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Editorial > Editoriales Antiguos
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Nos prometieron que las vacunas nos protegerían del covid, que la epidemia terminaría y que nos devolverían la normalidad robada. Sin embargo, casi dos años después ninguna de esas promesas se ha cumplido. Con un récord de contagios que convierte a la variante ómicron en una epidemia de vacunados (pocos meses después de vacunarse), continuamos con la retahíla de acientíficas restricciones-paripé, test de asintomáticos, disruptivas cuarentenas y una fe ciega en unas vacunas que evidentemente no han respondido a las expectativas. ¿Hasta cuándo continuará el contubernio político-mediático-farmacéutico intentando silenciar la evidencia?
Primero nos dijeron que las vacunas impedirían que nos contagiásemos del covid y sólo cuando la evidencia puso de manifiesto que estar vacunado no protegía en absoluto de la infección sintomática ni impedía la transmisión cambiaron de argumento: ahora las vacunas ya no nos protegían de enfermar, sino de hacerlo gravemente y morir. ¿Así de fácil? ¿Cambiamos el relato y pelillos a la mar? Un momento. Todo el programa de vacunación masiva e indiscriminada de la población con vacunas en gran medida experimentales, incluyendo a la inmensa mayoría (adultos sanos, jóvenes, adolescentes y niños) para los que el covid es una enfermedad leve, se basaba en la premisa de que la vacuna impedía la transmisión y lograría la ansiada “inmunidad de rebaño” del 70%. Si las vacunas no impiden el contagio ni la transmisión, ¿por qué se ha vacunado a toda la población y no sólo a la población de riesgo? ¿Por qué se continúa con el inmoral engaño de vacunar a los niños?
Este fiasco vacunal era previsible, como advertí por primera vez en septiembre del 2020. Nunca se había aprobado una vacuna eficaz contra ningún tipo de coronavirus ni se había utilizado la problemática[1] tecnología genética de ARNm en ninguna vacuna. Los plazos habituales de aprobación de una vacuna con ensayos clínicos de entre cinco y diez años de duración se habían reducido a dos meses, por lo que cualquier afirmación sobre su eficacia y seguridad pecaba de prematura. Para más inri, las empresas farmacéuticas eran perfectamente conscientes de todo ello y, preocupadas por la aparición de efectos secundarios adversos “dentro de cuatro años[2]”, habían firmado contratos con cláusulas de indemnidad que les eximían de toda responsabilidad.
Lo ensayos clínicos sobre los que se aprobaron las vacunas vectoriales y las terapias genéticas de ARNm no mencionaban en ningún momento que éstas impidieran la gravedad y muerte, sino el contagio. Por lo tanto, han fracasado precisamente en aquello por lo que fueron aprobadas, un ejemplo particularmente punzante de que los ensayos clínicos deben ser siempre tomados con cautela, pues las empresas farmacéuticas que esperan lucrarse por la aprobación del fármaco gozan de una clara asimetría de información frente al regulador y éste está sujeto al permanente conflicto de interés de las puertas giratorias. Con buen motivo, expertos como Peter Doshi, editor del British Medical Journal, mostraron las dudas que planteaba la cacareada eficacia del 95%[3], y un grupo de médicos británicos escribía recientemente en el BMJ que la pérdida de eficacia “sugiere que los efectos de las vacunas desaparecen rápidamente y/o que se introdujo algún sesgo o irregularidades en los procedimientos originales de los ensayos[4]”.
Tras pocos meses, y conforme aparecían nuevas variantes, la eficacia de las vacunas empezó a decaer abruptamente, como mostraron numerosos estudios[5]. Antes de ómicron, a finales de octubre, The Lancet Infectious Diseases publicaba que “la eficacia de las vacunas en reducir la transmisión es mínima en el contexto de la variante delta[6]”, y otro macro estudio sueco publicado en The Lancet concluía que las vacunas de Pfizer y Astrazeneca (82% de las dosis administradas en España) no tenían “ninguna eficacia[7]” para evitar la infección de covid transcurridos siete y cuatro meses, respectivamente, desde su inoculación. Con ómicron la situación ha empeorado: ya no es que las vacunas no tengan ninguna eficacia, sino que su eficacia es negativa, es decir, que los vacunados son más susceptibles de contagiarse que los no vacunados. Así lo concluye un recientísimo estudio danés[8], datos oficiales de la Sanidad británica[9] y un estudio noruego publicado en Eurosurveillance[10]. Hace pocos días, el virólogo Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina del 2008, confirmaba en un artículo en el Wall Street Journal que “datos de Dinamarca y Canadá indican que las personas vacunadas tienen mayor tasa de infección de ómicron que las no vacunadas[11]”.
Antes del advenimiento de la fanática idolatría de las vacunas covid, ¿cómo se habría calificado a una vacuna que pierde completamente su eficacia en cuestión de meses y luego tiene eficacia negativa? Estas “vacunas” jamás habrían logrado su aprobación por el procedimiento normal, y debemos exigir a los políticos que admitan el fracaso de su miope obcecación vacunal universal y detengan el programa de vacunación infantil, un escándalo que no beneficia a nadie y pone en riesgo la salud de los niños.
Respecto a la eficacia de estas vacunas para “evitar” la gravedad y la muerte, la creencia popular está de nuevo equivocada. El Ministerio de Sanidad español, con datos ciertamente opacos, señala que aproximadamente tres de cada cuatro muertos por covid (entre el 72% y el 80%) desde otoño eran personas perfectamente vacunadas[12], porcentajes similares a los ofrecidos por el Reino Unido[13]. ¿Han leído esto en algún medio? Estos porcentajes, elevadísimos en términos absolutos, indiciarían sin embargo una relativa protección contra la gravedad dada las altísimas tasas de vacunación. No obstante, dado el interés en ocultar las grietas del relato oficial, es posible que la realidad sea menos halagüeña. Recientes estudios epidemiológicos publicados en The Lancet limitan la eficacia para reducir la gravedad y muerte hasta un “indetectable[14]” 42% seis meses después de vacunarse, cifra que Israel situaba en agosto en el 55%[15]. Por otro lado, según un estudio publicado en el JAMA, los datos en bruto en Sudáfrica (no estandarizados por edad) muestran que con ómicron las tasas de hospitalización de vacunados son superiores a las de no vacunados[16]. Aunque en ausencia de ensayos aleatorios sea difícil estar seguro, por el momento puede afirmarse que las vacunas no evitan la gravedad y muerte pero reducen su probabilidad de ocurrencia, aunque esta reducción sea poco significativa tras pocos meses.
Primero nos prometieron que con dos dosis y un 70% de vacunados esto se terminaba. Ante la evidencia del fiasco vacunal, se sacó de la chistera la necesidad de una tercera dosis, que Israel inoculó en estado de pánico al observar que las dos dosis precedentes no impedían nuevas olas. Ahora proponen una cuarta, pocos meses después. ¿Qué vacuna conocen ustedes que requiera cuatro dosis en pocos meses? Esta huida hacia delante de políticos empeñados en no reconocer sus errores juega con el sistema inmunológico y la salud de la población (como ha tenido que advertir, tarde, la EMA). El jefe del Departamento de Inmunología de la Universidad de Tel Aviv lo resumía en una carta abierta: “Es hora de admitir el fracaso[17]”.
Las terceras dosis de unas “vacunas” que ofrecen una estrecha y rígida respuesta a un solo antígeno obsoleto no mejorarán el resultado tras el habitual espejismo de pocas semanas. La propia OMS considera las dosis de refuerzo “inapropiadas e insostenibles”[18]. Lo que sí aumentarán las sucesivas dosis, en cambio, es la posibilidad de casos de yatrogenia. En efecto, nos prometieron que estas vacunas serían “95%” eficaces y esto ha resultado ser un timo. También nos prometieron que eran tremendamente seguras. ¿Lo son? Lo analizaremos en el siguiente artículo.
[1] Moderna hits safety problems in bold bid to reinvent medicine (statnews.com)
[2] AstraZeneca to be exempt from coronavirus vaccine liability claims in most countries | Reuters
[3] Peter Doshi: Pfizer and Moderna’s “95% effective” vaccines—we need more details and the raw data – The BMJ
[4] Evidence does not justify mandatory vaccines – everyone should have the right to informed choice | The BMJ
[5] Comparison of two highly-effective mRNA vaccines for COVID-19 during periods of Alpha and Delta variant prevalence | medRxiv y otros.
[6] What is the vaccine effect on reducing transmission in the context of the SARS-CoV-2 delta variant? – The Lancet Infectious Diseases
[7] Effectiveness of Covid-19 Vaccination Against Risk of Symptomatic Infection, Hospitalization, and Death Up to 9 Months: A Swedish Total-Population Cohort Study by Peter Nordström, Marcel Ballin, Anna Nordström :: SSRN
[8] SARS-CoV-2 Omicron VOC Transmission in Danish Households | medRxiv
[9] COVID-19 vaccine surveillance report – week 1 (publishing.service.gov.uk)
[10] Eurosurveillance | Outbreak caused by the SARS-CoV-2 Omicron variant in Norway, November to December 2021
[11] Omicron Makes Biden’s Vaccine Mandates Obsolete – WSJ
[12] Actualizacion_537_COVID-19.pdf (mscbs.gob.es) y anteriores
[13] COVID-19 vaccine weekly surveillance reports (weeks 39 to 1, 2021 to 2022) – GOV.UK (www.gov.uk)
[14] Effectiveness of Covid-19 Vaccination Against Risk of Symptomatic Infection, Hospitalization, and Death Up to 9 Months: A Swedish Total-Population Cohort Study by Peter Nordström, Marcel Ballin, Anna Nordström :: SSRN
[15] Covid Vaccines: A Shot in the Dark? – Swiss Policy Research (swprs.org)
[16] Characteristics and Outcomes of Hospitalized Patients in South Africa During the COVID-19 Omicron Wave Compared With Previous Waves | Global Health | JAMA | JAMA Network
[17] Professor Ehud Qimron: “Ministry of Health, it’s time to admit failure” – Swiss Policy Research (swprs.org)
[18] Interim Statement on COVID-19 vaccines in the context of the circulation of the Omicron SARS-CoV-2 Variant from the WHO Technical Advisory Group on COVID-19 Vaccine Composition (TAG-CO-VAC)
Por Fernando del Pino Calvo-Sotelo
Siempre habla el que más tiene que callar. Así ocurre actualmente entre cierta fauna ibérica que se dedica a hablar y escribir sobre Rusia y su presidente Vladimir Putin.
No, no es que Rusia o Putin no puedan ser objeto de crítica. Es que la crítica para ser auténtica y constructiva debe estar basada en hechos objetivos y contrastables y no en los delirios de una cuadrilla de enfermos, analfabetos funcionales, indocumentados o mercenarios de la mentira a sueldo.
Ya sabemos que quien paga manda… pero un mínimo de honradez intelectual y menos babosería liberal ayudaría a un debate de ideas y posiciones y ahorraríamos a los ciudadanos que tengan que deglutir tantas falacias, tantas falsedades, tanto odio y tanta mala fe, en este caso, contra Rusia y su presidente.
Y es que las dosis de odio son diarias, poniendo de manifiesto una siniestra intencionalidad y el encanallamiento propio de diversas especies de insectos liberales, juntaletras de poca monta, todólogos que pastan por diversas tertulias y demás personajes de sainetes y patios de Monipodio que defecan sus detritus de enanos mentales a “diestro y siniestro”.
¿Por qué ocurre esto? Sencillo. Porque el que tiene una opinión favorable de Rusia o de su presidente se sale de la ideología dominante… Sí, esa que Marx diagnóstica claramente como la “ideología de la clase dominante”.
Ellos adornan sus vomitonas dialécticas con las palabras habituales de la monserga oficial: democracia, derechos humanos, libertad, homofobia, comunismo, fascismo, dictador, autoritarismo, etc. Pero cada vez engañan a menos y es que es muy difícil engañar a todo el mundo durante todo el tiempo. La mentira suele tener las patas muy cortas y basta acudir a fuentes fiables y serias o viajar un poco para darse cuenta que todos esos personajillos son ridículos, monigotes de circo, cantinfleros, bufones y tiralevitas de sus amos.
Vamos a poner algunos ejemplos de mentiruscos sin intención de cansar al lector con la lista interminable de gilipolleces que sueltan los orcos habituales en la prensa regada con subvenciones millonarias del dinero que nos sacan a los españoles del bolsillo.
Artículo en El Confidencial firmado por A. Alamillos desde Kiev, E. Andrés Pretel desde Madrid y N. Alarcón desde Bruselas (se ve que no encontraron a nadie en Moscú) titulado ¿Quién teme a Vladimir Putin? "Si trata de asustarnos haciendo el loco, lo ha conseguido".
Citan a Michael McFaul, profesor y “reputado kremlinólogo” de la Universidad de Stanford: “La lista de amenazas completamente inventadas de Putin es verdaderamente impactante… y da miedo. Si está tratando de asustarnos haciendo el loco, conmigo lo ha conseguido”. Para tachar a Putin de ser más imprevisible que nunca. Pues vaya un “reputado kremlinólogo”, porque Putin siempre ha sido previsible, porque al contrario que los políticos occidentales, va avisando –y no una sola vez- de las intenciones en su política exterior y las cumple. A este profesor “tragacanto” vale con enviarle el mapa con las posiciones de las tropas de la OTAN en el Este de Europa, el Báltico y el Mar Negro para dejar claro si “esas amenazas” son inventadas por Putin o son una realidad contrastable. Basta hacer un pequeño ejercicio… pongan todo ese despliegue agresivo en la frontera de México y el Caribe con EEUU, a ver qué pensaría el “prestigioso” profesor de Stanford.
Para que el lector se haga una idea de quién representa una "amenaza para la paz", compare estas cifras:
Presupuesto militar para el presente año 2021
EEUU 811.000 millones de $
OTAN: 260.000 millones de $
Total “mundo libre”: 1.071.000 millones de $
Rusia 61.700 millones de $
Pero Rusia es la amenaza...
Dicen: “La derrengada economía del país sufriría para sostener los costes de una guerra, agravados por las duras sanciones internacionales que vendrían aparejadas”. Vamos a ver listillos. La “derrengada” economía rusa, por efecto de la pandemia, se redujo un 2,9% en 2020 y crecerá un 4,3% en 2021. En cambio, la floreciente y brillantísima economía de la UE cayó en 2020 un 6% y se espera un crecimiento similar al de Rusia para 2021. Y esto son datos del Banco Mundial, ya cocinados para uso de las oligarquías occidentales. La esperanza la ponen, una vez más, en las sanciones “internacionales” (es decir, de las potencias capitalistas) cuando llevan siete años comprobando que no han servido para casi nada contra Rusia.
Dicen: “el líder ruso plantea exigencias públicas —incluyendo el compromiso explícito de la OTAN de no expandirse en Ucrania y otros países del este de Europa, así como la retirada del Mar Negro— inaceptables para la comunidad internacional”. Putin plantea una y otra vez que la seguridad europea tiene que ser en los dos sentidos y eso implica que la OTAN deje de llevar su maquinaria de muerte y sus bombas nucleares a las fronteras de Rusia. Por cierto, cuando estos chiquilicuatres hablan de “comunidad internacional” se están refiriendo exclusivamente a las potencias occidentales. El resto no cuenta. Sume el lector los habitantes de los países de la Unión Euroasiática, la Organización del Tratado de Sanghai y los BRICS y comprobará donde está la mayoría de la “comunidad internacional”… pero ya sabemos, el racismo de las potencias occidentales desprecia a todas esas naciones “autoritarias” y subdesarrolladas…
Dicen: “Las informaciones apuntan a que algo más de 70.000 efectivos rusos se han movilizado junto a la frontera nororiental de Ucrania. Un informe clasificado de la inteligencia estadounidense —obtenido por el 'Washington Post'— asegura que estos movimientos son consistentes con un potencial plan de invasión con 175.000 soldados rusos tan pronto como este enero. El director de la agencia ucraniana de inteligencia militar, el general Kyrylo Budanov, cifra en más de 92.000 las tropas acumuladas en la frontera y apunta a un posible ataque para finales de enero o principios de febrero”. Las informaciones no apuntan a nada porque no presentan un solo dato contrastable, el informe publicado por el Washington Post establece el despliegue de las tropas rusas a 300 km de la frontera ucraniana y DENTRO DEL TERRITORIO NACIONAL DE RUSIA. Denunciar esto es como si le dijéramos al Pentágono que tiene que retirar las fuerzas de EEUU que estén en Texas, porque amenazan a México. ¿Se dan cuenta como intentan tomarnos a todos por imbéciles? De las cifras que da el militarote ucraniano tenemos la misma contrastación que las del Post. Nada. Pero bien podría explicar que hay más de 100.000 soldados ucranianos amenazando las repúblicas del Donbass y han ocupado parte de la línea neutral incumpliendo los acuerdos de Minsk que juraron respetar. Pero eso no lo escuchara en las noticias oficiales que marca el fondo de reptiles.
Dicen: “Esta acumulación no tiene justificación. Es provocadora, es desestabilizadora y socava la seguridad en Europa”, afirmó al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una reciente rueda de prensa junto al presidente ucraniano”. Es decir, para el cantinflesco Stoltenberg, las fuerzas rusas desplegadas en su territorio son una provocación y socavan la seguridad en Europa. Pero los 4000 soldados norteamericanos y británicos en Ucrania, los buques de guerra de la OTAN en el Mar Negro o las fuerzas de la OTAN en Polonia y los Países Bálticos, esas no socavan la seguridad ni son una provocación, son un mensaje de paz, seguridad y democracia del “mundo libre”.
En otro artículo titulado “España protesta por la llegada de mercenarios rusos a Mali y acusa al Kremlin de sostenerlos” publicado en Vozpopuli por Gonzalo Araluce, se habla del “espanto” que ha producido en las fuerzas de la OTAN desplegadas en Mali la llegada de contratistas militares de la compañía rusa Wagner.
Dice: “España, que cuenta con una presencia de 601 efectivos en el país, ha protestado formalmente junto a otros 15 países aliados por una decisión que, a su juicio, sólo puede conducir a un “agravamiento de la situación de los derechos humanos” en la región, y apunta directamente a Moscú en la prestación de apoyos a los contratistas: “Pedimos a Rusia que vuelva a adoptar un comportamiento responsable”.
Vamos a ver, primero, los contratistas rusos han ido a Mali contratados legalmente por el gobierno de ese país. Segundo, si les llaman “mercenarios”, deberían hacer los mismo, si no fueran tan cobardes, con los contratistas de la siniestra Academic-Blackwater de EEUU que cometieron toda clase de crímenes (junto a otras compañías británicas y francesas) en Irak, Afganistán, Libia, Somalia y otros países africanos, por citar solo algunos. ¿Cuál es el problema de Wagner? Que es rusa y molesta, claro. Y además pueden ser testigos de lo que no queremos que se entere nadie.
Y la pregunta que sigue es evidente… ¿Por qué el gobierno de Mali ha contratado a los rusos? Porque después de llevar miles de soldados de la UE al país africano, reconoce el artículo, “la ansiada estabilización aún está lejos de lograrse. Las milicias rebeldes y fuerzas terroristas logran mantener su presión contra unas estructuras de Estado debilitadas”. Es decir, que la misión EUTM Mali de la Unión Europea, liderada por Francia -la Operación Barkhane- es un completo fracaso y el gobierno de Mali ya no se fía. Pero en vez de reconocerlo, firman los sospechosos habituales una carta contra la presencia de los rusos: Bélgica, Canadá, República Checa, Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Italia, Lituania, Países Bajos, Noruega, Portugal, Rumania, España, Suecia y Reino Unido. O sea, la “comunidad internacional”…
Otra pieza para enmarcar es la del político liberal fracasado, fundador de Vox y ex eurodiputado cobrador de dinero de una conocida organización terrorista antiiraní, Alejo Vidal-Quadras, titulado “Ucrania, el Afganistán de Putin” y publicado igualmente en Vozpopuli.
Dice: “Hace meses que Rusia acumula contingentes considerables de tropas acorazadas en la frontera oriental de Ucrania y las señales que llegan del Kremlin sobre la posibilidad de una invasión son todo menos tranquilizadoras”… Bueno, creo que ya está contestado. Repite como una cacatúa lo que han mandado desde los cenáculos del belicismo occidental.
Dice y dice verdad: “Una Ucrania desplazada hacia la influencia comercial comunitaria combinada con la OTAN rodeando la base naval rusa del Mar Negro era algo que la oligarquía gobernante en Rusia no podía consentir. De aquellos polvos vinieron los lodos de la anexión de Crimea y la creación de un núcleo separatista en el borde oriental de Ucrania seguida de una guerra de baja intensidad que se ha cobrado ya catorce mil vidas ucranianas”. Pero por aclarar dejemos claros algunos puntos. Todos los países occidentales son manejados por una oligarquía gobernante, no se qué quieren demostrar con llamárselo al gobierno ruso. ¿Repasamos España, por ejemplo, Alejo? Tu lo sabes mejor que nadie. Y se te olvida decir que Crimea fue siempre rusa, su población es rusa y voto ser Rusia (aunque los sospechosos habituales no queráis reconocerlo, pero es cuestión de tiempo). Y que la guerra en el Donbass la inició la oligarquía mafiosa de Kiev, tras el golpe de Estado apoyado por Occidente, porque el Donbass prorruso quería mantener la legalidad. Vidal-Quadras no es más que otro peón que está para defender al régimen ucraniano, el más corrupto de toda Europa…
Dice: “El brutal incremento de la represión interna es un signo evidente de que Putin se siente amenazado y que no le duelen prendas para consolidar su poder”. Vidal, como diría José Mota, eres tonto y bacín. ¿Después de 20 años tu crees que Putin tiene que consolidar su poder? Pero en qué mundo vives, hombre, lávate la cara a ver si te despejas. ¿Y de qué represión interna hablas? ¿Del corrupto de Navalny y sus secuaces? Porque para represión la que se ve en las calles europeas contra los que protestan contra las medidas anticovid o por la carestía de la vida, los despidos y muchas otras cosas.
Y dices que el nivel de vida en Rusia ha caído ininterrumpidamente desde hace diez años… pero fíjate, puedes ir y comprobar que en el metro de Moscú no verás esta imagen del metro de la riquísima Nueva York:
Pero Alejo tiene la “solución” a la amenaza rusa: “unas sanciones económicas y financieras realmente letales que fueran insoportables para el agresor, la cancelación del gasoducto Nordstream II y el suministro de armas, logística y tecnología militar a Ucrania en tal medida que hiciese que el coste para Rusia en bajas y material resultase inaceptable para su opinión pública”. Esto si que son las medidas de un amante de la paz que busca la distensión… ¡Y como duele el Nord Stream II! Hay que pararlo aunque Europa se muera de frío…
Pero el colmo es lo que sigue: “Estas acciones hostiles podrían ir acompañadas de una intensa labor diplomática que sentase a Rusia en una mesa de negociación en la que se le ofreciese la configuración de una nueva estructura de seguridad europea, la revitalización del proceso de paz de Minsk, la renuncia de Ucrania a unirse a la OTAN y el alivio de la presión sobre los ucranianos orientales de habla rusa en los ámbitos cultural y lingüístico”. ¡¡¡Pero si esto es lo que pide Rusia!!! ¡¡¡Venga, sin pérdida de tiempo llama a Biden!!! Es Rusia la que ha solicitado una mesa de negociación para conseguir esa configuración que traiga seguridad a TODA Europa... Lo peor de todos estos tipos es que se piensan, realmente, que somos imbéciles…
Finalmente, Alejo, no des lecciones de Historia recordando a los rusos sus derrotas de 1905 o Afganistán (que no fue una derrota)… No sea que ellos te recuerden Afganistán en 2021 o el desfile hasta Berlín.
Por último, no por importancia, sino al contrario, por cutre, está el artículo publicado en El Mundo por un tal José Ignacio Torreblanca, titulado “Minifalda Geopolítica”. Este libelo es incalificable. En él están todos los topicazos del liberalismo rampante y simplón, políticamente correcto y dispuesto a la censura, la represión y quién sabe si a ir más allá.
Sobre su autor, basta leer el reportaje publicado por Manuel Cerdán en OKDiario titulado “Un panegírico a su jefe Soros ‘no apto para conspiranoicos”, en referencia a una seudoentrevista realizada al especulador globalista G. Soros. Y es que Torreblanca no es precisamente un “neutral” opinador de la prensa. Es director de la oficina para España del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (European Council on Foreign Relations-ECFR), una organización globalista impulsada desde hace años por Soros. Torreblanca, antes de ser fichado como columnista de EL MUNDO, fue director de Opinión de El País. Tras su salida del diario de Prisa pasó a dirigir la oficina del ECFR, y compatibilizar su cargo de embajador y portavoz de Soros en España con el oficio de columnista de El Mundo.
Dice en su artículo: “me cuesta horrores entender la admiración por Putin que alberga una parte (curiosamente) tanto de la izquierda como de la derecha española”. En efecto, no lo puede entender. Pero el problema no es Putin, sino sus pocas entendederas y su ideología globalista, que apesta a cloaca californiana. Que siga investigando a ver por qué ocurre eso…
Dice: “Echo de menos aquí unos Verdes como los alemanes, firmes en su defensa de los derechos humanos en todo el mundo, y que critican con toda rotundidad el empeño ruso en doblegar y amputar Ucrania a punta de bayoneta”. Es decir, unos Verdes neoliberales, belicistas, que apoyan a la OTAN y sumisos al ocupante yanqui. No hay más que añadir.
Del resto del artículo que emborrona la página del periódico no merece hacer perder un minuto de tiempo al lector… Si Vd admira a Putin por alguna cosa, sea la que sea, para este ultraliberal es Vd un comunista nostálgico de la URSS, un franquista, un homófobo y va a ir al infierno.
Este es el nivel. Visto lo cual uno no puede por menos que volver a acudir al pensamiento marxista (de Groucho) y recordar aquello de que “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”.
Por Juan A. Aguilar
La utilización del pánico como método de control del cerebro reptiliano está propiciando un aparatoso derrumbe de la racionalidad. Y es inevitable que así ocurra; pues los pueblos que carecen de un horizonte sobrenatural que sirva de desaguadero a sus miedos acaban atrapados en una cárcel de pánico incontrolable, que a la vez que actúa como el más poderoso disolvente de los vínculos comunitarios, arruina por completo el pensamiento lógico y abona las más estrafalarias supersticiones.
