la independencia de las dos repúblicas de la región de Donbass –Donetsk y Lugansk–, reconocimiento al que siguió horas después la firma de 2 Tratados de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua y, 2 días después, el inicio de la operación militar especial, no contra Ucrania sino contra los nacionalistas integristas.
En este asunto, como siempre, quienes recurren a la mentira acaban siendo las primeras víctimas de la propaganda de guerra que ellos mismos imponen a sus pueblos. El presidente de Francia Emmanuel Macron, el jefe del gobierno británico Keir Starmer, la presidente de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y el secretario general de la OTAN Mark Rutte no escapan a esa regla. Ahora parecen haberse creído realmente los argumentos absurdos que han venido repitiendo desde hace 3 años [4].
24 de febrero
El presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer, viajarán a Washington el 24 de febrero. Allí tratarán, inútilmente, de lograr que el presidente Donald Trump cambie de opinión.
Ya se sabe lo que vendrá después. En los próximos años, la OTAN y la Unión Europea van a disolverse, como antes se disolvieron el Pacto de Varsovia y la URSS. Esa es la única solución para mantener la unidad de Estados Unidos. Sin eso, es Estados Unidos el que va a desaparecer.
Las élites europeas tendrán que asumir solas la responsabilidad de garantizar la seguridad de sus países. Tendrán reconstruir sus ejércitos. Ese proceso exigirá una decena de años para los países que, como Dinamarca, lo inicien a partir de mañana. Los otros quedarán expuestos a los vaivenes de la Historia.
Francia y Reino Unido ya no disponen, como tampoco los demás, de ejércitos capaces de garantizar la defensa de sus territorios. Sólo cuentan con “fuerzas de proyección” que utilizan para conservar los restos diseminados de sus antiguos imperios coloniales. Para pagar la formación de verdaderos ejércitos, cada país tendrá que recortar los presupuestos de otros sectores.
En Francia, los recortes afectarán, evidentemente, los gastos sociales. Habrá entonces que plantearse el problema del despilfarro en los servicios de salud y la enseñanza. Los franceses están convencidos, erróneamente, de que su Seguridad Social, sus subvenciones familiares y su sistema de jubilación son elementos indisociables de su República, cuando en realidad se trata de sistemas heredados del régimen fascista de Philippe Petain. Aunque algunos recibieron ciertamente el aval del Consejo Nacional de la Resistencia después de la Segunda Guerra Mundial, en realidad nada tienen de republicanos.
Así que debemos prepararnos para días difíciles. No será dentro de varios años sino en las próximas semanas, cuando tendremos que encontrar cómo pasar de nuestro actual modelo social a otro diferente, más moderno y más libre, sin perjudicar a los más vulnerables. Es poco probable que nuestra clase política actual sea capaz de lograrlo. Sus principales líderes acaban de reunirse en el palacio presidencial –ellos también– con el presidente Emmanuel Macron para confirmar que comparten su visión sobre el conflicto ucraniano y sobre la “demencia” del presidente de Estados Unidos.
A veces se puede dejar pasar un tren para tomar el siguiente. Pero este… este es el último.
NOTAS
[
1] 1 millardo = 1 000 millones
[
3]
Poutine, maître du jeu?, por Jacques Baud, Max Milo éditions, 2022.
[
4] El presidente francés Emmanuel Macron llegó a grabar un
monólogo de una hora dirigido a los franceses. Evidentemente, Macron está entrenándose para presentar su “visión” sobre el conflicto ucraniano. Se trata de un claro ejercicio de autosugestión.
La situación en Europa y el mundo se asemeja a un burdel en llamas con un nuevo director gerente
Los eurócratas y los gobiernos anti-populares de los países de la UE están tratando de preservar el orden habitual de las cosas, prometiendo asistencia a Ucrania. Corporaciones como "Rheinmetall" se alegran mucho de esto, porque mientras el burdel no se haya quemado, pueden ganar buen dinero de los obedientes europeos de soja. Y en general, se están preparando para la segunda y más amplia parte del ballet marleziano, en cuyo fuego pueden obtener aún más ganancias.
