Aleksandr Duguin
En la filosofía política de Hegel [1] hay una transición crucial en lo que se refiere al establecimiento del Estado (der Staat). Heidegger en su esquema para un curso sobre Hegel [2] se detiene en la propia terminología Staat - stato - status. Se basa en la raíz latina stare - estar de pie, poner, establecer. Estado en ruso proviene de la palabra "soberano", es decir, señor, amo. Si en latín y sus derivados el acento recae en el acto de establecimiento - el estado es algo (artificialmente) establecido, establecido, construido, creado, erigido, erigido, entonces en las lenguas eslavas indica sólo el hecho del poder supremo - señorial. Y puesto que el señor era en la tradición eslava al mismo tiempo un juez, la palabra tiene una referencia al tribunal - go-sud-arj, que se ve claramente en la dirección rusa cortés derivada de soberano - "juez". El poder juzga, el que juzga es el poder. El estado es el área de sus posesiones, lo que está en su poder, lo que él como autócrata posee y mantiene. Por lo tanto, el poder.
La propia distinción de conceptos corresponde a la distinción, mucho más profunda, que hace Hegel entre el "viejo estado" ("imperfecto - unvolkommene - estado") y el "nuevo estado", el "verdadero estado". El viejo estado es precisamente posesión, dominación, en el límite negativo, tiranía. Se construye en torno al elemento real del poder, en torno al eje vertical del orden-subordinación. Aunque aquí hay ciertos matices.
Entre los "antiguos Estados" distingue varios tipos:
- Tipo oriental (despotismo rígido, fosilización);
- Tipo griego (primer intento de dar al poder en el Imperio de Alejandro un sentido filosófico unificador, pero aún así llegando al despotismo);
- Tipo romano (formalización extrema del derecho privado, separación de poderes y ciclos cambiantes de despotismo de las autoridades y despotismo de la plebe).
El Staat en sentido propio es otra cosa. Es un "nuevo Estado". En él, el hecho de su establecimiento, de su constitución, de su creación es fundamental. Staat es un momento del Espíritu, plenamente realizado y consciente de sí mismo. Otra definición: "el estado es la procesión de Dios en el mundo". [3] (der Gang Gottes in der Welt). O
El Estado en el sistema hegeliano se concibe como un producto de la autoconciencia. El estado como Staat es una expresión del grado de concentración de la realización, es decir, un fenómeno filosófico. Aquí podemos ver una consonancia con el "Estado" de Platón. El Staat es la πολιτεία de Platón, pero no exactamente la Res Publica, aunque también hay algo importante para Hegel en esta traducción. El Estado sólo es instituido por los filósofos, es decir, por aquellos en quienes la autoconciencia de la sociedad alcanza su culminación. Pero los filósofos expresan el movimiento mismo de Dios en el mundo, manifestado a través de una serie de vínculos dialécticos, que incluyen momentos de la autoconciencia del pueblo.
El Estado, según Hegel, pertenece a la esfera de la moral (Sittlichkeit). Esta esfera en su conjunto se descompone en dos series de momentos dialécticos:
El Estado es el elemento común de ambas series, su centro. En la primera serie corresponde a la síntesis, en la segunda a la tesis. Y la síntesis de la segunda serie es el superestado, el Imperio, donde el Espíritu alcanza el estadio de lo Absoluto (universal, Idea universal). Aquí es donde la historia -como secuencia del despliegue del Espíritu y de su conversión en nombre de sí mismo- termina. Así, el Estado es el miembro intermedio entre la familia y el "fin de la historia".
En la Filosofía del Derecho a esto le preceden otras dos series: el derecho abstracto y la moral. El derecho establece la idea del individuo, y la moral la del sujeto. El individuo, sin embargo, se convierte en espíritu sólo en el ámbito de la moral.
El sujeto espiritual se realiza a través de la teoría y la práctica de la familia. En la familia, el Espíritu realizado se convierte primero en sí mismo. El individuo en la familia se revela como expresión de una Idea concreta. Es más que un individuo, y su moralidad (Hegel entiende por tal la capacidad de distanciamiento crítico de la ley formal) se expresa en la práctica en el cuidado del todo, que es la familia.