El cerebro reptiliano tragacionista ha dado en la locura de creer que, puesto que las terapias génicas experimentales no inmunizan, debe exigirse la inoculación de quienes se han resistido a la inoculación, en la creencia mágica de que, cuando toda la población esté inoculada, las terapias génicas experimentales al fin inmunizarán, como por arte de birlibirloque. Se trata de una ideación delirante (de tipo paranoide) que, sin embargo, se ha logrado incrustar en el cerebro reptiliano de la población tragacionista, azuzada por politicastros inescrupulosos y por las cacatúas y loritos que acaparan los medios de cretinización de masas. Incluso el Tribunal Supremo ha evacuado una sentencia por completo desquiciada, autorizando el llamado pasaporte Covid, en la que se leen diversas paparruchas tragacionistas sin pies ni cabeza.
La sentencia de marras autoriza a la imposición de este pasaporte, que desde luego vulnera gravemente la libertad ambulatoria y la protección de datos. Pero estas vulneraciones nos parecen baladíes (un atropello más entre los muchos que estamos sufriendo) e incluso deseables, pues contribuirán a que la desconfianza hacia las instituciones se acreciente, acelerando el colapso sistémico.
Sin embargo, el gozo que nos produce el descrédito sistémico no debe cegarnos. Pues la imposición del pasaporte Covid no servirá para impedir la propagación del virus, sino exactamente para lo contrario. Se trata de un salvoconducto que permitirá a las personas inoculadas y luego infectadas de coronavirus entrar más fácilmente en contacto con otras todavía no infectadas, a las que podrán contagiar (adrede o inadvertidamente), sobre todo si su sistema inmunitario ha sido previamente dañado o debilitado.
El llamado pasaporte Covid es, en fin, una licencia para contagiar a mansalva, que al brindar una falsa sensación de seguridad a quienes lo porten convertirá restaurantes y centros de ocio en cónclaves coronavíricos. Sólo la utilización del pánico como método de control del cerebro reptiliano explica que los hosteleros no se rebelen contra una medida que los convierte involuntariamente en propagadores del virus. Sin embargo, allá donde se imponga esta licencia para contagiar, las escasas personas que aún no hayan dimitido del pensamiento lógico tenderán a evitar restaurantes y centros de ocio. De este modo, aparte de no contribuir a la estigmatización psicopática de sus paisanos, protegerán su salud y contribuirán al bien común, evitando la propagación del virus.
Por Juan Manuel de Prada
Publicado en ABC
Durante la manifestación realizada frente a la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP26) en Glasgow (Escocia, Reino Unido), ya era evidente el fracaso de la cumbre para los intereses del ecocapitalsimo y el ecoimperialismo que se esconde bajo el Green New Deal.
Solo quedaba la calle para seguir alimentando el monstruo fabricado por las más siniestras oligarquías globalistas de nuestra época. Y montaron un decorado de niños y jóvenes para que la “gran activista”, la “superinteligentísima” Greta Thunberg volviera a insultar y amenazar a todo bicho viviente (los humanos también somos parte de la biodiversidad) con las siete plagas del cambio climático “provocado” única y exclusivamente por el hombre y sus desarrollos industriales.
Y como los resultados (que eran los esperados) de la COP26 no eran del gusto de los “nuevos capitanes de las finanzas verdes”, es decir, de buena parte de las actuales oligarquías, llegó la niña pija sueca a sermonear según el guión que le marcan lo que la manipulan. Los poderosos globalistas componen la música y ella toca la flauta. Así, declaró que la cumbre devino en un "evento de relaciones públicas" y criticó a los líderes mundiales por convertir las discusiones en un "festival verde":
"No es un secreto que la COP26 es un fracaso. Debería ser obvio que no podemos resolver la crisis con los mismos métodos que nos llevaron a esta situación".
Asimismo, Thunberg acusó a los organizadores del encuentro de permitir que se convierta en un "festival de blanqueamiento verde". "La COP26 ha sido calificada como la más incluyente de la historia, pero ya no es una conferencia climática, [...] es un festival global de lavado verde, [...] una celebración de dos semanas de negocios como siempre y bla, bla, bla", sostuvo Thunberg.
Sería interesante saber a qué otros métodos quiere apelar esta señorita ricachona, que está todo el día viajando e insultando entre “bla, bla, bla”, y “bla, bla, bla”, si es que ya no sirven los “métodos que nos llevaron a esta situación”. No tenemos noticias.
Ella va de activista outsider y antisistema, pero puede acceder a la COP26 y reunirse con el secretario general de la ONU António Guterres, algo que no suele ser lo habitual para cualquier antisistema de verdad. Eso sí, luego sale y con esa cara de chalada espeta a los líderes de la cumbre: "Os podéis meter vuestra crisis climática por el culo". Y repetir las ya gastadas consignas de las procesiones (o carnavaladas) sobre el cambio climático: "Nuestro planeta, nuestro futuro" o "El cambio climático es una guerra de los ricos contra los pobres".
Y uno no sabe si reírse o indignarse… Esta señorita debería saber que es el ecocapitalismo el que realmente encarna la guerra de los ricos contra los pobres, levantando un muro inexpugnable entre los países ricos que pueden desarrollar sus inversiones “verdes” y los pobres que quedarán sumidos en una mayor pobreza al no disponer de esas inversiones o resignados a someterse a los designios de los poderosos endeudándose para importar su tecnología y poder producir “verde”. No es solo hipocresía, es una auténtica estafa intelectual para ocultar una gigantesca maniobra financiera de las oligarquías y salvar el modo de producción capitalista.
Algo no va bien en la “empresa climática” cuando la verborrea de Greta se llena de un vocabulario chabacano, soez, insultante, cutre; muchos “cojones”, “culo” y poca inteligencia (o pocas luces, que en este caso es lo mismo).
Su activismo “antisistema” se nota en todo lo que hace. Se ha independizado, algo que muy pocos jóvenes de su edad pueden hacer (claro está, que no pertenecen a su clase social), dice que ha vuelto al instituto (será en sus ratos libres), ha sido portada en Vogue, y las actividades familiares van viento en popa, con su millonaria madre, Malena Ernman, y su hermana, Beata, protagonizando un musical sobre Edith Piaf en un teatro de Estocolmo.
Ahora vive sola en un apartamento “prestado” en el centro de la capital sueca, acompañada de sus dos perros. Desde allí dirige el activismo de la organización Fridays for Future.
Greta, como todos los de su clase social, no oculta su lado glamuroso con la portada que le dedicó en agosto pasado la revista Vogue, llena de estampas pastorales y caballo islandés incluido. Eso sí, vomitaba los habituales dardos a los políticos y un ataque demoledor contra la industria de la moda: "Contribuye en gran medida a la crisis climática, por no mencionar su impacto en los innumerables trabajadores y comunidades explotados en todo el mundo para que algunos disfruten de una moda rápida y desechable. Nos quieren hacer creer que las marcas de moda empiezan a asumir su responsabilidad, gastando cantidades enormes en campañas en las que se presentan como sostenibles, éticas y verdes. Seamos claros: esto casi nunca es más que puro greenwashing. No se puede producir moda en masa ni consumir de forma sostenible tal y como está configurado el mundo hoy en día. Por eso necesitamos un cambio de sistema". Impresionante. Y dicho desde la principal revista del mundo de la millonaria industria de la moda … Ratones, escuchen la flauta de Greta.
Greta dijo a Vogue que hace tres años que no compra ropa, ni nueva, ni de segunda mano: "Sólo llevo cosas que me presta gente que conozco". Vamos, como el apartamento en el centro de Estocolmo. Eso sí, en las fotos lucía un par de prendas de lana que provocaron la indignación de los animalistas en las redes sociales.
Seamos sinceros y digamos lo que pensamos: Greta eres una estafa. Dedícate a estudiar y deja de hacer el ridículo, aunque la vida te vaya bien así, hazlo por dignidad. O por estética.
Eres una vocera de la posmodernidad, un subproducto ideológico de ese mundo de banalización de contenidos y dictadura de la imagen que sufre nuestra sociedad. Eres una “lideresa” del advenimiento del nuevo capitalismo que se implanta a través de operaciones de naturaleza emocional o estética para satisfacer el hedonismo de generaciones adoctrinadas en un estéril postureo “antisistema” para darle a ese mismo Sistema una nueva vida.
En Escocia, dentro y fuera, os habéis reunido los timadores del clima, que de nuevo nos amenazáis con el apocalipsis si no os hacemos caso y aceptamos el gran reinicio verde concebido por los sospechosos habituales, eso sí, pagándolo entre todos.
La imagen que nos vende la “flautista verde de Hamelin” es que estamos ante una emergencia climática y debemos poner todos nuestros recursos para salvar al planeta. Y así vemos como en la publicidad de cualquier producto comercial de la sociedad capitalista de consumo, de los bancos, de los grupos financieros, de las multinacionales, de los grandes consorcios de la comunicación, de las empresas de energía y de los gobiernos, todo tiene que ser sostenible, igualitario, inclusivo, resiliente, de género y verde, muy verde.
Y que además debemos empezar a vivir de otra manera. Cambiar el coche por la bicicleta… o mejor, por el coche eléctrico, viajar en tren en vez de en avión, intercambiar ropa usada… para lo que se montará una industria floreciente, comer carne sintética y alimentos genéticamente modificados… elaborados por las grandes multinacionales de la alimentación, y así todo. Lo que sea para poder llegar a las cero emisiones de carbono.
Todo ello mientras los magnates del Foro de Davos, los Soros, los Gates, los Bezos, los Zuckerberg, los Rothschild, los Larry Find, los Rockefeller o los Carlos de Gales se trasladan de sarao en sarao en sus aviones particulares y aumentan sus cuentas de resultados como nunca lo había hecho el gran capital a lo largo de su historia.
Verás Greta y todos lo que te siguen ovejunamente. Si estudiaras matemáticas te darías cuenta de la estafa. Nos dicen (tu incluida) que debido al cambio climático “causado por los humanos”, al finalizar el siglo XXI las pérdidas económicas ascenderán a 190.000 millones de euros al año. Es decir, unos 15,2 billones de euros. Para evitarlo, los calentólogos de la COP26 estiman que habrá que gastar unos 150 billones de euros en la transformación “verde”… ¡Casi 10 veces más! ¿Te das cuenta de la estafa?
Para lógralo, los sospechosos habituales han creado la Alianza Financiera de Glasgow para las emisiones netas cero (GFANZ, en inglés) para la que Mark Carney, ex gobernador de los bancos de Canadá e Inglaterra acaba de pedir 100 billones de dólares hasta el 2050. “Esta es la cantidad mínima de financiación externa necesaria para el impulso de la energía sostenible durante las próximas tres décadas si se quiere que sea eficaz”.
¿Quiénes van a gestionar tal morterada de millones? y ¿quiénes va a pagar la cuenta? Los gestores van a ser los que ya todos sabemos. Y los “paganos” seremos los demás, los que tenemos que trabajar para pagarnos un apartamento en los suburbios de Estocolmo o un jersey de lana sintética en una tienda de chinos. Según los cálculos, la agenda climática nos va a costar a los occidentales una media de 9.000 euros per cápita y año de aquí al 2050.
Por todo esto y más, Greta, tú y los tuyos sois una estafa, y nos queréis llevar a los demás al abismo del antroposuicidio, como aquél flautista de Hamelin de la leyenda recogida por los hermanos Grimm, que tocando con la flauta su extraña música, arrastró a todos los niños de la aldea y nunca más aparecieron. Según algunas versiones de la leyenda, quedaron atrás un niño cojo que no pudo seguirle, uno sordo, que no escuchaba la música, y otro ciego, que no podía ver hacia donde los llevaban.
De la música que te han compuesto, Greta, solo nos salvaremos los cojos, los sordos y los ciegos. Y el que quiera entender, que entienda.
Por Juan Antonio Aguilar
Ahora que han terminado las elecciones parlamentarias en Rusia es necesario que volvamos nuestros ojos a la política exterior, ya que esta última ha comenzado a experimentar transformaciones significativas.
La unipolaridad está colapsando, y aunque es un proceso que lleva mucho tiempo (más o menos desde el 11-S), ha sido durante el 2021, en medio de la pandemia del Covid-19, cuando han acontecido hechos con un carácter simbólico que demuestran que hemos pasado a un punto de no retorno.
Trump era un partidario del orden multipolar e insistía que EE.UU. debía encargarse únicamente de sus problemas. Su agenda era perfectamente racional, pero Trump fue atacado por los globalistas de su país.
En cambio, Biden fue apoyado por los globalistas y después de eso anunció el Great Reset como un intento de regresar a la década “dorada” de 1990 (esta última solamente dorada para los globalistas y liberales).
Los defensores de la globalización decían que esta tenía ciertos problemas, pero esos problemas podían ser solucionados fácilmente, por lo que era innecesario promover la multipolaridad, mientras que la unipolaridad reinaría para siempre sobre la humanidad conduciéndola hacia sus descabellados – e incluso satánicos – planes.
Con la llegada de Biden al poder, Kiev traslado tropas a Donbáss con tal de demostrar su lealtad al plan de “asediar a los rusos”. Pero cuando Moscú realizó sus propias maniobras, Washington de repente dio marcha atrás. No tomaremos en cuenta a Kiev, porque no es un actor relevante en la política exterior o en la Gran Reconstrucción.
Ahora bien, con la desastrosa retirada de EE.UU. de Afganistán, después de 20 años de brutal ocupación, las fuerzas invasoras ni siquiera tuvieron tiempo suficiente como para empacar sus pertenencias (incluido mucho equipo militar) y sacar de allí a sus colaboradores. Afganistán se ha convertido en otra gran vergüenza para los Estados Unidos.
Sin embargo, Biden quiso demostrar que no todo estaba perdido y formó un nuevo pacto que involucra a los países anglosajones de nombre AUKUS. El objetivo es proveerle a Australia nuevo equipo militar avanzado en detrimento de los franceses e italianos (algo que a menudo se olvida y que París y Roma resienten), con lo cual destruyó a la OTAN. En respuesta al agravio sufrido, París retiró a su embajador de Washington, un hecho sin precedentes. La UE parece entender que las autoridades de Estados Unidos han perdido la cabeza.
Y no solo eso, en Estados Unidos también están sucediendo grandes enfrentamientos. En primer lugar, Biden es odiado por la mitad de la población (debido al fraude electoral y a la imposición de una dictadura liberal intolerante), por lo que no importa lo que haga siempre enfrentará el repudio de las masas.
Los errores de Biden con respecto a Afganistán y Australia, además de la terrible situación de la frontera sur de los Estados Unidos debido a la inmigración, no solo cuentan como equivocaciones, sino que impulsan las críticas de sus adversarios que están preparando un impeachment en su contra.
Sin embargo, se trata solamente de la mitad del problema.
Los globalistas están divididos en dos facciones: una derechista y otra izquierdista que son conocidos vulgarmente como los halcones neoconservadores y los ultrademócratas defensores de la ideología LGBT y el denominado “marxismo cultural”. Los neoconservadores están furiosos con Biden por haberse retirado de Afganistán y repudian sus promesas de sacar las tropas estadounidenses de Oriente Medio, especialmente de Siria e Irak, sin hablar de la cobardía que ha expresado Biden con respecto a Ucrania, algo que no deja de enfurecerlos.
Por otro lado, los globalistas de izquierda, que deberían estar contentos, especialmente porque han sido mucho más indulgentes con respecto a la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, no se atreven a justificar la forma en que Estados Unidos se retiró de allí.
Con tal de contentar a los neoconservadores, Biden creó una nueva alianza estratégica anglosajona: AUKUS (Australia, Reino Unido, Estados Unidos) y dejó a un lado a los europeos, todo esto con el trasfondo de una inminente guerra contra China en el Pacífico. No obstante, esto indignó a los globalistas de izquierda. Primero, porque la UE no quiere enfrentarse a China, mientras que los globalistas de izquierdas estadounidenses desean usar el ascenso económico de China de forma estratégica.
Pero Biden apostó por AUKUS y este es un golpe indirecto a la OTAN, mientras que Rusia y China fortalecen su propia soberanía, algo que también están haciendo Turquía, Irán y Pakistán, así como algunos países árabes y africanos (la gran cantidad de golpes de Estado que han acontecido en África en este último año resulta ser un fenómeno muy interesante que debería ser analizado seriamente desde una perspectiva geopolítica), solo provocan un fuerte debilitamiento de la élite liberal globalista que comienza a dividirse entre anglosajones y europeos, sin contar a otros aliados “olvidados”.
La política de Biden está causando mucho descontento entre los globalistas de derecha e izquierda: a todo esto, se suma un enfrentamiento directo con los trumpistas que han sido reprimidos violentamente. Cuando Biden se comporta como un halcón termina por acercarse a los neoconservadores y despierta la furia de los globalistas de izquierda. Pero cuando intenta actuar como una paloma causa la cólera de los globalistas de derecha.
Esta situación resulta muy incómoda y jamás hemos sido testigos, al menos en las últimas décadas, de una política estadounidense tan contradictoria, incoherente y llena de tantos fracasos. Estados Unidos se encuentra más débil que nunca y debemos aprovecharnos de esto. Trump intentó dejar de lado la globalización y concentrarse en los problemas de Estados Unidos.
Pero Trump siguió una línea férrea a la hora de tratar a los representantes de la multipolaridad. Paradójicamente, Biden ha ido aún más lejos y esto solamente está destruyendo a los Estados Unidos. Cuanto más agoniza el globalismo, se hace más claro para toda la humanidad el agotamiento del país que anteriormente se definía como el líder indiscutible del mundo. Si somos realistas (es decir, un poco cínicos), resulta mejor tener un enemigo débil e indefenso como Biden que un socio racional y consciente de sí mismo como Trump.
Por supuesto, Biden es maldad pura y no a hecho otra cosa que hundir a los Estados Unidos. Sin embargo, todos los demás… pueden aprovecharse de esto. Por lo que el viejo Joe tiene sus aspectos positivos…
Rusia debería aprovecharse activamente de lo que está ocurriendo: el rápido declive de la hegemonía global estadounidense permite que amplios territorios, países, naciones y civilizaciones enteras adquieran su propia autonomía.
Sin duda, habrá quien tema a la alianza anglosajona y diga que Gran Bretaña ha vuelto uniendo fuerzas con los Estados Unidos y el resto de la Commonwealth con tal de restaurar su imperio colonial. Pero este no es el caso. El Reino Unido hace mucho que dejo de ser relevante. Y ni hablar de Australia. En cambio, la presencia financiera e incluso demográfica que China tiene en el Pacífico es gigantesca. El poder hegemónico está experimentando una crisis abierta y retrocede en todas partes. Por lo que es momento de volver a relanzar el proyecto continental de una Eurasia unida desde Lisboa a Vladivostok (en el espíritu de Thiriart-Putin), una nueva alianza euroasiática ruso-china o reactivar las relaciones entre Rusia y el mundo islámico, además de volver nuestros ojos a África y América Latina.
Estados Unidos se retira y nosotros debemos pasar a la ofensiva.
Con tal de poner en práctica estas ideas necesitamos una nueva estrategia, sin hablar de mostrar una gran determinación, voluntad y fuerza. Y, sobre todo, contar con una ideología. La geopolítica requiere de grandes ideas. Ahora que el senil Biden está al mando de los EEUU, Rusia tiene la oportunidad no sólo de hacer irreversible la multipolaridad, sino de ampliar drásticamente su área de influencia a casi todo el mundo. La hegemonía se está resquebrajando. Claro, un dragón herido puede golpearnos con mucha fuerza e incluso matarnos. Pero es un enemigo que se encuentra agonizando. Sin duda debemos tener cuidado con los fantasmas del imperialismo, pero tampoco es aconsejable perder el tiempo. Rusia debe preparar una contraofensiva. Mientras nuestros adversarios geopolíticos se encuentren en el estado en el que están, es necesario aprovechar la oportunidad histórica que tenemos delante. Sería un crimen no aprovecharla. Nuestro Imperio cayó en 1991 y ha llegado la hora de que caiga el Imperio de los Estados Unidos. Es nuestro deber volver a convertirnos en una entidad geopolítica plenamente soberana e independiente.
Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
Se puede decir que todos los días hacen historia. Pero estas semanas fueron testigo de un acontecimiento decisivo con enormes ramificaciones históricas: el colapso final de la ocupación militar de Afganistán por parte de Estados Unidos y la OTAN.
La guerra más larga de Estados Unidos ha llegado a su fin después de 20 años de luchas, destrucción y sufrimiento inútiles. Los militantes talibanes que Estados Unidos derrocó en una invasión en octubre de 2001 han vuelto ahora como el poder gobernante en Afganistán. Y un régimen que Washington apoyó con miles de millones de dólares cayó como un castillo de naipes cuando los talibanes tomaron el control de la capital, Kabul, el 15 de agosto.
La pasada semana los nuevos gobernantes declararon el Emirato Islámico de Afganistán. El reconocido proyecto estadounidense de “construcción de una nación” y “democracia al estilo occidental” está en ruinas. Oportunamente, estos días también marcan el centenario de la liberación de Afganistán del dominio colonial británico en 1919. Otro que muerde el polvo.
Las escenas desesperadas y caóticas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN evacuando Afganistán lo dicen todo. Las pretensiones de Washington y sus socios occidentales han caído a la Tierra con un accidente, como los cuerpos de los afganos que se aferraron a los aviones de carga militares estadounidenses cuando despegaban del aeropuerto de Kabul. Lo que el mundo presenció fue el vergonzoso y diabólico final de una ocupación criminal de Afganistán de dos décadas que no ha causado más que destrucción y dolor. Y el pueblo afgano ha sido abandonado a su suerte.
Nunca se trató de los supuestos ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 o de la llamada "guerra global contra el terrorismo". Apenas unas semanas antes del vigésimo aniversario del 11 de septiembre, la administración Biden está retirando a las tropas estadounidenses de Afganistán en lo que solo puede describirse como una retirada ignominiosa. Es grotesco "justificar" la guerra de dos décadas en el país de Asia central como una especie de retribución por los turbios sucesos del 11 de septiembre en los que no participaron afganos.
La guerra de Estados Unidos en Afganistán fue solo un capítulo en un período de presunto dominio unipolar. Después de la disolución de la Unión Soviética en 1991, Washington se movió rápidamente para demostrar el poder geopolítico con una letanía de guerras ilegales e intervenciones militares. Se hizo conocido en el lenguaje neoconservador como "dominio de espectro completo". También vimos narrativas neoliberales para el poder imperial bajo la rúbrica de "guerras humanitarias". Pero básicamente, la razón fundamental era la misma: fuerza militar unilateral para afirmar la hegemonía global de Estados Unidos.
La primera Guerra del Golfo contra Irak se produjo en 1991, seguida de la invasión estadounidense de Somalia: la Operación Restaurar la Esperanza con su retórica orwelliana que marcó el patrón de muchas escapadas militares posteriores. La guerra relámpago de Estados Unidos y la OTAN contra la ex Yugoslavia en 1999, y luego otras guerras por los recursos naturales y el cambio de régimen en Afganistán, Irak, Libia, Yemen y en curso en Siria, entre otros lugares.
Este es el contexto adecuado para la ocupación de Afganistán por Estados Unidos y la OTAN. Se explica con mayor precisión en términos de Washington tratando de imponer el poder imperial ayudado e instigado por lacayos occidentales. La guerra de 20 años en Afganistán encaja en un período de 30 años de presunta hegemonía estadounidense en ausencia de una rivalidad geopolítica percibida. Pero la anarquía de ese período ha dejado al mundo destrozado y más inseguro que nunca. Sin embargo, el ascenso de China y el resurgimiento de Rusia, junto con una visión multipolar de las relaciones internacionales, ha servido para frenar la picardía de Washington y sus sátrapas de la OTAN.
Hay indicios de que es por eso que los políticos estadounidenses se dieron cuenta de la necesidad de salir finalmente del atolladero afgano. Como insinuó el presidente Joe Biden en una entrevista, el cálculo para salir fue impulsado por la mayor capacidad de Estados Unidos para enfrentar a los "verdaderos competidores" China y Rusia, así como para liberar el poder estadounidense para otros desafíos imperialistas en el Medio Oriente y África. El prestigio de Estados Unidos se ha visto devastado por la debacle afgana, pero no hay indicios de que Washington vaya a frenar sus intervenciones en el extranjero. Las cosas podrían ponerse mucho más calientes en las apuestas de "gran poder". El capitalismo corporativo estadounidense es una economía basada en el militarismo que, a su vez, depende de la agresión, la confrontación y la guerra. Desafortunadamente, la debacle de Afganistán, no importa cuán vergonzosa sea, no cambia esa dinámica fundamental.
Las consecuencias entre Estados Unidos y sus cómplices de la OTAN han sido amargas e intensas. Los líderes europeos denunciaron la forma en que la administración Biden los dejó en la estacada sin ninguna consulta sobre la repentina retirada de Afganistán. Las embajadas europeas se han vaciado rápidamente de diplomáticos que se apresuran a buscar puentes aéreos. Ha habido duras recriminaciones sobre ciudadanos y ayudantes afganos abandonados en circunstancias desconocidas en medio de informes de grupos talibanes que se vengan de sus colaboradores.
De manera inusual, los políticos y los medios de comunicación británicos y otros europeos se han mostrado vociferantes en su condena a los Estados Unidos. Josep Borrell, máximo diplomático de la Unión Europea, dijo que era una “catástrofe”. Un líder de un partido alemán dijo que era el peor evento en la historia de la OTAN desde que se formó en 1949, hace 72 años. Un legislador británico afirmó que fue el episodio más vergonzoso para Gran Bretaña desde la crisis de Suez de 1956 y para Estados Unidos desde la caída de Saigón en 1975.
Una cosa parece clara. Las potencias occidentales y su "orden basado en reglas" de intervención imperialista no tienen nada que ofrecer a Afganistán, ni a ninguna otra nación en realidad.
Dependerá de la nación afgana resolver sus diferencias internas y salvar el estado fallido que les legó Estados Unidos y sus cómplices de la OTAN. China, Rusia y otras naciones vecinas están en la mejor posición para ayudar al pueblo afgano a trazar una nueva dirección de independencia. Tanto Beijing como Moscú han establecido buenas comunicaciones con los talibanes y otras partes afganas durante los últimos años. La política de no injerencia de China y Rusia les da credibilidad como socios regionales.
De manera divertida, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, comentó que el fracaso de la OTAN en Afganistán no debe convertirse en una oportunidad para China o Rusia. ¿Es eso todo lo que le importa en medio del desastre?
El codesarrollo y la asociación euroasiáticos promulgados por China y Rusia tienen sentido para el futuro de Afganistán. La forma de gobierno islamista de los talibanes no es inviable. Si puede ser inclusivo y defender un consenso nacional, no basado en la represión, y excluir el extremismo mientras se mantiene la estabilidad regional, entonces hay bases para un futuro mejor.
Los perdedores finales no son el pueblo afgano. Los perdedores finales son los charlatanes y criminales de guerra de los Estados Unidos y la OTAN que están expuestos más que nunca a los ojos del mundo como una amenaza para la seguridad y la paz internacionales.
