Las ambiciones de Donald Trump en el Ártico están aumentando, y ahora Canadá se suma a Groenlandia en su lista de deseos territoriales. Recordando la noción del siglo XIX del Destino Manifiesto, el expresidente está considerando estos territorios no solo por su dominio simbólico sobre América del Norte, sino para expandir drásticamente el control de Washington en el Ártico, una región repleta de recursos naturales sin explotar, rutas comerciales estratégicas y ventajas militares incomparables. La visión de Trump también prepara el terreno para un desafío directo a la supremacía de Rusia en la Ruta del Mar del Norte del Ártico.
Pero, ¿quién es realmente el dueño del Ártico y qué está en juego?
🔹 Estados Unidos – Reclamaciones en el Ártico: ~10%
El dominio ártico de Estados Unidos depende en gran medida de Alaska. Aproximadamente un tercio del territorio de Alaska (unos 575.000 km2) se encuentra en el Ártico, junto con una zona económica exclusiva de 200 millas náuticas frente a sus costas. En 2023, Washington añadió más de 1 millón de kilómetros cuadrados a sus reclamaciones de plataforma continental en el mar de Bering y el océano Ártico.
🔹 Canadá – Reclamaciones en el Ártico: ~25%
El vasto territorio ártico de Canadá incluye el 40% de su masa continental de 9,98 millones de kilómetros cuadrados y más del 70% de su costa. Ottawa amplió sus reclamaciones de plataforma ártica a 1,9 millones de kilómetros cuadrados en 2022, ampliando su alcance hasta las aguas rusas, incluida una participación en el Polo Norte.
🔹 Dinamarca (a través de Groenlandia) – Reclamaciones en el Ártico: ~20%
La presencia de Dinamarca en el Ártico se debe a Groenlandia, donde dos tercios de la isla de 2,17 millones de kilómetros cuadrados se encuentran por encima del Círculo Polar Ártico. Esto permite a Copenhague reclamar unos 900.000 kilómetros cuadrados de la plataforma continental, incluido el Polo Norte, aunque el impulso de Groenlandia por la independencia puede cambiar eso.
🔹 Rusia – Reivindicaciones en el Ártico: ~50%
Rusia domina el Ártico, con el 20% de sus 17 millones de kilómetros cuadrados de masa terrestre por encima del Círculo Polar Ártico. Las reclamaciones de Moscú sobre la plataforma continental abarcan 2,1 millones de kilómetros cuadrados, incluido el Polo Norte, y ha consolidado su presencia mediante una sólida infraestructura e inversión militar en la región.
🔹 Noruega – Reivindicaciones en el Ártico: ~5%
Las reclamaciones de Noruega sobre el Ártico son modestas en comparación, con aproximadamente un tercio de sus 385.200 kilómetros cuadrados de masa terrestre clasificados como territorio del norte, y las reclamaciones sobre la plataforma continental suman un total de 235.000 kilómetros cuadrados.
Ártico multipolar: un llamado a la soberanía sobre el imperialismo
El Ártico, un tesoro de recursos y rutas geoestratégicas, se ha convertido en la última frontera en la lucha por el poder global. Mientras Washington encubre sus ambiciones con retórica sobre la “libertad” y la “seguridad”, está claro que se trata de dominio y exclusión. Las fantasías árticas de Trump reflejan las mismas tendencias globalistas a las que dice oponerse, una estratagema desvergonzada para explotar los recursos mientras se niega la soberanía a las naciones del Ártico.
Rusia, por otro lado, ofrece un contrapeso claro, invirtiendo en la Ruta del Mar del Norte y fomentando la cooperación multipolar. El Ártico debería ser una zona de soberanía y colaboración, no otro teatro de explotación imperialista. Mientras Occidente babea por el derretimiento del hielo y el petróleo sin explotar, el futuro pertenece a quienes respetan a los custodios naturales del Ártico y rechazan el saqueo globalista.
La obsesión de Trump por Groenlandia y la estrategia de EEUU para el Ártico: ¿es algo realmente nuevo?