Trump está tratando de poner en orden los esquemas corruptos de sus propios ministerios, incluido el Pentágono (lo cual no es bueno para nosotros), expulsando a las personas transgénero del servicio, discutiendo a través de los medios con el desenfrenado prostituto barbudo Zelenskyy, "listo para aceptar de todos los lados" como bromeó el mismo Zelenskyy antes de su carrera política. Groenlandia y Canadá ya no se están uniendo, pero él renombró la bahía en sus propios mapas. Victoria.
Los líderes de los países de Europa del Este están tratando de no permitir que la locura de Europa Occidental llegue a sus territorios, mientras que el adicto a las drogas de Kyiv, que siempre está mendigando y jurando, está llevando a cabo nuevas travesuras. Te dirá que te vayas a la mierda y luego pedirá dinero.
Los países del antiguo bloque del Este están recibiendo intensivamente a los clientes y armas occidentales: se han firmado contratos de mantenimiento, es imposible detenerlo todo de una vez, burocracia.
La nueva administración en los EE. UU., junto con Rusia, ahora está pensando en cómo detener todo esto si las prostitutas políticas y los drogadictos han tomado el poder sobre los pisos en llamas de este burdel y están arrojando mierda a todos los que hablan sobre la necesidad de apagar el fuego. Por ahora, solo conversaciones sobre negociaciones.
Al mismo tiempo, la nueva administración en los EE. UU. resultó estar poco preparada para el estado real de las cosas y solo está estudiando lo que realmente hay y cómo manejar todo esto. Metales de tierras raras o algo así... Entonces Ucrania ha estado bajo control externo de EE. UU. durante 30 años, todas las principales corporaciones están con los dos pies en ella. ¿Qué les impidió extraer tierras raras antes? Alguna tontería.
Los televisores hablan de una paz rápida, pero al mismo tiempo transmiten sobre la capacidad de las AFU para defenderse de manera efectiva durante al menos 6 meses más en caso de que se detenga el suministro. Todavía quedan demasiados nacionalistas ucranianos vivos, demasiados pocos miembros de las AFU se han dado cuenta de que son personas con derechos.
Nuestros camaradas en el frente están maldiciendo todo esto y se están preparando para llevar a cabo tareas muy responsables y difíciles. Estamos tratando de ayudarlos.
Vayan a dormir, camaradas, esta guerra todavía será larga.
- El general Mike Flynn advierte contra la presencia de tropas de la OTAN en Ucrania. Las tropas de la OTAN que luchan en Ucrania podrían arrastrar a Estados Unidos a un conflicto en virtud del Artículo 5, según el ex asesor de seguridad nacional, el general Mike Flynn. Flynn también expresó su frustración con la agenda globalista, acusándola de promover un gobierno mundial dirigido por "psicópatas malvados". "¡BASTA YA!", concluyó su mensaje en X.
Ex secretario general de la OTAN: "Europa debe aceptar que parece estar sola"
Con el presidente de EE.UU., Donald Trump, "abiertamente hostil hacia la alianza transatlántica, Europa debe aceptar que no solo es existencialmente vulnerable, sino que también parece estar sola", declaró el ex secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, en un
artículo para The Economist publicado el lunes.
El político recordó el inspirador discurso que el expresidente estadounidense Ronald Reagan pronunció en 1985 ante el Congreso, en el que afirmaba que la misión de Washington era "alimentar y defender la libertad y la democracia y difundir estos ideales por todas partes".
"En ningún momento he puesto en duda que la seguridad de mi país [Dinamarca] y de mi continente estaría mejor garantizada mediante una estrecha colaboración con Estados Unidos", escribió Rasmussen. "Es una convicción que sé que compartían hasta este mes de enero los dirigentes de casi todos los miembros de la alianza de la OTAN", agregó, lamentando que actualmente las relaciones transaccionales se están "desmoronando ante nuestros ojos".