El imperio estadounidense y sus lacayos están cayendo, como hemos mencionado muchas veces antes. Afganistán es otro clavo en el ataúd.
Por Instituto Español de Geopolítica
Observen la imagen… caras sufridas, serias, aspecto triste, ropas tradicionales, ausencia de ostentación, sencillez, transmiten fortaleza y determinación. No hacen aspavientos ni gritan histéricamente por su éxito. Son los comandantes talibanes que ha conquistado Kabul para su causa tras 20 años de guerra, sufrimientos y horror… En su concepción del mundo, han liberado a su Patria de la ocupación extranjera. No hay nada de frivolidad, lujo o exaltación. Sus rostros y actitudes son todo lo contrario de esas caras de gilipollas que vemos a diario en las televisiones occidentales.
Como contraste, las imágenes de los helicópteros Chinook estadounidenses despegando de la embajada de Kabul evocaron las del 29 de abril de 1975 cuando al último helicóptero americano despegó del tejado de la embajada yanqui en Saigón. Fue la imagen de una derrota que se ha repetido 46 años después. Hubo ese día otra foto menos conocida, pero igual de simbólica. La de los marineros del USS Okinawa tirando helicópteros al mar desde la cubierta del buque para hacer espacio al resto de helicópteros llenos de refugiados vietnamitas que todavía quedaban por llegar. Esta vez hemos visto a refugiados afganos caer desde los aviones en el aeropuerto de Kabul.
Ahora llega el momento de rasgarse las vestiduras, de lloriquear por las mujeres y las niñas afganas, de rogar por aquellos que trabajaron para los “aliados” (para los talibanes eran los que colaboraban con los invasores), de apelar a la democracia, a la “inclusividad”, a los “valores” de la “comunidad internacional” (la de los ocupantes), la lucha contra el terrorismo (la excusa para la invasión) y demás “argumentos” con los que tapar la humillante derrota sufrida por la coalición militar más potente del mundo frente a unos pastores desgarramantas armados con fusiles y lanzagranadas.
Los voceros de la ocupación por 20 años de Afganistán quieren ahora que olvidemos los 150.000 civiles afganos muertos, cientos de miles de heridos, millones de desplazados, los bombardeos norteamericanos reventando a hombre, mujeres y niños en bodas y banquetes, como se expoliaban las riquezas del país, como los mercenarios de las contratas privadas occidentales imponían el terror allanando de madrugada las casas de los civiles, como montaron una industria de distribución de heroína a nivel mundial con la vista gorda de las fuerzas de ocupación, como se intentó “occidentalizar” un pueblo con unas identidades muy particulares, para nosotros bárbaras, pero que eran históricamente las suyas. El que tenga paciencia y quiera horrorizarse, que repase 20 años de hemeroteca…
A todo ello hay que añadir las muertes de soldados occidentales, los heridos y mutilados, el gasto económico, la inestabilidad de todo el Asia Central, el desprestigio internacional y la evidencia de que la potencia occidental es, como decía Mao, un tigre de papel… Todo para una guerra que cualquier analista serio daba por perdida hace más de una década.
Más memoria
Machaconamente, no dejan de repetirnos en estas horas y días lo malo que son los talibanes. Ya lo sabemos. Fanáticos islamistas que viven en la premodernidad, con todo lo que ello implica. Pero hagamos más memoria…
En los años 70 había un régimen socialista en Afganistán apoyado por la Unión Soviética. Las mujeres podían vestir como quisieran, podían salir solas, viajar, estudiar en la universidad, la red está llena de fotos como ejemplo. Frente a ese régimen sostenido por Moscú, que también cometió graves errores, se levantaron los mujahidines islámicos que no tardaron en encontrar el apoyo de Occidente.
El 26 de diciembre de 1984 afirmaba el presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, en un celebrado discurso: "... Los luchadores por la libertad afgana - Mujahideen - nos recuerdan a diario que el espíritu humano es firme e inquebrantable, y que la libertad no es fácil robarle a las personas que están decididas a defenderla. El pueblo afgano está escribiendo un nuevo capítulo en la historia de la libertad. Los americanos saludamos su magnífico coraje...". Y Reagan le espetaba estas apalabras a los soviéticos “Creen que el apoyo que el mundo libre ha proporcionado a los luchadores libres disminuirá. Ahora los soviéticos están cortando la vida de los luchadores por la libertad, y aunque los mujahidines nunca pueden darse por vencidos, los soviéticos pueden tener un control indudable sobre el país. Toda la nación se ahogará...". Es hora de que ahora en Washington se apliquen estas palabras a sí mismos.
Los soviéticos salieron. Aún así, el régimen socialista resistió tres años más a los islamistas y solo cayó derrotado cuando el malnacido de Yeltsin retiró el apoyo ruso al gobierno de Kabul. Nada que ver con lo que estamos viendo ahora.
Luego vino la guerra civil, la llegada al poder de los talibanes con el Mullah Omar, la invasión norteamericana tras el 11-S y veinte años de ocupación colonial.
La victoria talibán
Un mínimo de honradez intelectual nos impide ocultarlo: Los talibanes han ganado esta guerra porque tenían una razón para luchar, para matar y morir, tenían fuerza espiritual, una causa, un horizonte… Y además han tenido inteligencia. Han sabido resistir, conseguir el equilibrio estratégico y esperar el momento preciso para dar el golpe definitivo y obtener una brillante victoria en una ofensiva relámpago que ha cogido desprevenidos a todos esos políticos occidentales, tan sabios ellos que no han sabido interpretar ni una sola de las señales que se venían haciendo evidentes desde que Biden anunció la retirada de las fuerzas de la OTAN.
¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién financia a los talibanes? ¿Quién les apoya? Preguntas y más preguntas para intentar justificar la humillante derrota.
Ahora nos dirán que el Taliban vivía del comercio de la heroína. Pero la inmensa mayoría de la producción era enviada por funcionarios corruptos hacia Occidente, lavándose el dinero, en una buena parte, en Kosovo. ¿Eran los talibanes? No nos tomen por imbéciles. Lo que sí ha sido evidente es como el ya expresidente afgano huía a Tayikistán con coches llenos de divisas, en tal cantidad que no cabían en el helicóptero que le evacuaba y tuvieron que dejarlo tirado.
Según los servicios de inteligencia las fuerzas talibanes agrupaban a unos 100.000 combatientes dotados de una moral de combate reforzada por la ideología islamista radical. Pero solo con esa cantidad de combatientes no se gana una guerra. Es necesario algo que nos ocultan: un apoyo significativo del pueblo afgano, sobre todo en zonas rurales y fuera de la capital.
La diferencia en materia política entre los talibanes y otros grupos yihadistas es capital. El movimiento talibán no aspira a expandirse fuera de las fronteras de Afganistán, mientras que Al Qaida y Daesh predican un califato mundial y legitiman el terrorismo. Esa diferencia propició el acuerdo de 2020 entre Donald Trump, la OTAN y los talibanes, que establecía la retirada militar occidental de Afganistán a cambio de que este país no volviera a ser nunca más una plataforma para atacar a Occidente. Y seguro que los talibanes han aprendido las lecciones de los últimos 30 años.
Durante los veinte años de resistencia armada, los talibanes no han dejado de controlar una parte importante del territorio, factor que les ha dado acceso a recursos internos a través de un impuesto en cada fase de la producción y comercio, sea de drogas o de venta de minerales. En los territorios que han ido conquistando en los últimos años, han ido imponiendo un sistema de 'impuestos islámicos', como un 10 por ciento de las cosechas o un 2,5 por ciento de impuesto a la riqueza (zakat). Según Radio Free Europe, solo en 2020 los talibanes recaudaron 1.600 millones de dólares, una cantidad que les permite autofinanciarse sin necesidad de recurrir a la ayuda de otros países.
Fe, inteligencia y determinación, unido a la vieja estrategia de la guerra popular prolongada, son el secreto de la victoria talibán.
La OTAN y EEUU en su peor derrota militar
Ahora pueden vestirlo como quieran y buscar toda clase de justificaciones y excusas, pero el mundo entero ha visto las imágenes que llegaban desde la embajada de Estados Unidos en Kabul. Escenas que, como hemos señalado, recuerdan a la salida de Saigón de los diplomáticos norteamericanos en 1975, y EEUU ha vuelto a hacerlo, ha dejado abandonada a la población del “aliado” a su suerte. Eso sí, ya han bloqueado los fondos del Banco de Afganistán (a robar, que es lo propio) y amenazan con “sanciones”. Todo muy patético.
El fracaso en Afganistán, para humillación de la primera potencia militar, tampoco es ajeno al simbolismo de las fechas porque se produce a menos de un mes del vigésimo aniversario del 11-S.
El colapso del régimen impuesto por una potencia colonial y sus cómplices ha sido colosal. Hace una semana, ninguna de las 34 provincias afganas estaba en manos de los talibanes. Hace pocos días, la Inteligencia estadounidense daba un plazo de dos a tres meses para que Kabul, la capital del país, cayera en manos de los insurgentes. El domingo, el problema no era ya cómo proteger la capital, sino cómo evacuar al personal diplomático y militar occidental antes de que los talibanes se apoderen de su aeropuerto. Si la mejor Inteligencia del mundo, tras 20 años de presencia continuada en el país y con toda la información acumulada sobre el terreno, ha sido incapaz de prever que Afganistán caería en apenas una semana, ¿qué ocurrirá cuando Estados Unidos se enfrente a un enemigo de verdad?
También hace apenas unos días, Joe Biden decía estar seguro de que Afganistán no caería en manos de los 75.000 talibanes que forman el grueso de la insurgencia porque el país cuenta con 300.000 soldados "adiestrados por los Estados Unidos" y bien armados. A la hora de la verdad, esos soldados se han rendido al enemigo en cuanto lo han visto o, más grave aún, se han unido a él.
Estados Unidos ha caído en Afganistán por su incapacidad para generar siquiera un amago de Estado funcional en un país que nunca ha sido más que una amalgama de tribus mal avenidas. China y Rusia, con total seguridad, estarán tomando buena nota de lo ocurrido.
Los medios del Estado Profundo yanqui culpan ahora a Donald Trump como el que decidió abandonar Afganistán, pero en realidad, fue Barack Obama el que, en febrero de 2014, dio órdenes al Pentágono de preparar la evacuación "total" de las tropas. Pero lo que ha hecho Biden es ejecutar una evacuación caótica resultando en una desbandada dramática y de una cobardía bochornosa. Un presidente incompetente que ha volcado su propia responsabilidad en unos soldados afganos mal pagados a los que ha hecho responsables de defender un Estado inexistente frente a unos talibanes que ni siquiera todo el ejército americano, con su incontestable superioridad aérea y tecnológica, ha logrado derrotar, una espantada a la desesperada, que ha permitido el derrumbe del país en un tiempo récord y que ha dejado al personal militar y civil de las embajadas al pie de los caballos. Han hecho el más estruendoso de los ridículos.
Las consecuencias geopolíticas
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, ha abandonado el país en dirección a Tayikistán. Se prevé que los líderes gubernamentales que todavía permanecen en territorio afgano entreguen el poder a los talibanes en una escenificación más destinada a fingir una transición ordenada que a ejecutar un traspaso real de poderes, dado que este ya está siendo ejercido de facto por los insurgentes. Si los talibanes tienen la inteligencia de no interferir en los intereses rusos y chinos, Afganistán será suyo durante décadas.
Los costes de la ocupación occidental de Afganistán han sido descomunales. Le ha costado a Estados Unidos un billón de dólares, un año entero de PIB español, 2.312 vidas y decenas de miles de heridos. Hoy, el 55% de los americanos apoya la retirada del país.
Estados Unidos y la OTAN fueron una fuerza de ocupación colonial y nunca tuvieron un plan que fuera más allá de entrenar un ejército nacional afgano y financiar la creación de unas instituciones políticas (gobierno, parlamento, ministros) sin la menor conexión con la cultura y la sociedad de Afganistán.
Las consecuencias geoestratégicas de la retirada de los Estados Unidos son incontables. China y Rusia ocuparán el vacío dejado por los Estados Unidos.
¿Qué pretende China? La consolidación de un Estado antioccidental y enemigo declarado de India, su principal rival regional a medio y largo plazo. La garantía, además, de que no se atacará desde el país ninguno de sus intereses estratégicos y muy especialmente sus rutas comerciales y de suministro de energía. La promesa, también, de que los talibanes no alentarán ninguna revuelta uigur en China.
El Global Times, el órgano oficioso del Gobierno chino, editorializaba: "Los soldados americanos han muerto por nada. Lo único que han conseguido es que muera más gente y que los contribuyentes americanos hagan aún más ricos a los magnates del complejo industrial-militar". Una verdad incuestionable que resuena también en la prensa y las sociedades europeas.
¿Qué interés tiene Rusia? Evitar la desestabilización de sus países vecinos, el principal de ellos Tayikistán. Pero, sobre todo, la consolidación de la idea de que el imperio americano ha empezado a desmoronarse y a mostrar sus primeras debilidades estructurales.
La salida de Estados Unidos de Afganistán es una derrota no tanto militar como civilizatoria que revela la incapacidad americana para defender las fronteras de su imperio. Es también una señal de debilidad que será convenientemente exprimida durante los siguientes años como prueba de que el siglo americano está llegando a su fin y de que Estados Unidos es un coloso con los pies de barro al que no le queda ya más remedio que aceptar la realidad de un mundo multipolar.
Pero la principal debilidad americana no es militar sino económica: la condición de moneda de referencia internacional del dólar estadounidense. Una realidad que depende enteramente de la percepción de Estados Unidos como potencia hegemónica. Si esa percepción se debilita con esta derrota, también lo hará el dólar. Y será el fin…
El papel de España
España fue empujada a intervenir en la ocupación de Afganistán por su pertenencia a la OTAN y su sumisión a la política exterior norteamericana.
España ha permanecido durante 19 años en Afganistán. Una misión que ha costado la vida de 102 soldados y una injustificable pérdida de dinero. Poco antes de la retirada de los últimos soldados españoles, en mayo de este mismo año, un artículo del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) alertaba de que una "salida poco planeada y precipitada" de Afganistán desembocaría en una guerra civil y el derrumbe del país. El IEEE ha demostrado con ello más inteligencia que toda la Inteligencia americana.
Pero el resultado final no puede ser peor. Una derrota de la que nuestro país es partícipe. A fin de cuentas, la misión internacional más larga de España y la más sangrienta.
En este escenario de desbandada, el Gobierno hará bien al acometer una operación de rescate para los cientos de afganos que colaboraron durante tantos años en un conflicto que deja la amarga certeza de haber empeñado demasiado esfuerzo para tan míseros resultados.
Y conociendo a este pobre país encanallado, el olvido será la única recompensa que reciban nuestros soldados caídos y mutilados en una guerra perdida de antemano al servicio de miserables intereses coloniales de potencias extranjeras. Que no nos vengan con más monsergas de que allí, en las montañas de Asia central, se estaba también defendiendo a España. Nunca pagaran los responsables por tanta ignominia e indignidad.
EEUU, la OTAN, la UE… Occidente: supremacismo moral que solo oculta miseria moral, decadencia material y anomia espiritual
La humillación de Estados Unidos y sus aliados occidentales difícilmente podría ser más severa. Una vez que termine la evacuación de sus ciudadanos y de los pocos trabajadores afganos que tuvieron la suerte de conseguir un billete de salida, los gobiernos occidentales no tendrán más remedio que aceptar que los talibanes estén en el poder.
A estas alturas, los funcionarios talibanes ya se han reunido con diplomáticos de varias potencias. A finales de julio, una delegación de talibanes se reunió con el ministro de Exteriores chino. La Embajada de Rusia está protegida y ha declarado que no evacuará de Kabul. La cadavérica Unión Europea prometió “aislar” al nuevo gobierno talibán si toma el poder mediante la violencia, algo que a estas alturas solo puede provocar la hilaridad de la concurrencia.
¿Está replegándose Estados Unidos para atrincherarse en aquellos espacios que cree poder defender de una hegemonía china que empieza a asomar como inevitable? Es muy probable. Todo parece indicar que esta semana será recordada como el principio del fin de la hegemonía Occidental y del principio de una nueva hegemonía, la de las potencias multipolares.
El final no puede ser otro. Las toneladas de hipocresía sobre los “valores democráticos”, la “inclusividad”, la “resiliencia”, el mercado libre, los derechos individuales y demás monserga que las cacatúas pagadas con el dinero expoliado a los ciudadanos nos repiten a diario, solo esconden los sucios intereses de complejos empresariales y financieros, la rapiña neocolonialista, el supremacismo moral y las ensoñaciones imperialistas de “pueblos elegidos” y “destinos manifiestos” que solo son realidad en las películas de Hollywood y en las series de las plataformas digitales yanquis. El esperpento del izado de la bandera del orgullo gay en la embajada de EEUU en Kabul hace unas semanas, es una muestra más de la absoluta falta de realismo y del más repugnante racismo occidental frente a los “bárbaros sin civilizar”.
Sí, esa es la realidad a la que hemos asistido en estas jornadas de gloria y miseria. Una realidad grabada en las piedras de las lejanas montañas del Asia Central que sirve de conclusión: Si EEUU, la OTAN y demás “salvadores de la Humanidad” pueden ser derrotados por unas partidas mal armadas de pastores de cabras es simplemente por una razón: porque son un gigantesco pozo de mierda.
Por Juan A. Aguilar
Cuando unos criminales que todavía andan sueltos asesinaron por la espalda a Isaac no le llamaron “¡maricón!” como al pobre Samuel en Galicia, pero los dos crímenes son igual de repugnantes y sus asesinos merecen un final acorde al daño que han hecho.
Isaac tenía solo 19 años, era un amante de la música, del rap concretamente (se promocionaba en redes sociales como “Little Kinki”) y siempre iba con sus cascos a todas partes. La noche del pasado miércoles fue atacado mientras caminaba por un túnel de la calle Comercio de Madrid, en la zona de Méndez Álvaro, e iba hablando por teléfono con un amigo. Según el testimonio del joven testigo, que ha prestado declaración ya ante los agentes de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, Isaac se dio cuenta en ese momento de que sus atacantes iban tras él. “Me están siguiendo, bro”, le dijo. Acto seguido le pegaron cuatro cuchilladas por la espalda y huyeron del lugar en patinetes.
El chico llamó a la madre de la víctima, que tenía síndrome de Asperger, y la mujer acudió al lugar de los hechos mientras los servicios de Emergencias del Ayuntamiento de Madrid trataban de reanimar a Isaac cuando se debatía entre la vida y la muerte. Cuando los sanitarios del Samur llegaron estaba en parada cardiorrespiratoria y le realizaron 30 minutos de RCP sin éxito, por lo que confirmaron el fallecimiento. Ya antes dos médicos que pasaban por la zona habían iniciado la reanimación hasta la llegada de las ambulancias.
Los agentes del grupo de Delitos Violentos (DEVI) de Policía Científica se trasladaron al lugar de los hechos para la recogida de vestigios en el lugar que permitan a los agentes del Grupo VI de Homicidios de Policía Judicial resolver el caso. Se sospecha de bandas latinas y que los asesinos pudieran pertenecer a los DDP.
Las primeras hipótesis han descartado que el móvil del asesinato fuera un robo, ya que tenía todas sus pertenencias encima. Además, la violencia empleada en el ataque hace pensar a los investigadores en otra motivación. Los testigos del asesinato aseguraron a la Policía que el chico fue perseguido por un grupo de al menos tres personas, que le alcanzaron y le asestaron cuatro cuchilladas por la espalda. Su amigo denunció a los agentes que el joven llevaba un tiempo siendo acosado por varios miembros de una banda juvenil que se movía por las inmediaciones de su casa.
El joven fallecido vivía con su madre cerca del lugar donde fue asesinado en la zona de Méndez Álvaro. Su padre falleció hace varios años. Isaac tenía síndrome de Asperger, algo que no le impedía desarrollar con éxito una de sus grandes pasiones, el rap. Hace pocos meses había firmado un contrato con una discográfica, han indicado a Efe fuentes de su entorno. De ese mundo tenía muchos amigos y era conocido en los círculos de la música urbana. El mismo día de su asesinato subió una publicación en Instagram, donde tiene más de 2.000 seguidores, que se ha convertido en un mural de condolencias con más de 200 comentarios.
Pasada la tragedia y esperando que sean liquidados sus asesinos, llega el momento de hacerse algunas preguntas sobre esa “sociedad resiliente, digital, sostenible y de género” que dicen que disfrutamos y que tan feliz nos debería hacer, según nos cuentan las castas privilegiadas.
Todos hemos visto las reacciones oficiales, oficiosas y del pesebre reptiliano de los medios de comunicación a cuenta del crimen de Samuel. Es lo suyo… pero entonces ¿por qué no se ha tratado igual al Isaac? ¿No merece Isaac los tuits de los parásitos de la clase política? ¿No merece minutos de los vividores de TV? Salvo raras excepciones, hemos comprobado, una vez más, la distinta vara de medir según quién sea la víctima. ¿Acaso porque Isaac no era homosexual? ¿Quizás por no ser mujer? ¿Puede que por no ser inmigrante o porque sus asesinos es posible que sean inmigrantes? ¿Es por su condición de blanco y no de una minoría racializada? Quizás no sea nada de esto… pero muchos deberían dar explicaciones para justificar esas infames diferencias de trato a la hora de acometer unas tragedias u otras.
Dicho todo lo cual, no nos engañemos ni carguemos todas las culpas sobre los grupos parasitarios (políticos, económicos, judiciales, culturales y mediáticos) que viven a nuestra costa. La responsabilidad última es de todos nosotros, de Vd también, amigo lector, de todo el paisanaje de este país encanallado, incapaz de tomarse la vida en serio, matón chulesco con los débiles y gusano arrastrado ante los fuertes.
Las muertes de Samuel e Isaac caen sobre nuestras conciencias por no hacer lo que en justicia deberíamos, por nuestra complicidad con las chusma política que nos pastorea mientras viven a nuestra costa, por nuestra enfermiza dependencia de unos medios de comunicación que se chotean de nosotros mientras los alimentamos con la publicidad que consumimos, por nuestra sumisión a las bandas de explotadores y vividores que nos han llevado a este estado de cosas, por consentir que 193 días de nuestro trabajo al año nos lo arrebate esa cueva de Ali Babá que se llama Agencia Tributaria para mantener el tinglado de las castas privilegiadas, por nuestro ovejuno respeto a instituciones podridas, corruptas, ensoberbecidas de un poder que nosotros mismos les permitimos cuando, en realidad, si el pueblo se alzara unido, no llegarían a la frontera para poder escapar de la justicia popular… y así todo, compatriotas. Seguiremos cerrando los ojos… ojos humedecidos con las lágrimas de los que quedan en el camino infernal que los parásitos de toda índole han ido marcándonos por nuestra cobardía y falta de dignidad.
Si tuviéramos esa mínima dignidad dejaríamos de votar a los parásitos, de consumir medios de comunicación que nos pastorean, nos uniríamos para potenciar el puño con el que golpear a las élites y oligarquías, reventaríamos sus ridículos discursos ideológicos y su matraca de falsos valores, no hablaríamos como ellos, no les imitaríamos, no les creeríamos, no les dibujaríamos ni una mueca de complacencia, solo se merecen nuestras caras de odio, ira e implacabilidad hasta que el miedo y el terror les estremezcan sus podridas almas…
Solo así haríamos justicia con Samuel e Isaac… Y dejaríamos de ser cómplices de sus muertes.
Por Juan A. Aguilar
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En España disfrutamos de un Presidente de Gobierno que o es muy mal alumno de Maquiavelo o es más tonto que Abundio.
El pasado 8 de julio, en compañía del mandamás lituano, un títere de Washington llamado Gitanas Nauseda, de los muchos que hay por las tierras bálticas, muy amigos de los separatistas catalanes y a los que tenemos que pagar la defensa ante la “inminente agresión rusa” que llevamos esperando dos décadas, montaron una astracanada ridícula, interrumpiendo abruptamente la rueda de prensa porque los aviones de la base aérea de la OTAN en Siauliai (Lituania) recibían una Alpha Scramble (hay que ser majadero para hablar con estos términos) y tenían que salir a interceptar no se sabe cuántos aviones rusos que, según un relato disparatado y enloquecido, podrían estar iniciando un ataque para liquidar al presidente español y al caradura de su anfitrión…
¿Chifladura? Completa. Pero los medios españoles no han ahorrado palabras para hablar de “ataque ruso”, “amenaza”, provocación”…
¿Es lejanamente creíble? Nadie en su sano juicio pensaría en tal cosa y se podrían haber ahorrado sacar los aviones, ahorrar el combustible y continuar con la insulta y babosa rueda de prensa que celebraban.
¿Entonces? Pues que hay que dar el espectáculo, el sainete del día para hacer creíble la amenaza rusa, lo propio de ese Patio de Monipodio que es la Unión Europea y la banda de matones de discoteca que es la OTAN, chulos de feria al que hacen coro legiones de periodistas vendidos por salarios tan míseros como el valor y el intelecto del que presumen.
Pedro Sánchez volvió a dejarnos en vergüenza con otros 29 segundos bochornosos que superan a su larga entrevista con Biden. ¡Qué valor! ¡Qué arrojo! ¡Qué entereza! ¡Que se preparen los aviones rusos!... ¡Mío Cid, Mío Cid! ¡Santiago y cierra España! ¡Aur, aur, desperta ferro! ¡A mí La Legión!...
Pierdan toda esperanza los ciudadanos españoles. Se pueden lograr cotas mayores de ridículo y este hombre conseguirá batir todas las marcas. Es medalla de oro en todo. ¡Qué días de gloria nos esperan!
¿Y qué hacía allí el Presidente?
No se sabe. Si es más tonto que Abundio, dejarse llevar por los que alimentan su pobre ego, siempre insatisfecho para esconder un profundo complejo de inferioridad. Pero si es un Maquiavelo de tercera, guiado por su escudero Iván Redondo, la cosa se explica mejor. Y para que el español medio pueda entenderlo, vayan unos apuntes:
- Digámoslo claro, los señoritos bálticos nos han tomado por gilipolllas. Tenemos que mandar nuestros aviones de combate, nuestros tanques, nuestras tropas, la logística y la intendencia necesaria, que pagamos con los dineros que nos saca del bolsillo la Hacienda, para “defender” a estos caraduras de una fantasiosa “invasión rusa”.
- Lo mismo podríamos decir de nuestros aviones en Rumanía, nuestros barcos en el Mar Negro y demás “juegos” con los que la OTAN provoca todos los días a Rusia para justificar su existencia y más de 500.000 millones de euros de gastos militares solo de países “europeos”.