Pero una sociedad que vive sobre la base de la familia (agraria, patriarcal) no es todavía una nación o un Estado en el sentido hegeliano. La familia no puede escalar linealmente a la familia de familias, es decir, al Estado, hasta que no haya recorrido todo el camino de la dialéctica. Sólo en el "viejo Estado" (no en el Staat) existe una sociedad de familias. Normalmente representa a los estamentos inferiores en las condiciones del mundo-vida. Pero este mundo-vida no es animal, sino moral, porque la familia está impulsada por el Espíritu, y en él se expresa. El poder no pertenece a la proyección ascendente de las familias, sino a los representantes de la élite, que se encontraron en su posición por una lógica completamente diferente. Ludwig Gumplowicz [4] describe esto como el resultado de la "lucha racial", entendiendo por "razas" las portadoras de culturas étnicas diferentes. Las más fuertes subyugan a las más débiles. Así es como se forman los antiguos Estados, despotismos, tiranías, principados (no Staat). En tales sistemas, las familias y los gobernantes viven en mundos paralelos, sin entenderse, sin darse cuenta claramente de la naturaleza de su conexión y de la naturaleza de lo que les une.
En la práctica, esta distinción entre familia y poder fue especialmente característica de Europa del Este y, en mayor medida, de la Rusia zarista. Ernest Gellner [5] resumió este tipo de sociedad con el nombre de un país teóricamente "agrario". En la Europa Occidental de la Edad Moderna, el equilibrio comienza a cambiar. Hegel resume la naturaleza de los cambios con el término "Ilustración" (Aufklärung). Se trata de un punto crucial en su dialéctica.
Durante la Ilustración, surge en Europa Occidental una nueva forma de sociedad civil (bürgerliche Gesellschaft). Este fenómeno corresponde a la democracia burguesa y al capitalismo. Gellner lo denomina de forma generalizada "Industria". Según Hegel, lo principal que sirve de base a este fenómeno es la desintegración de la familia, el individualismo y la adquisición de una aguda conciencia social. Esta es la fase de la antítesis, la eliminación de la familia. La sociedad civil es mala en sí misma, pero es necesaria en la estructura dialéctica del despliegue del Espíritu. El Espíritu debe pasar por esta fase para alcanzar un nuevo nivel. La familia se desintegra como unidad colectiva, dando paso al ciudadano. En él, tanto la persona de derecho abstracto, el sujeto moral, como el hombre de familia están presentes, pero de forma eliminada. No le definen. Son sus derechos y libertades sociopolíticos los que le definen. Esto es el liberalismo.
Y sólo ahora llegamos al "nuevo Estado", es decir, al Staat, tal y como lo entendía Hegel.
Lo más importante: según Hegel, el Estado es el momento de la superación, de la eliminación de la sociedad civil. El verdadero Estado no puede ser burgués, sino que es siempre supraburgués. Su finalidad no debe ser servir a los individuos de la sociedad civil, asegurar o proteger su bienestar o sus libertades. Hegel escribe:
En la libertad no se debe partir de la singularidad, no de una autoconciencia singular, sino sólo de su esencia, pues esta esencia, se sea consciente de ella o no, se realiza como una fuerza independiente en la que los individuos separados no son más que momentos [6].
El Estado se convierte en sí mismo cuando la sociedad civil es superada por completo (es eliminada) y el ciudadano (Bürger) es abolido definitiva e irreversiblemente, transformado en otra cosa. Históricamente, el Estado no fue creado por las familias ni por la burguesía (industrial o comercial o sus prototipos), sino por un estamento especial: el estamento del valor [7] (der Stand der Tapferkeit), como lo denomina Hegel.
A diferencia del surgimiento de los antiguos estados, esto no ocurre en virtud de que una nación más poderosa y belicosa subyugue a otra más débil y pacífica, o por algún otro método de usurpación del poder por parte de un tirano o grupo oligárquico, sino en virtud de que los miembros de la sociedad civil en la que tendrá lugar el movimiento del Espíritu autoconocedor se darán cuenta del callejón sin salida del liberalismo, pero no volverán simplemente a la familia (la tesis), sino que superarán la antítesis (ellos mismos como liberales) mediante la síntesis. Dicha síntesis es el establecimiento del Estado como Staat. Aquí, como en la familia, el hombre sacrifica su libertad formal y moral en aras de una moral superior. Pero sólo que ahora está unido no sólo a la familia, sino al Estado, que es su misión, su ser y su destino.
