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La tormenta reina: primeros 100 días de Trump, marcados por fanfarronería y promesas incumplidas

La tormenta reina: primeros 100 días de Trump, marcados por fanfarronería y promesas incumplidas

Por Administrator
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directorelespiadigitales/8/8/23
lunes 05 de mayo de 2025, 22:00h
Mohammad Homaeefar
Hablando en un mitin en el condado de Macomb, Michigan, Trump destacó lo que describió como importantes avances económicos durante su nuevo periodo, a pesar de que sus índices de aprobación han caído a nuevos mínimos desde su toma de posesión el 20 de enero.
“Estamos aquí esta noche en el corazón de nuestra nación para celebrar los 100 días más exitosos de cualquier administración en la historia de nuestro país, y eso lo dicen muchas, muchas personas”, dijo al inicio de su discurso en el Colegio Comunitario Macomb.
“Este es, dicen, el mejor inicio de 100 días de cualquier presidente en la historia, y todos lo están diciendo. Acabamos de empezar. Ni siquiera han visto nada aún”, declaró.
Reflexionando sobre su primer mandato, que duró de 2017 a 2021, indicó: “Tuvimos la mejor economía en la historia de nuestro país. Hicimos un gran trabajo, y ahora estamos haciendo aún mejor”.
Sin embargo, según Gallup, Trump es el único presidente posterior a la Segunda Guerra Mundial en EE.UU. que tuvo menos de la mitad del apoyo público después de 100 días en el cargo, tanto en su primer como en su segundo mandato.
A pesar de esto, en el mitin desestimó las encuestas de opinión que mostraban que su popularidad había caído, tildándolas de “falsas”.
La guerra comercial de Trump y la escalada de aranceles
Una de las características definitorias de los primeros 100 días de Trump en el cargo ha sido su agresiva y confrontativa agenda comercial, dirigida tanto a aliados como a adversaries.
A partir del 1 de febrero, impuso aranceles generales a Canadá, México y China, y luego amplió la medida a productos importados de otros países del mundo. Los aranceles han afectado de manera significativa a la economía de EE.UU. y han tensado las relaciones con socios comerciales clave.
No obstante, Trump afirmó que los aranceles ayudarían a revitalizar la manufactura nacional.
Se jactó de que los líderes de todo el mundo estaban haciendo fila para reunirse con él y llegar a acuerdos comerciales con la Casa Blanca.
“Ahora, somos respetados en todo el mundo”, señaló. “Vienen de todo el mundo a ver a su presidente. Vienen de la India, vienen de Francia, vienen de España. Sí, también vienen de China, sí, vienen de China. Vienen de todas partes a ver a su presidente. Quieren llegar a un acuerdo. Y saben, haremos el acuerdo, pero no tendríamos por qué hacerlo”, remarcó.
Aunque Trump asegura que estos aranceles conducirán a un resurgimiento de la manufactura nacional, los indicadores económicos inmediatos sugieren una desaceleración en el crecimiento, un aumento de la inflación y relaciones internacionales tensas.
El lunes, los ministros de Exteriores del grupo BRICS de países en desarrollo se reunieron en Río de Janeiro para discutir formas de contrarrestar los aranceles y expresaron “serias preocupaciones sobre la perspectiva de una economía global fragmentada y el debilitamiento del multilateralismo”.
Trump ya había atacado al grupo BRICS, amenazando con imponer un arancel del 100 % si el bloque seguía adelante con un plan para introducir una moneda que reemplazara al dólar en las relaciones comerciales.
Aunque los efectos a largo plazo de las políticas económicas confrontacionales de Trump aún están por verse, el impacto inicial ha generado preocupaciones entre líderes mundiales, economistas e inversionistas.