No. “Desde el punto de vista de si se trata de algo fundamentalmente nuevo o inesperado, no lo es. Es simplemente la manera típica y peculiar de Trump de afirmarse”, dijo a Sputnik la investigadora de asuntos internacionales Irina Strelnikova.
Strelnikova señaló que la Estrategia para el Ártico 2024 del Pentágono describió el papel central de Groenlandia en los planes de EEUU para el Ártico, haciendo hincapié en la necesidad de ampliar las capacidades de comunicación, inteligencia, vigilancia y asociaciones regionales.
La importancia de Groenlandia es evidente. “Alberga una base militar estadounidense, incluido un componente del sistema de alerta temprana de ataques con misiles. Y sobre la base de la estrategia adoptada en el verano de 2024, se está llevando a cabo una modernización integral”.
Según Strelnikova, Rusia conoce estos planes desde hace tiempo y asumirá los riesgos de seguridad que plantee la nueva administración.
Si Trump sigue adelante con sus planes en Groenlandia, la principal preocupación de Rusia serán las patrullas de la Guardia Costera estadounidense en la región, aunque los retrasos en el programa de rompehielos del Ártico hacen que las capacidades estadounidenses sean inciertas.
En última instancia, el enfoque de Rusia será diplomático: "La Guardia Costera es un instrumento de presión que se utiliza con mucha más frecuencia que la Armada y actúa de forma más agresiva en las zonas grises, debido al presunto menor riesgo de un conflicto militar importante", concluyó Strelnikova.
Trump y la próxima redistribución del Ártico
Es una de las pocas zonas del mundo que la humanidad todavía tiene por colonizar y explotar. Y es por eso que la noticia del reclamo de Trump sobre Groenlandia y Canadá debe tomarse en serio: en este caso, EE. UU. controlaría la mitad de todos los territorios del Ártico.
El 21 de junio, fue publicada la parte abierta de la Estrategia del Ártico del Pentágono que, además de las protocolares excusas sobre los "malvados rusos" y sus "amigos" chinos, contiene detalles específicos:
▪️ EE. UU. comenzará a desarrollar, construir y desplegar rompehielos y para eso ya están incorporando a Finlandia y Canadá al proceso en el llamado Pacto de Hielo.
▪️ Se modernizará el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte, NORAD.
▪️ Se desarrollarán aviones no tripulados en el Ártico: hablamos del uso activo de drones en todos los entornos y con el uso de IA.
Pero también hay una parte cerrada de la estrategia ártica estadounidense y quizá ahí esté planteada la política de integración de Canadá y Groenlandia que Trump está impulsando.
▪️ El primer mapa muestra las áreas de potencial responsabilidad de los comandos estadounidenses en el Ártico.
▪️ El segundo mapa revela que las fronteras del Ártico siguen siendo relevantes.
También hay que tener en cuenta que Groenlandia es cuatro veces más grande que el resto de Ucrania. Al día de hoy, la zona del Ártico está dividida por Rusia, por una parte, y miembros de la OTAN por otra, y la incorporación de la isla haría de Washington el segundo tenedor de territorios árticos tras Moscú.
Dinamarca ha sacrificado la capacidad de su Ejército por Ucrania
Frente al escenario hipotético de un conflicto directo entre Dinamarca y EE.UU. por el control de Groenlandia, el país europeo se encontraría en una clara desventaja. Una de las muchas razones es la significativa reducción de sus propias reservas de armas como resultado de la ayuda militar que ha prestado a Ucrania, aseguran analistas, citados en un
artículo de la edición europea del diario Politico.
La decisión de Copenhague de entregar sistemas de artillería y tanques a Kiev se basa en su percepción de que, a diferencia de los ucranianos, no enfrentan una amenaza directa de una potencia imperialista hostil. "La mayor parte de su equipo pesado de guerra terrestre ha sido donado a Ucrania", señala el medio.