- El españolito medio no se da cuenta ni se pregunta por qué no hay barcos rusos en el golfo de Vizcaya, ni tanques rusos en el Alentejo portugués, ni cazas rusos en Túnez tocando las narices todos los días en los bordes de nuestro espacio aéreo. Raro, ¿verdad?
- ¿A qué juega España en sus relaciones con Rusia? Deberíamos preguntarnos si queremos mantener buenas relaciones con Rusia, con un rentable balance comercial y con un turismo de mayor calidad que el que viene del estercolero europeo a Magaluf a cogerse la moña, abusar, escandalizar (violar si toca) y tirarse desde el balcón a la piscina.
- Porque con sanciones, haciendo seguidismo lacayuno de Bruselas con sus medidas antirusas, con las habituales provocaciones siniestras de la OTAN, con insultos, ofensas y demás ignominias en la prensa contra el Presidente Putin, etc… es muy difícil que se puedan tener buenas relaciones y solo podemos perjudicarnos a nosotros mismos. Es decir, una vez más, hacemos el gilipollas…
Esa es nuestra política exterior. Lacayuna, arrastrada, mendicante, vendida, sin soberanía alguna, lastimosa, bochornosa, vomitiva… Y así llevamos años, muchos años. Porque es lo que ocurre cuando ha desaparecido toda dignidad nacional, la soberanía, la libertad y la independencia. Eso sí, desde Bruselas y Washington lograron exterminar nuestras identidades nacionales, culturales, sociales, espirituales, nos impusieron la ideología globalista de Bruselas, antieuropea por esencia, la de los “valores fundamentales” de la UE, la del capitalismo y el liberalismo, la de Occidente…
¿La solución? No la hay…
Occidente delenda est.
Por Juan A. Aguilar
La obsesión de algunos dirigentes por obtener una foto junto al presidente de Estados Unidos representa una prueba de sumisión y puede conducir al ridículo.
El signo político del ocupante del Despacho Oval es lo de menos. Por encima de todo, el objetivo es presentarse, mediante una foto con él, como un personaje de relevancia internacional. El problema es que los "encuentros bilaterales" no se improvisan y si no apareces en la lista de reuniones de tu admirado presidente de Estados Unidos, no puedes esperar algo más que una mirada confusa o un gesto de extrañeza.
Media España se burla del episodio representado por su presidente de Gbierno, Pedro Sánchez, en la reciente cumbre de la OTAN, la primera a la que asistía Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca. El aparato de comunicación de Sánchez había anunciado un "encuentro" entre el primer ministro español y Biden. La agenda del dirigente norteamericano es transparente y consultable, y en ella no figuraba ninguna cita con el jefe de Gobierno español.
Para Estados Unidos, la cumbre transatlántica tenía otros protagonistas. Biden se encontraría en discusión privada con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y con los dirigentes de ciertos países fronterizos con Rusia que agitan la amenaza del 'oso ruso'. España no era una prioridad.
Para algunos Gobiernos la maquinaria de propaganda es hoy más importante que el contenido político. La obsesión de Pedro Sánchez y sus agentes de agit-prop por retratarse junto a Biden se tornó en un espectáculo que, a cualquier español, de la ideología que sea, debería ruborizar.
'Cumbre' peripatética de 29 segundos
Una vez tomada la foto de grupo con los asistentes a la reunión del club militar transatlántico, Sánchez inició un 'sprint' para acercarse al presidente norteamericano al que abordó por sorpresa. Paseó junto a él durante 29 segundos en una escena que sus publicistas pretendían utilizar como un éxito. Un remedo de la escuela aristotélica.
A veces, es mejor esconder una imagen que lanzarla al aire. Las redes sociales no solo sirven como instrumentos de comunicación oficial; son también armas susceptibles de volverse en contra de sus 'utilizadores'. Los enemigos políticos de Pedro Sánchez, la prensa española crítica con sus decisiones y ciudadanos, anónimos o no, desmenuzaron el intento de vídeo-selfie. Un paseíllo de menos de cien metros en 29 segundos, durante los cuales el presidente norteamericano no dirige su mirada a Pedro Sánchez sino al final de la caminata.
El esperpento hubiera tenido menos repercusión si desde las oficinas de comunicación de la Moncloa no se hubiera después vendido el hecho como una "primera toma de contacto" entre los dos dirigentes. En rueda de prensa posterior, Sánchez explicó que tuvo tiempo para hablar con Biden del "relanzamiento de los lazos militares", de América Latina, y para felicitar al inquilino de la Casa Blanca "por su agenda progresista y ecológica". Debió ser más sucinto con Biden, porque explicar lo mismo a los periodistas le tomó 44 segundos.
No se trata de mantener viva la memoria de la guerra hispanoamericana de finales del siglo XIX; no se trata de recurrir al antinorteamericanismo primario de los años 70/80. Es una simple cuestión de dignidad frente a cualquier dirigente de Estados Unidos.
Trump ya humilló a Sánchez
Y no es la primera vez que los españoles podemos ruborizarnos con tales actitudes. El propio Pedro Sánchez intentó por dos veces acercarse a Donald Trump en reuniones internacionales. En una de ellas, el presidente republicano le indicó dónde debía sentarse de manera imperativa. Habría que preguntarse cuál hubiera sido el mensaje a Trump. ¿Felicitarle por su victoria? ¿Criticarle por su política 'antiprogresista'? Nunca lo sabremos.
Otros presidentes de gobierno españoles sí han obtenido la foto-premio. Se recordará también la instantánea de la pareja Barack-Michelle Obama en la Casa Blanca con José Luis Rodríguez Zapatero y su familia. Una foto que, por cierto, se intentó ocultar a la prensa por otras razones que el lector podrá entender si la encuentra archivada en las redes.
El selfie oficial con un presidente norteamericano es gratis si el encuentro es – precisamente- oficial. Pero para ello, los intereses de Estados Unidos deben fundamentar esa cita. Algunos recordaban ayer también que el único jefe de Gobierno español en ser recibido y aplaudido por el Congreso norteamericano fue el conservador José María Aznar. Otros les respondían explicando que su único mérito fue alistarse en una coalición militar con George W. Bush y con el socialdemócrata británico Tony Blair para emprender una guerra justificada con una mentira.
De míster Marshall a Mr. Biden
De izquierda o de derecha, la fascinación que ejerce el 'Imperio' sobre los dirigentes españoles sigue siendo una norma. El reconocimiento de esa sumisión se plasma no solo en el mantenimiento de bases militares norteamericanas desde tiempos de la dictadura franquista, sino de la entrada en la OTAN, forzada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), después de mantener durante años su rechazo a integrar esa organización militar bajo el lema "OTAN, de entrada, No". Realismo dirán algunos; beneficio mutuo, pues esas facilidades militares se compensan con otras ventajas, dirán otros.
Pero si esa colaboración de España con Estados Unidos fuera tan trascendente, el papel internacional del aliado ibérico de la Alianza y de Washington no debería traducirse en una carrera por un pasillo para atraer la atención del nuevo presidente de Estados Unidos.
En 1952, el director de cine español, Luis García Berlanga expresó con la película Bienvenido Míster Marshall una sátira de la ayuda norteamericana destinada a Europa. En un pueblo español se preparó la recepción histórica de una delegación estadounidense que acabó en decepción, pues la comitiva yanqui atravesó el lugar sin detenerse.
Esa crítica al régimen franquista, al que Estados Unidos integró en el escenario internacional a cambio de bases militares, provocaba risa, pero también vergüenza ajena. 'Buenos días, Mr. Biden' es un nuevo capítulo para la historia de las relaciones entre Washington y su 'aliado estratégico' del Sur de Europa.
Por Luis Rivas
EL 15-M es un mito antiguo para tiempos modernos, escribió Santiago Alba. «Igual que la Roma republicana inspiró la Francia revolucionaria». Pero todo mito perece, y al 15-M lo mató su propio heredero: Podemos.
Para Rossique ocurrió en 2016, cuando el partido pasa de círculos a jerarquías. Carolina Bescansa dató el «fin de ciclo» en 2017, con Vistalegre tornando la unidad en ruptura. Para Granda termina en 2018, cuando el nomadismo de acampados se convierte en sedentarismo de chalet. Para Jordi Amat el 15-M está recién cortado, con la coleta de Iglesias.
El día y la hora exacta no lo saben ni los ángeles, pero todos coinciden en cómo muere un mito. «Un ciclo termina cuando sus símbolos se han desviado hasta quedar invertidos», escribió el matemático francés René Guénon, «es decir, al revés de su estado inicial». En otras palabras: algo muere cuando acaba representando su contrario.
En el ejemplo de Santiago Alba: el ciclo revolucionario francés termina cuando Napoleón ya no toma de Roma la idea republicana sino la idea imperial (su opuesto).
De la misma forma, al 15-M le han volteado sus propuestas, bases, ejes y lemas. Lo que antaño fue revolucionario, hoy a algunos les resulta reaccionario. Aquellas propuestas de «Gobierno protector, democracia transparente e igualdad de oportunidades» fueron algo «reactivo y conservador», según Emmanuel Rodríguez.
«Viejas lógicas» estatales «de herencia fascista». El podemismo ya no está interesado en «desigualdad de renta o precariedad», explica Ricardo Dudda, sino en «minoritarios logros culturales, sexuales, morales».
La «clase media blanca empobrecida» del 15-M es hoy, según Nicolás Sesma, «sospechosa de sustentar fascismos». También las clases bajas que se acercaron a las plazas (trabajadores pobres, parados o sin estudios) son «votantes típicos del populismo de derecha», según Steven Forti. Los verdaderos revolucionarios serán (según Antonio Maestre) «Greta Thunberg, una feminista adolescente y una trans de 10 años». O, según Nuria Alabao, «principalmente mujeres, migrantes, gays, lesbianas, trans, negros, amarillos y marrones».
Al 15-M no se le perdona que «no había prácticamente inmigrantes, que sólo aparecieron más tarde como afectados por los desahucios» (Amador Fernández-Savater).
Tampoco se olvida que el 15-M vetó una bandera arcoíris de cuatro metros y retiró la pancarta de la revolución será feminista o no será. Los actuales estudios de género buscan vengarse de 2011 y su supuesta «división sexual del trabajo, que reservaba a los hombres portavocías y manifiestos, relegando a las mujeres a comunicados, venta y transcribir actas» (A. Razquin, 2019).
También el colectivo LGTB recuerda con horror una «actitud homófoba: alusiones al sexo anal como metáfora de opresión económica» (G. Trujillo, 2016). Aquello de «si somos el futuro, ¿por qué nos dan por culo?».
El 15-M no quería un eje feminista (el 50% femenino contra el 50% masculino) o ecologista (el 80% de países contra el 20%). Ni siquiera querían izquierda y derecha.
Su planteamiento era más eficiente: «Somos el 99% y estamos contra el 1%». Es decir, el pueblo contra la casta. Otro factor que hoy activaría la alerta anti-fascista.
«La palabra pueblo tiene un fundamento reaccionario y fascista», dice Bifo. «La alusión a la casta», añade Maestre, «comenzó en la ultraderecha» (Chani en 1992 y Tertsch en 2010). Y eso de pueblo contra casta estaría «relacionado con fascistas, la falange y el peronismo».
Quizá por eso Podemos dejó de hablar de casta. ¿O fue para gobernar con el ala izquierda de dicha casta? El 15-M decía que «PSOE o PP, la misma mierda es».
Pero el Podemos de Monedero matizó: «Huelen parecido, pero son mierda distinta». Y del discernimiento excrementicio se pasó a la simple y llana coprofagia.
Hoy Podemos se come los marrones de un PSOE cómplice de endeudamiento externo y especulación inmobiliaria. Lo mismo que se reprochó al PP como causa de la crisis que precedió al 15-M. Pero hoy la formación morada impediría criticar a Sánchez lo criticado a Aznar y Zapatero. Hoy Podemos diría que ya no hay que escoger entre los de abajo o los de arriba, sino entre fascismo o democracia.
Fascismo sería Vox, por su discurso anti político y anti constitucional. Es decir, ¡por haber heredado del 15-M el no nos representan y la crítica al régimen del 78! Democracia sería el bipartidismo (reconvertido en bi-bloquismo), del que decían le llaman democracia y no lo es.
Todo un planteamiento «capaz de sepultar los rescoldos del 15M», lamenta José Luis Villacañas. En esta democracia, el 15-M es reivindicado por Ángel Gabilondo, compañero de Rubalcaba (que cortó el acceso de la Puerta del Sol). Podemos queda a las órdenes del PSOE, que a su vez tiene a España a las órdenes de la OTAN y Alemania (algo más cercano a fascismo que a democracia).
El 15-M proclamaba que «no somos mercancía de políticos y banqueros», pero Yolanda Díaz discrepa. Ya no toca criticar a la Troika o a Wall Street, sino elogiar a la Unión Europea y a Biden. La soberanía es de fachas.
TAMBIÉN DECÍA el 15-M que la ruina del 2008 «no es una crisis, es una estafa». Y ¿no habrá estafas políticas, financieras y farmacéuticas en la actual crisis covid?
Igual que en 2008 existían Madoff, Goldman Sachs y el FMI, en 2021 existen Soros, BlackRock o el Partido Comunista Chino. Pero señalar esto es, en palabras de Pedro Sánchez, conspiracionismo ultraderechista.
Sorprende tanto fascismo cuando en Podemos decían que el 15-M fue una vacuna contra la xenofobia. ¡Sería de AstraZeneca! El más preocupado es Gabriel Rufián, que afirma que ahora vivimos un «15-M facha». «El patriota ya no es un señor engominado y mocasines caros, sino el chaval que sale de la obra». La (re)nacionalización asusta hoy a la casta independentista, como la (re)politización en 2011. El 15-M no hablaba de secesiones, porque sabía que solamente «el pueblo unido jamás será vencido».
Ahora compara Iglesias el 15-M con el «anhelo democrático» del independentismo, pero Carod-Rovira decía otra cosa. «¡Que se vayan a mear, pintar, abroncar e insultar a su país!». Para él, los acampados de Cataluña eran «españoles», o sea extranjeros. ¿Cuándo nos vacunan contra la xenofobia indepe?
Este era el odio que las élites dirigían al pueblo del 15-M: «Perroflautas, golpistas, indignos, mantenidos». Pero incluso esto se ha invertido. Podemos ya es la nueva élite que insulta al pueblo: «Gilipollas que cobran 900 pavos, cayetanos, tránsfobos, tabernarios, privilegiados payoblancos».
«Cuando ocurre este proceso», escribía Guénon, «sólo cabe esperar un enderezamiento que restablezca el orden primordial».
Hásel-Paris Álvarez
Politólogo
Estas elecciones -como ocurrió con las catalanas de febrero- no pueden ser consideradas, ni como un “test nacional”, ni siquiera como unas elecciones “normales”: se han realizado en la “era Covid” y sus resultados han estado, visiblemente, alterados por la mala gestión del gobierno del Estado ante la pandemia.
Aún así es evidente que los resultados resultan significativos e indican el grado de erosión del PSOE. Podemos, tanto a nivel de comunidad autónoma como a nivel de Estado, algunos elementos significativos que nos dirán mucho sobre lo que se avecina en los próximos años:
LAS ELECCIONES MADRILEÑAS EN CLAVE REGIONAL
- La victoria del PP ha sido aplastante y sin paliativos. Era de esperar y solamente el CIS la podía poner en duda (la erosión de este organismo público es tal que Tezanos, no solamente debería dimitir, sino incluso ser procesado por tratar de influir en los resultados electorales utilizando un organismo público y en plena campaña).
- La “crispación” que se ha desarrollado en plena campaña ha tenido un solo responsable: Pablo Iglesias que ha pagado con su dimisión sus sobreactuaciones, presentando estas elecciones como una “lucha contra el fascismo”, fascismo, por lo demás inexistente, alardeando del dominio de la izquierda en la “Plaza Roja” (que ahora solo es “roja” a título póstumo)) y enviando a sus escoltas a boicotear los mítines de Vox.
- Ayuso no ha tenido que hacer gran cosa para vencer: sus acciones durante la pandemia le han atraído los votos de sectores que hasta ahora nunca habían votado a la derecha. Las restricciones en Madrid han sido mucho más laxas que en cualquier otro lugar del Estado, en especial en la hostelería y los resultados, en cifras no son peores que en otras comunidades en las que el cierre de la hostelería (con todo lo que implica) ha sido más riguroso.
- La izquierda madrileña, dividida en tres fragmentos, ha pagado caro su división, como la pagó la derecha en las últimas elecciones generales. Ciertamente, en Madrid existe una fuerza ausente en la mayoría de comunidades, Mas Madrid, que se ha beneficiado de votos llegados de un PSOE desmovilizado y de un Podemos en bancarrota e histérico, pero no es menos cierto que el hecho de que MM haya igualado los resultados del PSOE es significativo de la erosión del partido de Sánchez.
- Gabilondo era el último resto que le quedaba al PSOE de un “viejo profesor presentable”. Nadie duda que esta derrota supone, en lo personal, el final político del candidato y también el final de la presencia de catedráticos, intelectuales, y se queda en cuadro con especialistas en el saqueo de los fondos públicos, tendencia que ya podía preverse desde la llegada de ZP a la secretaría general.
- A lo largo de la precampaña y de la campaña, Gabilondo fue un títere para los estrategas electorales de la Moncloa: a pesar de no ser un tipo radical, ni visceral, se vio embarcado en una campaña “antifascista” que, como hemos visto, fracasó; en plena campaña intentó asumir los “valores de la izquierda moderada”, pero la irrupción de Sánchez le restó credibilidad al defender el entendimiento con Podemos y, el “antifascismo militante”, y en el último tramo de la campaña, se convirtió en un títere de Tezanos y de sus burdas manipulaciones. Sin perfil definido, se deslizó por la pendiente del fracaso. Solo le quedaría mostrar un poco de dignidad dimitiendo y regresando a su cátedra.
- Abascal y Vox puede respirar tranquilo: las elecciones para ellos se presentaban en un escenario particularmente difícil para este partido y el “voto útil” corría el riesgo de barrerlos del mapa. Los resultados demuestran que Vox tiene un electorado fiel, que demostrará su capacidad de crecimiento en cuanto se disipen las medidas de Ayuso durante la pandemia. Pero, en relación a los anteriores resultados, su papel político resultará disminuido y parece difícil que Ayuso cuente con ellos para formar gobierno.
- La merma en el papel político de Vox puede entenderse mejor si tenemos en cuenta que los diputados obtenidos por Ayuso superan a los de los tres grupos de izquierda. Por tanto, solamente precisará la abstención de Vox para gobernar cómodamente. Y no parece probable que Vox se alinee con la izquierda en la legislatura, luego le queda solamente la opción del “apoyo crítico” que realizará desde el exterior del nuevo gobierno de la comunidad.
- La victoria del PP demuestra que una líder sin apenas experiencia política y jugando la carta “populista” gracias a algunas tomas de posición que satisfagan los sentimientos localista. Frente a esto, el PSOE se equivocó manteniendo durante dos años a Podemos como incómodo socio de gobierno, dejando que sus ministros realizaran todo tipo de excesos, incluso viéndose arrastrados por ellos en materia de “ideologías de género”, generando hilaridad en sectores que hasta ese momento les habían votado.
- El aumento de votos de Mas Madrid puede interpretarse como la consolidación de una nueva forma de izquierda: algo más radical que el PSOE, pero no tan caricaturesca como Podemos (ayer, la foto de su “estado mayor” ante las cámaras lamentando la dimisión de Iglesias, era antológica sobre la marginalidad de sus integrantes). En MM parecen haberse dado cuenta que el “antifascismo” vintage no reporta los frutos esperados y que la sobreactuación en materia de “ideologías de género” puede ser contraproducente.
- El gran fracaso de Iglesias consistió en jugar a doble o nada: o se presentaba como “redentor de la izquierda” y lograba la victoria unificando a las distintas tendencias y en especial los votos de MM y de UP, o bien fracasaba y volvía a las tertulias de televisión. Cuantificados los réditos económicos y a la vista de los resultados, no le quedó más remedio que dimitir. En cuanto a MM se benefició de las declaraciones Mónica García oponiéndose desde el primer momento a que Iglesias liderase la izquierda.
- Institucionalmente, el porcentaje de asistencia en Madrid ha sido extremadamente alto en relación al que acudió a las urnas en Barcelona apenas tres meses antes. La causa solamente puede ser una: la generalitat de Cataluña es, casi por definición, desde su nacimiento en la transición, una institución nacionalista e independentista, es decir, que gobierna y satisface solamente a una parte de los catalanes, mientras que el gobierno de la comunidad de Madrid mantiene su perfil de institución de “todos los madrileños”. En Cataluña el electorado no-nacionalista consideró que no valía la pena votar, mientras que, en Madrid, ha existido, desde el origen de la institución, mayor pluralidad.
LOS RESULTADOS ELECTORALES EN CLAVE NACIONAL
- El gran perdedor de las elecciones madrileñas fue Pedro Sánchez, a pesar de que en la última fase de la campaña electoral desapareciera para evitar que su imagen quedara erosionada por la previsible derrota de su sigla. El ego de Sánchez no ha soportado nunca que en su comunidad fuera donde su figura, significativamente, resultara más cuestionada. De ahí que estableciera un pulso contra Ayuso y boicoteara cualquier medida que ésta adoptara, lo que, paradójicamente, dio armas a la candidata del PP, muchas más de las que sus capacidades políticas reportaban a su partido.
- Hay que recordar que el adelanto de las elecciones madrileñas coincidió con la maniobra sanchista de impulsar mociones de censura en las comunidades en las que el gobierno regional dependía de los votos de Ciudadanos. Vale la pena no olvidar el carácter involuntariamente suicida de esa maniobra que ha precipitado efectos inesperados para su promotor. Al PP no se le escapó esta nueva estrategia que capeó en Murcia, en Castilla-León y en Madrid convocando aquí elecciones anticipadas, algo que los estrategas del PSOE no pudieron calcular. El resultado ha sido, la desintegración absoluta de Ciudadanos, que en las próximas semanas empezará a sufrir una sangría de los cargos electos que le quedan, aproximándose a pasos agigantados a su disolución.
- La desaparición del centrismo podía esperarse desde la dimisión de Alberto Rivera. Hay que recordar que Cs solamente ha hecho bien en su historia una cosa: oponerse en Cataluña al independentismo. Su éxito allí implicó una salida del marco catalán que nunca debía de haber realizado: fuera de Cataluña su única posibilidad era servir de bisagra, como socio al PP o al PSOE, una actitud, por definición, oportunista y sin principios que suponía a medio plazo su descalificación: se votaba a Cs para no votar ni al PP ni al PSOE, pero su electorado toleraba mal que luego sus votos sirvieran para apoyar al PP o al PSOE. La mediocridad y el oportunismo de Arrimadas, su desconocimiento de los mecanismos de la política estatal, han implicado su liquidación política.
- Si bien, el PP parece que recuperará una parte de los votos de Cs, no parece tan claro que Casado haya sido el “gran vencedor” de estas elecciones. De hecho, su figura apenas ha aparecido en campaña y desde el balcón de Génova, tuvo un protagonismo muy secundario. El PP sigue teniendo un problema de liderazgo: Casado no “emociona” al electorado conservador y Ayuso sigue siendo un fenómeno madrileño. Si bien está claro que los resultados de ayer, favorecen al PP, incluso a sus aspiraciones a recuperar el gobierno de la nación, no es menos cierto, que Casado sigue todavía alejado de convertirse en alternativa de gobierno y que los resultados de Madrid no pueden extrapolarse a nivel nacional.
- El hecho de que, fuera de Madrid, el PP esté todavía debilitado y que los votos procedentes de la liquidación de Cs estén aún en tierra de nadie, da esperanzas de Vox de poder consolidar su situación a nivel nacional y de crecer cuando se convoquen las próximas elecciones generales. Si bien en Cataluña, los resultados que obtuvo no garantizan su perennidad (en Cataluña, el que más antiseparatista se muestre obtendrá siempre los votos del rechazo a la institución autonómica), estos, unidos a los obtenidos ayer, evidencian que el partido de Abascal tiene todavía un largo ciclo político por recorrer. Pero, a diferencia de Cataluña, en donde se produjo el “sorpaso” en relación al PP, en Madrid la diferencia de votos entre ambas formaciones se ha ampliado.
- La izquierda española va a ser el sector que más duramente va a vivir el período posterior a las elecciones madrileñas: no cabe la menor duda de que Sánchez, oportunista sin escrúpulos, adoptará las medidas que le indique Tezanos: sacrificar a Podemos, reducir su presencia en el gobierno, tender la mano a MM y llamar en su apoyo a los diputados de Cs. Eso, o seguir como si nada hubiera ocurrido, con las “ministras”, los “ministros” y “ministres” como si tal cosa, sin reconocer la derrota aplastante, y seguir con sus monsergas de género, permitiendo la llegada de miles y miles de inmigrantes ilegales innecesarios, tutelando menas y cubriendo sus desmanes, llamando “ERTES” a lo que debería llamarse “paro” y alardeando de que aquí vacunamos tanto y tan bien y somos tan “cool” que enviamos vacunas a África… Sánchez debe sentirse en estos momentos, como sitiado en La Moncloa, al igual que el Fort Apache estaba rodeado de indios y tribus hostiles. Ha comprobado que, a pesar de que la opinión pública es manipulable y modelable gracias a los medios y al CIS, la población solamente entiende de necesidades satisfechas: o las satisface o pierde.
- Los partidos nacidos hace 11 años, Ciudadanos y Podemos, pueden darse por liquidados, su ciclo ha concluido. De Cs solamente hace falta enterarse de la hora y el día de su funeral. Con Podemos la cosa va a ser algo más prolongada, pero si tenemos en cuenta que Podemos es un agregado inorgánico de círculos, siglas, grupos locales, partidos (no olvidemos que ahí sigue Izquierda Unida y, dentro de ésta, el Partido Comunista de España), nos atrevemos a decir que la salida de Iglesias supone el gran batacazo de esta sigla que, a partir de ahora, ya no tiene ningún perfil público que garantice la unidad de todo este agregado de átomos arrastrado por consignas fáciles, sobreactuaciones y puras y simples "provocaciones" del peor estilo truhanesco. Las encuestas dirán de dónde han procedido los votos que ha obtenido Podemos en estas elecciones, pero no es ningún secreto que los “nuevos españoles” han tenido en el “gran mantero jefe” una referencia. Entre eso, los colgaos, las feminitudas y los despistados, y la presencia de Cintora en TVE1, se entiende que la sigla haya sobrevivido temporalmente. Pero dar coherencia a aquello que, interiormente, nunca lo ha sido, resultará muy difícil para el que se siente en la poltrona de Iglesias.
