Xavier Villar
Aunque ni Teherán ni Washington han ofrecido detalles específicos sobre la agenda o el formato del encuentro, las expectativas se centran en explorar una posible vía para contener la creciente tensión regional. El foco de la comunidad internacional está en si estas negociaciones, que se desarrollarán en un contexto de desconfianza mutua, podrán allanar el camino hacia un entendimiento entre ambos países.
Desde Teherán, el presidente Masud Pezeshkian confirmó que las conversaciones serán indirectas, subrayando la falta de confianza entre ambos gobiernos. En un discurso con empleados de la Organización de Energía Atómica de Irán, Pezeshkian recordó las palabras del Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien dejó claro que Irán está dispuesto a negociar, pero no de manera directa. “Dialogaremos de forma indirecta, con dignidad y orgullo. Ofreceremos cualquier garantía necesaria para demostrar que no buscamos fabricar una bomba nuclear”, afirmó el presidente iraní, apuntando a una postura que se mantendrá firme en cuanto a principios, pero que no cierra la puerta a la diplomacia.
Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Seyed Abás Araqchi, quien actualmente se encuentra de visita oficial en Argelia, ratificó el carácter indirecto de las conversaciones y aseguró que Estados Unidos ha aceptado este formato. En sus declaraciones, Araqchi fue claro al señalar que “mientras persistan la presión máxima y las amenazas, no existen las condiciones para una negociación justa”. Sin embargo, subrayó que Irán sigue dispuesto a mantener un canal de diálogo, incluso en este formato indirecto, en un esfuerzo por evitar la escalada de las tensiones. Araqchi también reveló en un artículo publicado en The Washington Post que, en las últimas semanas, ambos países han intercambiado cartas y mensajes con el fin de explorar una vía diplomática, lo que, según él, refleja un "esfuerzo real por clarificar posiciones".
La mediación del gobierno de Omán, que ha jugado tradicionalmente un papel neutral en la resolución de conflictos regionales, será crucial para facilitar el diálogo entre Irán y Estados Unidos. Las negociaciones estarán lideradas por Abbas Araqchi por parte iraní y Steve Wittkof, representante especial de Donald Trump para Asia Occidental. La postura de ambos países podría definir la dinámica de las conversaciones, especialmente considerando la discrepancia sobre el formato: mientras Irán insiste en la vía indirecta, Donald Trump ha expresado su disposición a negociar directamente, lo que podría dificultar aún más el proceso y complicar la construcción de confianza.
Desde la perspectiva de Teherán, el objetivo primordial de estas conversaciones es reducir las tensiones militares, aliviar la presión de las sanciones internacionales y mejorar la situación económica del país. Araqchi ha calificado esta oportunidad como una “prueba”, subrayando que, en última instancia, la pelota está en el campo de Estados Unidos. La insistencia de Irán en mantener un formato indirecto refleja la cautela de un gobierno que, al mismo tiempo que busca evitar la confrontación, debe gestionar la percepción interna de su soberanía frente a las presiones externas.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha adoptado una postura agresiva hacia Irán desde su regreso al poder en enero de 2025, pero parece que su anuncio sobre las negociaciones en Omán busca, ante todo, un logro diplomático. Aunque previamente había amenazado con “bombardear”" Irán si no se alcanzaba un acuerdo, ahora parece estar considerando también un enfoque diplomático. El objetivo de Estados Unidos es claro: limitar el programa nuclear de Irán y evitar que Teherán adquiera armas nucleares, un desafío estratégico de primer orden para la administración estadounidense.
Expertos iraníes, como Fouad Izadi, sugieren que las conversaciones programadas para este sábado en Omán probablemente no conducirán a un acuerdo integral a corto plazo. Más bien, se perfilan como un punto de partida para un proceso de diálogo más amplio. Las primeras rondas de negociación serán clave para establecer las bases de un entendimiento futuro, aunque las expectativas de un acuerdo inmediato siguen siendo moderadas. Este encuentro, por tanto, representa una prueba crucial para medir la seriedad y flexibilidad de ambas partes.