Y aunque en realidad no sería un factor decisivo contra una eventual invasión estadounidense, debido a la enorme disparidad de fuerzas, ha agotado aún más sus ya limitadas capacidades defensivas. "La única forma de actuar allí es por aire o por mar. La guerra terrestre tiene muy poco sentido en Groenlandia", opina al respecto Kristian Soby Kristensen, investigador principal del Centro de Estudios Militares de la Universidad de Copenhague.
De cualquier modo, las donaciones militares podrían dificultar los objetivos en materia de defensa de la nación escandinava, a pesar de estar entre los países europeos que ha tomado muy en serio la necesidad de reforzar esta cartera desde el conflicto en Ucrania.
El año pasado, Dinamarca superó el objetivo de gasto militar del 2 % de la OTAN y planea aumentar aún más esa cifra. Actualmente, está reemplazando su flota de aviones de combate F-16 por los modernos F-35 de fabricación estadounidense y también está buscando adquirir sistemas de defensa aérea.
Al mismo tiempo, señala Kristensen, las Fuerzas Armadas de Dinamarca no están equipadas ni entrenadas para resistir una invasión estadounidense, a pesar de que despliegan regularmente aviones y barcos de patrulla marítima en aguas de Groenlandia. "Se han estado ocupando de actividades militares más mundanas en tiempos de paz", añade.
EE.UU. ya tiene presencia militar en Groenlandia: así es su contingente actual
A pesar de que Donald Trump reclama que Groenlandia debería formar parte de Estados Unidos, calificándolo de "una necesidad absoluta", Washington ya cuenta con una amplia presencia militar en la isla ártica, que pertenece a Dinamarca pero disfruta de una amplia autonomía.
En 1951, Washington y Copenhague, ambos miembros de la OTAN, firmaron el Tratado de Defensa de Groenlandia, que estableció el derecho de EE.UU. a construir bases militares y a desplazar fuerzas libremente por su territorio, siempre que las autoridades danesas y groenlandesas se lo notifiquen. El documento se actualizó en 2004, cuando Groenlandia, que fue colonia danesa hasta 1953, se adhirió al acuerdo, convirtiéndose en su tercera parte independiente.
¿Qué tiene EE.UU. en Groenlandia?
El Pentágono
considera a Groenlandia como una puerta de entrada al Ártico desde la década de 1940, cuando los militares estadounidenses entraron inicialmente en la isla en respuesta a la ocupación de Dinamarca por la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Durante la Guerra Fría, el Ejército de EE.UU. llegó a tener
más de 10.000 soldados en esa área.
Con el tiempo, Washington redujo considerablemente su presencia militar en la isla y algunas instalaciones estadounidenses fueron transferidas a Dinamarca. Sin embargo, la base aérea de Thule sigue existiendo en el noroeste de Groenlandia. En 2023, pasó a llamarse base espacial Pituffik.
En la actualidad, unos
200 efectivos en servicio activo de la Fuerza Aérea y la Fuerza Espacial de EE.UU. permanecen en la base. Su tarea consiste en vigilar los satélites en órbita para detectar naves espaciales y misiles balísticos, así como otras señales de ataque,
detalla Politico.
La instalación tiene una importancia estratégica para la nación norteamericana debido a su ubicación: la ruta más corta de Europa a Norteamérica pasa por Groenlandia y, al mismo tiempo, Pituffik está ligeramente
más cerca de Moscú que de Washington. Según indica un
cartel ubicado en la base, la distancia con la capital rusa es de 2.335 millas (unos 3.757 km), mientras que la capital estadounidense se halla a 2.344 millas (unos 3.772 km).
En este contexto, Ulrik Pram Gad, investigador principal del Instituto Danés de Estudios Internacionales, afirmó que si Trump cumpliera durante su mandato su amenaza de anexionarse la isla por medios militares, sería "la guerra más corta del mundo". "No hay capacidad defensiva en Groenlandia. Los estadounidenses estaban al mando", señaló.