CONCLUSION: ¿CAMBIO DE TENDENCIA? NO PARA MAÑANA
Los resultados de ayer son un toque de atención para Sánchez, pero no su final político. Como ególatra, ambicioso sin escrúpulos, hará todo lo posible para sobrevivir. Cambiar de alianzas y renovar su gobierno parecería normal en una democracia que fuera normal, pero no en la española en donde, tradicionalmente, un cambio de gobierno supone la evidencia de una crisis. Hasta ahora, el gobierno de España ha estado en manos de Sánchez, apoyado por la no-España, el resultado ha sido que el voto en Madrid -si bien condicionado por la época Covid- se ha realizado también en clave nacional: han hablado los que estaban hartos de Sánchez y de la presencia de impresentables en la coalición de gobierno, han hablado los que se ríen de las excentricidades y sobreactuaciones de la izquierda en todos los terrenos, del “antifascismo”, de los Menas “nuestros niños”, de las “ideologías de género” y del “aquí mando yo y yo reparto los millones de Europa”.
Porque ésta es, a fin de cuentas, la gran cuestión: Europa sigue siendo remisa a dar un talón con fondos elevados a un presidente que demostró que su partido quedaba en tercer lugar en el ranking de resultados y que su alianza con Podemos es lo único que le mantiene en el poder. Hará falta oír al jefe del Fort Apache para saber si rectifica o si opta por apoyar su colt sobre la sien y dispararse un tiro afirmando que aquí no ha cambiado nada y que todo sigue igual.
Lo que se ha producido es un simple cambio de votos: el electorado ya no es fiel a una sigla o a otra, es influenciable, pero hasta cierto punto, sus necesidades las experimenta más que nunca, especialmente en momentos de crisis. Por otra parte, ya no se vota a favor de tal sigla -esto es, por convencimiento- sino en contra de otro rostro: del malo de la película. Y en este caso, el malo ha sido Sánchez y su bufón Iglesias.
Por Ernesto Milá
Afganistán, 24 de septiembre de 2007. Una explosión tuvo lugar cuando la rueda trasera derecha de un vehículo blindado BMR español pisó una mina. El blindado formaba parte de un convoy que regresaba a la base tras dar el relevo a otra patrulla en Afganistán. La explosión provocó el fallecimiento de los soldados Germán Pérez Burgos y Stanley Mera Vera. El blindado marchaba en primer lugar del convoy compuesto por cinco vehículos, que había estado realizando tareas de control en una de las principales carreteras de la región de Farah, al oeste del país, para liberarla de la "presión" de los talibanes.
Germán Pérez Burgos era mi compañero, también originario de Extremadura. Stanley Mera era un joven soldado ecuatoriano. Los dos eran caballeros legionarios paracaidistas pertenecientes a la I Bandera Paracaidista. También murió un intérprete afgano y otros tres soldados españoles resultaron heridos graves.
Aunque este episodio me resulte más cercano por haber conocido personalmente al cabo Germán Burgos, no es más que uno de los muchos en los que soldados españoles han entregado sus vidas o han resultado heridos y mutilados en guerras lejanas declaradas por intereses de una potencia extranjera y arrastrados a ella gracias a una alianza criminógena al servicio de esos mismos intereses, la OTAN.
Durante años, nos dieron la monserga de que en Afganistán, Irak o El Líbano, estábamos defendiendo “la seguridad de los españoles”, la “libertad y la democracia”, “los derechos humanos”, “nuestra forma de vida” y demás sarta de insensateces para intentar ocultar que estábamos agrediendo a pueblos que nunca nos hicieron nada y con los que no teníamos cuentas pendientes.
La bastarda política exterior "española" solo ha tenido un eje de actuación: la sumisión a las directrices de Washington y a sus aventuras belicistas, poniendo, además, la vida de militares españoles en peligro… soldados que, por profesionalismo o porque se creyeron el discurso cantinflesco de nuestros gobernantes, no dudaron en arriesgar sus vidas y, en no pocas veces, perderla.
Y al final, la derrota
Veinte años después de comenzar la guerra de Afganistán y casi 14 años de que cayera en combate el cabo Germán Burgos, la infamia llega a su punto máximo. Que nadie nos malinterprete, nunca creímos que tuviéramos que participar en aquella campaña. Pero lo que mal empieza, mal acaba y ahora, el culpable de la guerra, incapaz y derrotado, saca sus tropas y huye. Y el resto de la banda con él.
Según anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de un comunicado, "España sincronizará la salida de sus tropas de Afganistán con la de Estados Unidos y demás aliados, que han anunciado hoy que pondrán fin a la Misión Resolute Support coincidiendo con el 20 aniversario de los atentados del 11 de septiembre".
El anuncio llega tras la celebración de una sesión especial por videoconferencia de los ministros de Defensa y Exteriores de la OTAN para debatir el plan de “retirada”. Lastimosamente, la ministra de Defensa de España, Margarita Robles, intentó justificarse con que "las líneas generales del plan de repliegue propuesto por los Estados Unidos ofrecen margen suficiente para asegurar que se consoliden los progresos democráticos alcanzados en el país". Señora ministra, ¿de verdad se cree Vd tamaña gilipollez? No es Vd responsable de esa guerra, no hace falta que se justifique y tampoco le vamos a pedir que tenga un acto de valor señalando a los criminales que nos metieron en ella… Pero no nos tome a todos por imbéciles, que la sangre de nuestros camaradas ha regado aquellas tierras.
La ministra española añadió que tras la retirada de tropas se debería buscar "un futuro acuerdo de asociación OTAN-Afganistán en el ámbito de la seguridad y la defensa" para consolidar esos avances. Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, manifestó que España "seguirá apoyando al Gobierno afgano y a la sociedad civil para preservar los logros alcanzados en estos años, en particular los relativos a los derechos de las mujeres y las niñas". ¿Pero en qué mundo vive esta individua?
Basta ya de reírse de los españoles y no contar la verdad. Desde que el 7 de octubre de 2001, los Estados Unidos comenzaran la invasión de Afganistán, han muerto 150.000 afganos en acciones de guerra, a los que hay que unir 45.000 civiles asesinados, muchos por bombardeos de las fuerzas de la OTAN; han muerto 2.500 soldados de EEUU, 100 soldados españoles, muchos otros de las demás nacionalidades de países de la OTAN, y por supuesto, miles y miles de heridos, mutilados y 5 millones de afganos desplazados a otros países como refugiados, de una población de 38 millones. A toda esta “gloria” hay que sumar que la guerra ha costado, solo a EEUU, casi 2 billones (con b) de dólares, Afganistán destrozado para generaciones y una explosión de la producción de opio que el narcotráfico utiliza para inundar las redes mundiales. Por cierto, tras 20 años de guerra los talibanes controlan el 70% del país… Y a todos estos “éxitos” unimos ahora una vergonzosa huida y la derrota frente a los Talibanes…
Gobierne quien gobierne, siempre lo mismo
Por desgracia, las castas políticas parasitarias que pastan en España nunca han estado a la altura de sus soldados. Esto fue así en 2001 y sigue siendo así hoy. Solo hay que repasar las noticias. Una videoconferencia de Exteriores con jerarcas de la junta golpista de Kiev, Ucrania, sirve para un comunicado diplomático de que España está preocupada por el desarrollo de la situación en Donbás y reafirma su apoyo a la soberanía e integridad territorial de Ucrania. Es decir, tomando partido contra Rusia para defender a una junta criminal en Kiev que dio un golpe de Estado ilegal en 2014…
Otro ejemplo… El Ministerio de Asuntos Exteriores de España expresó su "gran preocupación" por las conclusiones del informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) relativo al empleo de este tipo de armas en Siria. ¿La cancillería española conoce las denuncias de fraude en los informes que han revelado los propios miembros de la OPAQ? Claro que las conoce, pero tienen que hacer de palmeros de lo que diga el patibulario Stontelberg y sus amos de Washington. La Cancillería española incluso expresó su "plena solidaridad" con las víctimas del ataque, destacando que los autores "deberán responder de sus actos". ¡¡Que dureza!! ¡¡Que valientes!!... ¡¡¡Qué payasos!!!
Un ejemplo más. El Sindicato de Periodistas Palestino pide al Gobierno español proteger a un periodista palestino sometido a un interrogatorio ilegal por un agente del Mossad en Madrid. Muath Hamed, refugiado en España junto a su familia, denunció al periódico Publico que el servicio de inteligencia israelí (el Mossad) le interrogó y amenazó en un encuentro organizado por agentes del servicio de información de la Guardia Civil en una de las sedes principales del instituto armado en Madrid. Es decir, la Guardia Civil estaría involucrada en una flagrante violación de las leyes internacionales, una vulneración de la soberanía española y una amenaza para la seguridad y protección de un periodista.
Hamed vive con su familia en la localidad vasca de Lemoa (Vizcaya), tras haber pedido asilo en 2019. En febrero fue citado por la Guardia Civil, que “alegó” que algunos documentos que presentó en su solicitud de asilo estaban siendo examinados por Inmigración, pero cuando el periodista se presentó un agente lo acabó derivando a una persona que se identificó como un “oficial belga”, aunque en realidad era del Mossad. Dejaron al periodista palestino solo con el supuesto agente israelí, el cuál le presionó y amenazó para que revelara las fuentes de un artículo de investigación que publicó en el medio Al Arabi al Jadid que trataba sobre acciones del Mossad en Europa. ¿Pero esto qué c… es? ¿Pero qué gentuza hay en Interior y para quién trabajan? ¿Y el ministrillo parlanchín de Interior tiene algo que decir?
Todas estas lamentables historias demuestran lo que es España: un país sin soberanía (la soberanía no tiene grados, o se tiene o no se tiene), un país servil que envía a sus soldados a morir por interés de otros, un país servil que apoya a regímenes ilegítimos o tiránicos pero “pregonao” de sí mismo cuando se trata de condenar al que señale el amo, un país servil que renuncia a sus responsabilidades históricas en el Sáhara pero dispuesto “a llegar donde el amo diga que hay que llegar” en las fronteras rusas en el Báltico, Rumania, Mar Negro o el Donbass,… y lo peor, un país servil que no es consciente de que es servil y desconoce que, tras entregar la vida de muchos de sus jóvenes, saldrá de Afganistán derrotado y con el rabo entre las piernas, eso sí, acompañado de toda la banda de la OTAN…
Si a los responsables de tanta ignominia contra España les quedará un mínimo de dignidad, para limpiar el honor y liquidar su cuenta solo tendrían que hacer algo muy sencillo… utilizar una bala.
Juan Antonio Aguilar
Un esperpéntico informe publicado en el globalista European Council on Foreign Relations por Joanna Hosa y Tara Varma y titulado 'Sputnik in Europe: What Russia’s vaccine could mean for European health sovereignty', intenta atacar a la vacuna rusa Sputnik V por ser una “herramienta geopolítica” de Moscú, todo en medio del estrepitoso fracaso de la vacunación en la UE.
El libelo pagado con nuestros impuestos, reconoce que “Ante la relativa escasez de vacunas debido a problemas de producción, cada vez más países de la UE están recurriendo a la vacuna rusa Sputnik V: el Gobierno de Hungría fue el primero en comprarla y ahora se ha unido Eslovaquia. Paralelamente, otros, como Alemania o Italia, planean producirla en su propio territorio”.
Esto parecería lo normal cuando todos reconocen que el virus es una amenaza global que exige soluciones globales. Pero los autores del informe-basura afirman con desprecio a las vidas en juego, que “la realidad es que las vacunas se han vuelto políticas. Las autoridades rusas politizaron deliberadamente la Sputnik V desde el principio —su mismo nombre está diseñado para recordar al mundo las glorias de la carrera espacial soviética—. Y la prisa por importar e incluso producirla en la UE podría socavar hasta qué punto los europeos la considerarán como una opción viable”. Solo desde una mentalidad criminal se pueden sacar estas afirmaciones.
Se nota la rabia de hiena enferma cuando se duelen de que “En agosto pasado, Rusia fue el primer país del mundo en registrar una vacuna contra el covid-19 para uso doméstico. La propaganda estatal rusa se aceleró, a pesar de que el programa de vacunación real apenas comenzó en diciembre. Al anunciar la vacuna incluso antes de que finalizaran los ensayos —no dicen que como todas— y realizar una agresiva campaña de relaciones públicas llena de mensajes contradictorios –como todas-, la confianza en la vacuna de Rusia quedó seriamente dañada”. Afirmación falsa. La realidad es la sucia campaña que los burócratas europeos y los lobbistas de la Big Pharma lanzaron contras las vacunas rusas y chinas para evitar que les hicieran la competencia. El dinero por encima de las vidas… eso es la UE.
Ante la falta de argumentos y sin mayor análisis sociológica, ya solo les queda acudir a un sondeo de Levada Center, “una organización de encuestas de opinión en Rusia, que muestran que solo alrededor del 2% de los rusos rechazan las vacunas en general, pero el 62% no desea inyectarse la Sputnik V”. Eso es no conocer a los rusos, aunque tienen que reconocer, a su pesar, que los “datos recientes demuestran que la vacuna es muy eficaz y ha sido respaldada por gran parte de la comunidad científica internacional”.
A pesar de las controversias y ante los retrasos de los productores occidentales, Hungría y Eslovaquia han comprado la vacuna rusa, un escándalo que provocó un cambio de Gobierno en este último. En los últimos días, Austria y Alemania también han dado a conocer su voluntad de comprar la vacuna rusa. Para el esperpéntico informe, “Estas decisiones son polémicas porque la Sputnik todavía no ha obtenido la aprobación de la EMA”. Efectivamente, ni es fácil que la obtenga, porque la Agencia Europea del Medicamento obedece a los mismos intereses de los que pagan el European Council on Foreign Relations, los mismos que aprobaron a toda velocidad las vacunas de Pfizer, Moderna o Astra Zeneca, a pesar de los problemas que ya sabemos que están dando… con la complicidad de la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
La EMA debería publicar completamente los contratos con las farmacéuticas Pficer-BioNTech, Moderna, Janssen,… y explicar este cuadro publicado por la eurodiputada Eva De Bleeker:
¿Por qué se están pagando 18$ por unidad de Moderna o 12$ por unidad de Pfizer, cuando la de AZ cuesta 1,78€ o la Sputnik V cuesta unos 7€?
Más aún, Si la UE tiene 446 millones de habitantes, ¿cómo se justifica que la Comisión Europea (CE) esté negociando con la farmacéutica Pfizer-BioNTech la compra de 1.800 millones de dosis de la vacuna para combatir variantes del virus? ¿Quién está haciendo el negocio del siglo?
No deja de ser sospechoso que Rusia solicitara la aprobación de la vacuna en la Unión Europea en enero y todavía sigue esperando la aprobación de la EMA.
En total, más de 60 países de todo el mundo realizaron pedidos de Sputnik V a Rusia. A partir de enero de 2021, la vacuna se utiliza para la vacunación masiva en Rusia, Bielorrusia, Hungría, Argentina, México y Serbia. En octubre de 2020, Rusia solicitó la precalificación del Sputnik V en la OMS para acelerar su disponibilidad en todo el mundo y fue aprobada. Otros países ya han empezado, o lo harán en breve, a fabricar la vacuna rusa, como Brasil, China, India o la República de Corea y también la podrán vender en el extranjero.
¿Cuál es el problema entonces? Con desprecio a la vida de los europeos, el patético informe da la respuesta: “En términos más generales, los acuerdos paralelos ajenos al esquema de la UE perjudican la solidaridad europea. También hay preocupaciones sobre cómo el Kremlin podría usar su influencia a través de las vacunas para socavar aún más esta solidaridad, ya que la UE continúa luchando para acordar una política común sobre Rusia”. ¿La solidaridad europea? ¿Se puede ser más criminal?
Por Juan Antonio Aguilar
Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han alcanzado un punto de inflexión peligroso tras un insulto personal sin precedentes del presidente estadounidense Joe Biden al homólogo ruso Vladimir Putin.
Pero observe la secuencia aquí. Los insultos de Biden fueron seguidos por amenazas estadounidenses de sanciones draconianas para matar el proyecto de gas Nord Stream 2 entre Rusia y Europa. ¿Quién es el asesino aquí?
El mundo puede estar agradecido de que Rusia esté siendo tan magnánima en su respuesta a los pueriles y calumniosos insultos de Biden. La crisis en las relaciones bilaterales provocada por el presidente de los Estados Unidos tiene el potencial de intensificarse, pero es solo gracias a la moderación de Moscú que se está frenando un mayor deterioro en las relaciones, por ahora.
En una entrevista con ABC News, transmitida el miércoles, se le preguntó a Biden si estaba de acuerdo en que el líder de Rusia era un "asesino". A lo que el presidente estadounidense respondió afirmativamente: "Sí, lo creo". También advirtió que Rusia "pagaría un precio" por las acusaciones de interferir en las elecciones estadounidenses y otras supuestas malas prácticas.
Se puede suponer con seguridad que la administración Biden está empeñada en empeorar las relaciones con Rusia mientras sus agencias de inteligencia "revisan" durante las próximas semanas las presunciones ya hechas sobre la supuesta culpabilidad de Rusia.
Por su parte, el presidente ruso respondió con calma y generosidad, diciendo que le deseaba buena salud a Biden. Putin incluso se ofreció a mantener una conversación en vivo con su homólogo estadounidense sobre una variedad de temas. Se podría inferir que se trata de referencias indirectas a sospechas sobre la salud mental de Biden y su aparente pérdida de poderes cognitivos cuando habla en público.
Otro comentario de Putin fue revelador. Dijo del comentario "asesino" de Biden, "Uno siempre ve en otros su propia esencia".
La carrera de Joseph Biden como político abarca casi medio siglo, primero como senador durante mucho tiempo, luego como vicepresidente en dos administraciones y ahora como el 46º presidente de los Estados Unidos. Durante ese período, Biden ha sido un actor clave en la facilitación de innumerables guerras y operaciones militares de Estados Unidos en el extranjero que han resultado en millones de muertes y destrucción de naciones enteras. Como senador principal del comité de asuntos exteriores, fue Biden quien jugó un papel decisivo en conseguir el apoyo del Congreso para la guerra estadounidense contra Irak a partir de 2003. Esa guerra por sí sola, basada en mentiras y fabricaciones sobre armas de destrucción masiva, condujo al menos a un millón de muertos y terrorismo desatado en todo Oriente Medio y más allá.
Más recientemente, solo cuatro semanas después de su toma de posesión, Biden ordenó ataques aéreos contra Siria el 26 de febrero que causaron múltiples muertes. Fue un acto asesino de agresión ilegal.
Por ello, el presidente estadounidense sabe lo que es ser un asesino. Lo ve cada vez que se mira al espejo.
La arrogancia casual y la ignorancia de la clase política estadounidense es asombrosa. Hacen acusaciones contra Putin basadas en rumores endebles, como el supuesto envenenamiento del estafador Alexei Navalny. Y luego no tienen decencia ni decoro al hablar de hechos evidentes. Mientras tanto, las pilas de cadáveres que yacen bajo los pies de los políticos estadounidenses son enormes. No tienen vergüenza.
Tras el último berrido del presidente estadounidense y su agencia de inteligencia acusando infundadamente a Rusia de interferir en las elecciones de 2020, Moscú ha llamado temporalmente a su embajador para reevaluar las relaciones bilaterales. Es la primera vez que esto sucede en más de 20 años. No hay ningún precedente fáctico o diplomático del evidente intento estadounidense de provocar una crisis. Ni siquiera durante las congeladas décadas de la Guerra Fría los líderes estadounidenses se rebajaron a una retórica tan grosera y ofensiva. Parece haber una degeneración más generalizada en la conducta diplomática de Washington durante las últimas administraciones. Estados Unidos ya no tiene estadistas. Sus filas políticas están llenas de hacks, pandilleros y conspiradores.
Cuando Biden ganó las elecciones, prometió renovar la diplomacia estadounidense con un arte de gobernar inteligente y hábiles negociadores. Una de las primeras señales positivas fue su rápido contacto con Rusia para extender el nuevo tratado START que gobierna las armas nucleares. Pero aparte de ese movimiento, la administración Biden ha buscado socavar las relaciones bilaterales con Rusia. Las perspectivas de una nueva distensión o reinicio se han descartado. (Lo mismo también es evidente con respecto a las relaciones de Estados Unidos con China e Irán).
Parece probable que Biden y su equipo estén provocando deliberadamente una crisis con Rusia para justificar una geopolítica de endurecimiento de la hostilidad hacia Moscú.
Lo más importante en este contexto es el gasoducto Nord Stream 2 y el objetivo estadounidense de terminar ese proyecto. El día después de que Biden enviara las relaciones con Rusia a una espiral descendente, su secretario de Estado, Antony Blinken, anunció que Estados Unidos impondría nuevas y duras sanciones a “cualquier entidad involucrada en el oleoducto Nord Stream 2”. Blinken afirmó que había "todo un compromiso del gobierno en los Estados Unidos para detener" el proyecto de suministro de gas entre Rusia y Europa.
No se puede exagerar que el oleoducto de $ 11 mil millones es un gran problema geopolítico. Es el centro de las ambiciones globales de Washington. Los estadounidenses quieren matarlo para vender su propio gas más caro a Europa durante las próximas décadas. Washington también ve la asociación energética entre Rusia y Europa como un obstáculo para su posición hegemónica.
Alemania y otros estados europeos se han mantenido firmes en su apoyo para completar la construcción de Nord Stream 2, que está terminada en un 95 por ciento, casi 1.200 kilómetros de tubería bajo el Mar Báltico desde Rusia hasta la costa de Alemania. Cuando entre en funcionamiento, el flujo de gas a Alemania desde Rusia se duplicará en volumen. Por tanto, es vital para el crecimiento a largo plazo de Alemania y Europa.
En un intento desesperado por frustrar la asociación estratégica entre Rusia y Europa, Washington está recurriendo a amenazas cada vez más frenéticas de sanciones y otras medidas disruptivas. Biden está jugando la carta del insulto personal en una táctica para hacer estallar las relaciones bilaterales con Rusia como una forma de sabotear Nord Stream 2.
Es un movimiento patético, uno que en realidad habla más del debilitamiento histórico de Estados Unidos que de pretensiones de poder. Rusia haría bien en mantener la calma y dejar que los estadounidenses se burlen de sí mismos.
Fundación de Cultura Estratégica
Comentar lo que ocurrió ayer en Cataluña es simple: para la mitad de los catalanes no ocurrió absolutamente nada que fuera de interés. Ninguna sigla de la amplia opción (25 candidaturas) interesó a la mitad de los catalanes. Pero lo significativo no es este desinterés, sino cómo se distribuyó. Solamente esto, explica los resultados que se produjeron. Ni en los catorce días previos de campaña electoral, ninguna sigla consiguió “emocionar”, ni movilizar el voto. Y esto, y no quien fue el vencedor, es lo más interesante de esta jornada electoral.
DESINTERÉS Y DESAFECCIÓN
El que los porcentajes de voto hayan bajado 22 puntos en relación a 2017, es importante, pero, mucho más importante es preguntarse por qué. Obviamente, el Covid y el terror sembrado, tienen algo que ver, pero no hay que exagerar: podía votarse por correo y, si se hubieran esforzado un poco, hubiera podido votarse telemáticamente. Pero la cuestión es:
1) Que solamente votó la mitad del electorado (como ocurrió en Galicia y en el País Vasco anteriormente).
2) Que la “abstención” no afectó de manera igual a todos los partidos: dos sectores se vieron favorecidos: ERC, JxCat y Vox.
3) Que no solamente hubo desinterés el día de las votaciones, sino que la campaña electoral careció de ritmo y vida (salvo para los que consideraron un deber arrojar piedras sobre Vox).
Y esto no puede explicarlo solamente el Covid, en un momento en el que la curva de contagios ha bajado y nos encontramos entre ese interregno entre la “tercera” y la “cuarta” ola.
Y no hay que confundir: un 20% del electorado, no suele votar por las razones que sean, pero un 22% más es demasiado como para pensar que solamente el virus ha sido el culpable. Hay otra explicación mucho más simple:
- El ciudadano medio tiene la sensación de que la “administración” lleva un año fallando (la asistencia sanitaria, especialmente, la educación, las oficinas municipales…), y el nacionalismo se ha preocupado de identificar obsesivamente “administración” con “generalitat”. De hecho, en Cataluña no existe otra “administración” pública que la elefantíasica burocracia de la gencat. Si la “administración” se apaga, una parte sustancial de los ciudadanos tiene tendencia a pensar que es a causa de la gencat… no de quien la gestiona, sino de la estructura de poder regional.
- El ciudadano medio desde, algo así como 2004, viene percibiendo que todo lo que tiene que ver con la gencat es la discusión en torno al “autogobierno”, “el ejercicio del derecho a la autodeterminación”, el “referéndum soberanista” y demás conceptos repetidos obsesivamente desde la plaza de Sant Jaume. Y tiene la sensación de que esta cantinela va a seguir, incluso aun cuando un socialista se siente en la poltrona de la presidencia (no olvidemos que toda esta marejada de consignas apareció cuando Pascual Maragall era presidente de la gencat.
- Al ciudadano medio le resulta imposible olvidar que desde hace algo más de 10 años, cualquier noticia sobre la gencat difundida en los medios, tiene que ver con el “proceso soberanista” y no con el bienestar de los ciudadanos. La gencat, por así decirlo, ha difundido de manera militante el ideal independentista. Ha gobernado -y esto es lo importante- para un sector de Cataluña, no para toda Cataluña. Y esto, especialmente en momentos de crisis, lo ha percibido el electorado.
El resultado de todo esto ha sido la DESAFECCIÓN de la mitad del electorado por cualquier cosa que tenga que ver con la gencat: es la sensación que impregna a muchos ciudadanos catalanes de que “esto no va conmigo”, “la gencat gobierna para los suyos”, “los indepes de la gencat solamente se preocupan de la independencia y el resto les trae al fresco”, “¿la gencat? ¡que le den!”.
Ayer, hasta las 10:30, cuando la absurda ordenación anti-covid de la gencat, obligó a cerrar los bares, lo que se oía en las conversaciones era DESAFECCIÓN hacia todo lo que pudiera emanar de la institución autonómica… incluidas unas elecciones.
Y esto, solamente, explica la distribución anómala de la abstención que puede resumirse así:
- En las zonas nacionalistas la abstención ha sido menor que en “Tabarnia” o en las zonas en las que el independentismo es más débil.
- En las zonas de mayor implantación “constitucionalista”, la abstención ha sido mucho mayor (no llegando a veces ni al 45%).
Esto implica que los principales afectados por la abstención han sido los partidos “constitucionalistas” y, por sí mismo, explica, que la caída en picado de Cs, no haya sido recuperada por ningún partido (salvo, algunos votos por Vox):
- La abstención ha afectado especialmente a los “constitucionalistas”.