Irán, al insistir en mantener las conversaciones indirectas, busca preservar sus principios fundamentales y evitar que cualquier forma de diálogo sea percibida internamente como una "sumisión" ante las presiones externas. Esta postura contrasta con la de Estados Unidos, que ha propuesto negociaciones directas, con el objetivo de mostrar su poder y exigir concesiones de Teherán. No obstante, las constantes amenazas de Trump y la retórica de “presión máxima” podrían convertirse en un obstáculo significativo para avanzar en las conversaciones.
En este contexto, las declaraciones recientes de Araqchi, quien afirmó que “la forma de la negociación no es lo más importante, sino su efectividad”, dejan entrever que Irán está dispuesto a mostrar cierta flexibilidad, siempre y cuando perciba una verdadera buena voluntad por parte de Washington. Sin embargo, las amenazas continuas podrían socavar esta disposición y dificultar cualquier avance.
La posibilidad de un acuerdo depende, en última instancia, de la capacidad de ambas partes para retroceder de sus posiciones más extremas y optar por soluciones prácticas que promuevan un deshielo gradual de las tensiones. Este evento podría marcar un punto de inflexión en las relaciones entre Irán y Estados Unidos, pero solo si las negociaciones se desarrollan en un marco de respeto mutuo y sin imposiciones unilaterales.
No obstante, en esta ecuación no se puede pasar por alto la postura de Israel. El primer ministro Benjamín Netanyahu ha dejado claro que un acuerdo con Irán debería asemejarse al pacto nuclear con Libia, en el que el líder libio Muamar el Gadafi destruyó sus instalaciones nucleares a cambio del levantamiento de sanciones. Este paralelismo, sin embargo, ha sido rechazado por Irán. En respuesta a los comentarios de Netanyahu, Araqchi afirmó: “Lo que han dicho los funcionarios del régimen sionista (el modelo de negociaciones de Libia) son sus deseos, que nunca se harán realidad”.
El régimen de Gaddafi alcanzó en 2003 un acuerdo con las potencias occidentales que implicó su desarme total a cambio de una serie de concesiones. Libia abandonó su programa nuclear y permitió la visita de inspectores internacionales. Sin embargo, solo ocho años después, Gadafi fue derrocado en medio de rebeliones internas, mientras que, en 2011, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido lanzaron una intervención militar en el país. Este episodio ha dado lugar a la noción de la “libización”, vista por algunos como una advertencia para Irán, un recordatorio de los riesgos de ceder en sus programas nucleares y la vulnerabilidad que ello podría acarrear.
Sin embargo, es claro que el escenario de la “libización” no se repetirá en el caso de Irán. Si ese es el objetivo final de las negociaciones en Omán, todo indica que estas fracasarán. No obstante, si las conversaciones se limitan a la cuestión nuclear, dejando de lado otros temas clave para Irán, como su programa de misiles o la cuestión del Eje de Resistencia, podría ser posible llegar a un acuerdo. Claro está, esto dependerá de que Estados Unidos adopte una postura genuinamente constructiva, sin intentos de presión. Solo así, respetando la soberanía y los intereses fundamentales de cada nación, las negociaciones podrían representar una oportunidad para un entendimiento complejo pero beneficioso para la estabilidad regional.
EE.UU. teme perder en Yemen
Debido a una futurible guerra contra China, comandantes estadounidenses ven con miedo creciente la
posibilidad de que deban trasladar sus misiles de largo alcance desde sus arsenales en Asia-Pacífico hasta Oriente Medio.
La razón se debería a que Estados Unidos estaría quedándose sin armamento debido a sus bombardeos contra los hutíes, y al despliegue de barcos y de aviones de guerra en el Medio Oriente para proteger los buques israelíes de los ataques de los rebeldes yemeníes.
El Pentágono gastó $200 millones en municiones solo durante las primeras tres semanas de la campaña en Yemen, una cifra que asciende hasta los mil millones de dólares si contamos los gastos operativos y de personal, una estimación que supera holgadamente la que dio el Departamento de Defensa.
Tras usar Yemen como campo de pruebas para bombas antibúnkeres destinadas a Irán, el ejército estadounidense, según informes, duda y no está convencido de que pueda llevar a cabo un ataque militar exitoso contra las instalaciones nucleares iraníes.