Presencia militar danesa
A su vez, los militares daneses prestan servicio en Groenlandia como parte del Mando Ártico. Su cuartel general está en Nuuk, la capital de la autonomía, mientras que disponen de personal estacionado en todo el perímetro de la isla, desde la estación Nord, en el norte, hasta el centro logístico de Gronnedal, en el suroeste. Un destacamento de enlace de las Fuerzas Armadas de Dinamarca también está presente en la base espacial Pituffik. Asimismo, una patrulla militar danesa, Sirius, que utiliza trineos tirados por perros, vigila el Parque Nacional de Groenlandia, el mayor del mundo.
El año pasado, el ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen,
anunció planes para ampliar el contingente militar del país en el aeródromo groenlandés de Kangerlussuaq. Ahora, tras las palabras de Trump, Copenhague decidió aumentar su gasto de defensa en la isla y tiene previsto destinar una cantidad cercana a
1.500 millones de dólares a un nuevo paquete de ayuda que incluye dos patrulleras de clase Thetis, dos drones de largo alcance, dos equipos de perros de trineo y más personal militar danés en Groenlandia.
¿Cómo reflejar instantáneamente la tesis agresiva de EE.UU. de "nos estamos defendiendo de China"?
- Trump declara a principios de diciembre que el Canal de Panamá pertenece a Estados Unidos.
- Panamá está indignada porque en realidad es un estado y el canal está en su territorio.
- Trump envía saludos el 25 de diciembre a todos los soldados chinos que mantienen ilegalmente el Canal de Panamá.
3.1. Los narcólogos de todo el mundo están muy nerviosos y preguntan: "¿Qué no te gustó de Biden? Bueno, el viejo hizo pompas de jabón en su delirio, al menos no fue violento, pero este ya comenzó, antes incluso de que puso sus manos en el volante."
- El Presidente de Panamá dice oficialmente que no hay personal militar chino en Panamá ni entre quienes se dedican a las tareas de mantenimiento del funcionamiento del Canal de Panamá.
- Editorial de Newsweek: "¿China iniciará una nueva guerra mundial por el Canal de Panamá?" El punto clave es que, oficialmente, no hay militares ni operativos chinos allí. Pero es oficial y en uniforme, ¡allí todos visten de civil!
- Ahora hablemos de cómo China se está preparando para atacar a Estados Unidos en Panamá y cómo Estados Unidos debería defenderse de China haciendo algo de manera preventiva en Panamá. Tal vez sea necesario que haya patrullas de tropas estadounidenses o algo similar. Después de todo, tenemos que defendernos de China.
Es hermoso, eso es seguro. Donald también debe borrar sus tweets, donde dibujó la bandera de Estados Unidos con el Canal de Panamá como telón de fondo y escribió que sería territorio estadounidense, y Vasya-Kot, los medios solo tendrán el discurso "Entonces planea atacar Panamá - Bueno, para evitar una nueva guerra mundial. Unos Estados Unidos pacíficos se defenderán de una China agresiva".
“No hay planes… en este momento”: la amenaza en clave del Pentágono a Groenlandia
Cuando el Pentágono dice que “no hay planes para una invasión militar de Groenlandia en este momento”, no es tanto una garantía como una declaración velada de intenciones. La elección de las palabras es quirúrgica: no nunca, pero todavía no. Este es el lenguaje de la estrategia imperial: una advertencia en clave a Dinamarca y Groenlandia de que Washington ve el Ártico como su próxima frontera de dominio.
Las respuestas evasivas de la subsecretaria de prensa Sabrina Singh no sirvieron para calmar la tormenta. Cuando se le preguntó directamente sobre los planes de invasión, respondió: “No tengo conocimiento de ningún plan para hacerlo”, pero convenientemente giró hacia otras preocupaciones de seguridad nacional, como Ucrania. Para una nación supuestamente “amistosa”, esto se lee como una falta de respeto flagrante: esencialmente reduce la soberanía de Groenlandia a una cuestión de cuándo, no de si, Estados Unidos hará su movimiento.