En este punto, la sociedad civil se convierte en un pueblo (Volk). La pluralidad de familias no es todavía un pueblo. La sociedad civil formada por individuos (esto es demos) tampoco es un pueblo. La sociedad se convierte en un pueblo cuando el Espíritu que hay en ella llega al momento de superar el liberalismo y está preparada para establecer un Estado (Staat).
Es importante que en esta concepción de Hegel la categoría de pueblo (Volk) esté muy próxima al término λαός, que utilizo en Etnosociología [8]. Volk es un pueblo construido en un orden razonable. No es una multitud, es un ejército. De ahí la palabra eslava "regimiento", formada precisamente a partir del alemán Volk. La sociedad civil deja de ser un movimiento caótico de burgueses que buscan el beneficio individual. La sociedad de mercaderes se convierte en una sociedad de héroes (según Sombart [9]), en una "clase de valentía". El pueblo como sociedad de héroes crea el Estado. Hegel subraya específicamente "el derecho de los héroes a fundar el Estado" [10] (das Heroenrecht zur Stiftung von Staaten).
Si seguimos estrictamente a Hegel, llegaremos a la interesante conclusión de que, hasta ahora, el Estado en su concepción (como Staat) nunca ha sido realmente creado en absoluto. Todo lo que hemos tratado en la historia es sólo en diversos grados de aproximación al Staat, y la mayoría de las veces se trata de estados como tiranías o despotismos, o por el contrario de repúblicas caóticas atomizadas por la sociedad civil, el demos, que no comunican nada sobre la naturaleza espiritual del poder.
Así pues, el Estado pertenece al futuro.
Apliquemos este modelo a la historia rusa. Obviamente, en el sentido estrictamente hegeliano, los rusos nunca tuvieron realmente un Estado (en el sentido de Staat). Históricamente, existía un "mundo de familias" eslavas, por un lado, y una élite política (casi siempre mayoritariamente extranjera -sármata, escita, varangia, mongola, europea, judía, etc.-), por otro, que ejercía el poder sobre las "familias" de los eslavos. Los rusos no tenían una sociedad civil.
Pero sin embargo, desde el siglo XIX vemos ciertos intentos de construir dicha sociedad civil. Este proyecto comenzó cuando la Ilustración europea penetró en Rusia, pero hasta el siglo XIX sólo afectó a las élites. En el siglo XIX, tanto los occidentales como los eslavófilos se implicaron en este proyecto. Los eslavófilos se orientaron en muchos aspectos en Hegel, al igual que los occidentales rusos, tanto marxistas como liberales. De ahí lo de "ciudadanía". Al mismo tiempo, al traducirse al ruso, el alemán Bürgrlichkeit dejó de estar firmemente asociado a burguesía, que es lo mismo en significado y etimología, y adquirió un significado más "elevado" pero menos correcto. El objetivo de la Ilustración era convertir el mundo de las familias en capitalistas individualistas alienados, crear una sociedad de mercaderes. Había que destruir a las familias y al campesinado como territorio de familias (y comunidades), convirtiéndolos en un proletariado atomizado. Éste era el punto de vista de los marxistas hegelianos. Los liberales rusos creían que la liberación de los campesinos convertiría a la población rusa en una clase media. Y los eslavófilos creían que el pueblo ruso debía afirmar su integridad y su autoconciencia espiritual y moral. Esto también es la Ilustración, pero rusa.
En el esquema hegeliano:
- Los marxistas rusos aspiraban a una sociedad civil con una interpretación de clase corregida;
- los liberales rusos sólo a la sociedad civil
- y los eslavófilos inmediatamente a la siguiente fase: al estatus del pueblo (Volk), el mismo en el que debería tener lugar la creación del Estado como Staat (y algunos eslavófilos -Golokhvastov y Aksakov- propusieron con este fin a Alejandro II y luego a Alejandro III restablecer el Estado ruso mediante la convocatoria del Zemsky Sobor).
