geoestrategia.eu
Zona gris, gusto chino

Zona gris, gusto chino

Por Administrator
x
directorelespiadigitales/8/8/23
viernes 19 de septiembre de 2025, 22:00h
Lorenzo María Pacini
Un perfil estratégico con corazón político
En el frenético desarrollo de la guerra, algunos países avanzan rápidamente hacia una redefinición de todos los ámbitos, al menos tal como los hemos considerado hasta la fecha. Entre ellos, China ocupa un lugar destacado, ya que representa el mayor adversario económico y tecnológico para Occidente.
China ha adoptado una estrategia multinivel en la denominada zona gris, recurriendo a prácticas que incluyen agresiones marítimas vinculadas a disputas territoriales en el Mar de China Meridional, operaciones cibernéticas, formas de coerción económica y campañas de propaganda en línea destinadas a influir en la opinión pública. La literatura especializada destaca cómo Pekín explota la ambigüedad y emplea tácticas no convencionales, lo que dificulta las respuestas de Estados Unidos y sus aliados. Analicemos, por lo tanto, los objetivos de China en la zona gris, su estrategia y sus herramientas, hasta llegar a un modelo lógico que sintetice estos elementos.
Para comprender los objetivos de la República Popular en las operaciones de zona gris, primero debemos considerar cómo el Partido Comunista Chino (PCCh) interpreta este concepto como una estructura política e ideológica que impulsa todas sus acciones. Si bien el empleo de acciones en tiempos de paz por debajo del umbral de la guerra es parte integral de la política nacional, Pekín no se define como un actor de zona gris. En cambio, el liderazgo chino reconoce esta categoría como una práctica históricamente utilizada por las grandes potencias —Estados Unidos, Rusia y la Unión Soviética—, incluso contra la propia China.
El PCCh prefiere evitar la terminología occidental, hablando en su lugar de "operaciones militares distintas de la guerra" (MOOTW). Si bien existe una coincidencia con la definición estadounidense de actividades de zona gris, Pekín no considera estas acciones actos hostiles, sino herramientas estratégicas al servicio de su agenda política. Las diferentes concepciones de la paz y el conflicto entre Occidente y el Ejército Popular de Liberación (EPL) explican esta decisión: en el pensamiento estratégico chino, "paz" no equivale a la ausencia de conflicto o violencia.
El objetivo principal de China sigue siendo la defensa y protección de sus reivindicaciones territoriales. Desde 1949, el PCCh ha disputado la soberanía sobre tierras y mares que se extienden desde el Himalaya hasta las islas de los mares de China Oriental y Meridional. El Libro Blanco de Defensa de 2019 reitera el objetivo fundamental de salvaguardar la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo del país, incluidas las islas Diaoyu Dao (conocidas en Occidente como islas Senkaku) y otras islas en disputa.
En las últimas dos décadas, Pekín ha intensificado la frecuencia y el alcance de sus acciones contra las reivindicaciones rivales, utilizando medios tanto militares como no militares. A través de la zona gris, busca consolidar el control territorial y presionar a gobiernos extranjeros y actores civiles para que acepten sus reivindicaciones. Al mismo tiempo, los medios de comunicación y funcionarios chinos presentan a contendientes, como Filipinas, como responsables de violaciones del derecho internacional y amenazas a la estabilidad regional.
Para Xi Jinping, estas acciones forman parte de la misión de "rejuvenecimiento nacional", vinculada tanto al atractivo de la China imperial como a la redención del "siglo de humillación" marcado por la ocupación colonial y las Guerras del Opio. Desde esta perspectiva, las MOOTW son herramientas políticas, económicas, sociales y estratégicas para transformar a China en una potencia plenamente desarrollada para 2049.