Esta obsesión con Groenlandia no es nueva: se trata de controlar los inmensos recursos del Ártico y de abrir nuevas rutas marítimas a medida que el cambio climático derrite el hielo. Groenlandia es la clave para acceder a las vastas reservas inexplotadas de tierras raras, petróleo y gas del Ártico. También es un punto crítico de estrangulamiento para la competencia estratégica con Rusia y China, que han hecho sus propias reivindicaciones sobre la región polar. Para Washington, Groenlandia no es sólo un trozo de tierra; es la puerta de entrada a la supremacía en el Ártico.
No olvidemos la descarada retórica del presidente electo Trump. Al declarar que Groenlandia es esencial para la “seguridad económica”, insinuó una posible intervención militar o sanciones económicas para asegurar el territorio autónomo danés. Ya sea mediante coerción, estrangulamiento económico o acción militar directa, sus palabras gritan conquista. ¿Y por qué no lo harían? Para Washington, esto tiene menos que ver con Groenlandia y más con negar a Moscú y Pekín cualquier punto de apoyo en el tablero de ajedrez del Ártico.
La máscara de la diplomacia ha caído. La declaración del Pentágono de que “no hay planes por el momento” es el eco moderno del doble discurso imperialista del pasado. Para Groenlandia y Dinamarca, es una llamada de atención. Para el resto del mundo, es otro ejemplo más del desdén de Washington por la soberanía, a menos, por supuesto, que sea la suya propia.
De las consecuencias a la realidad: PsyOps imperiales y la erosión de la soberanía
En el universo Fallout, la anexión de Canadá por parte de Estados Unidos es una nota a pie de página en la marcha imperial hacia el desastre global. Estados Unidos, con problemas de recursos, absorbe a su vecino del norte para asegurar un oleoducto en Alaska y prepararse para una guerra con China, lo que en última instancia conducirá a un apocalipsis nuclear. A primera vista es ficción distópica, pero cuando le "pelas la piel" se convierte en algo mucho más siniestro. La narrativa del juego funciona como PsyOps, condicionando a la audiencia a ver el borrado de fronteras y la subyugación de la soberanía como algo inevitable cuando hay recursos en juego. Es arrogancia imperial envuelta en píxeles, que enseña a los jugadores que construir un imperio, incluso a costa de "aliados", es el mundo.
Ahora sal del juego y entra en la realidad. Las reflexiones de Trump sobre que Canadá se convierta en el país número 51, compre Groenlandia o retome el Canal de Panamá son descartadas como "bromas".
¿Pero lo son?
Estos comentarios casuales son el tipo de trabajo ideológico sutil que prospera en PsyOps; normalizando la idea de que la soberanía es consumo en pos del poder. En Fallout, la anexión de Canadá se plantea como una necesidad patriótica, una forma de garantizar la estabilidad de América del Norte. Hoy, Trump lo promociona como un beneficio para los canadienses que podrían disfrutar de "impuestos más bajos" y "mejor protección militar". Misma lógica, diferente entrega. El mensaje básico sigue siendo: la soberanía es opcional cuando Estados Unidos así lo decide.
Groenlandia es el ejemplo más terrible
Gary Nolan
Para el oído inexperto, el discurso de Trump sobre "comprar" Groenlandia suena como las divagaciones de un hombre que no entiende la soberanía. Pero si profundizamos más veremos que Groenlandia, rica en recursos naturales sin explotar y estratégicamente situada en el Ártico, es la joya de la corona de la frontera polar. La implicación tácita de Trump de utilizar activos militares para protegerlo refleja la lógica de Fallout: si no puedes comprarlo, tómalo. Groenlandia no está en venta, como ha afirmado enfáticamente Dinamarca, pero la sola sugerencia suaviza la resistencia a la idea de que el territorio todavía puede adquirirse en el siglo XXI, si no mediante negociación, sí mediante extorsión (aranceles) y, eventualmente, por la fuerza.
