Wesam Bahrani *
El acuerdo de tregua que se supone detendrá la guerra genocida israelí respaldada por Estados Unidos en Gaza ha consolidado el compromiso inquebrantable del Eje de la Resistencia con una doctrina en la que el único resultado posible es la victoria o el martirio.
En esta escuela de pensamiento revolucionario, no existe la rendición ni la capitulación. Y hasta la muerte, no hay humillación.
Esta ideología, profundamente arraigada en la emblemática sublevación del Imam Husein (P) en las llanuras desérticas de Karbala hace siglos, rechaza la sumisión o la rendición en todas sus formas.
Desviarse de este camino significaría levantar banderas blancas, no como símbolos de rendición, sino como los propios sudarios que han envuelto a los mártires palestinos durante los últimos 468 días, unos 47 000 de ellos, en su mayoría niños y mujeres.
Un hombre entrevistado por la televisión local en el corazón de la devastación pronunció palabras que resonarán a lo largo de la historia: “Gaza es Karbala. La Karbala del Imam Husein”.
En la sitiada Franja de Gaza, la Resistencia palestina luchó con un heroísmo incomparable, desafiando probabilidades abrumadoras. Eliminaron a más soldados sionistas en la recta final de esta brutal guerra de 15 meses que al inicio de la misma.
¿Y dónde? Yabalia. Beit Hanun. El norte de la Franja de Gaza, áreas deliberadamente separadas del resto del territorio palestino sitiado durante más de tres meses en un intento bárbaro de someter a la población a través de la hambruna, utilizando la comida como arma.
Sin embargo, en tan solo una semana, decenas, si no cientos, de soldados del régimen israelí encontraron su destino gracias a la Resistencia resurgente. Estos combatientes luchan por una causa mayor y no importa quién esté al mando. Puede ser Ismail Haniya, Yahya Sinwar o cualquier otro.
Abundan los informes que indican que, cualquiera sea la cifra de bajas que el régimen sionista admita públicamente, los números reales son al menos diez veces mayores. Si esta hubiera sido una verdadera batalla cuerpo a cuerpo, no habría habido tregua alguna. El régimen de Benjamín Netanyahu no se habría conformado con nada menos que la eliminación del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS).
El martirio de los líderes de alto rango de HAMAS, Haniya y Sinwar, no hizo nada para frenar el ímpetu de la Resistencia. Los combatientes palestinos continuaron lanzando ataques devastadores y emboscadas, llevando al enemigo a una trampa fatal tras otra.
Mientras tanto, la máquina de guerra sionista, conocida por sus matanzas implacables, intensificó su brutalidad, masacrando mujeres, niños y ancianos con una crueldad mecánica. Esta tregua no fue una concesión, sino la admisión de que la ocupación acepta la derrota y no está en posición de continuar su agresión sin resultados.
HAMAs planeó meticulosamente la operación Tormenta de Al-Aqsa durante un año en secreto. Incluso Irán, el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) y la Resistencia iraquí no fueron informados de la histórica operación que destrozó la ilusión sionista de invulnerabilidad militar y de inteligencia el 7 de octubre de 2023. Fue un retroceso masivo para el régimen y sus patrocinadores occidentales.
Solo un día después, mientras el régimen israelí lanzaba sus bombardeos masivos, Hezbolá entró en acción, abriendo un frente militar en solidaridad con Gaza. La Resistencia libanesa volcó su fuerza en la lucha, sacrificando su élite, la Fuerza Radwan, así como otros comandantes de alto rango.
Fue el mártir Seyed Hasan Nasralá quien, en su momento, rechazó desafiante una propuesta estadounidense de abandonar la causa palestina, declarando a Washington: “¿Nos ofrecen seguridad mientras Palestina, los palestinos y Al-Aqsa no tienen ninguna? ¡Malditos sean ustedes y su oferta de seguridad!”.
Para Seyed Nasralá, las palabras nunca fueron mera retórica vacía. Hezbolá demostró que el martirio y la victoria están entrelazados, estando hombro con hombro con Gaza en desafío a un régimen sionista en decadencia.
Desde el establecimiento de la entidad sionista, ninguna fuerza había logrado erradicar con éxito a sus colonos, hasta que Hezbolá lo hizo, enviando drones y misiles que sumieron a las ciudades ocupadas de Haifa y Tel Aviv en la oscuridad.
Durante más de un año, la Resistencia iraquí bombardeó sin descanso los intereses sionistas y las bases estadounidenses ilegales en Irak y Siria. En el proceso, también sacrificaron a respetados comandantes militares, soportando oleada tras oleada de ataques aéreos estadounidenses sin flaquear jamás en su campaña militar por Gaza.
Luego llegó el trueno de Irán. Las operaciones Verdadera Promesa 1 y 2 de la República Islámica enviaron un shock sísmico al régimen sionista. El segundo ataque, en particular, estremeció al enemigo de tal manera que Estados Unidos se apresuró a desplegar su propio sistema de defensa de misiles THAAD, una señal inequívoca de la devastación infligida por Irán.
