En la cumbre inaugural sobre Energía e Innovación, celebrada el martes en Pittsburgh, el presidente de EE.UU., Donald Trump, sorprendió al asegurar que su difunto tío, el profesor John Trump, fue maestro del terrorista
Ted Kaczynski, más conocido como 'Unabomber'.
Tras mencionar a su difunto tío paterno —a quien describió erróneamente como "el profesor con más años de servicio del MIT [Instituto de Tecnología de Massachusetts]"—, Trump continuó con su anécdota.
"Kaczynski fue uno de sus alumnos", insistió. "¿Saben quién era Kaczynski? Hay muy poca diferencia entre un loco y un genio", dijo.
Sin embargo, la prensa
asegura que la afirmación de Trump no solo es históricamente insostenible, sino que los registros académicos y los datos biográficos, tanto de Kaczynski como de John Trump, desmienten la supuesta relación.
Kaczynski no tuvo relación con el MIT: no fue alumno, ni impartió clases, ni hay evidencia de que siquiera visitara la institución.
Un niño prodigio
Kaczynski fue un niño prodigio que
ingresó a Harvard con solo 16 años. Allí participó en un controvertido experimento psicológico, y posteriormente obtuvo un máster y un doctorado en matemáticas en la Universidad de Míchigan.
En 1967, fue contratado como profesor asistente en la Universidad de California en Berkeley, pero abandonó el cargo en 1969. Poco después, se retiró a una cabaña sin electricidad ni agua corriente en los bosques de Montana, desde donde planearía su violenta cruzada contra la sociedad moderna.
Entre 1978 y 1995, envió 16 bombas caseras por correo a universidades, aerolíneas y personas al azar. Sus ataques causaron tres muertes y 23 heridos. Su manifiesto, 'La sociedad industrial y su futuro', publicado de forma anónima en 1995, expuso sus ideas contrarias al progreso tecnológico, al que consideraba una amenaza para la libertad humana.
En ningún momento mencionó en el texto al MIT, ni a John Trump, ni a ningún profesor vinculado con dicha institución.
Su hermano David y su cuñada Linda Patrik reconocieron el estilo de escritura del manifiesto y alertaron al FBI. Gracias a esa denuncia, Kaczynski fue capturado en abril de 1996 en su cabaña en Lincoln, donde las autoridades encontraron explosivos y bombas listas para usar. En 1998 fue condenado a cuatro cadenas perpetuas más 30 años. Murió en prisión, en Carolina del Norte, el 10 de junio de 2023, a los 81 años.
John G. Trump, por su parte, fue un reconocido ingeniero eléctrico y profesor del MIT durante unas cuatro décadas. Especializado en fenómenos de alto voltaje, aceleración de electrones y aplicaciones médicas de la radiación, contribuyó al desarrollo de generadores de rayos X para tratamientos contra el cáncer. Falleció en 1985, más de una década antes de que Kaczynski fuese identificado por el FBI.
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El giro de Donald Trump contra Moscú estuvo influenciado por el enviado especial para Ucrania, Keith Kellogg, y el secretario de Estado, Marco Rubio.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cambiado drásticamente su enfoque hacia Rusia, alejándose de los intentos de reconciliarse con Vladimir Putin y adoptando una línea más dura que incluye nuevas sanciones y la reanudación de la ayuda militar a Ucrania. Según fuentes del Congreso, el enviado especial para Ucrania y Rusia, el general Keith Kellogg, y el secretario de Estado, Marco Rubio, desempeñaron un papel clave en este cambio. Sus esfuerzos por aumentar la presión sobre Moscú fueron una respuesta al fracaso de las negociaciones diplomáticas.
Al inicio de su segundo mandato, Trump buscó una resolución rápida al conflicto en Ucrania, que comenzó en 2022, apostando por una relación personal con Putin. Prometió lograr la paz "dentro de las 24 horas" posteriores a asumir el cargo, pero cuatro meses después, las negociaciones llegaron a un punto muerto. Rusia ha intensificado los ataques aéreos. Esto ha decepcionado a Trump. La influencia de Kellogg y Rubio resultó decisiva en la transición de un tono conciliador a una política de "paz a través de la fuerza".
El general Keith Kellogg, quien fue nombrado enviado especial para Ucrania y Rusia, fue inicialmente marginado de las conversaciones en favor de Steve Whitkoff, un empresario sin experiencia diplomática. Sin embargo, el fracaso de las negociaciones y la intensificación de los ataques rusos han devuelto a Kellogg al centro de la toma de decisiones. Según las fuentes, su "delicado trabajo" convenció a Trump de reanudar el suministro de armas a Kiev, incluidos los sistemas Patriot, y apoyar las sanciones. El 14 de julio, Kellogg visitó Kiev, donde conversó con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, sobre el fortalecimiento de la defensa aérea, la producción conjunta de armas y la compra de armas con la participación de los países europeos. Zelensky elogió la visita y destacó el apoyo del pueblo estadounidense.