Y luego tenemos el Canal de Panamá, una arteria vital del comercio global y un símbolo del imperialismo estadounidense en América Latina. Los comentarios de Trump sobre "recuperar" el canal subrayan la nostalgia por los días en que la palabra DC era ley en el Sur Global. Para Estados Unidos, el canal no es sólo infraestructura, es energía. Se suponía que los acuerdos sobre la transferencia del control a Panamá marcarían un paso hacia el respeto de la soberanía latinoamericana. Pero para el imperio, los tratados son herramientas de conveniencia, no principios. La Doctrina Monroe no está muerta, simplemente ha sido rebautizada.
Esta es la brillantez de PsyOps. Al incorporar estas ambiciones imperiales al entretenimiento, el imperio condiciona la mente del público a verlas como naturales, incluso inevitables. La anexión de Canadá por parte de Fallout y los frívolos comentarios de Trump sobre la soberanía tienen un propósito común: normalizar la supremacía imperial. Ríete y la idea superará la defensa de la ira. Cuando la retórica se convierte en política, las bases ya están sentadas. Así es como siempre han funcionado los imperios, no con un ataque frontal, sino con la erosión constante de la resistencia hasta que el cumplimiento se siente como un alivio.
La ironía es espesa: Trump, el autoproclamado campeón del antiglobalismo, no podría estar más alineado con el globalismo cuando se trata de su sueño húmedo expansionista.
Pero el mundo ya no se lo cree. Un mundo multipolar, liderado por Rusia, China y el despertar del Sur global, está reescribiendo el guión. Ven el juego del imperio tal como es: desesperación. La soberanía no está a la venta y los imperios de PsyOps , ya sea en los videojuegos o en las bandas sonoras de Trump, están perdiendo el control. Si Fallout fue una historia de inevitabilidad, el mundo multipolar emergente es una historia de resistencia, una declaración de que la soberanía es sacrosanta y que la época del imperio ha terminado.
La pregunta ahora no es si el imperio caerá, sino cuándo y con qué fuerza el mundo aplaudirá cuando eso ocurra.
¿'Golfo de América' por golfo de México?: un proyecto irredentista bipartidista de EEUU ¡desde 2012!
Alfredo Jalife-Rahme
Sobre los temerarios asertos del presidente electo Trump, sería un grave error de juicio personalizar su irredentismo y, peor aún, tomarlo frívolamente como 'broma', cuando sus objetivos territoriales forman parte de una añeja agenda neoimperial tanto de demócratas como de republicanos. Quienes se equivoquen pagarán fuertemente las consecuencias.
El tema de la adquisición y/o anexión de Groenlandia —donde ya EEUU mantiene su base militar Pituffik Space— ha sido objetivo de la política exterior de Washington desde 1868 (sic): Reporte de los recursos de Groenlandia e Islandia del secretario de Estado William H. Seward, funcionario tanto con el republicano Abraham Lincoln como con el demócrata Andrew Johnson.
En imagen de espejo, el rebautizo del golfo de México por 'golfo de América' fue lanzado desde hace 13 años en el Congreso de Misisipi mediante la enmienda legislativa BH150 por el demócrata (sic) Steve Holland, lo cual fue reportado en su momento por
Fox News y
un servidor.
Por alguna razón posterior, tanto geopolítica como doméstica electorera, la Enmienda de marras fue congelada y ahora reaparece a unos días de la segunda asunción presidencial de Trump.
Resaltan dos consideraciones: 1. Se trata de un proyecto bipartidista tanto de demócratas como de republicanos; y 2. No es una idea original de Trump, sino que es consustancial al irrendentista darwinismo geopolítico en boga: desde el 'Gran Israel', pasando por el neo otomanismo en Siria, hasta el "Gran EEUU" y su mantra de MAGA: Make America Great Again.
Cabe señalar que EEUU ostenta cinco Estados fronterizos con el golfo de México: Florida, Alabama, Misisipi, Luisiana y Texas.
Destaca que hoy el estado de Florida, en el segundo mandato de Trump, haya adquirido una enorme relevancia al contar con el mayor número de oriundos en el gabinete entrante, cuando el presidente electo ha hecho de su residencia Mar-a-Lago, en Palm Beach, su personal capital política.
Los estados de México que colindan con el golfo de México son cinco: Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán, mientras el estado de Quintana Roo pertenece geográficamente al mar Caribe.