Y luego estuvo Yemen, la nación más empobrecida de la región de Asia Occidental, pero la única nación árabe verdadera que se levantó sin vacilar en apoyo a los palestinos. Demostraron lo que es la verdadera solidaridad árabe.
La postura desafiante de Yemen reafirmó que el Eje de la Resistencia no es una alianza exclusiva, es un llamado abierto a todos aquellos que valoran el honor, la libertad y la dignidad, a quienes creen en la rectitud de la causa palestina tanto en letra como en espíritu.
Es surrealista pensar que hace solo un año, Mohammed Abdul Salam del movimiento popular yemení Ansarolá se reunió con los líderes de HAMAS por primera vez. Hoy, Yemen se ha enfrentado no solo al régimen sionista, sino también a toda la potencia de Estados Unidos y el Reino Unido, golpeándolos a su voluntad.
A pesar de los implacables bombardeos aéreos de estos tres agresores, Sanaa impuso un embargo férreo sobre los barcos israelíes y vinculados a Israel que intentaban atracar en puertos palestinos ocupados. Incluso el ejército yemení llevó la lucha hasta los portaaviones estadounidenses.
Los últimos meses presenciaron una escalada en los ataques con misiles hipersónicos yemeníes, lloviendo devastación sobre Tel Aviv e incluso paralizando las plantas de energía de la ocupación israelí.
Todo esto —cada sacrificio, cada bala disparada, cada misil lanzado— fue por el pueblo indomable de Gaza. Un pueblo que, ante el genocidio, ha escrito una epopeya para los siglos, una epopeya de resistencia, de justicia, de desafío al colonialismo, el apartheid y la barbarie desenfrenada.
El Eje de la Resistencia forjó una fórmula donde la victoria desafió la aniquilación. Dejaron al régimen ocupante desorientado y vulnerable, mientras HAMAS dictaba los términos de la tregua. Mientras tanto, el régimen de Netanyahu tambalea al borde del colapso en medio de la desintegración interna y las protestas.
Y luego, estaba el mundo árabe, un conjunto de regímenes vasallos cuya impotencia fue personificada por las declaraciones vacías de la Liga Árabe.
Reunidos en Baréin, los líderes árabes apelaron patéticamente al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para detener la guerra, un movimiento tan desconectado de la realidad que rozaba lo absurdo. ¿Olvidó el secretario general Ahmed Aboul Gheit que el CSNU intentó y fracasó en múltiples ocasiones, sus esfuerzos aplastados por el veto estadounidense?
Como aliados leales de Washington, los estados árabes tenían un inmenso poder de negociación — controlaban vastas reservas de petróleo y gas que podrían haber puesto fin al genocidio de 15 meses en 24 horas si hubieran decidido actuar.
En lugar de suplicar, podrían haber obligado a Egipto a abrir la frontera de Rafah y llenar Gaza con ayuda salvavidas. Las monarquías del Golfo, ricas en petróleo, fácilmente podrían haber tranquilizado a El Cairo, ofreciendo colchones financieros contra cualquier represalia punitiva de Estados Unidos.
Pero no hicieron nada. Eligieron no hacer nada. Y en este contraste tan marcado yace una verdad innegable:
Si un gobernante árabe y Abu Obeida, el portavoz enmascarado de las Brigadas Al-Qassam, hablaran al mismo tiempo, todo el mundo árabe sintonizaría, no para escuchar a sus gobernantes, sino para oír la voz de la resistencia.
Eso por sí solo dice mucho.
Y en algún lugar más allá de este mundo, el mártir Hach Qasem Soleimani, el legendario comandante antiterrorista iraní, está observando y sonriendo mientras la ocupación se desmorona.
* Wesam Bahrani es un periodista y comentarista iraquí.
El cambio de último minuto de Netanyahu: la danza sionista del engaño
Se suponía que un acuerdo de alto el fuego en Gaza, negociado por Estados Unidos, Qatar y Egipto, marcaría un breve respiro en una guerra que ha devastado vidas durante más de 15 meses. Tanto Israel como Hamás estaban dispuestos a poner fin al derramamiento de sangre, con la liberación de rehenes y una tregua de seis semanas sobre la mesa. Sin embargo, dejemos que Benjamin Netanyahu, maestro en el arte de dar marcha atrás, enturbie las aguas.
Por la mañana, Netanyahu acusó a Hamás de "renegar" de detalles de último minuto, retrasando convenientemente la votación de su gabinete sobre el acuerdo. Pero aquí está el quid de la cuestión: Hamás ha negado todas las acusaciones y sigue comprometido con el acuerdo. ¿El verdadero culpable detrás de esta "crisis"? El teatro político de Netanyahu. No se trata de un impasse genuino; Se trata de una maniobra sionista que trata de ganar tiempo para ganar terreno y al mismo tiempo jugar la carta de víctima ante unos medios occidentales aduladores.