Los liberales buscaban la antítesis clásica de Hegel: la destrucción de las familias (comunidades) y la promoción del capitalismo. Los marxistas creían que el capitalismo ya existía y que debía ser superado mediante la revolución proletaria. Y los eslavófilos creían que la antítesis debía correlacionarse inmediatamente con la síntesis, y el pueblo ruso -ya suficientemente procesado por las ideas liberales de la Ilustración- debía pasar lo antes posible a la tercera fase -la creación del Staat.
Sabemos cómo sucedieron las cosas en la historia rusa. Las ideas liberales no permanecieron en su forma pura durante mucho tiempo, pero en lugar de superarlas en el pueblo (Volk), tuvo lugar la Revolución de Octubre, que en un principio fue vista como la primera fase de la transición al comunismo mundial -es decir, al "fin de la historia" en el sentido marxista (izquierdista-hegeliano)- sin Estado, en el puro internacionalismo proletario.
Cuando la revolución tuvo lugar en un país, e incluso en la Rusia agraria subcapitalista (con una sociedad civil mínima), Lenin y Trotsky la aceptaron, pero los marxistas occidentales, que se esforzaban por seguir siendo marxistas ortodoxos, no lo hicieron.
Lo que sigue es un giro interesante. Una cosa es llevar a cabo una revolución proletaria en un país donde no había proletariado en absoluto, para luego empezar a apoyar al movimiento obrero en Europa y en todo el mundo desde las posiciones ganadas, a lo que Lenin y Trotsky se inclinaban, y otra muy distinta construir el socialismo en un solo país -esto era bastante contrario al marxismo, se interpretara como se interpretara-. Pero Stalin tomó este camino. Y aquí estaba muy en sintonía con Hegel, y con el propio Hegel, no con su interpretación marxista. En la práctica, Stalin empezó a construir el Estado ruso sobre la superación de la sociedad civil (que existía, sin embargo, nominalmente). Y este momento de la historia coincidió con la aparición de una nueva entidad: no tanto las familias y comunidades campesinas, sino el pueblo soviético, que se pensaba en estrecha unidad con el Estado. Según Marx, el nuevo Estado (Staat) de Hegel no debería existir en absoluto, y si existe, es sólo como un subproducto de las primeras sociedades capitalistas que crean naciones temporales en el marco de la "Industria" (Gellner). También Lenin creía que los Estados burgueses estaban pasando a la fase del imperialismo y estaban condenados a la extinción. El capitalismo es un fenómeno universal y planetario. Y el fin de la historia como victoria del comunismo en todo el mundo se producirá al margen de la creación de Estados y del surgimiento de relaciones internacionales entre ellos, lo que no tiene mayor importancia y es sólo un detalle sin sentido.
En esto los comunistas estaban de acuerdo con los liberales, con la única diferencia de que los liberales estaban convencidos de que todo acabaría en la etapa del capitalismo global, mientras que los comunistas creían que a ésta le seguiría una revolución proletaria mundial, que establecería el internacionalismo proletario sobre la base del internacionalismo burgués.
Pero Stalin y el Estado soviético que construyó se salieron de este esquema (tanto comunista como liberal). En esencia, la URSS era algo parecido al Staat de Hegel, mientras que el pueblo soviético (exactamente soviético, no ruso -como el mundo de las familias-) era el Volk de Hegel. En la URSS como Estado, se creía efectivamente que la sociedad civil (la identidad burguesa) había sido superada.
Y las relaciones internacionales adquirieron en este caso un carácter verdaderamente hegeliano, ya que era el enfrentamiento entre la URSS y los países de Occidente lo que determinaría qué tipo de Imperio Mundial (Reich) sería: comunista, nazi o liberal.
El trasfondo hegeliano es aún más evidente en el fascismo italiano, donde fue conceptualizado por uno de sus teóricos, Giovanni Gentile [11], y en el nacionalsocialismo alemán (Julius Binder [12], Karl Larenz [13], Gerhardt Dulckeit [14]). Fue a través del prisma de la Filosofía del Derecho de Hegel como Martin Heidegger conceptualizó el nacionalsocialismo.