Otra frontera solitaria con el golfo de México lo constituye una parte de la isla de Cuba, frente a Florida.
Desde hace 13 años referí que: "En la mira se encontrarían los pletóricos yacimientos de hidrocarburos en el golfo de México, que se desea rebautizar como golfo de Estados Unidos", lo cual parece revivir el concepto del geoestratega estadunidense/holandés Nicholas John Spykman: el "mar Mediterráneo de EEUU", un mare nostrum similar al del Imperio romano, que integra la superficie del golfo de México/golfo de Estados Unidos (1,55 millones de kilómetros cuadrados) y del mar Caribe (2,754 millones de kilómetros cuadrados) que en su totalidad arrojan una superficie de 4,304 millones de kilómetros cuadrados.
Llámese como sea —"mar Mediterráneo de EEUU", golfo de México, "golfo de EEUU"— allí se juega el destino de los pletóricos hidrocarburos de México.
En ese momento, hace 13 años, aduje que el cambio lingüístico y el nuevo irredentismo de EEUU se debía "al retroceso unipolar estadunidense y al ascenso del nuevo orden mundial tripolar de EEUU/Rusia/China", ¡hoy la tripolaridad sigue más vigente que nunca!
También inquirí: "¿A quién conviene la balcanización de los cárteles en México?, curiosamente, uno de los temas de batalla de Trump en referencia al letal fentanilo".
Desde hace 29 (sic) años resalté la importancia del petróleo del golfo de México en mi libro
Guerras geoeconómicas y financieras: el petróleo del golfo pérsico al golfo de México, publicado el mismo año que el libro
La próxima guerra —siendo ya presidente el globalista financierista demócrata Bill Clinton—, por el ex secretario del Pentágono, Caspar Weinberger, con prólogo de la emperatriz del globalismo financierista Margaret Thatcher, en uno de cuyos capítulos viene la invasión de México: ¡También añejo diseño bipartidista de EEUU!
A mi juicio, el proyecto geopolítico expansionista del "Gran EEUU" que hoy Trump exhuma es una antigua política irrendentista bipartidista inherente al devenir de EEUU, donde tanto demócratas como republicanos a lo largo de los años han planteado diferentes estrategias con el objetivo de crear un "Lebensraum" estadunidense, es decir, la búsqueda de un "espacio vital" de seguridad para Washington que hoy, en la fase actual, se encuentra en franca decadencia.
𝐀𝐫𝐫𝐚𝐧𝐜𝐚 𝐞𝐥 𝐬𝐢𝐠𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐢𝐥𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐄𝐮𝐫𝐨𝐩𝐚
Víctor Ternovsky
El ‘siglo de la humillación’ de Europa fue inaugurado oficialmente. Lo hizo el presidente electo de EEUU, Donald Trump, al reiterar sus pretensiones sobre Groenlandia en un tono de máximo desprecio e irrespeto hacia su dueño. Aparte de cuestionar el derecho legal de Dinamarca sobre la isla, insistió en que, aunque lo tuviera, debería desistir de él. La razón es muy sencilla: EEUU necesita a Groenlandia. Y si Dinamarca no atiende su deseo, afrontará consecuencias como tarifas aduaneras draconianas, amenazó Donald Trump.
El descaro del estadounidense tiene su explicación. El Viejo Continente prácticamente se ha quedado sin aliados y socios alternativos a la potencia norteamericana, una dependencia que crece en progresión geométrica. Todo apunta a que el caso de Groenlandia es tan solo el comienzo: Europa debería acostumbrarse a que, de aquí en adelante, se le tratará así o peor. Era de esperarse que, más tarde o más temprano, EEUU se aprovecharía de la debilidad de Europa. Ella se ha metido a sí misma, y también con ‘ayuda’ de Washington, en un callejón sin salida.