¿Y dónde está el liderazgo estadounidense en esta farsa? Donald Trump, siempre el showman, ha promocionado su papel en impulsar el acuerdo. Joe Biden, que no quiere quedarse atrás, también intentó atribuirse el mérito. Pero mientras Netanyahu los toma a ambos por tontos, ninguno parece darse cuenta de que los han engañado. Esta es una maniobra sionista clásica: utilizar a sus mayores aliados, explotar su buena voluntad y luego dar la vuelta y culpar a la otra parte cuando la narrativa se vuelve confusa.
El teatro de los rehenes es solo otro capítulo cínico en el manual sionista. El gobierno de Netanyahu, profundamente sobreextendido desde Gaza hasta el Líbano, necesitaba un respiro táctico para salvar las apariencias. ¿Qué mejor manera que prolongar esta farsa? Pero no esperen ninguna rendición de cuentas. El Imperio y sus vasallos seguirán aplaudiendo, mientras los palestinos sangran. En cuanto a Trump y Biden, ¿alguno de ellos se animará a denunciar el juego? No contengan la respiración.
- La analista de terrorismo, Tzipi Yehezkeli: "Hamás logró impedir que "Israel" controle Gaza. La dificultad del acuerdo no radica en liberar a los prisioneros, sino en cómo avanzar al día siguiente del acuerdo. "Israel" no logró los objetivos de la guerra y no cambió la realidad en la región".
- Medios sionistas: Sobre el ex jefe de Aman (inteligencia militar) Tamir Hayman: Hamás sigue siendo soberano en Gaza y esto contradice los objetivos de la guerra
- Doron Kadosh - Radio del Ejército Israelí: 3 soldados de la Brigada Nahal asesinados en el norte de la Franja de Gaza durante el último día. Desde el comienzo de la guerra, 63 comandantes de compañía y 20 comandantes adjuntos de compañía han muerto en batallas terrestres en la Franja de Gaza y el sur del Líbano.
- El general retirado Amir Avivi en una declaración al Wall Street Journal: "Estamos en una situación en la que la velocidad de Hamas para reconstruirse es mayor que la capacidad de Israel para erradicarlo".
- Alon Mizrahi: Hamás es una leyenda para las generaciones futuras. No sólo nos derrotó a nosotros, sino a todo Occidente y resistió la confrontación.
- La tregua con Hamás podría provocar una crisis política en Israel. Varios ministros anunciaron que dejarán sus cargos. Itamar Ben Gvir, líder del partido de extrema derecha Otzma Yehudit en la coalición de Netanyahu, anunció que su partido abandonará el gobierno tan pronto como entre en vigor el acuerdo de alto el fuego en Gaza. Calificó el acuerdo como un “acuerdo vergonzoso” y una derrota para Israel. El Ministro de la Diáspora y la Lucha contra el Antisemitismo, Amichai Cikli, escribió en las redes sociales: “Si, Dios no lo quiera, hay una retirada del corredor de Filadelfia, o si no volvemos a las hostilidades para lograr objetivos militares, renunciaré a mi cargo como ministro".
- El partido de extrema derecha Sionismo Religioso, parte de la coalición gobernante israelí, también se opuso al acuerdo de alto el fuego con Hamás. El líder de este partido, el ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, calificó ayer el acuerdo con Hamás de “malo y peligroso” que amenaza también la seguridad nacional. Dijo que el acuerdo de alto el fuego “anula muchos de los logros de la guerra”.
- Israel siempre ha considerado la destrucción de Hamás como el principal objetivo de la guerra actual. Sin embargo, esta tarea aún no está resuelta. El acuerdo firmado prevé un alto el fuego temporal (durante 42 días). Pero la prensa predice que incluso después de que expire este período, es poco probable que Netanyahu pueda reanudar las hostilidades, ya que Trump se opone a ello.
“Capitulación”: Funcionarios y medios israelíes admiten derrota en Gaza con la tregua
Ivan Kesic
A medida que entra en vigor un alto el fuego en la sitiada Franja de Gaza tras más de 15 meses de guerra genocida, las reacciones de los funcionarios del régimen israelí y los medios son una mezcla de indignación y desilusión.
Tras 467 días de asedio genocida, que causaron más de 46 600 muertes palestinas, la mayoría de ellas mujeres y niños, la ocupación israelí no logró alcanzar su principal objetivo militar: la eliminación del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) con base en Gaza.
El movimiento y su ala militar, las Brigadas Ezzedin Al-Qassam, continúan asestando golpes devastadores a la entidad sionista dentro y fuera de Gaza, habiéndose reagrupar y reorganizado bajo la nueva dirección luego del asesinato de Yahya Sinwar a finales del año pasado.
Las conversaciones para el alto el fuego habían estado en marcha durante varias semanas en Doha, capital catarí, entre HAMAS y el régimen israelí, mediadas por el gobierno de Catar. Finalmente, ambas partes lograron llegar a un consenso.