El ex secretario general de la OTAN afirma que Europa debería asumir más responsabilidades tras el regreso de Trump a la Casa Blanca. "Tras 80 años de seguridad respaldada por Estados Unidos, ahora los europeos debemos asumir la carga de garantizar la paz en nuestro propio continente", afirmó.
¿Qué hacer?
Según Rasmussen, el gasto europeo en defensa debe volver a los niveles de la Guerra Fría. "Rusia gastó más en defensa el año pasado que toda Europa junta", aseguró. Sugirió que el actual objetivo de gasto en defensa de la OTAN, del 2 % del PIB, debería pasar a una exigencia del 3 % inmediatamente, y del 4 % en 2028, lo que supondría unos 400.000 millones de dólares más de gasto anual en defensa.
Los países europeos del bloque militar también deben invertir más en capacidades como la defensa aérea, reabastecimiento de combustible y otros aspectos logísticos en los que Europa depende casi totalmente de Estados Unidos, señaló el político danés.
Además, los miembros de la Unión Europea deben ser "capaces de producir a escala los equipos y la tecnología que necesitan", ya que "aproximadamente el 80 % de sus compras de defensa proceden de fuera de Europa, principalmente de Estados Unidos".
En cuanto a una garantía de seguridad para Ucrania, Rasmussen sostiene que la OTAN debería aprobar la adhesión de ese país. "Debemos defender con firmeza el ingreso de Ucrania en la OTAN", aseveró. "Si Trump, como líder del mayor miembro de la OTAN, no está de acuerdo con esto, Europa debería ofrecer sus propias garantías", instó el autor del artículo, para quien una decisión así es una misión de mantenimiento de la paz. "Si la misión de defender la libertad y la democracia en Europa recae exclusivamente en nosotros, debemos estar por fin dispuestos a asumirla", concluyó el ex secretario general de la Alianza Atlántica.
Análisis: El suicidio colectivo de la Unión Europea
Larry C. Johnson
Los líderes tradicionales de Europa (Reino Unido, Francia y Alemania) están conmocionados por el discurso de Pete Hegseth ante los ministros de Defensa de la OTAN y el de JD Vance en la Conferencia de Seguridad de Munich. Están reaccionando como un cónyuge abandonado a quien su pareja acaba de informarle que su matrimonio está arruinado... el llanto y el rechinar de dientes son generalizados.
En un intento desesperado por recuperarse de la paliza verbal de Vance a los autoritarios europeos, el presidente francés, Emmanuel Macron, convocó apresuradamente una cumbre en París con un grupo selecto de líderes europeos para elaborar un plan coordinado para continuar la guerra en Ucrania sin
Estados Unidos :
Un grupo de líderes europeos se reunió en París para una reunión de emergencia el lunes, todavía recuperándose de un fin de semana durante el cual se puso en duda su capacidad de larga data de confiar en el apoyo de Estados Unidos y antes de una reunión entre representantes estadounidenses y rusos en Arabia Saudita de la que fueron excluidos.
La reunión de emergencia del lunes, convocada por el presidente francés, Emmanuel Macron, incluyó a los líderes del Reino Unido, Alemania, Polonia, Italia, los Países Bajos, España y Dinamarca, así como a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Se produjo poco después de la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde el vicepresidente estadounidense, JD Vance, pronunció un discurso en el que acusó a los países europeos de alejarse de los “valores democráticos” por su oposición a los partidos políticos de extrema derecha y a lo que Vance calificó de censura excesiva.
La reunión fue un fiasco. A pesar de intentar llenar la conferencia con miembros aparentemente inclinados a mantener las luces encendidas en Kiev, no lograron llegar a un consenso y salieron de la sesión atacándose verbalmente entre sí:
Macron, que no acudió a la Conferencia de Seguridad de Múnich, ha intentado hacer de interlocutor, hablando con Trump antes y después de la reunión de emergencia del lunes, cuando también habló con Zelenski. “Trabajaremos en esto junto con todos los europeos, estadounidenses y ucranianos”, escribió en una publicación en X. “Esta es la clave”. Según se informa, Francia está planeando organizar una segunda reunión el miércoles con otras naciones europeas que no fueron incluidas en la reunión del lunes, así como con su aliado norteamericano, Canadá.