- Quienes han ido a votar, mayoritariamente, han sido: por un lado, los nacionalistas empeñados en que tienen más del “50% de los votos” (como si una fotografía electoral en un momento dado, del 51% de los votos fuera suficiente para justificar la independencia, idea a la que se van a aferrar en los próximos meses) y, por otro, los “estatalistas” (no, los “constitucionalistas”) que están hartos de la deriva de la gencat desde 2004 y están dispuestos a manifestar su protesta votando, no a los más agresivos, sino a los que, de hecho, han sido víctimas de los más agresivos durante la campaña electoral: Vox.
LA "VICTORIA" PÍRRICA DEL NACIONALISMO INDEPENDENTISTA
Sumado, el voto independentista (ERC+JxC+CUP) supone el 47,45%... ¡del 50% del total de la población catalana! Es decir, en la práctica, algo menos de un 24%. Y estas cifras ya están mucho más próximas a la realidad lingüística catalana. Hay una cifra que indica cuál es el techo máximo del independentismo: el 35% de usuarios de la lengua catalana habitualmente que, no mayoritariamente, pero sí significativa, utilizan el catalán el 100% de su tiempo (y, en buena medida, solamente ven TV3).
La diferencia entre el 23% de votantes independentistas y ese 35% (deducidos los que, por supuesto, votan al PP o al PSC) son los “nacionalistas” con miedo al Covid que no han votado. Pero en unas elecciones normales, el bloque indepe no podría tener más allá de ese 35%. Si en alguna ocasión ha tenido más ha sido, simplemente, porque cada vez más, la gencat se ha convertido en portavoz, encarnación y gran timonel del “procés” y ha utilizado las “armas institucionales” (TV3, Catalunya Radio, prensa subsidiada, subsidios a la sociedad civil favorable) a su favor, creando el espejismo que se disolvería si, un buen día, el nacionalismo fuera apartado de la gencat.
Las declaraciones de los dirigentes indepes no dejan lugar a dudas: creen que han vencido, como en su infinita ingenuidad (o idiotez; recordar: “La República Catalana no existe, idiota”) porque sumados se aproximan a ese 51% mítico para ellos.
Aquí vale la pena hacer un aparte sobre las candidaturas que se han presentado a las elecciones. Algunas de ellas no han suscitado el más mínimo comentario, pero están ahí: se suele olvidar que no existían solamente tres “opciones indepes” (ERC, JxCat y CUP), sino que a estas había que sumar otras cuatro: el Partido Demócrata de Cataluña (restos en putrefacción de CDC, que intentaban jugar la carta de la moderación y retornar al nacionalismo de los años 80) (2,72%), el Partit Nacionalista de Catalunya (0’16%), el Front Nacional de Catalunya (0’18%) y el Moviment Primaries per la Independencia de Catalunya (0’21%), calderilla que, en conjunto da un 3,27% y sumados al 47,45%, suma ¡un 50,72%!... es decir, un 25% del total de la población catalana…
Los nacionalistas e indepes difícilmente puede hablar de éxito. Su predicación (para quien escucha los sermones diarios de los “grandes sacerdotes” del sector) cada vez deja más indiferente a la gente y, a fuerza de insistir, el independentismo tiende a ser, cada vez más, una secta, mucho más que una religión amplia. La temática de las sectas siempre es obsesiva y cansina… salvo para los que comparten la creencia y están dispuestos a ir un día de lluvia, desapacible, con Covid, que, para colmo, es el día de los enamorados, a votar a los redentores de Cataluña.
¿Y AHORA QUE…? O REALISMO, O NUEVAS ELECCIONES
La hegemonía entre los indepes, se dirime hoy por hoy, entre ERC y JxCat. Son hermanos separados: Junqueras y Puigdemont, se odian. El primero fue estafado, literalmente, por el segundo, que tomó las de Villadiego y ahí sigue a pan y cuchillo en Waterloo. El segundo “chupó talego” como suele decirse. Este es solamente uno de los muchos agravios comparativos y puyas que llevan lanzándose unos contra otros desde hace cuatro años. ¿Lograrán acordar firmar un pacto que les permitiría formar gobierno? Es probable. Pero, el problema es ¿para hacer qué?
Las declaraciones de los dirigentes de estos grupos ayer y hoy no pueden tomarse en serio, siguen la inercia de la campaña electoral. Todos hablan de máximos, pero las cosas no están tan claras: en ERC existe una corriente que reconoce el fracaso del “procés” y habla de inaugurar un “camino nuevo”. En JxCat no quiere oírse hablar de fracaso, sino del erre que erre: referéndum, camino hacia la independencia. Incluso en algunos sectores de este grupo existe la opinión de que ya hubo referéndum y lo ganaron, así que…
Si bien, lo más normal sería un acuerdo ERC+JxCat, no parece claro que se vayan a poner de acuerdo y, en última instancia, esto implicaría el fin de los coqueteos de ERC con Sánchez y la apertura de un nuevo período de inestabilidad en las relaciones entre la gencat y el Estado que, como ya se ha demostrado, siempre es desfavorable para el más débil, la gencat.
Luego está la otra opción, ERC+PSC, a la que se apuntaría En Común-Podemos (otro partido con una caída de votos de casi el 50%: de los 326.360 de 2017, ha pasado a los 194.017 de ahora). Con Illa, como presidente (que por eso ha sacado un 1’71% más que ERC). Sería la opción más razonable para que la gencat pudiera mantener relaciones de buena armonía con el Estado y arrancar alguna competencia y euracos para afrontar el post-covid (porque Cataluña, uno de los primeros destinos turísticos del Estado, está apagándose económicamente).
Cada partido tiene problemas internos y gravosos costes para abordar cada opción: si por Junqueras fuera, ERC ya habría adoptado un nuevo curso y pactaría con el PSC, constituyéndose como la CiU del siglo XXI. Pero el liderazgo de Junqueras no es sólido. Pere Aragonés -que vive a dos pasos de donde vivo yo- no es muy apreciado, ni siquiera por sus vecinos, pero ejerce el poder que le da el haberse sentado en la poltrona presidencial y hará lo que sea para mantenerse allí.
Todas las formaciones independentistas están presas de sus maximalismos: el que, públicamente, renuncie ahora a la independencia, corre el riesgo de ser abandonado por el electorado que irá, como la vaca va al toro, hacia quien le prometa independencia para pasado mañana.
Las siglas indepes y, en concreto, ERC, están presas de su pasado: y éste queda cada vez más atrás. Visto hoy, Francés Macià es una antigualla gagá, Companys un pobre diablo sin carácter fusilado después de haber cometido errores y crímenes, Prats de Molló, una aventura irresponsable, el 6 de octubre de 1934 una locura sin base, lo 40 años de ausencia de ERC de la política catalana indican su oportunismo y el escaso valor de sus miembros que no fueron capaces ni siquiera de montar células clandestinas, y la aventura independentista del “procés” sólo ha sido como ver una película de Charlot en tiempos de Star Wars. Si ERC renuncia a su pasado, se sitúa ante el abismo y ante el peligro de disidencia interna y abandono por parte del electorado indepe (las candidaturas menores indepes pensaban poder sobrevivir por las pérdidas de las dos mayoritarias que solamente han conservado votos, manteniendo la ficción indepe).
No va a ser fácil formar gobierno, y sea cual sea el que se forme, el fantasma de la inestabilidad no se habrá disipado cuando se aleja el fantasma del Covid.
Y AHORA TOCA HABLAR DE VOX
Lo que ha pasado con los partidos constitucionalistas, Pp y Cs, ya lo hemos explicado a través de la “desafección”, incluso el por qué Vox ha subido. Tengo delante la publicidad que Vox envió a todo el electorado. Era solamente una carta de Ignacio Garriga, por una cara, en castellano, con ocho párrafos. No creo que nadie haya votado a Vox por esta pobre hoja en la que solamente con buena voluntad podría percibirse un programa político. La explicación debe estar en otro lugar.
Vox ha hecho una campaña marcada por agresiones y altercados provocados por los independentistas radicales y permitidos por la Conselleria de Interior. Los “cerebros” que dirigen las porras y las cámaras de video de los Mossos d’Esquadra, han pensado que era mejor acallar a Vox e impedir que pudieran lanzar sus consignas, y lo que han logrado es que, ante determinado electorado, harto y cansado de las consignas indepes, de las consignas blandi-blup de Cs y de la mediocridad e irrelevancia del PP catalán, se enterase de la existencia de Vox y le apoyara, no tanto por su programa (insisto: la carta enviada por Vox a todos los hogares era muy, pero que muy discreta y, en absoluto suficiente para movilizar a un 7,69% del electorado). Ha sido el independentismo radical el que, con sus acciones hostiles, sus agresiones, su intolerancia y su violencia hacia quien públicamente se manifiesta en oposición a ellos, ha hecho la verdadera campaña de Vox.
Como era inevitable, Vox se presentó desde ayer como el gran vencedor. No lo era por la sencilla razón de que estas elecciones han sido anómalas por todo lo dicho anteriormente. Pero lo que sí es cierto, es que el “constitucionalismo” ha perdido fuerza en su conjunto y Vox ha recuperado a los votos más hartos procedentes de ese sector. Falta ahora ver lo que hacen y dicen sus once diputados en el Parlament. Porque de eso dependerá su futuro.
MÁS CARNAVAL QUE DIA DE LOS ENAMORADOS
Un 20% de los llamados a estar presentes en mesas, dijeron que no, que no estaban dispuestos a tener que relacionarse con unos cuantos cientos de ciudadanos, de los que, estadísticamente, algunos estarían contaminados por el virus. Así que la gencat encontró la solución: en las últimas horas de votación, debían acudir a votar los infectados por el virus… para ello, los miembros de las mesas debían ponerse un traje aislante por completo similar a los utilizados en guerra química y bacteriológica. Suponemos que alguna oficinilla de la gencat que habrá puesto las botas comprando este equipamiento. El caso es que las instrucciones -algo complicadas- para ponerse el disfraz estaban solamente en inglés, alemán y polaco. Y, para colmo, nadie o casi nadie, fue a votar en esa franja horaria. Era como si en las elecciones al soviet supremo de la URSS se hubiera ordenado a los “rusos blancos” que fueran con uniforme zarista para poder ser estigmatizados mejor por sus vecinos.
Las declaraciones sobre los miembros de las mesas hoy en las distintas televisiones, me han hecho pasar un buen rato: todos ellos insistían en la desorganización, el caos, y en el carnaval que suponía esta medida tan estúpida como las “franjas horarias” en los bares. Uno de los presidentes de mesa, decía en A3 que, después de ponerse el uniforme, esperaban un desfile de votantes zombis que no se produjo.
Otro detalle de ayer: certifico que, en mi pueblo, no hubo colas para votar en ningún momento (y tengo a gala vivir en un pueblo cuya tasa de abstenciones fue superior a la media catalana), pero, viendo TV3 parecía como si las colas fueran la constante en toda Cataluña. No hubo ni una sola toma de TV3 en las que no se vieran unas colas, como las que encontramos cuando aparecía algún cantante de moda… El “ministerio de la verdad” tenía que entrar en acción. Y lo hizo.
LA LECTURA NACIONAL DE LAS ELECCIONES CATALANAS
Estamos en un momento decisivo para el gobierno Sánchez. El gran problema para el presidente y, sobre todo, para los barones sociatas, consiste en cómo deshacerse de la presencia del moños, de su pareja y de los restos de Podemos. Las declaraciones de sus dirigentes de Podemos, cada vez son más marcianas, inoportunas y abren más y más fisuras dentro del PSOE.
A esto se une la presión de la UE: “deshazte de estos irresponsables”, es el consejo general. Se lo dieron a Sánchez en Europa antes del verano y las elecciones catalanas han sido una nueva advertencia: a pesar de que no hay ministros de Podemos catalanes y que el moños apenas ha estado presente en la campaña electoral la caída de votos de su partener catalana (En Común-Podemos que une, en su interior a la antigua Izquierda Unida, al partido de la Colau y a la rama catalana de Podemos) ha sido notable, demostrando que la opción que nació del “movimiento de los indignados”, se encuentra en fase terminal y agónica.
Por otra parte, está la famosa “mesa de diálogo” que Sánchez siempre ha retrasado (para evitar que le pase lo que a ZP con Artur Mas) y que poco antes del inicio de la campaña quedaron en reabrir las partes. Esto, unido a la puesta en libertad el día antes de que empezara la campaña, de Junqueras, indica muy a las claras que Sánchez desearía gobernar con el apoyo de ERC… Pero, para ello, precisa que el PSC esté presente en el futuro gobierno de la gencat. Y una cosa son las palabras y mensajes intercambiados antes de la campaña y, otra muy diferente, estar en condiciones de hacerlos en realidad.
Presumiblemente el pacto era: pongo en libertad a los presos, abrimos “mesa de diálogo” a cambio de un gobierno PSC+ERC en Cataluña. Ahora queda ver si esto es posible, o quien ha tomado el pelo a quien. Y mucho nos tememos que Sánchez, de la escuela de trileros de Ferraz, tenga mucha más habilidad que ERC, al que, ya en su momento, un tontorrón como Puigdemont logró, literalmente, tangar.
Pero entre los “constitucionalistas” también van a producirse alteraciones: Cs, en primer lugar, está desahuciado. Le queda de vida, lo que dure la legislatura. Y el PP está escindido entre el afán de “moderación” para captar votos centristas fugados de Cs y la necesidad de una mayor radicalidad para evitar que su propio electorado le abandone en dirección a Vox. En Cataluña, de momento, ya se ha producido el “sorpasso” (si bien es cierto, que en las circunstancias excepcionales que hemos repasado) de Vox a Cs y al PP. Ahora queda ver, cuánto tardará en producirse ese “sorpasso” a nivel de Estado.
CONCLUSIONES: MOMENTOS DE IMPASSE
Como era de prever, las elecciones catalanas ni podían resolver nada, ni han resuelto nada (de hecho, las elecciones, como máximo aclaran el panorama político y modifican las correlaciones de fuerzas, pero nunca, absolutamente nunca pueden resolver problemas).
La fiesta de disfraces, el carnaval catalán de ayer, ni siquiera ha merecido una aprobación popular: nadie puede decir, gane quien gane, he ganado yo. Nadie puede ganar con un 50% de abstenciones. Absolutamente nadie. Nadie puede pretender que los resultados electorales le beneficien porque todos ellos han quedado condicionados por la altísima abstención.
¿Quién ha ganado y quién ha perdido?
- Ha perdido, en primer lugar y, sobre todo, la gencat, ese gobierno autonómico solo para catalanes independentistas. Y de qué manera ha perdido: por goleada y por un abstencionismo histórico.
- Ha perdido el “constitucionalismo” con sus consignas blandiblups y su falta de liderazgo y de actividad política entre elecciones.
- Ha perdido el nacionalismo que apenas supone una cuarta parte del total del censo.
- Ha ganado Vox que ha aprovechado, no su campaña, sino la campaña criminal desarrollada contra ellos por los indepes más descerebrados y por la más descerebrada TV3.
- Ha ganado el PSC que casi ha duplicado el porcentaje de votos a pesar de la alta abstención y al margen de las cualidades reales de Illa, responsable de la mala gestión del Covid, pero “célebre” por su presencia diaria en medios de comunicación.
- Ha ganado, sobre todo, por encima de todo y sin discusión el partido de la abstención. Una cosa es que no sirva de nada abstenerse, pero otra cosa es mostrar el hartazgo hacia la gencat por parte del electorado, algo que siempre es una opción: “NO EN MI NOMBRE”, que quiere decir: “HAGA LO QUE HAGA EL NUEVO PARLAMENTO, LO HARÁ EN NOMBRE DE LA MITAD DE LOS CATALANES Y HAGRA LO QUE HAGA EL NUEVO GOBIERNO DE LA gencat LO HARÁ EN NOMBRE DEL 25% DE LOS CATALANES”. ¿Representatividad? ¡Vaya mierda de representatividad!
Casi nadie está enamorado de los partidos políticos, ni de la gencat. Lo demuestra la existencia del partido mayoritario: la abstención.
Por Ernest Milá
El ridículo hecho por el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, en su vista a Moscú ha sido antológico. Tanto que ha provocado el berreo de toda la gusanera mediática, indignadísima por la “dureza” del Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, un auténtico primer espada de la política internacional: “Encerrona a Borrell en Moscú”, “Lavrov humilla a Borrell”, etc. dicen los titulares mediáticos...
Nada de eso es verdad, por supuesto, pero algo tendría que hacer el aparato de propaganda occidental para tapar que los rusos no se achantan ante la arrogancia y supremacismo moral de los charlatanes de la UE.
Las cosas son mucho más sencillas de lo que parecen, pero esa sencillez es lo que nos oculta la gusanera mediática que conforman los medios “libres” y sus amos de las castas oligárquicas políticas y económicas europeas.
A pesar de los grandes temas políticos, comerciales, culturales y geopolíticos que la UE debería discutir y acordar con la Federación de Rusia, el señor Borrell viajó a Moscú, todo presuntuoso y altivo a “tocar los cojones” al gobierno de Putin en su propia casa. ¿Cómo? Haciendo un disparatado viaje para defender a un delincuente como el presunto “opositor” Navalny, condenado por malversación, que incumple reiteradamente las normas de su libertad condicional, acostumbrado a fabricar toda clase de montajes (desde su envenenamiento hasta el fantasmagórico “palacio de Putin”) para desprestigiar al gobierno de su país, un personajillo sin oficio ni beneficio, un vago que no ha currado en su p… vida, que vive de la financiación de los servicios occidentales (ahí está la reunión de uno de sus cómplices con el MI6 británico para pedir “10 o 20 millones de libras” para conspirar contra el gobierno legítimo ruso) y responsable de convocar concentraciones sin pedir autorización intencionadamente para provocar disturbios, detenciones y división en la sociedad rusa.
El Sr. Borrell, representante de ese siniestro cenáculo con sede en Bruselas que es la UE, se “olvida” de la dramática situación en prisión del fundador de Wikileaks en el Reino Unido Julian Assange, del penoso vía crucis del pueblo saharaui ocupado por la tiranía de Rabat, mira para otro lado ante el genocidio del pueblo palestino o las agresiones de la entidad sionista a sus vecinos, mantiene un silencio culpable sobre la matanza de inocentes en Yemen, la destrucción de Libia, calla el apoyo a la dictadura corrupta de la junta de Kiev tras alimentar el golpe de Estado de 2014 o se olvida de las permanentes provocaciones a Rusia, rodeándola con tropas de la OTAN e intentando dañar su economía con una catarata creciente y sin fin de sanciones unilaterales, entre otros muchos ejemplos. Pues ese mismo Borrell se va a Moscú a decirle al gobierno ruso lo que tiene que hacer, y sin el más mínimo respeto a la legislación del país que le recibe, despreciando sus resoluciones judiciales, creyéndose que está por encima del Bien y del Mal, como buen supremacista occidental, exige a su contraparte en su casa que tiene que “liberar” al delincuente y a todos los que han violado las leyes porque así lo decide la UE… Dijo el enviado de la UE: "Mi visita coincide con el arresto y la condena de Alexei Navalny y de miles de manifestantes. Le he trasladado al ministro Lavrov nuestra profunda preocupación y he reiterado nuestro llamamiento para que sea puesto en libertad y se lance una investigación imparcial sobre su envenenamiento". Incluso pretendía visitar en la cárcel al delincuente opositor.
Hagan el ejercicio mental de ponerse en el lugar de Lavrov… ¿Qué otra cosa se merecía Borrell sino una buena cantidad de “tortazos” diplomáticos para bajar los humos de los chulos prepotente de Bruselas? Y eso es lo que ha pasado.
En una combativa rueda de prensa conjunta, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó a la UE de ser un "socio poco fiable" y de utilizar una doble vara de medir cuando critica la “vulneración” de los derechos humanos en Rusia y no ver esas mismas vulneraciones en sus países aliados o en la propia UE. El ministro ruso comentó las posibles sanciones de la UE por el caso del opositor ruso: "Tratamos esto como un asunto interno de la UE. Estamos acostumbrados a que la UE, recurra cada vez más a restricciones unilaterales que carecen de base legítima. Partimos de que la UE no es un socio fiable, por lo menos, en esta etapa". Lavrov representa a un país soberano y la UE no tiene ningún derecho a entrometerse en sus asuntos internos. Y como Borrell es catalán, Lavrov lo tenía fácil. Puso como ejemplo a los políticos separatistas catalanes, juzgados y condenados, o en rebeldía refugiados en otros países de la UE. Estas son las palabras del ministro ruso:
"Hay muchas situaciones en Europa en las que se sospecha de que los tribunales adoptan decisiones motivadas políticamente… las autoridades judiciales en Bélgica y Alemania pidieron a las autoridades españolas que cancelaran estas decisiones políticamente motivadas. Las autoridades españolas replicaron que tenían su propio sistema judicial y que no había que dudar de las decisiones que éste tomaba. Ante esto, España ha defendido su sistema judicial y ha pedido no dudar de sus decisiones. Eso es lo que queremos de Occidente en términos de reciprocidad".
Lo normal. Además, Lavrov se quejó de que se acusara a Rusia "sin base" de estar implicada de alguna forma en el referéndum ilegal catalán.
Borrell se quedó mudo y no intentó rebatir su argumentación. Después, Lavrov recordó como los países de la UE usan la violencia policial recordando la salvaje represión en Francia, Holanda, Bélgica o Alemania en recientes manifestaciones por las consecuencias sociales de la pandemia.
Para colmo, el jefe de la diplomacia de la UE se ha visto obligado a felicitar a Rusia por el éxito de su vacuna Sputnik V contra la Covid-19. "Ahora espero que la Agencia Europea del Medicamento pueda certificar la eficacia de esta vacuna para que se pueda usar también en los Estados miembros. Será una buena noticia porque nos enfrentamos a una escasez de vacunas y si hay otra fuente de suministro será bienvenida", ha dicho.
Más aún, para demostrar la fortaleza rusa, Moscú ha enviado un mensaje más drástico todavía. Coincidiendo con la vista de Borrell Rusia expulsó a tres diplomáticos de Alemania, Polonia y Suecia que, en su chulería supremacista, asistieron a las movilizaciones en apoyo de Alexei Navalny de los últimos días, que no tenían el permiso de las autoridades. La Cancillería rusa convocó a la embajadora sueca, el encargado de negocios de Polonia y el enviado de la Embajada alemana, a los que presentó una protesta en relación con el registró de la participación de sus subordinados en manifestaciones en Moscú y San Petersburgo el pasado 23 de enero en una clara injerencia en los asuntos internos de Rusia. "De acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, del 18 de abril de 1961, los diplomáticos que participaron en acciones ilegales fueron declarados personas no gratas" y "se les ordenó abandonar el territorio de la Federación de Rusia en un futuro próximo". El Ministerio de Exteriores de Rusia considera que esas acciones fueron "inaceptables" e "inapropiadas para su estatus diplomático" y espera que, en el futuro, los representantes de esos tres países de la UE respeten "estrictamente las normas del derecho internacional".
En fin, lastimoso el espectáculo que ha dado Josep Borrell y la UE, demostrándose, una vez más, que las instituciones de Bruselas no son más que un cadáver insepulto, cuyo hedor se hace cada vez más insoportable. Pero si el ridículo de Borrell ha sido antológico, no tardó en llegar el eco de ultratumba de la ministra de Asuntos Exteriores del gobierno español, Arancha González Laya, “respondiendo al ministro ruso”: "Recuerdo al ministro Lavrov que España es una de las 23 democracias plenas del mundo. Rusia está en el puesto 124 de 167 países". De nuevo, una hilarante muestra de supremacismo moral de las élites occidentales. Ellos hacen la lista de “democracias plenas”, se colocan en los primeros puestos y luego la van enseñando como si eso fuera prueba de algo. ¿Se lo creen o nos toman a todos por imbéciles?
Dijo la ministra: "En España no hay presos políticos. Hay políticos presos. Y espero que Alexei Navalny tenga la oportunidad de participar y hacer campaña en las próximas elecciones rusas como lo están haciendo los líderes independentistas catalanes que cumplen condena en España". Dicho esto, nos surgen preguntas…
- Si los dirigentes separatistas catalanes no son presos políticos… es porque son presos comunes. Entonces ¿por qué se les permite participar en campañas electorales, ser electores y elegibles? ¿A qué otros presos comunes se les permite esto? Es decir, ¿por qué se les trata como presos políticos?
- Si los dirigentes separatistas catalanes no son presos políticos… ¿Por qué Navalny, condenado por fraude y malversación de fondos, sí tiene que ser considerado preso político y no como preso común? ¿Por qué se opone a Putin?
- ¿Por qué, por ejemplo, Julian Assange no puede ser considerado preso político?
¿Este es el rigor de quien dirige la diplomacia española? ¿Es maldad o es estulticia? No lo sabemos. Lo que sí es evidente es que es de un ridículo espantoso.
La imagen de arriba es bastante expresiva. Creo que no merece más comentarios. Cualquier lector sabrá interpretar lo que se ve… No sabemos que da más, si pena o risa.
El sentido figurado y coloquial de la palabra diplomacia nos remite a esas personas que poseen gran habilidad, sagacidad y cortesía interesada para conseguir un objetivo. A lo que hemos asistido en este hilarante episodio protagonizado por Borrell, acompañado después por los corifeos políticos de la UE y los gruñidos rabiosos de una prensa mendicante, no ha sido precisamente a un ejercicio de diplomacia, si no al ridículo espectáculo de unos chulos envalentonados a “tocar los cojones” y que tienen que huir con el rabo entre las piernas ante una lección de dignidad.
Entre lágrimas y risas, no dejan de retumbar por los rincones de Europa aquellas palabras del gran Groucho Marx: “Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente”.
Por Juan Antonio Aguilar
I hear the sons of the city and dispossessed
Get down, get undressed
Get pretty but you and me
We got the kingdom, we got the key
We got the empire, now as then
We don’t doubt, we don’t take direction
Lucretia, my reflection, dance the ghost with me
— Sisters of Mercy, Lucretia my Reflection
El 9/11 abrió las puertas a la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT en inglés), más tarde suavizada por el Equipo Obama al estatus de Operaciones de Contingencia en el Extranjero (OCO en inglés), incluso cuando se expandió suavemente al bombardeo, abierto o encubierto, de siete naciones.
El 9/11 abrió las puertas al Patriot Act, cuyo núcleo ya había sido escrito en 1994 por un tal Joe Biden.
El 1/6 abre la puerta a la Guerra contra el Terrorismo Doméstico y a la Ley Patriota del Infierno, 2.0, en esteroides, las 20,000 páginas completas surgiendo casualmente del mar como Venus, el día después, de las protestas en Capitolio, inmediatamente listas para ponerse en función.