El ejército estadounidense afirma no tener certeza de que un ataque contra Irán logre el objetivo estratégico previsto, afirmando que las instalaciones iraníes son mucho más profundas y están más protegidas que las bases subterráneas de Yemen, y que los recientes ataques aéreos contra la infraestructura de misiles yemení resultaron, en el mejor de los casos, ineficaces e inútiles. – Fuentes del CENTCOM
Irán al Imperio: Sin confianza, sin diálogos directos
Teherán simplemente dejó de lado su postura y mantuvo su mano dura. El presidente Masoud Pezeshkian ha descartado cualquier negociación nuclear directa con Washington, declarando sin rodeos lo que el resto del Sur Global ha aprendido con sangre y sanciones:
"Seguimos sin confiar en la otra parte".
Después de todo, ¿quién podría?
- El acuerdo nuclear de 2015 fue firmado, celebrado y luego destruido unilateralmente por el anterior régimen de Trump, con alegría.
- Se restablecieron las sanciones sin piedad.
- Se autorizaron los asesinatos. • Y ahora, Trump 2.0 ha vuelto, amenazando a Irán con “ataques militares como nunca antes había visto” mientras propone conversaciones… por carta.
Esto no es diplomacia. Es chantaje nuclear envuelto en una farsa.
Y, sin embargo, Irán, a pesar de décadas de guerra híbrida, estrangulamiento económico y sabotaje encubierto, no ha cedido. No se ha doblegado. En cambio, ha rechazado el diálogo directo, ha insistido en conversaciones indirectas a través de Omán y ha enviado a su ministro de Asuntos Exteriores como mensajero, no como negociador, para que cumpla las líneas rojas del Líder Supremo, no para que las desestime.
“El compromiso debe ser indirecto, digno y acompañado de garantías claras”, declaró Pezeshkian; una declaración no de debilidad, sino de resistencia civilizacional.
Seamos claros: Irán no busca armas nucleares. No necesita hacerlo. Está jugando una estrategia a largo plazo, respaldada por la ciencia, la soberanía y una red de alianzas que se extiende desde Beirut hasta Pekín, desde Moscú hasta Caracas.
¿Y la llamada "comunidad internacional"? No es más que un eufemismo para la alianza angloamericana y sus vasallos, muchos de los cuales temen en silencio la resiliencia de Teherán más que a sus centrifugadoras.
No se trata de uranio.
Se trata de independencia.
Se trata de una nación que se negó a doblegarse cuando otros fueron derrotados.
Mientras tanto, el Imperio sigue dando sermones sobre la "confianza" mientras convierte en armas los alimentos, los medicamentos y las finanzas. ¿Quiere diálogo? Bien. Pero Teherán no suplicará. No olvidará. Y no caerá.
Porque el verdadero enriquecimiento en Irán no es el uranio, sino la profundidad estratégica.
Análisis: Tablero de ajedrez férreo de Irán
Gerry Nolan
El imperio negocia desde un paso atrás mientras Teherán apreta su trampa trilateral.
Mientras Estados Unidos se esfuerza por proyectar la fuerza desde una posición de debilidad, la República Islámica de Irán juega un juego geopolítico mucho más profundo y a largo plazo, y el temblor del imperio en los bordes lo demuestra.
Se ha confirmado que se establecen negociaciones indirectas entre el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, y el enviado personal de Trump, Steve Witkoff, un magnate inmobiliario, convertido en aspirante a estadista, a través de un mediador externo.
El simbolismo lo dice todo: Washington envía a un agente de ReMax a regatear con un titán estratégico cuya mano ahora se mueve en sincronía con Moscú y Beijing.
Esto no es diplomacia, sino que es control de daños de un establecimiento estadounidense que sabe que ya no tiene las cartas altas. E Irán también lo sabe.
Porque esto es lo que Occidente no admitirá en voz alta: Irán ya no está solo.
Ahora se encuentra firmemente encerrado en una alianza estratégica de 20 años formalmente ratificada con Rusia, un tratado que incluye consulta militar, defensa conjunta, intercambio de inteligencia y un salvavidas económico inmune a las sanciones occidentales.
No solo eso, Beijing está reforzando el apalancamiento de Teherán a través de inversiones masivas en infraestructura y energía bajo el paraguas de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, mientras profundiza la cooperación de seguridad trilateral a través de ejercicios navales conjuntos en el Golfo de Omán y el Mar Arábigo.