Los detalles del acuerdo de tregua sugieren que es una victoria rotunda para el frente de Resistencia y una derrota humillante para la ocupación y sus patrocinadores occidentales, algo que ha sido reconocido incluso por los funcionarios del régimen.
Mientras gran parte del mundo ha acogido el tan esperado acuerdo como un paso incipiente hacia el fin de 15 meses de constantes asaltos israelíes contra civiles y la infraestructura palestina, los sionistas más radicales están furiosos.
Aseguran que los términos del alto el fuego favorecen excesivamente a HAMAS y amenazan con revertir los llamados “logros” del régimen israelí, que se requerirán para retirar completamente sus tropas del territorio sitiado.
Según los expertos, esto pone de manifiesto tanto el colapso de la estrategia bélica israelí como la resiliencia inquebrantable del frente de Resistencia, que, contrariamente a las afirmaciones de Tel Aviv, sigue siendo vigoroso, dinámico y efectivo.
Solo en la última semana, los medios israelíes informaron de dos “incidentes de seguridad” fatales, eufemismos para las derrotas tácticas sufridas a manos de los combatientes de Resistencia de HAMAS en Gaza.
Tanto los medios israelíes como los estadounidenses han informado sobre el resurgimiento enérgico de HAMAS en Gaza en los últimos meses, algo evidente por el creciente número de operaciones sofisticadas contra las fuerzas del régimen realizadas por las Brigadas Al-Qassam.
El lunes, la brigada de élite Nahal del régimen perdió cinco soldados, con otros ocho gravemente heridos en operaciones cerca de Rafah, Yabalia y Beit Hanun en Gaza. Dos días antes, cuatro soldados fueron asesinados en la misma área en operaciones de Resistencia.
A pesar de las afirmaciones israelíes de que estas zonas habían sido “limpiadas”, HAMAS ha reconstruido con éxito su infraestructura y reagrupado sus fuerzas, infligiendo pérdidas regulares y severas a los ocupantes.
Esta evaluación coincide con recientes comentarios del secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, quien reconoció que HAMAS se ha reagruado, lo que refleja el escepticismo de Washington sobre la viabilidad a largo plazo de la campaña del régimen israelí para eliminar al grupo de Resistencia.
La política israelí de destrucción masiva y de atacar a civiles tenía como objetivo aplastar la moral palestina y socavar la Resistencia, pero los resultados han demostrado lo contrario, según los observadores que han aclamado el acuerdo de alto el fuego como una derrota para la ocupación.
El ambiente en Tel Aviv es sombrío, lo que se refleja en las declaraciones emitidas por funcionarios del régimen, así como por analistas políticos. El ultraderechista ministro de seguridad interna israelí Itamar Ben-Gvir, un crítico vocal del acuerdo de tregua, advirtió que podría abandonar el gabinete del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu si el acuerdo sigue adelante.
Calificando el acuerdo propuesto de “terrible” y una “capitulación”, Ben-Gvir lamentó disposiciones como la liberación de cientos de prisioneros de HAMAS, el regreso de los gazatíes al norte de Gaza y la retirada de las fuerzas de ocupación israelíes del eje de Netzarim, lo cual, según dijo en un vídeo en X (anteriormente Twitter), socavan los costosos logros de Israel.
Ben-Gvir también condenó el acuerdo por no garantizar la liberación de todos los cautivos israelíes, diciendo que condena a muerte a aquellos que han sido excluidos de la lista de intercambio, abogando por crímenes de guerra, incluida la cesación total de la ayuda humanitaria a Gaza, el corte de alimentos, agua, electricidad y combustible, mientras se incrementan las ofensivas militares para aniquilar por completo al movimiento HAMAS.
De manera similar, otro ministro del gabinete de guerra, Bezalel Smotrich, denunció el alto el fuego propuesto como un “desastre” para la entidad sionista. En una publicación en la plataforma X, Smotrich (ministro israelí de finanzas) prometió oponerse a cualquier acuerdo que se percibiera como una “rendición”, lo cual, afirmó, comprometería los “logros duramente ganados” de la guerra, en una referencia velada a las masacres diarias de palestinos.
Al igual que Ben-Gvir, Smotrich pidió una ofensiva militar total para ocupar y “limpiar” Gaza, reteniendo toda la ayuda humanitaria y desatando una destrucción sin precedentes hasta que HAMAS capitule.
El descontento se extiende a comentaristas de los medios como Erel Segal de Canal 14 israelí, quien ridiculizó el acuerdo de alto el fuego propuesto como un fracaso para alcanzar los objetivos militares israelíes.
“Creíamos que controlar el norte de Gaza nos permitiría regular la ayuda humanitaria y presionar a HAMAS”, lamentó Segal en un artículo. “Pero si un millón de gazatíes regresan, el ejército israelí perderá el control operativo allí”, apuntó.
Segal sugirió que el ejército debería mantener áreas clave como el corredor de Filadelfia, advirtiendo que ceder ese control pone en peligro la posición estratégica de Israel.