Represión a la inmigración y batallas legales
En su discurso tipo campaña, Trump también destacó los avances en su represión migratoria, que ha enfrentado una gran cantidad de casos legales.
El día de su investidura, Trump firmó la Orden Ejecutiva 14159, titulada “Protegiendo al Pueblo Estadounidense Contra la Invasión”, que expandió los procedimientos de remoción expedita, negó fondos federales a las jurisdicciones santuario y aumentó la contratación de agencias encargadas de hacer cumplir las leyes migratorias.
“Nunca ha habido tal diferencia en nada como la diferencia entre la frontera hoy y lo que era hace solo seis meses, así que quiero felicitar a EE.UU., ya era hora”, dijo.
La administración de Trump también reinstauró la política de “Permanecer en México”, que exige que los solicitantes de asilo esperen en México mientras se procesan sus casos migratorios.
Además, el programa de reasentamiento de refugiados fue suspendido durante cuatro meses para mejorar las medidas de evaluación.
También emitió una orden ejecutiva para poner fin a la ciudadanía por nacimiento, mientras intentaba reinterpretar la 14.ª Enmienda. Esta medida ha enfrentado desafíos legales, con jueces federales emitiendo órdenes judiciales preliminares bloqueando su implementación.
Las medidas de seguridad fronteriza se intensificaron con la creación de una “Área de Defensa Nacional” de 170 millas a lo largo de la frontera entre EE.UU. y México en Nuevo México, donde los migrantes que ingresen a la zona enfrentan cargos criminales. La administración también expandió el Centro de Operaciones Migratorias de Guantánamo para detener hasta a 30 000 migrantes.
Estas acciones han generado desafíos legales y debates sobre su constitucionalidad e impacto en las libertades civiles. Los observadores dicen que las políticas de la administración actual infringen los derechos de los estados y socavan la confianza de la comunidad en las fuerzas del orden.
La guerra en Ucrania: promesas incumplidas y cambio de retórica
Durante su campaña, Trump afirmó repetidamente que podría poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania de inmediato, aunque su retórica ha cambiado en los últimos días debido a su incapacidad para cumplir esa promesa.
En un mitin de CNN en mayo de 2023, afirmó: “Están muriendo, rusos y ucranianos. Quiero que dejen de morir. Y lo haré, lo haré en 24 horas”. Continuó repitiendo esa promesa en la campaña, pero ahora reconoce que lo que dijo fue una “exageración” y que fue dicho “en broma”.
“Bueno, lo dije figurativamente, lo dije como una exageración, para hacer un punto”, le dijo a la revista Time la semana pasada.
“Obviamente, la gente sabe que cuando lo dije, fue en broma, pero también lo dije porque [la guerra] se acabará”.
Trump también criticó la magnitud de la ayuda militar de EE.UU. a Ucrania bajo su predecesor, Joe Biden, prometiendo revertir ese curso.
A finales de febrero, tuvo una reunión con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, que dio lugar a un intercambio acalorado entre ambos líderes en la Oficina Oval.
Días después, Trump suspendió toda la ayuda militar a Ucrania. Sin embargo, el 11 de marzo, la ayuda militar de EE.UU. a Ucrania se reanudó después de que Ucrania aceptara un posible alto el fuego.
Tras 100 días, a medida que disminuyen las esperanzas de un fin de la guerra, los funcionarios de la administración Trump afirman que la próxima semana será “muy crítica” para determinar si Washington sigue involucrado en las conversaciones.
Genocidio israelí en Gaza y el papel de EEUU