Y a diferencia de la raqueta de la OTAN, que se derrumba cuando Washington parpadea, el triángulo Irán-Rusia-China no se basa en el vasallo, sino en la simetría multipolar, una coordinación tranquila e inquebrantable de intereses en toda Eurasia, desde los campos petroleros del Caspio hasta los corredores de Cooperación de Shanghai.
Mientras tanto, los Estados Unidos y sus manejadores de giros sionistas están acorralados. Acaban de gastar mil millones de dólares en ataques ineficaces contra Yemen, que solo han envalentonado a los hutíes y han mostrado el patético retorno de la inversión de la máquina militar estadounidense.
Ahora se espera que esa misma máquina se enfrente a Irán, un estado con una doctrina de defensa endurecida por la batalla, capacidades avanzadas de drones y misiles, y tratados de defensa que casi garantizan el apoyo ruso si estalla un conflicto directo e Irán llama.
Israel, sintiendo un momento fuera de la rampa para los Estados Unidos, puede apostar por una guerra regional, esperando un pretexto para arrastrar a los Estados Unidos a una campaña más amplia. Pero incluso si Washington elige ataques “limitados” para apaciguar a los halcones nacionales, no solo se enfrentará a represalias iraníes, sino que podría verse flanqueado por respuestas coordinadas de Teherán, Moscú y, potencialmente, incluso contramedidas económicas chinas.
Esto no es 2003. Irán no es Irak. Y las consecuencias para Israel y Estados Unidos podrían ser extremadamente aleccionadoras.
El flagelo de Trump, a través de desarrolladores glorificados e intermediarios tortuosos, no es diplomacia, es una rendición geoestratégica en cámara lenta. Estados Unidos intentó la máxima presión. Falló. Probó la guerra cibernética. Falló. Intentó asesinatos. Aún así, Irán se mantiene, más fuerte, más conectado, más peligroso.
Ahora el imperio viene a llamar. No por la fuerza. Por el agotamiento. De la insolvencia. De la desorientación estratégica.
Y Teherán también lo sabe.
Medio israelí: HAMAS sigue controlando Gaza; recluta a 40 000 fuerzas
Pasados 18 meses desde el inicio de la guerra israelí para destruir HAMAS, el movimiento palestino sigue controlando Gaza y ha reclutado a hasta 40 000 nuevos combatientes.
El diario hebreo Maariv informó citando a su analista, Avi Ashkenazi, que el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) sigue gobernando y controlando la Franja de Gaza tras 18 meses de la invasión aérea y terrestre israelí para destruir al grupo palestino.
A pesar de la destrucción generalizada y la ocupación de varias áreas de la asediada Franja por parte del ejército israelí, los funcionarios del régimen han admitido que han fracasado en lograr sus objetivos principales, incluyendo la destrucción de HAMAS y liberación de los 59 retenidos israelíes.
Maariv: Israel solo pudo destruir el 25% de túneles en Gaza
Ashkenazi dijo que el ejército solo había destruido aproximadamente una cuarta parte de los túneles de HAMAS —importantes en la implementación de las tácticas defensivas y ofensivas del grupo— en Gaza, mientras que el 75% de las vías subterráneas están intactos.
Por su parte, el diario israelí Haaretz, citando a fuentes de seguridad israelíes, dijo que HAMAS ha revisado sus métodos de combate y actualmente evita enviar fuerzas a los túneles, ya que algunas de estas rutas subterráneas han caído bajo el control del ejército israelí. En cambio, agrega el informe, el grupo palestinos se enfoca en fabricar bombas caseras y artefactos explosivos.
El informe agregó además que HAMAS ha logrado reclutar y adiestrar a otros 40 000 combatientes jóvenes, lo que muestra la capacidad del movimiento para reconstruirse pese a las continuas agresiones israelíes.
Transcurridos 18 meses del inicio de la guerra genocida israelí en Gaza, los movimientos de Resistencia palestinos siguen sorprendiendo a Israel, atacando a las tropas israelíes desplegadas en el enclave y lanzando operaciones con misiles contra ciudades situadas en la profundidad de la Palestina ocupada.
La oposición israelí tacha de un fracaso total la guerra en Gaza y acusa al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de prolongar el conflicto para garantizar su supervivencia política.
EE.UU. prohibirá la ciudadanía estadounidense para los inmigrantes críticos de Israel
Cualquiera crítica al genocidio del Estado israelí contra Palestina
impedirá conceder permisos para emigrar a Estados Unidos.