En el campo liberal, el Estado aparece con la influencia de las ideas de Keynes y en la experiencia estadounidense de la política del New Deal de Roosevelt, pero no recibe un desarrollo teórico (los fascistas británicos de Oswald Mosley no cuentan). Más tarde, en la época de la Guerra Fría, el liberal hegeliano Alexander Kozhev teoriza sobre el "fin de la historia" como una victoria de la sociedad civil mundial [15]. Y tras el colapso de la URSS, el filósofo político estadounidense Francis Fukuyama [16], desarrollando las ideas de Kozhev, escribió un manifiesto programático sobre el "fin de la historia" y la victoria planetaria del liberalismo. Pero no tiene nada que ver con el Estado de Hegel, que debería basarse en la superación de la sociedad civil, es decir, del capitalismo.
Es importante rastrear el destino de la sociedad soviética, donde, según Stalin, la sociedad civil debe ser completamente superada. Éste era el sentido del Estado soviético (si lo consideramos en una óptica hegeliana). Pero el hundimiento de la URSS y el abandono de la ideología comunista demostraron que esta superación era una ilusión. Stalin, por una parte, contribuyó efectivamente a la formación de la sociedad civil en un cascarón proletario en la URSS (el mundo del campesinado y el eikumen de las familias se vieron fundamentalmente socavados, y la mayoría de la población se trasladó a las ciudades, es decir, se convirtió en "gente de pueblo", en "ciudadanos"), pero, por otra parte, esta sociedad civil, casi inexistente en la Rusia zarista antes de la revolución, no fue superada en el Estado. Esto debería ocurrir (según Hegel) en la siguiente ronda. Mientras tanto, la sociedad soviética se hundió precisamente en el capitalismo, el Estado se debilitó al máximo y casi desapareció en la década de 1990, y las ideas liberales triunfaron en la Rusia postsoviética.
Precisamente porque el Estado estalinista no supuso una verdadera superación del capitalismo, se vio obligado a volver a la fase anterior -puramente nihilista, liberal- para empezar de nuevo desde el fondo liberal.
Pero -y esto es de crucial importancia- la inclusión de la Rusia postsoviética en el contexto globalista liberal general y su transformación en una sociedad civil postsoviética se convirtieron en el elemento más importante para la realización del escenario hegeliano. Sólo ahora la sociedad rusa se ha vuelto verdaderamente burguesa, lo que significa que se acerca el momento histórico de la superación de la burguesía en favor de la institución del Staat.
Al mismo tiempo, Rusia ha conservado, contra todo pronóstico, su soberanía política, que Alemania, por ejemplo, que había reclamado anteriormente, y con no menos, si no más, razón para crear un Estado hegeliano de pleno derecho, perdió tras la Segunda Guerra Mundial.
De este análisis se deduce que, en el pleno sentido de la palabra, el pueblo ruso como Volk hegeliano sólo podrá hacerse realidad en el futuro, al que nos hemos acercado. Y la oposición al Occidente liberal, que no va a convertirse (al menos por ahora) en un Estado y un pueblo, descomponiendo a las familias en la versión extrema de la sociedad civil globalista, añade energía espiritual interna a los rusos.
El propio Hegel creía que al "final de la historia" la misión de convertirse en la expresión de la idea universal, es decir, el Imperio Mundial, pertenece a los alemanes. Previó la creación de una monarquía constitucional alemana sobre la base del Estado prusiano, lo que ocurrió bajo Bismarck y los Hohenzollern. Y después, a través del sistema de relaciones internacionales con otros Estados y muy probablemente a través de la metafísica de la guerra, los alemanes están destinados a convertirse en un "pueblo histórico-mundial", cerrando la cadena de los cuatro Imperios históricos (ya comentados - oriental, griego y romano). Esta idea de la importancia histórico-mundial de Alemania y de su espíritu, de su lugar geográfico y antropológico en la historia del mundo, fue desarrollada posteriormente en el siglo XX por los revolucionarios conservadores Arthur Müller van den Broek [17] y Friedrich Hilscher [18]. Sin embargo, esta perspectiva se retiró del orden del día o se pospuso indefinidamente tras la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Después de 1945, los alemanes fueron arrojados de nuevo a la sociedad civil, esencialmente sin derecho a participar en política. En su caso, no era posible un establecimiento más heroico del Estado. Alemania, pues, quedó fuera del horizonte hegeliano de la lucha por el sentido histórico-mundial, por el curso de Dios en el mundo.