Acciones regionales
Las operaciones en el espacio gris son eficaces porque explotan las ambigüedades regulatorias y culturales de los aliados de EE. UU., evitando tanto la escalada militar como los costos de un conflicto abierto. Ejemplos como las diferencias entre Washington y Tokio sobre la definición de "ataque armado" en incidentes entre barcos pesqueros chinos y la Guardia Costera japonesa muestran cómo Pekín logra obtener ventajas sin llegar al umbral de la guerra.
Los objetivos de la zona gris de China abarcan todo el espectro DIMEFIL, con especial atención a los recursos económicos. Las disputas sobre las Islas Senkaku, que se intensificaron tras el descubrimiento de reservas de petróleo en la década de 1960, y la protección de plataformas petrolíferas como Haiyang Shiyou 981 en 2014 son ejemplos de ello. De igual manera, China restringe las actividades mineras de los países vecinos invocando la "línea de nueve puntos", no reconocida por el derecho internacional, y acusándolos de violar la soberanía china.
Mediante estas acciones, el gobierno chino ejerce presión económica y consolida su presencia en territorios en disputa. El uso de la fuerza coercitiva contribuye a reducir la capacidad de desarrollo económico de sus vecinos y a fortalecer las reivindicaciones chinas mediante una ocupación efectiva.
La asertividad de China también busca fortalecer la seguridad marítima y disuadir la proyección del poder naval estadounidense. El control del Mar de China Meridional garantizaría al EPL el acceso a puntos estratégicos y corredores marítimos, reduciendo la capacidad del adversario para penetrar en Asia Oriental en caso de conflicto.
La construcción y militarización de islas artificiales permite a China ampliar su proyección más allá de sus costas y preparar el futuro escenario de conflicto en condiciones más favorables. Las operaciones constantes también proporcionan experiencia práctica a las fuerzas armadas, aumentando la capacidad de combate y el conocimiento de las áreas operativas, como lo demuestran las misiones con vehículos submarinos no tripulados o las incursiones de buques de investigación en las zonas económicas exclusivas de países vecinos.
La cooperación cada vez más estrecha entre la Guardia Costera, la Armada, la milicia marítima y los operadores civiles chinos, con el apoyo de centros de fusión de inteligencia, facilita una coordinación eficaz y fortalece la posición de China en el espacio gris. Al preparar el terreno en tiempos de paz, Pekín busca obtener ventajas decisivas en caso de un futuro conflicto.
La estrategia de zona gris de China adopta un enfoque de "nación en su conjunto", que involucra a toda la nación, para lograr el objetivo central del Partido Comunista Chino (PCCh) de rejuvenecimiento nacional, junto con otros objetivos estratégicos. En la concepción china, el poder nacional integral (综合国力) representa una síntesis de todos los recursos disponibles: diplomáticos, económicos, culturales, legales y militares. Subyacente a esta idea está el principio de que la seguridad nacional es un deber fundamental para todo ciudadano chino. El PCCh busca movilizar a la población y, en consecuencia, integrar a todos los sectores de la sociedad, desde la esfera militar hasta la económica, en una única lucha común. Central para este proceso es la estrategia de fusión militar-civil (军民融合), que promueve el uso de recursos civiles para fines militares y, a la inversa, el uso de tecnologías militares en la esfera civil, tanto en tiempos de guerra como de paz.
Esta lógica también está consagrada en la Ley de Defensa Nacional de la República Popular China: los artículos 7 y 56 definen como el "deber sagrado" de todo ciudadano defender el país y resistir la agresión, apoyando el desarrollo de la defensa nacional incluso en "operaciones militares distintas de la guerra". Este enfoque "omnidominio" y "omnisocietal" permite a China coordinar recursos y herramientas en un plan de acción unificado destinado a perseguir el renacimiento nacional. Para poner en práctica esta visión, Pekín utiliza una estrategia estratificada, empleando diferentes tácticas simultánea o secuencialmente en distintos ámbitos, con el fin de alcanzar sus objetivos estratégicos y, al mismo tiempo, hacer más compleja y costosa la respuesta de Estados Unidos y sus aliados.