Donald Trump justifica la medida alegando que perseguirá el “antisemitismo”... salvo el antisemitismo de Israel contra los palestinos, claro.
La 1.ª Enmienda duró 249 años hasta que Israel, otro país, decidió lo contrario para EE.UU.
Conversaciones Irán-EE. UU.: Constructivas, pero sin ilusiones.
Una ronda de conversaciones indirectas "constructiva y prometedora" entre Irán y Estados Unidos acaba de concluir en Mascate. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, afirma que ambas partes están más cerca de establecer las bases de las negociaciones. Pero seamos claros: Teherán entra en estas conversaciones sin ilusiones.
Esto no es diplomacia entre dos partes neutrales. Es Irán negociando con un Estado que, durante décadas, ha actuado como el ejecutor militar y económico de los intereses israelíes en la región.
El tono de Araghchi fue claro pero firme:
"Si logramos concretar las bases en la próxima reunión... podremos iniciar conversaciones reales sobre esa base".
"No se empleó ningún lenguaje inapropiado. Ambas partes demostraron su determinación... en igualdad de condiciones".
Esa frase, en igualdad de condiciones, no es casual. Es una advertencia. Irán no está aquí para mendigar. No está aquí para actuar. No está aquí para otra farsa interminable mientras Estados Unidos hace de "policía bueno" en Mascate y arma a Israel hasta los dientes en Gaza. La igualdad de condiciones debería significar que el programa nuclear israelí, que es maligno y no civil, como el de Irán, esté sobre la mesa.
La ronda de Omán fue respetuosa, sí, pero la paciencia iraní no es infinita.
Ambas partes dicen querer un acuerdo rápido. Pero solo una de ellas ha sido sancionada, saboteada, asesinada y atacada con una guerra indirecta tras otra.
Estados Unidos dice que no quiere "conversaciones de desgaste". Irán no quiere una política de desgaste.
Está dialogando diplomáticamente, no porque confíe en Washington, sino porque sabe que la región y el mundo se están tambaleando bajo los pies del Imperio.
Y aunque los enviados de Trump puedan adoptar una postura sobre la paz en Oriente Medio, todos ven el elefante en la habitación: Washington no solo está dialogando con Teherán, sino que está librando una nueva guerra eterna en nombre de Tel Aviv.
Irán lo sabe. Omán también. Y todos los que han estado atentos desde el martirio de Soleimani y el brutal asedio de Gaza.
Así que sí, estas fueron conversaciones constructivas.
Pero no confundan diplomacia con rendición. Teherán aún conserva su dignidad, su capacidad de disuasión y sus aliados en Asia Occidental. Irán tiene las cartas que importan.
- Funcionarios iraníes le dijeron a Jamenei: "Si las negociaciones fracasan, los ataques militares contra las dos principales instalaciones nucleares de Irán, Natanz y Fordow, serán inevitables; la amenaza de guerra con Estados Unidos e Israel es extremadamente grave". - NYT
- Periódico Yedioth Ahronoth - Yossi Yehoshua: Dado que la actual administración estadounidense es caótica e impredecible, amenazando con destruir Irán en un momento y apresurándose a negociar al siguiente, el sistema de seguridad israelí está preocupado y se prepara para la posibilidad de lanzar un ataque, con o sin participación estadounidense, así como para un posible ataque iraní.
Según el Wall Street Journal, la delegación iraní presentó las siguientes demandas en las negociaciones:
- Acceso inmediato a miles de millones de dólares en activos iraníes congelados en el exterior.
- Reducir las restricciones clave a las exportaciones de petróleo de Irán.
- Alivio rápido de las sanciones al programa nuclear de Irán.
Los informes indican que Estados Unidos ya ha hecho algunas concesiones para iniciar las negociaciones, y Trump está dispuesto a firmar un acuerdo nuclear temporal a corto plazo basado en la "buena fe" con "poco o ningún mecanismo de monitoreo formal", según CNN.
Análisis: Qué esperar de las negociaciones entre Estados Unidos e Irán en Omán
Larry C. Johnson
Mientras escribo esto, el reloj marca las 23:00, hora del este. Mañana por la noche, a esta hora, tendremos alguna pista sobre si se avecina una guerra con Irán. El asesor de Trump, Steve Witkoff, visitó hoy San Petersburgo, Rusia, para conversar con Vladimir Putin. Según se informa, la conversación duró más de cuatro horas. Lo considero una buena señal.