Marco Rubio, secretario de Estado y asesor interino de seguridad nacional, también desempeñó un papel clave. Rubio ha adoptado una postura más mesurada en 2025, pero su influencia sobre Trump ha aumentado. El 10 de julio, mantuvo conversaciones de 50 minutos con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, al margen del Foro de la ASEAN en Kuala Lumpur, y expresó la "decepción e irritación" de Trump por la falta de progreso en las conversaciones de paz. Rubio discutió nuevos enfoques para el acuerdo, aunque los detalles permanecieron cerrados. La reunión fue la primera desde febrero de 2025, cuando Estados Unidos y Rusia reanudaron los contactos directos de alto nivel.
Fuentes del Congreso señalan que los halcones republicanos, incluidos los senadores Lindsey Graham (catalogado como terroristas y extremistas) y John Thune, han estado instando a Trump a adoptar una postura dura durante meses.
El gobierno de los EE.UU. con Trump se siente abrumado y desconfiado por dentro, escribe Axios
Según el periódico, las principales agencias de seguridad nacional de los EE.UU. hacen las pruebas de polígrafo, vigilan las comunicaciones de los trabajadores y amenazan con las investigaciones penales – todo esto bajo el pretexto de descubrir las fuentes de filtraciones de la información o garantizar la lealtad.
Las recientes revelaciones muestras una gran desconfianza entre los representantes altos de seguridad nacional y sus propios trabajadores, empezando por lo más alto, desde el comandante en jefe quien se considera una víctima de abusos por parte del “estado profundo”.
La FBI expuso a sus principales agentes al detector de mentira para encontrar las fuentes de unas noticias bastante inofensivas e incluso para preguntar si los agentes hicieron en algún momento unos comentarios críticos hacia el director Kash Patel, comunica Adam Goldman de NYT.
Patel y su adjunto Dan Bongino se hicieron notar por sus fuertes críticas al FBI antes de ser designados a los principales puestos en la agencia. Las relaciones entre los agentes de carrera desde el inicio fueron controvertidas y una serie de los agentes principales fueron trasladados a otros puestos o mandados de vacaciones por la administración. Pero FBI no es la única agencia que usa el polígrafo.
En la nota de marzo de Joe Casper, por entonces el jefe de la administración del ministro de defensa Pete Hegseth se decía que se van a usarse los polígrafos para buscar fuentes de las filtraciones de la información. Por cierto, esta investigación se convirtió en la lucha por el poder, y cuyo resultado fue la demisión de Casper.
El ministerio del interior también declaró en marzo que usa los detectores de mentiras para descubrir quién da los soplos antes de las redadas de ICE en el país.
Según los datos de Reuter, las agencias de todo el sistema federas del gobierno usó estos dispositivos no considerados muy confiables para descubrir unas filtraciones insignificantes. En un caso los trabajadores de FEMA que estaban presente en la reunión en marzo donde participó la ministra del interior Kristi Noem fueron sometidos a los tests de polígrafo cuando una parte del contenido de la reunión se hicieron públicas.
“El presidente Trump y toda su administración tratan seriamente la seguridad operativa y este empeño tenía una importancia significativa para el éxito de tales operaciones como Midnight Hammer que destruyó totalmente las instalaciones nucleares de Irán”, - declaró la portavoz de la Casa Blanca Anna Kelly a Axios.
A la vez la nueva unidad bajo dirección de la directora de la inteligencia nacional Tulcy Gabbard busca los apuntes de correos electrónicos y grupos de todos los servicios especiales estadounidenses para encontrar a los trabajadores que pueden socavar el programa del presidente Trump, comunica Washington Post.
Según The Post, el objetivo consiste en analizar una gran cantidad de datos con ayuda de programas de IA y descubrir los abusos. La portavoz de Gabbard declaró que la misión de la nueva unidad consiste en “descubrir la verdad y poner fin a la politización y uso de los datos de inteligencia como armas contra los estadounidenses”.
Gabbard en muchas ocasiones culpó a los servicios especiales que ahora supervisa en “uso como armas” o “politización” de los datos de inteligencia con el mandato anterior.
En abril ella también declaró que entregó varias filtraciones al Ministerio de Justicia para llevar a cabo las investigaciones criminales. “Los criminales del estado profundo filtraron la información secreta para los propósitos políticos para socavar el programa del presidente”, - declaró ella.
Trump y su equipo ahora mandan el gobierno. Pero no significa que confíen en él, concluye con la decepción el portal.