Y como compañero inevitable del Patriot Act 2.0, habrá guerra en el extranjero, con el regreso lleno de fuerza, libre de cargas, de lo que el ex analista de la CIA Ray McGovern bautizó memorablemente como el complejo MICIMATT (Militar-Industrial-Congresional-Inteligencia-Medios-Academia-ThinkTanks).
Y cuando MICIMATT empiece la próxima guerra, cada protesta será calificada como terrorismo doméstico.
El falso golpe
Lo que realmente ocurrió el 1/6 en el militarizado Valhalla de una superpotencia que gastó incalculables trillones de dólares en seguridad desde el comienzo del milenio, el elaborado circo psy op / photo op – completo con un actor vikingo estratégicamente fotogénico de MAGA – nunca podría haber ocurrido si no se hubiera permitido.
Habrá debate intenso hasta que llegue el Reino de Dios sobre si la irrupción fue organizada – una iniciativa de unos pocos cientos entre al menos 100.000 manifestantes pacíficos que rodean el Capitolio – o más bien una revolución de color del libro de jugadas bandera falsa instigada por una infiltrada y profesional Quinta Columna de agentes provocadores.
Lo que importa es el resultado final: el producto manufacturado – “La insurrección de Trump” – para todos los efectos prácticos enterró la presentación, ya en curso, de pruebas y evidencia de fraude electoral al Capitolio, y redujo la masiva manifestación precedente de medio millón de personas a “terrorismo interno”.
Eso no fue ciertamente un “golpe”. El principal estratega militar Edward Luttwak, que ahora asesora al Pentágono en la ciberguerra, tweeteó, “nadie da un golpe de estado durante el día”. Eso fue sólo “un espectáculo, gente expresando emociones”, un golpe realmente falso que no implicó incendios o saqueos generalizados, y relativamente poca violencia (compárese con Maidan 2014): hablemos de estos “insurrectos” caminando dentro del Capitolio respetando las cuerdas de terciopelo.
Una semana antes del 1/6, un disidente, pero aún muy conectado con la inteligencia del Estado Profundo, ofreció esta fría y desapasionada visión de la imagen macro:
“Tel Aviv traicionó a Trump con un nuevo trato con Biden y lo echaron a los perros. Sheldon Adelson y la Mafia no tienen problemas en cambiar de bando para el ganador por cualquier medio posible. Pence y McConnell también traicionaron a Trump. Fue como si Trump entrara como Julio César en el Senado Romano para ser apuñalado hasta la muerte. Cualquier trato que Trump haga con el sistema o con el Estado Profundo no se mantendrá y están hablando en secreto de acabar con él para siempre. Trump tiene la carta de triunfo. La ley marcial. Tribunales militares. La Ley de Insurrección. La pregunta es si él la jugará. La guerra civil viene independientemente de lo que le suceda, tarde o temprano”.
La llegada de la guerra civil dependerá del grado de estoicismo que prevalezca entre las multitudes deplorables.
Alastair Crooke ha esbozado brillantemente los tres temas principales que dan forma a la “Epifanía” de la América Roja: elecciones robadas; encierros como estrategia premeditada para la destrucción de pequeñas y medianas empresas; y la terrible perspectiva de la “cancelación” por un nuevo “totalitarismo blando” orquestado por la Gran Tecnología.
Que a un cadáver leyendo un teleprompter, también conocido como El Presidente Electo, y sus propias palabras ominosas después del 1/6: “No te atrevas a llamarlos manifestantes. Eran una turba alborotada. Insurrectos. Terroristas domésticos”. Algunas cosas nunca cambian. George W. Bush, inmediatamente después del 9/11: “O estás con nosotros, o con los terroristas”.
Esa es la narrativa hegemónica, grabada en piedra, que ahora está siendo implementada con mano de hierro por Big Tech. Primero vienen por POTUS. Luego vienen por ti. Cualquiera, en cualquier lugar, que no siga el dictado tecno-feudalista de Big Tech será cancelado.
Adiós, adiós, Miss American Pie.
Y por eso el drama es mucho, mucho más grande que un mero POTUS discombobulado.
Todas las instituciones controladas por la clase dirigente – desde las escuelas a los medios de comunicación, pasando por la regulación de los lugares de trabajo – irán tras los Deplorables sin piedad.
El asesino profesional de la CIA y mentiroso John Breenan, conceptualizador clave del totalmente desacreditado Russiagate, twiteó sobre la necesidad de, en la práctica, establecer campos de reeducación. Los medios de comunicación llamaron a “limpiar el movimiento”.
Políticamente, los Deplorables sólo tienen el Trumpismo. Y es por eso que el Trumpismo, con una posible vía para convertirse en un tercer partido establecido, debe ser aplastado. Por mucho que el 0,0001% esté más aterrorizado por la posibilidad de una secesión o una revuelta armada, necesitan una acción preventiva urgente contra lo que es, por ahora, un movimiento nacionalista de masas, por muy incipientes que sean sus propuestas políticas.
Lo “desconocido”, para evocar al notorio neoconservador Donald Rumsfeld, es si la exasperada plebe llegará a alcanzar las horcas – y hará ingobernable la hacienda feudal al 0,0001%. Y luego hay un elemento literalmente humeante – ese medio billón de armas de fuego que hay.
El 0,0001% sabe con seguridad que Trump, después de todo, nunca fue un agente de cambio revolucionario radical. Increíblemente, canalizó las esperanzas y los temores de la América Roja. Pero en lugar del prometido palacio brillante adornado con oro, lo que entregó fue una choza en el desierto.
Mientras tanto, la América Roja (la Republicana), intuitivamente, comprendió que Trump al menos era un conducto útil. Puso al descubierto cómo se mueve realmente el pantano corrupto. Cómo estas “instituciones” son meras marionetas corporativas e ignoran completamente al hombre común. Cómo la judicatura es completamente corrupta cuando ni siquiera Potus puede conseguir una audiencia. Cómo big Pharma y big Tech de hecho expandieron el MICIMATT (MICIMAPTT?). Y, sobre todo, cómo el paradigma de los dos partidos es una mentira monstruosa.
Entonces, ¿a dónde irán 75 millones de votantes desposeídos, o 88 millones de seguidores de Twitter?
Tal y como está, estamos metidos de lleno en la Guerra de Clases Hardcore. La pandilla de los estafadores tiene el control total. Los restos de la “Democracia” se han convertido en la “Mediocracia”. A continuación, no hay nada más que una purga despiadada, una prolongada represión, censura, vigilancia general, aplastamiento de las libertades civiles, una sola narrativa, una (in)cultura de cancelación general. Y lo que es peor: la próxima semana, este aparato paranoico se fusiona con la impresionante maquinaria del Gobierno de los Estados Unidos (USG).
Así que bienvenido a Full Spectrum Domestic Dominance. Alemania 1933 en esteroides. 1984 redux: no es de extrañar que el hashtag #1984 fuera prohibido por Twitter.
¿Cui bono? Tecno-Feudalismo, por supuesto, y los tentáculos entrelazados del Gran Reset trans-humanista. Desafíalo, y serás cancelado.
Adiós, Miss American Pie. Ese es el legado de 1/6.
Por Pepe Escobar
En el segmento de habla inglesa de Internet, un chiste maravilloso está ganando popularidad: "Debido a las restricciones de viaje durante la pandemia de COVID-19, Estados Unidos dio un golpe de estado en casa".
Lo que sucedió el 6 de enero en Estados Unidos realmente puede llamarse un motín fallido (como recordamos del epigrama de John Harrington en la traducción de Marshak, el motín está por definición condenado al fracaso - "de lo contrario, su nombre es diferente"), y un golpe completamente exitoso, en como resultado de lo cual el pantano de Washington con una mordida triunfal se tragó tanto al 45º presidente de los Estados Unidos como las esperanzas de venganza del Partido Republicano en los próximos años.
Incluso el 5 de enero (antes de que se resumieran los resultados de las repetidas elecciones en Georgia), las cosas no parecían tan tristes para Trump. Sus posibilidades, si no para un segundo mandato presidencial, sino para el estatus de jefe de la oposición a Biden y los demócratas, parecían bastante decentes. Y los republicanos todavía tenían la esperanza de retener la mayoría en el Senado.
Pero luego en Georgia se contaron las papeletas, el 90% de las cuales llegaron con anticipación por correo, y resultó que ambos candidatos demócratas (Raphael Warnock y John Ossoff), que al principio estaban constantemente rezagados con respecto a los republicanos Purdue y Lefleur, de repente avanzaron de la misma manera que El 3 de noviembre, Biden "ganó" contra Trump: alrededor de la medianoche, ocurrió una "anomalía" en el conteo de votos, y los demócratas ganaron por un margen mínimo. Así, los demócratas igualaron el puntaje en el Senado: ahora la proporción de fuerzas será de 50 a 50, y dado que el vicepresidente en la cámara alta del Congreso tiene derecho a voto, luego 51 para los demócratas. El control sobre el Congreso desata las manos de los "burros": ahora pueden poner en práctica todos sus planes para reconstruir América de una nueva manera. Por ejemplo, para abolir las restricciones a la admisión de refugiados de países subdesarrollados o para legalizar a los inmigrantes ilegales. Solo había un obstáculo en el camino hacia toda esta utopía liberal: Donald Trump.
Incluso después de que la apuesta de Trump por la Corte Suprema no funcionó, el titular todavía tenía una gran opción de trabajo sobre cómo arruinar la vida de los demócratas al menos hasta el 20 de enero, el día de la inauguración. Un pequeño pero muy militante grupo de senadores republicanos liderados por Ted Cruz y Josh Hawley se propuso desafiar el voto del colegio electoral en los "estados en disputa" durante la primera sesión conjunta del Congreso el 6 de enero.
Los senadores dijeron que "acusaciones de fraude sin precedentes" en las elecciones presidenciales llevaron al hecho de que, según las encuestas, el 39% de los estadounidenses cree que la elección fue deshonesta (y por lo tanto, Biden es ilegítimo).
Cruise y su equipo tenían la intención de exigir que el Congreso nombrara una comisión electoral con plenos poderes de investigación y determinación de hechos para realizar una revisión urgente de diez días de los resultados de las elecciones en los estados en disputa. Una vez completada la [verificación], los estados individuales evaluarán los hallazgos de la comisión y, si es necesario, pueden convocar una sesión legislativa especial para confirmar el cambio en su voto. "En consecuencia, tenemos la intención de votar el 6 de enero para rechazar a los electores de los estados en disputa ... si y hasta que se complete la verificación de emergencia de diez días", dijeron los republicanos.
Y hubo precedentes de este tipo en la historia de Estados Unidos. En las elecciones de 1876, el demócrata Tilden fue declarado ganador por primera vez, pero después de que el Congreso nombró una comisión electoral para verificar los resultados de las votaciones en tres estados del sur - Florida, Louisiana y Carolina del Sur - se tomaron 20 votos electorales de Tilden y el republicano Rutherford Hayes se convirtió en presidente. En teoría, ahora podría repetirse algo similar. La Comisión Electoral del Congreso, que debía incluir a cinco senadores, cinco miembros de la Cámara de Representantes y cinco magistrados de la Corte Suprema, tendría el poder y la autoridad suficientes para declarar que los resultados de las votaciones en varios "estados en disputa" no son confiables y pedir una repetición. Y al menos pondría muy nerviosos a los demócratas.
Pero tan pronto como los congresistas y senadores se reunieron para una sesión conjunta, donde la aprobación de los resultados de la votación en el colegio electoral se llevaría a cabo (o no), multitudes de simpatizantes de Trump que llegaron a Washington desde todo el país fueron a asaltar el Capitolio.
Hay muchas cosas que no están claras con este asalto. Las autoridades de la capital estadounidense (los demócratas, por supuesto, el Distrito de Columbia es generalmente un nido y foco del liberalismo - no es casualidad que en Washington apareciera la primera Plaza BLM) tomaron medidas para que solo unos pocos de los que querían apoyar a Trump pudieran infiltrarse en la ciudad. Los hoteles estaban cancelando las inscripciones y las patrullas policiales estaban estacionadas en las entradas a Washington, registrando a activistas de derecha. Al mismo tiempo, Antifa y otros izquierdistas entraron a la capital sin obstáculos, como "parientes de clase". Capturas de pantalla de la correspondencia de los militantes de izquierda en las redes sociales muestran que previamente se habían puesto de acuerdo en disfraces de "trumpistas", en particular, gorras de béisbol rojas del MAGA, que, sin embargo, debían llevar una visera en la espalda para distinguir las suyas. Como resultado, en la multitud que se reunió alrededor del Capitolio en la noche del 6 de enero, posiblemente había muchos izquierdistas.
El asalto en sí, que mató a Ashley Babbitt, una partidaria de Trump de 35 años, una veterana de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y uno de los oficiales de policía del Capitolio, fue tan espectacular como inútil. Los alborotadores que irrumpieron en el edificio del congreso tomaron fotografías contra el fondo de los interiores, robaron y se portaron mal, luego de lo cual abandonaron el Capitolio "capturado" bajo la presión de los agentes del FBI que aparecieron y algún otro oscuro servicio especial. Los congresistas y senadores, que habían sido evacuados a una base militar cercana en el momento más álgido de los disturbios, regresaron a la sala de conferencias y votaron diligentemente para aprobar la votación del colegio electoral.
El resultado lógico de todo este lío fue que los "doce republicanos enojados" ni siquiera insinuaron la creación de una comisión electoral para verificar la votación en los estados en disputa.
Pero esto, por supuesto, no puso fin al asunto. El motín del 6 de enero asestó un golpe colosal a la reputación y la imagen de Trump.
Ya nadie recordó que el presidente instó a sus seguidores a actuar estrictamente dentro de la ley, destacando que "somos un partido de ley y orden". Al contrario, los demócratas se apresuraron a colgarle todos los perros, haciéndolo responsable del atentado contra la santa democracia estadounidense. El reconocido periodista y presentador de televisión David Korn en uno de los principales sitios progresistas, Mother Jones, llamó al presidente "el líder de los terroristas". “Trump”, escribe Korn, “dirigió a sus enojados partidarios al Capitolio, donde rompieron las barreras policiales y se apoderaron del edificio. Cerraron el congreso. Aterrorizaron a los legisladores y al personal, lucharon contra las fuerzas de seguridad, rompieron la democracia estadounidense ".
Los demócratas vuelven a hablar sobre el juicio político al presidente. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien acababa de ocupar este cargo con gran dificultad en la competencia con el republicano Kevin McCarthy, llamó al vicepresidente Mike Pence y exigió que se promulgara la 25a Enmienda a la Constitución (permitiendo que el presidente sea destituido del poder por su incapacidad). Pence, según información filtrada a la prensa, no habló con ella, y luego Pelosi apareció en ABC News con un ultimátum: "Si el vicepresidente y la administración permanecen inactivos, el Congreso iniciará el proceso de juicio político".
El fiscal del distrito de Columbia, Michael Sherwin, dijo que el Departamento de Justicia consideraría presentar cargos penales contra "todos los involucrados", incluido el presidente Trump, por participar en los disturbios del miércoles.
Pero el mayor golpe provino de las redes sociales. Fue expulsado "indefinidamente" de Facebook, Instagram, Twitch e incluso de la plataforma comercial Shopify (que vendía símbolos trumpistas oficiales, incluidas las famosas gorras de béisbol rojas). Pero lo más importante es que Trump estuvo bloqueado durante 12 horas en Twitter, la red social favorita del presidente.
Resultó que es posible sacar al presidente (si, por supuesto, este presidente es Trump) del poder incluso sin la enmienda 25 y el juicio político.
Solo se necesitaba bloquearlo en Twitter.
Trump tiene casi 90 millones de seguidores en Twitter. Y fue a través de tuits que se comunicó con la nación durante los cuatro años de su presidencia. Comunicó sus decisiones, despidió y nombró empleados. Discutió con oponentes. En general, fue a través de Twitter que Trump gobernó Estados Unidos.
Y de repente resultó que su principal herramienta de gestión estaba en las manos equivocadas. Y simplemente puede ser desactivado por la administración de la red social, casi de la misma manera que en febrero de 1917, el diputado de la Duma Bublikov, que tomó el control del Ministerio de Ferrocarriles, no permitió que llegara el tren del emperador Nicolás II a Petrogrado.
Al mismo tiempo, la dirección de Twitter amenazó a Trump con que si el presidente no cumple con sus condiciones (en particular, exigieron eliminar todos los tweets en los que Trump calificó las elecciones como "robadas"), entonces lo bloquearán para siempre.
Y Trump se rindió.
Casi inmediatamente después de que expiró el bloqueo de 12 horas, Trump regresó a su red social favorita y publicó un video que parece una rendición completa y definitiva.
En un clip de casi tres minutos, Trump denunció enérgicamente a sus partidarios que irrumpieron en Capitol Hill y dijo que se centraría en una transición sin problemas del poder a la administración Biden. “Los manifestantes que entraron al Capitolio profanaron el trono de la democracia estadounidense”, dijo Trump. "Los que participan en actos de violencia y destrucción no representan a nuestro país, y los que violaron la ley pagarán por ello".
Twitter no eliminó ese video.
Los oponentes de Trump lo han superado casi por completo. La provocación del 6 de enero fue el último acorde final de la sinfonía interpretada en las notas (primero una pandemia, luego la crisis económica causada por ella, luego disturbios raciales y finalmente el asalto al Capitolio).
Pero esta victoria es pírrica.
Trump puede dejar la escena política (o tal vez convertirse en una víctima del pantano de Washington; después del final de su mandato presidencial, bien puede ser procesado e incluso encarcelado). Pero el verdadero Estados Unidos que él despertó, al menos 80 millones de personas que no aceptan los dogmas liberales, todo este futuro color de rosa, migrante y transgénero, ya no volverá al estado letárgico en el que estaba antes de que el excéntrico multimillonario neoyorquino llegara a la Casa Blanca.
"Debemos reavivar los lazos sagrados de amor y lealtad que nos unen en una nación-familia", dijo el derrotado y humillado Trump en su mensaje de video. Pero tal Trump, Trump como a Leopold el gato, pocas personas lo escucharán.
El comentario publicado en el sitio web de Breitbart es característico: es bastante largo, pero vale la pena citarlo en su totalidad.
“No soy fan de Trump, nunca lo he sido y nunca lo seré, porque lo considero un cobarde inútil que solo habla pero no actúa. Pero en este momento está siendo atacado por matones izquierdos sucios y pegajosos, por lo que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. En este momento, todo lo que Trump tiene son sus partidarios, por lo que debemos organizarnos y marchar en su nombre por todo Estados Unidos, con armas si es posible. Debemos dejar en claro a los sucios matones de izquierda que no somos del tipo de personas que se usen y que se despidan fácilmente, debemos hacerles entender que somos una fuerza a tener en cuenta, que estamos listos para luchar y morir por nuestra fe. Este es el momento perfecto para contraatacar, y si no lo hacemos, perderemos esta guerra. Sí, ahora es la guerra, así que levántense, patriotas estadounidenses, porque Dios lo quiere ".
Este es el legado de Trump, que, a pesar de todas las hábiles manipulaciones de los liberales, no pueden cancelar ni ignorar. Sí, los demócratas han ganado, pero la administración Biden y los verdaderos maestros del discurso liberal detrás de ellos tendrán que gobernar una "casa dividida". Un país donde casi la mitad de la población está desilusionada con el sistema político, considera que las elecciones están amañadas y que el presidente es ilegítimo.
Kirill Benediktov
*politólogo, autor de la biografía política de Donald Trump "Black Swan"
No recuerdo ningún año que haya sido tan catastrófico para un país y para sus gentes como el 2020. Lo que ha ocurrido este año no tiene precedentes, como mínimo desde la última epidemia de fiebre amarilla en 1870 (1235 muertos sobre 125.000 habitantes), o la de 1820 (con entre 3251 y 8000 víctimas sobre 100.000 habitantes). Los fanáticos de la “memoria histórica” cuentan que en 1971 hubo una “epidemia” de cólera en la Ciudad Condal. Estábamos en pleno franquismo y el gobierno negó la existencia del brote, algo que demostraría lo desaprensivo de la dictadura… si bien es cierto que el brote duro tres meses, se produjeron 400 contagios y fallecieron tres personas. Nada comparable con lo de ahora. Ni con lo que se avecina.
ENERO: EL PRIMER TOQUE DE ATENCIÓN
Repasemos lo ocurrido en 2020. Hacia mediados de enero, las televisiones empezaron a difundir la noticia de que en China Popular estaba ocurriendo algo: que si un murciélago-vampiro, que un pangolín, que si el mercado central de Wuhan. Parecía algo grave, pero ocurría lejos. Luego, cuando a principios de febrero, el virus llegó a Italia, las cosas empezaron a adquirir cierto tono de dramatismo. Pero seguíamos sin creer que la crisis pudiera alcanzar las dimensiones que tuvo luego. Los medios no han contribuido, desde el principio de la crisis, a aclarar las cosas, ni siquiera a difundir noticias que ayudaran a resolver la situación. En enero y febrero, difundieron, especialmente RTVE en sus debates matutinos, noticias que sembraban el miedo. Entonces escribimos: “el miedo contribuye a bajar las defensas, cuando más miedo se genere en la población, más posibilidades hay de que el número de víctimas aumente”.
ENERO 2020: UN GOBIERNO RECIÉN ESTRENADO
El gobierno parecía inactivo. Se estaba asentando. A fin de cuentas, hacía poco que Sánchez había formado su segundo gobierno con ministros de Podemos, de Izquierda Unida, del PSOE y del PSC. El 7 de enero se había acordado la coalición y el 13 se produjo la toma de posesión. El ministro de sanidad, Salvador Illa Roca, a todo esto, era un tipo desconocido, irrelevante, con un modesto título en filosofía y letras. Había sido un gesto hacia el PSC y hacia Iceta, para confirmar que el nuevo gobierno, a pesar de la presencia de Podemos y de Izquierda Unida, adoptaría una postura de fuerza ante el independentismo catalán. En total 22 ministerios y un equilibrio absurdo entre “ministros” y “ministras”, 11 y 11. Salvo en el período de Zapatero, nunca antes habían existido tantos ministerios.
UN GOBIERNO DE PERFIL BAJO-BAJÍSIMO
Algunos de los ministros carecían de todo tipo de experiencia e incluso en gestión pública. Solamente dos tenían algo de prestigio: Manuel Castells y Pedro Duque, “el profe” y “el astronauta”. A Podemos e IU le habían tocado los ministerios de segunda división. Prácticamente ninguno tenía la más remota idea de cómo gestionar el ministerio, ni experiencia en el área que le había correspondido. Alguno de ellos, como José Luis Escribá, no estaban afiliados a ningún partido y solamente había realizado trabajos para la banca nacional e internacional. El perfil del conjunto era bajo-bajísimo y, para colmo el equilibrio extremo entre los sexos contribuyó a rebajarlo aún más.
PODEMOS, EL ALIADO DESPERADO PARA EL EGÓLATRA SÁNCHEZ
De un gobierno así no podían esperarse grandes cosas. Se entiende que Podemos pactara a la vista de su desastroso resultado electoral previo. Más difícil es entender por qué Sánchez -un individuo con ambiciones, pero sin ideas políticas de ningún tipo, a diferencia de ZP que tenía ideas mundialistas más que socialistas o socialdemócratas; Sánchez es plano en lo que a doctrina se refiere: para él sólo existe el día a día y la forma de satisfacer sus ambiciones. Entre elegir un partido desahuciado como Podemos y otro que iniciaba la espiral de la caída, como Ciudadanos, eligió al primero dirigido por gente con más hambre atrasada, y, por tanto, más manejables. Eso fue todo.
LA UE ADVIERTE DEL RIESGO DE LA PANDEMIA EN PLENOS FASTOS DE IZQUIERDA
Cuando, a principios de febrero ya se sabía que íbamos a tener epidemia, el gobierno todavía estaba pensando en realizar manifestaciones y fastos para marcar la diferencia: sacar a gays y feminitudas a la calle, alardear de que en breve Franco - ¡pero qué obsesión! - sería trasladado fuera del Valle de los Caídos, todo de palpitante actualidad y acuciante necesidad. Posiblemente, dada la incompetencia de todos los ministros en materia sanitaria, ni siquiera creyeron que las advertencias de la OMS tenían algo de cierto. Y, por lo demás, ¿acaso no estaba España en la UE? Cuando la UE dijera lo que había que hacer, aquí se adoptarían las medidas…
CONFINAMIENTO OBLIGATORIO: TARDE Y MAL
La cosa fue de mal en peor a partir de principios de marzo. Un buen día, salimos a la calle a tomar unas copas y nos encontramos todo cerrado. El gobierno, finalmente, había reaccionado. ¿Haciendo qué? Lo mismo que se había hecho en Italia. Tarde y mal. Aquello duró tres meses. La epidemia fue cediendo hacia el mes de mayo y, sobre todo, en junio. Pero no fue por el descenso de casos que después de interminables “prórrogas” del estado de emergencia (apoyadas primero por Cs y PP y finalmente solo por Cs), se recuperó la normalidad, sino por los sondeos de intención de voto.
UN GOBIERNO PENDIENTE DE LOS SONDEOS
El problema fue que, en mayo, el gobierno empezó a registrar hartazgo en la población que se reflejó en la intención de voto: subía el PP, bajaba Cs y Podemos, se mantenía a duras penas el PSOE… Un mes más y las encuestas hubieran registrado una caída a peso del PSOE, a la vista de que la situación económica empezaba a ser alarmante. Se trataba de dos cosas: evitar una caída mayor en intención de voto y salvar la temporada turística.
EVACUANDO RESPONSABILIDADES A 17 TAIFAS
Y entonces Sánchez cometió su segundo error más grave (el primer había sido tomar medidas tardías): traspasar la responsabilidad de la gestión de la crisis del gobierno del Estado a las 17 fotocopias reducidas del “Estados de las Autonomías”. En otras palabras: él se dedicaría a gestionar los éxitos, buscar dineros, tomar medidas populistas, dejando a los gobiernos autonómicos que se quemaran ante lo que podía ocurrir.
MENDIGANDO EN EUROPA O SÁNCHEZ EL PEDIGÜEÑO
Antes de que llegara la “segunda ola” del Covid, Sánchez volvió con la promesa de dinero europeo. Puso el máximo interés y dureza en que España recibiera 140.000 millones de euros. Y volvió afirmando que lo había conseguido. Luego resultó que no era tanto y que, ni siquiera llegaría inmediatamente sino durante seis años. Y, para colmo, España debía de pagar otros subsidios a Europa y más de la mitad de la cantidad real eran créditos a devolver. En otras palabras: 6.000 millones líquidos al año, durante seis años. Era poco, apenas nada, para resolver lo que se venía encima. Pero lo peor no era eso: sino que Sánchez se había cerrado la puerta a una negociación posterior, pensando que la crisis terminaría allí y el turismo se recuperaría inmediatamente.