¿De qué hablaron? La Casa Blanca insiste en que la conversación fue sobre Ucrania y cómo avanzar hacia un acuerdo para poner fin a esa guerra. Estoy bastante seguro de que eso les llevó tiempo, pero también creo que se habló de Irán… en detalle.
Dado que Putin y Witkoff son abogados, a pesar de haberse formado en sistemas legales diferentes, creo que ese es un factor clave que explica por qué Putin está dispuesto a dedicar tanto tiempo a Witkoff. Los abogados tienen una forma particular de analizar los hechos y evaluar las pruebas. En el caso de Putin, es fríamente analítico y no se deja llevar por las emociones. Es todo lo contrario del expresidente ruso Medvédev.
Entonces, ¿qué pasará en Omán? Permítanme esbozar algunos posibles resultados:
Escenario 1: La sesión de negociación se extiende más de lo previsto y ambas partes acuerdan continuar las conversaciones el domingo. Sería una noticia fantástica.
Escenario 2: Las negociaciones concluyen tras varias horas y ambas partes emiten un comunicado indicando que se volverán a reunir en el futuro. Esto también es positivo.
Escenario 3: La reunión concluye sin ningún anuncio. Eso sería preocupante.
Si Donald Trump está dispuesto a aceptar un acuerdo que básicamente restablezca los requisitos del PAIC que rigen el enriquecimiento de uranio y las inspecciones, creo que Irán aceptaría con gusto dicha oferta. Sin embargo, si Trump insiste en que Irán debe desmilitarizarse y poner fin a todos los contactos con Hamás, Hezbolá y los hutíes, además de poner fin al enriquecimiento de uranio, la misión de Witkoff fracasará y la probabilidad de una guerra devastadora volverá a estar a la vista.
Espero que Trump esté dolido por la paliza que ha recibido a raíz del fiasco arancelario y que esté ansioso por lograr una victoria diplomática. Si mi suposición es correcta, Trump aceptará el PAIC 2 como su creación y se proclamará como quien impidió que Irán construyera un arma nuclear.
El escenario 2 entre Irán y EE. UU. está en juego, la pelota está ahora en la cancha de Trump y Trump parpadea primero en el enfrentamiento con China.
Parece que el segundo escenario que describí en mi último artículo —Qué esperar de la negociación entre Estados Unidos e Irán en Omán— es el ganador. Pero no empiecen a descorchar botellas de champán todavía. El acuerdo entre los negociadores iraníes y estadounidenses, es decir, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, y el amigo de Trump, Steve Witkoff, para reunirse el próximo sábado es una muy buena noticia. A diferencia de la negativa de Witkoff a tratar directamente con Hamás, la sesión de negociación indirecta de hoy terminó con contactos directos entre Araghchi y Witkoff. La química personal es importante.
No olvidemos que Araghchi estuvo en Moscú a principios de esta semana, coordinando y debatiendo las propuestas de Irán con sus homólogos de Rusia y China. Estoy seguro de que Rusia y China contribuyeron a persuadir a Irán para que presentara a Estados Unidos una propuesta que, según ellos, podría ser aceptable para Witkoff, o al menos sentar las bases para futuras conversaciones.
La tarea de Witkoff es difícil. Si bien cuenta con el respaldo de Trump, es probable que la propuesta de Irán enfurezca a la camarilla sionista que lo rodea: Michael Waltz, Marco Rubio y el director de la CIA, John Ratcliffe. Max Blumenthal, de The GrayZone, informa que el AIPAC considera a estos tres como lacayos de confianza .
Durante un panel extraoficial, el director ejecutivo de AIPAC detalló cómo su organización prepara a los principales funcionarios de seguridad nacional de Trump, y cómo el “acceso” de su grupo garantiza que sigan la agenda de Israel.