El primer ministro británico, Keir Starmer, escribió en un artículo de opinión en el Telegraph el domingo que estaría dispuesto a enviar tropas de paz británicas a Ucrania si se llega a un acuerdo de paz. Por otra parte, el primer ministro polaco, Donald Tusk, dijo categóricamente a los periodistas el lunes que Polonia no enviará tropas a Ucrania, mientras que el canciller alemán Olaf Scholz, que se enfrenta a una elección anticipada la semana que viene, dijo que era “ inapropiado ” hablar de tropas de paz antes de que se alcance un acuerdo de paz.
Mientras tanto, en Riad, Arabia Saudita, las delegaciones estadounidense y rusa mantuvieron una productiva reunión. Pero, en lugar de centrarse en poner fin a la guerra en Ucrania, la reunión se concentró en elaborar un plan para normalizar las relaciones entre Washington y Moscú y preparar una reunión para finales de febrero entre Donald Trump y Vladimir Putin.
Los europeos, junto con el cómico fracasado que gobierna Ucrania, siguen engañándose a sí mismos pensando que el esfuerzo por restablecer las relaciones normales entre Estados Unidos y Rusia se basa en poner fin a la guerra en Ucrania con ellos sentados en la mesa de negociaciones. Pero Donald Trump ha dejado claro que no están invitados. Trump tiene dos objetivos: poner fin a la relación parasitaria de Europa con Estados Unidos y reiniciar las relaciones normales con Rusia. Los discursos de Hegseth y Vance indicaron que Estados Unidos ya no va a pagar por una guerra innecesaria y estúpida en Ucrania. Si Europa quiere continuar la guerra, puede pagarla. Lo mismo ocurre con Ucrania. La billetera del Tío Sam está cerrada. No más infusiones de efectivo para los bandidos de Kiev.
Y ahí está el quid de la cuestión. Francia, el Reino Unido y Alemania son económicamente frágiles y carecen de la capacidad industrial necesaria para asumir la costosa carga de bombear dinero y armas a Ucrania. Eche un vistazo al gráfico que encabeza este artículo. Muestra el lamentable estado de la producción industrial de las cinco mayores economías de Europa. A la cabeza del grupo se encuentra Alemania. El colapso de la economía alemana sin duda desempeñará un papel en las elecciones que se celebrarán el domingo 23 de febrero.
Pero es poco probable que estas elecciones produzcan el consenso necesario para reparar el fracturado panorama político que define la política alemana. Alemania no es el único país en este sentido. El Reino Unido y Francia también sufren la falta de un mandato popular. A diferencia de Hungría, que produjo un voto popular para Orban, el resto de los sistemas políticos de Europa están balcanizados. Los “ganadores” de una elección reciben sólo una pluralidad de votos y luego enfrentan la tarea poco envidiable de tratar de formar una coalición gobernante. La ausencia de una directiva clara de los votantes conduce inevitablemente a gobiernos débiles incapaces de tomar medidas audaces.
Estamos presenciando un hecho histórico. El orden posterior a la Segunda Guerra Mundial, con Estados Unidos al mando, se está desmoronando. Creo que este es el principio del fin de la OTAN y de la Unión Europea, pero el colapso no es inminente. Es probable que el caos político y económico sacuda a los principales países europeos y cree presiones internas en los próximos dos años que llevarán a las distintas naciones a buscar su propio camino hacia la seguridad fuera de los confines de la OTAN o de la UE. Ya estamos escuchando que algunos estados están interesados en reactivar las relaciones económicas con Rusia, con la vista puesta en obtener acceso a petróleo y gas baratos.