Es obvio que los países del Occidente liberal, ya en virtud de su devoción radical a la ideología burguesa, al capitalismo y a la sociedad civil, tampoco contienen ningún requisito previo para el establecimiento del Staat y la encarnación del Espíritu.
Por lo tanto, entre los aspirantes a este papel a escala mundial en la actualidad sólo pueden estar Rusia y China. Y tanto Rusia -especialmente en los últimos años- como China ya han dado ciertos pasos en esta dirección. El factor decisivo será la voluntad de superar por completo la sociedad civil en estos países, la toma de conciencia de la necesidad de un nuevo establecimiento del Estado (Staat) y la capacidad para hacerlo, así como la existencia de una masa crítica de "estamentos de valor". La sociedad se convierte en un pueblo, superando las normas burguesas, las estructuras de la conciencia ordinaria, convirtiéndose en un ejército, un regimiento (Volk).
En la sociedad china, la tradición confuciana del Estado ético y el maoísmo con su rechazo del capitalismo pueden servir de apoyo ideológico para ello. En Rusia, el requisito previo para convertirse en una gran nación puede considerarse la metafísica del Imperio católico y una cierta experiencia del estalinismo soviético, la construcción de un Estado solidario no burgués y antiliberal. Quien lo consiga tiene una oportunidad histórica única de convertirse en un recipiente del Espíritu universal. Los rusos siempre han sospechado que son el momento del "paso de Dios por el mundo". Por eso ha surgido la idea de los rusos como "pueblo portador de Dios". Ahora es el momento de darse cuenta plenamente de ello y actuar en consecuencia.
Notas:
[1] Гегель Г.Ф.В. Философия права. М.: Азбука,2023.
[2] Heidegger M. Seminare: Hegel – Schelling. 2011, Frankfurt am Main: Vittorio Klostermann, 2011.
[3] Гегель Г.Ф.В. Философия права. § 258. С. 284
[4] Gumplowicz L. Der Rassenkampf: Sociologische Untersuchungen. Innsbruck: Wagner'sche Univer-Buchhandlung^ 1883
[5] Геллнер Э. Нации и национализм. Мю: Прогресс, 1991.
[6] Гегель Г.Ф.В. Философия права. § 258. С. 284.
[7] Гегель Г.Ф.В. Философия права. § 325. С. 361.
[8] Дугин А.Г. Этноосоциология. М.: Академический проект, 2011.
[9] Зомбарт В. Собрание сочинений: В 3 т. - СПб.: Владимир Даль, 2005.
[10] Гегель Г.Ф.В. Философия права. § 350. С. 373.
[11] Джентиле Дж. Избранные философские произведения. Краснодар: КГУКиИ, 2008.
[12] Binder J. Der deutsche Volksstaat, Tübingen: Mohr, 1934.
[13] Larenz K. Hegelianismus und preußische Staatsidee. Die Staatsphilosophie Joh. Ed. Erdmanns und das Hegelbild des 19. Jahrhunderts. Hamburg: Hanseatische Verlagsanstalt, 1940.
[14] Dulckeit G. Rechtsbegriff und Rechtsgestalt. Untersuchungen zu Hegels Philosophie des Rechts und ihrer Gegenwartsbedeutung. Berlin: Junker u. Dünnhaupt, 1936.
[15] Кожев А. Из Введения в прочтение Гегеля. Конец истории//Танатография Эроса, СПб:Мифрил, 1994.
[16] Фукуяма Ф. Конец истории и последний человек. М.: ACT; Полиграфиздат, 2010.
[17] Мёллер ван ден Брук А. Миф о вечной империи и Третий рейх. М.: Вече, 2009.
[18] Хильшер Ф. Держава. СПб: Владимир Даль, 2023.