El periodista Yoav Limor, escribiendo en Israel Hayom, expresó sentimientos similares, criticando lo que llamó concesiones hechas por Israel, como el regreso de palestinos y las retiradas de ejes clave.
Admitió que tales compromisos ahora son inevitables y lamentó la demora en alcanzar un acuerdo de alto el fuego, lo cual costó muchas vidas de soldados israelíes.
El analista militar Yossi Yehoshua, en Yedioth Ahronoth, señaló que las fuerzas israelíes no lograron desmantelar el brazo militar de HAMAS, las Brigadas Al-Qassam, tras 15 meses de lucha.
“El acuerdo emergente de alto el fuego y liberación de prisioneros es malo para Tel Aviv, pero no tiene más opción que aceptarlo”, señaló con tono sombrío.
Escribiendo en Yedioth Ahronoth, el analista israelí Yoav Zitun dijo que el ejército de ocupación ha estado luchando en Gaza “sin un objetivo real, estratégico y a largo plazo”, lo que dio a los colonos israelíes una esperanza “mientras que el pueblo paga el precio con un número creciente de bajas, con los cementerios militares expandiéndose casi a diario”.
“Debido a la cobardía de los ministros al tomar una decisión política decisiva, y con la creciente indiferencia del público hacia el creciente número de soldados caídos, y en medio de una crisis por la escasez de mano de obra militar agotada, el ejército se ve obligado a luchar lentamente y con menos efectivos”, indicó, aludiendo a que la Resistencia tiene ventaja en el terreno.
El corresponsal de Canal 12, Almog Boker, citó testimonios de soldados del régimen israelí en Beit Hanun, quienes dijeron que luchaban “bajo la atenta mirada de cámaras” con los combatientes de Resistencia “poniendo explosivos en cada callejón, activándolos desde túneles”.
“Su sistema subterráneo está totalmente operativo, eliminando la necesidad de combate cara a cara”, citó a uno de ellos. “Cada callejón e intersección está equipada con cámaras avanzadas, incluidas cámaras térmicas de 360 grados”, indicó.
Otro soldado del régimen dijo que los combatientes de la Resistencia palestina “operan de manera inteligente, eligiendo cuándo y qué objetivos detonar o no”.
“Monitorean los movimientos subterráneos a través de cámaras. Si es un dron, no hacen nada, pero si es una fuerza militar, detonan los explosivos. Detonan los explosivos, y cuando se anuncian evacuaciones, salen y disparan a las fuerzas de rescate”, explicó.
El ejército israelí ha sufrido grandes pérdidas en Gaza, pero las cifras reales han sido censuradas por el régimen para evitar vergüenza o más desmoralización.
Un corresponsal de la radio del ejército israelí admitió a principios de esta semana que al menos 840 soldados del ejército de ocupación han muerto desde el inicio de la guerra.
De estos, 405 soldados fueron muertos durante la maniobra terrestre en Gaza, mientras que 55 soldados fueron abatidos durante la actual operación militar en el norte de Gaza y 15 soldados murieron en una semana en Beit Hanun.
¿La tregua puede hundir al gabinete de Netanyahu?
Juan Carlos Rozo
La excusa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, es el supuesto incumplimiento, por parte de HAMAS, a disposiciones del alto el fuego; la acusación de inmediato fue desmentida por el movimiento palestino, que ahora duda si el premier está intentando evadir su compromiso con el acuerdo.
La estrategia de Netanyahu, de retrasar la votación del gabinete, le permitiría, posiblemente, seguir las negociaciones con sus ministros, para el pleno convencimiento de los 11 titulares, no precisamente para la implementación de la tregua (en teoría desde el próximo domingo), sino para la permanencia de su coalición gobernante, pues la amenaza de renuncia de Itamar Ben-Gvir a la cartera de seguridad interna y el permanente rechazo de Bezalel Smotrich, en finanzas, pondría a tambalear la administración.
Para lo que no ha perdido tiempo, Israel es para el recrudecimiento de ataques contra infraestructuras civiles en la Franja de Gaza, incluso con mayor intensidad que en los últimos días, en no menos de 24 horas, cerca de un centenar de personas han sido asesinadas, como de costumbre, civiles.
El miércoles Israel acabó, de un solo golpe, con la alegría que supuso para los palestinos el preacuerdo. Casi 16 meses esperaron para tener un mínimo respiro que les sacara una sonrisa a una etapa llena de sufrimiento, llena de dolor, engaños y complicidad occidental.
No hay ahora gazatí al que no le hayan asesinado algún familiar; amanecer vivo (mientras no comience la tregua) es un milagro y conseguir comida, un lujo al que no todos tienen acceso. Para octubre, la ONU advertía que 133 000 personas, o 6% de la población del enclave, ya estaba en la Fase 5 o en "inseguridad alimentaria catastrófica", es decir, ya estaban aguantando hambre. Hace más de 6 meses que no se publican las cifras de pérdidas por inanición, la última se quedó en 44. La hambruna es un crimen de lesa humanidad.