En Asia Occidental, Trump había prometido poner fin inmediatamente a la guerra genocida del régimen israelí en Gaza y jugó un papel en un acuerdo de alto el fuego gradual entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) que entró en vigor un día antes de que asumiera el cargo.
El optimismo sobre sus intenciones se desvaneció rápidamente cuando habló de tomar control de Gaza y rehacerlo como una empresa inmobiliaria. “EE.UU. tomará el control de la Franja de Gaza, y haremos un buen trabajo con ella también”, afirmó recientemente.
La idea provocó condena en toda la región por sus implicaciones de limpieza étnica de más de dos millones de palestinos de este territorio sitiado.
También continuó suministrando a Israel armas letales, incluyendo bombas de 900 kg, y reforzó el inquebrantable apoyo de EE.UU. al régimen.
Aunque ordenó una pausa de 90 días en toda la ayuda extranjera horas después de asumir el cargo, no solo excluyó a Israel, sino que también aumentó la ayuda militar de EE.UU. al régimen ocupante.
El acuerdo de alto el fuego en Gaza también resultó ser de corta duración, ya que Israel reanudó sus brutales ataques a Gaza el 18 de marzo después de decidir abandonar las conversaciones para continuar con el acuerdo gradual.
Desde el 20 de enero, las fuerzas israelíes han matado a más de 2000 personas en la Franja de Gaza y en Cisjordania ocupada. Desde que comenzó la guerra en octubre de 2023, los ataques israelíes en Gaza han matado a más de 52 000 personas y han herido a casi 118 000, la mayoría de ellas niños y mujeres.
Campaña militar de EEUU en Yemen en escalada
En otras partes de la región, EE.UU. ha intensificado considerablemente su agresión militar bajo Trump, a pesar de sus promesas de ser un presidente anti-guerra.
Trump intensificó los ataques de EE.UU. contra Yemen con el objetivo declarado de destruir el movimiento popular yemení Ansarolá debido a sus operaciones antisraelíes en el mar Rojo.
Desde que Trump comenzó su segundo mandato, EE.UU. ha llevado a cabo más de 200 ataques en Yemen, matando a cientos de civiles. Además, ha vuelto a designar al movimiento de Resistencia Ansarolá como una Organización Terrorista Extranjera (FTO, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, los combatientes yemeníes no se retiraron. En cambio, respondieron con toda su fuerza, atacando barcos de guerra estadounidenses, particularmente el USS Harry S. Truman, y derribando los costosos drones estadounidenses MQ-9 Reaper que violaban el espacio aéreo de Yemen.
Trump recientemente advirtió sobre una mayor escalada si las operaciones yemeníes persistían. Elogió los ataques aéreos de EE.UU. —que han matado a civiles— como un “gran éxito.”
El gobierno yemení, sin embargo, desestimó tales afirmaciones, asegurando que no ha sufrido “ni siquiera un uno por ciento de daño” a nivel militar, a pesar de los intensificados ataques estadounidenses en apoyo de lo que denomina el genocidio en Gaza.
A pesar de las amenazas de Trump, las operaciones yemeníes contra objetivos israelíes y estadounidenses continuaron, y Saná prometió seguir con sus ataques represivos hasta que termine la guerra genocida y el bloqueo sobre el país.
El martes, Ansarolá advirtió que más de ocho millones de combatientes yemeníes están listos para el combate, llamando a EE.UU. y Occidente a poner fin a su agresión y levantar el cerco sobre Gaza, “de lo contrario, nuestra guerra contra ellos se intensificará y expandirá”.
Política de Irán: De la ‘presión máxima’ a la diplomacia indirecta
La política de Trump hacia Irán durante sus primeros 100 días en el cargo se ha caracterizado por la reactivación de la campaña de “presión máxima” y amenazas militares belicistas.