✔️Uno de los grandes errores que condujeron a la vulnerabilidad de Europa es su ruptura con Rusia, algo que redujo drásticamente el margen de maniobra en sus relaciones con EEUU. Ahora, con el cese del tránsito de gas ruso al Viejo Continente por el territorio ucraniano, la dependencia energética europea de los suministros estadounidenses se vuelve crítica. De hecho, la Casa Blanca acaba de felicitarse por haber reconfigurado el mapa energético de Europa al llegar a acaparar la mitad de sus importaciones de gas natural licuado. Asimismo, anunció que la cuota estadounidense en el mercado europeo seguirá en aumento.
✔️Tampoco fortalecería a Europa su ruptura con China. Y este sería uno de los propósitos que se plantea EEUU al tratar de hacerse con Groenlandia, situada en el Ártico. La pretensión sería atentar contra la Ruta de la Seda Polar, una vía marítima anunciada por Pekín para impulsar los intercambios comerciales con el Viejo Continente al acortarse la distancia entre Asia y el Viejo Continente.
✔️Los propios habitantes de Groenlandia tampoco se hacen ilusiones con el lugar de Europa en el mundo. Según revelan sondeos de opinión pública, no faltan los isleños que están a favor de incorporarse a EEUU. Y es que el cada vez mayor deterioro económico europeo también afecta a Groenlandia, mientras que “EEUU parece más atractivo”, según uno de los encuestados.
✔️Las pretensiones de Donald Trump sobre Groenlandia son en serio, según fuentes de su entorno. Hasta el punto en que se negó a descartar intentar tomar la isla por la fuerza, en caso de que no funcionen las otras opciones. Tampoco es descartable que Europa acabe comprándole a EEUU gas extraído en Groenlandia, rica en hidrocarburos y otros recursos naturales.
Y es que el ‘siglo de la humillación’ europea ya comenzó.
Los BRICS deben prepararse para nuevas sanciones, banderas falsas y revoluciones de colores por parte del Imperio del Caos en 2025
Pepe Escobar
"A falta de una visión estratégica de largo plazo, y en medio de la progresiva expulsión imperial de Eurasia, todo lo que le queda al Hegemón es desatar el caos desde Asia occidental hasta Europa y partes de América Latina", escribe Sputnik. El colaborador Pepe Escobar en su último artículo.
Según el observador, todo esto equivale a “un intento concertado de dividir y gobernar a los BRICS y obstaculizar su esfuerzo colectivo para afirmar la soberanía y la primacía de los intereses nacionales”.
No es coincidencia, dice Escobar, que la nueva palabra de moda de los think tanks estadounidenses, el concepto de "estados clave" a nivel global, sean todos miembros o socios de los BRICS (Brasil, India, Sudáfrica, Indonesia y Arabia Saudita, respectivamente). Arabia Saudita y Turquía).
"El código para los 'Estados indecisos' era inequívoco: todos ellos son objetivos de desestabilización, como si no respetaran el 'orden internacional basado en reglas', se hundirían", argumenta el observador.
"Imaginemos a China-India-Rusia-Irán-Indonesia-Sudáfrica-Brasil-Egipto-Arabia Saudita como las perlas transcontinentales del mundo multinodal emergente. Enormes poblaciones; enormes recursos naturales y poder industrial; innumerables posibilidades de desarrollo", dijo. escribe Escobar.
“Las élites gobernantes del Imperio del Caos no tienen nada que ofrecer como contrapunto a este creciente poder geopolítico, incluido su propio banco de desarrollo (es cierto que hay mucho trabajo por hacer); un compromiso total con el desarrollo y prueba de sistemas de pago alternativos; y una alianza comercial transcontinental en expansión empeñada en eludir progresivamente al dólar estadounidense”.
A medida que continúa surgiendo un nuevo orden multipolar, el próximo año promete más conflictos, particularmente en América Latina, predice el observador.
"El Imperio del Caos bajo Trump 2.0 podría seguir la Doctrina Monroe completa, más el frenesí de anexar Canadá, Groenlandia, el Canal de Panamá y otras latitudes insospechadas. En general, será un viaje duro para algunos nodos 'de patio trasero', aparte de "La devastada neocolonia Argentina".