Nadie, (tal vez en medio de la inocencia), creyó que el recrudecimiento del genocidio llegara a niveles tan alarmantes, desastrosos, humillantes, y deshumanizados. Casi 16 meses después, los papeles de condenas internacionales crecen, crecen como crecen las cifras de asesinados, que para INjusticia internacional se han convertido en meras cifras que la mediática tradicional internacional intenta hacerle el juego al suavizar con "muertos, víctimas mortales, o personas que han perdido la vida", cuando la mera realidad es que han sido masacradas, y no únicamente por Israel, sino por todos y cada uno de los gobiernos cómplices del sionismo alrededor del mundo, que en la conciencia tienen ahora más de 46 707 asesinados, de ellos, cerca de 18 000 eran niños, según cifras conocidas.
Los civiles han sido el principal objetivo, y no ha sido por error; Israel los busca borrar físicamente del mapa, y también históricamente. 1600 familias han sido eliminadas por la ocupación de los registros civiles. Hasta el momento no se sabe del paradero de, al menos, 11 000 personas que ya se dan por sumadas a los más de 46 707 anteriores.
La ayuda llega a cuentagotas y los médicos que intentan salvar vidas, cuando no son masacrados o secuestrados, deben escoger entre quién tiene prioridad, por la gravedad de las heridas, o por la edad. De los 36 hospitales en todo el enclave, solamente cinco prestan servicios, y a medias. En el norte no hay servicios médicos, y los tres nosocomios de la zona fueron atacados, funcionaban para cerca de 40 mil personas, la asistencia humanitaria está más que prohibida por Israel, que controla todas las fronteras gazatíes. Todos ahora están a merced de “Allah”, como ellos dicen, pues a Dios están dispuestos a entregar su vida, incluso, muchos dudan si seguir con vida es peor que ser bombardeados en cualquier momento.
"Un derecho en la Franja de Gaza es un sueño", decía Anas al ser consultado sobre su principal sueño, que ha pasado de querer convertirse en médico, a solo estar vivo y cerca de su familia. Al caer la noche es cuando más peligrosa se vuelve la situación, los aviones de guerra no escatiman en bombardear una Franja que necesitará décadas y millones y millones de dólares para ser próspera, como llegó a ser en algún momento; de momento, produce meramente muertes; pasó de convertirse en la prisión al aire libre más grande del mundo, a uno de los cementerios al aire libre más grande del orbe.
Llegó el invierno, en los refugios, supuestamente seguros, dos millones de personas duermen prácticamente a la intemperie. Esas zonas que el mismo Israel denominó "seguras" no se han salvado de los ataques. Tel Aviv se acostumbró a bombardear cuando nomás la luz de la luna deja un minúsculo reflejo en el entristecido y, a la vez, indignado rostro de cada gazatí. ¡Qué trágico es depender de la suerte para seguir con vida, mientras el régimen y sus aliados se regocijan en la medida en que los muertos se apilan en las calles o mueren en hospitales bombardeados y sin los servicios mínimos!
¡Qué tristeza ver a padres con el cuerpo sin vida de sus hijos en brazos, o partes de esos cuerpos, mientras su razón para vivir desaparece con ellos! Su mirada sin foco alguno expresa todo el dolor, se han hecho una coraza, pero sus ojos delata el dolor que tendrá alivio, tal vez, con el reencuentro más allá del "martirio", esa una de las convicciones del islam, quien muere defendiendo su tierra, o trabajando para su gente se convierte en mártir, incluso, es el escalafón más alto al que pueden llegar los más fieles, y en Gaza y toda Palestina varias generaciones llevan casi ocho décadas defendiendo sus tierras.
Lo paradójico es que, a escasos kilómetros, esa misma luna también se posa sobre la humillante y deshumanizada vida de Netanyahu que, en medio de la conciencia más indigna y su desquiciado accionar criminal, implora a sus divinidades, a sus aliados, preservar el más descarado apoyo, que hasta el momento lo ha mantenido, a pesar del repudio universal, a la cabeza del sionismo en Israel. Es indudable que los palestinos necesitan el inicio de la tregua, pero el acuerdo también era necesitado por "Bibi", no por el bien de los civiles israelíes detenidos en Gaza, sino por escapar de un futuro político, judicial, y desde luego, personal, por el que deberá pagar en algún momento; eso sí, los palestinos han aprendido durante más de 76 años, que por mucho y quien esté a la cabeza de la administración Israelí y aunque la soga la tenga al cuello, los ataques no cesarán, por lo que muy posible y lamentablemente esta tregua es una mera parada técnica.