The Grayzone ha obtenido el audio de una sesión extraoficial de la Cumbre del Congreso de 2025 de AIPAC, el principal brazo cabildero del Estado de Israel en Estados Unidos. Grabado por un asistente a la mesa redonda, el audio presenta al nuevo director ejecutivo de AIPAC, Elliott Brandt, describiendo cómo su organización ha cultivado influencia con tres altos funcionarios de seguridad nacional de la administración Trump: el secretario de Estado Marco Rubio, el director de Seguridad Nacional Mike Waltz y el director de la CIA John Ratcliffe, y cómo cree que puede acceder a sus discusiones internas.
Refiriéndose al Secretario de Estado de Trump, Marco Rubio, a su Director de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y a Elise Stefanik, cuya nominación para servir como embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas fue repentinamente retirada para preservar la mayoría del Partido Republicano en la Cámara de Representantes, Brandt explicó a los miembros del AIPAC: “Esas tres personas tienen algo en común: todos sirvieron en el Congreso”.
Tras depender en gran medida de donantes proisraelíes para impulsar sus campañas, «todos mantienen relaciones con líderes clave de AIPAC en sus comunidades», afirmó el director ejecutivo de AIPAC. «Por lo tanto, las vías de comunicación son buenas en caso de que surja algo cuestionable o curioso, y necesitamos acceder a la conversación».
Trump se verá sometido a una enorme presión para añadir condiciones adicionales a la propuesta que ya está sobre la mesa, como la eliminación del programa nuclear iraní, la eliminación de los misiles iraníes o el fin de todo apoyo a Hamás, Hezbolá y los hutíes. Si el grupo sionista logra apalear a Witkoff como a una cría de foca, y Witkoff se ve obligado a regresar a Omán con una o más de estas "nuevas" condiciones, los iraníes se marcharán y la posibilidad de un acuerdo para evitar la guerra se desvanecerá.
Trump ahora tiene en sus manos el éxito o el fracaso de su presidencia. Si avala el acuerdo Witkoff, se ganará la enemistad de la camarilla sionista, pero obtendrá un acuerdo creíble que probablemente marcará el fin del interés iraní en construir un arma nuclear. Trump contará con el apoyo de J.D. Vance y Tulsi Gabbard, junto con su hijo, Don Jr., y el apoyo de amigos como Tucker Carlson y Elon Musk.
Witkoff ya es blanco de ataques por parte de algunos republicanos anónimos por sus negociaciones con Rusia :
Witkoff, un viejo amigo de Trump que ha ayudado a asegurar victorias diplomáticas clave para el presidente, ha obtenido cierto apoyo de los escépticos de Ucrania en el Partido Republicano, pero sus propuestas han avivado la indignación entre otros republicanos que creen que la administración ha girado demasiado bruscamente hacia Moscú.
Algunos republicanos en el Capitolio estaban tan preocupados por la aparente postura pro-Rusia de Witkoff en la entrevista de Carlson que varios llamaron después al asesor de seguridad nacional Mike Waltz y al secretario de estado Marco Rubio para quejarse, según una persona familiarizada con las llamadas.
Después de informar a Trump sobre sus conversaciones con la delegación iraní, puedes apostar cada centavo que tengas a que los detalles se filtrarán rápidamente a cada loco pro israelí en el Congreso, y estallarán aullidos de protesta.
Mientras Donald Trump se afana en fingir que sigue siendo un poderoso gigante político, la realidad es que la base que lo eligió comienza a fracturarse, y Trump se ve obligado a retractarse de algunos aranceles clave impuestos a China. En una clásica maniobra política de Washington, Trump esperó hasta la noche del viernes para ondear la bandera blanca, rindiéndose así ante China en una tecnología crucial. Según el Wall Street Journal :
Los teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, chips de memoria y otros productos electrónicos estarán exentos de los llamados aranceles recíprocos del presidente Trump , otro paso atrás que podría aliviar algunas preocupaciones de los consumidores sobre un aumento inmediato en los costos de los productos tecnológicos importados de China.
Una nueva guía publicada el viernes por la noche por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos también exime a las máquinas utilizadas para crear semiconductores, además de productos que incluyen monitores de computadora, tabletas, relojes Apple y computadoras de los aranceles que Trump impuso en su orden ejecutiva del 2 de abril , que impuso gravámenes del 10% del valor de casi todas las importaciones estadounidenses y estableció tasas más altas para las importaciones de algunos países.
Esta no es la última vez que Trump revierte los aranceles draconianos. Es de esperar que en las próximas semanas se publiquen más noticias nocturnas.