La estrategia de las tres guerras
Uno de los pilares de este enfoque es la llamada Estrategia de las Tres Guerras (三种战法), que combina la guerra psicológica, la guerra legal y la guerra mediática para ejercer presión sobre sus adversarios. China proyecta su poder coercitivo mediante cuatro mecanismos principales: geopolíticos, económicos, militares y cibernéticos/informativos. De las veinte tácticas de espacio gris consideradas más problemáticas, diez son de naturaleza militar, cuatro son económicas, tres son geopolíticas y tres están relacionadas con el ámbito cibernético o informativo.
Este es un concepto estratégico desarrollado por la República Popular China a principios de la década de 2000 y formalizado por la Comisión Militar Central en 2003. Representa un conjunto de instrumentos no cinéticos para obtener ventajas estratégicas y operativas sin recurrir necesariamente al conflicto armado directo. La idea básica es que la guerra moderna no se libra únicamente con medios militares convencionales, sino, sobre todo, con la capacidad de influir en la percepción, el comportamiento y la legitimidad de los adversarios.
Las Tres Guerras se dividen en tres dimensiones principales:
  1. a) Guerra psicológica (心理战, xīnlǐ zhàn)
  • Tiene como objetivo desmoralizar a los adversarios y fortalecer el espíritu de las propias fuerzas y de la población.
  • Utiliza propaganda, amenazas implícitas o explícitas, demostraciones de fuerza y ​​operaciones psicológicas para influir en la moral y las decisiones políticas o militares del enemigo.
  • Ejemplos: maniobras militares en zonas en disputa, declaraciones oficiales agresivas, presión diplomática o campañas de intimidación.
  1. b) Guerra de opinión pública (舆论战, yúlùn zhàn)
  • Su objetivo es controlar y dar forma a la narrativa interna y externa, influyendo tanto en la población china como en la opinión pública internacional.
  • Utiliza los medios tradicionales, las redes sociales, los centros de estudios y las plataformas de comunicación para presentar a China como legítima y defensiva, y a sus adversarios como agresivos o ilegítimos.
  • Es una forma de guerra cognitiva que busca lograr consenso y aislar diplomáticamente a los oponentes.
  1. c) Guerra legal (法律战, fǎlǜ zhàn)
  • Se centra en el uso del derecho nacional e internacional para legitimar sus propias acciones y deslegitimar las de otros.
  • Incluye la adopción de leyes internas que refuerzan los reclamos territoriales, la interpretación selectiva del derecho internacional y la presión sobre organismos jurídicos multilaterales.
  • Un ejemplo típico es la reivindicación sobre el Mar de China Meridional a través de la “línea de nueve puntos”, respaldada por leyes internas chinas que no están reconocidas internacionalmente.
Aunque la atención suele centrarse en operaciones militares —como el envío de buques de la Armada china a las ZEE de otros países—, estas acciones no son aisladas. Los líderes políticos también deben abordar las dimensiones económicas y diplomáticas de las actividades de China, que acompañan a las militares.
Una característica distintiva de la estrategia de zona gris de China es el ritmo lento y gradual con el que se ejecutan las acciones. Estas tácticas, a menudo denominadas «erosión» o «tácticas de salami», buscan poner a prueba la disposición de los adversarios a responder sin cruzar abiertamente el umbral de la escalada. Cada inacción consolida un precedente que incentiva nuevas acciones chinas y eleva progresivamente el umbral de tolerancia del rival.
Este llamado "gradualismo estratégico" permite a China promover sus intereses fundamentales sin tomar ninguna medida decisiva que pueda provocar un conflicto directo. Al distribuir los riesgos y las presiones en el tiempo, Pekín reduce la probabilidad de una reacción inmediata y drástica de los Estados afectados, logrando así modificar gradualmente el statu quo en su beneficio.