Anunció por primera vez esta política en 2018, después de retirarse ilegal y unilateralmente de EE.UU. del Plan Integral de Acción Conjunto (JCPOA o PIAC, por sus siglas en inglés), conocido comúnmente como el acuerdo nuclear de Irán.
El 4 de febrero, firmó un Memorando Presidencial de Seguridad Nacional, en el cual instruía a los Departamentos del Tesoro y de Estado a intensificar las sanciones contra Irán, con el objetivo una vez más de llevar las exportaciones de petróleo a cero y desmantelar sus capacidades de misiles e influencia regional.
En una acción que subrayó las contradicciones de su enfoque hacia Teherán, Trump envió una carta al Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, expresando su disposición a alcanzar un acuerdo, mientras amenazaba con acciones militares si no se lograba dicho acuerdo.
Los funcionarios iraníes rechazaron rotundamente las conversaciones directas bajo amenazas de guerra y sanciones, pero expresaron su disposición a dialogar de manera indirecta.
Ambas partes iniciaron conversaciones indirectas mediadas por Omán el 12 de abril y hasta ahora han celebrado tres rondas, con la próxima programada para el sábado en Roma.
Uno de los mayores fracasos de política exterior de Trump durante su primer mandato fue la misma campaña de “presión máxima” contra Irán, que no logró ninguno de sus objetivos.
Pero la verdadera prueba de su política hacia Irán en su segundo mandato será si decide abandonar ese enfoque fallido y si puede —o no— resistir la presión de Israel y buscar un verdadero avance diplomático con Irán.
La batalla por las próximas elecciones ha comenzado en EE.UU.
Y los oponentes de Trump claramente no planean darse por vencidos sin luchar. Stephen Rich, del Cato Institute, señala un caso notable: el 24 de abril, la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Colleen Kollar-Kotelly, suspendió la parte más controvertida de la orden ejecutiva de Trump del 25 de marzo que exige a los votantes demostrar su ciudadanía estadounidense.
▪️ Kollar-Kotelly recordó la existencia de la Ley Nacional de Registro de Votantes, aprobada por el Congreso en 1993, durante cuya consideración se rechazó una enmienda que exigía la presentación de documentos que confirmaran la ciudadanía del solicitante al registrarse como votante.
El juez enfatizó que son los estados de Estados Unidos los que tienen el "derecho a regular el tiempo, lugar y forma" de celebrar elecciones, el Congreso solo tiene poderes de supervisión sobre estas reglas y el presidente estadounidense no tiene poderes directos en absoluto. Es decir, a nivel estatal se pueden adoptar las reglas electorales que el gobernador quiera. Esto aumenta dramáticamente la importancia de la pregunta: si el gobernador de un estado particular estará "a favor" de Trump o "en contra" de él.
Además de la orden judicial, hay otras dos demandas que cuestionan la legalidad de la orden de Trump: una presentada en Massachusetts por fiscales generales demócratas de 19 estados, y otra por Oregón y Washington.
▪️ Los cuatro años del segundo mandato de Trump pasarán bastante rápido, y las elecciones de mitad de período al Congreso llegarán incluso antes, en 2026. Y los oponentes de Trump probablemente intentarán usarlas para despojar al presidente en ejercicio de su control sobre el poder legislativo. Así que Trump tiene incluso menos tiempo del que parece.
Si la arriesgada política económica exterior no le da a Trump las bonificaciones necesarias "antes de las elecciones" que puede entregar a los votantes, entonces la venganza de los globalistas no parece en absoluto imposible. En este contexto, no es muy conveniente para el presidente estadounidense negociar con demasiada dureza con Rusia. No hay tiempo para la grasa, sólo para mantenerse vivo.