Análisis: OTRA VEZ GAZA
Hannah Iman
Como se predijo, 2025 se está desarrollando como un año de caos, distracción y engaño estratégico. El dicho "Las acciones hablan más que las palabras" encaja perfectamente en este caso. Si bien el pueblo de Gaza celebró el acuerdo de alto el fuego con un atisbo de esperanza, la realidad es mucho más siniestra. El acuerdo, que entrará en vigor el 19 de enero, parece menos un paso genuino hacia la paz y más una maniobra israelí calculada para alcanzar sus propios objetivos. Sin embargo, el alto el fuego tiene un 80% de probabilidades de romperse muy pronto. El historial de Israel y las provocaciones inmediatas sugieren que no se trata de una tregua duradera, sino más bien de una pausa para reagruparse y planificar su próximo movimiento.
- El factor Trump: Bajo la presión de la administración entrante de Trump, Israel firmó el alto el fuego para desviar momentáneamente la atención y los recursos hacia su próximo objetivo: Irán. Irán ha prometido represalias en el marco de su operación "True Promise 3", y el cronograma coincide sospechosamente con enero y febrero, lo que apunta a una escalada inminente.
- La hipocresía del alto el fuego: Israel encontrará una manera culpando deliberadamente a Hamás y afirmando que la crisis fue causada por él. Estas provocaciones preparan el terreno para futuras acciones militares, convirtiendo el alto el fuego en una mera pausa en el conflicto en curso en lugar de un camino hacia la paz. La historia muestra que Israel ha utilizado estos acuerdos como cortinas de humo para reconstruir su ventaja militar mientras culpa a la otra parte por cualquier colapso.
- Devastación en Gaza: Los daños infligidos son catastróficos: escuelas, hospitales, salas de maternidad, estaciones de agua y campos de refugiados han sido arrasados. Familias enteras yacen enterradas bajo los escombros. Cuando Israel declara que "los palestinos pueden regresar a sus hogares", plantea la inquietante pregunta: ¿Cuáles hogares? La destrucción es tan extensa que "hogar" es ahora un recuerdo para muchos.
- 4. Los frentes yemení y libanés: En respuesta al alto el fuego, los hutíes declararon el fin de los ataques contra Israel. Sin embargo, este alto el fuego es probablemente otra trampa. Con Gaza incapacitada, la atención de Israel se trasladará a Yemen y Líbano, regiones que, como Palestina, resisten la agresión sionista. Los estados árabes del Golfo, junto con Egipto y Jordania, siguen siendo cómplices de los imperialistas occidentales, lo que facilita aún más el camino de Israel para futuros ataques.
- La agenda iraní: Con el regreso de Trump al poder, nuevas sanciones a Irán son inevitables. El llamado alto el fuego parece ser una estrategia para retratar a Israel como un país que busca la paz, justo cuando se hacen preparativos para un ataque más amplio contra Irán (recordemos que el alto el fuego entre Hezbolá e Israel está a punto de terminar el 25 de enero). Es de esperar que Israel fabrique una crisis, culpe a Hamás y justifique más violencia. Esta táctica refleja las acciones anteriores de Trump, como trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén, reconocer la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán y negociar los Acuerdos de Abraham, todas acciones que envalentonaron la agresión israelí.
No caigamos en falsas esperanzas. Este alto el fuego es simplemente un interludio en el plan más amplio de dominación regional. Estados Unidos, a pesar de afirmar que defiende la paz, tiene una larga historia de intervenciones militaristas. Ningún presidente estadounidense ha evitado invadir otro país (vienen, ven, conquistan, no importa si cae toda la humanidad), parece obligatorio para su mandato. ¿Por qué dejarían de financiar guerras cuando los presupuestos occidentales priorizan en gran medida las operaciones militares de Israel? Estados Unidos, con su creciente deuda, un gobierno en crisis y un creciente descontento, y el Reino Unido, con su economía en colapso, no tienen motivos para cambiar sus políticas bélicas.
El ciclo de violencia persistirá porque la guerra es rentable para estas potencias. Cuando se calme el polvo, recuerden esto: las acciones de Israel no tienen que ver con la paz; tienen que ver con el dominio, la destrucción y la distracción. La cuestión no es si atacarán de nuevo, sino cuándo y contra quién. El tiempo avanza.
Análisis: Netanyahu ignora a los extremistas sionistas y avanza con el alto el fuego, pero...
Larry C. Johnson
Los negociadores han firmado el alto el fuego entre Hamás e Israel, pero aún existe la posibilidad de que Netanyahu se resista y eche la culpa a Hamás. Los principales periódicos israelíes informan de que el acuerdo se ha cerrado:
Ynet.com :
Times of Israel :
Acuerdo de rehenes firmado por ambas partes en Doha, confirma la Oficina del Primer Ministro
Día 469 de la guerra en Israel: el gabinete israelí se reunirá el viernes después de que la oficina del primer ministro dijera que se llegó a un acuerdo para la liberación de los rehenes
Esto no significa que los palestinos estén a salvo y vayan a conocer la paz. Los sionistas siguen bombardeando a civiles palestinos con la excusa de que atacan a los combatientes de Hamás.