CUANDO SE OLÍA UN CAMBIO DE ALIANZAS
A Sánchez le habían dado un tirón de orejas en Europa: le reprocharon que tuviera como socios a un partido formado por impresentables, sacados de un grow-shop, que tardaban más en arreglarse el moño y elegir pendiente que en ducharse. Incluso la extrema-izquierda griega, cuando estuvo brevemente en el poder, parecía más seria. Estos reproches llegaron a España y aquí, en julio, se daba por cierto que el gobierno se descompondría en el otoño siguiente. Cs cambió su posición y, de la oposición, pasó a animar y apoyar a Sánchez. En propio PP se dieron pasos para limar asperezas con el PSOE: Cayetana Álvarez de Toledo fue destituida de su cargo de portavoz parlamentario. Los democristianos alemanes habían comunicado al PP que estuviera atento para una “gran coalición”. Pero, todos se equivocaron: el ego de Sánchez podía más que la lógica política. Seguía prefiriendo la opción más manejable a una coalición con partidos más sólidos.
EL HUNDIMIENTO DE LA INDUSTRIA NACIONAL: ESPAÑA SIN TURISTAS
A mediados de julio, existían menos de 80 focos activos del virus. Se habló de los “rastreadores” como los encargados de trazar los contagios. Mes y medio después, empezó la segunda ola del virus y esta figura desapareció para siempre de los noticiarios. Los países europeos empezaron a ver a España como “peligrosa”. Prohibieron a sus ciudadanos que viajaran a nuestro paraíso turístico. El resultado fue que un 20% del sector hostelero, en este momento, ya ha cerrado para siempre. Posiblemente otro 20% cierre antes de junio de 2021. Los cierres forzosos obligaron al gobierno a crear la figura de los ERTES, solamente para engañar a las cifras del paro que estaba subiendo de manera incontrolable. El anuncio del “salario mínimo de inserción” no mejoró las cosas, porque, casi inmediatamente un millón de solicitudes se presentaron ante las ventanillas del ministerio de “inclusión, seguridad social y migraciones” … un ministerio al que solamente le interesaban las “migraciones” (Escribá sostenía que a España le hacían falta ¡9 millones de inmigrantes más!). En diciembre, la mayoría de solicitudes de este subsidio siguen sin ser contestadas e, incluso, el cobro de los ERTES se ha retrasado en algunos casos más de medio año. Pero, eso sí, la eficacia del ministerio se demuestra en que siguen llegando inmigrantes, especialmente a Canarias, a un ritmo mayor que nunca.
JUNTO CON LA SEGUNDA OLEADA DEL COVID, LA ENESIMA OLEADA MIGRATORIA
Ítem más: cuando en marzo todos los españoles estábamos encerrados a causa del confinamiento forzoso, Escribá decretó la apertura de los CIES, logrando que los únicos que pudieran pasearse libremente por las calles, fueran los inmigrantes ilegales recién llegados. No se sabe cómo, pero el caso es que a partir de junio empezó una nueva “crisis humanitaria”, también llamada “crisis de los refugiados” … ¿Por qué llamar “refugiados” a los que inmigrantes ilegales que no huyen de ninguna guerra, sino que solo vienen atraídos por el régimen de subsidios europeos? Respuesta: porque la palabra “refugiados” encierra, en sí misma, una carga emotiva que impide cualquier crítica al fenómeno.
LA VACUNA COMO ÚLTIMA ESPERANZA DEL GOBIERNO
El gobierno se inhibió de la “segunda oleada”. Desde las alturas de la Moncloa se veía en la vacuna la única esperanza y, a partir de septiembre, los portavoces del régimen no hicieron más que propagar la idea de que el gobierno que tanto piensa y vela por nosotros iba a ser de los primeros en administrar vacunas a la población. Mientras, los gobiernos autonómicos, tomaban medidas -muchas de ellas excéntricas- y diferentes a las de la comunidad vecina. Si los gallegos prohibían fumar, al día siguiente la medida se extendía a Cataluña (sobreentendiendo que la prohibición se refería al tabaco, no al porro que se ha fumado más y mejor que nunca este año). Si en Cataluña se prohibía hablar en el metro (aunque nadie lo respetara), la medida se extendió a otras comunidades. Pero fue en Madrid donde se produjo el choque de trenes. Sánchez, perdida toda esperanza de que la izquierda pudiera mejorar sus posiciones, emprendió una cruzada contra el gobierno autonómico, apoyado… por independentistas catalanes y etarras vascos: ellos sí podían tener veleidades de autogobierno, pero no los madrileños, demostrando así que el “Estados de las Autonomías” es, además de ineficiente, inestable y con geometría variable.
MEDIDAS EXCÉNTRICAS E INÚTILES CONTRA LA HOSTELERÍA
Al parecer, la mayoría de comunidades consideraron de buen tono que la hostelería era la difusora del virus… No, en cambio, los súper, que en esta segunda ola no tuvieron ningún tipo de restricción. Desde estas líneas queremos enviar un saludo como muestra de apoyo a los hosteleros, segundas víctimas del Covid y de gobiernos ineptos. Ya es sorprendente que la tasa de suicidios entre los hosteleros no haya aumentado en los últimos nueve meses.
CUANTAS MÁS MEDIDAS, MÁS RELAJACIÓN ENTRE LA POBLACIÓN
La relajación de las medidas podía comprobarse por la densidad de los “geles alcohólicos” puestos a disposición del público: inicialmente eran espesos, pero, a medida que ha ido avanzando la crisis, la sensación que da es que, en buena parte de los establecimientos los dispensadores sirven alcohol de quemar y en algunos, incluso, rebajado con agua… Por supuesto, si en los primeros meses de confinamiento se exigían guantes, a partir de junio cualquier contagiado podía tocar y retoquetear la fruta para transmitir el virus a otros. Las medidas que se fueron aprobado eran, en general, bastante inútiles contra el virus y fueron hastiando a la población que, al final, ha optado en gran medida por no tenerlas en cuenta. Y es que una cosa es el poder y otra la autoridad: los gobiernos central y autonómicos tenían el poder coercitivo, pero no la autoridad -esto es el prestigio- para ser creídos y seguidos.
EL ABSURDO EN LOS AEROPUERTOS
Pasó el verano con los hoteles vacíos. Para otoño, seguían vacíos, a pesar de que había cierto número de desplazamientos aéreos hacia España. Se alardeaba de que se exigía a los que llegaban el certificado de “prueba PCR”, pero, en realidad, todos los que, en este período hemos pasado por un aeropuerto, sabemos que nadie exigía nada, ni para salir ni para entrar. Como máximo estar distanciado en la cola de facturación del equipaje un metro y medio, que los seguratas hacían cumplir con rigor… para luego subir al avión y estar apelmazados como en una lata de sardinas.
En los cines había que estar separados por un asiento vacío y con bozal (incluso, como en mi caso, siendo mi compañera y yo los únicos presentes en una sala de 300 butacas…). A medida que avanzó la crisis, las medidas dictadas fueron ganando en excentricidad: que si a tal hora toque de queda, que si “franjas horarias” para los bares, que si “cierres perimetrales”, que si imposibilidad de desplazarse desde las 6:00 horas del viernes hasta las 6:00 horas del lunes a un término municipal que no fuera el propio o el colindante. Los ayuntamientos también pusieron de su parte para aumentar el absurdo: he llegado a ver en el mercado del pueblo, al aire libre, una “puerta de entrada” y otra de “salida”, diferenciada y custodiada por la policía municipal, como si una valla de 1 m de alto bastara para impedir la propagación del virus.
MENDIGAR ANTES DE CONOCER LA ENVERGADURA FINAL DE LA CRISIS
Como decía, Sánchez cometió su gran error en la UE, mendigando una ayuda, cuando la crisis distaba mucho de haber alcanzado su punto crítico: hoy, la situación económica es mucho peor que en junio, cuando extendió el cazo a la UE. Pero hoy -y mucho menos dentro de un año- tiene la posibilidad de volver a poner exigencias.
ESPAÑA, LÍDER MUNDIAL EN NÚMERO DE MUERTOS POR 100.000 HABITANTES
En octubre, éramos -oh maravilla de maravillas- el tercer país del mundo en número de muertos por cada 100.000 habitantes. Pero si, en lugar de recurrir a las cifras oficiales de muertos, lo hacíamos en función de la diferencial de fallecidos entre 2019 y 2020, se alcanzaban cifras todavía más espectaculares que nos ponían en cabeza mundial en fallecidos. Es cierto que algunas de estas víctimas no habían caído por el Covid-19, sino por otras causas: enfermos que precisaban otras operaciones pero que el sistema sanitario no pudo realizar agravándose el estado de salud del paciente, por ejemplo. La escabechina en los geriátricos fue, sin discusión, superior a cualquier otro país del mundo.
LA PARALIZACIÓN CRECIENTE DE LOS SERVICIOS DEL ESTADO
Pero lo peor fue que, aparte de los aplausos promovidos por Sánchez a los sanitarios y los brindis al sol a su política, lo cierto es que éste año, los españoles hemos visto como todos los servicios del Estado iban fallando. Esta es quizás una de las consecuencias más dramáticas de la crisis. Los CAP solamente atienden a consultas por teléfono (cuando el principio esencial de la medicina familiar es la relación médico-paciente). Los estudiantes han tenido que seguir las clases desde casa. El servicio de correos ha estado paralizado en algunas ciudades. Muchos juicios se han realizado a través de Skype en condiciones deficientes y otros muchos se han aplazado sine die. Ha sorprendido el número de miembros de la sanidad que han pedido bajas psiquiátricas o por agotamiento. En buena parte del país, las distintas policías han estado ausentes y se han dedicado a multar de manera deslavazada a quienes incumplían las normas impuestas por los gobiernos autonómicos (que han ido variando de continuo y han sumido al ciudadano en una confusión permanente).
LAS LEYES MÁS INOPORTUNAS Y ABSURDAS DE LA DEMOCRACIA
De repente, nos dimos cuenta de que nuestros hijos y nietos podían pasar curso tras curso, sin aprobar una sola asignatura, facilitándoles la Ley Celáa, el tránsito de la escuela a la condición de ni-nis para el resto de su vida. Vimos que, en lugar de medidas para salvar vidas, el gobierno Sánchez aprobaba una inoportuna Ley de Eutanasia para facilitar la muerte voluntaria. Finalmente, entre otras hazañas legislativas, contemplamos el hijo predilecto de Podemos-IU: la Ley Antidesahucios que prácticamente permite la ocupación de viviendas y el suministro gratuito de agua, luz, gas, y demás servicios. Estos han sido los grandes avances legislativos del año.
LA NEGOCIACIÓN DE PRESUPUESTOS CON LA NO-ESPAÑA
Al negociar los presupuestos del Estado, a partir del mes de septiembre, Sánchez hubiera podido elegir: o consensuarlos con los partidos de la oposición (lo que hubiera implicado la marginación de Podemos-IU y la irrelevancia de los diputados independentistas) o bien la posibilidad opuesta: negociarlos con los indepes, llegándose a la contradicción de que los partidarios de la “no-España”, son los autores de los presupuestos generales del “Estado Español”. El ego de Sánchez y el consabido principio de Peter sobre los niveles de incompetencia (un inepto opta siempre por negociar con otros que percibe como más ineptos de él, a fin de no perder posiciones en la negociación), han generado esta contradicción.
EL IBEX 35 HUNDIDO, LA INVERSIÓN PARALIZADA, LA ECONOMÍA HUNDIDA Y EL GOBIERNO COBRANDO IVA DE MASCARILLAS
La Bolsa cayó desde el mes de febrero. La tasa de desempleo en octubre superó el 16% y a finales de año, roza los 4.000.000 de parados. Han cerrado empresas y cerrarán muchas más en los próximos meses. El gobierno ha reaccionado tarde y solamente en diciembre ha decretado que los precios de los alquileres de tiendas deberían rebajarse al 50%. Paradójicamente, el propio gobierno no ha bajado hasta diciembre el IVA de las mascarillas obligatorias, ni ha condonado deudas de los autónomos, ni aplazado liquidaciones fiscales. El principio rector de la acción del gobierno Sánchez es exigir mucho a los que pagan impuestos y darles poco. Parte de esos impuestos están destinados a subsidiar a los que no pagan impuestos: esta es la clientela electoral favorita de los partidos que componen el gobierno Sánchez.
LA VACUNA ¿ES LA PANACEA UNIVERSAL?
Con una economía hundida, el único bote salvavidas del gobierno es la famosa vacuna. Tardaremos mucho en conocer su eficacia, si es que la tiene. Pero los medios de comunicación ya han echado campanas al vuelo: ¿para qué más medidas de seguridad si dentro de poco estaremos vacunados y todo volverá a ser como antes? Pero ni todos estaremos vacunados en el mes de marzo, ni siquiera es seguro que la vacuna vaya a ser eficaz para atajar la tercera ola del virus que tenemos sobre nosotros, ni ante las sucesivas mutaciones que tendrá el virus a lo largo del próximo año.
EL CLIMA INTERNACIONAL FAVORABLE AL ESTABLISHMENT
Y todo esto dentro de un clima internacional que tampoco ofrece muchas satisfacciones. En EEUU, después de cuatro años de campaña anti-Trump, globalizadores, mundialistas, señores del dinero y liberales progres, han logrado, tras unas elecciones sobre las que pesan dudas sobre la honestidad de las partes, colocar al candidato rival, un anciano que ni parece gozar de excesiva salud, ni de ideas. Lo más sorprendente es que las minorías étnicas, negra e hispana, han votado mayoritariamente a favor de Trump, ni siquiera el fantasma de los Live Matter Black, activado antes de las elecciones y desactivado el día que se cerraron las urnas, ha sido capaz de desplazar el voto negro hacia los demócratas. Pero los que se han impuesto han sido las fuerzas del establishment, las dinastías económicas, los fanáticos neoliberales. A este respecto, cabe decir que las políticas de Trump han sido extremadamente realistas: disminuir la presencia militar de EEUU en el mundo, no embarcarse en más guerras coloniales, sino antes bien, liquidar los focos existentes en 2007, reconstruir infraestructuras, poner coto a las importaciones chinas… Podemos apostar que su sucesor romperá esta línea y EEUU volverá a las andadas generando guerras aquí y allí, eso sí, en “defensa de la libertad”, aunque solo sea para desenmascarar su debilidad creciente.
CHINA, LÍDER EN EXPORTACIÓN DE BIENES Y DE VIRUS
A pesar de haber sido el foco difusor del virus, China sigue como si nada: un país, dos sistemas. Nadie aspira a poner coto a la ofensiva china en todos los terrenos. Hoy ya es el país con una economía mundial más activa y no hay motivo para pensar que pueda perder en la próxima década esa posición, salvo que en su territorio vuelva a generarse otro virus o que su población decida que, además de móvil y plasma, precisa libertades.
BUROCRACIA E INTERESES HAN RETARDADO LA VACUNACIÓN
Parece olvidarse que la primera vacuna contra el Covid, fue la rusa. La UE permaneció de espaldas a esa vacuna y solamente la autorizó cuando los laboratorios occidentales crearon su propio remedio. Esto indica hasta qué punto los laboratorios farmacéuticos y, por extensión, el sector de químicas, tiene peso sobre el gobierno de la UE. Incluso los ingleses pudieron beneficiarse 15 días antes del inicio de la vacunación al verse libres de la pesada maquinaria burocrático-administrativa de la UE.
NADA NUEVO EN LAS POTENCIAS EMERGENTES
No vale la pena seguir el repaso de la escena mundial. En realidad, las potencias emergentes, siguen siéndolo y China ya es hegemónica en materia económica y pronto lo será militarmente (salvo problemas y desestabilizaciones internas). En el mundo islámico se disputan la hegemonía tres polos: Turquía, Irán y Arabia Saudí. África sigue siendo el mismo caos tribal de siempre. En el Magreb solamente Túnez ha recuperado la estabilidad política tras las Primaveras Árabes: algo se mueve en Marruecos cuando vuelve a reivindicar Ceuta y Melilla y se sabe que su rey está tocado por alguna enfermedad. Iberoamérica renquea. El gigante brasileño con Bolsonaro al frente está solo después de la derrota de Trump. Nada nuevo, en definitiva, bajo el sol. Al menos, nada realmente nuevo en esas zonas.
ESPAÑA YA ESTÁ MUY RETRASADA PARA AFRONTAR LOS RETOS DE LA DÉCADA
Pero en 2021 se inicia un nuevo ciclo que durará hasta 2030: es un ciclo en el que, o bien, las naciones realizarán un esfuerzo para lograr una gran transformación que genera las bases para estabilizar un nuevo modelo de sociedad que surgirá con la irrupción de nuevas tecnologías que alterarán todos los sectores de la economía, o bien, de no hacerlo, perderán para siempre el tren de la historia, limitándose a ir en los furgones de cola. España pertenece a este grupo. ¿Nuestro gran pecado? Haber votado a una clase política (del poder y de la oposición), mediocre, cleptómana, ególatra e intelectualmente justita… Ahora, esto ya no tiene remedio y así es como afrontamos la década decisiva, de la que no cabe la menor duda de que saldremos perdiendo.
ELECCIONES CATALANAS: O CÓMO MANTENER EL MITO IRREALIZABLE
En febrero habrá nuevas elecciones autonómicas en Cataluña. Muchas cosas han cambiado allí, a pesar de que no son reflejadas por los medios. El proyecto soberanista está más que finiquitado: pero nadie quiere reconocerlo. Da la sensación de que, hacerlo, implica trasvasar votos de quien lo reconozca hacia quien todavía mantenga la opción independentista. Puigdemont es un residuo de aquel fracaso, del que muy pocos se acuerdan. El chalado de Waterloo no tendrá su exilio en Elba, del que volverá los “cien días” concluidos, precisamente, en Waterloo. Puigdemont está directamente en la isla de Santa Ana, de donde ya no saldrá, al menos en loor de multitud. Waterloo es para Puigdemont y su reducido séquito, la estación término. En las elecciones catalanas se impondrá ERC. Veremos lo que queda de JxCat y de la CUP. Ciudadanos bajará mucho, el PP subirá algo y, seguramente, Vox subirá algo más. ¿Los socialistas? Sánchez espera que Illa y su vacuna le resuelvan la papeleta: es doble o nada. No es precisamente buena gestión lo que se le puede achacar a Illa al frente del ministerio clave en la crisis del Covid.
¿CUÁL SERÁ EL MEJOR MOMENTO PARA INDULTAR A LOS PRESOS INDEPES?
Lo cierto es que el problema del indulto a los presos indepes es lo que está en el aire: Sánchez lo ha decidido, si quiere contar con los votos parlamentarios de ERC y de Bildu, debe, necesariamente indultar a los responsables del proceso soberanista (que, por cierto, se llevaron penas muy leves para los delitos cometidos). El problema de Sánchez es cuándo los indultará. Los propios presos no se lo han puesto fácil. Han entonado el “yo no me arrepiento de lo hecho” y “lo volvería a hacer”… más de cara a la galería y para contentar a su electorado, que por decisión propia. De hecho, buena parte de los presos eran ya conscientes cuando entraron en prisión de que ahí terminaba la aventura indepe y todo el problema para ellos era -y sigue siendo- cómo se lo decían a su electorado sin que éste les volviera la espalda. En eso están. Mientras, Sánchez les va arrojando huesos para que roan: prácticamente el 50% de los espacios de TV2 se realizan en catalán (con unas audiencias ínfimas) y un 20% de TVE1 es también en catalán… y con cierta propensión a informar en la línea más moderada de ERC. Pero Sánchez lo ignora todo del nacionalismo catalán e ignora que todo esto es poco para los que lo quieren todo. Y ese “todo”, ahora es un “Estado Federal” que, en realidad, coincide con el programa del PSOE: coger un Estado, partirlo en trozos y luego pensar en formar con esos mismos trozos una “federación”… Brillante desde todos los puntos de vista.
CIUDADANOS ESTACIÓN TÉRMINUS – PP REUBICÁNDOSE
Luego está el PP que intenta ubicarse en el centro-derecha, tratando de sustituir a Ciudadanos en ese espacio (algo que logrará sin mucho esfuerzo). Pero el problema para el PP es la actitud a adoptar en relación a Vox. Lo normal hubiera sido que el PP hubiera pactado con Vox una actitud unitaria ante el voto de censura presentado por estos últimos. O, al menos, que hubiera votado en blanco o, incluso, que se hubiera ausentado en el momento de las votaciones, pero resultó incomprensible ese voto negativo.
VOX EN EL ESPACIO POPULISTA Y EL RIESGO DE LAS SECTAS CATÓLICAS
Todo induce a pensar que Vox ocupará el espacio “populista”, a condición de que sepa manejar la cuestión de la inmigración y que no se evidencie que, en su interior, existe una presencia demasiado notable de sectas católicas. Si es consciente de que su crecimiento más espectacular, no se va a producir por el tránsito de votos del PP a su sigla, sino por conquista de votos que hasta no hace mucho votaban a la izquierda y que hoy han sido completamente abandonados sino traicionados por esas siglas, Vox puede convertirse en algo grande. Si opta por una actitud de “derecha de la derecha”, tendrá un rápido ascenso, nunca más allá del 15%, una estabilización que durará todo el tiempo que el PP tarde en adoptar una línea más agresiva y decidida como partido opositor.
DESENGAÑAROS: LA VACUNA NO TERMINARÁ CON LOS COVID
Pero todas estas hipótesis chocan con la realidad que deberemos afrontar: el virus seguirá vivo y activo, con o sin vacunación. De hecho, todo induce a pensar que 1/3 de la población es reacia a vacunarse. España es tierra de fakes, de macutazos y de enteraos: y hoy es de buen tono negar eficacia al virus o decir que es un invento de Bill Gates, una maniobra de las multinacionales o una simple y pura conspiración… Queda por saber lo que puede ocurrir en un país en el que 1/3 de la población se niegue a vacunarse, a lo que hay que sumar las dudas ya expresadas sobre la eficacia de las vacunas, especialmente, ante las mutaciones del virus.
EL RIESGO DE QUE EL TURISMO SE ENCAMINE A OTROS OBJETIVOS
Pero si alguien cree que, con el turismo de regreso, todo volverá a ponerse en marcha, está muy equivocado. En primer lugar, porque el daño a la industria turística es, ya hoy, irreparable. En segundo lugar, porque el Brexit ha generado la desconexión con el Reino Unido, uno de los principales viveros de turismo-basura del que se nutre buena parte de la industria hotelera mediterránea. Luego, porque otras zonas de Europa (Costa Dálmata, Europa Central y del Este) pueden ofrecer servicios turísticos a precios más baratos y en los que la incidencia del Covid-19 ha sido menor. Si eso ocurre y el turismo desciende un 20% a partir del 2022, España se habrá quedado sin pulmón económico y ya no habrá tiempo para pensar en qué se especializará el país.
NI CONSTRUCCIÓN NI SECTOR INMOBILIARIO
Se prevé una bajada en los precios de la vivienda que puede llegar en dos años al 20%, lo que implica que el sector de la construcción no generará puestos de trabajo. A lo que hay que añadir que existen en la actualidad entre 800.000 y 1.000.000 de viviendas en condiciones de venta muy difíciles por la cerrazón de la banca a dar créditos hipotecarios. En estas condiciones importa poco que los intereses estén próximos al cero absoluto. Los gobiernos han olvidado que la salud del sector depende de la banca y que ésta ha aprendido las lecciones de la crisis del 2008-2011.
LOS QUE VIVEN DE NÓMINAS PAGAN TODOS LOS CAPRICHOS DEL GOBIERNO Y TODAS LAS SUBVENCIONES
Las subidas fiscales que se prevén para este año harán que muchos trabajadores, especialmente de sueldos medios y altos, ganen menos a pesar de que les hayan subido los sueldos. Es el tributo a haber votado socialista y a la mala gestión del gobierno, capaz de endeudarse hasta las cejas, olvidando que es el ciudadano que dispone de una nómina el que va a pagar los errores actuales, tanto en el presente como en las próximas décadas.
PSOE-PODEMOS-IU SE PREOCUPAN SOLO POR ALIMENTAR A SU “ELECTORADO CAUTIVO”
Sánchez-Iglesias aspiran solamente a subsidiar a su clientela electoral: ni-nis, okupas, porreros, inmigrantes nacionalizados, parados de larga duración, dando mucho y no exigiendo nada más que el voto cada cuatro años. Lo normal, en estas circunstancias hubieran sido políticas de austeridad, bajadas generalizadas de impuestos capaces de atraer inversores, mejora de la formación profesional, encargando a este sector el reciclado laboral (en lugar de a sindicatos incapaces de ofrecer cursos realmente eficientes que sean algo más que medios de financiación de sus cúpulas y de sus pesadas burocracias). Austeridad en las comunidades autónomas. Reducción de ministerios, de asesores y de gastos suntuarios. Reducción de subsidios y cese del “efecto llamada” para inmigrantes de todo el mundo que ya hace tiempo que no están atraídos por un mercado laboral con 4.000.000 de parados (que puede alcanzar el próximo año los 5, o incluso superar la barrera de los 6.000.000) sino por el régimen de subsidios para todo: paguita, alimentación, vivienda, etc, etc, etc.
Y AHORA, CONTRA LA MONARQUÍA
La constitución de 1978 ya ha dado de sí todo lo que podía. Los consensos de la transición parecen olvidados por una parte del PSOE y por todo lo que está a su izquierda. Este año se ha abierto la veda contra la monarquía, aprovechando los errores del “rey emérito” y, a pesar, de que, por el momento, la actuación de Felipe VI está resultando digna y correcta. A la vista de que el programa de Podemos ya no puede cosechar más adhesiones en lo que hasta ahora han sido sus puntos fuertes (igualdad de género y apertura a la inmigración), han optado por incorporar el tema del antimonarquismo a su programa para tratar de crecer en esa dirección. Los independentistas catalanes y vascos están en las mismas posiciones y también un sector del PSOE, pero eso es poco, en realidad, como para que puedan ir más allá de declaraciones de principios, manifestaciones estridentes y verbalismo republicano. Nada va a cambiar en esa dirección.
DEL ANNUS HORRIBILIS AL ANNUS INFAME
Cuando se adoptan posturas contrarias a la lógica, el resultado no se hace esperar: si 2020 fue un “annus horribilis”, 2021 corre el riesgo de superar el listón. No tenemos la menor duda de que eso será lo que ocurrirá. Nada bueno para el ciudadano medio. Es decir, nada bueno para usted y para mí, que es como decir, nada bueno para los nuestros.
Por Ernest Milá
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