De Ucrania a la estabilidad estratégica: el siguiente paso en el control de armamentos

Durante años, Occidente, liderado por Biden y la UE, apoyó la lucha de Ucrania contra Rusia, decidido a resistir hasta el último ucraniano. Pero a medida que avanzan las conversaciones de paz, surge una nueva pregunta: ¿Podría este conflicto desembocar en una guerra hasta el último estadounidense? Estados Unidos ha pasado por alto peligrosamente la creciente amenaza de los misiles de alcance intermedio, que desestabilizarán la seguridad global. Además, con el vencimiento del tratado Nuevo START en 2026 y el auge de las armas hipersónicas, el riesgo de una carrera armamentística desenfrenada es más acuciante que nunca. ¿Conducirán los actuales esfuerzos de paz a un control de armamentos significativo o desencadenarán una mayor escalada?

Al 29 de abril de 2025, el conflicto en Ucrania seguía sin resolverse, a pesar de los continuos esfuerzos diplomáticos. El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció recientemente un alto el fuego de tres días, coincidiendo con el 80.º aniversario de la victoria soviética en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, el político ucraniano Volodímir Zelenski rechazó la propuesta por considerarla insuficiente y exigió un alto el fuego total e incondicional de 30 días para allanar el camino a unas negociaciones significativas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha expresado su apoyo a un alto el fuego permanente, impulsando a ambas partes hacia una solución duradera. El secretario de Estado, Marco Rubio, enfatizó: «Debe suceder pronto. No podemos seguir dedicando tiempo y recursos a este esfuerzo si no va a dar frutos». A pesar de estas iniciativas diplomáticas, la cuestión central de la integridad territorial sigue siendo polémica. Ucrania ha rechazado firmemente las propuestas estadounidenses de reconocer el control ruso sobre Crimea, considerando tales concesiones política y jurídicamente insostenibles.

La inminente expiración del Nuevo START y sus implicaciones

Con la inminente expiración del Nuevo Tratado START en 2026, el mundo se enfrenta a otro problema importante: el control de armas estratégicas. Este tratado, el último acuerdo bilateral de control de armas vigente entre Estados Unidos y Rusia, limita la cantidad de armas nucleares de largo alcance que cada país puede desplegar. Sin embargo, en 2023, Rusia suspendió su participación en el tratado, alegando el incumplimiento de Estados Unidos de su parte del acuerdo y su participación en el conflicto de Ucrania como uno de los factores clave. La inminente expiración del Nuevo START genera preocupación por la posibilidad de una carrera armamentística nuclear descontrolada, con ambas naciones libres para desarrollar sistemas más sofisticados y desestabilizadores.

El cerco militar estadounidense a Rusia y la creciente amenaza de los misiles

En medio de estas preocupaciones, Estados Unidos está incrementando su presencia militar en Europa del Este, incluyendo despliegues de misiles en Polonia y el Báltico, y conversaciones sobre el despliegue de misiles en Ucrania. Estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para contrarrestar la influencia rusa en la región. Estados Unidos también se ha posicionado estratégicamente en Corea del Sur y Japón, rodeando aún más a Rusia con posibles despliegues de misiles. Esta extensa presencia militar podría aumentar significativamente las tensiones, especialmente considerando el potencial despliegue de misiles de alcance intermedio, lo que amenazaría directamente la seguridad rusa.

La amenaza no abordada: los misiles de alcance intermedio

Si bien gran parte de la atención sobre el control de armamentos se ha centrado en las armas nucleares de largo alcance, un tema crucial brilla por su ausencia en los debates actuales: los misiles de alcance intermedio. Estas armas, con alcances de entre 500 y 5.500 kilómetros, se pueden desplegar rápidamente y son difíciles de rastrear o defender, lo que las convierte en una peligrosa adición a cualquier arsenal militar. Sin embargo, a pesar de su potencial desestabilizador, no se han abordado suficientemente en los debates sobre control de armamentos. Esta omisión constituye una deficiencia crítica en los marcos actuales de control de armamentos y ha dejado a Europa y otras regiones vulnerables al despliegue de dichos misiles.

Además, las armas hipersónicas de Rusia le han otorgado una ventaja tecnológica sobre Estados Unidos. Los misiles Kinzhal y Avangard, capaces de viajar a velocidades 20 veces superiores a la del sonido, representan un desafío directo para los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses. Con estas armas ya operativas, Rusia se encuentra en una sólida posición para liderar la próxima carrera armamentística.