■ El líder de Otzma Yehudit, Itamar Ben-Gvir, anunció que su partido dimitirá del gobierno si se aprueba el acuerdo de alto el fuego y la liberación de rehenes.
■ Alrededor de 1.500 personas protestan contra el acuerdo de rehenes con Hamás, en Jerusalén.
■ La delegación israelí alcanzó acuerdos en las conversaciones sobre el acuerdo de rehenes con Hamas, que se espera concluyan pronto, y tiene previsto regresar a Israel antes de una reunión del gabinete de seguridad y del gabinete el fin de semana.
■ La administración Biden dijo que esperaba que el acuerdo de alto el fuego se implementara a partir del domingo. Esto se produce después de que el diputado Bezalel Smotrich dijera que su partido solo apoyaría el acuerdo si, después de la primera etapa, las FDI reanudaran los ataques a Gaza.
■ Una delegación israelí partirá hacia El Cairo el viernes para coordinar la logística antes del acuerdo sobre los rehenes. Los ministros aún no han sido convocados a una reunión para discutir el acuerdo sobre los rehenes y el alto el fuego.
■ El Ministerio de Defensa dijo que ayudaría a implementar el acuerdo de alto el fuego con Hamas.
Los extremistas sionistas del gabinete de Netanyahu —Ben Gvir y Smotrich— prometen que se retirarán y harán que el gobierno de Netanyahu se derrumbe. Si el cese del fuego propuesto entra en vigor, es poco probable que Israel cumpla sus términos y lo lleve hasta la tercera fase. Los sionistas no se están echando atrás en su plan de exterminar a los palestinos, y los palestinos son sólo una parte de la ecuación dentro del plan maestro sionista. Así es como ve el futuro un sionista ardiente:
Creo que no se trata de rehenes. Es un mensaje al mundo de que ahora Trump está a cargo y todo va a ser diferente. Tiene que preparar el terreno para Ucrania y otros asuntos, y esto lo hace. También creo que le dijo a Netanyahu: saquemos a los rehenes y luego podrá volver con los EE. UU. y eliminar al Hamas reconstituido, lo cual es necesario. Este acuerdo es parte de un plan estratégico mucho más amplio que el equipo de Trump tiene en marcha para todo el mundo y simplemente prepara el terreno. El siguiente paso es una reunión con Putin para resolver eso, luego destruirán las armas nucleares de Irán y cerrarán el petróleo de Irán y Venezuela la primera semana, y seguirán adelante habiendo cambiado toda la situación geopolítica y la narrativa. Me he reunido y he tratado con Witkoff. Es un promotor inmobiliario muy duro de Nueva York y es la persona adecuada para el acuerdo de Gaza y otros como enviado especial. Irán ahora no tiene defensa aérea y no tendrá ingresos petroleros la próxima semana. Trump y Netanyahu tendrán que entrar y destruir las instalaciones nucleares juntos. Si ahora tienen vía libre en el aire, podrán lograrlo. Entonces el Mossad y los ataques aéreos matarán a los líderes y tendremos un cambio de régimen.
Esto es una ilusión, pero quiero que entiendan que este comentario refleja con precisión cómo piensan los sionistas. He aquí su problema: la defensa aérea de Irán sigue intacta y sus capacidades van a aumentar después de firmar el acuerdo de seguridad mutua hoy (viernes 17) con Rusia. La persona que escribió esto también ignora el hecho de que Irán se ha ganado cierta buena voluntad entre las naciones árabes al ayudar a persuadir a Hamás para que acepte el acuerdo de alto el fuego impulsado por Washington y Trump.
Aunque muchos israelíes siguen fantaseando con la idea de que son la fuerza militar superior de la región, los hechos de los últimos 15 meses cuentan una historia diferente. Israel no ha logrado destruir a Hamás, y, según se informa, Hamás ha crecido en tamaño, en lugar de desaparecer. Es cierto que el pueblo palestino ha pagado un precio horrendo en términos de vidas perdidas y hogares destruidos, pero sigue en pie.
Creo que la empatía de Trump hacia Israel es limitada. Está más interesado en elaborar un gran acuerdo basado en la reactivación de los Acuerdos de Abraham y en asegurar un auténtico acuerdo de paz entre Israel y los países árabes del Golfo. Mientras los saudíes y los qataríes insistan en un Estado para los palestinos, no es probable que Trump respalde los ataques israelíes contra los palestinos con el pretexto de destruir a Hamás si este mantiene su parte del alto el fuego.
Aunque Rubio, Waltz, Hegseth y Radcliffe se inclinan a apoyar la iniciativa de Israel de eliminar a Hamás, es probable que el deseo de Trump de lograr un acuerdo de paz duradero y consolidar su legado como pacificador pese más que sus objeciones. Si Trump cede y permite que Israel reanude la destrucción de Gaza, pondrá en peligro cualquier posibilidad de que se concreten los Acuerdos de Abraham 2.0.
Estoy bastante seguro de una cosa: Trump no sacrificará sus sueños para salvar a Bibi Netayahu.