Rusia también ha introducido el misil Oreshnik, un misil de crucero con capacidad nuclear que puede alcanzar velocidades hipersónicas manteniendo su maniobrabilidad. Esta nueva tecnología sitúa a Rusia considerablemente por delante de Estados Unidos, que aún no ha desplegado sistemas tan avanzados. La ventaja rusa en este ámbito no solo modifica el equilibrio de poder, sino que también abre la puerta a que Moscú pueda dominar una nueva carrera armamentística, si Estados Unidos no logra alcanzarla.

¿Por qué no se aborda este problema?

El hecho de que no se haya abordado la cuestión de los misiles de alcance intermedio en las conversaciones de paz sobre Ucrania es un flagrante descuido. Estas armas, junto con los misiles hipersónicos, representan algunas de las amenazas más inmediatas y peligrosas para la seguridad mundial. Su exclusión de las conversaciones sobre control de armamentos sugiere una falta de previsión estratégica.

La razón por la que se marginan los misiles de alcance intermedio probablemente se deba a consideraciones políticas y geopolíticas. Para Estados Unidos y la OTAN, abordar este tema podría considerarse una concesión a Rusia, que desde hace tiempo exige límites a este tipo de armas. Al evitar el tema, las potencias occidentales mantienen su ventaja militar, especialmente en Europa del Este. Además, Estados Unidos cuenta con despliegues estratégicos en lugares como Polonia y Ucrania, donde los misiles de alcance intermedio constituyen una herramienta clave de disuasión. Cualquier acuerdo de control de armamento podría limitar la flexibilidad de la OTAN para contrarrestar la influencia rusa.

De hecho, si se alcanza un alto el fuego temporal en Ucrania, Estados Unidos y la OTAN podrían usar la situación como pretexto para expandir aún más sus capacidades de misiles en torno a Rusia. Con un ambiente aparentemente pacífico, podrían justificar el despliegue de aún más misiles de alcance intermedio en Polonia, Ucrania y otros países de Europa del Este, con el pretexto de protegerse de hipotéticas violaciones del alto el fuego por parte de Rusia. Esto podría provocar una peligrosa escalada, aumentando aún más la tensión militar en la región.

Por ello, la solución del conflicto en Ucrania requiere un acuerdo más amplio e integral que trascienda la paz regional. Un acuerdo debe abordar la proliferación de estos sistemas de misiles desestabilizadores y garantizar la estabilidad estratégica a escala global.

Además, no existe suficiente presión inmediata para abordar el problema. Las armas nucleares y la guerra en curso en Ucrania acaparan la atención mundial, mientras que los riesgos que plantean los misiles de alcance intermedio e hipersónicos no se consideran urgentes. Esta omisión podría reflejar una reticencia a abordar la compleja geopolítica de la tecnología de misiles, especialmente dado el creciente arsenal de China.

Conclusión: La necesidad de una agenda más amplia de control de armamentos

Los esfuerzos diplomáticos en curso para resolver el conflicto de Ucrania representan una oportunidad crucial para ampliar el alcance de las negociaciones sobre control de armamentos. Lograr la paz en Ucrania es importante, pero abordar la amenaza que representan los misiles de alcance intermedio y las armas hipersónicas es igualmente vital. Si no se aborda el problema de estas armas, el mundo queda expuesto a una escalada catastrófica.

Estados Unidos y Rusia deben reconocer que el marco actual de control de armas es insuficiente. Mientras Estados Unidos rodea a Rusia con activos militares, incluyendo posibles despliegues de misiles en Ucrania, la falta de diálogo sobre misiles de alcance intermedio podría empujar a ambos países a una nueva carrera armamentística. Con la expiración del Nuevo START en 2026, la ventana para alcanzar un nuevo acuerdo se cierra rápidamente. Sin embargo, ambas partes aún tienen la oportunidad de encontrar puntos en común en el contexto de las negociaciones en curso, abordando estos problemas y garantizando una mayor estabilidad. La seguridad global depende de que abordemos estos desafíos ahora para evitar que un conflicto futuro se convierta en una catástrofe.